MORAL Y LUCES

MORAL Y LUCES

martes, 31 de mayo de 2016

El Bosch de los años 60


Profesor Juan Bosch: Textos variados


La democracia tiene sistemas de paredón moral con los cuales puede hacer más ejemplarizadora su acción, puede ser más positiva. La democracia no tiene que derramar sangre, la democracia solamente tiene que ser justa, defender en todo momento al pueblo y sus derechos, defender las libertades y defender el centavo del pueblo, porque cada centavo es una gota de sudor de un dominicano.
 Porque los conocimientos se adquieren con dinero, es decir, que mientras un joven está estudiando en la Universidad, está costándole dinero a su familia, a él mismo si trabaja para mantenerse, y a su país, porque mientras él estudia tiene que mantenerse, tiene que vestirse, tiene que dormir, tiene que afeitarse, tiene que pelarse, tiene que curarse y todo eso se hace con dinero; y es dinero que se va usando, no una semana, ni unos meses sino varios años, pero además le cuesta dinero al gobierno porque tiene que tener una universidad con profesores, con locales, con libros, con luz eléctrica, con teléfonos, y todo eso se paga; entonces podemos calcular en números de dineros lo que cuesta adquirir una profesión, lo que no podemos calcular nunca con números de dineros es lo que puede dar un profesor, porque un profesor que le enseñe a sus alumnos algo nuevo, puede despertar en la mente de esos alumnos o de uno solo de esos alumnos una idea que a lo mejor dentro de tres años, dentro de cinco años o de diez años, va a representar para la República Dominicana una riqueza que no puede medirse con números de dinero como estamos diciendo.
UN SEÑOR GALLO
El pollito rompe el cascarón en una noche, al otro día está caminando y escarbando y buscando comida, y cuando el dueño de la gallina viene a darse cuenta, y la gallina también viene a darse cuenta y hasta el gallo del gallinero viene a darse cuenta, ese pollito se ha convertido en un señor gallo, rápidamente. Y ese es el caso nuestro. Nosotros vamos a desarrollamos rápidamente porque ya estamos rompiendo el cascarón. En ese desarrollo nos hace falta mucha gente que sepa trabajar, mucha gente que sepa hacer muchas cosas que hoy parecen simples.
INGRESOS DEL GOBIERNO
Necesitamos tener controlada en todo el país la recaudación de los impuestos y estamos seguros que cuando hayamos logrado eso, aumentaremos los ingresos para el Gobierno, es decir el dinero del Gobierno en por lo menos veinticinco millones de pesos sin necesidad de aumentar ningún impuesto, porque en la República Dominicana sucede lo que sucede en casi todos los países de nuestro tipo de organización, que pagan impuestos menos gentes de la que debería pagarlo y los que pagamos impuestos pagamos menos impuestos del que deberíamos pagar.    (…) el que tenga que pagar impuesto pagará impuesto, porque no pagar impuesto es tanto como quitarle al pueblo su dinero, el dinero que le pertenece.  (El dinero del Gobierno tiene que ser devuelto al pueblo o bien mediante obras como carreteras, como represas, como plantas eléctricas, como mercados, y hospitales, o bien mediante sueldos a los empleados públicos y a los que trabajan en las obras del Gobierno. Así es que todo el que deja de pagar un peso en impuesto le está quitando ese peso al pueblo, y está con ese peso aumentando su fortuna privada. (…)
Se sabe, porque ya se conoce nuestro proyecto constitucional, que nosotros vamos a establecer la degradación cívica en acto público y solemne para todo el que en este país le coja un centavo al pueblo. Todavía aquí no se conoce lo que eso significa, pero eso es el paredón moral, eso es gravísimo. Los hijos y los nietos, y los biznietos y los tataranietos de los que sean degradados en acto público y solemne de sus derechos cívicos en presencia de la multitud y en presencia del ejército, con las banderas enlutadas y los tambores enlutados y las cornetas enlutadas, se sentirán peor que si los hubieran fusilado por ladrones y por asesinos.
HISTORIA DE LA REFINERIA.
Pues bien, a mí me ha tocado leer muchas cosas en los periódicos, muchas cosas dichas por mí, que yo no dije nunca ni pensé jamás. Y, hace mucho tiempo que decidí no hacer aclaraciones, porque las aclaraciones a menudo confunden más que aclaran. Pero en este caso quiero decir que nunca dije que ese contrato era bueno; que la última pregunta o la penúltima que se me hizo en el vapor Leonardo da Vinci en Nueva York, cuando salí para Europa fue sobre ese contrato y dije que tenía que ser revisado; que les pedí a los caballeros de la Standard Oíl en Washington que detuvieran la venta de acciones y que esperaran mi llegada aquí, más o menos les dije, el 14 de febrero, y he llegado el 17, para que discutiéramos este problema de refinería, y estando yo por Europa vi anuncios de que ellos seguían vendiendo bonos, anuncios de que se había nombrado un gerente, un manager, para montar la refinería y propaganda haciéndole creer al pueblo que va a haber mucho trabajo para los dominicanos en esa refinería. Es decir, se ha estado confundiendo al pueblo, haciendo creer que cuando yo pida la revisión de ese contrato lo que estoy es perjudicando al pueblo porque no va a haber trabajo para el pueblo. Y yo les quiero decir a ustedes, dominicanos, que no transijo con la idea de pan para hoy y hambre para mañana, y que además he recibido en Europa varias proposiciones para establecer refinerías en que trabajarán muchos más dominicanos que en la refinería de la Standard Oíl y en condiciones muy ventajosas para el Gobierno y para el pueblo. Ese contrato tiene que ser revisado. Se le advirtió así a la Standard Oíl, se le dijo. Se lo dije yo personalmente, que yo sabía que esa actitud mía iba a ser utilizada para hacer correr por el mundo la noticia de que yo soy enemigo de las inversiones extranjeras privadas en este país, que yo soy comunista, que soy fidelista, o que soy otra cosa todavía más radical.
