La democracia tiene sistemas de paredón 
moral con los cuales puede hacer más ejemplarizadora su acción, puede 
ser más positiva. La democracia no tiene que derramar sangre, la 
democracia solamente tiene que ser justa, defender en todo momento al 
pueblo y sus derechos, defender las libertades y defender el centavo del
 pueblo, porque cada centavo es una gota de sudor de un dominicano.
 Porque los conocimientos se adquieren 
con dinero, es decir, que mientras un joven está estudiando en la 
Universidad, está costándole dinero a su familia, a él mismo si trabaja 
para mantenerse, y a su país, porque mientras él estudia tiene que 
mantenerse, tiene que vestirse, tiene que dormir, tiene que afeitarse, 
tiene que pelarse, tiene que curarse y todo eso se hace con dinero; y es
 dinero que se va usando, no una semana, ni unos meses sino varios años,
 pero además le cuesta dinero al gobierno porque tiene que tener una 
universidad con profesores, con locales, con libros, con luz eléctrica, 
con teléfonos, y todo eso se paga; entonces podemos calcular en números 
de dineros lo que cuesta adquirir una profesión, lo que no podemos 
calcular nunca con números de dineros es lo que puede dar un profesor, 
porque un profesor que le enseñe a sus alumnos algo nuevo, puede 
despertar en la mente de esos alumnos o de uno solo de esos alumnos una 
idea que a lo mejor dentro de tres años, dentro de cinco años o de diez 
años, va a representar para la República Dominicana una riqueza que no 
puede medirse con números de dinero como estamos diciendo.
UN SEÑOR GALLO
El pollito rompe el cascarón en una 
noche, al otro día está caminando y escarbando y buscando comida, y 
cuando el dueño de la gallina viene a darse cuenta, y la gallina también
 viene a darse cuenta y hasta el gallo del gallinero viene a darse 
cuenta, ese pollito se ha convertido en un señor gallo, rápidamente. Y 
ese es el caso nuestro. Nosotros vamos a desarrollamos rápidamente 
porque ya estamos rompiendo el cascarón. En ese desarrollo nos hace 
falta mucha gente que sepa trabajar, mucha gente que sepa hacer muchas 
cosas que hoy parecen simples.
INGRESOS DEL GOBIERNO
Necesitamos tener controlada en todo el 
país la recaudación de los impuestos y estamos seguros que cuando 
hayamos logrado eso, aumentaremos los ingresos para el Gobierno, es 
decir el dinero del Gobierno en por lo menos veinticinco millones de 
pesos sin necesidad de aumentar ningún impuesto, porque en la República 
Dominicana sucede lo que sucede en casi todos los países de nuestro tipo
 de organización, que pagan impuestos menos gentes de la que debería 
pagarlo y los que pagamos impuestos pagamos menos impuestos del que 
deberíamos pagar.    (…) el que tenga que pagar impuesto pagará 
impuesto, porque no pagar impuesto es tanto como quitarle al pueblo su 
dinero, el dinero que le pertenece.  (El dinero del Gobierno tiene que 
ser devuelto al pueblo o bien mediante obras como carreteras, como 
represas, como plantas eléctricas, como mercados, y hospitales, o bien 
mediante sueldos a los empleados públicos y a los que trabajan en las 
obras del Gobierno. Así es que todo el que deja de pagar un peso en 
impuesto le está quitando ese peso al pueblo, y está con ese peso 
aumentando su fortuna privada. (…)
Se sabe, porque ya se conoce nuestro 
proyecto constitucional, que nosotros vamos a establecer la degradación 
cívica en acto público y solemne para todo el que en este país le coja 
un centavo al pueblo. Todavía aquí no se conoce lo que eso significa, 
pero eso es el paredón moral, eso es gravísimo. Los hijos y los nietos, y
 los biznietos y los tataranietos de los que sean degradados en acto 
público y solemne de sus derechos cívicos en presencia de la multitud y 
en presencia del ejército, con las banderas enlutadas y los tambores 
enlutados y las cornetas enlutadas, se sentirán peor que si los hubieran
 fusilado por ladrones y por asesinos.
HISTORIA DE LA REFINERIA.
