INTERVENCIÓN DEL PROFESOR JUAN BOSCH ALFINALIZAR LA CONFERENCIA “SALVADOR ALLENDE”
Esta
Conferencia no se convocó para discutir problemas de carácter ideológico sino
problemas de carácter organizativo y métodos de trabajo.
Hasta aquí el resumen de lo que han
dicho los compañeros.
Ahora entro yo a hablar.
El método de trabajo es uno de los dos
puntos que hemos escogido como tema para celebrar esta Conferencia; el otro es
elaboración de las estructuras orgánicas del Partido.
Debemos buscar un método de trabajo para
el Partido. El Partido no tiene un método de trabajo.
Empecemos aclarando qué quiere decir
método, es decir, la palabra método. Esa palabra quiere decir manera de hacer
algo; manera de hacer una cosa o varias cosas para llegar a un fin. De lo que
significa la palabra método debemos sacar en claro que lo que andamos buscando
al tratar de hallar un método de trabajo para el Partido es una manera de
trabajar dentro del Partido y dentro del Pueblo que nos asegure la existencia
de un partido fuerte, de un partido bien organizado, de un partido que pueda
llevar a cabo las muchas tareas que deberá cumplir el PLD.
Nuestro método de trabajo debe
corresponder al tipo de sociedad en que estamos viviendo; no debe ser ni más
atrasado ni más avanzado que nuestra sociedad porque si lo fuera el medio lo
rechazaría; es más, si fuera más avanzado que el nivel de nuestra sociedad no
tendríamos gente en el país con quienes aplicarlo, porque ¿de dónde saldrían
los dominicanos que lo pondrían en ejecución? Los dominicanos son dominicanos,
unos iguales a los otros aunque haya diferencias particulares. Pero nuestro
método de trabajo debe de corresponder también a las aspiraciones del Partido,
a lo que sienten y piensan los hombres y las mujeres del PLD, que no es lo mismo
que lo que piensan los hombres y las mujeres del PRD o de los partidos
populistas. Para cumplir esas dos condiciones a las que acabo de referirme se
necesita que él método de trabajo del Partido sea a la vez colectivo o de
grupo, esto es, combinado, discutido, aprobado y llevado a cabo por organismos
del Partido, no por una sola persona, y al mismo tiempo siguiendo un proceso
que corresponda a la ley fundamental de los cambios revolucionarios.
Todo lo que acabo de decir lo resumo en
estas palabras: el Partido debe adoptar el método de trabajo en equipo o de
grupo y debe idear o planear sus tareas y llevarlas a cabo siguiendo en todos
los casos el principio de partir de lo particular hacia lo general y que de lo
general sea enviado de nuevo a lo particular para que el o los acuerdos tomados
con sentido general sean aplicados en cada caso concreto 0 particular con
medidas concretas o particulares. Esas palabras quieren decir que la idea de
hacer una cosa cualquiera no debe salir de la cabeza de un miembro del Partido
para convertirse inmediatamente en hecho o en realidad, sino que debe salir de
la cabeza de un compañero y pasar a ser discutida por el organismo del Partido
al que pertenece ese compañero, y ese organismo (digamos, por ejemplo, el
Comité de Base o Intermedio o el Comité Central) vería esa idea o mejor dicho
la estudiaría, desde el punto de vista de la experiencia y los conocimientos
que le corresponden a él como organismo que representa un núcleo o una parte
del Partido, o lo que es lo mismo, vería la proposición desde el punto de vista
de un sector particular del PLD; y si se trata de una idea que tenga
importancia política más amplia que la que le corresponde a ese organismo,
pasaría a un organismo superior o a varios organismos superiores para ser
discutida en los niveles que le corresponden, por ejemplo, en el nivel
municipal, en el provincial o en el nacional; y esa idea, una vez discutida y
aprobada o ampliada en el nivel que le corresponda, pasaría a ser puesta en
práctica tomando en cuenta las características particulares del lugar, del
organismo o del caso donde va a ser aplicada.
