La explicación de la baja en el precio del petróleo en tres gráficas y por qué caerá otros 20 dólares el barril
(Marco Antonio Moreno )
Aumento en la producción
En esta gráfica de la producción mundial, vemos que de una producción de 84 millones de barriles diarios en enero de 2005, se ha pasado a producir casi 89 millones de barriles en febrero de 2012. Es decir, un incremento del 6% en 7 años. Este aumento lo explican los incrementos en la producción de Arabia Saudita, Irán y Rusia, sin desmerecer los incrementos en la producción de Irak, China o Venezuela, según los datos que entrega la Oficina de Información Energética de Estados Unidos EIA.
Como muestra esta gráfica, la producción de petróleo mantuvo una media de 84,5 millones de barriles diarios entre enero de 2005 y julio de 2008, pese al fuerte incremento en el precio del crudo que lo llevó a los 145 dólares el barril en julio de 2008, como hemos recordado en otros artículos.
Caída en la demanda
Por otra parte, el consumo de petróleo en los países europeos miembros de la OECD, que entre enero de 2005 y julio de 2008 mantuvo una media de 15,6 millones de barriles diarios, ha sufrido un descenso paulatino desde fines de 2008 hasta este año, que lo ha llevado a consumir 13 millones de barriles diarios, como da cuenta la tercera gráfica, dando cuenta de un descenso del 17% en cuatro años.
Esto explica el descenso que ha experimentado el precio del petróleo a nivel global: mientras la producción ha aumentado debido a la necesidad de los países productores de generar divisas, la demanda ha descendido fruto de la enorme ola contractiva que vive la economía y que impone una menor demanda de todos los bienes de consumo. Este hecho crea una inédita holgura dado que nunca había existido un desfase tan importante entre la producción (aumento del 6% en 7 años) y el consumo de petróleo (caída del 17% en 4 años); históricamente siempre eran dos curvas empalmadas que no dejaban margen al descenso de los precios y en cambio motivaban la especulación y el alza de su valor.
Esta operación permite detectar a lo menos tres hechos singulares: por un lado la fuerte caída de la demanda describe el descenso que vive el consumo en general dada la gravedad de la crisis en curso. Por otra parte da cuenta del triste fenómeno de los países productores que, por adquirir divisas y superar sus problemas internos, invirtieron y comenzaron a producir a mayor velocidad de la demanda. Este el caso de países como Rusia, Irak o Venezuela que requieren de un precio en torno a los 100 – 110 dólares el barril para mantener sus finanzas equilibradas y el ritmo de su producción, dados los costos que implica su extracción. (Ver ¿Qué impulsa al alza el precio del petróleo pese a la caída de la demanda?).
Por eso no debe sorprendernos que en los próximos meses el petróleo siga a la baja y descienda otros 20 dólares y llegue a un nivel cercano a los 60-65 dólares el barril. Es una situación que no tiene nada de ciencia ficción y que dado el estancamiento que viven los mayores consumidores de petróleo del mundo (Europa y Estados Unidos consumen el 50% de la producción mundial), se convierte en una opción muy evidente. Estos precios podrían resultar devastadores para las finanzas públicas de los países productores, que pasarían a alinearse a la recesión que encabezan los países industrializados. Y este punto marca un nuevo giro a la crisis. La dependencia del petróleo encierra este doble peligro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario