MORAL Y LUCES

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martes, 10 de julio de 2018

¿Qué es el Foro de Sao Paulo?

¿Qué ocurrirá en el Foro de Sao Paulo en La Habana?

Por: Bertha MojenaDaina Caballero
El encuentro se celebrará en La Habana del 15 al 17 de julio.
A 25 años de la realización del IV Encuentro del Foro de Sao Paulo (FSP) en La Habana, Cuba vuelve a ser sede de este espacio de concertación política de las fuerzas de izquierda de la región, para debatir y sentar pautas sobre las luchas que nos unen. Así lo ratificó en conferencia de prensa Idalmis Brooks Beltrán, funcionaria del Departamento de Relaciones Internacionales del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, que atiende el FSP.
¿Qué es el Foro de Sao Paulo?
-Es un foro integrado por más de un centenar de partidos y grupos de izquierda latinoamericanos y caribeños, fundado en Brasil en 1990 para debatir y unir esfuerzos por el bien común, a partir de los retos que impuso para la izquierda el derrumbe del campo socialista y las consecuencias del neoliberalismo en los países de Latinoamérica y el Caribe.
“En su gestación tuvieron un decisivo papel el líder cubano Fidel Castro y el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva”.
¿Cuantos encuentros se han realizado?
-Se han realizado 23 encuentros, de ellos dos en La Habana (en 1993 y en 2001). La capital cubana ha acogido también reuniones del Grupo de Trabajo del FSP en 1994, 1997, 2000, 2006 y 2013.
¿Por qué este encuentro en La Habana?
-El XXIII Encuentro Anual del FSP celebrado en Managua, Nicaragua, en julio del 2017, concluyó con un acto popular a propósito de la celebración del aniversario 38 de la Revolución Sandinista. Allí, el entonces primer vicepresidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, ratificó el compromiso de nuestro país con la unidad y la integración de la región. Entonces se anunció la disposición de la Isla para acoger el XXIV Encuentro del Foro.
“En convocatoria política enviada a los miembros del Foro el pasado 23 de mayo, el Comandante José Ramón Balaguer Cabrera, miembro del Secretariado y jefe del Departamento de Relaciones Internacionales del Partido Comunista de Cuba, reiteró que para Cuba ser anfitrión del Encuentro constituye un compromiso político internacionalista con las fuerzas integrantes del Foro y los que comparten la convicción de que es el momento de unir ideas y esfuerzos, para detener la actual ofensiva contrarrevolucionaria de la derecha internacional y regional contra todas las experiencias políticas que en estos años propusieron cambios a favor de una América Latina y un Caribe más soberanos, integrados y justos”.
¿Qué pasará entre el 15 y el 17 de julio?
-Aunque los delegados e invitados estarán arribando al país desde días antes, entre el 15 y el 17 de julio tendrá lugar en el Palacio de Convenciones, este XXIV Encuentro del FSP.
“Luego de su inauguración se dedicarán importantes espacios al debate en plenario sobre la lucha contra el colonialismo y por la solidaridad antimperialista, y la necesidad de la unidad y la integración latinoamericana y caribeña, así como una plenaria especial sobre el pensamiento del Comandante Fidel Castro y su relación con el Foro de Sao Paulo.
“Se realizarán también encuentros de mujeres, de jóvenes y de parlamentarios, y dos talleres -estrechamente vinculados- sobre Arte y Cultura y Comunicación Política y Medios.
“Como es tradicional en estos encuentros, tendrán lugar la Escuela de Formación Política del FSP, reuniones de sus secretarías regionales y su Grupo de Trabajo y una Reunión Regional de la Federación Mundial de Juventudes Democráticas (FMJD)”.
¿Qué se adiciona en esta ocasión?
-En esta ocasión, además de los tradicionales encuentros y talleres, se desarrollará el III Encuentro entre el Partido de la Izquierda Europea y el Foro de Sao Paulo. En este espacio, ambas fuerzas dialogarán sobre las diferentes realidades y maneras de construir y lograr consensos sobre diferentes temas que nos unen y que afectan hoy a la humanidad.
“Por primera vez en este tipo de encuentro se realizará también un diálogo entre el FSP y las plataformas, articulaciones del movimiento social y popular de la región, una oportunidad para intercambiar acerca de la actual coyuntura política de América Latina y el Caribe y trazar estrategias que favorezcan la coordinación y unidad en la acción de la izquierda del continente”.
¿Qué se espera del Encuentro de La Habana?
-Cuba espera que la izquierda latinoamericana y caribeña pueda debatir la situación urgente en que se encuentra la región hoy, similar a la de cuando fue creado el Foro de Sao Paulo. Por tanto, se hace necesario reconducir nuestras luchas desde la unidad y la integración de las fuerzas políticas y los movimientos sociales, para concretar un plan de acciones construido entre todos, realizable y medible en el tiempo y que quedarán recogidas en la Declaración Final del Encuentro.
¿Y para Cuba qué significa?
Este encuentro vuelve a dar a Cuba la oportunidad de ser un espacio donde se discutan y analicen los asuntos principales del continente, para el rencuentro con amigos y líderes de la izquierda latinoamericana y caribeña que estarán presentes en las plenarias y distintos espacios que se han organizado y, sobre todo, que nuestros jóvenes puedan acercarse de primera mano al importante rol que juega la Isla en las luchas de la región.
¿Cómo puede informarse de lo que sucederá en el XXIV Encuentro del Foro de Sao Paulo?
-Las actividades que se realicen durante los días del encuentro tendrán una amplia cobertura por parte de la prensa nacional y extranjera. Usted puede estar al tanto si consulta la página oficial del Foro de Sao Paulo: http://forodesaopaulo.org/, así como a través de sus cuentas en las redes sociales.
(Tomado de Granma)

