(HOMENAJE A JUAN BOSCH EN EL 103 ANIVERSARIO DE SU
NACIMIENTO, 30 DE JUNIO, 1909) (primera entrega)
MI ENCUENTRO CON HOSTOS.
“El hecho más importante
de mi vida hasta poco antes de cumplir 29 años fue mi encuentro con Eugenio
María de Hostos, que tenía entonces casi 35 años de muerto. El encuentro se
debía al azar; pues, buscando trabajo, lo halle como supervisor del traslado a maquinilla
de todos los originales de aquel maestro de excepción… (…) Eugenio María
de Hostos, que llevaba 35 años sepultado en la tierra dominicana, apareció vivo
ante mí a través de su obra, de sus cartas, de papeles, que iban revelándome
día tras día su intimidad; de manera que tuve la fortuna de vivir en la entraña
misma de uno de los grandes de América, de ver cómo funcionaba su alma, de
conocer –en sus matices más personales- el origen y el desarrollo de sus
sentimientos. Hasta ese momento, yo había vivido con una carga agobiante de
deseo de ser útil a mi pueblo y a cualquier pueblo, sobre todo si era
Latinoamericano; pero, para ser útil a un pueblo, hay que tener
condiciones especiales. ¿Y cómo podía saber yo cuales condiciones
eran esas, y como se las formaba uno mismo sino las había traído al
mundo, y como las usaba si las había traído?
La repuesta a todas esas
preguntas, que a menudo me ahogaban en un mar de angustia, me la dio Eugenio
María de Hostos, 35 años después de haber muerto. (…) la lectura de los
originales de Eugenio María de Hostos me permitió conocer que fuerza mueven, y
como la mueven, el alma de un hombre consagrado al servicio de los demás”,
(Juan Bosch, Hostos el sembrador)
EL
GRAN HOMBRE.
“El gran hombre aparece en los momentos
decisivos de la historia de su pueblo, esto es, cuando una crisis hace estallar
los moldes sociales en que ese pueblo ha estado viviendo, a veces durante
siglos; aparece entonces porque sus condiciones de carácter, que generalmente
han permanecido ocultas para todo el mundo y a menudo hasta para él mismo, le
permiten desarrollar una capacidad de acción u otras formas de expresión de su
personalidad que resultan ser las más adecuadas para dirigir a las masas en esa
hora de crisis, pero esas condiciones de carácter habían sido elaboradas en el
héroe por fuerzas de origen natural, como, por ejemplo, una determinada
conformación cerebral, combinada con las presiones de la sociedad en que se
había formado. Entre tales fuerzas ocupa un lugar decisivo lo que ahora
llamamos ideología, que es un producto neto de la sociedad, aún si se trata de
una parte de ella, como es la clase social de la persona que la comparte. En
suma, que el hombre no es producto de sí mismo, de tales o cuales condiciones
psicológicas, sino que es el producto de su sociedad porque ésta es la fuente
de la psicología de la persona; y a tal extremo esto es así que en la sociedad
de clases resulta fácil distinguir, a través de sus expresiones psicológicas,
al capitalista del obrero y a éste del que le queda más cerca en términos
clasistas, que es el bajo pequeño burgués pobre y muy pobre.
En lo que se refiere a la vocación,
todavía la ciencia no ha llegado al punto de determinar cuál es su origen, pero
se sabe que son muchos los hombres y las mujeres que han sentido el llamado de
una vocación, a veces desde los años más tempranos. Las personas que sienten
ese llamado son capaces de hacer toda suerte de sacrificios para seguir el
impulso que llamamos vocación. Unas abandonan a sus familias y se van a correr
mundo en busca de ambientes en que puedan desarrollar las capacidades que les
permitan ser lo que quieren ser; las hay que viven aventuras fabulosas y se
juegan hasta la vida persiguiendo lo que creen que es su destino; y unas más,
otras menos, todas tienen una convicción profunda, sin saber por qué, de que
podrán hacer aquello que persiguen, y que haciéndolo se destacarán entre todos
los seres humanos; alcanzarán la gloria o el poder, pasarán a ser personajes
importantes e influyentes.”(Juan Bosch, CONSIDERACIONES ACERCA DEL
POLÍTICO, LA VOCACIÓN Y EL OFICIO.)
