MORAL Y LUCES

MORAL Y LUCES

jueves, 13 de septiembre de 2012

En defensa de la humanidad



Madrid (PL) Nos encontramos en un momento clave de la historia de la humanidad, los clásicos dirían en un momento determinante de la lucha de clases, el capital, en su fase imperialista, tiene que reaccionar, tiene que intentar recuperar terreno donde lo ha perdido, en Latinoamérica, a la vez que pretende consolidar su dominio donde entiende que esta ganando la batalla, Europa, y al mismo tiempo neutralizar el peligro asiático.

El capital tiene un Plan, tiene una coordinación planetaria, tiene unos instrumentos de actuación como son el FMI, el BM, la Troika en Europa, por lo tanto la izquierda debemos asumir que no es posible dar la batalla a nivel local, de forma aislada, descoordinada, tenemos que asumir que la lucha local, siendo más necesaria que nunca, tiene que hacer realidad el objetivo de pensar desde lo local para actuar en lo global, por ello debemos afrontar una reflexión colectiva a nivel planetario sobre cómo coordinarnos, cómo relacionarnos, cómo responder colectivamente al imperialismo, y para ello, el reto es asumir todas las experiencias que existen en la realidad, desde el Foro de Sao Paulo, hasta el Seminario de Partidos Comunistas y Obreros, pasando por el PIE y el GUE en Europa, la reunión de Partidos de los Países del ALBA, las iniciativas de la izquierda africana y asiática, para concluir que no vale copiar ninguna, de lo que se trata es de tener claro que tiene que haber una respuesta global planetaria a una ofensiva del imperialismos que también es planetaria.

No es posible copiar un nuevo Foro de Sao Paulo, ni crear una nueva Internacional, pero tampoco podemos quedarnos sin hacer nada, porque el imperialismo no descansa, y por si alguien tenia dudas sobre el desprecio que la Unión Europea tiene a la democracia, a los parlamentos y a los gobiernos, la presión del Gobierno Británico sobre Ecuador en relación con el asilo del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, nos demuestra que en estos tiempos, el derecho internacional, las relaciones entre Estados, son ignorados por un imperialismo que desprecia el derecho de Ecuador a conceder el derecho de asilo a Assange, y respalda que Estados Unidos proteja el terrorista convicto Posada Carriles 

No somos ingenuos, siempre hemos sabido que los poderosos han tratado de influir en los Parlamentos, que han tratado de que se gobierne en función de sus intereses, que las relaciones internacionales tenían siempre una doble vara de medir, y que en la mayoría de los casos lo han conseguido, pero en otros tiempos guardaban las apariencias de un sistema que se decía formalmente democrático, representativo, enmarcado en un derecho internacional.

Ahora queda claro que sobran las formas, que debe quedar claro quien manda y quien obedece, que la Democracia formal, el derecho internacional con todas sus limitaciones ya no sirve para imponer el nuevo modelo social y económico, tiene que quedar claro que son los poderosos quienes imponen sus medidas por encima de cualquier otra soberanía.

La economía capitalista muestra ahora sus debilidades cuando tiene que recurrir a la presión, a su poderío bélico, y a su fuerza mediática a fin de intentar profundizar su dominio, para adueñarse de los recursos naturales del planeta.

Pero al mismo tiempo el imperialismo desarrolla su programa, su Plan, que fue marcado hace mas de quince años por el Consejo de Relaciones ExÂ�teriores de los EE.UU. (CRE), integrado por máximos directivos de grandes emÂ�presas financieras, industriales, comerciales, medios de coÂ�municación, universidades, centros de investigación, insti-tuciones armadas, tecnocracia oficial, funcionarios de alto nivel, ex-presidentes y entidades culturales.

Los objetivos, como decía, habían sido bien precisados por escrito hace quince años por este CRE y en resumen se plantean: 

Erosión sistemática de las estructuras de los estados-naÂ�ciones.

Colonización socio-cultural desde valores insolidarios e individualistas.

Imposición de un sistema financiero globalizado dirigido por el FMI o el BM.

Control de la opinión pública mediante una agresiÂ�va acción desde los medios de comunicación en todo el planeta.

Creación de un clima de tensión permanente mediante la fabricación de enemigos permanentes.

Todo ello para propiciar la creación de una especie de gobierno privado mundial por encima de los Estados, un verdadero centro de poder real, situado por encima del poder formal de los Estados, un poder que no se somete a ningún tipo de elecciones u otras formas de control más o menos democrático, y basa su dominio en cuestiones fundamentales de la estrategia de dominación imperialista: 

Un sistema de deuda externa que mantiene un colonialismo económico que obliga a seguir las directrices de políticas económicas que impone el FMI y el BM.

Las "áreas de libre comercio" posibilitan liquidar todos los mercados nacionales y garantizar que la "libre comÂ�petencia" sirva exclusivamente a los monopolios y oli-gopolios.

Privatizaciones que permiten absorber a favor de las multinacionales las empresas públicas y los patrimonios naturales de las naciones neocolonizadas y que facilita también el dominio de todo lo social y colectivo para someterlo a los intereses neoliberales.

La guerra "antiterrorista" se convierte en un magnífico instrumento para dominar territorios ricos en gas, petróleo, uranio, agua, opio y ponerlas en manos de las multinacionales 

Las desregulaciones de las relaciones laborales facilitan una mayor explotación del trabajo asalariado y un mayor beneficio por parte del capital.

