Manos al agro

Manuel Fermín

Con un eslogan de noble meta: “Manos a la obra”, se inicia el nuevo gobierno peledeísta. A escasos meses de su gestión de gobierno, el presidente Danilo Medina pone en práctica la vieja modalidad de cercanía con la ciudadanía, con el pueblo llano, y especialmente, de nuestras áreas rurales; como buen alumno que es del ícono de esa corriente: Juan Bosch.

La primera referencia de esta nueva tendencia de gobernar ñpor lo menos en democraciañ se inicia con Juan Bosch, el reconocido fundador de dos partidos mayoritarios de la República; una figura señera de la generación del primer tercio del siglo XX dominicano, autor de una bastísima obra literaria y de contenido político, y artífice de la admirada y cuidada “academia de enseñanza política” del pueblo dominicano.

Los viajes de Medina, que tanto entusiasmo despiertan entre los pobladores de las comunidades, inyectan, no hay dudas, profundo optimismo en una población rural que se observa a sí misma renovada y a punto en sus capacidades de mejorar su rendimiento y eficiencia para competir en los exigentes mercados a que tiene acceso el país. Así pudimos apreciar en su visita a El Seibo en donde observó y escuchó con serenidad los planteamientos de las mujeres empresarias de una pequeña agroindustria cooperativa que procesa cacao criollo.

Las visitas del presidente Medina despiertan pasión, no sólo porque buscan la diferenciación, sino que también estimulan las capacidades dormidas de las zonas rurales en donde hay la creatividad, como quedó demostrado en El Seibo, que el Presidente ofreció apoyo con el crédito (12 millones de pesos a la iniciativa asociativa de mujeres rurales). Pero es una dimensión masiva pues la ha dirigido a Vallejuelo, Monte Plata, Baiguá, Cevicos, Jima Abajo, La Cruz de Manzanillo, Boca Cachón, El Limón y Tierra Nueva en Independencia; Villa Fundación, Peravia, autorizando créditos por más de 200 millones de pesos, consciente de su conocimiento de la idiosincrasia y las singularidades de las comunidades rurales; y de la pérdida de valores como la solidaridad y la igualdad que es necesario restablecer. Esa movilización permanente del presidente Medina y sus encuentros con la marginalidad se convierten en un bálsamo reparador como derecho compensatorio por la gran deuda social acumulada. Además, el Presidente se aleja de las diatribas políticas y se congracia con un estilo que le sugiere recuerdos de los tiempos duros de su vida comarcal. Pero al mismo tiempo transmite su energía para que los funcionarios se sientan plenamente inclinados y arrimen el hombro hacia el campo. Veamos: la región Sur fue afectada por fenómenos meteorológicos, sin embargo, y a manera de ejemplo, su rehabilitación está completa en un 90% en lo que concierne a las musáceas; 35,000 tareas preparadas; siembras de 11 mil tareas de sorgo en Enriquillo y Oviedo; y construcción y reconstrucción de viviendas; igualmente San Juan de la Maguana cuenta con su agricultura restaurada: 151 mil tareas de habichuelas rojas y 37 mil de negras, y 201 kms de caminos productivos reconstruidos en el breve período gubernamental, gracias a que el Presidente da indicios claros de su disposición. Así lo ha asumido con total entusiasmo el ministro de Agricultura, Luis Ramón Rodríguez, cuya ofensiva de sus acciones sintoniza con el Presidente para que el agro tenga otro destino.

Es indudable que el estilo presidencial ofrece un nuevo motivo de inspiración para que el sector agropecuario vuelva ahora por sus fueros. Una añoranza histórica del hombre rural que resucita la esperanza de ganar fuerzas para consolidar una mejor calidad de vida en su entorno.