Siguiendo
ese método de trabajo el Partido mejoraría y aprovecharía para su avance
político y para beneficio del Pueblo todas las ideas que se les ocurrieran a
todos sus miembros, con lo cual se estimularía la capacidad creadora de cada
uno de ellos, pero al mismo tiempo se desarrollaría la capacidad crítica y de
análisis de todos los miembros, porque todos tendrían que enjuiciar las ideas
de sus compañeros, y a la vez se desarrollaría la capacidad de todos ellos para
poner en práctica en el seno del Pueblo las ideas aprobadas. Con todo eso que
acabo de decir se obtendría como resultado una cosecha de mentalidades
independientes, y hombres y mujeres con dotes ejecutivas, o lo que es lo mismo,
el Partido acabaría siendo un partido de líderes de todos los niveles, todos
ellos dedicados a una gran tarea conjunta en la cual cada quien trabajaría en la parte
que le tocara usando sus mejores facultades personales
para llevar esa parte a su fin sin estorbar o perjudicar los fines generales
del Partido.
Con el método que propongo, compañeros,
se tomaría cada caso que llamara la atención de un miembro o de un grupo de
miembros del Partido (y naturalmente, llamaría la atención como caso
particular), y se llevaría a un organismo que lo trataría y lo discutirla, pero
ya como caso general; general (fíjense bien) para todo un barrio o un municipio
o lo que sea, y al tratarlo y discutirlo como caso general, al tomar un acuerdo
sobre la manera de resolver ese caso, quedarían establecidas las formas de
aplicación del acuerdo en el sentido particular. Es como ustedes pueden ver, la
idea va de lo particular a lo general y de lo general a lo particular; vuelve
en otra forma, pues de lo particular llegó a lo general como una idea de hacer
un periódico y de lo general vuelve a lo particular como un periódico hecho que
tiene que ser vendido, porque todas las cosas se transforman, compañeros; hay
un proceso de transformación constante en todas las cosas; lo que va de lo
particular a lo general es una cosa, no solamente en el caso del periódico sino
en todos los casos, y lo que vuelve de lo general a lo particular es otra cosa;
o mejor dicho, es la misma cosa transformada; es la idea del periódico convertida
en periódico, y lo que allá en Villa Riva fue una idea, vuelve a Villa Riva
para provocar la formación de una organización del Partido dedicada a vender la
idea de hacer
Ahora entramos en el caso de las
estructuras orgánicas.
¿Para qué debemos organizarnos?
Para varias cosas, según sean las etapas
que debemos recorrer para llegar a nuestra meta. Esa meta es la liberación
nacional. Así, los invito a que veamos al Partido como un cuerpo en desarrollo,
un cuerpo que debe crecer física y mentalmente, un cuerpo que debemos alimentar
y cuidar para que adquiera fuerzas y al mismo tiempo adquiera conocimientos y
acumule experiencias y para que vaya creando ideas y carácter.
Cuando tengamos un partido fuerte
ideológicamente y en número y en organización, habremos cumplido la primera
parte de nuestras obligaciones, y entonces podremos lanzarnos a la conquista de
nuestras metas políticas. Mientras no llegue ese día debemos vivir probándonos
en la teoría y en la práctica, y en esa prueba diaria probaremos nuestro método
de trabajo y nuestras estructuras orgánicas. La vida diaria es la que nos dirá
si el método de trabajo es bueno o es malo o si se aplica bien o se aplica mal
(porque puede ser bueno y aplicarse mal, y puede ser bueno y aplicarse bien).
La prueba nos dirá en qué medida debemos mejorar nuestro método de trabajo y
también en qué medida debemos mejorar o cambiar nuestras estructuras orgánicas,
pero esas estructuras orgánicas deben partir, como dijo el compañero Cesar
López, de una plataforma de acción.
¿Cuál debe ser en este momento, ahora
mismo, la finalidad inmediata de nuestro, trabajo?