Se me quiere asustar con eso, pero sépase de una vez y para siempre que no se me asusta con esas amenazas, como no me asustó el padre Láutico García con su acusación de que yo era comunista. Yo confío en el pueblo dominicano, en la inteligencia del pueblo dominicano, en el patriotismo de este pueblo, que no quiere y no puede vender su porvenir. Hay proposiciones mejores que esas, de empresas privadas y tan serias como la Standard Oíl, y a esas proposiciones nos atendremos.
El Congreso del pueblo que ha sido elegido por el pueblo, revisará ese contrato a la hora de revisarlo, se dirá todo lo que haya que decir sobre esa materia.
 Contrato
El Consejo de Estado escondió al pueblo la celebración de ese contrato con la Standard Oil. Lo hizo publicar exclusivamente en la Gaceta Oficial, que es una publicación que el pueblo no lee, que no llega a manos del pueblo, que no llega a mano sino de los interesados, en este caso los interesados en que se estableciera la refinería, y no se puede de ninguna manera actuar en nada que comprometa el porvenir del pueblo, a espaldas del pueblo y con la ignorancia del pueblo. Así era como actuaba Trujillo, y esto no puede seguir y mucho menos ahora después que el pueblo ha elegido su Gobierno, su Gobierno democrático, el Gobierno suyo, el Gobierno dominicano, el Gobierno que va a hacer la revolución democrática en este país y que no puede, de ninguna manera, comenzar actuando con los pies trabados por una manera como el contrato ese de la refinería.
 Al pueblo hay que decirle toda la verdad,
 Sobre todo en momentos como éste, cuando se va a hacer cargo del Gobierno un Gobierno elegido por el pueblo, un Gobierno que va a hablarle siempre con claridad al pueblo, un Gobierno que no va a andar con tapujos, un Gobierno que no va a caminar de noche con la luz apagada, sino de día y a la luz del Sol, para que todo el mundo lo vea.
BOSCH Y LA CULTURA
Pero detengámonos, en esta lista de noticias penosas, para que hablemos de otras cosas. Una noche en Nueva York, de visita en la casa de familia de un señor que ha establecido una fundación, es decir, ha destinado varios millones para la enseñanza, y que de esos millones ha facilitado algún dinero para la enseñanza de las ciencias políticas en América Latina, estaba yo explicando que como es necesario estimular el arte en nuestro país, yo mismo iba a inaugurar un sistema de exposiciones de pintores en el palacio para vender yo mismo los cuadros a los asistentes a fin de que los pintores saquen algo de su obra. Inmediatamente este señor dijo: “Ofrezco como fondo inicial diez mil dólares”. No podemos detenernos en los pintores nada más, hay muchos artistas que son creadores. Los músicos, los poetas, los novelistas, los artistas de teatro, los escritores de teatro.
Todo creador necesita un pueblo que lo comprenda y que lo estimule. Sin ese pueblo que lo comprenda y que lo estimule el creador se agota, como la planta en la tierra donde no hay agua, donde el aire es seco, y la tierra cargada de sal.
Tenemos que hacer del pueblo dominicano, un pueblo capaz de comprender y admirar la obra de arte, y para eso tenemos que hacerlo alfabeto, es decir, no sólo enseñarle a leer y escribir, sino a que use la facultad de leer y de escribir.
Mucha gente aprende a leer y escribir, pero no lee nunca porque no tiene medios para leer. Nosotros vamos a organizar aquí con la ayuda inicial de ese señor que ofreció los diez mil y con la ayuda de otros amigos extranjeros a cuyas puertas tocaremos, y de industriales y comerciantes dominicanos la publicación de obras que publicaremos en números grandes, de 25,000 y ojalá de 50,000 obras que distribuiremos entre el pueblo, y el pueblo va a leer esas obras porque por cada obra estableceremos dos premios, uno de mil pesos y uno de 500 pesos. ¿Para quién son esos premios? Para los lectores de esas obras que escriban la mejor carta, aunque sea una carta con faltas de ortografía refiriéndose a esas obras. Es decir, vamos a hacer la lotería de la lectura, vamos a entusiasmar al pueblo a través del premio con la lectura, a fin de que vaya conociendo a los grandes escritores de su lengua y a los de su propio país y a través de esos escritores aprenda a admirar al artista creador. Un artista creador se parece mucho a Dios.
LA GIOCONDA
En todas las tres semanas que pasé en los Estados Unidos dispuse solamente de quince minutos, un día entre una cita y otra para ir a un museo a ver La Gioconda. ¿Qué es La Gioconda? La Gioconda es un cuadro pequeño, muy pequeño, el retrato de una mujer que está medio sonriéndose, de una mujer con las manos cruzadas. Ese retrato fue pintado hace más de 400 años. Y ese retrato es una obra que le ha dado más nombre a Italia, la patria del pintor, que todas las batallas en que ha intervenido Italia, que todos los generales italianos que ha habido en ese país desde que nació Leonardo da Vinci, el autor de ese cuadro, hasta hoy. Porque así, Dios es admirado y respetado, y en los casos de los hombres malos, es temido, porque Dios crea. Pero Dios crea la vida eterna en la humanidad. La humanidad vive siempre. Y la vida es pasajera en cada hombre. Un hombre puede vivir 80 años, 100 años, 120 años, al cabo de los cuales muere. Sin embargo, un artista como Leonardo da Vinci crea La Gioconda en una pequeña tela que no tiene más de media vara de alto y que tiene menos de media vara de ancho, y esa figura humana está viva allí y está viva hace 400 años y seguirá viva mientras puedan conservarla los hombres. El artista crea para la eternidad, el artista crea belleza, la belleza produce bien de alma, el bien de alma conduce a la bondad, y la bondad, dominicanos, es lo que debe perseguir el hombre sobre la tierra.
