La señora Mélidate
Don Fe siente como si la carta que sostiene en sus manos le hubiese clavado los dientes. Se mira para calcular el daño, buscando los hilos de sangre que debían estar ahí tras la dentellada, pero no los ve, o mejor dicho, no puede verlos. Pero están y la sangre ha comenzado a gotear, invisible pero tenaz, como ocurre con las heridas muy profundas, esas que no son del cuerpo, sino del alma. Por prurito de hombre, pocas cosas pueden serle más angustiosas a Don Fe que un delator exhibiendo, por escrito, sus llagas. Y eso es lo que ha hecho el autor de esta carta que tanto le ha dolido. O mejor dicho, la autora, porque se trata de una mujer. Por supuesto que Don Fe no es un ángel...
El gendarme necesario
La puerta del despacho se ha abierto de un tirón y ha aparecido, mejor dicho, brotado el mismísimo Jefe , de talante volcánico, el rostro desencajado por la rabia; los colores encendidos, lo suficiente como para diluir la gruesa capa de cremas y talcos con los que sepulta cada día a la abuela Chevalier; la boca apretada en un rictus que no se puede distinguir si es por cólera irreprimible o evitar que el impulso proyecte, como si de una catapulta se tratase, su dentadura postiza. Llevaba en la mano un diario...
La libertad de las jicoteas
Su trabajo es relativamente sencillo, aunque bastante arriesgado; del tipo de los que puedes vivir de ellos plácidamente y hasta envidiado por el resto de los mortales, pero en los que basta un soplo adverso, el tenue aleteo de la fatalidad o un descuido, para desatar la tragedia. Este hombre que ven aquí, ceremonioso, satisfecho, encanecido, algo tenso y de gesto ruin es el encargado de tramitar, en la Junta Central de Partido Dominicano, las autorizaciones para que se puedan pronunciar enjundiosos discursos,...
Apartado 764
Nunca podré entender cómo el Jefe ha depositado su confianza en tantos incompetentes. La regla de oro de cualquier negocio reside en la confianza. Si no hay eficiencia, no puede haber acuerdo. Y esto es lo mismo si vendes rosquillas, mangueras para regar el jardín, autos, absoluciones papales o informaciones confidenciales. Mi negocio es el de suministrarle al Jefe información a tiempo y de calidad, especialmente de sus enemigos políticos en el exterior. Lo que Él disponga después, no es de mi incumbencia,...
Para callar a Rojas
Se sienta y vuelve a tomar en sus manos aquellas páginas mecanografiadas en una maquinilla de los años 50, probablemente una Underwood, según le dicta su olfato de perro perdiguero inglés. Se cierra la bata de casa para proteger el pecho, que es un fuelle enloquecido por la bronquitis y el cigarro. Hace frío en Washington y sin querer piensa en su madre, una humilde conserje polaca que lo dejó huérfano, siendo muy niño, tras ser abatida por las mordeduras de una neumonía viral. Vuelve a cerrar aún más...
Mole eterna
El informe remitido al Jefe hoy, 27 de mayo de 1955, decía textualmente: "El pasado miércoles 25 del corriente, a las diez y media de la mañana, fui a la penitenciaría La Victoria y allí conversé con el señor Anselmo Paulino Álvarez y le...
Osos hambrientos
Dejémonos de boberías y reconozcamos que la jugada fue maestra. No importa que algunos de nosotros recelásemos, inicialmente, y escondiésemos nuestra incomodidad en la opinión, vertida discreta y respetuosamente, claro está, de que el...
Rara avis
Desde que los vi llegar, sudorosos, pálidos y desencajados, supe de qué se trataba. La culpa era toda mía, pero le tocaría pagarla a mis hermanos. Bueno, a decir verdad y siendo justos, la culpa había sido de los tragos, de muchos tragos, de...
Divinos testarudos
Es falso que las dictaduras se acaban cuando surgen líderes libertarios y etéreos que están dispuestos a arrostrar todos los peligros por sus ideas. No es verdad que la libertad llega cuando alguien, muy concientizado, se atreve a desafiar los...
Ángeles y chacales
Que la sangre tiene más meandros que los ríos, es cosa sabida. En una misma familia y de un mismo tronco, tras dar vueltas y vueltas, retoñan hijos buenos y también hijos malos, como de un mismo naranjo nacen frutas suculentas y otras resecas. A...
El hombre providencial
Por casualidad de la vida, que da tantas vueltas, ella y él eran mis vecinos. Bueno, no exactamente mis vecinos, porque yo no tengo dinero para vivir en este bario de clase alta, donde cada casa vale lo que no me he ganado yo en mis treinta años...
RASPADURA
¿Qué puede unir a 26 personas de disímil extracción social, separadas entre sí por muchos peldaños de la escalera que conduce al éxito y la fortuna, sino una mala causa? ¿Quién no sospecharía, por ejemplo, si le dicen que dueños de...
Un día cualquiera
Es verdad que los lunes son el peor día de la semana. Pero en este despacho de la Secretaría de Estado de la Presidencia los lunes son como todos los demás. Si algún empleado de confianza, que son los únicos que pueden traspasar estas recias...
TOMADO DE DIARIO LIBRE
No hay comentarios:
Publicar un comentario