La construcción del Partido. En este
momento lo más importante para nosotros es que construyamos un partido que
actúe en todo el país, aunque sea a base de núcleos de trabajo en aquellos
lugares donde no estén los peledeístas necesarios para formar los Comités
Municipales o de Base. Para construir el Partido tenemos que organizar en cada
campo, en cada pueblo, en cada ciudad o barrio del país a las mujeres y a los
hombres que simpaticen con nosotros, y ese trabajo puede hacerse mediante la
discusión de los problemas políticos, económicos o de otra índole del campo,
del Pueblo, de la ciudad, del barrio, del país o de otros países; la discusión
de nuestros hombres y mujeres con la gente del Pueblo. Y puede hacerse
utilizando diversas maneras de acercarse a la gente; por ejemplo, tratando de
venderle a una persona un folleto, un periódico, una insignia del Partido o un
retrato. Ahora bien, la venta de un folleto o de un periódico o de un ticket no
debe hacerse con el simple criterio de recaudar dinero; el folleto último que
publicamos fue vendido con la idea de Mientras tanto, nuestros militantes,
aunque se trate de uno solo en un lugar determinado, deberán esforzarse en
conocer los problemas concretos de las gentes de ese lugar, y deberán hacer lo
que sea necesario para convertirse en sus líderes; en los que guían, aconsejan
y ayudan a esas personas, porque así ganarán la confianza de los que los rodean
y podrán escoger entre ellos a los mejores para formar el núcleo del Partido. Si
es un solo peledeísta el que está en un campo, o en un pueblo, ayudando a la
gente, interesándose en sus problemas, ese peledeísta puede distinguir cuáles
son las dos mejores personas del lugar y deberá hacer esfuerzos para captarlas
para el Partido, y con ellas debe formar un núcleo del Partido en ese lugar
(teniendo siempre en cuenta que hay gente que por razones de clase no entrarán
en el PLD por nada del mundo). Ese núcleo deberá comenzar siendo un círculo de
estudio, aunque esté compuesto por dos, o tres personas nada más, pero un
círculo de estudio en que además de estudiar sus miembros hagan todos los
trabajos que corresponden al núcleo de trabajo. Todavía están en el nivel de
simpatizantes, pero hay que ponerlos a trabajar como si fueran militantes Para
pasar a un Comité de Base una persona tiene que trabajar, tiene que demostrar
capacidad y vocación de lucha y firmeza, y los aspirantes a miembros del
Partido deben trabajar en un círculo de estudio todo el tiempo necesario para
desarrollarse y para demostrar que tienen esas cualidades. Me parece a mí que
no todas las estructuras del Partido deben corresponder a la escala de los
organismos que van desde los círculos de estudio hasta el Comité Central. Hay
lugares donde pueden establecerse Comités de Base, Comités Intermedios, Comités
Municipales, pero hay otros en los que no se puede. Y no solamente por razón de
que no haya gente, suficiente para hacer de ellos miembros del PLD en el número
necesario para formar organismos del Partido, sino por otras razones. Esos
otros organismos que no sean Comités de Base y que no sean Comités Municipales
podrán llamarse de cualquier manera; podrán llamarse club de softball, de
volibol, de dominó o de lo que sea, porque lo importante no es como se llamen;
lo importante es que existan como células del Partido, que en los últimos
rincones del país haya esas células, y en muchos lugares podrá formarse un
equipo de dominó o de cualquier otro juego o deporte. Lo importante es, repito,
que el Partido exista; que por dondequiera haya organismo o células del Partido
y que a partir de unos y de otras se formen más y se desarrollen los que haya.
