Como un grupo de alumnos con tareas pendientes, los líderes de las 20 economías más influyentes del mundo se reunieron esta semana en Los Cabos, Baja California Sur, un relajante y paradisíaco destino exclusivo de México, para intentar resolver las ecuaciones de un rompecabezas en términos de crisis.
En dos días de sesiones plenarias de la VII Cumbre del G20 se escribieron sobre el "pizarrón" del centro de Convenciones de San José del Cabo las variables "rescate eurozona", "detener la crisis", "Siria", "proteccionismo", "arquitectura financiera internacional", "inclusión", con el propósito de, en conjunto, despejar la incógnita. Al hablar en la primera sesión plenaria del evento, el presidente de México, Felipe Calderón, advirtió que urge avanzar en el diseño y puesta en marcha de las instituciones financieras internacionales del Siglo XXI, de la poscrisis.
En su calidad de presidente de turno del G-20, Calderón llamó a actuar de forma inmediata para evitar "que una crisis, como la que vivimos, se repita".
El encuentro a puertas cerradas arrojó la aprobación de un denominado Plan de Acción de Los Cabos enfilado hacia la recuperación económica, con el planteo de una agenda de futuro que permita atender los riesgos más apremiantes, restaurar la confianza y dinamizar las economías.
De otro lado, 12 países abrieron sus arcas para asegurar los recursos con que cuenta el Fondo Monetario Internacional (FMI), no por 430 mil millones de dólares como era la meta, sino por más de 450 mil millones, la mayor capitalización de su historia.
Lo anterior le ofrece aliento al organismo, o mejor dicho, dinero, para enfrentar las actuales y eventuales turbulencias en el futuro. En conferencia de prensa, Christine Lagarde, directora gerente del FMI, señaló que esto supone prácticamente la duplicación de su capacidad de fuego.
Con estas naciones, ya suman 37 los integrantes del Fondo dispuestos a hacer contribuciones adicionales, lo que representa alrededor de 70 por ciento del total de las cuotas de la institución.
Entre los que se ofrecieron a extender las chequeras, China es el mayor aportador con cerca de 43 mil millones de dólares.
En esta cita Grecia dejó de ser noticia. A su llegada al balneario surcaliforniano los líderes ya sabían los resultados del triunfo de los conservadores sobre la izquierda en las elecciones del país helénico el domingo 17 de junio, algo que, a juicio del presidente estadounidense, Barack Obama, es halagüeño.
Sin embargo, las preocupaciones recayeron sobre España e Italia. El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, aseguró que harían todo lo necesario para salir del atolladero e, incluso, el sistema bancario ibérico tiene la promesa de unos 100 mil millones de euros para sacarlo a flote.
"La solución de los problemas de Europa no es fácil", admitió el presidente de Estados Unidos, Barack Obama; sin embargo, agregó que el sentido de urgencia entre los dirigentes es claro.
"Lo que tenemos que hacer es combinar ese sentido de urgencia con los instrumentos disponibles y unirlos de la forma oportuna para dar confianza a los mercados", dijo el jefe de la Casa Blanca.
Consideró además que "lo que faltan son los detalles exactos y el camino concreto que se tomará", pues cuando los mercados vean esos detalles específicos, se recuperará la calma, dijo.
ENTRETELONES DE LA CUMBRE
El contexto de la VII Cumbre del G20 fue propicio para foros paralelos y encuentros, entre ellos la reunión de Obama con su par ruso, Vladimir Putin, el cual se efectuó en medio de las tensiones entre Washington y Moscú sobre el tema sirio.
No obstante, los dos mandatarios declararon al término de las pláticas acerca de "algunas coincidencias" y que las discusiones continuarían.
Obama llevó el mismo asunto a sus conversaciones con el presidente chino, Hu Jintao, en un intento por conseguir del país asiático mayor cooperación en este sentido y, además, para tratar de buscar apoyo acerca del programa nuclear iraní, que el país persa ha reiterado desarrolla de forma soberana y con fines pacíficos.
Por su parte, la mandataria argentina, Cristina Fernández, pretendió entregarle una carta al primer ministro británico, David Cameron, en torno al justo reclamo sobre Las Malvinas; sin embargo, el dignatario no la aceptó.
Otros entretelones que trascendieron fue que Francia y Alemania acordaron implementar, a partir del 2013, un impuesto a las transacciones financieras en los países de la zona del euro, reveló el presidente François Hollande.
Mientras que la mandataria de Brasil, Dilma Rousseff, planteó a los socios del Grupo reabrir la discusión de la Ronda de Doha en el 2014, bloqueada hasta ahora por los desacuerdos en torno de los subsidios agrícolas.
Para México la Cumbre trajo algunas buenas noticias, porque tras siete meses de cabildeos Calderón y Obama anunciaron la admisión de este país en las negociaciones del Acuerdo de Asociación Transpacífica (Trans-Pacific Partnership, TPP, por sus siglas en inglés), integrado por nueve naciones hasta el momento.
Obama aprovechó además su estancia para reiterar los profundos lazos que unen a Estados Unidos y México, y en su intercambio con la prensa, al término de la Cumbre, consideró al presidente Felipe Calderón como un amigo.
Sus palabras sonaron como la despedida oficial, ya que este finalizará en breve su mandato en la Residencia Oficial de Los Pinos.
MÁS ALLÁ DEL AULA DE LOS CABOS
El G-20 concentra más del 80 por ciento del Producto Interno Bruto global y dos terceras partes de la población mundial. El próximo presidente del grupo será Rusia, que acogerá en junio de 2013 la VII Cumbre de Líderes en San Petesburgo.
Las reuniones anteriores se efectuaron en Washington (2008), Londres (2009), Pittsburgh (2009), Toronto (2010), Seúl (2010) y Cannes (2011).
Los miembros son Alemania, Argentina, Arabia Saudita, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Suráfrica, Turquía y la Unión Europea.
Para el jefe del Ejecutivo mexicano, Felipe Calderón, en su calidad de presidente pro tempore del Grupo, la reunión fue exitosa, abierta e incluyente.
Pero más allá de este paraje tomado por las fuertes medidas de seguridad que se implementaron por tierra, mar y aire, y a casi 220 kilómetros, en La Paz, lejos del "aula" de Los Cabos, la Cumbre de los Pueblos declaraba la cita de los líderes del G20 como un espacio ilegítimo.
Expresaron "no al G-20 porque no nos representa, porque es la voz de los saqueadores y defiende por encima de nuestros derechos los intereses del gran capital que tiene en los especuladores su máxima perversión".
Por Deisy Francis Mexidor
Ciudad de México
Corresponsal de Prensa Latina en México
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