Pues bien, a mí me ha tocado leer muchas 
cosas en los periódicos, muchas cosas dichas por mí, que yo no dije 
nunca ni pensé jamás. Y, hace mucho tiempo que decidí no hacer 
aclaraciones, porque las aclaraciones a menudo confunden más que 
aclaran. Pero en este caso quiero decir que nunca dije que ese contrato 
era bueno; que la última pregunta o la penúltima que se me hizo en el 
vapor Leonardo da Vinci en Nueva York, cuando salí para Europa fue sobre
 ese contrato y dije que tenía que ser revisado; que les pedí a los 
caballeros de la Standard Oíl en Washington que detuvieran la venta de 
acciones y que esperaran mi llegada aquí, más o menos les dije, el 14 de
 febrero, y he llegado el 17, para que discutiéramos este problema de 
refinería, y estando yo por Europa vi anuncios de que ellos seguían 
vendiendo bonos, anuncios de que se había nombrado un gerente, un 
manager, para montar la refinería y propaganda haciéndole creer al 
pueblo que va a haber mucho trabajo para los dominicanos en esa 
refinería. Es decir, se ha estado confundiendo al pueblo, haciendo creer
 que cuando yo pida la revisión de ese contrato lo que estoy es 
perjudicando al pueblo porque no va a haber trabajo para el pueblo. Y yo
 les quiero decir a ustedes, dominicanos, que no transijo con la idea de
 pan para hoy y hambre para mañana, y que además he recibido en Europa 
varias proposiciones para establecer refinerías en que trabajarán muchos
 más dominicanos que en la refinería de la Standard Oíl y en condiciones
 muy ventajosas para el Gobierno y para el pueblo. Ese contrato tiene 
que ser revisado. Se le advirtió así a la Standard Oíl, se le dijo. Se 
lo dije yo personalmente, que yo sabía que esa actitud mía iba a ser 
utilizada para hacer correr por el mundo la noticia de que yo soy 
enemigo de las inversiones extranjeras privadas en este país, que yo soy
 comunista, que soy fidelista, o que soy otra cosa todavía más radical.
Se me quiere asustar con eso, pero sépase
 de una vez y para siempre que no se me asusta con esas amenazas, como 
no me asustó el padre Láutico García con su acusación de que yo era 
comunista. Yo confío en el pueblo dominicano, en la inteligencia del 
pueblo dominicano, en el patriotismo de este pueblo, que no quiere y no 
puede vender su porvenir. Hay proposiciones mejores que esas, de 
empresas privadas y tan serias como la Standard Oíl, y a esas 
proposiciones nos atendremos.
El Congreso del pueblo que ha sido 
elegido por el pueblo, revisará ese contrato a la hora de revisarlo, se 
dirá todo lo que haya que decir sobre esa materia.
 Contrato
El Consejo de Estado escondió al pueblo 
la celebración de ese contrato con la Standard Oil. Lo hizo publicar 
exclusivamente en la Gaceta Oficial, que es una publicación que el 
pueblo no lee, que no llega a manos del pueblo, que no llega a mano sino
 de los interesados, en este caso los interesados en que se estableciera
 la refinería, y no se puede de ninguna manera actuar en nada que 
comprometa el porvenir del pueblo, a espaldas del pueblo y con la 
ignorancia del pueblo. Así era como actuaba Trujillo, y esto no puede 
seguir y mucho menos ahora después que el pueblo ha elegido su Gobierno,
 su Gobierno democrático, el Gobierno suyo, el Gobierno dominicano, el 
Gobierno que va a hacer la revolución democrática en este país y que no 
puede, de ninguna manera, comenzar actuando con los pies trabados por 
una manera como el contrato ese de la refinería.
 Al pueblo hay que decirle toda la verdad,
 Sobre todo en momentos como éste, cuando
 se va a hacer cargo del Gobierno un Gobierno elegido por el pueblo, un 
Gobierno que va a hablarle siempre con claridad al pueblo, un Gobierno 
que no va a andar con tapujos, un Gobierno que no va a caminar de noche 
con la luz apagada, sino de día y a la luz del Sol, para que todo el 
mundo lo vea.
BOSCH Y LA CULTURA
Pero detengámonos, en esta lista de 
noticias penosas, para que hablemos de otras cosas. Una noche en Nueva 
York, de visita en la casa de familia de un señor que ha establecido una
 fundación, es decir, ha destinado varios millones para la enseñanza, y 
que de esos millones ha facilitado algún dinero para la enseñanza de las
 ciencias políticas en América Latina, estaba yo explicando que como es 
necesario estimular el arte en nuestro país, yo mismo iba a inaugurar un
 sistema de exposiciones de pintores en el palacio para vender yo mismo 
los cuadros a los asistentes a fin de que los pintores saquen algo de su
 obra. Inmediatamente este señor dijo: “Ofrezco como fondo inicial diez 
mil dólares”. No podemos detenernos en los pintores nada más, hay muchos
 artistas que son creadores. Los músicos, los poetas, los novelistas, 
los artistas de teatro, los escritores de teatro.
Todo creador necesita un pueblo que lo 
comprenda y que lo estimule. Sin ese pueblo que lo comprenda y que lo 
estimule el creador se agota, como la planta en la tierra donde no hay 
agua, donde el aire es seco, y la tierra cargada de sal.
Tenemos que hacer del pueblo dominicano, 
un pueblo capaz de comprender y admirar la obra de arte, y para eso 
tenemos que hacerlo alfabeto, es decir, no sólo enseñarle a leer y 
escribir, sino a que use la facultad de leer y de escribir.
