Matías Ramón Mella

Historia, República Dominicana
Matías Ramón Mella y Castillo (1816-1864). Militar y patriota que tuvo una participación decisiva en los hechos de la Independencia. Es considerado uno de los Padres de la Patria de la República Dominicana junto a Juan Pablo Duarte y Francisco del Rosario Sánchez.

Nació el 25 de febrero en la ciudad de Santo Domingo. Fueron sus padres Antonio Mella Álvarez y Francisca Castillo. En 1835, a los 19 años de edad, fue nombrado encargado de la común de San Cristóbal, lugar donde se dedicó también al negocio del corte de madera, actividad de la que se ocupaba Antonio Duvergé, lo que hace suponer que ambos se conocieron desde entonces. Mella desde joven demostró habilidad con el sable y la espada.

En 1838, Mella participó con Juan Pablo Duarte y Francisco del Rosario Sánchez en el movimiento clandestino La Trinitaria, sociedad secreta que tenía el objetivo de derrocar el régimen del dictador haitiano Jean Pierre Boyer. Todavía en 1842 residía o visitaba con frecuencia San Cristóbal ligado al negocio del corte de madera.

En enero de 1843 fue comisionado por Duarte para trasladarse a la villa haitiana de Los Cayos de San Luis, al sur de la isla, para hacer contactos con los revolucionarios reformistas adversarios del presidente Boyer. Esta táctica correcta de Duarte de aliarse con los enemigos de Boyer, encontró en Mella un agente capaz de sumar a los militares y civiles que encabezados por Charles Herard, querían el derrocamiento del presidente de la República que tenía más de veinticinco años en el poder, y cuyo mandato se había convertido en una represiva dictadura.

Luego del derrocamiento de Boyer, Mella se trasladó al Cibao Central como agente propagador del ideal republicano. Cuando Charles Herard, como presidente de la República, visitó la parte oriental, ordenó la prisión de Mella, Rafael Servando Rodríguez y el sacerdote Juan Puigbert, acusándolos de querer destruir el ejército y los remitió a Puerto Príncipe donde permanecieron dos meses detenidos, regresando en septiembre a la parte oriental.

En ausencia de Duarte y de Sánchez, los sucesos se precipitaron y se activaron los preparativos revolucionarios. En enero de 1844 ayudó a Sánchez, jefe del Movimiento, a redactar el Acta de Independencia y, a sugerencia suya, se la llevó a Tomás Bobadilla para su revisión.

El 16 de enero de 1844 se firmó el acta de separación, en la cual se proclamó la necesidad de separarse de la opresión haitiana y se hizo oficial la unión de liberales y conservadores. Durante la guerra de independencia, Mella ocupó la región norte para impedir la penetración haitiana. Junto a sus seguidores marchó hasta Santo Domingo, se adueñaron de la parte oriental de la isla, y declararon formalmente su independencia de Haití y la proclamación de la República Dominicana en febrero de 1844.

La noche del 27 de febrero Mella se reunió con otros conspiradores en la Puerta de la Misericordia y disparó su trabuco en el hecho conocido históricamente como "El trabucazo", que movilizó a los trinitarios y disipó las dudas que en ese momento amenazaban con llevar el movimiento al fracaso. Después del disparo, los trinitarios marcharon hacia el Baluarte de San Genaro (hoy Puerta del Conde), donde Francisco del Rosario Sánchez, proclamó el nacimiento de la República Dominicana. Este hecho se convirtió en el principio del fin de la invasión haitiana.

Establecida la soberanía de la nación, fue instalada la Junta Central Gubernativa con la participación de liberales y conservadores. Electo el 1° de marzo miembro de ese primer gobierno colegiado, fue enviado al Cibao como gobernador del Distrito de Santiago y delegado de la Administración. Con esto se convirtió en el jefe político y militar de la región más importante del país. Alcanzó el rango de General del Ejército Nacional y nombró a José María Imbert su mano derecha en el mando militar.

A mediados de marzo llegó Teodoro S. Heneken, procedente de Cabo Haitiano, y adviertió a las autoridades las intenciones de invasión por parte de Haití. Mella fue receptivo a los informes del viajero y dejó instrucciones a Imbert, a quien escogió como lugarteniente, de lo que debía hacer y se fue a recorrer la región para reclutar hombres y tomar posiciones, lo que reveló su gran capacidad militar organizativa. Cuando comienza la batalla de Santiago, aunque Mella no se encontraba presente en el lugar del combate, se le atribuye parte del triunfo por haberla organizado.