DEBILIDAD DE LA FUERZA
"Las revoluciones las han perdido los
más fuertes. Una revolución tiene su origen en fenómenos peculiares de su medio
social, económico y político, y tiene su fuerza en el corazón en el cerebro de
las gentes. Ninguno de esos dos factores de una revolución puede ser medido por
computadores electrónicos. Tradicionalmente, las revoluciones las han perdido
los más fuertes. Las trece colonias americanas eran más débiles que Inglaterra,
y le ganaron la revolución de Independencia; el Pueblo francés era más débil
que la monarquía de Luis XVI y le ganó la revolución del siglo XVIII; Bolívar
era más débil que Fernando VII, y le ganó la revolución de América del Sur;
Madero era más débil que Porfirio Díaz y le ganó la revolución de 1910; Lenin
era más débil que el Gobierno ruso, y le ganó la revolución de 1917. Todas las
revoluciones triunfantes a lo largo de la historia, sin una sola excepción; han
sido más débiles que los gobiernos combatidos por ellas. Una revolución, pues,
no puede medirse en términos de poderío militar; hay que apreciarla con otros
valores. Para saber si una revolución es verdaderamente una revolución y no un
mero desorden o una lucha de caudillos por el poder, hay que estudiar sus
causas, la posición que han tomado en ella los diferentes sectores sociales, y
determinar su tiempo histórico. Una revolución, pues, no puede medirse en
términos de poderío militar; hay que apreciarla con otros valores. Para saber
si una revolución es verdaderamente una revolución y no un mero desorden o una
lucha de caudillos por el poder, hay que estudiar sus causas, la posición que
han tomado en ella los diferentes sectores sociales, y determinar su tiempo
histórico".
LA REVOLUCION DE ABRIL 1965
"La Revolución de abril de Santo Domingo fue una típica
revolución democrática a la manera histórica de la América Latina y se originó
en factores sociales, económicos y políticos que eran y son al mismo tiempo
dominicano y latinoamericano. Para situarla en el contexto latinoamericano, su
patrón más cercano en el tiempo es la revolución mexicana de 1910, aunque no
debía ni debe esperarse que fuera exactamente igual a esa revolución de México.
En términos históricos, nada es igual a nada. A pesar de que habían
transcurrido cincuenta y cinco años desde que estalló la revolución mexicana hasta
que comenzó la dominicana, y a pesar de que en ese largo tiempo —más de medio
siglo— se han extendido por el mundo los estudios políticos, sociales,
económicos e históricos, los Estados Unidos actuaron ante la Revolución
Dominicana de 1965 en forma casi igual a como hicieron ante la revolución
mexicana de 1910. En 1965 se ha aducido el peligro comunista como razón de la
intervención militar en Santo Domingo; en 1910 no podía usarse ese pretexto
para desembarcar tropas en Veracruz porque entonces no existía el peligro
comunista. ¿Por qué la actuación ha sido tan parecida? Porque tradicionalmente
el mundo oficial norteamericano se ha opuesto a las revoluciones democráticas
en la América Latina.
Fue John Fitzgerald Kennedy quien transformó los viejos conceptos
y puso en práctica una nueva política, pero desaparecido él, volvió a imponerse
el criterio de que el poder se ejerce sólo a través de la fuerza. Esta idea
parece no ser correcta. La fuerza como expresión única de poder tiene sus
límites: es un instrumento idóneo cuando se enfrenta a la fuerza, pero no lo es
cuando se enfrenta a fenómenos que tienen su origen en las bases más profundas
de las sociedades. Stalin pudo haber tenido razón al decir, durante la última
guerra mundial, que esa guerra sería ganada por el país que fabricara más
motores; pues la lucha de 1939-1945 fue llevada a cabo entre poderes militares
organizados, y el poder de cada uno de ellos se medía en términos de fuerza, de
divisiones, de cañones, de bombas. Pero una revolución no es una guerra, y
hasta se conocen revoluciones que se han hecho sin que haya mediado un disparo
de fusil. Tradicionalmente, las revoluciones las han perdido los más fuertes".
