MORAL Y LUCES

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miércoles, 13 de junio de 2012

VOLVER A BOSCH, LA CALIDAD VERSUS LA CANTIDAD


“Pensemos no en términos de números sino en términos de capacitación. Hagamos que el Partido se supere ampliando la mente política de nuestros hombres, mejorando sus condiciones de tal manera que podamos hacer un líder de cada uno de ellos, un líder capaz de producir ideas políticas y también capaces de ponerlas en práctica dentro de un método de trabajo partidista, no personal. No podemos  permitir, pues, que bajo el pretexto de que el PLD debe crecer en cantidad se nos metan en el Partido gentes que nos hagan disminuir en capacidad de dirección”
La dialéctica nos enseña que las cosas vuelven a ser lo que fueron, pero hasta cierto punto. Así como de la cantidad de los perredeístas salió la cualidad de los peledeístas, así del trabajo cualitativo que están haciendo los peledeístas van a salir en este pueblo cantidades de partidarios de la nueva sociedad, porque la dialéctica enseña que se pasa de la cantidad a la cualidad para volver a pasar de la cualidad a la cantidad. Pero cuando se vuelve de la cualidad a la cantidad ya esa cantidad no es la misma de antes; es una cantidad modificada por la cualidad que le ha dado origen; es una cantidad cualitativamente superior. Es así como funciona el proceso dialéctico: las cosas vuelven a ser lo que fueron, pero en un nivel cualitativo superior. Nosotros, los peledeístas, podemos darnos cuenta de que ese proceso ha empezado ya en la República Dominicana.
 (…) el ánimo del pueblo ha comenzado a operar la idea de que el PLD es un partido serio; es decir, que el PLD tiene una suma de cualidades que lo hacen acreedor al respeto del pueblo, y como es natural cada día hay y cada día habrá más gente que querrá pasar al PLD; y lo que significa ese deseo es que la cantidad está siguiendo a la cualidad, o dicho en otras palabras, que la cualidad está comenzando a transformarse en cantidad, aunque, como dije hace un rato, en una cantidad diferente, en una cantidad que va a tener cualidades que no tenía la cantidad perredeísta.
Y bien, compañeros; no hay que apresurarse a ampliar el número de miembros del PLD. Vayamos acercándonos cuidadosamente a aquellos que quieran acercarse a nosotros; tengamos mucho cuidado al escoger a nuestros futuros militantes para que no metamos dentro del Partido a gente mal formada, a gente desesperada. No olvidemos que en este país donde todavía no hay clases desarrolladas, clases que tengan conciencia política, un partido como el nuestro tendrá que seguir siendo durante algún tiempo un partido dirigido por pequeños burgueses, y en la pequeña burguesía, pero especialmente en la baja pequeña burguesía de origen pobre y muy pobre, se dan con mucha fuerza la desesperación y la necesidad de destacarse, y esas son condiciones que pueden llevar a un grupo a encabezar dentro del Partido un sector de aventureros, un sector de esos que hemos visto en muchos otros países de América llevar a los partidos de la revolución a fracasos lamentables.
Esta lucha en que estamos es también la lucha en que venceremos, porque históricamente la victoria está del lado nuestro, pero nunca podremos vencer si no sabemos escoger la hora de atacar, la manera de atacar y el punto por dónde deberemos atacar, y si caemos en desesperaciones y no sabemos o no podemos escoger la hora, la manera y el punto de nuestro ataque, aunque la historia esté de nuestra parte, seremos aniquilados, no seremos los vencedores. No podemos  permitir, pues, que bajo el pretexto de que el PLD debe crecer en cantidad se nos metan en el Partido gentes que nos hagan disminuir en capacidad de dirección.
 ...lo más importante para el Partido es pensar en crecer cualitativamente, es decir, crecer en conciencia política, en el tipo de conciencia política que se adquiere con el estudio y con el trabajo en el seno del pueblo; crecer mediante el desarrollo político, teórico y práctico de cada militante del Partido. Nuestro crecimiento no debe ser por el momento a base de número sino de cualidades.
 Pensemos no en términos de números sino en términos de capacitación. Hagamos que el Partido se supere ampliando la mente política de nuestros hombres, mejorando sus condiciones de tal manera que podamos hacer un líder de cada uno de ellos, un líder capaz de producir ideas políticas y también capaces de ponerlas en práctica dentro de un método de trabajo partidista, no personal.
... Las condiciones de vida de nuestro Partido tienen que responder a ese panorama nacional. No pretendamos ser un partido que se divorcie de la realidad dominicana, ni yéndosele por delante a esa realidad ni quedándose por detrás de ella. No caigamos en el error de creer que aquí lo determinante es la cantidad de personas que haya en un partido, pero tampoco caigamos en pensar que lo determinante es un pequeño grupo que se lance a una acción desesperada.
Somos un pueblo de escaso desarrollo clasista, y el escaso desarrollo clasista (que es a su vez producto de un escaso desarrollo económico) nos obliga a ser muy objetivos. Sobre los intereses reales de las clases que apenas existen, en un país de poco desarrollo clasista se imponen los intereses de grupos de personas y a veces hasta de una sola persona; se imponen sobre las clases poco desarrolladas y también sobre el país, que naturalmente no tiene desarrollo.
Eso explica muchas cosas que suceden en la vida política dominicana; y explica, desde luego, que los grupos marxistas, al ser tan poco desarrollarlos como lo son las clases y capas de que proceden sus miembros y líderes, se hallen también dominados por personas y no, en realidad, sirviendo los mejores intereses de clases, capas sociales y organizaciones.

  EL PARTIDO  CONCEPCION,FORMACION Y DESARROLLO
Juan Bosch, 1983


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