Tenemos que estimular a nuestros artistas, que con gran trabajo y con miseria y con lucha están creando belleza para darle prestigio a este país. Como parte de este plan de estímulo, vamos a organizar las exposiciones de obras de arte europeas en este país. Anteayer, el ministro de Relaciones Exteriores de Holanda, en presencia del primer ministro, que es el jefe de Gobierno en aquel país, ofreció que iba a organizar una exposición de pintura y escultura que vendría a la República Dominicana y esa será la primera de una serie de exposiciones de pintura y escultura que traeremos al país para que el pueblo pueda ir acercándose poco a poco a las obras de arte inmortales. Además de eso, en todos los países donde estuvimos, hablamos de la necesidad de llegar a convenios culturales, a fin de que nuestros estudiantes puedan perfeccionar sus estudios en el extranjero pagando lo menos, gastando lo menos posible. Vamos a desarrollar toda una política de pactos culturales, porque necesitamos gentes preparadas del saber humano, en todas las actividades. Si ustedes recuerdan lo que decía una hora atrás sobre el valor de un maestro se darán cuenta del valor que tienen para nuestro país los centros de cultura del extranjero donde nuestros estudiantes pueden ir a recibir las clases de los mejores profesores de todo el mundo y además de esas clases, la herencia de miles de años de cultura acumulada.
 BOSCH: LA PRESA DE TAVERA Y VALDESIA
Entre las cosas que negociamos en Europa hay dos que son muy importantes para el pueblo dominicano. Una es la Presa de Tavera, otra es la presa de Valdesia, que nosotros llamamos “complejo Nizao”. Leí en El Caribe o en algún otro periódico unas declaraciones en las que se hablaba de que la presa de Tavera estaba en construcción, pero en esa misma información se decía que pronto se iba a abrir el concurso y que podían intervenir en ese concurso los ingenieros nacionales y extranjeros, y que una casa sueca ya estaba haciendo estudios o estaba enviando los estudios para ese concurso. ¿Concurso de qué? De construcción. Luego si se va a abrir el concurso de construcción la presa de Tavera no está construyéndose. Y eso lo saben todos los ingenieros dominicanos. Lo que se ha estado haciendo en la presa de Tavera es un túnel de estudio. La presa de Tavera no está construyéndose, no se ha decidido nada sobre ella. Pero la vamos a construir nosotros. Ya tenemos hecho en principio el acuerdo para la construcción de la presa de Tavera, de los canales de irrigación de la presa de Tavera, de las plantas eléctricas de la presa de Tavera, de los tendidos eléctricos de la presa de Tavera. En eso han estado trabajando en Europa los ingenieros del PRD que llamé desde abordo del barco Leonardo Da Vinci. En eso han estado trabajando día y noche.
La presa de Tavera se comenzará este mismo año. Y es probable que este mismo año se comience también la presa de Valdesia, “complejo Nizao”, con el acueducto para garantizarle a la Capital agua durante 25 años. Estas dos presas representan una inversión muy grande para el país. Pero representan en el futuro del país algo extraordinario: la posibilidad de desarrollo agrícola e industrial con que hemos estado soñando. Nosotros no hemos querido detenernos en pequeñeces. Barco grande, ande o no ande. Fuimos a negociar cosas grandes, preferíamos fracasar negociando cosas grandes a tener éxito negociando cosas pequeñas. Con la construcción de estas dos presas, todos los ingenieros dominicanos y todos los constructores dominicanos tendrán ocupación de sobra. Vamos a necesitar formar topógrafos de prisa, formar técnicos de prisa. Con la construcción de esas dos presas la fábrica de cemento de la Capital, que está siendo ampliada, y la que se establezca en el Norte, tendrán toda su producción asegurada, vendida dentro del país, al extremo de que tendremos que importar cemento para terminar las presas en el tiempo necesario. Con la construcción de esas presas, miles y miles y miles de tareas de tierra van a ser mojadas, y miles y miles y miles de hombres van a trabajar en las presas, en los canales, en los tendidos, en la instalación de la planta eléctrica, y además, en las tierras que van a comenzar a producir inmediatamente. Todo esto de que hemos estado hablando significa, en conjunto, una inversión reproductiva en la República Dominicana de más o menos 200 millones de dólares. Inversión reproductiva quiere decir que esos 200 millones de dólares se gastarán en cosas que producirán riqueza, que producirán dinero. Esos 200 millones de dólares, dentro de diez años, deben estar produciendo 2,000 millones de dólares para el país.
BOSCH Y LA INVERSION PRIVADA.
No contamos para nada una serie de inversiones de carácter privado, que pueden ser muy altas. Nosotros queremos que los inversionistas privados vengan a Santo Domingo y encuentren en nuestro país las garantías adecuadas, para que nos ayuden a desarrollar nuestras riquezas. Pero que no vengan como vino la compañía de la refinería. En esa forma no nos podremos entender nunca. Nosotros queremos que los inversionistas privados ganen dinero, pero que se le garantice al pueblo dominicano su parte, su porción. Y, en el caso de la refinería, no estamos conformes porque no hay porción para el pueblo dominicano. Lo único que hay es empleo para 180 ó 200 personas y nosotros no queremos en este país un país de peones y de empleados, queremos un país en que la gente se desarrolle técnicamente, económicamente, culturalmente. Un país en el cual el Estado vaya enriqueciéndose para ir enriqueciendo al pueblo.
LA CONSTITUCION
Queremos la constitución revolucionaria. Mientras nosotros estábamos por los Estados Unidos y por Europa trabajando, y no hablamos con exceso porque no queremos que nadie nos agradezca esto, ni nadie tiene por qué agradecernos esto, esto era nuestro deber, nuestra obligación, somos dominicanos y tenemos que hacer nuestra parte por el pueblo dominicano y si el pueblo nos ha elegido para Presidente de la República, tenemos que hacer una parte más grande que los demás y lo único que nos duele de todo esto es no haber conseguido el doble de lo que conseguimos de todo este viaje, de todo este trabajo, mientras nosotros estábamos por allá, luchando para traer al país tanto por lo menos, si no más, de lo que se llevaron los Trujillo en su último viaje, aquí se desató la confusión alrededor del proyecto de Constitución del Partido Revolucionario Dominicano.
