MORAL Y LUCES

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viernes, 22 de junio de 2012

JUAN BOSCH Y EL PROYECTO DUARTIANO”

Tema: “Juan Bosch y el proyecto Duartiano” 
29 de febrero del 2012 Casa de la Unesco, 
Santo Domingo, R.D. 

Disertación de Andrés L. Mateo

Buenas noches señoras y señores. En realidad yo voy a manejar muy pocas ideas. El tema es apasionante, sobre todo tratándose de la figura de Juan Bosch ligada al ideario duartiano y vinculándola con un proceso histórico particularmente azaroso, en los términos en que la palabra azar se tiene que usar. Quisiera comenzar diciendo estas brevísimas ideas para estimular el debate. La idea que Juan Bosch tiene respecto de la construcción de un partido político, y esto es interesante, porque Bosch define la construcción del Partido de la Liberación Dominicana como la culminación de las tareas duartianas. Vale decir que Bosch retoma un ciclo inconcluso de la concepción de la identidad nacional, a partir de lo Duarte deja como inacabado en el escenario de la historia.

Es importante recordar, sobre todo en la coyuntura actual porque Bosch funda un partido como el PLD después de una experiencia frustratoria con un segmento significativo de la pequeña burguesía. Cuando la lectura intelectual de Juan Bosch abordó el estudio de la pequeña burguesía mucha gente que estaba en el debate político y en la búsqueda de las ideas fundamentales del Estado-nación dominicano se asombraban por el test que Bosch tenía para especificar la naturaleza y las particularidades de la evolución del pequeño burgués dominicano, y bueno los que estuvimos en aquel debate de aquellos años, recordamos que muchas de la categorías con las que él comenzó a descodificar el fenómeno de la pequeña burguesía dominicana atendían a la necesidad de construir un aparato teórico que permitiera desentrañar las particularidades del proceso histórico dominicano y sobre eso empilar los proyectos, las ideas para la conformación de un partido político de nuevo tipo. Para Bosch es imprescindible el estudio de la pequeña burguesía porque quien quiere hacer un partido en la República Dominicana va a tener, sin duda alguna, que trabajar con la pequeña burguesía. No se va a ir a Suiza a buscar suizos para formar un partido sino que tiene que trabajar con el material de que dispone, por eso hace un estudio ponderado de la pequeña burguesía, y la cuantifica y la cualifica con terminologías extraordinariamente novedosas para la época. Todos recodamos como aquella clasificación nos producía un cierto escozor.

La baja pequeña burguesía, muy baja, pobre muy pobre, y toda una serie de segmentos que tratan de la estratificación social y de lo que cada una tiene de particularidades en su proceso histórico. De manera que Bosch conoce bastante bien el segmento de la pequeña burguesía. Escribe un libro específicamente en torno a su papel en la historia, analiza las particularidades de la nación dominicana, de la pequeña burguesía, y propone entonces un partido con las características del antiguo PLD, porque ese PLD ya no existe, como todos sabemos. Es decir, un partido no de masas sino de cuadros, sobre la base de cuadros políticos educados que hayan ya sudado las características veleidosas de la pequeña burguesía como segmento de clase, que acumule una serie de valores de referencia para la práctica de la vida política, y que tengan determinadas cualidades éticas. Es decir, Bosch configura un verdadero espectro de definiciones para construir un sujeto social con posibilidad de encarnar los ideales de un partido de nuevo tipo. Y éste partido de nuevo tipo él lo pone a desempeñar, a culminar la tarea inconclusa de Juan Pablo Duarte. 

