Ignorando el clamor internacionalEsta situación, única entre los países que fueron gobernados por regímenes fascistas o fascistoides en Europa, ha sido constantemente denunciada por las Naciones Unidas. En fechas tan recientes como 2013 y 2014, el relator especial del Consejo de Derechos Humanos de tal Institución internacional, el Sr. Pablo de Greiff, ha acusado al Estado español de la sistemática violación de los derechos humanos de tales víctimas, así como del ocultamiento de lo ocurrido durante la dictadura en España (el país, después de Camboya, con el mayor porcentaje de personas asesinadas por razones políticas durante el régimen dictatorial, cuyos cuerpos han desaparecido), ignorado por el Estado democrático.
El Estado español no tiene autoridad moral hoy en el mundo para presentarse como defensor de los derechos humanos, al ser uno de los mayores violadores de tales derechos, habiendo expresado una insensibilidad que refleja su nivel de crueldad y mezquindad hacia los familiares de los asesinados republicanos desaparecidos, que todavía hoy no tienen ayuda para encontrarlos, enterrarlos y homenajearlos. Y, complementando esta insensibilidad, existe una enorme tolerancia hacia los perpetradores de aquel terror, incluso, por cierto, por parte de sectores de las izquierdas.
Personajes que fueron los máximos defensores del terror fascista en las distintas dimensiones de la sociedad española, no solo defendiendo los asesinatos del régimen, sino que incluso exigieron que se extendieran tales asesinatos, hoy todavía tienen calles que llevan su nombre, al ser artistas conocidos, como es el caso del Sr. Salvador Dalí (ver mi artículo Dalí, arte y política, Público, 13.02.16). Este personaje, que promovió la imagen de sí mismo como un individuo excéntrico, jugó un papel importante en la defensa del régimen fascista, y de su terror en círculos artísticos internacionales en los que tenía cabida por su habilidad pictórica. Con el típico oportunismo y egocentrismo que caracterizó gran parte de su vida profesional, defendió activamente la utilización del terror por parte de la dictadura cuya crueldad horrorizó a grandes sectores de la comunidad artística internacional, defensa que hizo hasta el último día de la vida del dictador. Su máxima expresión en tal defensa del terror fue a raíz del asesinato político que ocurrió el 27 de septiembre de 1975, de cinco prisioneros políticos en las cárceles del régimen.
La protesta internacional fue masiva, con la denuncia de muchos colectivos, incluido el de artistas famosos, que Dalí intentó rebatir, escribiendo que, frente a esta protesta, “dos millones de españoles salieron a la calle aplaudiendo al mayor héroe existente en España, el general Franco, mostrando que todo el pueblo español está con él… Es una persona maravillosa. Y su acto garantiza que la monarquía que le suceda sea un éxito. En realidad, se necesitan tres veces más ejecuciones de las que han ocurrido”. Tales declaraciones a la Agencia France Press, crearon un enorme rechazo a tal personaje, generándose un gran desprecio a su figura, pasando de ser un genio a un ser humano despreciable.
No así en España y en Catalunya, donde las fuerzas conservadoras, herederas del franquismo, continúan ejerciendo un gran dominio de la vida política y cultural del país. Y Ayuntamientos, incluidos de izquierdas, justifican el homenaje que se hace a tal figura, disociando su arte de su persona, que, en sí, es un subterfugio para justificar la tolerancia hacia los asesinos de las víctimas del terrorismo.
En EEUU, Ezra Pound, uno de los escritores estadounidenses que apoyó al fascismo italiano y a la dictadura de Mussolini, fue borrado de cualquier expresión de reconocimiento de las letras en aquel país. En España, en cambio, el país está lleno de artistas y escritores que aplaudieron y celebraron el terror, y continúan siendo incluso homenajeados por ayuntamientos de izquierdas, al permitir que sus nombres identifiquen las calles de sus ciudades. La escasa cultura democrática en España se traduce también en la existencia de estos hechos.
¿Qué hubiera pasado en el futuro? ¿Qué es lo que proponía el famoso pacto PSOE-C’s sobre las víctimas del terrorismo fascista?He escrito críticamente sobre el pacto PSOE-C’s desde el punto de vista económico, mostrando que el imprimátur neoliberal de Ciudadanos domina el pacto entre los dos partidos políticos, que se pidió a Podemos que apoyara. Pero hay otras dimensiones igualmente preocupantes. Y una de ellas es el dominio que Ciudadanos tuvo en el redactado de otro elemento clave, el de recuperar la memoria histórica y restablecer con ello los derechos humanos de sus víctimas. Ciudadanos fue muy reacio a condenar la dictadura fascista. En realidad, en un debate televisivo en la televisión pública catalana, TV3, en el que participé y en el que estaba también el que hoy es el portavoz de Ciudadanos en el Congreso, el Sr. Juan Carlos Girauta (que fue durante muchos años el tertuliano representante de la derecha española), tal personaje llegó casi a justificar el golpe fascista militar, debido a lo que él definió como los desmanes de los rojos y separatistas.
En el texto de tal pacto se indica que se recuperarán los fondos que habían sido sustraídos de los presupuestos del Estado para ayudar a encontrar a los desaparecidos, lo cual es un paso adelante sobre lo que hizo el PP, que anuló tales fondos. Ahora bien, desde el punto de vista de lo que reclama la comunidad internacional y las Naciones Unidas, es escandalosamente insuficiente. Como bien dice una de las personas que incansablemente continúa clamando justicia para las víctimas del terrorismo fascista, el Sr. Emilio Silva, mucho más merecedor del Premio Nobel de la Paz que muchos de los recientes premiados (el Presidente Obama incluido), estas medidas se quedan muy, pero que muy cortas, pues ni siquiera entienden que el problema va mucho más allá del hecho de querer asumir una responsabilidad económica, pues de lo que se trata es de eliminar las injusticias y violaciones de los derechos humanos de tales víctimas, tal como exigen las Naciones Unidas.
La responsabilidad mayor del Estado español por la falta de reconocimiento de las víctimas del terrorismo fascistaEl Estado español, comenzando por el Monarca, debe una explicación a tales víctimas y a sus familiares, por el olvido en el que las ha tenido durante estos años del periodo democrático. Es más que decepcionante el comportamiento del PSOE en este capítulo de los derechos humanos de tales víctimas. En Andalucía, el pacto PSOE-C’s que ocurrió en aquella comunidad autonómica, diluyó el limitado compromiso con la recuperación de la memoria histórica que tenía el PSOE andaluz al pactar con Ciudadanos que con la recuperación de la memoria histórica previamente existente, pasaría de ser responsabilidad de la Consejería de Justicia a serlo de la de Cultura.
Las nuevas izquierdas que están surgiendo a lo largo del territorio español deberían tomarse este temas de las víctimas del fascismo como un tema de gran importancia, pues el urgente proyecto democrático con el cual están comprometidas exige la recuperación de los derechos humanos de tanta gente que los perdió en su lucha para hacer posible que todos los pueblos y naciones de España hoy los tengan. No se podrán alcanzar tales derechos sin recuperar a los que se perdieron. Así de claro.
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