MORAL Y LUCES

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miércoles, 1 de agosto de 2012

ARMAS DE GRUESO CALIBRE EN MANOS ENEMIGAS


Armas de grueso calibre en manos enemigas
César Medina
lobarnechea1@hotmail.com
Si algo debe evitar el presidente Leonel Fernández en estas dos semanas que faltan para dejar el poder es poner en manos de sus enemigos armas de tan grueso calibre como la convocatoria al Consejo Nacional de la Magistratura para nombrar a un juez que falta en la Suprema Corte de Justicia.
Leonel debe saber que está en la mira telescópica de mucha gente con poder mediático –incluyendo a influyentes propietarios de diarios, canales televisivos y estaciones radiales– que quisieran hacer diana en cada tiro a su anatomía.
Su primer esfuerzo es tratar de crear un cisma en la cúpula del PLD, dividir a Leonel y a Danilo, aprovechando los celos naturales que surgen entre un gobierno que sale y otro que entra, aún siendo del mismo partido.
Eso explica la virulencia de los ataques a quien perciben más frágil en este momento de reflujo del leonelismo, aprovechando el fulgurante ascenso de Danilo y sus seguidores en el PLD.
Se ha llegado incluso al extremo de sugerir a Danilo que persiga judicialmente a sus propios compañeros de partido, a los seguidores de Leonel que participan aún en este gobierno, vinculándolos a actos innominados de corrupción.
El doctor Jorge Subero Isa ha sido el último en formular tan peregrina sugerencia. Como si él hubiera actuado en consecuencia durante los 14 años que fue presidente de la Suprema Corte de Justicia, cuatro de ellos en el gobierno de Hipólito Mejía, pródigo en escándalos de corrupción que no lo motivaron ni siquiera a mover un dedo.
Nuevos “consejeros”
Con tiempo advertí sobre los nuevos “consejeros” que han aparecido en el escenario después del 20 de mayo.

Casi todos son fichas muy conocidas del pepehachismo decadente o de grupejos de la llamada “sociedad civil”, los mismos que durante casi un año descalificaron a Danilo Medina como potencial Presidente de la República.
A lo largo de la campaña electoral dijeron que Danilo y Leonel eran socios en el proyecto de la “dictadura perfecta” que preconiza el PLD y consecuentemente hicieron causa común con Hipólito Mejía.
Pero ante los resultados electorales del 20 de mayo se han empeñado en tratar de distanciarlos sembrando cizaña y sugiriendo al Presidente entrante que persiga al Presidente saliente como responsable de supuestos actos de corrupción ocurridos en el actual gobierno.
Nadie duda que en el gobierno de Leonel ha habido corruptos, como los hay en todos los gobiernos, como los habrá en el de Danilo y en los gobiernos sucesivos hasta que ese mal endémico en nuestro sociedad no sea erradicado o por lo menos atenuado con la aplicación de medidas punitivas que lo desestimulen.
Quienes tratan de distanciar a los dos gobernantes peledeístas tienen el claro propósito de debilitar al gobierno entrante restándole apoyo en su base política, que es el PLD y el liderazgo de Leonel.
Y es justo a ese terreno donde no debe dejarse arrastrar al Presidente electo, pero también donde Leonel debe extremar la cautela, sin poner armas letales en manos de sus enemigos.
La convocatoria
Insisto en que la convocatoria al Consejo Nacional de la Magistratura es un paso desafortunado del presidente Fernández.

Juristas del prestigio de Vincho Castillo consideran que es legítima, y parten de que el período constitucional de Leonel Fernández llega hasta las 10 de la mañana del 16 de agosto. Nadie discute lo contrario, lo que digo es que esta decisión es imprudente por la vecindad de la fecha de la convocatoria con la jura del otro gobierno.
No hay ninguna necesidad de apresurar la designación del miembro número 17 de la Suprema Corte de Justicia, el máximo órgano judicial que hasta ahora se ha desenvuelto con total normalidad a pesar de que arrastra ese déficit desde el mismo día de su composición, cuando renunció Subero.
Lo que se especula es que el presidente Fernández quiere ocupar la vacante con Radhamés Jiménez, el actual procurador general de la República, una figura inobjetable desde cualquier punto de vista.
El problema es que de acuerdo con la ley el nuevo juez de la Suprema tiene que provenir necesariamente de la Magistratura, requisito que no llena Radhamés Jiménez, que lleva siete años al frente del Ministerio Público.
Desde que se conoció la convocatoria las críticas al Presidente Fernández han sido impiadosas, algunos porque la consideran extemporánea e innecesaria y otros porque ven en esta medida la posibilidad de abrir una fisura entre Leonel y Danilo. Todavía hay tiempo para que Leonel Fernández comprenda que está cometiendo un error. Se lo dice un amigo. 

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