domingo, 20 de diciembre de 2015

LA OPCIÓN NEOLIBERAL GANADORA EN ARGENTINA CAMINO A DAR SUFRIMIENTO AL PUEBLO

La derecha al gobierno, el pueblo a las barricadas




Angel Guerra Cabrera
Periodista cubano residente en México y columnista del diario La Jornada.
Mauricio Macri no ha hecho más que realizar su largamente anhelado arribo a la Casa Rosada y ya reconfirmó sus credenciales como hombre del partido del dinero y el orden, que no se anda con chiquitas ni remilgos cuando de imponer las políticas neoliberales se trata. Cero impuestos a los terratenientes y subida de los precios de los servicios públicos a partir de enero.

Cualquier parecido con las políticas económicas de la dictadura militar de Videla, que lo enriqueció, y con los gobiernos de Ménem, que lo siguieron enriqueciendo, no es pura coincidencia. A partir de ahora, los de abajo a joderse y los de arriba a recuperar la mayor o menor tajada que se vieron forzados a ceder, pareciera ser el mensaje, se mire a Argentina o a Venezuela.

Por supuesto, no podía faltar el decretazo del flamante mandatario para llevarse de encuentro a la vapuleada Ley de Medios puesto que su imagen y candidatura se gestaron en los laboratorios de publicidad y las redacciones del conglomerado mediático Clarín y del diario La Nación, ambos también cómplices y privilegiados beneficiarios de la dictadura y del menemismo.

Los decretos suscritos por el flamante mandatario carecen de legitimidad al no corresponder con las luchas e intereses del pueblo argentino, cuando no de ilegalidad, como es el caso del nombramiento, pasando sobre la soberanía del Senado, de dos jueces de la Corte Suprema de Justicia. Para colmo, ligado uno al Banco Mundial y el otro, integrante del Opus Dei.

Tan palmariamente inconstitucionales han sido esos nombramientos, que varios miembros de la coalición que llevó a Macri al gobierno se han deslindado de ellos. Pero es muy chistoso que los mismos medios que antes golpeaban tanto a Cristina Fernández, arguyendo -entre otras mentiras-, su no apego a la institucionalidad, hoy callen estruendosamente ante los enormes atropellos a la misma del ex gobernador de la provincia de Buenos Aires.

En el caso venezolano vemos una contrarrevolución que está actuando y amenazando desde una subestimación de la fuerza del pueblo y una sobrestimación de su propia fuerza. Con solo que hagan la mitad de lo que han declarado, o se sabe que proyectan hacer aprovechando sus escaños parlamentarios, no tardarían en provocar una furiosa reacción popular en su contra.

Por no mencionar las amenazas de sacar a Chávez del Cuartel de la Montaña, donde reposan sus restos, que podría muy bien convertirse en la chispa que desencadenara un derramamiento de sangre de pronóstico reservado, con todo y el enorme patriotismo, aplomo, disciplina y contención que ha mostrado la Fuerza Armada Nacional Bolivariana ante crispantes situaciones que la han puesto a prueba. El último caso han sido los alocados insultos a líderes militares por personeros del campo enemigo del proceso bolivariano, al percatarse de su inmutabilidad ante lisonjas y guiños.

En resumen, la contrarrevolución se propone desmantelar los gigantescos logros sociales de la Revolución Bolivariana, entre ellos la independencia del país y entregar a Estados Unidos los primeros recursos del mundo en hidrocarburos.

Ante este panorama amenazador de conquistas sociales y civilizatorias en los dos países mencionados, parece necesaria la vuelta al combate en las calles de ese sujeto revolucionario creado por los movimientos populares y los nuevos gobiernos independientes latino-caribeños. Chavismo es su nombre en Venezuela pero está distribuido del río Bravo a la Patagonia.

Ese sujeto equivale hoy en América Latina y el Caribe (ALC) al proletariado. Aquel al que Marx consideró en la Europa occidental y central del siglo XIX el encargado de encabezar la revolución socialista. Hoy su tarea inmediata es impedir la restauración conservadora, preservar las conquistas sociales y la nueva cultura política conseguidas a partir del levantamiento indígena de Chiapas(1994) y la llegada de Hugo Chávez a la presidencia de Venezuela, continuar demoliendo el neoliberalismo en nuestra región hasta las últimas consecuencias.

