(Caracas, 8 de julio-Noticias24).- Durante tres días Caracas se convirtió en la capital de la izquierda latinoamericana, o -en palabras de la exsenadora Piedad Córdoba- “en el Vaticano”para más de 600 participantes de 84 movimientos y partidos políticos quienes vinieron desde los 5 continentes a respaldar la construcción de un mundo “de paz, democracia y justicia social” y a dar un espaldarazo al presidente Hugo Chávez
Portugués, inglés, alemán, griego, chino, quechua y el español de muchos acentos fueron algunas de las lenguas que se escucharon en los pasillos del hotel Alba Caracas y que demostraron el espíritu de la cita: “Unidad en la diversidad”.
Durante la realización del Foro se ejecutaron 14 talleres temáticos en las áreas de defensa, democratización de la información y comunicación, medio ambiente y cambio climático, migraciones, movimientos sindicales y sociales, pueblos originarios, seguridad agroalimentaria, seguridad y narcotráfico.
Desde el primer día las conversaciones de pasillo se centraron en la declaración final del evento en rechazo “al golpe de Estado suave en Paraguay” y en el repudio a los intentos de “la derecha venezolana y mundial” de entorpecer el proceso político del presidente Hugo Chávez.
Fue así como el lema central del Foro “contra el imperialismo y por la paz” se le agregó una coletilla “y por la continuidad de la Revolución Bolivariana”, tópico que se repitió constantemente en las diversas reuniones, al punto que las consignas se volvieron sinónimas.
Bajo la mirada de la “Diosa Venetur”
La escultura de una bella mujer broncínea, que representa la mixtura de razas de La América, dio la bienvenida a los foristas desde su pedestal en el lobby del Alba Caracas. Muchos conmovidos por la simbólica pero anónima estatua se fotografiaron con ella, y al preguntar por la identidad de la dama recibían la misma respuesta de los empleados: “le decimos la Diosa Venetur”.
La pintoresca anfitriona vio pasar a sus pies famosos y no famosos, unos buscando ansiosamente los lugares de reunión, otros solucionando problemas logísticos de última hora y algunos capturando imágenes para el recuerdo y las redes sociales.
Y en el medio de todos estaba la prensa nacional e internacional -con la notable presencia del Sistema Nacional de Medios Públicos- que buscaba los rostros de personajes que aunque ilustres no son fáciles de reconocer en la multitud, pues como sentenció una periodista de un medio comunitario “los de izquierda todos nos parecemos”.
El ambiente festivo y de solidaridad propició que se mezclaran -sin mucho protocolo-participantes, invitados especiales, congresistas, senadores e intelectuales de varias latitudes.
Entre los más solicitados estaban la exsenadora Piedad Córdoba; Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz; el secretario ejecutivo del Foro, Valter Pomar; Jean Luc Melenchón, representante de la izquierda francesa y europea; José Ramón Balaguer, miembro del Buró Político del Partido Comunista cubano y combatiente de Sierra Maestra y los intelectuales Atilio Borón e Ignacio Ramonet.
Una de las participaciones más emotivas fue la de Rigoberta Menchú, quien afirmó que el Foro sirvió de escenario para debatir sobre los efectos del colonialismo y el neocolonialismo en Latinoamérica; además de evaluar la posición de la izquierda en la región.
La líder indígena agradeció particularmente a los anfitriones y a los medios pues se sentía“tratada como una reina” e hizo una retrospectiva de cuando la voz de su movimiento era “silenciada por los intereses imperialistas”.
También se hicieron presentes los anfitriones venezolanos pertenecientes a los movimientos políticos que acompañan al Presidente como el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), Patria para Todos (PPT), Movimiento Electoral del Pueblo (MEP) y el Partido Comunista de Venezuela.
Entre sus representantes estuvieron los diputados al Parlamento Latinoamericano (Parlatino) Rodrigo Cabezas, Ana Elisa Osorio y Manuel Villalba (Psuv) y el diputado a la Asamblea Nacional (AN) Freddy Bernal.
