Del dicho al hecho
Cuando Federico Franco asumió la presidencia de Paraguay plasmó en su discurso un sentimiento de muchos compatriotas: que se terminaría el nepotismo que -según varios legisladores durante el juicio político- había campado en la administración de Fernando Lugo (Fuente: EFE).
Pero en la pura realidad, jugando a aquello de “haz lo que digo, pero no lo que hago”, apenas transcurrieron 10 días de la burda conspiración para descabezar al jefe de Estado elegido constitucionalmente, y ya el recién posicionado en la silla presidencial nombraba a una cuñada en uno de los puestos administrativos más ambicionado por la alta clase política paraguaya.
De un plumazo, Mirtha Vergara se convirtió en consejera de Itaipú -el mayor complejo hidroelétrico del continente- que lleva una bicoca salarial de algo más de 10, 470 euros mensuales.
Así de sencillo a pesar de la vigencia de una ley en la que textualmente “se prohibe el nepotismo en la función pública” y para los máximos ejecutivos estipula que “no podrán nombrar en cargos públicos de designación directa, no electiva, a parientes comprendidos dentro del cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad.
Como es natural las críticas han comenzado a llevar sobre el resquebradizo piso del poder usurpador. Y no es para
TOMADO DE CUBA DEBATE
No hay comentarios:
Publicar un comentario