Por Domingo Núñez Polanco
En esta tierra de hermosos valles y montañas.
Con gran potencial agrícola, dotado por la naturaleza con suelos de gran fertilidad aptos para cultivos en los diferentes rubros agropecuarios.
Tierra de grandes hombres y mujeres que han llenado de gloria el camino hacia las luchas libertarias en defensa de las causas más nobles y justas de la nación dominicana.
En esta patria nuestra, Patria de nuestros amores y desvelos.
Por ese amor a nuestra tierra, a eso que los bolivianos llaman en su idioma ancestral: “LA PACHA MAMA” o madre tierra.
Por eso estamos reunidos hoy aquí. Por amor a la patria y hacer causa común por un reclamo justo y necesario.
Este hermoso panorama, podría ser muy bien descrito por el mas lego de los poetas dominicanos.
Pero, de lo que se trata, parodiando una frase de un viejo político dominicano: “lo importante no es abrirle el pico a la ave para que cante, sino para que coma”.
Vamos a hablar entonces del verdadero sujeto de nuestra realidad, el hombre del campo dominicano, el pequeño y mediano productor agrícola.
Aquel, que desde hace mas de 200 años ha vivido en la exclusión, fuera de los canales institucionales de acceso al crédito agropecuario..." (ver texto completo al final)
El viernes 8 de julio 2011 se celebro en la Biblioteca
Pedro Mir de la Universidad Autónoma de Santo Domingo “UASD” el
primer FORO SOBRE LA MODIFICACIÓN A LEY DE ALQUILERES:
SUS VENTAJAS Y DESVENTAJAS.
Los panelistas invitados fueron, el Ingeniero Paino
Abreu Collado, Administrador General del Banco Agrícola, La
Dra. Angelina Biviana Riveiro, por la Asociación nacional de Jóvenes
Empresarios (ANJE) y el Lic. Domingo A. Núñez Polanco,
de SISAGRO Y COOPSISAGRO, en representación del sector cooperativo
Agropecuario nacional.
La actividad fue organizada por las cooperativas: BAGRICOOP,
COOPNAPA, COOPROUASD, COOPSISAGRO, SEACOOP, COOPRESERVAS Y LA ONG SISAGRO.
En el primer FORO SOBRE LA MODIFICACION A
LEY DE ALQUILERES: SUS VENTAJAS Y DESVENTAJAS, hubo una amplia
representación del movimiento Cooperativo nacional, representantes
de alrededor de cuarenta cooperativas. El Lic. Jorge Méndez Pérez, Presidente
de COOPHERRERA, estuvo en representación del señor Julio Fulcar quien es el
presidente del Consejo Nacional de Cooperativas CONACOOP. Una nutrida
comisión de la junta de regante de la Región Sur representada por los señores,
Mario Segura, Juan Félix y Ramón Martínez, El movimiento campesino y de
productores de la región este estuvo representado por el connotado
dirigente agrario Domingo Vilorio y le acompañaron la dirigente campesina
Gertrudis Miledi Carrasco, el dirigente agrario Don Gollo Rosario y
el dirigente social Julián Mota. Por el sector de los comerciantes detallistas
estuvo el señor Ricardo Rosario, representando una nutrida comisión que
le acompaño. Por la Universidad Autónoma de Santo Domingo estuvo el Lic.
Antonio Ciriaco, Director del instituto de investigaciones socio-económicas de
la UDSD; en representación de la RED MOVIMIENTO SOCIAL INTEGRADO,
estuvieron los señores: Santiago Sánchez Lebrón, Bienvenido Castillo
Perdomo, Jean Luis Piña, Yarleny Báez y Carla Paola Montas. Por la
Biblioteca Nacional estuvo, su Director Diomedes Núñez Polanco, en
Representación del INSTITUTO AGRARIO DOMINICANO, estuvo el Lic. Ramón
Alvarado, Director de la gerencia de desarrollo Social del IAD. Los
Licenciados Ramón Fernando Reinoso y José Gregorio González acompañados
de una amplia comitiva estuvieron en representación de las JUNTAS
DE FAMILIAS POR UNA COMUNIDAD DIGNA.