La Constitución, es, dominicanos, como dije muchas veces, la ley de las leyes. Ninguna ley se puede hacer si es contraria a la Constitución. La Constitución revolucionaria de un país que desea hacer su revolución, tiene que permitir leyes revolucionarias. El pueblo votó por nosotros, y no porque yo tengo la cabeza blanca y los ojos azules, sino por las ideas del Partido, que expresábamos todos los días. Esas ideas eran revolucionarias. El voto blanco del pueblo fue el voto por la revolución. Y no puede haber en este país una Constitución que nos permita hacer las leyes revolucionarias. Se ha confundido al pueblo con una propaganda intensa. En algunos casos se ha procedido de buena fe en esa propaganda. En otros casos no. Los tutumpotes que perdieron las elecciones en los colegios electorales quieren ganarla ahora en la Constituyente y eso no podemos permitirlo. Ellos perdieron las elecciones porque tenían ideas atrasadas. Nosotros ganamos las elecciones porque teníamos ideas revolucionarias. El pueblo votó por la revolución democrática. El pueblo quiere la revolución democrática, el pueblo quiere la revolución que haga progresar a este país en todos los órdenes. Y esa revolución no se le puede dar si no tenemos una Constitución revolucionaria. Sin Constitución, no puede haber revolución; sin Constitución, no puede haber revolución; sin Constitución no puede haber revolución. El pueblo entero tiene que defender la Constitución revolucionaria, porque esa Constitución tiene que ser el retrato de lo que va a ser la República Dominicana mañana.
El Caribe, Santo Domingo, 28 de febrero de 1963, p.10.
Un gobernante democrático debe tener oídos abiertos para oír la verdad, ojos activos para ver lo mal hecho antes de que se realice, mente vigilante para que nada ponga en peligro la libertad de cada ciudadano, y un corazón libre de odios, dedicado día y noche sólo al servicio del pueblo. Nosotros juramos aquí, en este día solemne, que si nuestra corta capacidad nos impide tener oídos abiertos, ojos activos, mente vigilante, nuestra naturaleza y nuestra historia les asegura a los dominicanos que tenemos un corazón libre de odios. No espere nadie el uso del odio mientras estemos gobernando. Nosotros estamos aquí con la decisión de trabajar, no de odiar; dispuestos .a crear, no a destruir; a defender y a amparar, no a perseguir. Pongamos todos juntos el alma en la tarea de acabar con el odio entre los dominicanos como se acaba con la mala yerba en el campo que va a ser sembrado; pongamos todos juntos el alma en la tarea de edificar un régimen que dé amparo a los nunca lo tuvieron, que dé trabajo a los que lo buscan sin hallarlo, que dé tierras a los campesinos que la necesitan, que dé seguridad a los que aquí nacen y a todos los que erran por el mundo en pos de abrNada se obtiene de un día para otro; el mismo Dios, según se lee en el Génesis, tardó seis días en crear el mundo y en poblarlo de seres vivos, de árboles y de luz. Pero todo se logra con el trabajo, con la persistencia y con la fe. Fe y persistencia tuvieron los que establecieron esta República Dominicana en un pedazo de isla y con un pueblo tan mínimo como un sietemesino entre las naciones; fe y persistencia tuvieron los que se lanzaron a la guerra, hace ahora cien años, para reconquistar la soberanía perdida; fe y persistencia tuvieron los que lograron que nuestro país volviera a ser libre en 1924; fe y persistencia tuvieron los que lucharon hasta abatir la tiranía. Sin la persistencia y la fe de unos y otros, sin su coraje y martirio, hoy no estaríamos reunidos aquí. Por eso es justo que en este momento volvamos el pensamiento a ellos y les demos gracias con la devoción del hijo por la madre que lo llevó en el seno; pues los héroes de la libertad son como las madres de los pueblos, y como a madres les debemos respeto y amor.
Así como nada se obtiene de un día para otro, nada se obtiene sin luchas. Debemos luchar contra los obstáculos que tiene la República en su camino. Los próximos meses serán de freno para muchos, porque estamos en el caso de evitar que las finanzas nacionales se nos desplomen a causa de gastos sin control. Pero vivimos en un país de grandes riquezas, que vende más de lo que compra, y si los dominicanos colaboran con el gobierno en el propósito de no hacer gastos innecesarios, podremos vernos en poco tiempo sin limitaciones para el uso de divisas extranjeras. Así mismo, si ustedes, senadores y diputados, trabajan con tesón, como estamos seguros de que lo harán, para aprobar las medidas que le permitan al Gobierno hacer la reforma agraria y disponer de los medios indispensables para ampliar la producción agrícola, estaremos en capacidad de evitar la inflación que nos amenaza.
BOSCH: ANTILLANO Y AMRICANISTA
Nosotros somos una tierra pequeña, que sólo podemos engrandecernos por el amor, por la virtud, por la cultura, por la bondad. Nuestro pueblo tiene básicamente amor, bondad, virtud, y una gran capacidad para adquirir la cultura. Nosotros estamos en América, en una América que ha tomado ya resueltamente el rumbo de las democracias con libertades públicas y justicia social. Nuestro pueblo, nuestro país, nuestro gobierno, no pueden sustraerse a ese rumbo del destino americano; todo esfuerzo que se haga, voluntario o involuntario, para detener a la República Dominicana en la marcha hacia ese destino común de América, será un esfuerzo inútil, un esfuerzo que no producirá si no nueva vez sangre, exilio, torturas, prisiones, tumbas ignoradas, corazones de madres adoloridos, hijos huérfanos que no saben dónde están enterrados sus padres. Yo pido al pueblo dominicano, a la juventud dominicana, a los hombres y a las mujeres maduras de este país, a los funcionarios públicos, a los que llevan uniformes y a los que no lo llevan, a todos, que pensemos en nuestro pueblo, un pueblo sufrido durante más de cuatrocientos años; un pueblo cuyo sufrimiento últimamente se exaltó a términos increíbles, inexpresables. Pido a todos que meditemos un momento en que esta tierra es de los dominicanos, no de un grupo de dominicanos; que su riqueza es para los dominicanos,
no para un grupo de dominicanos; que su destino es el de la libertad, no el de la esclavitud; que su función es obras completas unirse a América en un camino abierto y franco hacia el disfrute de todo lo que significa para los pueblos la libertad pública y la justicia social. Yo pido por fin, por último, a mi pueblo y a los funcionarios gubernamentales y a los funcionarios
militares de todas las categorías, que como consecuencia de esa meditación nos dispongamos todos a matar el miedo, que seamos nosotros mismos el San Jorge de ese dragón que nos está oprimiendo hace más de treinta años, que está destrozándonos hace más de treinta años; que nos ha convertido en la vergüenza y en la ignominia del Continente. Durante mucho tiempo ser dominicano fuera de Santo Domingo era casi infamante, y nosotros teníamos que mantener en el exilio la frente alta cuando nos miraban despreciativamente o con la piedad con que se mira al que sufre sin haber cometido delito. Dominicanos de todas las razas, de todas las clases sociales, de todas las categorías oficiales o no, hagamos un alto. Yo he venido aquí para pedirles esto y para servir en esto. Yo estoy dispuesto a hacer cuanto deba hacer, a arrodillarme ante quien deba arrodillarme, para que podamos sacar de mi humillación, si es necesaria, y de la disposición de ustedes, que es imprescindible, una fórmula de convivencia democrática. Parodiando a Martí, a José Martí, padre de América y gloria de Cuba, quiero decir aquí que los dominicanos no podemos vivir como la hiena en la jaula.
