La
ideología burguesa forma en nuestro país una atmósfera tan espesa que la
pequeña burguesía de inclinación revolucionaria la respira sin darse cuenta de
que su sustancia la alimenta como alimenta el oxígeno a la sangre. Es la
ideología burguesa la que, sin que ellos se den cuenta, lleva a los grupos de
la izquierda dominicana a creer que es una obligación suya ir a las elecciones
de este año con un programa socialista porque de esta manera le hacen un
servicio a la revolución.
¿Cuál
servicio?
El de
propagar el marxismo en el pueblo; y no se percatan de que al actuar así están
pensando como burgueses porque están utilizando métodos de acción propios de la
burguesía.
La
burguesía usa la propaganda para vender lo mismo Coca-Cola que aviones de
combate o pantalones de jean unisex; pero sobre todo vende su ideología a todas
horas y en todas partes, hasta en los países socialistas. Solidaridad, el
sindicato polaco que en cuestión de meses afilió a más de 9 millones de
obreros, fue producto de esa propaganda, y lo curioso del caso es que hay
partidos comunistas que en el enfrentamiento del Estado polaco con Solidaridad
están del lado de Solidaridad alegando que lo hacen porque el gobierno de
Polonia es estalinista.
*Vanguardia
del Pueblo, Año VIII, N° 328, Santo Domingo, Organo del PLD,
27 de
enero de 1982, p.4.
Leyendo
sin analizar lo leído se cae a menudo en confusiones, como por ejemplo en la de
no advertir que los métodos de la propaganda burguesa sirven para vender la
ideología burguesa, no la marxista, porque el marxismo sólo penetra y se
arraiga en una minoría de hombres y mujeres de excepción: los que tienen un
amor tan profundo por la humanidad y una capacidad tan alta de militancia que
no titubean ante ninguna exigencia de la lucha en favor de los oprimidos y
explotados, y aun en el caso de las personas que tienen esas cualidades, una
parte de ellas las usa para combatir en favor de los opresores y de los
explotadores, no en las filas de sus víctimas.
Las
revoluciones son hechas por las minorías militantes, pero no por todas esas
minorías, y no por los pueblos. Cuando las minorías revolucionarias interpretan
cabalmente las ansias de los pueblos, no sólo las históricas sino también las
de un momento dado de su existencia, los pueblos apoyan a esas minorías, pero
es difícil, sino imposible, que la totalidad de un pueblo se integre en un
proceso revolucionario; y eso lo enseña la experiencia, de manera muy especial
la de las revoluciones de este siglo. Si todo el pueblo apoyara una revolución
no sería necesario hacer esa revolución en su etapa de conquista del poder.
Se
equivocan los que creen que el uso de programas socialistas educará al pueblo
dominicano en el sentido de hacerlo partidario del marxismo. El partido de
Lenin, que antes de llegar al gobierno de Rusia —la actual Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas, URSS— se llamaba Social Demócrata Obrero Ruso, no le
presentó al pueblo de Rusia ningún programa socialista sino sólo una consigna,
la de Paz, Tierra y Pan. Es más, en uno de los discursos que pronunció en el
III Congreso de la Internacional Comunista, celebrado en Moscú entre el 22 de
junio y el 12 de julio de 1921, Lenín explicó que una de las razones por las
cuales su partido pudo mantenerse en el poder después de la Revolución de 1917
fue el apoyo de “las nueve décimas partes de las masas campesinas” y aclaró:
“...vencimos
porque adoptamos y pusimos en práctica, no nuestro programa agrario, sino el
eserista. Nuestra victoria consistió precisamente en que aplicamos el Programa
eserista; por eso fue tan fácil esta victoria”.
Antes
de preguntarnos qué cosa quería decir eso de “programa agrario eserista”
debemos aclarar que cuando Lenin usa la palabra vencimos lo hace porque la
Revolución Rusa tuvo que defenderse de sus enemigos combatiendo contra varios
ejércitos enemigos, entre ellos dos de contrarrevolucionarios rusos y otros
extranjeros, como el japonés, el inglés, el francés, y antes de la paz de
Brest-Litovsk, el alemán.
Los
eseristas eran los miembros del partido llamado Socialista Revolucionario, dos
palabras que significaban en Rusia en esos años lo mismo que significan aquí
Revolucionario Social Cristiano o Revolucionario Dominicano, en este último
caso, de manera especial después que el PRD ha pasado a ser parte de la
Internacional Socialista.
En
cierto sentido, el Partido Socialista Revolucionario de Rusia, fundado a
principios de este siglo, era más derechista aún que el PRD porque llegó
incluso a producir un levantamiento contra el gobierno de la Revolución, y de
él formaban parte hombres como Alejandro Kerenski, que fue jefe del gobierno
ruso antes de la Revolución y murió en 1970 en Estados Unidos, donde se había
exiliado. La dirección del partido de los eseristas era de origen pequeño
burgués, pero en él había terratenientes y otros tipos de burgueses, de manera
que podemos clasificarlo como un partido policlasista.
Lenín
había analizado y criticado el programa agrario o campesino de los eseristas, y
sin embargo en julio de 1921, desde las alturas de jefe del gobierno
revolucionario, decía que la victoria contra los enemigos de la Revolución se
debió, entre otras cosas, “precisamente a que aplicamos el programa eserista”.
En ese mismo discurso había dicho poco antes: “En agosto y septiembre de 1917
decíamos: ‘Teóricamente seguimos luchando contra los eseristas, pero
prácticamente estamos dispuestos a adoptar su programa, porque sólo nosotros
podemos aplicarlo. Y como lo dijimos, lo hicimos’”.
Si lo
que define la posición ideológica y el carácter de un partido, de un gobierno y
de un movimiento revolucionario antes de que éste llegue al poder, es su
programa, entonces tenemos que admitir que la Revolución Rusa fue
pequeñoburguesa porque estando en el poder hizo suyo, y lo aplicó, el programa
agrario del Partido Socialista Revolucionario (eserista).
24 de
enero de 1982.
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