Además de estas representaciones de diversas instituciones y
sectores en el primer FORO SOBRE LA MODIFICACION
A LEY DE ALQUILERES: SUS VENTAJAS Y DESVENTAJAS, hubo también
la asistencia de un nutrido grupo personas de diversas procedencias: Profesores
Universitarios, Personas vinculadas a la actividad agropecuaria y una buena
representación de la juventud Universitaria de la UASD. Por el movimiento
social de varios Distrito Municipales de Santo Oeste estuvieron Joan Ortiz y el
dirigente deportivo Edgar Cuevas, entre otros.
La ponencia del Lic. Domingo A. Núñez Polanco en el
primer FORO SOBRE LA MODIFICACION A LEY DE ALQUILERES:
SUS VENTAJAS Y DESVENTAJAS fue muy comentada y al decir de
muchos de los allí presente dio en la diana del problema vinculante entre el
proyecto de reforma a la ley de alquileres y el rescate y activación de
la agropecuaria nacional. En tal sentido, para el interés de nuestros lectores
le presentamos la referida ex ponencia del Lic. Núñez Polanco.
DEMOCRATIZACION DEL CREDITO AGROPECUARIO.
Por Domingo Núñez Polanco
En esta tierra de hermosos valles y montañas.
Con gran potencial agrícola, dotado por la naturaleza con suelos de gran
fertilidad aptos para cultivos en los diferentes rubros agropecuarios.
Tierra de grandes hombres y mujeres que han llenado de gloria el
camino hacia las luchas libertarias en defensa de las causas más nobles y
justas de la nación dominicana.
En esta patria nuestra, Patria de nuestros amores y desvelos.
Por ese amor a nuestra tierra, a eso que los bolivianos llaman en su
idioma ancestral: “LA PACHA MAMA” o madre tierra.
Por eso estamos reunidos hoy aquí. Por amor a la patria y hacer
causa común por un reclamo justo y necesario.
Este hermoso panorama, podría ser muy bien descrito por el mas lego
de los poetas dominicanos.
Pero, de lo que se trata, parodiando una frase de un viejo político
dominicano: “lo importante no es abrirle el pico a la ave para que cante, sino
para que coma”.
Vamos a hablar entonces del verdadero sujeto de nuestra
realidad, el hombre del campo dominicano, el pequeño y mediano productor agrícola.
Aquel, que desde hace mas de 200 años ha vivido en la exclusión,
fuera de los canales institucionales de acceso al crédito agropecuario, salvo
el pequeñísimo grupo que ha podido tener acceso al B.A.
Quiero que sepan, que aquí en el país, desde los tiempos de la
colonia se ha canalizado crédito para financiar la producción de bienes
primarios.
Ahora bien, quienes creen ustedes que se han beneficiado de
esos recursos en calidad de financiamiento a la producción. Claro, lo sabemos.
Y no van a parar, precisamente a la gran mayoría de hombres y
mujeres que con el día a día, sol a sol, labran la tierra con su sudor y
esfuerzo para garantizar a nuestra población seguridad alimentaria.
El 87% de los alimentos de origen Agropecuarios que se consumen en el
país, son generados por nuestros productores nacionales.
Pero, hay algo mas, de ese 87%, el 64% es aportado por los pequeños
y medianos.
A esos mismos, pequeños y medianos productores agrícolas
es que se propone beneficiar el proyecto de modificación de
la ley existente de alquileres.
El sector de las cooperativas agropecuarias, profesionales, y de
empleados, asociaciones campesinas y juntas de regantes, en alianza
estratégica con el banco Agrícola en este proceso de lucha por la aprobación
por parte del Congreso Nacional del proyecto de modificación a la ley de
alquileres, manifiesta que este proyecto es una pieza clave, fundamental,
complementaria, a las reformas que se hacen impostergables en el sector
agropecuario Dominicano.
No admite más espera, no sólo por la incapacidad que en las
entidades se han reflejado a través del tiempo, acusando un nivel progresivo de
deterioro, sino también por la imposibilidad concreta de responder a las
condiciones y exigencias de un entorno nacional e internacional cambiante,
complejo y diverso.