Mucha gente aprende a leer y escribir, 
pero no lee nunca porque no tiene medios para leer. Nosotros vamos a 
organizar aquí con la ayuda inicial de ese señor que ofreció los diez 
mil y con la ayuda de otros amigos extranjeros a cuyas puertas 
tocaremos, y de industriales y comerciantes dominicanos la publicación 
de obras que publicaremos en números grandes, de 25,000 y ojalá de 
50,000 obras que distribuiremos entre el pueblo, y el pueblo va a leer 
esas obras porque por cada obra estableceremos dos premios, uno de mil 
pesos y uno de 500 pesos. ¿Para quién son esos premios? Para los 
lectores de esas obras que escriban la mejor carta, aunque sea una carta
 con faltas de ortografía refiriéndose a esas obras. Es decir, vamos a 
hacer la lotería de la lectura, vamos a entusiasmar al pueblo a través 
del premio con la lectura, a fin de que vaya conociendo a los grandes 
escritores de su lengua y a los de su propio país y a través de esos 
escritores aprenda a admirar al artista creador. Un artista creador se 
parece mucho a Dios.
LA GIOCONDA
En todas las tres semanas que pasé en los
 Estados Unidos dispuse solamente de quince minutos, un día entre una 
cita y otra para ir a un museo a ver La Gioconda. ¿Qué es La Gioconda? 
La Gioconda es un cuadro pequeño, muy pequeño, el retrato de una mujer 
que está medio sonriéndose, de una mujer con las manos cruzadas. Ese 
retrato fue pintado hace más de 400 años. Y ese retrato es una obra que 
le ha dado más nombre a Italia, la patria del pintor, que todas las 
batallas en que ha intervenido Italia, que todos los generales italianos
 que ha habido en ese país desde que nació Leonardo da Vinci, el autor 
de ese cuadro, hasta hoy. Porque así, Dios es admirado y respetado, y en
 los casos de los hombres malos, es temido, porque Dios crea. Pero Dios 
crea la vida eterna en la humanidad. La humanidad vive siempre. Y la 
vida es pasajera en cada hombre. Un hombre puede vivir 80 años, 100 
años, 120 años, al cabo de los cuales muere. Sin embargo, un artista 
como Leonardo da Vinci crea La Gioconda en una pequeña tela que no tiene
 más de media vara de alto y que tiene menos de media vara de ancho, y 
esa figura humana está viva allí y está viva hace 400 años y seguirá 
viva mientras puedan conservarla los hombres. El artista crea para la 
eternidad, el artista crea belleza, la belleza produce bien de alma, el 
bien de alma conduce a la bondad, y la bondad, dominicanos, es lo que 
debe perseguir el hombre sobre la tierra.
Tenemos que estimular a nuestros 
artistas, que con gran trabajo y con miseria y con lucha están creando 
belleza para darle prestigio a este país. Como parte de este plan de 
estímulo, vamos a organizar las exposiciones de obras de arte europeas 
en este país. Anteayer, el ministro de Relaciones Exteriores de Holanda,
 en presencia del primer ministro, que es el jefe de Gobierno en aquel 
país, ofreció que iba a organizar una exposición de pintura y escultura 
que vendría a la República Dominicana y esa será la primera de una serie
 de exposiciones de pintura y escultura que traeremos al país para que 
el pueblo pueda ir acercándose poco a poco a las obras de arte 
inmortales. Además de eso, en todos los países donde estuvimos, hablamos
 de la necesidad de llegar a convenios culturales, a fin de que nuestros
 estudiantes puedan perfeccionar sus estudios en el extranjero pagando 
lo menos, gastando lo menos posible. Vamos a desarrollar toda una 
política de pactos culturales, porque necesitamos gentes preparadas del 
saber humano, en todas las actividades. Si ustedes recuerdan lo que 
decía una hora atrás sobre el valor de un maestro se darán cuenta del 
valor que tienen para nuestro país los centros de cultura del extranjero
 donde nuestros estudiantes pueden ir a recibir las clases de los 
mejores profesores de todo el mundo y además de esas clases, la herencia
 de miles de años de cultura acumulada.
 BOSCH: LA PRESA DE TAVERA Y VALDESIA
Entre las cosas que negociamos en Europa 
hay dos que son muy importantes para el pueblo dominicano. Una es la 
Presa de Tavera, otra es la presa de Valdesia, que nosotros llamamos 
“complejo Nizao”. Leí en El Caribe o en algún otro periódico unas 
declaraciones en las que se hablaba de que la presa de Tavera estaba en 
construcción, pero en esa misma información se decía que pronto se iba a
 abrir el concurso y que podían intervenir en ese concurso los 
ingenieros nacionales y extranjeros, y que una casa sueca ya estaba 
haciendo estudios o estaba enviando los estudios para ese concurso. 
¿Concurso de qué? De construcción. Luego si se va a abrir el concurso de
 construcción la presa de Tavera no está construyéndose. Y eso lo saben 
todos los ingenieros dominicanos. Lo que se ha estado haciendo en la 
presa de Tavera es un túnel de estudio. La presa de Tavera no está 
construyéndose, no se ha decidido nada sobre ella. Pero la vamos a 
construir nosotros. Ya tenemos hecho en principio el acuerdo para la 
construcción de la presa de Tavera, de los canales de irrigación de la 
presa de Tavera, de las plantas eléctricas de la presa de Tavera, de los
 tendidos eléctricos de la presa de Tavera. En eso han estado trabajando
 en Europa los ingenieros del PRD que llamé desde abordo del barco 
Leonardo Da Vinci. En eso han estado trabajando día y noche.