En un país como éste, en cualquier momento se presenta la necesidad de que haya
quien pueda decirle a la gente: “Vamos por aquí”; y para que el que lo diga sea
seguido hace falta que resulte ser no sólo el mejor jugador de dominó sino,
sobre todo el que ante cualquier problema actuó mejor y con más decisión;
porque fue el que cuando hizo falta, buscó inmediatamente al médico o
calentó el agua cuando se presentó el parto de la señora de la casa. Ese
compañero se había hecho líder sin que los demás se dieran cuenta, resolviendo
los problemas de las familias del campito o del pueblecito. Darle su voto a un
candidato a miembro del Comité Central, pero si en la región de donde llega ese
delegado sólo hay 3 Comités de Base, ¿qué representatividad tiene ese delegado
para darle su voto a ese candidato? ¿Por qué tiene ese delegado que estar en
capacidad de votar por un miembro del Comité Central, y hasta de proponer a
Fulano para miembro del Comité Central, cuando en realidad está representando a
una base del Partido que es mínima, que apenas existe? Es decir, hay que
establecer un sistema que nos permita llevar a los organismos del Partido a
personas que tengan relación verdadera con la base, que no sean líderes
formados arriba, sino que tengan relación con la base. Siguiendo ese
procedimiento, deberían elegirse los delegados para el Congreso del Partido,
porque si fueran elegidos por delegados de los Comités de Base, todos los
comités, desde los Municipales hasta el Central (y todos los Congresos), serían
de verdad representativos de la totalidad del Partido: los Comités Municipales
lo serían de la totalidad del Partido en el municipio, los Regionales de la
totalidad del Partido en la región, y el Congreso Nacional de la totalidad del
Partido en el país. El Comité Político debe seguir siendo elegido por el Comité
Central porque el Comité Político es una parte y a la vez un representante del
Comité Central. Como el Comité Central no puede trabajar en conjunto, no puede
hacer el trabajo diario que le corresponde, elige un número de sus miembros
para que en nombre suyo, en lugar, suyo, haga ese trabajo. Pero yo creo que
además del Comité Político el Comité Central debe elegir un Comité de Control,
que sería el encargado de velar por el cumplimiento de los Estatutos y de los
planes de trabajo, sin que pueda inmiscuirse en las tareas de los
Departamentos, y al mismo tiempo ese comité sería el encargado de someterle al
Comité Central proposiciones disciplinarias y la reforma de organismos. Ese
comité tendría menos poder que el que propuso el compañero Andón Ajar, pero me
parece que es muy necesario para mantener el buen funcionamiento del Partido.
Muchos compañeros han propuesto que se extienda a todos los niveles el sistema
de celebrar conferencias cada tres meses y esa idea debe ponerse en práctica,
pero debe elaborarse un reglamento sencillo para la celebración de las
conferencias. El Partido debe institucionalizar sin pérdida de tiempo las
reuniones familiares a que me referí antes. Hay que hacer del peledeísmo una
escuela de convivencia, que atraiga a los que en nuestro país desean integrarse
en círculos amplios, serios y limpios de hombres mujeres con preocupaciones
patrióticas y sensibilidad social. Estas son ideas generales, que junto con las
otras ideas generales que se han expuesto en esta conferencia pueden
proporcionar algún tipo de reforma de las estructuras orgánicas, pero partiendo
del principio de que las estructuras orgánicas que nos demos ahora deben ser
consideradas como pasajeras porque solamente la práctica diaria nos dirá si
esas estructuras serán buenas o serán malas, serán apropiadas o no lo, serán
para las etapas posteriores, las que tendremos por delante después que hayamos
cumplido la tarea de desarrollar el Partido.
Compañeros, buenas tardes para todos.
Santo Domingo, D. N.
11 de mayo de 1974.
CONCLUSIONES: Conferencia “Salvador Allende”
Yo propongo concretamente que toda la
parte que se refiere al centralismo democrático de esta proposición del acápite
b) sea tomada en cuenta como una recomendación para que en el Partido se ponga
en ejecución el método de trabajo que se llama centralismo democrático.
“Que todo el esfuerzo político del Partido
vaya dirigido a crear las bases para ser una fundamental fuerza de masas, con
política de masas, desde una sólida organización de cuadros”.