Puerto Rico 1965
La reacción Norteamericana ante la Revolución Dominicana
“Los Estados Unidos, que
en el mes de abril (1965) tenían en Vietnam 23 mil hombres, desembarcaron en
Santo Domingo 42 mil. Para los funcionarios de Washington, los sucesos de la
República Dominicana eran de naturaleza tan peligrosa que se prepararon como si
se tratara de llevar a cabo una guerra de la que dependía la vida misma de los
Estados Unidos.
La fuerza de los Estados
Unidos se usó en el caso de la Revolución Dominicana de una manera absolutamente
desproporcionada. Un pueblo pequeño y pobre que estaba haciendo el esfuerzo más
heroico de toda su vida para hallar su camino hacia la democracia fue ahogado
por montañas de cañones, aviones, buques de guerra, y por una propaganda que
presentó ante el mundo los hechos totalmente distorsionados. La revolución no
fusiló una sola persona, no decapitó a nadie, no quemó una iglesia, no violó a
una mujer; pero todo eso se dijo, y se dijo en escala mundial; la revolución no
tuvo nada que ver ni con Cuba ni con Rusia ni con China, pero se dio la noticia
de que 5 mil soldados de Fidel habían desembarcado en las costas dominicanas,
se dio la noticia de que había sido capturado un submarino ruso y se publicaron
“fotos” de granadas enviadas por Mao Tse-Tung. La reacción norteamericana ante
la Revolución Dominicana fue excesiva, y para comprender la causa de ese exceso
habría que hacer un análisis cuidadoso de los resultados que puedan dar la fe
en la fuerza y el uso ilimitado de la fuerza en el campo político, y convendría
hacer al mismo tiempo un estudio detallado del papel de la fuerza cuando se
convierte en sustituto de la inteligencia.”
LA GUERRA DE LAS GALAXIAS
LA GUERRA DE LAS GALAXIAS
"La Guerra de las Galaxias es el nombre que
desde hace algún tiempo se les viene dando a unos planes militares que se basan
en el uso de un poderío nuclear capaz de aniquilar la vida de los seres que pueblan
el mundo en que vivimos con la probable excepción de una mayoría de los que
viven en los mares; y para que el lector comprenda de dónde procede esa amenaza
vamos a hacer una breve explicación de lo que es el poderío nuclear.
Antes
del año 1945 un número muy corto de personas sabían que en la naturaleza había
una fuente de energía llamada átomo y que el átomo consistía en cada uno de los
pequeñísimos cuerpos eléctricos de que está constituida la materia, pero mucho
menos se sabía, con la excepción de algunos grandes conocedores de las Ciencias
Físicas, que de los átomos podía obtenerse una fuerza explosiva millones de
veces más poderosa que la dinamita, que hasta entonces era el explosivo más
potente que el hombre podía producir y controlar a su conveniencia; y sucedió
que a mediados de julio de ese año 1945 un grupo de científicos que habían
estado trabajando secretamente en un plan destinado a fabricar una bomba
atómica, hizo estallar una de prueba en Álamo Gordo, un lugar de Nuevo México,
Estados Unidos, y con esa prueba comenzó la Era Atómica es decir, una época
nueva de la historia porque la explosión de Álamo Gordo demostró que a partir
de ese momento la humanidad disponía de un poder energético cuya existencia
había sido insospechada hasta entonces.
Ese
poder podía usarse en la guerra para aniquilar militarmente al enemigo, pero
también en la paz para ejecutar grandes proyectos de planes beneficiosos para
la humanidad, y se usó en la guerra que se llevaba a cabo entre Estados Unidos
y su aliada la Unión Soviética contra Japón. Esa era la parte final de la
llamada Segunda Guerra Mundial, que había terminado en Europa con la rendición
de Alemania el 8 de mayo de 1945 pero seguía en el Pacífico entre
norteamericanos y soviéticos de una parte y japoneses de la otra. La bomba
atómica fue usada por primera vez el 6 de agosto de ese año 1945, apenas tres semanas
después de ser probada en Álamo Gordo; se lanzó sobre la ciudad de Hiroshima,
donde además de matar por achicharramiento y por asfixia y de inutilizar por
quemaduras profundas a más de 200 mil personas destruyó el centro de la ciudad,
todo ello con una sola explosión de corta duración.