La presa de Tavera se comenzará este 
mismo año. Y es probable que este mismo año se comience también la presa
 de Valdesia, “complejo Nizao”, con el acueducto para garantizarle a la 
Capital agua durante 25 años. Estas dos presas representan una inversión
 muy grande para el país. Pero representan en el futuro del país algo 
extraordinario: la posibilidad de desarrollo agrícola e industrial con 
que hemos estado soñando. Nosotros no hemos querido detenernos en 
pequeñeces. Barco grande, ande o no ande. Fuimos a negociar cosas 
grandes, preferíamos fracasar negociando cosas grandes a tener éxito 
negociando cosas pequeñas. Con la construcción de estas dos presas, 
todos los ingenieros dominicanos y todos los constructores dominicanos 
tendrán ocupación de sobra. Vamos a necesitar formar topógrafos de 
prisa, formar técnicos de prisa. Con la construcción de esas dos presas 
la fábrica de cemento de la Capital, que está siendo ampliada, y la que 
se establezca en el Norte, tendrán toda su producción asegurada, vendida
 dentro del país, al extremo de que tendremos que importar cemento para 
terminar las presas en el tiempo necesario. Con la construcción de esas 
presas, miles y miles y miles de tareas de tierra van a ser mojadas, y 
miles y miles y miles de hombres van a trabajar en las presas, en los 
canales, en los tendidos, en la instalación de la planta eléctrica, y 
además, en las tierras que van a comenzar a producir inmediatamente. 
Todo esto de que hemos estado hablando significa, en conjunto, una 
inversión reproductiva en la República Dominicana de más o menos 200 
millones de dólares. Inversión reproductiva quiere decir que esos 200 
millones de dólares se gastarán en cosas que producirán riqueza, que 
producirán dinero. Esos 200 millones de dólares, dentro de diez años, 
deben estar produciendo 2,000 millones de dólares para el país.
BOSCH Y LA INVERSION PRIVADA.
No contamos para nada una serie de 
inversiones de carácter privado, que pueden ser muy altas. Nosotros 
queremos que los inversionistas privados vengan a Santo Domingo y 
encuentren en nuestro país las garantías adecuadas, para que nos ayuden a
 desarrollar nuestras riquezas. Pero que no vengan como vino la compañía
 de la refinería. En esa forma no nos podremos entender nunca. Nosotros 
queremos que los inversionistas privados ganen dinero, pero que se le 
garantice al pueblo dominicano su parte, su porción. Y, en el caso de la
 refinería, no estamos conformes porque no hay porción para el pueblo 
dominicano. Lo único que hay es empleo para 180 ó 200 personas y 
nosotros no queremos en este país un país de peones y de empleados, 
queremos un país en que la gente se desarrolle técnicamente, 
económicamente, culturalmente. Un país en el cual el Estado vaya 
enriqueciéndose para ir enriqueciendo al pueblo.
LA CONSTITUCION
Queremos la constitución revolucionaria. 
Mientras nosotros estábamos por los Estados Unidos y por Europa 
trabajando, y no hablamos con exceso porque no queremos que nadie nos 
agradezca esto, ni nadie tiene por qué agradecernos esto, esto era 
nuestro deber, nuestra obligación, somos dominicanos y tenemos que hacer
 nuestra parte por el pueblo dominicano y si el pueblo nos ha elegido 
para Presidente de la República, tenemos que hacer una parte más grande 
que los demás y lo único que nos duele de todo esto es no haber 
conseguido el doble de lo que conseguimos de todo este viaje, de todo 
este trabajo, mientras nosotros estábamos por allá, luchando para traer 
al país tanto por lo menos, si no más, de lo que se llevaron los 
Trujillo en su último viaje, aquí se desató la confusión alrededor del 
proyecto de Constitución del Partido Revolucionario Dominicano.
La Constitución, es, dominicanos, como 
dije muchas veces, la ley de las leyes. Ninguna ley se puede hacer si es
 contraria a la Constitución. La Constitución revolucionaria de un país 
que desea hacer su revolución, tiene que permitir leyes revolucionarias.
 El pueblo votó por nosotros, y no porque yo tengo la cabeza blanca y 
los ojos azules, sino por las ideas del Partido, que expresábamos todos 
los días. Esas ideas eran revolucionarias. El voto blanco del pueblo fue
 el voto por la revolución. Y no puede haber en este país una 
Constitución que nos permita hacer las leyes revolucionarias. Se ha 
confundido al pueblo con una propaganda intensa. En algunos casos se ha 
procedido de buena fe en esa propaganda. En otros casos no. Los 
tutumpotes que perdieron las elecciones en los colegios electorales 
quieren ganarla ahora en la Constituyente y eso no podemos permitirlo. 