BOSCH REFUTA COMENTARIO
 La mayoría de los dominicanos, especialmente la gente de los campos y de las orillas de los pueblos, hablan en forma distinta de los que viven en el centro de los pueblos y de la Capital, y especialmente de los que han estudiado para ser bachilleres, doctores, abogados, ingenieros y otras carreras. Por eso se explica que algunas palabras significan una cosa para la gente de los campos y de los barrios de los pueblos y la Capital y otra cosa para la gente que ha estudiado. Por ejemplo, ése es el caso de la palabra “cuentista”. Para la mayoría de la gente, cuentista es el que engaña, el que habla mentiras; pero para la gente que ha estudiado, cuentista es el que escribe cuentos; y si usa la palabra cuentista en el otro sentido, lo hace de mala fe, para engañar a los demás.
Ustedes saben que no nos gusta hablar de nosotros mismos. No somos soberbios; no decimos que valemos más que nadie. No somos vanidosos; nunca hemos hablado de lo que hemos hecho. Pero hoy tenemos que hablar de nosotros mismos, y por eso vamos a usar la palabra “yo” en vez de la palabra “nosotros”. Con la palabra “nosotros” nos referimos siempre al Partido, al PRD; y con la palabra “yo” vamos a referirnos a nuestra persona, cosa desagradable, pero que por obligación debemos hacer para quitarles la careta a los que hasta en cosas (* El Caribe, Santo Domingo, 29 de septiembre de 1962, p.16.) pequeñas engañan a los dominicanos humildes, a los hombres y las mujeres que no tuvieron la suerte de estudiar bachillerato ni ir a la Universidad.
Mucho antes de salir de la República Dominicana, cuando todavía era un jovencito, empecé a escribir cuentos; y como el cuento es lo más difícil de escribir, y tuve la suerte de que los que yo escribía les gustaban a los que los leían, en poco tiempo fui conocido fuera de la República Dominicana por lo que escribía. ¿Y cómo era lo que escribía y sobre qué escribía? Pues lo que escribía era siempre sobre los abusos, las maldades que se cometían con los campesinos y los trabajadores de esta tierra; escribía sobre los hombres y las mujeres infelices de los campos y los barrios; escribía sobre sus sufrimientos y sus esperanzas. Porque yo crecí en Río Verde y en El Pino y vi desde muy chiquito esos abusos, esas maldades; conocí desde muy chiquito los sufrimientos y las esperanzas de la gente humilde de mi país; y siempre llevé en el corazón la amargura de ellos, siempre tuve en el corazón el peso de esas amarguras que nunca han conocido ni jamás conocerán los tutumpotes que aumentaban y aumentan esos sufrimientos con su explotación.
Cuando salí de la República Dominicana fui recibido en todas partes con honores precisamente debido a que había escrito y seguía escribiendo esos cuentos; y por esos cuentos me dieron premios y me llamaron a universidades a que diera clases sobre la manera de escribir cuentos. Porque aunque aquí la gente humilde crea que ser cuentista es ser mentiroso, es engañar a los demás, en todas partes los que escriben cuentos son personas muy apreciadas. ¿Y por qué son apreciadas? Porque como dije antes, escribir cuentos es lo más difícil que hay; y por esa razón grandes países como Inglaterra, como Francia, como Estados Unidos se sienten orgullosos de sus grandes cuentistas, es decir, de los escritores franceses, como Guy de Maupassant, que escribió buenos cuentos; de los escritores ingleses, como Rudyard Kipling, que escribió buenos cuentos, de los escritores americanos, como Ernest Hemingway, que escribió grandes cuentos. Un cuento escrito por Ernest Hemingway le produjo a ese escritor más de dos millones de dólares. Eso lo saben los señores de Unión Cívica y los periodistas que ponen al lado de mi nombre la palabra “cuentista” para que el pueblo crea que yo soy un mentiroso, un hombre que engaña. Ellos saben que están engañando al pueblo; lo saben bien, pero como ya tienen la costumbre de engañar al pueblo, no pueden dejar de hacerlo, y lo hacen hasta sin querer. Por ejemplo, en un librito que repartió la Unión Cívica de Higüey, se dice que yo soy un cuentista. Ese librito fue escrito por una agencia de publicidad, y agencia de publicidad quiere decir, oficina que por dinero escribe para hacer propaganda a los comerciantes y a los industriales. La Unión Cívica usa una de esas oficinas que hace por paga propaganda a los comerciantes e industriales, y como es claro, Unión Cívica le paga a esa oficina. Pues bien, los jefes de esa oficina de publicidad, que precisamente no son dominicanos, saben muy bien que la palabra cuentista no quiere decir el que engaña, el que habla mentira, sino el que escribe cuentos; pero como les pagan para que engañe al pueblo usando la palabra como es, usándola como cree la gente que es, en la forma incorrecta; la usan para causar perjuicios y para seguir engañando al pueblo.