“Que se disponga que la educación
política sea un requisito que determine la militancia dentro del Partido y que
por tanto sea obligatoria, y que en el momento actual, a mayor nivel
organizativo corresponda una mayor intensificación y profundización de los
estudios, cuyos planes es deber y obligación de la Comisión Nacional de
Educación, elaborarlos y hacerlos cumplir”. También puede integrarse en este
acápite,
Y es muy importante que se sepa,
compañeros, que no puede haber partido en ningún país sin un líder nacional que
imponga respeto; eso es una ley de la actividad política; así como no puede
haber partido, realmente partido, sin una doctrina, sin ideología y sin
organización. Esas tres condiciones son absolutamente indispensables para que
haya un partido verdadero: líder nacional, doctrina y organización; y la
organización requiere líderes intermedios.
Y en el caso nuestro, de acuerdo con mi
opinión, la organización requiere, no líderes intermedios, sino un partido de
líderes, de lo cual hablaremos después. Así es que nosotros sí estamos en
capacidad de atraer al PLD a toda esa gente a la cual se refiere Amiro, y creo
que sería bueno que los compañeros aquí presentes tomarán en cuenta esta
advertencia de Amiro para que donde quiera que vean una persona que ustedes
saben que cabe dentro de estas definiciones de Amiro, se le acerquen y hagan
contacto con ella.
El líder político, el cuadro político,
el dirigente político, cualquiera que sea su nivel, tiene que tener el don de
crear salidas, soluciones a los problemas que se presentan, y crear esas
soluciones inmediatamente, sobre el terreno.
Nosotros le llamamos habitualmente
líder al líder que está en un nivel muy alto, pero líder es todo el que dirige
gente, por ejemplo, el cabo de una escuadra es el líder de esa escuadra en el
ejército, y el sargento es el líder de un pelotón, y el teniente es el líder de
un destacamento y el capitán es el líder de una compañía; es decir, en cada
grupo, en cada grupo social, o político o militar hay un líder de acuerdo con
el nivel de ese grupo. Y a eso era a lo que me refería cuando decía que
nosotros debíamos formar un partido de líderes, un partido que dirija a las
masas, pero que esté formado por líderes, es decir, que no haya entre nosotros
un hombre que siga a los demás sino que todos los peledeístas sean hombres y
mujeres capaces de dirigir a otros, aunque sea de dirigir a ocho, uno, y otro
de dirigir a veinticinco y otro de dirigir a diez mil y otro de dirigir a un
pueblo entero, pero que todos seamos capaces de dirigir y formar políticamente
a los miembros del Partido; (…) de tal manera que tengamos suficiente y de sobra
con mil hombres. Mil hombres con capacidad de dirección pueden dirigir a este
pueblo; a este pueblo y a cualquier pueblo, pero a éste, sobre todo, que es
políticamente muy inocente, pero que tiene un instinto político claro y sigue
al que lo dirige bien.
Aquí se ha pensado mucho en los
organismos y no en la posición de los hombres en los organismos; es decir, aquí
se ha hablado mucho de si los Comités Municipales deben desaparecer o deben no
desaparecer, de que deben mantenerse tal como están o debe reducirse su número;
es decir, se ha pensado mucho en los Comités, pero en lo que no se ha pensado
es en que debemos establecer como principio. Todos los miembros del Partido
deben pertenecer a algún organismo del Partido. No puede haber un miembro del
Partido que no sea miembro de un organismo del Partido. En un Departamento no
se hace la política diaria del Partido. En un Departamento se hace una labor
técnica, una labor determinada, pero no la política diaria del Partido. Y
nosotros tenemos que establecer eso como un principio de organización del
Partido. Ya el Partido no puede seguir teniendo miembros que no sean miembros
de sus organismos. En cuanto a la política de frente de masas, creo que el
Partido tiene que definir eso, pero el Partido tiene que definir eso después
que esté organizado, porque actualmente el Partido no puede atender a su propia
organización, a su propio desarrollo y además a cualquier frente de masas. El
Partido tiene que formar sus cuadros, formarse a sí mismo, desarrollarse, y
cuando tenga gente, aunque sea uno solo para cada frente, entonces podrá
atender a los frentes de masas. Dedicarles atención a los frentes de masas,
pero debemos dedicársela cuando ya tengamos la gente que hace falta para
atender a los frentes de masas. Sí, hay que definir la política de los frentes
de masas, pero primero hay que formar a las personas, a los líderes que van a
trabajar en esos frentes de masas; es decir, creo que la primera obligación de
todos nosotros es desarrollar el Partido.
