El caso Guillermo Moreno
Orlando Gil
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LA CLAVE.- Los que andan rompiéndose la cabeza con los porcentajes atribuidos a Guillermo Moreno en Gallup, e igual a los que deliran pensando en un fenómeno parecido al de Podemos en España, deben saber que no es tan difícil dar con la clave. El candidato sin candidatura de Alianza País se benefició de una situación muy especial: El universo considerado. No se trató de una pregunta abierta, en la que se permitían todas las libertades y un amplio escrutinio de preferencias, sino cerrada. Con solo cinco nombres: Leonel Fernández, Danilo Medina, Hipólito Mejía, Luis Abinader y Guillermo Moreno. Simplemente lo subieron de liga, y con esos números, no puede negarse que hizo el equipo. Moreno anda vuelto loco y sin ideas, aunque asistido por buenas razones, por lo menos en las redes. Sus tuits son casi una consagración. Dice que estuvo sembrando, pero visto el caso la cosecha le llegó muy rápido. Habla de su campaña para el millón de firmas, y lo cierto es que sin moverse mucho, se lo duplicaron. Tiene que leer de nuevo la realidad, y si puede, hacerlo con una lupa, pues le conviene entender el hecho en su justa dimensión, de manera que no se frustre ante futuras mediciones...
LOS ORÍGENES.- Igual lectura deben hacer Fernández, Mejía y Vargas, pues el fenómeno Guillermo Moreno se da en el escenario que comparten. Innegablemente que para el que no tiene nada, cualquier cosa es mucho. Los números de Moreno provocan asombro con Medina y Abinader, pero no tanto como con Fernández, Mejía y Vargas. Aunque verdaderamente todavía no es problema, y se cree que esa será su única salida de calidad. Que cuando entren los hombres al terreno, tendrán que echarse a un lado los muchachos. PLD, PRD y PRM tienen lo que difícilmente pueda conseguir en el tiempo que resta Alianza País: maquinarias electorales probadas. En ocasiones se resalta la importancia del candidato. Sin embargo, el aspirante que no cuente con buenos equipos de trabajo, que sepan cómo se busca o recoge el voto, difícilmente alcancen la meta. Simpatía e intención no son suficientes...
LOS TRES.- Fernández, Mejía y Vargas tienen los hándicaps de sus actuaciones políticas, fuera y dentro del gobierno o de los partidos. Ahora mismo a Fernández lo persiguen con un fantasma que se suponía era de Mejía, pero que provocará una lucha cuerpo a cuerpo en que no puede adelantarse cuál será más víctima. Cada acción implica una reacción, y si es verdad que los medios se muestran tímidos en prestar sus escenarios para una confrontación poco edificante, las redes hacen su agosto en febrero. Se habla de guerra sucia, como de contra campaña, pero tan anticipada que desde las gradas se observan como batazos perdidos. Ni siquiera “ Fouls de Chilote ”. No se entienden que puedan calentarse los brazos con lanzamientos viejos. Pero como dicen en la calle, “ a falta de pan, casabe ”. Los políticos dominicanos nunca se baten en retirada, pero tampoco superan las debilidades conocidas. Y repito lo dicho en otra ocasión: Si no hay debate de temas, se impone el insulto. Es una fórmula rara, pero de la que nadie escapa. No se hacen esfuerzo para ser mejores, sino peores...
LOS TERCEROS.- Lo interesante es que los golpes que se van dando a diestra y siniestra no corresponden a campañas montadas por candidatos, sino por seguidores que creen que de esa manera ayudan sus respectivas causas. Ahí el error, ahí el peligro. Al aspirante que deja que sean otros que manejen su estrategia, o apliquen sus tácticas, podría sucederle lo mismo que al adulto que duerme con un muchacho: amanecer empapado en orina ajena. A Fernández le están tirando, pero ni siquiera al cuello, y parece más un equívoco de comunicación que una campaña en regla. Se oyen los disparos, pero no se tiene certeza de quién aprieta el gatillo. Se dijo en principio que el Palacio Nacional, ahora que Hipólito Mejía, como si cualquiera diera igual. Sin embargo, la histeria no se hace esperar, y al PLD lo meten al medio. Un aliado como el diputado Vinicio Castillo le pide al partido que defienda a Fernández, como si este no pudiera hacerlo con sus propios medios. O como si el mundo se fuera a acabar hoy y no mañana...
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