Ellos perdieron las elecciones porque tenían ideas atrasadas. Nosotros 
ganamos las elecciones porque teníamos ideas revolucionarias. El pueblo 
votó por la revolución democrática. El pueblo quiere la revolución 
democrática, el pueblo quiere la revolución que haga progresar a este 
país en todos los órdenes. Y esa revolución no se le puede dar si no 
tenemos una Constitución revolucionaria. Sin Constitución, no puede 
haber revolución; sin Constitución, no puede haber revolución; sin 
Constitución no puede haber revolución. El pueblo entero tiene que 
defender la Constitución revolucionaria, porque esa Constitución tiene 
que ser el retrato de lo que va a ser la República Dominicana mañana.
El Caribe, Santo Domingo, 28 de febrero de 1963, p.10.
Un gobernante democrático debe 
tener oídos abiertos para oír la verdad, ojos activos para ver lo mal 
hecho antes de que se realice, mente vigilante para que nada ponga en 
peligro la libertad de cada ciudadano, y un corazón libre de odios, 
dedicado día y noche sólo al servicio del pueblo. Nosotros juramos aquí,
 en este día solemne, que si nuestra corta capacidad nos impide tener 
oídos abiertos, ojos activos, mente vigilante, nuestra naturaleza y 
nuestra historia les asegura a los dominicanos que tenemos un corazón 
libre de odios. No espere nadie el uso del odio mientras estemos 
gobernando. Nosotros estamos aquí con la decisión de trabajar, no de 
odiar; dispuestos .a crear, no a destruir; a defender y a amparar, no a 
perseguir. Pongamos todos juntos el alma en la tarea de acabar con el 
odio entre los dominicanos como se acaba con la mala yerba en el campo 
que va a ser sembrado; pongamos todos juntos el alma en la tarea de 
edificar un régimen que dé amparo a los nunca lo tuvieron, que dé 
trabajo a los que lo buscan sin hallarlo, que dé tierras a los 
campesinos que la necesitan, que dé seguridad a los que aquí nacen y a 
todos los que erran por el mundo en pos de abrNada se obtiene de un día 
para otro; el mismo Dios, según se lee en el Génesis, tardó seis días en
 crear el mundo y en poblarlo de seres vivos, de árboles y de luz. Pero 
todo se logra con el trabajo, con la persistencia y con la fe. Fe y 
persistencia tuvieron los que establecieron esta República Dominicana en
 un pedazo de isla y con un pueblo tan mínimo como un sietemesino entre 
las naciones; fe y persistencia tuvieron los que se lanzaron a la 
guerra, hace ahora cien años, para reconquistar la soberanía perdida; fe
 y persistencia tuvieron los que lograron que nuestro país volviera a 
ser libre en 1924; fe y persistencia tuvieron los que lucharon hasta 
abatir la tiranía. Sin la persistencia y la fe de unos y otros, sin su 
coraje y martirio, hoy no estaríamos reunidos aquí. Por eso es justo que
 en este momento volvamos el pensamiento a ellos y les demos gracias con
 la devoción del hijo por la madre que lo llevó en el seno; pues los 
héroes de la libertad son como las madres de los pueblos, y como a 
madres les debemos respeto y amor.
Así como nada se obtiene de un día para 
otro, nada se obtiene sin luchas. Debemos luchar contra los obstáculos 
que tiene la República en su camino. Los próximos meses serán de freno 
para muchos, porque estamos en el caso de evitar que las finanzas 
nacionales se nos desplomen a causa de gastos sin control. Pero vivimos 
en un país de grandes riquezas, que vende más de lo que compra, y si los
 dominicanos colaboran con el gobierno en el propósito de no hacer 
gastos innecesarios, podremos vernos en poco tiempo sin limitaciones 
para el uso de divisas extranjeras. Así mismo, si ustedes, senadores y 
diputados, trabajan con tesón, como estamos seguros de que lo harán, 
para aprobar las medidas que le permitan al Gobierno hacer la reforma 
agraria y disponer de los medios indispensables para ampliar la 
producción agrícola, estaremos en capacidad de evitar la inflación que 
nos amenaza.
