Relaciones China, Taiwán y RD
La ignorancia no es buena, ni mala, es sencillamente eso. Es no saber, carecer de informaciones, circunstancias y datos. Nadie tiene, ni debe, ni puede saberlo todo acerca de todo, es una tarea insensata e imposible. En un momento fui ignorante de lo que estaba sucediendo en las relaciones China-Taiwán y sus consecuencias para la República Dominicana. No obstante, una serie de documentos, acontecimientos y reuniones, me fueron definiendo la realidad de dichas relaciones.
El 20 de mayo de 2008, Ma Ying-Jeou del partido Kuomintang (KMT), toma posesión como presidente de Taiwán, asumió con un discurso conciliador en procura de avanzar en las relaciones a uno y otro lado del Estrecho.
El 18 de marzo de 2009, Li Dong, VI Representante de China, llegó a República Dominicana con el claro objetivo de fortalecer los lazos de amistad entre el pueblo chino y el pueblo dominicano, así como para seguir promoviendo el intercambio comercial entre ambos países. Contrario a Cai Weiquan y Wang Weihua, sus antecesores, mantuvo bajo perfil y en ningún momento sugirió el tema de las relaciones diplomáticas entre China y RD.
El 7 de julio de 2009, el Embajador de Taiwán, Isaac Tsai, me dijo, “nuestro interés es mantener el status quo”.
Claro mensaje, que yo no entendí en ese momento, de hacia dónde se conducían las relaciones.
Aun con esas señales, seguía sin entender el asunto. Escribí varios artículos, participé en diversos programas de radio y TV, donde expresaba que lo conveniente para el país era romper con Taiwán y establecer relaciones diplomáticas con China. A veces radical, insistente, demostrando mi ignorancia de lo que se estaba fraguando. Debo reconocer, que en esta etapa, Rosa Ng me sugirió que era preferible permitir que ese asunto se resolviera entre los chinos, igual el periodista Eduardo Álvarez me dijo que a la sazón no era conveniente insistir en lo de las relaciones diplomáticas. A partir de ahí mis opiniones se enfocaron más en la cultura, historia y geografía de China y cuando me refería al asunto China-Taiwán lo hacía en otro tono, aunque todavía sin ocultar mis preferencias.
Un acontecimiento fundamental para dejar de ignorar una verdad que estaba frente a mí, se produjo el martes 29 de junio de 2010, fue la firma del “Acuerdo Marco de Cooperación Económica (AMCE)” entre China y Taiwán, que entró en vigor el domingo 12 de septiembre de ese año.
Además de que se habían restablecido vuelos directos entre China y Taiwán, intercambios culturales y de personas.
Como ya todo estaba más claro, escribí un artículo titulado “El dragón y el tigre conciertan”, publicado el 3 de julio de ese año, donde comienzo a señalar que el asunto político entre China y Taiwán se posponía, lo que traducido a nuestra situación nacional, significaba que el asunto de las relaciones diplomáticas con la República Dominicana y los otros 22 aliados de Taipéi, ya no era prioridad para China.
Por si quedaba alguna duda, en mi segunda visita a China, en octubre de 2010, un alto funcionario del Servicio Exterior de ese país, me confirmó lo que ya sabía: “por el momento el tema de las relaciones diplomáticas con la República Dominicana no es prioridad para China”, me dijo.
Cuando regresé a la República Dominicana, escribí otro artículo titulado “El asunto China-RDTaiwán”, donde fijé una posición al respecto, la cual he reiterado en varios artículos y en varios escenarios de comunicación y académicos, tanto nacionales como internacionales.
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