La fórmula preferida en Europa para las economías en crisis ha sido una dolorosa receta de austeridad y disciplina fiscal. La lógica de las autoridades regionales era que la crisis del bloque ha sido provocada -sobre todo-
por la falta de confianza de los inversionistas en la capacidad de los gobiernos para seguir financiándose debido a los elevados niveles de endeudamiento. Por ello, sostenía el argumento, a medida que los Estados fueran reduciendo el gasto fiscal, los capitales regresarían, trayendo nuevo dinamismo.
Pero las últimas cifran revelan que la medicina de austeridad fiscal no sólo ha sido muy dolorosa de aplicar, sino que además ha tenido efectos contraproducentes, con la deuda elevándose en la mayor parte de la región. La deuda de los gobiernos como proporción del PIB llegó a 92,2% en el primer trimestre, su máximo histórico, superando el 88,2% de igual período del año pasado. Medidos en montos, los pasivos ascendieron a US$ 11,4 billones (millones de millones). En el caso de la Unión Europea, la deuda saltó de 83,3% del PIB a 85,9%, equivalente a US$ 14,47 billones.
La oficina de estadísticas de la Unión Europea (Eurostat) informó que la tasa más alta se registró en Grecia, con 160,5%. La cifra se compara con 136,5% un año antes. La economía helena está aún en plena recesión y las duras medidas de ajuste generan fuerte descontento entre la población, que presiona para abandonar la ayuda internacional.
Irlanda lidera las alzas
En total, cinco países del euro tienen una deuda superior a 100% del PIB.
Al comparar los datos con los últimos tres meses del año pasado, la deuda pública aumentó en 21 Estados miembro de la UE y retrocedió en sólo seis. Las mayores alzas se produjeron en Irlanda (7,7 puntos porcentuales), pese a que Dublín fue el segundo gobierno en recibir ayuda de la Troika conformada por el Banco Central Europeo, la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional. De hecho, se espera que sea la primera de las cinco economías rescatadas en regresar a los mercados internacionales de deuda, a fines de año. Y tras la última revisión del programa de ayuda, los financistas internacionales informaron la semana pasada que la economía celta avanza según lo esperado.
Por otra parte, Estonia lideró los retrocesos de los pasivos, (con una caída de 1,5 punto porcentual), seguida por Dinamarca (0,8 punto) y Alemania (0,7 punto).
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