MORAL Y LUCES

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miércoles, 25 de abril de 2018

PRIMARIAS Y CONTRADICCIONES SOCIALES EN EL PLD (I)


PRIMARIAS Y CONTRADICCIONES SOCIALES EN EL PLD (I)
Por Daniel Cruz

El PLD es un partido policlasista en el que es más que dominante la ideología burguesa. Esa es la pura verdad, aunque algunos no lo crean. Solo comprendiendo eso se entenderán las causas de las luchas internas que se dan en el interior de la organización.

Su fundador, Juan Bosch, era consciente de que el desarrollo, el crecimiento del Partido, implicaba el riesgo de que en él los vicios del sistema pudieran imponerse. Sin embargo, no podía renunciar a ese desarrollo. Por el contrario, trabajó más que nadie para lograrlo. Y sus seguidores somos conscientes también de lo orgulloso que se sentía del crecimiento orgánico del PLD y del desarrollo de su influencia y autoridad política en la sociedad. El que lo quiera comprobar revise las memorias de los congresos del Partido que dirigió Bosch. El asunto era simple: sin crecer, sin desarrollarse era imposible para el PLD llegar al poder, fuera por elecciones u otro medio.

¿Cómo se propuso Bosch evitar que la ideología burguesa, los hábitos propios de la burguesía se impusieran en el PLD? Simple: Logrando que el Partido funcionara sobre la base de organismos y con educación política permanente.

Los organismos igualaban a los compañeros. El médico, el ingeniero, el pequeño comerciante hacían las mismas tareas del compañero obrero, chiripero, estudiante, en la ciudad. En el campo pasaba lo mismo respecto a los compañeros jornaleros, pequeños productores y profesionales.

El criterio de que en su organismo el peledeísta lo podía todo, pero fuera de él no podía nada, porque el que hablaba, el que actuaba entonces era el organismo, implicaba una limitación al desarrollo de hábitos burgueses y consecuentemente a la ideología burguesa. ¿Por qué? Porque se limitaban las actuaciones individualistas y se fortalecía el criterio de que aunque en términos biológicos somos individuos, también somos parte de algo y, en consecuencia, debemos actuar como cuerpo. A la conclusión que se llegaba de manera natural era a que éramos iguales, aunque no siempre se llegara de manera racional (y lo digo porque en muchos casos era el resultado del peso de la costumbre, del hábito de las actuaciones iguales que imponía el trabajo en el PLD).

Si unos eran profesionales y otros no; si unos eran obreros y otros pequeños comerciantes y hasta medianos comerciantes, era el resultado de la división social del trabajo que impone la sociedad a sus integrantes sobre la base del talento de cada quien y de las oportunidades que les ha dado la vida personal, familiar o social.

Además, los organismos garantizaban que si se presentaban luchas por ascensos en el PLD, lo que es inevitable entre miembros del mismo sector social, y de manera especial entre los integrantes de sectores sociales diferentes, aunque sean pequeños burgueses, esas luchas se dieran entre los integrantes de cada organismo por separado, lo que la hacía controlable. Otra cosa era que se presentaran en todo el Partido al mismo tiempo, como acontece ahora.

En esa dirección iba dirigida la educación política. Bosch no solo analizaba temas políticos, sociales y económicos. También escribía sobre el comportamiento de los militantes del Partido y la sicología de los sectores sociales de nuestro país.

La educación en el PLD se orientaba a la preparación de sus miembros y a su cohesión social. Con ambos recursos don Juan procuraba —y así lo dijo y escribió varias veces— que hiciéramos lo mismo, y de la misma forma, para que acabáramos pensando igual.

En esencia de lo que se trataba era de propiciar el desclasamiento de los militantes, de modo que el que era profesional, ya fuera abogado, médico, ingeniero, no se sintiera por su condición social con el derecho omnipotente de ser el secretario general del organismo (Lo de presidente no existía. Esto fue el resultado del mal hábito de igualar cada vez más el Partido al Estado dominicano —por cierto un Estado atrasado— y a su forma de gobierno).

Vista la historia del PLD hasta el momento que lo dirigió, podemos decir que Bosch logró su propósito, pese a la división de 1978, la salida de los Fiallo luego, la del sector que encabezaba Rafael Alburquerque después y la de Max Puig y su gente en el año 1991. En muchísimos organismos con profesionales y pequeños comerciantes, el secretario general era un obrero o un chiripero. Y lo más importante: los miembros del PLD, en término general, actuábamos de manera muy parecida y de manera muy parecida también pensábamos.



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