Domingo Núñez Polanco
Nota: Este articulo fue publicado a principio del año 2014, hoy repetimos su publicación a petición de algunos hermanos renovadores con la explicación de que aquellos interesados en el tema tengan la oportunidad de leerlo.
Hace
un tiempo oí a alguien decir: “El partido político debería ser como el árbol
cósmico maya, que hunde sus raíces en el mundo del Hades, que crece como un
robusto tronco sobre la superficie de la tierra y que tiende su follaje en el
amplio cielo”. De la misma manera, entendemos que el partido Cívico Renovador debería
nutrirse participando en las luchas sociales de los ciudadanos por
reivindicaciones justas y necesarias. Desarrollando la organización de la
sociedad civil, para cumplir su función propia en la sociedad política. No debe
ser exclusivamente una burocracia política, que no tiene conexión alguna con el
conglomerado de amigos, simpatizantes y miembros de Partido. Para ello es
necesario organizar al partido de tal manera que una el liderazgo con la
burocracia, y a ambos con la base, dando a ésta el protagonismo democrático que
hasta ahora ha faltado.
En
efecto, los miembros influyentes de los partidos constituyen una burocracia a
sueldo, que monopolizan las acciones e instituciones políticas. Fuera de ellos,
en estos tiempos de “búscame lo mío para participar”, los partidos casi no
cuentan con la acción desinteresada de ciudadanos que efectúan tareas
partidarias para cumplir simplemente como militantes del partido funciones que
su conciencia política exige, sin pedir retribución alguna.
Entre
la burocracia y los ciudadanos hay que crear una estructura organizacional en
la que consista la vida cotidiana del partido, de donde se nutra y surjan los
dirigentes y los candidatos a cargos electivos del partido, donde se actualicen
los principios y se decidan las estrategias. Para ello hay que idear una
regeneración completa del partido, partiendo de lo que se denomina el "comité
Cívico Renovador CR9” vale decir el “comité de base”. Aquí hablamos de la
estructura organizativa territorial, espacial y de cuadros del PCR.
Cuando hablamos de estructura masificada o electoral del PCR partimos del hecho de que en el país hay más de 14514 colegios electorales (número que indica una cierta distribución poblacional), para los fines del partido habría que alcanzar más de 14514 "comités electorales o comando electorales”, a fin de no de estar desprevenidos y cumplir con nuestras metas y objetivos de cara a las próximas elecciones del 2016. Obviamente alcanzar esta meta implica vivir cotidianamente en su lugar territorial, junto a la comunidad de vecinos simpatizantes, compartir las vicisitudes de los ciudadanos más conscientes de sus obligaciones. En donde el cara-a-cara con la gente de manera directa es posible, en donde la participación personal permite conocer al otro ciudadano e ir considerando los avances teóricos y prácticos del grupo semana a semana, solo así, con ese trabajo meticuloso y hecho con amor, el PCR se convertiría en una institución política donde las relaciones públicas con el ciudadano cobrarían rostro, nombre, fraternidad.
Cuando hablamos de estructura masificada o electoral del PCR partimos del hecho de que en el país hay más de 14514 colegios electorales (número que indica una cierta distribución poblacional), para los fines del partido habría que alcanzar más de 14514 "comités electorales o comando electorales”, a fin de no de estar desprevenidos y cumplir con nuestras metas y objetivos de cara a las próximas elecciones del 2016. Obviamente alcanzar esta meta implica vivir cotidianamente en su lugar territorial, junto a la comunidad de vecinos simpatizantes, compartir las vicisitudes de los ciudadanos más conscientes de sus obligaciones. En donde el cara-a-cara con la gente de manera directa es posible, en donde la participación personal permite conocer al otro ciudadano e ir considerando los avances teóricos y prácticos del grupo semana a semana, solo así, con ese trabajo meticuloso y hecho con amor, el PCR se convertiría en una institución política donde las relaciones públicas con el ciudadano cobrarían rostro, nombre, fraternidad.
Es
en esos núcleos primarios "comités cívicos
renovadores CR9”, Los Recintos Electorales, los Comandos Electorales y los
Comité Renovadores afectivos es donde el partido debería poner toda su voluntad
de organización, para que ya no dependiera exclusivamente de los medios de
comunicación para su propaganda, por ejemplo, sino de la movilización de sus
bases conscientes y experimentadas en
la teoría y práctica.
Para
ello sería necesario lanzar toda una campaña de repensar los principios del
partido, teóricamente. En efecto, Todos los miembros de partidos progresistas en los tiempos de la “guerra fría” tienen sólo
el recuerdo de una teoría estudiada anterior a esa fecha, la de la "caída
del muro de Berlín". Después, escasos partidos no han entrado en discusión teórica.
Más: la mayoría de los miembros desconfía de la teoría. Sin embargo Lenin había
dicho que "sin teoría no hay revolución". Yo diría hoy: "Sin
teoría no hay partido político". Y sin organización tampoco. Es que la
teoría y la organización se tocan: una impulsa a la otra. La organización, en
primer lugar, es la reunión de los miembros del partido en la reflexión teórica
sobre lo que deben hacer.
