El indigente aseguró que lo único que espera ahora es que su madre, con la que perdió contacto, lo vea en la televisión.
"Mi madre me enseñó que no debo robar y que avise a la policía si veo a alguien haciéndolo. Si me ve por televisión allá en Maranhao (norte de Brasil) va a saber que su hijo todavía es una de las personas honestas de este mundo"
Imagine que va por la calle y de repente se encuentra con una bolsa repleta de billetes. ¿Qué sería lo primero que le pasaría por la cabeza?
A Rejaniel de Jesus Silva Santos, que vive debajo de un puente de Sao Paulo y gana cerca de 15 reales diarios (unos US$7,5) reciclando basura, lo primero que se le ocurrió fue avisar a la policía.
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Silva Santos -de 36 años- se encontraba durmiendo con su mujer, Sandra Reina Domingues, cuando escuchó una alarma que parecía de un local comercial. Ambos acudieron a observar lo que ocuría.
En el camino, cerca de una parada de autobuses en la avenida Radial Leste (este de Sao Paulo), encontraron una bolsa abandonada con 20.000 reales (unos US$10.000).
El diario Folha de Sao Paulo relata que ambos detuvieron a un guardia de seguridad que viajaba en una motocicleta y le pidieron que llamara a la policía. Apenas llegaron los agentes, Silva Santos les entregó el dinero. Ninguno de ellos podía creer que lo estuviera devolviendo.
Honestidad
"Si me ve por televisión allá en Maranhao (norte de Brasil) va a saber que su hijo todavía es una de las personas honestas de este mundo"
Rejaniel Silva Santos
El indigente aseguró que lo único que espera ahora es que su madre, con la que perdió contacto, lo vea en la televisión.
"Mi madre me enseñó que no debo robar y que avise a la policía si veo a alguien haciéndolo. Si me ve por televisión allá en Maranhao (norte de Brasil) va a saber que su hijo todavía es una de las personas honestas de este mundo", dijo.
Según la policía, además del dinero, en la bolsa fueron encontrados cheques y recibos que permitieron discernir que el dinero fue hurtado la semana pasada de un restaurante de comida japonesa cercano.
Silva Santos relató que llegó a Sao Paulo hace 16 años procedente de Maranhao para trabajar en la construcción. Comenzó a vivir en la calle tras perder su empleo y separarse de su entonces esposa, con la que tuvo un hijo que nunca volvió a ver. El indigente conoció en la calle a su actual mujer, con la que vive hace unos cuatro meses.
Los policías que acudieron a la llamada de los indigentes dijeron que nunca habían atendido un caso similar y confirmaron que quedaron perplejos cuando el indigente les mostró el dinero y les explicó la situación.
Redacción
BBC Mundo
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