“Pensemos no en
términos de números sino en términos de capacitación. Hagamos que el Partido se
supere ampliando la mente política de nuestros hombres, mejorando sus
condiciones de tal manera que podamos hacer un líder de cada uno de ellos, un
líder capaz de producir ideas políticas y también capaces de ponerlas en
práctica dentro de un método de trabajo partidista, no personal. No podemos permitir,
pues, que bajo el pretexto de que el PLD debe crecer en cantidad se nos metan
en el Partido gentes que nos hagan disminuir en capacidad de dirección”
La dialéctica nos enseña que las
cosas vuelven a ser lo que fueron, pero hasta cierto punto. Así como de la
cantidad de los perredeístas salió la cualidad de los peledeístas, así del
trabajo cualitativo que están haciendo los peledeístas van a salir en este
pueblo cantidades de partidarios de la nueva sociedad, porque la dialéctica
enseña que se pasa de la cantidad a la cualidad para volver a pasar de la
cualidad a la cantidad. Pero cuando se vuelve de la cualidad a la cantidad ya
esa cantidad no es la misma de antes; es una cantidad modificada por la
cualidad que le ha dado origen; es una cantidad cualitativamente superior. Es
así como funciona el proceso dialéctico: las cosas
vuelven a ser lo que fueron, pero en un nivel cualitativo superior.
Nosotros, los peledeístas, podemos darnos cuenta de que ese proceso ha empezado
ya en la República Dominicana.
(…) el ánimo del pueblo ha comenzado a operar
la idea de que el PLD es un partido serio; es decir, que el PLD tiene una suma
de cualidades que lo hacen acreedor al respeto del pueblo, y como es natural
cada día hay y cada día habrá más gente que querrá pasar al PLD; y lo que
significa ese deseo es que la cantidad está siguiendo a la cualidad, o dicho en
otras palabras, que la cualidad está comenzando a transformarse en cantidad,
aunque, como dije hace un rato, en una cantidad diferente, en una cantidad que
va a tener cualidades que no tenía la cantidad perredeísta.
Y bien, compañeros; no hay que
apresurarse a ampliar el número de miembros del PLD. Vayamos acercándonos
cuidadosamente a aquellos que quieran acercarse a nosotros; tengamos mucho
cuidado al escoger a nuestros futuros militantes para que no metamos dentro del
Partido a gente mal formada, a gente desesperada. No olvidemos que en este país
donde todavía no hay clases desarrolladas, clases que tengan conciencia
política, un partido como el nuestro tendrá que seguir siendo durante algún
tiempo un partido dirigido por pequeños burgueses, y en la pequeña burguesía,
pero especialmente en la baja pequeña burguesía de origen pobre y muy pobre, se
dan con mucha fuerza la desesperación y la necesidad de destacarse, y esas son
condiciones que pueden llevar a un grupo a encabezar dentro del Partido un
sector de aventureros, un sector de esos que hemos visto en muchos otros países
de América llevar a los partidos de la revolución a fracasos lamentables.
Esta lucha en que estamos
es también la lucha en que venceremos, porque históricamente la victoria está
del lado nuestro, pero nunca podremos vencer si no sabemos escoger la hora de
atacar, la manera de atacar y el punto por dónde deberemos atacar, y si caemos
en desesperaciones y no sabemos o no podemos escoger la hora, la manera y el
punto de nuestro ataque, aunque la historia esté de nuestra parte, seremos
aniquilados, no seremos los vencedores. No podemos permitir, pues, que bajo el pretexto de que el
PLD debe crecer en cantidad se nos metan en el Partido gentes que nos hagan
disminuir en capacidad de dirección.
...lo más importante
para el Partido es pensar en crecer cualitativamente, es decir, crecer en
conciencia política, en el tipo de conciencia política que se adquiere con el
estudio y con el trabajo en el seno del pueblo; crecer mediante el desarrollo
político, teórico y práctico de cada militante del Partido. Nuestro crecimiento
no debe ser por el momento a base de número sino de cualidades.
Pensemos
no en términos de números sino en términos de capacitación. Hagamos que el
Partido se supere ampliando la mente política de nuestros hombres, mejorando
sus condiciones de tal manera que podamos hacer un líder de cada uno de ellos,
un líder capaz de producir ideas políticas y también capaces de ponerlas en
práctica dentro de un método de trabajo partidista, no personal.
... Las condiciones de vida de
nuestro Partido tienen que responder a ese panorama nacional. No pretendamos
ser un partido que se divorcie de la realidad dominicana, ni yéndosele por
delante a esa realidad ni quedándose por detrás de ella. No caigamos en el
error de creer que aquí lo determinante es la cantidad de personas que haya en
un partido, pero tampoco caigamos en pensar que lo determinante es un pequeño
grupo que se lance a una acción desesperada.
Somos un pueblo de escaso desarrollo
clasista, y el escaso desarrollo clasista (que es a su vez producto de un
escaso desarrollo económico) nos obliga a ser muy objetivos. Sobre los
intereses reales de las clases que apenas existen, en un país de poco desarrollo
clasista se imponen los intereses de grupos de personas y a veces hasta de una
sola persona; se imponen sobre las clases poco desarrolladas y también sobre el
país, que naturalmente no tiene desarrollo.
Eso explica muchas cosas que suceden
en la vida política dominicana; y explica, desde luego, que los grupos
marxistas, al ser tan poco desarrollarlos como lo son las clases y capas de que
proceden sus miembros y líderes, se hallen también dominados por personas y no,
en realidad, sirviendo los mejores intereses de clases, capas sociales y
organizaciones.
EL PARTIDO
CONCEPCION,FORMACION Y DESARROLLO
Juan Bosch, 1983
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