La
posesión de la bomba atómica convirtió a Estados Unidos en la mayor potencia
militar del mundo, pero no por mucho tiempo porque en 1949 la Unión Soviética
anunció que había terminado el monopolio norteamericano del poder atómico, lo
que significaba que los soviéticos habían fabricado también una bomba atómica y
a partir de ese momento empezaría una carrera de competencia entre los dos
países que acabaría colocando a la Unión Soviética en el mismo nivel de poderío
militar que los Estados Unidos, y no sólo por su dominio de la energía atómica
sino además el de la energía nuclear.
¿Cuál
es la diferencia entre la energía atómica y la nuclear?
Que
la segunda se manifiesta con mayor poder que la atómica porque es el resultado
de la integración de un núcleo atómico creado por la unión de dos núcleos de
masa más ligera, que se dividen mediante la llamada fisión nuclear. La energía nuclear
no deja residuos radioactivos como los deja la atómica, pero además no se
agota. La tecnología de la fusión y de la fisión nuclear fue descubierta años
después de haberse fabricado la primera bomba atómica, y con ella los
norteamericanos hicieron en 1952 la primera bomba termonuclear, cuya capacidad
de destrucción era mil veces mayor que la que se lanzó sobre Hiroshima; pero
los soviéticos habían avanzado en la física atómica tan de prisa que fabricaron
su bomba termonuclear un año después, es decir, en 1953, y se adelantaron a
Estados Unidos en la fabricación del primer cohete balístico intercontinental,
es decir, que podía salir de territorio soviético y llegar en corto tiempo a
cualquier lugar de América del Norte
llevando una bomba nuclear.
Ese
cohete balístico fue terminado en 1957, año en el que la Unión Soviética
produjo también el primer satélite espacial tripulado por hombres, que fue el
conocido con el nombre de Sputnik, y así como la humanidad había entrado el 16
de julio de 1945 en la Era Atómica con la explosión en Álamo Gordo de la
primera bomba hecha a base del poder explosivo de los átomos (que en ese caso
fueron isótopos de átomos de plutonio), el 4 de octubre de 1957 se inició la
Era Espacial con el lanzamiento en la Unión Soviética del Sputnik, y lo decimos
para que el lector se dé cuenta de que para esa fecha, exactamente cuarenta
años después de haber comenzado la Revolución Rusa, la sociedad que la inició
cuando era una de las más atrasadas de los países de Occidente se había
convertido en la competidora de la más desarrollada del mundo capitalista.
Pero
para el 1957 la Doctrina Truman de la Guerra Fría tenía cinco años de lanzada y
el gobierno de Eisenhower, sucesor de Truman, no iba a tolerar que esa doctrina
quedara hundida en un mar de incapacidad norteamericana para mantener la
supremacía nuclear sobre la Unión Soviética, de manera que Estados Unidos
apareció construyendo en 1958 un cohete balístico intercontinental y un
satélite tripulado por hombres y en 1960 navegaban por las aguas del Atlántico submarinos
porta cohetes. Fue ocho años después cuando la Unión Soviética construyó
submarinos del mismo tipo y en el mismo año (1968) fabricó cohetes de cabezas
nucleares múltiples que llegaban con un retraso de dos años comparados con los
que Estados Unidos había fabricado en 1966.
En
el camino de la competencia se había ido muy lejos. La bomba de Hiroshima fue
llevada a bordo de un avión que volaba a 360 millas por hora y en 1985 un
cohete MX
de cabezas nucleares múltiples viaja a
razón de 15 mil millas por hora, pero además, mientras la bomba de Hiroshima
mató e hirió a más de 200 mil personas la que lleva un MX
puede matar, herir o inutilizar de por
vida a varios millones porque la bomba de 1945 tenía un poder destructor
equivalente a 15 mil toneladas de dinamita y un cohete nuclear actual lleva en su
seno la capacidad aniquiladora de 5 millones de toneladas de ese explosivo".
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