Es bueno tener presente, sobre todo
deben tenerla presente los partidarios del centralismo democrático. Dijo
Felucho que el centralismo democrático tiene una contrapartida que consiste en
la disciplina consciente; que para poder mantener esa disciplina consciente se
debe tener en cuenta que los cuadros se forman en la lucha, pero también
participando en la elaboración de las decisiones que les corresponden; es
decir, ellos van a la lucha pero aprenden a formular la línea política que
dirige esa lucha; se forman como líderes, y al formarse como líderes es lógico
que desarrollan también conciencia de la disciplina, y eso hay que hacerlo en
todos los niveles para mantener el centralismo democrático como uno de los
métodos básicos de trabajo del Partido.
El compañero Pantaleón propuso que cada
militante organice núcleos del Partido conquistando nuevos miembros, que forme
con ellos círculos, de estudio y que además los ponga a cotizar, y que entre
esos organizadores estén también los miembros del Comité Central. Bien, yo creo
que sí, que los militantes deben dedicarse a eso, porque ésa es la tarea que
nos toca ahora en este momento, la tarea de ampliar el Partido, de fortalecer
al Partido.
Pues hay que saber con qué elementos
humanos se cuenta. Precisamente, ahí está nuestro problema. No solamente no
sabemos con cuántos elementos humanos contamos, sino que nos damos cuenta de
que no contamos con los que necesitamos, pero tenemos que hacer esa evaluación.
La tenemos que hacer y hace ya más de un mes que el compañero Tonito Abreu me
viene hablando de la necesidad de hacer una evaluación.
Un Comité Municipal debe tener el número
de miembros que requiera para llenar sus necesidades. No tiene que ser un
número fijo. ¿Por qué va a ser un número fijo? ¿O es que acaso el comité de
Cívicos tiene que ser igual al comité de San Pedro de Macorís o de San Juan de
la Maguana? ¿Por qué razón? Nosotros tenemos ideas absurdas de ciertas cosas
porque no pensamos en términos relativos; por ejemplo, nosotros les llamamos
habitantes urbanos a los habitantes de Cívicos, y Cívicos es más pequeño que
muchísimas secciones rurales. En este país hay muchísimas secciones rurales que
tienen dos veces los habitantes que tiene Cívicos y el número de casas que
tiene Cívicos. Pero consideramos a Cívicos como un municipio y le aplicamos la
regla, la regla fija de que un Comité Municipal debe tener 17 miembros.
Si nosotros pudiéramos encontrar en un pueblo como Cívicos 17 peledeístas
capaces de trabajar como tienen que trabajar los miembros de un Comité
Municipal, entonces el PLD sería un monstruo. Es probable que en Cívicos
encontremos un compañero, y si acaso dos compañeros; entonces el Comité
Municipal o el organismo que lo sustituya en Cívicos, debe tener un compañero o
dos compañeros. ¿No hay para más? Pues no hay para más, pero allí no debe
faltar el PLD. El PLD debe estar presente allí, en alguna forma. No debemos
establecer reglas fijas para eso. ¿Para cubrir ésta y ésta y ésta tarea hacen
falta tres compañeros? Buscaremos la manera de que aparezcan tres compañeros en
Cívicos, si no uno solo tendrá que hacer los trabajos en Cívicos.