Venezuela, tierra prometida
Una cosa fue común en los participantes internacionales: el asombro.
Tanto quienes conocían los programas del Gobierno venezolano como quienes venían por primera vez a Venezuela tuvieron contacto con los programas sociales y con sitios emblemáticos de la capital, ya fuera por asistir a las sedes de las mesas de trabajo o por las visitas guiadas, organizadas por la estatal Venezolana de Turismo (Venetur).
En esos recorridos los invitados conocieron las experiencias de los colectivos y consejos comunales de la parroquia 23 de Enero (oeste de Caracas) como un ejemplo de empoderamiento del Poder Popular, y constataron la construcción de las obras de la Gran Misión Vivienda Venezuela en la ciudad, así como también visitaron algunos Centros de Diagnóstico Integral (CDI) de la Misión Barrio Adentro.
Y es que los anfitriones no escatimaron esfuerzos por hacer del Foro una vitrina de los logros de la revolución Bolivariana. Una de las impresiones más fuertes la causó el Primer Encuentro de las Mujeres, inscrito dentro de las actividades del Foro, que se realizó en el emblemático Hospital Cardiológico Infantil Latinoamericano, que según decía en su poco español una representante del Partido de los Trabajadores de Brasil (PT) “para finales de 2011 había realizado 1.155 intervenciones quirúrgicas a niños de varios países”.
De igual modo, varios invitados especiales al Foro presenciaron el desfile cívico-militar con motivo del 201 aniversario de la Independencia venezolana, y según relataban algunos representantes provenientes del cono sur en reuniones informales, se maravillaron de ver con sus propios ojos una revolución de izquierda “armada pero pacífica” en contraste con lo que muchos de ellos vivieron en las dictaduras militares del siglo pasado.
Y es que para los asistentes de la reunión de la izquierda Caracas se convirtió en la tierra prometida, donde según el criterio común se están cumpliendo las teorías y postulados de igualdad e inclusión social, tal como lo proyectaban intelectuales de la talla de Ignacio Ramonet y Atilio Borón.
La apoteosis en el Teresa Carreño
El punto máximo del XVIII Foro de Sao Paulo se vivió en la sesión de clausura, que se realizó en las instalaciones del Teatro Teresa Carreño, donde el presidente Hugo Chávez hizo su muy esperada intervención.
Para las barras de mujeres y hombres que vitoreaban cantos y consignas a favor de la reelección del Presidente, poco importaban las acusaciones de ventajismo político que hizo la oposición, o los señalamientos de presuntas violaciones a la Ley de Soberanía Política; menos aún que entregaran a los asistentes un cuadernillo con el programa de Gobierno del candidato Chávez para 2013-2019. Al final, para ellos los decires “de la derecha venezolana” no eran sino otra “estrategia del imperialismo yanqui” contra la izquierda.
“Gritemos más duro para que le duela al majunche: ¡Uh, Ah, Chávez no se va!” decía un improvisado director de un grupo de entusiastas mujeres, pertenecientes a las “Madres del Barrio” y al Frente Francisco de Miranda, quien junto a otros simpatizantes de distintas misiones y entes gubernamentales ocupaban las tribunas o zonas 1, 2, 3, 4, 11 y 12 de la sala Ríos Reyna.
El público estalló eufórico cuando se anunció la llegada del Jefe de Estado, en compañía del canciller de la República, Nicolás Maduro; el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello Rondón, y las demás autoridades nacionales e internacionales que participaron en el encuentro de izquierda.
El secretario ejecutivo del Foro, Valter Pomar, leyó varios de los 41 puntos de “La declaración de Caracas” que fustigan a la “crisis del capitalismo mundial” y en ellos se destacó la solidaridad de la izquierda con los pueblos oprimidos del mundo, como los de Palestina y el Sahara Occidental. Además, se reiteró el derecho a la independencia de Puerto Rico y la soberanía de Argentina sobre las islas Malvinas.
