MORAL Y LUCES

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domingo, 1 de noviembre de 2015

DESIGUALDAD Y POBREZA EN EL SIGLO XXI ES UNA VERGÜENZA PARA LA HUMANIDAD

Por: Frei Betto

La gran lucha política e ideológica que la humanidad debe emprender hoy en día es la de convencer a los sectores que consiguen sobrevivir con dignidad a que se unan a los que no lo consiguen, para combatir a ese 1% que detenta una cantidad de recursos que si fueran mejor distribuidos harían del mundo un lugar mucho mejor. ¿Cómo convencer a los sectores de renta media de que sus enemigos no son los 110 mil billones? No es fácil. El 1% controla los gobiernos, las comunicaciones, las iglesias y hasta la enseñanza escolar, de tal modo que diseña el pensamiento del 99 % desde la infancia.





La miseria es humillante. Causa revoluciones, estimula la criminalidad, provoca migraciones, favorece el trabajo esclavo, disgrega a las familias y lleva a unas personas a optar por la violencia para conseguir lo que no puede ser obtenido con el trabajo, pues las condiciones para alcanzar buenos cargos en el mercado son absurdamente desiguales.


A partir del 2016 el 1 % de la población mundial, que alcanza hoy en día 7,200 mil millones de personas, tendrá una fortuna superior a los ingresos del 99 % de esa población. La riqueza mundial alcanzó en el 2013 US$ los 241 mil billones. Eso significa que 72 millones de personas tendrán en sus manos el 46 % de dicha fortuna, estimada en US$ 110 mil billones. Y la gran mayoría de la población mundial, o sea 7,128 millones de gentes, tendrá que sobrevivir con los US$ 131 mil billones restantes.


Mire qué injusto es este mundo: si toda la riqueza de la humanidad fuera dividida por igual entre los 7,200 millones de personas, cada uno de nosotros tendría un patrimonio de US$ 33,472. Todos tendrían lo suficiente para vivir con dignidad y por tanto no habría hambre, criminalidad, migraciones, mendigos, favelas, mortalidad infantil y quizás hasta ni guerras. Viviríamos en un mundo de prosperidad y paz.

Como el reparto del 54% de la riqueza mundial entre el 99% de la humanidad tampoco es ecuánime, se reproduce la desigualdad. Los que tienen lo suficiente para vivir ni desean cuestionar a los que integran el selecto grupo del 1 % más rico; prefieren pensar que forman parte de ese contingente microscópico.

En el Brasil la renta familiar se triplicó entre el 2000 y 2014. Gracias al gobierno del PT pasó de US$ 7,900 a US$ 23,400 por año. Sin embargo creció la desigualdad. En la lista del 1% de los más ricos del mundo hay 296 mil brasileños.

Es común ver a la clase media, que sobrevive con dignidad, hablar contra la distribución de la renta, porque cree que acarrea pérdida de sus recursos. No se da cuenta de que con esta postura, en vez de ayudarse a sí misma, favorece al 1% que se apropia de la riqueza mundial.

La gran lucha política e ideológica que la humanidad debe emprender hoy en día es la de convencer a los sectores que consiguen sobrevivir con dignidad a que se unan a los que no lo consiguen, para combatir a ese 1% que detenta una cantidad de recursos que si fueran mejor distribuidos harían del mundo un lugar mucho mejor. ¿Cómo convencer a los sectores de renta media de que sus enemigos no son los 110 mil billones? No es fácil. El 1% controla los gobiernos, las comunicaciones, las iglesias y hasta la enseñanza escolar, de tal modo que diseña el pensamiento del 99 % desde la infancia.

La miseria es humillante. Causa revoluciones, estimula la criminalidad, provoca migraciones, favorece el trabajo esclavo, disgrega a las familias y lleva a unas personas a optar por la violencia para conseguir lo que no puede ser obtenido con el trabajo, pues las condiciones para alcanzar buenos cargos en el mercado son absurdamente desiguales.

Teólogo brasileño y uno de los máximos exponentes de la Teología de la Liberación. Es el autor del libro “Fidel y la Religión”.

miércoles, 17 de junio de 2015

“Llaman comunista a quienes defienden a los pobres”, Papa Francisco

Papa
El papa Francisco afirmó hoy que “cuando no llega a los bolsillos, la fe no es genuina” y advirtió que “la pobreza es una palabra que siempre pone en aprietos y con frecuencia quien habla de los pobres es definido comunista”.

Jorge Bergoglio lo dijo en la homilía de la misa en Santa Marta, comentando el pasaje del Nuevo Testamento en el cual San Pablo organiza la colecta en la Iglesia de Corinto para la Iglesia de Jerusalén que vive momentos difíciles de pobreza.
A propósito de la “teología de la pobreza”, Francisco observó que hoy como entonces, pobreza es “una palabra que pone en aprietos”.
Tantas veces, afirmó, se siente decir: “pero este sacerdote habla demasiado de pobreza, este obispo habla de pobreza, este cristiano, esta monja hablan de pobreza… Pero son un poco comunistas, no?”.
Y en cambio, advirtió, “la pobreza está en el centro del Evangelio. Si quitásemos la pobreza del Evangelio, no se entendería nada del mensaje de Jesús”.
“Si tienes tanta riqueza en el corazón, esta riqueza tan grande, la caridad, la palabra de Dios, el conocimiento de Dios, haz que esta riqueza llegue a los bolsillos. Y esta es una regla de oro. Cuando la fe no llega a los bolsillos, no es una fe genuina. Es una regla de oro que Pablo aquí dice: ‘ustedes son ricos en tantas cosas, ahora, entonces sean amplios en esta obra generosa’”, indicó.
Y agregó: “existe esta contraposición entre riqueza y pobreza. La iglesia de Jerusalén es pobre, está en dificultades económicas, pero es rica, porque tiene el tesoro del anuncio evangélico. Y esta iglesia de Jerusalén, pobre, enriqueció a la iglesia de Corinto con el anuncio evangélico; le dio la riqueza del Evangelio”.
(Con información de las agencia 

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