(Una entrevista para
Vanguardia)
Usted hablo en San Cristóbal del caso de los bajos
pequeños burgueses pobres y muy pobres y
de la educación, o mejor dicho, de la ninguna educación que reciben. Me parece que a los lectores de Vanguardia
les interesaría que usted repitiera en esta entrevista lo que dijo en San
Cristóbal sobre ese punto.
Si, de esto voy a hablar. Yo también
pienso que a muchos lectores de Vanguardia puede interesarle ese punto. Lo que dije en San Cristóbal fue que hay
casos especiales de educación, casos que se dan en la República Dominicana pero
no en todos los demás países que viven dentro del sistema capitalista, y pasé a
referirme al caso de la baja pequeña burguesía pobre y muy pobre que tenemos
aquí. El burgués, según se sabe o debe
saberse, es el dueño de los medios de producción, es decir, de las fábricas,
las tierras, los bancos, las minas, los barcos, los aviones, y el pequeño burgués
es el dueño de medios de producción pequeños o limitados. De la pequeñez de sus medios de producción, y
del hecho de que él sea dueño de ellos, viene la clasificación de pequeño
burgués. Al hablar en San Cristóbal puse
un ejemplo de burgués y uno de pequeño burgués; puse el de un dueño de una
fabrica de tejidos que es conocido en San Cristóbal y el de mi hermano pepito,
y dije que el primero recibe el beneficio que le proporcionan muchos
trabajadores y que por eso es un burgués, pero que mi hermano pepito, que tiene
un taller de mecánica, vive de su trabajo y del de dos oficiales y de uno o dos
aprendices trabajando en un local pequeño donde hay un torno y algunas otras
herramientas, mi hermano pepito, clásico pequeño burgués, no puede ganar ni
remotamente lo que gana el dueño de la fabrica de tejidos de San Cristóbal.
Pues bien, en la República Dominicana hay varias capas de pequeños
burgueses, pues en nuestro país la mayor parte de la población pertenece a la
pequeña burguesía, y entre los muchísimos, los incontables pequeños burgueses
dominicanos los hay que o son dueños de
talleres de mecánica o de otros oficios, como mi hermano pepito, o son
comerciantes, dueños de comercios pequeños y hasta muy pequeños, o son
agricultores que tienen 10 o 20 tareas de tierra no buenas, y todos esos están
agrupados e capas; la capa de la alta
pequeña burguesía, y la de la mediana y la de la baja; pero cuando llegamos a
la capa baja tenemos que pararnos a analizarlas con cuidado y de manera muy
detallada, porque hay es donde aparece lo que podríamos llamar la originalidad de nuestro país desde el
punto de vista social; originalidad si lo comparamos con Francia o con
Inglaterra, no si lo comparamos con otros países dependientes, como Honduras y
Bolivia.
Usted ha explicado en otras ocasiones esa tesis, la de la existencia de la República
Dominicana de las capas pobre y muy pobre de la baja pequeña burguesía, y
perdone que le interrumpa.
No, no tengo nada que perdonarte, pues efectivamente he explicado varias
veces la existencia de esas capas de la baja pequeña burguesía de nuestro país,
pero nunca le he explicado desde el punto de vista de la educación; y mira, al
hablar de la educación, como al hablar de la producción y hasta del lenguaje,
para referirme solo a tres aspectos de la actividad social, aparecen siempre
datos de tipo sociológico que alumbran ( en el sentido de dar luz o iluminar)
todo el panorama social. La baja pequeña
burguesía dominicana en sus capas pobre y muy podre está compuesta por el mayor
numero de los hombres y las mujeres del país.
Nadie sabe cuantos son parte aquí no sabemos nisiquiera cuantos
habitantes tiene la República. Los bajos
pequeños burgueses pobres y muy pobres no tienen prácticamente de que vivir y
sin embargo son pequeños burgueses; no son ni obreros ni burgueses. Lo que sucede con ellos es que sus bienes de
producción son sumamente limitados, son muy pequeños; tan limitados que no dan
para mantenerlos en un nivel que les permita satisfacer o llenar sus
necesidades más urgentes, nisiquiera la de la comida. Los
medios de producción de ellos disponen, por ejemplo, para lo vendedores
callejeros de víveres, un carretilla en mal estado, que podrá valer diez pesos,
tal vez doce, y un capital quizás de diez o doce pesos para comprar plátanos,
guineos, auyamas, tomates, o es una bandeja de paletero y un capital de
veinticinco pesos para comprar cigarrillos y fósforos y dulces; o es un
ranchito de yagua que tiene alquilado por quince pesos.
Fíjate en la diferencia que hay entre esos bajos pequeños burgueses pobres
y muy pobres, que forman la mayor parte de la población del país, y los pequeños
burgueses de la capa baja propiamente dicha, o de la capa mediana. Vamos a seguir hablando de mi hermano
Pepito. Pepito tiene su casa de
concreto, con teléfono y nevera, y no le falta el dinero necesario, digamos,
para una emergencia. Pepito tiene un
negocio estable, con una clientela fija.