Explicó que para llegar a nuestra
finalidad hay un solo camino, que es la unidad del Pueblo, y a eso se llega
mediante la comunicación y el trabajo del Partido en el seno del Pueblo, lo que
a su vez se logra con tareas cortas, una tras otra. Propuso crear una
estructura orgánica que esté siempre comunicada y dio el ejemplo de la mano que
se mueve en varias direcciones pero siempre está comunicada con el brazo, y
dijo con muy buen criterio que la estructura orgánica depende de las
actividades que realice el Partido. Entonces debe establecerse cuáles son o
deben ser nuestras actividades. El trabajo nos une dentro del Partido; cuando
no hay trabajo nos separamos. Y efectivamente, así es. Son nuestras
actividades, es lo que vamos a hacer lo que determina lo que debemos ser como
organización. Ya recordarán ustedes que estuve hablando hace un rato de que
debemos ver lo qué vamos a hacer en etapas; la primera etapa que tenemos por
delante es desarrollar el Partido. Entonces, toda nuestra fuerza, toda nuestra
capacidad deben estar dirigidas al desarrollo del Partido. Mientras no
desarrollemos el Partido no podemos pensar en que vamos a hacer algo útil para
el país. No vamos a poder hacer la revolución si no hay partido que haga la
revolución.
Cuando a nosotros nos toque la hora de
afiliar gente en el Partido, tenemos que tomar en cuenta esa enseñanza del PRD.
¿Cuántos miembros de comités del PRD no trabajaban? Eran siempre la mayoría; la
mayoría no trabajaba. Por eso nosotros, que no podíamos echar abajo totalmente
los estatutos del PRD, inventamos la Comisión Ejecutiva, para meter en la
Comisión Ejecutiva al grupo que trabajaba. Ese era para nosotros realmente el
Comité Municipal o el Comité del Distrito. Cuando llegue la hora de afiliar
miembros, nosotros no podemos aceptar en el Partido a los que no sean
militantes (cuando digo que no sean militantes no me refiero a que no sean
militantes desde el punto de vista de los requerimientos del Partido, debe establecerse
cuáles son o deben ser nuestras actividades. El trabajo nos une dentro del
Partido; cuando no hay trabajo nos separamos. Y efectivamente, así es. Son
nuestras actividades, es lo que vamos a hacer lo que determina lo que debemos
ser como organización. Ya recordarán ustedes que estuve hablando hace un rato
de que debemos ver lo qué vamos a hacer en etapas; la primera etapa que tenemos
por delante es desarrollar el Partido. Entonces, toda nuestra fuerza, toda
nuestra capacidad deben estar dirigidas al desarrollo del Partido. Mientras no
desarrollemos el Partido no podemos pensar en que vamos a hacer algo útil para
el país. No vamos a poder hacer la revolución si no hay partido que haga la
revolución
Como ustedes acaban de oír, yo propongo
que esa convivencia pase del terreno político y entre en el terreno amistoso,
que nos acostumbremos a reunirnos cada vez que tengamos un tiempo libre y
especialmente los días de fiesta y los domingos, y que nos reunamos
familiarmente.
Dentro de su organismo un miembro del
Partido representa lo particular porque él es parte o partícula de ese
organismo, y explicamos que el organismo es la unidad básica del Partido porque
el PLD es un partido de organismos, no de personas. Pues bien, un plan de
trabajo se forma como una idea en la cabeza de un miembro del Partido, que es
lo particular, y pasa a lo general cuando el organismo lo hace suyo aunque
antes de hacerlo suyo lo haya modificado; y ahí tenemos que en su primera etapa
ese plan pasó de lo particular a lo general, pero debemos aclarar que pasó a lo
general dentro de un nivel determinado, lo que llamaremos el primer nivel de
las estructuras del Partido; porque si es verdad que un organismo, digamos, un
Comité de Base, es lo general para los individuos que lo forman, al mismo
tiempo es lo particular para su organismo superior si en un partido como el PLD
se les consintiera a los compañeros hacer las cosas como le diera la gana a
cada uno; o digamos mejor, si se le permitiera a cada quien inventar un método
de trabajo personal para cada tarea del Partido, se pondrían en peligro de
muerte la disciplina y la mística del peledeísmo, porque cuando se trata de un
partido de organismos, y no de individuos, como es el nuestro, hay entre las
dos una relación tan estrecha que no podría haber disciplina donde faltara la
mística, pero tampoco podría haber mística donde faltara la disciplina, y nadie
puede imponer la disciplina allí donde trabajando en una misma tarea cada quien
la lleva a cabo como le parece, no como debe hacerse.
