MORAL Y LUCES

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viernes, 13 de julio de 2012

HECTOR LACHAPELLE: OTRO HÉROE DE ABRIL

Héctor Lachapelle: Héroe militar y héroe social
(2)
César Medina
lobarnechea1@hotmail.com
La primera escaramuza de la Revolución del 65 la encabezó Héctor Lachapelle Díaz en las inmediaciones de La Voz Dominicana, a media tarde del 24 de abril cuando aún reinaba la confusión y se ignoraba de qué lado estaba la Policía, comandada entonces por el general Belisario Peguero.
Lachapelle, que minutos antes había reasumido el rango de capitán de la Fuerza Aérea, del que había sido despojado meses antes al descubrirse la conspiración contra el Triunvirato, entró a la ciudad desde el campamento 16 de Agosto al frente de dos pelotones de soldados en compañía de los tenientes Jesús de la Rosa y José Noboa Garnes.
Llevaba un fusil Fal, 100 cápsulas, vestía traje de combate y en el cuello las insignias de capitán que momentos antes le colocó el teniente coronel Miguel A. Hernando Ramírez, que quedó al frente del movimiento constitucionalista por ausencia del coronel Rafael Fernández Domínguez, enviado al exilio meses antes.
Los soldados entraron a la capital en dos camiones del Ejército, y como vigía iban delante en un automóvil el teniente Guillermo Pulgar Ramírez y el empresario Bolívar Bello Veloz, hermano de la esposa de Lachapelle y propietario de la estación de gasolina “Studebaker”, ubicada en la San Martín con Oviedo, punto de reunión de los complotados en las semanas previas al estallido de la revuelta armada.
Eran las primeras tropas militares que entraban a la ciudad en aquellas horas de confusión e indefinición en los cuarteles, excepto los que estaban comprometidos con la conspiración para deponer el gobierno de facto y restaurar la constitucionalidad con Juan Bosch de vuelta al poder.
¡Tomar la Voz Dominicana!Lachapelle al frente de sus hombres tenía la orden de tomar la radiotelevisora estatal a como diera lugar. Al llegar encontraron una tímida resistencia de parte de los policías en el destacamento contiguo a la planta televisora que fue neutralizada a tiros de inmediato.
Pero minutos después se produciría un combate feroz con tropas de la policía montada que atropellaba a la población civil en la calle Oviedo y que se prolongó por las calles aledañas y provocó bajas en ambos lados.
Estaba iniciándose así el acontecimiento cívico-militar más descollante del siglo pasado porque el movimiento constitucionalista de abril desencadenó la guerra patria contra la segunda invasión militar norteamericana.
El entonces capitán Lachapelle estaba abriendo un capítulo estelar en la historia política y militar de nuestro país. Posteriormente asumirían el control otros oficiales que lideraron el movimiento, en especial el coronel Francis Caamaño y Montes Arache. Pero corresponde a Lachapelle el mérito de haber dado inicio a la guerra urbana en defensa de la Constitución.
Similar mérito histórico tienen los entonces tenientes Jesús de la Rosa —que luego se haría doctor en Derecho y ocuparía posiciones relevantes en el Estado y es hoy un destacado profesional de exitoso ejercicio liberal—, José Noboa Garnes y Pulgar Ramírez, este último fallecido muy joven y a quien Lachapelle atribuye condiciones militares y humanas extraordinarias.
Más allá de las armasPero la participación de Lachapelle Díaz no se quedó empuñando las armas. Hizo mucho más: Se dirigió al país a través de La Voz Dominicana en dos ocasiones mientras esa estación estuvo bajo control de los constitucionalistas, la primera vez para leer un comunicado del coronel Hernando Ramírez instando a sus compañeros de armas a apoyar el movimiento, y la segunda vez para exhortar a los cadetes de la escuela militar Batalla de las Carreras, de la que había sido director, para que marcharan por la Constitución.
Los cadetes obedecieron la orden de Lachapelle e iniciaron de inmediato una rebelión que los condujo a la zona constitucionalista después de un largo recorrido por los montes de San Isidro y atravesando a nado el Río Ozama.
Este hecho histórico lo comandó el cadete del tercer año José del Carmen Paulino Polanco.
En su segunda participación ante las cámaras de televisión y las frecuencias de radio en aquellos tumultuosos días que siguieron al 24 de abril, Lachapelle terminó su alocución con una frase que en los meses subsiguientes se convertiría en casi un lema de la Revolución: ¡Ni un paso atrás, soldados constitucionalistas… Ni para coger impulso! La frase, pronunciada por un joven oficial en aquel escenario de puro fervor patriótico, estimuló a muchos militares y en particular a miles de civiles que se fueron integrando al movimiento constitucionalista en la medida en que se fue definiendo la pugna entre los dos bandos en que se dividieron las Fuerzas Armadas. Pero Lachapelle también integró a su familia a la lucha patriótica. Su esposa Gladys Bello fue el contacto con el coronel Fernández Domínguez, exiliado en Puerto Rico. El mismo 24 de abril, en horas de la noche, el líder militar del movimiento constitucionalista recibió un cablegrama con el siguiente mensaje: ¡Feliz cumpleaños, Gladys! Era la contraseña anunciando que se había iniciado la revuelta.
Que regresara de inmediato para encabezar la lucha. Y así lo hizo, en cuanto pudo. Vino a inmolarse por su pueblo: Caería días después de su retorno al intentar tomar el Palacio Nacional.
Lachapelle integró también a esta lucha a su mamá, a su papá, a sus hermanos, a su esposa… Y no involucró también a sus tres hijos, porque en abril de 1965 Josie, Héctor y Jackie tenían tres, dos años y ocho meses de nacidos… ¡Si este hombre no es un héroe, que venga Dios y me lo explique!