Yo he escrito, de cuentos nada más, varios libros; y precisamente ayer salió a la calle uno que se llama Cuentos escritos en el exilio. El primer cuento de ese libro fue escrito en Cuba hace más de veinte años, y es la historia de un peón de campo dominicano que cogió paludismo, y cuando se puso muy malo, el amo lo botó y le dio medio peso para el camino; pero cuando el peón se iba, le atacó el frío de la calentura, el frío de la enfermedad, y en ese momento el amo lo obligó a que le fuera a buscar una vaca que había parido la noche anterior. Para el amo era más importante el becerrito que el peón; le dolía más perder un becerrito que la muerte de su peón. Ese cuento se llama “Los Amos”. Y así como ése hay varios cuentos más. Hay también uno que se llama “El Funeral”, y es el cuento de un toro llamado Joquito, que tumbó al dueño de su caballo y el dueño lo mató a tiros; y después que desollaron a Joquito y lo partieron en bandas, comenzaron a bajar toros y bueyes y novillos y vacas de las lomas para llorar la muerte de Joquito, con lo cual dieron un ejemplo a los hombres, a las personas, porque esos animales llegaron de lejos a llorar la muerte de un toro que para ellos era desconocido, y las personas no se preocupaban por la muerte de otra persona desconocida; y hay el cuento llamado “En un bohío”, que refiere el sufrimiento de una campesina pobre, con dos hijos enfermos; una campesina solitaria porque el marido estaba en la cárcel; una pobre mujer que no tenía de qué vivir, y ustedes pueden imaginarse los pesares de esa mujer, con sus hijos enfermos, sin nadie que la ayudara; y todavía quedan muchas y muchas como ella en nuestro país. Y está el cuento de Victoriano Segura, un hombre a quien todo el mundo veía con malos ojos, porque era un carretero pobre, y sin embargo Victoriano Segura salvó la vida de una vieja en un incendio; y hay el cuento de un pobre haitiano picador de caña, llamado Luis Pie, a quien un tutumpote acusó de pegarle fuego a la caña, cuando no era verdad. Lo que no hay en ese libro ni en ninguno que haya yo escrito es cuentos de tutumpotes, porque mi interés cuando escribía, era que el mundo supiera que aquí, en la República Dominicana, había campesinos y trabajadores que padecían abusos y engaños. Y esos cuentos gustaron en el extranjero; gustaron y los extranjeros que los leían aprendieron la verdad sobre nuestro país; aprendieron a conocer la situación verdadera de los infelices de esta tierra. Ustedes saben que en muchos países la gente habla otras lenguas; que los franceses hablan francés, los ingleses y los americanos hablan inglés, los alemanes hablan alemán, los portugueses hablan portugués. Pues bien, muchos de esos cuentos míos fueron pasados a esas lenguas, y en muchas universidades americanas varios de esos cuentos dominicanos que yo escribí se usan para enseñar a los alumnos; y eso lo saben bien los tutumpotes que están engañando al pueblo diciéndole que yo soy un cuentista para que el pueblo entienda que soy un mentiroso, que engaño a la gente, pero no le aclaran al pueblo qué quiere decir cuentista como escritor de cuentos.
Dicta charla Hace tres noches, un grupo de personas que forman una asociación internacional llamada Club Rotario, es decir una agrupación que existe en varios países, me invitó a que les hablara sobre el cuento como parte del arte de escribir, y lo hice con mucho gusto, porque me siento satisfecho de haber escrito cuentos que hoy figuran en varias lenguas y en muchos libros de varios países del mundo; porque me siento satisfecho de que el nombre de la República Dominicana figure en diversos libros en otras lenguas gracias a los cuentos que he escrito. Lo que yo estoy haciendo ahora como político, como presidente del PRD, lo hice antes, hace muchos años, como escritor de cuentos; es decir, luché por los campesinos, por los trabajadores dominicanos; luché por mi país, por los humil des de mi país. En aquella época ya había gente que me preguntaba por qué yo no escribía sobre la gente de sociedad, por qué no escribía cuentos sobre personas ricas, sobre muchachas bonitas de sociedad, y dije siempre que lo que yo llevaba en el alma, en el corazón, era lo mío, lo que vi desde que era chiquito, lo que aprendí a querer en mis primeros años; y eso era la vida del infeliz, la vida del trabajador. En esa lucha he estado, y nunca soñé ni nunca quise que esa lucha me convirtiera en Presidente de un partido, porque no la he llevado a cabo para ser presidente de nada, sino porque es lo que me pide el alma, lo que me pide el corazón, y ya he dicho antes que no hay corazón que engañe a su dueño. Nunca hubiera querido hablar de esto, porque me repugna hablar de mí mismo y tratar problemas personales ante el pueblo. Pero en esta aclaración hay un punto que es el de enseñar al pueblo una cosa que hasta en detalles como ése de la palabra cuentista lo han estado engañando. Y si en cosa tan pequeña lo engañan, ¿qué no harán en las otras, en las importantes?
Perdonen, pues, el tema de hoy.
AMOR POR EL LUGAR NOS VIO NACER.
 El hombre, la criatura de Dios, está unida de manera cabal, total y completa, con el lugar donde ha nacido, con el sitio donde recibió sus primeras impresiones, con el lugar que está fijo en sus recuerdos más antiguos. Y así uno ama hasta el barro del camino por donde correteo de niño; uno ama los troncos de los árboles a cuya sombra se detuvo a refrescarse; uno ama el habla, incluso, esa habla compleja, difícil, pero sencilla y sincera de mi pueblo cibaeño; uno ama todo lo que formó su espíritu y su inteligencia en los primeros tiempos de la infancia. Y es probable que esto no sea sólo una condición del hombre, puesto que en la India, tierra del feroz tigre de bengala, los que conocen al tigre por tenerlo cerca dicen que cuando está viejo, ya sin garras, anciano, moribundo o herido de muerte, va buscando trabajosamente la cueva donde lo amamantó la madre.
Ahora bien, compañeras y compañeros, en los dirigentes políticos ese amor necesario, ese amor que no es una virtud y que, en el caso mío, no deben ustedes reconocerme como una virtud; ese amor que es una necesidad del alma humana tiene que estar aclarado por el conocimiento, por la conciencia de cómo es el pueblo, cómo piensa el pueblo, cómo siente el pueblo, cómo está compuesto el pueblo, qué desea el pueblo y qué podrá conquistar el pueblo. De la respuesta correcta a esas preguntas, depende que podamos o no ser dirigentes políticos que cometan pocos errores.    (Primera Convención Nacional del Partido Revolucionario Dominicano, Santo Domingo, 27 de octubre de 1962.)