BOSCH: ANTILLANO Y AMRICANISTA
Nosotros somos una tierra pequeña, que 
sólo podemos engrandecernos por el amor, por la virtud, por la cultura, 
por la bondad. Nuestro pueblo tiene básicamente amor, bondad, virtud, y 
una gran capacidad para adquirir la cultura. Nosotros estamos en 
América, en una América que ha tomado ya resueltamente el rumbo de las 
democracias con libertades públicas y justicia social. Nuestro pueblo, 
nuestro país, nuestro gobierno, no pueden sustraerse a ese rumbo del 
destino americano; todo esfuerzo que se haga, voluntario o involuntario,
 para detener a la República Dominicana en la marcha hacia ese destino 
común de América, será un esfuerzo inútil, un esfuerzo que no producirá 
si no nueva vez sangre, exilio, torturas, prisiones, tumbas ignoradas, 
corazones de madres adoloridos, hijos huérfanos que no saben dónde están
 enterrados sus padres. Yo pido al pueblo dominicano, a la juventud 
dominicana, a los hombres y a las mujeres maduras de este país, a los 
funcionarios públicos, a los que llevan uniformes y a los que no lo 
llevan, a todos, que pensemos en nuestro pueblo, un pueblo sufrido 
durante más de cuatrocientos años; un pueblo cuyo sufrimiento 
últimamente se exaltó a términos increíbles, inexpresables. Pido a todos
 que meditemos un momento en que esta tierra es de los dominicanos, no 
de un grupo de dominicanos; que su riqueza es para los dominicanos,
no para un grupo de dominicanos; que su 
destino es el de la libertad, no el de la esclavitud; que su función es 
obras completas unirse a América en un camino abierto y franco hacia el 
disfrute de todo lo que significa para los pueblos la libertad pública y
 la justicia social. Yo pido por fin, por último, a mi pueblo y a los 
funcionarios gubernamentales y a los funcionarios
militares de todas las categorías, que 
como consecuencia de esa meditación nos dispongamos todos a matar el 
miedo, que seamos nosotros mismos el San Jorge de ese dragón que nos 
está oprimiendo hace más de treinta años, que está destrozándonos hace 
más de treinta años; que nos ha convertido en la vergüenza y en la 
ignominia del Continente. Durante mucho tiempo ser dominicano fuera de 
Santo Domingo era casi infamante, y nosotros teníamos que mantener en el
 exilio la frente alta cuando nos miraban despreciativamente o con la 
piedad con que se mira al que sufre sin haber cometido delito. 
Dominicanos de todas las razas, de todas las clases sociales, de todas 
las categorías oficiales o no, hagamos un alto. Yo he venido aquí para 
pedirles esto y para servir en esto. Yo estoy dispuesto a hacer cuanto 
deba hacer, a arrodillarme ante quien deba arrodillarme, para que 
podamos sacar de mi humillación, si es necesaria, y de la disposición de
 ustedes, que es imprescindible, una fórmula de convivencia democrática.
 Parodiando a Martí, a José Martí, padre de América y gloria de Cuba, 
quiero decir aquí que los dominicanos no podemos vivir como la hiena en 
la jaula.
BOSCH REFUTA COMENTARIO
 La mayoría de los dominicanos, 
especialmente la gente de los campos y de las orillas de los pueblos, 
hablan en forma distinta de los que viven en el centro de los pueblos y 
de la Capital, y especialmente de los que han estudiado para ser 
bachilleres, doctores, abogados, ingenieros y otras carreras. Por eso se
 explica que algunas palabras significan una cosa para la gente de los 
campos y de los barrios de los pueblos y la Capital y otra cosa para la 
gente que ha estudiado. Por ejemplo, ése es el caso de la palabra 
“cuentista”. Para la mayoría de la gente, cuentista es el que engaña, el
 que habla mentiras; pero para la gente que ha estudiado, cuentista es 
el que escribe cuentos; y si usa la palabra cuentista en el otro 
sentido, lo hace de mala fe, para engañar a los demás.
Ustedes saben que no nos gusta hablar de 
nosotros mismos. No somos soberbios; no decimos que valemos más que 
nadie. No somos vanidosos; nunca hemos hablado de lo que hemos hecho. 
Pero hoy tenemos que hablar de nosotros mismos, y por eso vamos a usar 
la palabra “yo” en vez de la palabra “nosotros”. Con la palabra 
“nosotros” nos referimos siempre al Partido, al PRD; y con la palabra 
“yo” vamos a referirnos a nuestra persona, cosa desagradable, pero que 
por obligación debemos hacer para quitarles la careta a los que hasta en
 cosas (* El Caribe, Santo Domingo, 29 de septiembre de 1962, p.16.) 
pequeñas engañan a los dominicanos humildes, a los hombres y las mujeres
 que no tuvieron la suerte de estudiar bachillerato ni ir a la 
Universidad.
Mucho antes de salir de la República 
Dominicana, cuando todavía era un jovencito, empecé a escribir cuentos; y
 como el cuento es lo más difícil de escribir, y tuve la suerte de que 
los que yo escribía les gustaban a los que los leían, en poco tiempo fui
 conocido fuera de la República Dominicana por lo que escribía. ¿Y cómo 
era lo que escribía y sobre qué escribía? Pues lo que escribía era 
siempre sobre los abusos, las maldades que se cometían con los 
campesinos y los trabajadores de esta tierra; escribía sobre los hombres
 y las mujeres infelices de los campos y los barrios; escribía sobre sus
 sufrimientos y sus esperanzas. Porque yo crecí en Río Verde y en El 
Pino y vi desde muy chiquito esos abusos, esas maldades; conocí desde 
muy chiquito los sufrimientos y las esperanzas de la gente humilde de mi
 país; y siempre llevé en el corazón la amargura de ellos, siempre tuve 
en el corazón el peso de esas amarguras que nunca han conocido ni jamás 
conocerán los tutumpotes que aumentaban y aumentan esos sufrimientos con
 su explotación.
