MORAL Y LUCES

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jueves, 21 de junio de 2012

JUAN BOSCH:LA EDUCACIÓN ES UNA ACTIVIDAD CLASISTA


(Una entrevista para Vanguardia)

Usted hablo en San Cristóbal del caso de los bajos pequeños burgueses pobres  y muy pobres y de la educación, o mejor dicho, de la ninguna educación que reciben.  Me parece que a los lectores de Vanguardia les interesaría que usted repitiera en esta entrevista lo que dijo en San Cristóbal sobre ese punto.
Si, de esto voy a hablar.  Yo también pienso que a muchos lectores de Vanguardia puede interesarle ese punto.  Lo que dije en San Cristóbal fue que hay casos especiales de educación, casos que se dan en la República Dominicana pero no en todos los demás países que viven dentro del sistema capitalista, y pasé a referirme al caso de la baja pequeña burguesía pobre y muy pobre que tenemos aquí.  El burgués, según se sabe o debe saberse, es el dueño de los medios de producción, es decir, de las fábricas, las tierras, los bancos, las minas, los barcos, los aviones, y el pequeño burgués es el dueño de medios de producción pequeños o limitados.  De la pequeñez de sus medios de producción, y del hecho de que él sea dueño de ellos, viene la clasificación de pequeño burgués.  Al hablar en San Cristóbal puse un ejemplo de burgués y uno de pequeño burgués; puse el de un dueño de una fabrica de tejidos que es conocido en San Cristóbal y el de mi hermano pepito, y dije que el primero recibe el beneficio que le proporcionan muchos trabajadores y que por eso es un burgués, pero que mi hermano pepito, que tiene un taller de mecánica, vive de su trabajo y del de dos oficiales y de uno o dos aprendices trabajando en un local pequeño donde hay un torno y algunas otras herramientas, mi hermano pepito, clásico pequeño burgués, no puede ganar ni remotamente lo que gana el dueño de la fabrica de tejidos de San Cristóbal.
Pues bien, en la República Dominicana hay varias capas de pequeños burgueses, pues en nuestro país la mayor parte de la población pertenece a la pequeña burguesía, y entre los muchísimos, los incontables pequeños burgueses dominicanos los hay que  o son dueños de talleres de mecánica o de otros oficios, como mi hermano pepito, o son comerciantes, dueños de comercios pequeños y hasta muy pequeños, o son agricultores que tienen 10 o 20 tareas de tierra no buenas, y todos esos están agrupados e capas;  la capa de la alta pequeña burguesía, y la de la mediana y la de la baja; pero cuando llegamos a la capa baja tenemos que pararnos a analizarlas con cuidado y de manera muy detallada, porque hay es donde aparece lo que podríamos llamar  la originalidad de nuestro país desde el punto de vista social; originalidad si lo comparamos con Francia o con Inglaterra, no si lo comparamos con otros países dependientes, como Honduras y Bolivia.
Usted ha explicado en otras ocasiones esa tesis, la de la existencia de la República Dominicana de las capas pobre y muy pobre de la baja pequeña burguesía, y perdone que le interrumpa.
No, no tengo nada que perdonarte, pues efectivamente he explicado varias veces la existencia de esas capas de la baja pequeña burguesía de nuestro país, pero nunca le he explicado desde el punto de vista de la educación; y mira, al hablar de la educación, como al hablar de la producción y hasta del lenguaje, para referirme solo a tres aspectos de la actividad social, aparecen siempre datos de tipo sociológico que alumbran ( en el sentido de dar luz o iluminar) todo el panorama social.  La baja pequeña burguesía dominicana en sus capas pobre y muy podre está compuesta por el mayor numero de los hombres y las mujeres del país.  Nadie sabe cuantos son parte aquí no sabemos nisiquiera cuantos habitantes tiene la República.  Los bajos pequeños burgueses pobres y muy pobres no tienen prácticamente de que vivir y sin embargo son pequeños burgueses; no son ni obreros ni burgueses.  Lo que sucede con ellos es que sus bienes de producción son sumamente limitados, son muy pequeños; tan limitados que no dan para mantenerlos en un nivel que les permita satisfacer o llenar sus necesidades más urgentes, nisiquiera la de la comida.   Los medios de producción de ellos disponen, por ejemplo, para lo vendedores callejeros de víveres, un carretilla en mal estado, que podrá valer diez pesos, tal vez doce, y un capital quizás de diez o doce pesos para comprar plátanos, guineos, auyamas, tomates, o es una bandeja de paletero y un capital de veinticinco pesos para comprar cigarrillos y fósforos y dulces; o es un ranchito de yagua que tiene alquilado por quince pesos.