Afirmar que ahora sí termina el “ciclo progresista”, como lo han bautizado, porque haya sido electo por la mínima un presidente de derecha en Argentina, por la amenaza de desafuero contra la presidenta Dilma Rousseff o por la muy sensible conquista del parlamento a manos de la contrarrevolución en Venezuela es no conocer la historia de ALC. Entramos en una fase más difícil y compleja de la lucha por la segunda independencia de nuestra América.

(Tomado de La Jornada)

jueves, 10 de diciembre de 2015

El chavismo ante su prueba más dura y difícil

Por: Angel Guerra Cabrera


Angel Guerra Cabrera
Periodista cubano residente en México y columnista del diario La Jornada.
El resultado de las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre en la República Bolivariana de Venezuela constituye el más duro revés infligido al chavismo por la contrarrevolución y el imperialismo.
Seguramente el gobierno bolivariano ha cometido errores de importancia que contribuyeron a esta derrota y deberán ser evaluados por sus líderes y por los militantes revolucionarios de ese país para adoptar los correctivos que exijan. Es una tarea de ellos en la que no me inmiscuiré.
Pero más allá de eso, lo que muestra este desastroso desempeño electoral es la creciente asimetría de condiciones en que se han visto forzados cada vez más a desenvolverse los gobiernos de izquierda ante los continuos torneos comiciales a que obliga la democracia representativa, con el desgaste que ello implica. En su caso, no se trata, como los gobiernos neoliberales, de limitarse a administrar el sistema, subordinados a los dictados de creciente depredación y saqueo de pueblos del capitalismo neoliberal y sus centros imperiales de poder financiero; sino de construir un nuevo proyecto social.
Estas elecciones venezolanas se desarrollaron en un marco geopolítico y una correlación de fuerzas distintos al de las 19 organizadas anteriormente por el gobierno bolivariano.
Primero, la derecha y Estados Unidos han conseguido recomponerse después de la sorpresa que les depararon la rebelión de las masas populares de América Latina y el Caribe(ALC) contra el neoliberalismo y sus importantes consecuencias. Entre ellas, el surgimiento de un líder de la talla de Hugo Chávez y de otros de gran valía que llegaron a ocupar la presidencia de varios países de la región, e iniciaron procesos de redistribución de la riqueza orientados en lo externo a romper la dependencia de Estados Unidos, impulsar la unidad e integración latino-caribeña y la emergencia de un mundo multipolar.
Segundo, repuestas de la sorpresa y el susto que les produjo la nueva realidad, esas fuerzas desencadenaron una contraofensiva con el propósito de derrocar por distintas vías a los gobiernos posneoliberales de ALC. La misma fue intensificada a partir del fallecimiento del comandante Chávez, una pérdida cuyo carácter extremadamente sensible no escapó a su percepción.
Tercero, ese accionar ha comprendido –con énfasis particular en el caso venezolano- la aplicación del recetario de las llamadas guerras de cuarta generación: guerras económica, diplomática y mediática, así como otras formas solapadas o violentas de acción, legal e ilegal, incluyendo la intervención del paramilitarismo en asesinatos de líderes populares y la desestabilización interna.
A la especulación del capital local e internacional con los fondos financieros del gobierno bolivariano, el acaparamiento y el desabasto se unió la caída de los precios del petróleo, a todas luces una jugada de Washington contra Rusia, Irán y Venezuela. Es este el factor que más daño hizo a la capacidad de maniobra de Caracas ante el embate de la derecha local e internacional.
Como si todo esto fuera poco, cabe recordar que el presidente Obama firmó un decreto el 6 de marzo de este año que calificaba a Venezuela como “un peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos”. Es con esta pistola en la sien y el acoso y agobio ya expuestos que concurrieron a votar este 6 de diciembre los venezolanos.
Cabe recordar que las revoluciones auténticas, como la bolivariana y chavista, no surgen ni orientan su rumbo con arreglo a los tiempos o eventos electorales. Sí, la derrota sufrida es de gran trascendencia. La victoria electoral lograda por la contrarrevolución al obtener la mayoría calificada en la Asamblea Nacional, le otorga una cuota enorme de poder político que podría eventualmente permitirle el desmantelamiento de los logros sociales del chavismo pero no significa el fin de la revolución.
El chavismo, sujeto político fundamental de ella, está vivo y si se mantiene estrechamente unido, explica al pueblo la gravedad de la situación creada, traza una estrategia inteligente frente a la nueva situación y construye una amplia coalición de fuerzas populares puede recomponerse y preparar el contragolpe contra una derecha que va por todo.
El momento en Venezuela, y en América Latina y el Caribe, es de combate. Las fuerzas populares que lograron poner fin al ALCA en Mar de Plata, crear el ALBA, PETROCARIBE, UNASUR y la CELAC, hacer que nuestra región dejara de ser traspatio imperial, no se darán por vencidas y pervivirán.


(Tomado de La Jornada)

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Periodista cubano residente en México y columnista del diario La Jornada.


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