Un hecho sin precedentes pero no sorprendente fue el anuncio de la Alianza del Pacífico que integran México, Chile, Colombia y Perú. La firma del acuerdo subregional de los cuatros jefes de Estado fue en Antofagasta, Chile, dejando en funcionamiento este nuevo esquema que busca profundizar la integración regional y poner énfasis en sus relaciones comerciales con el Asia-Pacífico.
Un hecho sin precedentes pero no sorprendente fue el anuncio de la Alianza del Pacífico que integran México, Chile, Colombia y Perú. La firma del acuerdo subregional de los cuatros jefes de Estado fue en Antofagasta, Chile, dejando en funcionamiento este nuevo esquema que busca profundizar la integración regional y poner énfasis en sus relaciones comerciales con el Asia-Pacífico. Una nota curiosa e interesante de observar es que estos cuatro países tienen acuerdos de libre comercio con Estados Unidos, vías a vis, otros, que se ubican también en las mismas latitudes geográficas, como Bolivia, Ecuador, Venezuela y el gigante Brasil y su principal socio Argentina, que aun no cuentan con acuerdos de esta naturaleza con la primera potencia del planeta. Los datos aportados por esta Alianza dicen que cuentan con un mercado de 207 millones de consumidores, y que sus miembros acaparan el 50% del comercio latinoamericano, así como un tercio del producto interno bruto regional.
Otro dato esencial es que los cuatros en conjunto exportaron en el 2011 más de 71,000 millones de dólares a las naciones del Asia-Pacífico. Sería el noveno bloque más poderoso económicamente del mundo.
Los líderes de estas cuatro economías despejaron la duda de que el naciente frente integracionista choque o entre en contradicción con otros esquemas unionistas existentes en la Región. Parecería ser que debido a la fragmentación que en los últimos años ha sufrido el llamado Pacto Andino, con la salida de Venezuela, y las diferencias que en su seno en materia de estrategia comercial han tenido otros miembros del contexto de integración andino en unir esfuerzos conjuntos para una reposicionar intereses comunes de dicha área geográfica regional, y que según han dicho sus propios inspiradores, está también abierto a la participación de otras naciones del continente.
En la superficie de los entresijos de los intereses regionales, que también subyacen en el trasfondo de la situación, algunas concepciones que han sido abiertamente formuladas en diversos foros del hemisferio por el presidente mexicano Felipe Calderón, de la necesidad de concebir una política de convergencia regional, para enfrentar con mayor poder de negociación y sentido político, la competencia comercial China y otros jugadores del entorno Asia-Pacífico. Tenemos entre sí en el panorama latinoamericanista, un nuevo matrimonio comercial (G-4) que entra a tomar parte en el pastel de los intereses comerciales más allá de nuestro ámbito continental, como es el área Asia-Pacífico.
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