Fíjate en la diferencia que hay entre esos bajos pequeños burgueses pobres y muy pobres, que forman la mayor parte de la población del país, y los pequeños burgueses de la capa baja propiamente dicha, o de la capa mediana.  Vamos a seguir hablando de mi hermano Pepito.  Pepito tiene su casa de concreto, con teléfono y nevera, y no le falta el dinero necesario, digamos, para una emergencia.  Pepito tiene un negocio estable, con una clientela fija.  Es más, si se mudara a cualquier sitio, en la Capital o en sus vecindades, esa clientela iría a buscarlo donde fuera porque está acostumbrada a que él le resuelva sus problemas de mecánica.  Algunos de esos clientes son hijos de clientes que empezaron a darle trabajo a Pepito hace más de cuarenta anos.  Pepito aprendió la mecánica porque papá lo puso a aprender en el taller de Manuel María Domínguez, en la Vega; y el hijo de un pequeño burgués comerciante aprende el negocio en su casa, desde niño.  Pero al bajo pequeño burgués pobre y muy pobre, quién le ensena nada?.  Ni siquiera se le forma el hábito de comer a una misma hora cada día, porque desde que nace come cuando la mamá o el papá consiguen en la calle con qué llevarle comida, y a veces eso sucede mucho después del pasado el medio día, y a veces en la noche; y generalmente se pasa el día solo en un ranchito, tal vez a acompañado de sus hermanitos o de vecinitos que son, como él, retoños de la baja pequeña burguesía pobre y muy pobre.  Me hago entender o no?.
Claro que si, compañero Juan.  Lo entiendo bien.  Creo que lo que ha dicho es que la baja, la mediana y la alta pequeña burguesía aprende, o en su medio social o en las escuelas; aprender a producir, pero que el bajo pequeño burgués pobre y muy pobre no aprende nada.
Si y no.  Eso es lo que he dicho, y sin embargo la intensión con que lo he dicho es otra.  No es que el bajo pequeño burgués pobre y muy pobre no aprende nada; si aprende; aprende lo que le ensena la calle, pero eso que le ensena la calle, es decir, el tigueraje, que es la parte negativa de la baja pequeña burguesía pobre y muy pobre se nuestro país; eso no les sirve para nada ni a él ni a la sociedad.  Lo que he querido decir no es que el bajo pequeño burgués pobre y muy pobre no aprende sino que la sociedad no le enseña nada porque no le tiene destinado un lugar en las relaciones de producción.  El burgués tiene un lugar en ellas, que es el del dueño de los medios de producción; el obrero tiene otro, que es el del que vende su fuerza de trabajo; los pequeños burgueses desde los bajos a los altos tienen también los suyos; y dentro de unos y otros los campesinos tienen funciones muy concretas.  Todos ellos reciben, o de la sociedad o de las escuelas, la educación que les corresponda según sean sus clases respectivas.  El burgués aprende en colegios y universidades a usar su dinero de manera que le deje beneficios y a manipular a los trabajadores y a los compradores, y aprender a más, aprende también a actuar con sentido clasista de miembro de una clase dominante; el pequeño burgués bajo, medio y alto adquiere los conocimientos de su capa, y desde su primera infancia recibe en su casa lecciones de hábito de trabajo, de disciplina, de estudios.  Pero el bajo pequeño burgués pobre y muy pobre no recibe nada del medio, ni de su casa ni del barrio ni del oficio de sus padres, que no tienen oficios.  Los pequeños burgueses de las capas bajas, mediana y alta tienen un lugar en las relaciones de producción de este país.  No sabemos a cuanto alcanza la participación de esa pequeña burguesía en la producción nacional, pero debe ser un tanto porciento alto.  Ahora bien, lo que produce la baja pequeña burguesía pobre muy pobre no llega ni siquiera al nivel de poco.  Desde el punto de vista de la producción, el bajo pequeño burgués pobre muy pobre vive improvisando; vive como la cigua, que levanta el vuelo sin saber a donde va a ir a dar.  Si Pepito se mudas, no te acordaras, en el orden económico, del  platanero que pasaba todos los días por la calle donde vivías ni del paletero de la esquina a quien le comprabas los cigarrillos.  Adonde vayas a vivir habrá otro platanero y habrá otro paletero que te servirán igual que los anteriores.  En dos palabras, la sociedad dominicana desconoce al bajo pequeño burgués pobre muy pobre porque no tiene papel en la producción, y como lo desconoce no lo prepara para nada porque no tiene un lugar para él.  Nuestros bajos pequeños burgueses pobres muy pobres ocuparán cada uno un sitio mínimo en el campo de la producción allí donde encuentran huecos, lugares abandonados, pero la sociedad no los tomará en cuenta.  Hay educación para los demás, a cada uno según su posición en las relaciones de producción.  No la hay para el que en esas relaciones no tiene lugar definido.
Y que recomienda usted, compañero presidente, para que se le dé a nuestros bajos pequeños burgueses pobres y muy pobres?.
Lo que estamos haciendo en la Partida: educarlos para la revolución.  Si la sociedad actual no les concede, y no puede concedérselo, un lugar en las relaciones de producción, la sociedad revolucionaria, que es la del porvenir opóngase quien se oponga, les reserva un lugar e la dirección del proceso revolucionario con una sola condición: Que se capaciten para esa tarea, la más hermosa que puedan llevar a cabo aquellos que aman a la humanidad y aman a su patria, y necesitan verla libre.

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