BOSCH: EL COOPERATIVISMO
Los partidos que no tienen programa de gobierno, que no le dicen al pueblo qué van a hacer si llegan al Gobierno, no son partidos serios ni merecen siquiera el nombre de partidos; son agrupaciones hechas alrededor de una persona, formadas por gentes que siguen a un hombre para que ese hombre, si llega a la presidencia, les dé puestos; y como ese candidato no tiene programa, no tiene ideas, se pasa el tiempo hablando mal de los otros partidos. En nuestro programa de Gobierno tenemos tres puntos dedicados a cooperativas: la Central de Cooperativas Ganaderas, la Central de Cooperativas Pesqueras y las cooperativas de los ingenios del Gobierno. Estos últimos, según dijimos hace mucho tiempo, desde diciembre del año pasado, irán a manos de los trabajadores y los colonos agricultores, con participación del Gobierno, en forma de cooperativas”.
El problema del ganado es muy grave. Actualmente, nosotros los dominicanos no tenemos carne de ganado ni siquiera para nuestras necesidades, mucho menos para vender en el extranjero, y como en el futuro el pueblo tendrá más dinero para comprar carne, si no aumentamos nuestro ganado veremos la carne peor, la de hueso y telas, a peso la libra; y lo mismo sucederá con la leche. Ahora mismo el país está necesitando (* El Caribe, Santo Domingo, 13 de noviembre de 1962, p.2.) por lo menos cien mil vacas más de cría, y en el momento no las podemos comprar en ninguna parte porque no hay país que pueda vendernos esa cantidad de vacas de cría de un golpe ni nosotros tenemos dinero para comprarlas. Pero si pudieran vendernos y tuviéramos el dinero, necesitaríamos tierra sembrada de pasto para darles comida a esas cien mil vacas en una extensión tan grande que no sería posible disponer de ella en un año, porque no tenemos medios mecánicos ni técnicos ni capital para disponer de setecientas u ochocientas mil tareas sembradas de pasto en el término de un año. La leche sirve no sólo para alimento tal como ella es, sino además, para fabricar quesos, mantequilla, dulce, leche condensada y en polvo. Aun la leche que se bebe puede ser de diversos grados y pasteurizada y homogenizada; de manera que la leche da origen a muchas industrias, lo cual significa trabajo para la gente. Pero toda industria tiene que establecerse sobre la base de materia prima segura y en cantidad constante. Por ejemplo, una planta de embotellar leche o de fabricar quesos no podría sostenerse si hoy contara con mil botellas de leche y mañana sólo con trescientas y pasado mañana con cien; porque las industrias necesitan obreros y empleados fijos, que sepan hacer su trabajo, y los empleados y obreros no pueden trabajar hoy y mañana no; y además toda industria tiene una clientela fija a la que debe servir sus productos, y no pueda decirle a su clientela de buenas a primeras que hoy no puede entregarle el producto pero que se lo entregará mañana.
Las cooperativas de producción de leche y sus derivados son de las que más provecho han probado dar en nuestros países; y con ellas es posible disponer de los grandes capitales que hacen falta en esa industria; porque 50 vacas aquí, 50 allí, 30 en otro sitio, hacen entre todas cuando uno viene a ver mil vacas lecheras; y si una persona o una compañía de cuatro o cinco personas tuviera que levantar capital para mil vacas de leche, necesitaría un capital fuerte; porque no se trata sólo de esas mil vacas, sino de las jorras que hay que mantener, de los potreros que hay que sembrar y cercar, de los establos que deben fabricarse, de los ordeñadores y camioneros y veterinarios que se necesitan. Es más fácil reunir 200 ganaderos de 50 cabezas cada uno que levantar una lechería de mil vacas. Y para el Gobierno es mucho más fácil y más barato ayudar a 200 ganaderos de diez o doce cabezas cada uno a que levanten su ganado hasta 50 cabezas, que dar créditos y privilegios a una sola persona para que funde una lechería de mil cabezas. Lo que sí hará el Gobierno será establecer la Central de Cooperativas ganaderas para que ayude a organizar las cooperativas de secciones, mun icipios y provincias, para que las dirija y encamine dándoles servicios y para que asesore al Gobierno en todo lo concerniente a esa rama de la riqueza nacional.
TIERRA RICA Y HERMOSA
 El domingo estuvimos haciendo un recorrido por la parte Norte de la provincia Espaillat y la parte Este de la provincia de Puerto Plata. Al cruzar la Cordillera se entra en una región sorprendentemente rica y hermosa, una región de hombres de trabajo, que han talado los montes de las lomas sin aniquilar la arboleda, de manera que por aquí y por allá se ven las manchas de guamas que cubren los arbolitos de café y los grupos de palmas reales en medio de los potreros y los samanes de ancho follaje que ofrecen sombra al ganado.
La República no sabe lo que tiene en esa región; no se imagina cuánto pueden sacar los dominicanos de esas lomas, de los valles como el de Yásica, de los ríos como el Jamao y el propio Yásica, cuyas aguas se pierden sin provecho. En medio de esa riqueza natural y en uso, hay miseria, como en todas partes del país; y hay miseria provocada. En Veragua, por ejemplo, en un pedacito de tierra que tendrá cuatro varas de ancho, situado entre el camino y una zanja que fue lecho de un arroyo, algunos campesinos se pusieron a fabricar ranchos, y el tutumpote cívico de ese lugar, dueño de ese pedacito de tierra que no puede valer más de cinco pesos, los obligó a parar el trabajo; y así, Santos García anda descalzo porque lo poco de que podía disponer lo gastó en (* El Caribe, Santo Domingo, 28 de noviembre de 1962, p.22. )levantar un rancho que no puede usar.
 En el gran latifundio de Plácido Brugal entraron campesinos desesperados por el hambre a trabajar; y se les dejó hacer las tumbas y la tala y el habite, y ahora, cuando van a coger los cosechitos, los obligan a salir y los dueños del enorme latifundio se quedan con el provecho del trabajo de esos hombres y mujeres, que suman centenares de familias. No hay justicia para el pobre, y tiene que haberla. Y si la hay, en pocos años nuestro país será otro, porque todo país prospera cuando la mayoría de sus hijos trabajan, producen y pueden disponer del fruto de su trabajo para vivir mejor, para educarse, para tener buena salud.
