Los precios internacionales de los hidrocarburos,
golpeados por un retroceso superior al 20 por ciento en el periodo
enero-junio de 2012, se enfrentan a una agenda dominada por la
influencia de factores de carácter geopolítico y económico.
En el ámbito económico, el rol esencial corresponde a la Eurozona,
sometida a intensas presiones debido a la crisis de la deuda soberana que afecta a sus miembros y el panorama de recesión en varios de ellos.
Responsabilizada con cerca del 19 por ciento del consumo mundial de
crudo, la zona de 17 estados vinculados a la moneda única sufre
problemas financieros que amenazan con llevar a una menor demanda de
hidrocarburos en el 2012.
Asimismo, en ese escenario se incluye la ralentización en el ritmo
de crecimiento económico de China, segundo consumidor mundial del oro
negro, pues se espera que el Producto Interno Bruto (PIB) avance este
ejercicio en torno al ocho por ciento, menos que lo logrado en el 2011.
Unido a ello, está la débil recuperación de la economía
estadounidense, líder global en el empleo de combustibles fósiles con
cerca de 20 millones de barriles diarios.
Para la Organización de Países Exportadores de Petroleo (OPEP), la
crisis de la zona euro está lejos de ser un fenómeno de rápida solución
e incluso se habla de una elevada probabilidad de recesión económica en
los próximos dos años.
En ese sentido, los expertos consideran que las previsiones
negativas podrían afectar el crecimiento de la demanda mundial de crudo
en unos 200 mil barriles diarios durante el 2012.
A su vez, la Agencia Internacional de Energía dijo en su más
reciente reporte mensual que el consumo de petróleo este ejercicio será
de 89,9 millones de barriles diarios, con un crecimiento de apenas el
0,9 por ciento respecto al pasado 2011.
Cabe destacar que en abril el consumo de hidrocarburos en Europa
sufrió una caída interanual del tres por ciento, mientras que en
Norteamérica (Estados Unidos y Canadá) el retroceso fue del 1,2 por
ciento.
Mientras, en el conjunto de los países que conforman la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) la
contracción en los requerimientos petroleros fue del 0,7 por ciento.
Frente a ello, la producción mundial en mayo quedó en 91,1 millones
de barriles, lo cual evidencia un excedente superior a 1,2 millones de
toneles, sin contar las enormes reservas comerciales y estratégicas en
manos de la OCDE.
En efecto, Estados Unidos dispone de inventarios sobre 380 millones
de toneles, los más elevados desde 1990, unidos a cerca de 700 millones
de barriles integrados en las denominadas reservas estratégicas.
EFECTO IRÁN EN MERCADOS PETROLEROS
En materia de geopolítica, las presiones de Washington y la Unión
Europea (UE) sobre Irán para frenar su programa nuclear bajo el
argumento de perseguir propósitos militares añaden un nuevo elemento al
complejo entorno energético internacional.
Los reclamos de Occidente apuntan a lograr la paralización del
proyecto de Teherán, sin tomar en cuenta que ese país ratificó los
objetivos pacíficos de sus investigaciones.
Por supuesto, al tomar en cuenta que Irán es el segundo productor en
importancia de la OPEP con poco mas de tres millones de barriles
diarios, salta a la vista que el petróleo es el blanco de las medidas
contra esa nación.
En tal sentido, la Casa Blanca lanzó una ofensiva diplomática para
lograr que los principales clientes del crudo iraní limitaran sus
compras, entre ellos Surcorea, Japón, China e India.
A su vez, la UE dispuso restricciones a las importaciones de petróleo
desde ese mercado, las cuales podrían verse afectadas al menos en un
millón de barriles diarios, de acuerdo con las previsiones de la AIE.
En respuesta, Irán mencionó la posibilidad de cerrar el tránsito
marítimo por el estrecho de Ormuz, ruta utilizada por naves que
trasladan cada día como promedio cerca de 17 millones de barriles de
petróleo (20 por ciento del total mundial).
Los efectos de esa coyuntura sin dudas llegaron hasta los mercados
petroleros, donde las firmas especializadas mencionan eventuales
interrupciones en lo suministros, sin tomar en cuenta las reservas en
manos de los industrializados.
Para la OPEP, la idea está en la estabilidad de los precios en torno
a los 100 dólares por barril, pues a niveles inferiores podrían quedar
comprometidas las estrategias de inversión en materia de prospección y
producción.
Al respecto, Venezuela mencionó la opción de aplicar un sistema de
bandas de precios ya utilizado en etapas anteriores, el cual considera
incrementos productivos o recortes de acuerdo con el comportamiento de
las cotizaciones.
Por Mario Esquivel
Jefe de la Redacción de Economía de Prensa Latina.
em/mem
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