La imposición de un sistema financiero especulativo, que multiplica las ganancias bancarias y posibilita apropiarse de grandes estructuras productivas, recursos naÂ�turales y países enteros, sin necesidad de ocupación militar.

La imposición de una cultura uniforme, empleando los medios masivos de comunicación para alienar a gran parte de la sociedad.

En este marco no se puede descartar la preparación de una nueva guerra mundial, con la extenÂ�sión de la guerra que hay en Palestina, Irak y Afganistán, Libia, a otros países y regiones (Irán, Colombia, Venezuelaâ��) que si no tiene carácter global sí toma la dimensión de múltiples guerras locales.

Vemos que este Plan se está desarrollando claramente en nuestros días, por lo que tenemos que tener claro que la respuesta del gran capital a la crisis, trata de dar un salto hacia provocar otras crisis de dimensiones más graves, generando una crisis civilizatoria, que apunta hacia una salida de más dominación que implante la dictadura del Capital como forma de dominio total del planeta sin control alguno que debe tener una respuesta global.

Ante esa realidad es necesaria una respuesta, coordinada desde todas las organizaciones sociales, sindicales y políticas que permita a los pueblos alcanzar un desarrollo en el objetivo de poner los recursos naturales del planeta al servicio de la mayoría de las personas y que busque utilizar los avances de todo tipo, médicos, tecnológicos, en la mejora de la calidad de vida de los seres humanos en su conjunto y no en el enriquecimiento de unos pocos.

Para ello en contraposición a los objetivos del imperialismo tan bien definidos por el Consejo de Relaciones Exteriores de los EE.UU. debemos unir fuerzas sociales, políticas de todo el planeta que luchamos contra el imperialismo por conseguir un mundo mejor para ser más conscientes de que es mucho más lo que nos une que lo que nos puede separar y llevar a cabo un proceso que nos permita alcanzar los acuerdos necesarios para defender conjuntamente una plataforma de mínimos que pretenda entre otros objetivos: 

- Poner la economía al servicio del ser humano y defender un nuevo modelo económico y social que desde la defensa de lo público plantee el desarrollo de una energía sostenible económica y medioambientalmente, la configuración de un Sector Financiero justo, la consecución de un Sector Productivo de la economía y su comercialización al servicio del desarrollo de los pueblos.

- Desarrollar instrumentos de democracia participativa tanto en la toma de decisiones como en el control y revocabilidad de los representantes institucionales.

- Situar al ser humano como el centro de la economía en lugar de poner el negocio en el centro mediante una democracia no solo política sino también económica.

- Defensa de la Paz porque los trabajadores y trabajadoras somos quienes siempre perdemos en las guerras imperialistas.

Es el momento de hacer realidad estos planteamientos que mueven a tantas personas en todo el mundo y movilizar todos los recursos a nuestro alcance para generar un movimiento mundial que emprenda acciones para consolidar un movimiento mundial en defensa de la paz y contra el militarismo, por la transformación de los presupuestos militares en gasto sociales.

Todo ello para conseguir construir un nuevo internacionalismo solidario que haga frente a la dictadura del capital, la solidaridad internacional cobra sentido más amplio y que plantee un futuro en el que los pueblos sean dueños de su futuro y de la utilización de los recursos naturales y de los adelantos científico-técnicos para la mejora de las condiciones de vida de todos los seres humanos del planeta sin distinguir en que territorio o familia hayan nacido, por ello es necesario hacer una llamada a todas las fuerzas sociales, políticas, culturales y de cualquier tipo para que pongamos en común lo que nos une, para que hagamos un llamamiento en defensa de un futuro de paz, de progreso y bienestar para toda la humanidad, en confrontación con el imperialismo insolidario y devastador.

Cómo hacerlo, cómo coordinarlo, cómo referenciarlo es el reto, pero si estamos de acuerdo deberíamos de plantearnos hacer el debate desde lo concreto, no es un debate teórico, académico, sabemos las dificultades de medios materiales, las dificultades logísticas, pero desde la modesta realidad, española y europea, proponemos desde el PCE la realización de un debate antes de que acabe el año, al que invitaríamos al foro de Sao Paulo, a Partidos Comunistas y Obreros, al PIE, al GUE en Europa, a la izquierda africana y asiática, encaminada a presentar lo antes posible una propuesta concreta sobre la que iniciar un camino para construir esa alameda en la que cada árbol no solo dé su fruto, sino que dé sombra en la que refugiarnos, porque como decimos en mi tierra: "Quien buen árbol se arrima, buena sombra le cobija" 

Porque nuestra fuerza está en ser conscientes de que es mucho más lo que no une, que los matices que nos pueden diferenciar y que es posible avanzar en una plataforma de objetivos mínimos, de interacción, que nos sirva para la acción política, y sobre todo para transmitir a los pueblos de todo el planeta que hay esperanza, que el capital a pesar de sus grande medios y de sus brutales agresiones no ha conseguido acabar con el fantasma que hoy, al igual que cuando hace más de un siglo, Marx y Engels publicaron el Manifiesto Comunista, recorre el planeta, el fantasma de los pueblos que plantan cara al imperialismo y luchan por se dueños de su destino.

*Secretario General del Partido Comunista de España.

Em/jlcg

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