Los que están aquí lo saben de memoria, verdad?. El PLD se definió así mismo, en virtud de las propuestas bochistas como un partido que iba a culminar el proceso de liberación nacional que Duarte encarna. Es importante porque no se trata de establecer la versión entre Bosch y Duarte, que Bosch haya escogido dentro de la singularidad de nuestra historia a Juan Pablo Duarte, porque yo no sé si alguno de ustedes lo saben, me imagino que muchos lo sabrán, pero bueno no lo sé con certeza, que dentro del conjunto de singularidades de la formación del Estado-nación de la República Dominicana, de que tenemos tres padres de la patria. Es decir, Cuba no tiene más que un Padre de la Patria que se llama Carlos Manuel de Céspedes, aunque haya tenido figuras como Martí, Maceo. México no tiene tres Padres de la Patria. No hay en el continente americano ningún país que tenga tres Padres de la Patria. Nosotros tenemos tres padres de la patria porque hay que ir a la historia particular para explicarlo. Incluso, el hecho de que Duarte sea la inspiración de ese partido de nuevo tipo que Bosch quería fundar, es sintomático respecto de la figura de Duarte. Dentro de esos Padres de la Patria, probablemente la accidentada historia dominicana puede discutir muchas cosas respecto a los otros dos. Respecto a Mella o respecto a Sánchez. Puede discutirlo respecto a cualquiera de nuestros pros hombres porque la historia de la Independencia dominicana es singularísima. 

 Para comenzar, no nos independizamos de la metrópolis Española sino que nos separamos de Haití. En segundo lugar nosotros no tenemos un proceso de definición identitaria que se inspire en la aparición de un criollo económicamente ya bien sustentado, que reclame una participación en el aparato del Estado. Nosotros tenemos una independencia cuya definición por antonomasia es cultural. La Independencia dominicana tiene una inspiración cultural, y el que quiera que lea a una figura como Peña Batlle para que pueda descubrir los vericuetos de esta singularidad. Y luego nos independizamos de Haití, que es la primera revolución esclavista triunfante de la historia de la humanidad y además una revolución encabezada por los negros. Toda esa singularidad de nuestro proceso histórico va a originar que Duarte sea el único dechado de pureza que tenemos, nosotros propiamente dicho, en la historia dominicana. 

Toda la fortaleza de Duarte descansa en su debilidad y ni siquiera, como nosotros sabemos, en el carácter bélico en el que se encarnan muchas de sus ideas porque como todos sabemos, él no estuvo ni siquiera a la hora de la independencia, y en ningún momento tuvo participación activa en las guerras por sostener la independencia porque aquella famosa acción de la Junta Gubernativa que lo nombra general y lo manda al Sur a incentivar a Santana para que continúe las tareas de la guerra, dos años que culminan aquella famosa entrevista entre Santana y Duarte, nunca se ha explicitado qué se trató. 

Duarte es el referente histórico más importante en los términos en que la incertidumbre de la formación del Estado-Nación se va a expresar en nuestro país. Duarte nunca va a dudar de la viabilidad de la nación dominicana. Nunca, nunca va a dudar de la viabilidad de la nación. Ustedes podrán encontrar a todos los pro hombres. Dudó Mella, dudó Sánchez, dudaron todos porque la particularidad y el cerco histórico especial de la Independencia nuestra, obligaba, sin ninguna duda, que sin la protección una potencia extranjera, la viabilidad de la nación dominicana fuera posible. Por lo tanto, la preferencia a Duarte es muy importante. 

Asumir que la creación de un partido de nuevo tipo es fundamental para la transformación de la vida social dominicana y poner como tarea esencial la culminación del proceso duartiano es una referencia no solo sublime sino de indiscutible peso histórico. De modo que a partir de esto, nosotros podríamos destacar tres elementos fundamentales de la relación entre Juan Bosch y Juan Pablo Duarte: 

1- Que la concepción de la liberación nacional que asume Bosch para este partido de nuevo tipo, por eso llamado Partido para la Liberación Nacional – PLD-,es la específica concepción de la liberación nacional concebida en el sentido duartiano. O sea, la visión de la independencia plena, la no mediatización de la soberanía, los elementos típicos que caracterizan las posiciones duartistas que, en virtud de ellas, Duarte se convierte en la encarnación de la dominicanidad. Como decía ahorita, que si la concepción de la liberación nacional en nuestro país, a partir de 1844, es una línea zigzagueante, y ustedes lo pueden verificar en cualquiera de los pro hombres. No hay un pro hombre dominicano, y en virtud de esas características particulares de la formación del Estado-Nación, que no haya dudado en algún momento, respecto de que ese conglomerado humano constituía o no constituía esa luz. En cambio en Duarte esa línea no es zigzagueante, no es mediatizadora, no tiene de por medio ningún tipo de interés o mediatización. De modo que asumir la concepción de la liberación en el sentido duartiano es fundamental en el pensamiento de Juan Bosch. 