DIPUTADOS
Reconocen los méritos de 3 militares de Abril del 65
LACHAPELLE SUERO, MONTES ARACHE Y HERNANDO RAMÍREZ
  • Héctor Lachapelle Suero
Ramón Urbáez
Santo Domingo.- La Cámara de Diputados aprobó esta semana un proyecto de resolución que reconoce los méritos patrióticos de los generales retirados Héctor Enrique Lachapelle Suero, Manuel Ramón Montes Arache y Miguel Ángel Hernando Ramírez, tres destacados comandantes militares de la Guerra Constitucionalista de Abril de 1965.
El anteproyecto fue sometido por el propio presidente de la Cámara de Diputados, Julio César Valentín, que valoró los méritos y la visión que sobre el afianzamiento de la democracia como base para el desarrollo social, político y económico del país, estos líderes militares que arriegaron sus vidas y las de sus familias por la continuidad constitucional que fue interrumpida dos años antes. 
La Academia Dominicana de la Historia rendirá un homenaje al general Héctor Lachapelle Díaz, académico correspondiente, por sus méritos alcanzados en el estudio y difusión de la historia dominicana y su lucha en defensa de la soberanía nacional en el año 1965.
El acto se llevará a cabo el próximo martes 22 a las ocho de la noche en la sede de la Academia, ubicada en la calle Mercedes 204 de la Ciudad Colonial.
El general Lachapelle Díaz, quien además de su carrera militar es historiador y escritor, se ha destacado por su participación en momentos cruciales de la historia. Siendo capitán del Ejército Nacional fue jefe de operaciones de la Revolución de Abril de 1965 y junto a Manuel Ramón Montes Arache y Miguel Ángel Hernando Ramírez, formó parte de los doce oficiales que bajo el mando del coronel Rafael Fernández Domínguez planificaron un asalto al Palacio Nacional para poner en libertad al presidente Juan Bosch.
Del vicealmirante retirado, Montes Arche, se recuerda su participación destacada, como comandante de los “Hombres Ranas”, en el combate del Puente Duarte, donde las fuerzas constitucionalistas frenaron el avance las fuerzas blindadas del CEFA, que avanzaban desde San Isidro para aplacar la rebelión
TOMADO DEL LISTIN DIARIO







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