Es más, si se mudara a cualquier sitio, en la Capital o en sus
vecindades, esa clientela iría a buscarlo donde fuera porque está acostumbrada
a que él le resuelva sus problemas de mecánica.
Algunos de esos clientes son hijos de clientes que empezaron a darle
trabajo a Pepito hace más de cuarenta anos.
Pepito aprendió la mecánica porque papá lo puso a aprender en el taller
de Manuel María Domínguez, en la Vega; y el hijo de un pequeño burgués
comerciante aprende el negocio en su casa, desde niño. Pero al bajo pequeño burgués pobre y muy
pobre, ﻎ
quién le ensena nada?. Ni siquiera se le
forma el hábito de comer a una misma hora cada día, porque desde que nace come
cuando la mamá o el papá consiguen en la calle con qué llevarle comida, y a
veces eso sucede mucho después del pasado el medio día, y a veces en la noche;
y generalmente se pasa el día solo en un ranchito, tal vez a acompañado de sus
hermanitos o de vecinitos que son, como él, retoños de la baja pequeña
burguesía pobre y muy pobre. ﻎ Me hago
entender o no?.
Claro que si, compañero Juan. Lo
entiendo bien. Creo que lo que ha dicho
es que la baja, la mediana y la alta pequeña burguesía aprende, o en su medio
social o en las escuelas; aprender a producir, pero que el bajo pequeño burgués
pobre y muy pobre no aprende nada.
Si y no. Eso es lo que he dicho, y
sin embargo la intensión con que lo he dicho es otra. No es que el bajo pequeño burgués pobre y muy
pobre no aprende nada; si aprende; aprende lo que le ensena la calle, pero eso
que le ensena la calle, es decir, el tigueraje, que es la parte negativa de la
baja pequeña burguesía pobre y muy pobre se nuestro país; eso no les sirve para
nada ni a él ni a la sociedad. Lo que he
querido decir no es que el bajo pequeño burgués pobre y muy pobre no aprende
sino que la sociedad no le enseña nada porque no le tiene destinado un lugar en
las relaciones de producción. El burgués
tiene un lugar en ellas, que es el del dueño de los medios de producción; el
obrero tiene otro, que es el del que vende su fuerza de trabajo; los pequeños
burgueses desde los bajos a los altos tienen también los suyos; y dentro de
unos y otros los campesinos tienen funciones muy concretas. Todos ellos reciben, o de la sociedad o de
las escuelas, la educación que les corresponda según sean sus clases
respectivas. El burgués aprende en
colegios y universidades a usar su dinero de manera que le deje beneficios y a
manipular a los trabajadores y a los compradores, y aprender a más, aprende
también a actuar con sentido clasista de miembro de una clase dominante; el
pequeño burgués bajo, medio y alto adquiere los conocimientos de su capa, y
desde su primera infancia recibe en su casa lecciones de hábito de trabajo, de
disciplina, de estudios. Pero el bajo
pequeño burgués pobre y muy pobre no recibe nada del medio, ni de su casa ni
del barrio ni del oficio de sus padres, que no tienen oficios. Los pequeños burgueses de las capas bajas,
mediana y alta tienen un lugar en las relaciones de producción de este
país. No sabemos a cuanto alcanza la
participación de esa pequeña burguesía en la producción nacional, pero debe ser
un tanto porciento alto. Ahora bien, lo
que produce la baja pequeña burguesía pobre muy pobre no llega ni siquiera al
nivel de poco. Desde el punto de vista
de la producción, el bajo pequeño burgués pobre muy pobre vive improvisando;
vive como la cigua, que levanta el vuelo sin saber a donde va a ir a dar. Si Pepito se mudas, no te acordaras, en el
orden económico, del platanero que pasaba
todos los días por la calle donde vivías ni del paletero de la esquina a quien
le comprabas los cigarrillos. Adonde
vayas a vivir habrá otro platanero y habrá otro paletero que te servirán igual
que los anteriores. En dos palabras, la
sociedad dominicana desconoce al bajo pequeño burgués pobre muy pobre porque no
tiene papel en la producción, y como lo desconoce no lo prepara para nada
porque no tiene un lugar para él.
Nuestros bajos pequeños burgueses pobres muy pobres ocuparán cada uno un
sitio mínimo en el campo de la producción allí donde encuentran huecos, lugares
abandonados, pero la sociedad no los tomará en cuenta. Hay educación para los demás, a cada uno
según su posición en las relaciones de producción. No la hay para el que en esas relaciones no
tiene lugar definido.
ﻎY que recomienda usted, compañero presidente, para que se
le dé a nuestros bajos pequeños burgueses pobres y muy pobres?.
Lo que estamos haciendo en la Partida: educarlos para la revolución. Si la sociedad actual no les concede, y no
puede concedérselo, un lugar en las relaciones de producción, la sociedad
revolucionaria, que es la del porvenir opóngase quien se oponga, les reserva un
lugar e la dirección del proceso revolucionario con una sola condición: Que se
capaciten para esa tarea, la más hermosa que puedan llevar a cabo aquellos que
aman a la humanidad y aman a su patria, y necesitan verla libre.
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