Esos hombres, esas mujeres de origen humilde, esas personas pobres, van a trabajar por el país, por el bienestar de todos los dominicanos. Van a luchar con todos nosotros, con el nuevo gobierno como obreros de la Patria; van a sudar la gota gorda junto con nosotros en la lucha por la mejoría de todos. No van a usar automovilotes de pescuezo largo para asustar a los campesinos, ni a hacer negocios sucios, porque ellos saben que el pueblo los ha elegido como nos eligió a nosotros, paraacabar con los abusos, con los privilegios y con los robos a los dineros del pueblo y para no pegar los ojos mientras no hagamos lo que entre todos tenemos que hacer para sacar adelante a nuestro país. Hemos dicho entre todos y queremos decir que entre ellos, nosotros y ustedes, pues en los cuatro años que tienen todos tendremos que trabajar, todos tendremos que luchar para la mejoría de todos. En nuestro país va a acabarse para siempre con la época en que unos nacían con derechos y sin obligaciones, y los más nacían con obligaciones, sin derecho y con la única seguridad de pasar hambre un día sí y otro también. O pasamos hambre toda, o comemos todos, y para comer todos, todos tenemos que luchar y cada uno tendrá que cumplir sus responsabilidades.
Nosotros empezamos a cumplir las nuestras inmediatamente después de las elecciones, sin esperar el resultado oficial de esas elecciones, porque no queríamos perder tiempo. La situación dominicana es como la de una guerra en la que hay que atacar al enemigo día y noche sin compasión, sin perder un minuto. El enemigo nuestro es el atraso del país, es la falta de medios para mejorar la situación general y tenemos que derrotar a ese enemigo lo antes posible.
Nuestra consigna es que las cosas deben hacerse ayer y no mañana. En Estados Unidos el trabajo ha sido muy duro, porque es mucha la gente a quien hay que ver para lograr algo. El trabajo ha sido tan duro, que sólo hemos podido disponer de quince minutos para ver un cuadro célebre de un gran pintor italiano que vivió hace más de 400 años. Todo el tiempo, día y noche, hemos tenido que dedicarlo a entrevistas. Como resultado inmediato de ese trabajo, podemos asegurar que este mismo mes de enero estará en nuestro país una comisión que irá a estudiar el establecimiento de un puerto libre en Puerto Plata, cosa de la que hablamos hace de ocho a nueve meses por radio, y que ya tenemos varias ofertas para establecer varias industrias en ese puerto libre de Puerto Plata.
Tendremos que hacer arreglos en los muelles, y asegurar electricidad suficiente para esas industrias, pues se tienen planes para asegurar trabajo a algunos millares de hombres y mujeres de toda la zona del Cibao, pero haremos los arreglos que hagan falta, aunque tengamos que remover cielo y tierra, porque para el país es muy importante que se establezca ese puerto libre y la única posibilidad de establecerlo, es haciéndolo en Puerto Plata, debido a que las industrias que se establezcan ahí van a vender sus productos no en nuestro país, sino en todos los del Caribe, y se necesita que estén en un puerto del Norte donde no haya tanto peligro de ciclones como en los puertos del Sur.
En este mes de enero sale también otra comisión a estudiar la mecanización de las oficinas centrales de los impuestos, en las aduanas, en Rentas Internas, en el impuesto sobre los beneficios y en el Seguro Social.
Como ustedes recordarán, este es un punto en el programa de Gobierno del PRD, un punto muy importante, porque estamos seguros de que si se mecaniza el cobro de los impuestos, podremos aumentar grandemente las entradas del Gobierno sin aumentar un solo impuesto, y con más entradas el Gobierno podrá hacer más cosas y dar más trabajo. Ninguna de esas dos comisiones le costará un centavo al
Gobierno dominicano. Así como casi seguro no le costará tampoco un centavo el estudio de la zona de Samaná, en la cual vamos a establecer la completa libertad para el turismo y para los negocios turísticos. Estamos haciendo todos los esfuerzos para conseguir lo más que podamos sin costo para el país, y todos los dominicanos pueden estar seguros de que estamos actuando con independencia, con dignidad, porque es verdad que nosotros necesitamos ayuda, pero también es verdad que el pueblo dominicano, nuestro gran pueblo, dio una gran ayuda moral al mundo democrático cuando demostró el 20 de diciembre que cualquier pueblo puede organizarse democráticamente para hacer su revolución sin sangre. Y esa ayuda que el pueblo dominicano dio al mundo, tiene un valor, tiene un precio. Nosotros lo sabemos y cobramos ese precio para beneficio de nuestro país.
Podemos asegurar también que van a conseguirse los equipos para que nosotros los dominicanos busquemos nuestro petróleo; que van a conseguirse los 300 hospitales de campo, los hospitales de campaña que ofreció el PRD en su programa electoral, y que va a establecerse una fábrica de cemento en el Cibao, aunque no podemos decir todavía en qué parte del Cibao será. Tendrá que ser cerca de un puerto de mar para poder vender cemento en el extranjero a buen precio, pero al mismo tiempo tendrá que ser un sitio donde haya materia prima buena para el cemento, es decir tierra caliza adecuada para ese producto, y ojalá nosotros que eso pudiera ser en Montecristi o en sus cercanías, pues Montecristi necesita desarrollar algún tipo de industria que le ofrezca trabajo a su juventud. Ustedes saben que nosotros hemos tenido siempre preocupación por la situación del campesino de nuestro país. Esa preocupación viene de muy atrás, cuando éramos niños y veíamos en Río Verde y en El Pino las necesidades de los campesinos. En este viaje, como es lógico, teníamos que tratar de hacer algo para los campesinos. Y podemos asegurar que en este año, al comenzar el nuevo Gobierno, los pequeños productores del campo, los que tienen 30 ó 50 tareítas que no pueden producir nada, porque no encuentran dinero para sembrar y para ir viviendo mientras cogen su cosecha, van a tener créditos para trabajar, para producir, para aumentar la riqueza del país con más plátanos, más batatas, más yuca, más pollos, más huevos, más tabaco, más maíz, más habichuelas

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