La teoría y
la estrategia organizacional van unidas.
Proponemos,
para llenar el vacío entre el liderazgo y la burocracia y la base, lanzar una
campaña de captación para obtener decenas de miles de simpatizantes y miembros
del partido. Ahora bien es importante
definir: ¿Quién realizará esa afiliación? ¿Qué significa ser miembro de un
partido? ¿Quiénes y cómo los formarán dentro de los principios del partido? Y
después de afiliarse, ¿qué harán como miembros activos del partido
cotidianamente? En realidad sin organización, firmar una ficha de afiliación no
agrega pertenencia y, sobre todo, no agrega ninguna ventaja al partido
"inflado" con una tal membresía sin función alguna. No, La afiliación
es una acción correcta, pero como resultado de la organización de centenares de
"comités cívicos renovadores” que culmine, después de hacerse cargo de los
principios, en tareas políticas y electorales. Evidentemente los "comités cívicos
renovadores” deberán mejorar, lo mismo que los estatutos.
La
constitución de centenares de "comités cívicos renovadores” invertiría la pasividad o inercia de las actuales estructuras dirigenciales, y
daría lugar a una auténtica democracia de la base, que elegiría sus
representantes reales a todas las instancias internas del partido. Por el
momento, la burocracia del partido está "agarrada" desde arriba a la
brocha, sin comunidad de base que la haya realmente elegido. Son representantes
sin representados.
Alguien podría
indicar que es imposible organizar un partido a partir de la formación de
miles de "Comités Cívicos Renovadores CR9” con igual número de colegios electorales. Sería imposible si la acción la emprendieran
personas singulares, sin imaginación organizativa suficiente, y sin una
voluntad, sin una visión clara que defina hacia dónde vamos y el partido que queremos.
En la
actualidad, la situación política, el andamiaje de las estructuras del poder,
el monopolio de los medios de comunicación, un partido progresista no puede
confiar en el error de sus oponentes, ni en sus debilidades, o en milagros que
le beneficiarán. Sólo debe confiar en sus propias fuerzas, y éstas se logran
organizándose. Pero esto supone una restructuración completa del partido, que
debe usar sus pocos recursos de manera eficiente para lograr el máximo de
frutos.
La
organización de millares de "Comités Cívicos Renovadores CR9” supone,
también, definir cómo transcurre su vida cotidiana, cómo se estructuran sus
reuniones, cómo se planifica el contenido de los encuentros semanales, quiénes
elaboran y entregan los materiales (y por qué medios, por ejemplo,
electrónicos) dentro de una sucesión progresiva para las reuniones durante todo
un año (un programa entonces de 52 sesiones), y tantos otros aspectos que hay
que saber anticipar.
Comencemos entonces por
bosquejar la cuestión. Los "Comités Cívicos Renovadores CR9” Se organizan
territorialmente en barrios, pueblos, municipios y distritos municipales. Se
organizan electoralmente en referencia a
los "colegios electorales"), y
por funciones (empresas, colegios, universidades, clubes, tiendas,
grupos de amigos, etcétera).
Cada "comité
electoral o comando electoral” tiene un nombre y un número (según la mesa o
colegio electoral). Elige sus coordinadores
y se relaciona horizontalmente con todos los otros “comité electoral o comando electoral” a la
manera de una red, por computadora.
Tanto
los “Comités Cívicos Renovadores CR9” como los
“comité electorales o comandos electorales” las reuniones, por lo menos, deben ser semanales, al anochecer, después del trabajo,
en salones públicos o privados, políticos o civiles, atrios de iglesia o
clubes, garajes particulares y otros. En el caso del Comando Electoral
"lugar" es abierto, ciudadano, público en cuanto a su
asistencia, abierto a todo simpatizante. Se trata de que todo ciudadano pueda
"enterarse" personalmente de la vida política del país y de
participar activamente de manera concreta en dicha vida.
En los
“Comités Cívicos Renovadores CR9” la
reunión tiene tres momentos. Uno teórico de estudio (por ejemplo 40 minutos).
Los miembros del "CR9" se distribuyen las exposiciones de un libro,
artículo o material disponible en Internet y propuesto por el equipo
responsable nacional de formación. Este equipo de formación debe ser de
ciudadanos realmente cultivados en teoría política (profesores o alumnos
aventajados de ciencia política, en historia, filosofía, etcétera, que
realmente hayan recibido una formación mínima, pero necesaria). Para la
formación de estos equipos debe haber seminarios permanentes de "teoría
política" del partido, para formar no sólo los equipos de trabajo Provinciales,
Municipales y Distritales, sino los "facilitadores"
Compañeros
y compañeras mano a la obra, la suerte está echada. Solo nos falta tirar la
primera piedra.
Domingo
Núñez Polanco.
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