2- Luego está la concepción de la práctica política como una actividad destinada a producir el bien común. Y esto sí que matiza la práctica de Juan Bosch, y además la de Duarte. No hay en los términos prácticos en que se expresa la liberación nacional en la historia dominicana, un expuntu de mayor nivel de renunciación que el de Duarte. Creo que todos los que estamos aquí sabemos de ese sacrificio. Sacrificio que llegó incluso a disponer de los bienes familiares, porque todos saben que Duarte no titubeó en ningún momento para vender la única propiedad de la familia, con la finalidad de agencia algún dinero para la lucha por la independencia. Y en las cartas famosas en las que Duarte, en más de una oportunidad, hay ese espíritu de renunciación. El hombre que entrega sus bienes. El hombre que concibe la gesta patriótica no como lo hace Santana, que en virtud de sus actividades de guerra, Santana en todo momento reclamó un beneficio de carácter individual, personal y material. 

3- La concepción del bien común como elemento central de la práctica política es fundamental también para la política práctica de Juan Bosch en la política dominicana. 

 4- Lo último y como forma de ligar las dos vidas, las limitaciones al poder ¿de dónde provienen las ideas de Bosch respecto de las limitaciones del poder? Provienen de las ideas duartianas, y casi sin ninguna duda, en dos oportunidades, por lo menos, Bosch asume como un atributo duartiano, los límites implícitos que tienen que existir en el ejercicio práctico del poder. Incluso mucha gente cuando quiere descartar a Juan Bosch de la política práctica aducen que Bosch era no un político sino un politólogo, un teórico de las estrategias políticas. Pero Bosch tenía una concepción diferente del poder, de un poder al que no se accesaba atropellando todos los principios, o encaramándose en el aparato del Estado con una vocación de eternidad. En Bosch la concepción del poder era duartiana, provenía de una visión ética del ejercicio del poder, y asumía esas limitaciones que Duarte estableció como fundamento de la práctica política, hasta el punto que llegó a configurar esferas del poder bastante novedosas, que por cierto después va a recoger un pensador que también tiene mucha influencia en Juan Bosch como lo es Eugenio María de Hostos, me refiero al llamado Poder Municipal. Es decir Duarte propone como estrategia que limita el Poder Ejecutivo la creación de un Poder Municipal y en las propuestas de regeneración social que hace Hostos en la historia dominicana. Hostos es probablemente pensador que propone a la sociedad dominicana el único sistema de pensamiento completo que nosotros tenemos. Vale decir que nosotros podemos asimilar una enorme cantidad de pensadores en la historia dominicana, pero cuando hablamos de un pensamiento que estudió la historia que propuso una interpretación de la historia, que propuso un fundamento o una estructura legal, una sociología, incluso una teoría literaria… Decía yo en el evento reciente que acaba de concluir sobre la crítica, hablaba de que muchos críticos por ejemplo dominicanos, no se percataban ni siquiera, que el ejercicio del criterio que dimanaba de su práctica escritural, dimanaba de las propuestas hostosianas en nuestro país. O sea que en la literatura, en la astronomía…Hostos propuso una astronomía… cuando se habla aquí de que las propuestas hostosianas se enfrentaron a la tradición de la educación religiosa, se dice muy poca cosa porque en el fondo lo que las propuestas hostosianas van a significar es la derrota del romanticismo en el pensamiento dominicano, y eso dicho así es muy simple porque asumido en la trascendencia que encarna, es muchas cosas. De modo que estos límites al poder de lo cual está muy necesitada la sociedad dominicana, y con los que Juan Bosch hizo su práctica política provienen también de las concepciones políticas de Juan Pablo Duarte. Bueno yo quisiera quedarme en este punto y darle la palabra al profesor Ramón Tejeda Read para que podamos dialogar sobre un tema que es por demás, aunque muchos no lo crean, muy actual.

Disertación de Andrés L. Mateo

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