En tal sentido, entendemos que existen suficientes
elementos y sólidos argumentos para pensar que en la actualidad es tiempo de
abordar el problema de la democratización del crédito agropecuario en la
República Dominicana y eso solo es posible, en el corto plazo,
empoderando al Banco Agrícola de mecanismos y herramientas de base legal
que le permitan captar recursos permanentes y estables a bajos costos
financieros. El mecanismo a la vista para tales fines, en lo inmediato es
el proyecto de modificación de la ley de alquileres.
Las altas tasas de interés, el escaso o casi nulo financiamiento de
largo plazo de la banca comercial formal, unido a la falta de recursos
económicos con que opera el Banco Agrícola, es uno de los problemas y amenazas
principales que confronta el sector agropecuario dominicano, limitando
seriamente sus posibilidades de reconversión tecnológica y productiva, para
crear las condiciones de una economía competitiva , rentable y
viable, garantizando así la seguridad alimentaria a la
población dominicana.
Los productores, prácticamente de todos los rubros se encuentran
descapitalizados, sin liquidez y sin rentabilidad, lo que significa
inhabilitados para poner en marchas sus unidades productivas en el corto y
mediano plazo, situación que puede tornarse en un desabastecimiento de
alimentos para la población con su secuela de turbulencias sociales.
En ese contexto, en el que se desenvuelve la economía
agropecuaria, la democratización del crédito, es imprescindible e
impostergable, vale decir, abrir las ventanillas de préstamos, a bajos
intereses, a cientos de miles de pequeños y medianos productores.
Al decir del Banco Agrícola, la demanda total estimada de
crédito para el año 20011 ronda unos RD$40,000 millones de pesos frente a una
oferta total de RD$15,000 millones.
¿Ustedes saben que significa eso?
Que alrededor del 60% de las necesidades de financiamiento para la
actividad Agropecuaria no se verán cubiertas a través de las
instituciones financieras, tanto de la banca comercial, como del propio Banco
Agrícola.
Pero, eso no se queda ahí, es precisamente, por este déficit de
oferta de crédito agropecuario, es lo que origina, en gran medida,
una de las tragedias que hacen inviable el campo dominicano.
Ocurre, que en este escenario, regularmente se dan dos situaciones: por un
lado aquellos productores que ante la falta de recursos deciden abandonar la
actividad productiva y emigran hacia las zonas urbanas en busca de otros medios
de subsistencia, pero por el otro lado tenemos aquellos, que asumen un nuevo
riesgo que es el de obtener el crédito de fuentes no formales, a tasas de
interés prácticamente de usura. En este dilema, estos últimos, terminan
cayendo, “en la trampa financiera” como muy atinadamente ha
conceptualizado, este nefasto fenómeno, el distinguido Ing. Paino Abreu
Collado, administrador general del Banco Agrícola.
En la década de los ochenta (llamada por la CEPAL la década
perdida), el panorama mundial se tornó cambiante y complejo en todos los
órdenes, modificándose el cuadro de la vida económica, social, política e
internacional.
Como consecuencia de esos cambios y transformaciones, en América
Latina se inició un proceso de ajuste estructural, asociado a los problemas de
la deuda externa, la política cambiaria, el gasto público, los desequilibrios
fiscales y externos, la inflación y las tasas de interés internacionales.
Posteriormente, en los años noventa, los programas de ajuste dan paso a un
proceso de transformación estructural concebidos para una acción de más largo
plazo, que implicaba el establecimiento de cambios en el aparato económico y en
la esfera institucional. Ya para entonces el proceso de la globalización
había arropado las relaciones económicas y al crecimiento de las
economías internas, con una fuerte interconexión con los mercados
internacionales.
En este proceso globalizante de la economía a escala mundial, la
dominicana no fue ajena a sus efectos, y muy particularmente el sector
agropecuario.
Es decir, el entorno internacional en el que se desenvuelve el sector
agropecuario nuestro, ha sufrido una profunda y rápida modificación la cual
obliga a repensar una nueva visión para el desarrollo de este país.
Debo decirle que estamos tarde.
Pero vamos ampararnos en una popular expresión del pueblo que dice:
“Dios aprieta, pero no ahorca”.
El 5 de febrero de 1988 fue aprobada la ley 17-88, que modificaba la ley
43-14 del 22 de octubre 1955 sobre los anticipos de alquileres.