El método de trabajo es el alma
misma de la disciplina, y la disciplina genera la unidad, pero para mantener la
unidad viva no podemos confiar únicamente en la ejecución de los métodos de
trabajo; hay que alimentar sin tregua la mística de la organización. Esa es una
enseñanza que hallamos en la historia de dos actividades muy viejas: la militar
y la religiosa.
Los ejércitos y las organizaciones
religiosas se mantienen unidos gracias a su disciplina y a su mística; y en los
unos y en las otras se han aplicado tradicionalmente métodos iguales para los
soldados de todos los países y métodos iguales o muy parecidos para los
sacerdotes y los fieles de todas las religiones.
Cuando a un soldado romano se le daba
una orden similar a la que se le da a un soldado francés (por ejemplo, la de
comenzar la marcha), aquél la cumplía hace dos mil años con tanta precisión
como la cumple éste hoy: y cuando un sacerdote del culto griego celebraba un
rito ante uno de sus dioses lo hacía con el mismo ritmo y el mismo aparato con que
un sacerdote de la India celebra el suyo ante Visnú. Hay, pues, un lazo de
unión entre la disciplina y la mística, y ese lazo es el método de trabajo; y
como del papel que juegan la disciplina y la mística depende la unidad, nos
vemos forzados a admitir que para mantener la unidad del Partido, lo que
equivale a decir su vida, tenemos que dedicarles mucha atención y mucha energía
a los métodos de trabajo.
Los miembros del Partido serán los
que habiendo pasado por un período de práctica y formación política aprueben
los propósitos programáticos del Partido y sus estatutos, militen en un
organismo y cumplan con los requisitos personales y morales que exige la
condición revolucionaria.
“(…) muy bien podría suceder
que algunos por ahí crea que la conciencia política se desarrolla leyendo
libros y aprendiéndose de memoria todo lo que dicen esos libros o repitiendo
como cotorros lo que dijeron sus autores, digamos, por ejemplo, hombres como
Marx y como Engels. Sí, hay que leer esos libros, pero hay que leerlos e
incorporar las ideas que se exponen en ellos a nuestro mundo interior, es
decir, a nuestra manera de pensar, sentir y actuar. Hay que leerlos de tal
manera que sustituyamos con lo que ellos nos enseñan lo que no puede enseñarnos
nuestra sociedad, que precisamente por ser poco desarrollada en el orden
clasista no puede proporcionarnos muchísimas enseñanzas que otras sociedades
más desarrolladas les dan a sus pueblos mediante la práctica diaria de la
vida.” Juan Bosch.
Esta Conferencia "Salvador Allende" para la vida y la historia del PLD podríamos decir que fue su punto de partida. Aquí fue donde se pario el marco teórico de lo que seria la estructura organizativa del PLD y sus métodos de trabajo. Estos dos aspectos,estructura organizativa y métodos de trabajo,fueron sin lugar a dudas, ya en el campo de la practica política,los elementos sustanciales que dieron lugar a la formación ,desarrollo del PLD y que fuera considerado como una de las organizaciones políticas mejor organizada de todo el continente americano.La masificación del PLD,de partido de cuadros a partido de masas,no podemos negar que resquebrajo hondamente sus fuertes niveles organizativos y su portentosa disciplina interna.El partido urge volver a las raíces que le dieron fundamento histórico,a sus referentes principios y valores éticos, patrióticos,humanistas y retomar sus normativas organizativas; redefinir sus lineas programáticas de caras a las necesidades de desarrollo,modernidad y justicia social que demanda la sociedad dominicana.El PLD debe volver a Bosch.No tomar esto como una necesidad urgente e inaplazable,su futuro podría tornarse incierto.
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