Cuando salí de la República Dominicana 
fui recibido en todas partes con honores precisamente debido a que había
 escrito y seguía escribiendo esos cuentos; y por esos cuentos me dieron
 premios y me llamaron a universidades a que diera clases sobre la 
manera de escribir cuentos. Porque aunque aquí la gente humilde crea que
 ser cuentista es ser mentiroso, es engañar a los demás, en todas partes
 los que escriben cuentos son personas muy apreciadas. ¿Y por qué son 
apreciadas? Porque como dije antes, escribir cuentos es lo más difícil 
que hay; y por esa razón grandes países como Inglaterra, como Francia, 
como Estados Unidos se sienten orgullosos de sus grandes cuentistas, es 
decir, de los escritores franceses, como Guy de Maupassant, que escribió
 buenos cuentos; de los escritores ingleses, como Rudyard Kipling, que 
escribió buenos cuentos, de los escritores americanos, como Ernest 
Hemingway, que escribió grandes cuentos. Un cuento escrito por Ernest 
Hemingway le produjo a ese escritor más de dos millones de dólares. Eso 
lo saben los señores de Unión Cívica y los periodistas que ponen al lado
 de mi nombre la palabra “cuentista” para que el pueblo crea que yo soy 
un mentiroso, un hombre que engaña. Ellos saben que están engañando al 
pueblo; lo saben bien, pero como ya tienen la costumbre de engañar al 
pueblo, no pueden dejar de hacerlo, y lo hacen hasta sin querer. Por 
ejemplo, en un librito que repartió la Unión Cívica de Higüey, se dice 
que yo soy un cuentista. Ese librito fue escrito por una agencia de 
publicidad, y agencia de publicidad quiere decir, oficina que por dinero
 escribe para hacer propaganda a los comerciantes y a los industriales. 
La Unión Cívica usa una de esas oficinas que hace por paga propaganda a 
los comerciantes e industriales, y como es claro, Unión Cívica le paga a
 esa oficina. Pues bien, los jefes de esa oficina de publicidad, que 
precisamente no son dominicanos, saben muy bien que la palabra cuentista
 no quiere decir el que engaña, el que habla mentira, sino el que 
escribe cuentos; pero como les pagan para que engañe al pueblo usando la
 palabra como es, usándola como cree la gente que es, en la forma 
incorrecta; la usan para causar perjuicios y para seguir engañando al 
pueblo.
Yo he escrito, de cuentos nada más, 
varios libros; y precisamente ayer salió a la calle uno que se llama 
Cuentos escritos en el exilio. El primer cuento de ese libro fue escrito
 en Cuba hace más de veinte años, y es la historia de un peón de campo 
dominicano que cogió paludismo, y cuando se puso muy malo, el amo lo 
botó y le dio medio peso para el camino; pero cuando el peón se iba, le 
atacó el frío de la calentura, el frío de la enfermedad, y en ese 
momento el amo lo obligó a que le fuera a buscar una vaca que había 
parido la noche anterior. Para el amo era más importante el becerrito 
que el peón; le dolía más perder un becerrito que la muerte de su peón. 
Ese cuento se llama “Los Amos”. Y así como ése hay varios cuentos más. 
Hay también uno que se llama “El Funeral”, y es el cuento de un toro 
llamado Joquito, que tumbó al dueño de su caballo y el dueño lo mató a 
tiros; y después que desollaron a Joquito y lo partieron en bandas, 
comenzaron a bajar toros y bueyes y novillos y vacas de las lomas para 
llorar la muerte de Joquito, con lo cual dieron un ejemplo a los 
hombres, a las personas, porque esos animales llegaron de lejos a llorar
 la muerte de un toro que para ellos era desconocido, y las personas no 
se preocupaban por la muerte de otra persona desconocida; y hay el 
cuento llamado “En un bohío”, que refiere el sufrimiento de una 
campesina pobre, con dos hijos enfermos; una campesina solitaria porque 
el marido estaba en la cárcel; una pobre mujer que no tenía de qué 
vivir, y ustedes pueden imaginarse los pesares de esa mujer, con sus 
hijos enfermos, sin nadie que la ayudara; y todavía quedan muchas y 
muchas como ella en nuestro país. Y está el cuento de Victoriano Segura,
 un hombre a quien todo el mundo veía con malos ojos, porque era un 
carretero pobre, y sin embargo Victoriano Segura salvó la vida de una 
vieja en un incendio; y hay el cuento de un pobre haitiano picador de 
caña, llamado Luis Pie, a quien un tutumpote acusó de pegarle fuego a la
 caña, cuando no era verdad. Lo que no hay en ese libro ni en ninguno 
que haya yo escrito es cuentos de tutumpotes, porque mi interés cuando 
escribía, era que el mundo supiera que aquí, en la República Dominicana,
 había campesinos y trabajadores que padecían abusos y engaños. Y esos 
cuentos gustaron en el extranjero; gustaron y los extranjeros que los 
leían aprendieron la verdad sobre nuestro país; aprendieron a conocer la
 situación verdadera de los infelices de esta tierra. Ustedes saben que 
en muchos países la gente habla otras lenguas; que los franceses hablan 
francés, los ingleses y los americanos hablan inglés, los alemanes 
hablan alemán, los portugueses hablan portugués. Pues bien, muchos de 
esos cuentos míos fueron pasados a esas lenguas, y en muchas 
universidades americanas varios de esos cuentos dominicanos que yo 
escribí se usan para enseñar a los alumnos; y eso lo saben bien los 
tutumpotes que están engañando al pueblo diciéndole que yo soy un 
cuentista para que el pueblo entienda que soy un mentiroso, que engaño a
 la gente, pero no le aclaran al pueblo qué quiere decir cuentista como 
escritor de cuentos.