Hoy 24 años después persisten las mismas razones que motivaron aquella
modificación a la ley de alquileres de 1955.
De una cartera consolidada de RD$ 255,194 millones prestada por los
agentes financieros a todos los sectores, el agropecuario sólo recibió
RD$11,370 millones, para un 4% del total. 52% de estos RD$11,370 millones
fueron colocados por el BAGRICOLA. Mientras que la banca comercial
privada sólo participó con el restante 46%. Obviamente, el Banco Agrícola tiene
una importancia capital en el financiamiento del sector.
Pero este exiguo 4% de la cartera de crédito consolidada no es
suficiente ni remotamente para: adquisición de tecnologías, financiar el
proceso de reconversión a que tiene que ser sometido el sector para enfrentar
los retos de los Acuerdos de Libre Comercio firmados por el Estado Dominicano.
El no cumplimiento de la ley actual de alquileres por los sectores
vinculantes, se ha traducido en un estancamiento de las inversiones
y de la creación de nuevos empleos en la zona rural, produciéndose un flujo
migratorio del campo a la ciudad impactando en forma negativa en el Producto
Interno Bruto Agropecuario, la producción de materia prima para las industrias,
una merma del flujo hacia los sectores comerciales, una cuasi paralización del
sector inmobiliario, una mengua incesante en los servicios y por ultimo un
descenso en la generación de divisas.
La aprobación del proyecto de modificación de la ley de alquileres
por el honorable Congreso Nacional generaría un flujo de recursos económicos de
alrededor de unos RD$30,000 millones de pesos, los cuales estarían a
disposición del sector agropecuario a una baja tasa de interés y a un plazo
acorde con su ciclo de cultivo.
Señores, ustedes no se imaginan el impacto socio-económico que
significa rescatar la capacidad crediticia del BAGRICOLA con suma igual.
La importancia social del sector radica en la democratización del
crédito.
El cual llegaría a beneficiar a 242,956 productores de los
cuales 192,396 son del sector privado y 50,560 son productores asentados bajo
el esquema de la Reforma Agraria.
La situación de la pobreza en el ámbito rural es uno de los desafíos
más importantes de los que debe enfrentar el país a corto, mediano y largo
plazo.
Ante una posible crisis alimentaria global, las poblaciones pobres
rurales serían las más vulnerables por lo que se requiere la implementación de
medidas que mitiguen el impacto de esta posible crisis.
Posición
El movimiento cooperativo agropecuario, de profesionales y
empleados, A si como el movimiento campesino organizado, asume en toda su parte
los planteamientos del Banco Agrícola en la persona de su máximo ejecutivo, en
cuanto al proyecto de modificación de esta ley.
Por otro lado sugerimos entre otras cosas lo siguiente:
1- Que se establezcan normas para que hayan
topes a los montos prestables acordes con las necesidades de cada región.
2- Que abarque rubros agrícolas no
tradicionales, no atractivo a la banca tradicional u otros intermediarios
financieros.
3- Que se evalué el impacto social de cada
proyecto a financiar ya que el efecto multiplicador que se produce en los
sectores pequeños y medianos se traduce en una progresión geométrica desde el
punto de vista económico-social, y por otro lado la concentración del crédito
en las capas altas solo produce un movimiento aritmético.
4- Apoyamos la propuesta de
modificación de la estructura organizativa y operativa del Banco Agrícola
convirtiéndolo en una institución de fomento a la producción agroalimentaria y
forestal; y creando un Banco de Segundo Piso o Fondo para la Modernización
Agropecuaria para apoyar el financiamiento de proyectos agroindustriales de
largo plazo tales como plantas de procesamiento y empaque y reconversión
productiva mediante la promoción y desarrollo de la tecnología de invernaderos
y la siembra de frutas tropicales.
5- Como también apoyamos la creación de un
fondo de garantía que minimice los riesgos de los intermediarios financieros y
el fortalecimiento del seguro agropecuario.
Por último hacemos un llamado a todos los sectores organizados de la
sociedad y pueblo en general a tomar conciencia de la significación de esta
propuesta de reforma para la estabilidad social, económica y política de la
República Dominicana.
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