Por esta época, adquirió unos predios agrícolas en Jamao, Puerto Plata. Después de la victoria de Azua el 19 de marzo, los acontecimientos tomaron un giro diferente. Duarte se presentó en el Cibao y Mella lo proclamó presidente de la República. Esa acción rompió el equilibrio de las fuerzas que dirigían la joven república y terminó imponiéndose el sector social más atrasado, encabezado por Pedro Santana y Tomás Bobadilla. Los auténticos héroes nacionales son declarados traidores a la patria, apresados y expulsados de por vida del territorio nacional. Regresó en 1848 junto con Sánchez, amparado por la amnistía decretada por el Presidente Manuel Jiménez. Militó en el partido del general Santana. Cuando Faustin Soulouque invade el país, Mella se incorporó al ejército, destacándose en la Batalla de Las Carreras y termina siendo secretario de Pedro Santana.

Luego de la renuncia del presidente Jimenes y electo Buenaventura Báez, en septiembre de 1849, es nombrado Secretario de Estado de Hacienda y Comercio. Con la enemistad entre Santana y Báez, Mella decide seguir al lado del primero; siempre prefirió los ideales de Santana antes que los de Báez, pero la obstinación de Pedro Santana por querer anexar el país a España los enemistó para siempre.

En 1854 aceptó ser enviado a España para gestionar el reconocimiento de la independencia u obtener el protectorado. A su regreso, en 1855, Pedro Santana lo nombró Ministro de Guerra, oferta que rechazó. En julio de 1856 se le encomendó preparar un proyecto de ley para organizar el ejército. En enero de 1860 rompió con Santana y marchó nuevamente al exilio. Al año siguiente, de regreso en el país, expresó su rechazo a la Anexión a España, por lo que padeció 72 días de prisión en la Torre del Homenaje. De ahí marchó al exilio una vez más.
En 1861 Mella rechazó y se enfrentó a Santana y su proyecto de anexión a España, por lo que se unió a los restauradores. Ocupó los cargos de Comandante de Armas, Ministro de la Guerra, Gobernador de Santiago, Ministro Plenipotenciario y Enviado Extraordinario en Misión Especial frente al Gobierno español. En agosto de 1863 viajó al sur atravesando la Cordillera Central por Constanza, con el encargo de organizar las tropas restauradoras dirigidas por Pedro Florentino y se sumó a los patriotas restauradores que luchaban para recuperar la soberanía nacional. Su vocación independentista se elevó a ideal antillanista cuando el 16 de enero de 1864 favoreció la independencia de Cuba y Puerto Rico. Al arribar a Santiago, el Gobierno restaurador lo nombró en la Vicepresidencia el 17 de marzo de 1864. En esa posición difundió un importante manual de guerra de guerrillas que resultó de gran utilidad. Fue designado Ministro de la Guerra.
El 24 de ese mismo mes, realizó la misión de viajar al sur para levantar la moral a las tropas revolucionarias ante la contraofensiva de las tropas españolas. Mella se encontraba enfermo de disentería y este viaje empeoró su salud. Vivía en extrema pobreza en una pequeña casa cerca a la Fortaleza San Luis, en Santiago donde murió el 4 de junio a los 40 años edad. Fue enterrado envuelto en la bandera dominicana cumpliendo con su petición. Sus restos reposan en el Altar de la Patria, junto a los de Duarte y Sánchez, considerados los Padres de la Patria.

 

Bibliografía activa
“Carta de Mella a Santana”, 1 de marzo de 1854, en Emilio Rodríguez Demorizi: Documentos para la historia de la República Dominicana, vol. II,Santiago, Editora El Diario, 1947. (Archivo General de la Nación. Centenario de la República Dominicana, vol. V).
“Carta de Mella a Santana”, 2 de marzo de 1854, en Emilio Rodríguez Demorizi: Documentos para la historia de la República Dominicana, vol. II, Santiago, Editora El Diario, 1947. (Archivo General de la Nación. Centenario de la República Dominicana, vol. V).
Bibliografía pasiva
Álvarez-López, Luis: Dieciséis conclusiones fundamentales sobre la anexión y la guerra de la restauración (1861-1865), Santo Domingo, Editorial Argos, 2005.
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Gutiérrez Félix, Euclides: Héroes y próceres dominicanos, Santo Domingo, Alfa y Omega, 1995.
Martínez, Rufino: Diccionario biográfico-histórico dominicano, 1821-1930, Santo Domingo, colección Historia y Sociedad, núm. 5, Editora de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, 1971.
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Rodríguez Demorizi, Emilio: Homenaje a Mella. (Centenario de la muerte de Matías Ramón Mella, 1864- 1964) (Academia Dominicana de la Historia), Santo Domingo, Editora del Caribe, 1964.
_____________________________ : Papeles de Buenaventura Báez, Santo Domingo, Editora Montalvo, 1968.
_____________________________ : Próceres de la Restauración. Notas biográficas, Santo Domingo, Editora del Caribe, 1963.
Troncoso Sánchez, Pedro: La Restauración y sus enlaces con la historia de Occidente, Santo Domingo, Editora Montalvo, 1963.