También se subrayó el papel de la defensa de la izquierda democrática en Latinoamérica a través del a integración de los bloques de Unasur y Mercosur “contra la agresión sistemática del gobierno de Estados Unidos, la manipulación y criminalización de las demandas sociales (pues) el golpe de Honduras y el derrocamiento de Fernando Lugo, señalan que la derecha está dispuesta a utilizar vías violentas y o manipulación de las vías institucionales para derrocar a gobiernos que no le sirvan a sus intereses”.
Una petición del Foro en particular le dio la vuelta al mundo en materia de diplomacia y libertad de expresión: todos los participantes solicitaron al gobierno ecuatoriano que le concediera asilo político al fundador de WikiLeaks Julian Assange, quien se encuentra refugiado en la sede diplomática de ese país en Londres.
Ante ese escenario, Pomar denunció la arremetida de “los medios de derecha” contra la Revolución venezolana y el presunto deseo ésta de desconocer los resultados electorales del próximo 7 de octubre. Para ello convocó la solidaridad de la izquierda mundial para “defender la continuidad del proceso revolucionario en Venezuela” y agregó ¿Tenían alguna duda de que la izquierda latinoamericana apoya a Hugo Rafael Chávez Frías?”.
La intervención del presidente Hugo Chávez fue enérgica y cubrió todos los tópicos posibles: alabó las conclusiones del Foro, recordó mediante coloridas anécdotas cómo conoció a Luis Ignacio Lula da Silva y fue prolijo en alabanzas a su mentor Fidel Castro, realizó un recorrido histórico de los logros de la izquierda latinoamericana que compaginó con el ideario del Libertador y los logros de la revolución bolivariana, además de complacer a los presentes con breves chistes y canciones.
Y, como ya es costumbre en su intervenciones, Chávez atacó la candidatura de la oposición señalándolos de cómplices de los intereses foráneos del capitalismo mundial, a la par que les advirtió “En 2002 se llevaron una sorpresa y se sorprenderían de nuevo si intentaran hacer algo desestabilizador o lanzar alguna agresión interna o externa contra Venezuela, contra nuestro pueblo; se sorprenderían mucho más, por eso les recomiendo que ni lo intenten porque no sólo se sorprenderían, también haríamos que se arrepintieran por 500 años en adelante”.
Quizá uno de los momentos más emotivos del acto final del Foro fue la transmisión de un videoenviado por el expresidente de Brasil Luiz Inacio Lula da Silva en el que demandó mantener la unidad de la izquierda y apoyó la reelección del mandatario venezolano.
Las lágrimas brotaron en el auditorio cuando la voz ronca de Lula retumbó en la sala: “Chávez, cuenta conmigo, cuenta con nosotros desde el Partido de los Trabajadores, cuenta con la solidaridad de la izquierda, de cada demócrata y de cada latinoamericano: tu victoria será nuestra victoria”.
Luego de casi dos horas de discurso, Chávez se despidió efusivamente de los presentes invitándolos a continuar con el avance de los movimientos de izquierda en toda la región, a la par que agradeció la participación y los aportes de todos los asistentes.
En definitiva, el ambiente general de la clausura del Foro se convirtió en una liturgia de comunión entre el líder Hugo Chávez Frías, la izquierda del mundo una parte del pueblo venezolano, esa que está dispuesta a otorgarle un tercer mandato consecutivo en las urnas el próximo octubre.
Más acertada no pudo ser la exsenadora Piedad Córdoba (quien, por cierto, no estuvo presente en el acto de cierre) al decir que Caracas se convirtió en “el Vaticano” de la izquierda durante el XVIII Foro de Sao Paulo.
Acaso fue el Teatro Teresa Carreño una simbólica Iglesia de San Pedro donde la izquierda mundial (tradicionalmente anticlerical) ungió al presidente Chávez como su gran abanderado. Y no es para menos, pues como dijo Valter Pomar, el destino de la izquierda también depende de “la continuidad de la Revolución Bolivariana en Venezuela”.
Por Rodolfo Ponce y María Eugenia Piñate
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