Dicta charla Hace tres noches, un grupo 
de personas que forman una asociación internacional llamada Club 
Rotario, es decir una agrupación que existe en varios países, me invitó a
 que les hablara sobre el cuento como parte del arte de escribir, y lo 
hice con mucho gusto, porque me siento satisfecho de haber escrito 
cuentos que hoy figuran en varias lenguas y en muchos libros de varios 
países del mundo; porque me siento satisfecho de que el nombre de la 
República Dominicana figure en diversos libros en otras lenguas gracias a
 los cuentos que he escrito. Lo que yo estoy haciendo ahora como 
político, como presidente del PRD, lo hice antes, hace muchos años, como
 escritor de cuentos; es decir, luché por los campesinos, por los 
trabajadores dominicanos; luché por mi país, por los humil des de mi 
país. En aquella época ya había gente que me preguntaba por qué yo no 
escribía sobre la gente de sociedad, por qué no escribía cuentos sobre 
personas ricas, sobre muchachas bonitas de sociedad, y dije siempre que 
lo que yo llevaba en el alma, en el corazón, era lo mío, lo que vi desde
 que era chiquito, lo que aprendí a querer en mis primeros años; y eso 
era la vida del infeliz, la vida del trabajador. En esa lucha he estado,
 y nunca soñé ni nunca quise que esa lucha me convirtiera en Presidente 
de un partido, porque no la he llevado a cabo para ser presidente de 
nada, sino porque es lo que me pide el alma, lo que me pide el corazón, y
 ya he dicho antes que no hay corazón que engañe a su dueño. Nunca 
hubiera querido hablar de esto, porque me repugna hablar de mí mismo y 
tratar problemas personales ante el pueblo. Pero en esta aclaración hay 
un punto que es el de enseñar al pueblo una cosa que hasta en detalles 
como ése de la palabra cuentista lo han estado engañando. Y si en cosa 
tan pequeña lo engañan, ¿qué no harán en las otras, en las importantes?
Perdonen, pues, el tema de hoy.
AMOR POR EL LUGAR NOS VIO NACER.
 El hombre, la criatura de Dios, está 
unida de manera cabal, total y completa, con el lugar donde ha nacido, 
con el sitio donde recibió sus primeras impresiones, con el lugar que 
está fijo en sus recuerdos más antiguos. Y así uno ama hasta el barro 
del camino por donde correteo de niño; uno ama los troncos de los 
árboles a cuya sombra se detuvo a refrescarse; uno ama el habla, 
incluso, esa habla compleja, difícil, pero sencilla y sincera de mi 
pueblo cibaeño; uno ama todo lo que formó su espíritu y su inteligencia 
en los primeros tiempos de la infancia. Y es probable que esto no sea 
sólo una condición del hombre, puesto que en la India, tierra del feroz 
tigre de bengala, los que conocen al tigre por tenerlo cerca dicen que 
cuando está viejo, ya sin garras, anciano, moribundo o herido de muerte,
 va buscando trabajosamente la cueva donde lo amamantó la madre.
Ahora bien, compañeras y compañeros, en 
los dirigentes políticos ese amor necesario, ese amor que no es una 
virtud y que, en el caso mío, no deben ustedes reconocerme como una 
virtud; ese amor que es una necesidad del alma humana tiene que estar 
aclarado por el conocimiento, por la conciencia de cómo es el pueblo, 
cómo piensa el pueblo, cómo siente el pueblo, cómo está compuesto el 
pueblo, qué desea el pueblo y qué podrá conquistar el pueblo. De la 
respuesta correcta a esas preguntas, depende que podamos o no ser 
dirigentes políticos que cometan pocos errores.    (Primera Convención 
Nacional del Partido Revolucionario Dominicano, Santo Domingo, 27 de 
octubre de 1962.)
BOSCH: EL COOPERATIVISMO
Los partidos que no tienen programa de 
gobierno, que no le dicen al pueblo qué van a hacer si llegan al 
Gobierno, no son partidos serios ni merecen siquiera el nombre de 
partidos; son agrupaciones hechas alrededor de una persona, formadas por
 gentes que siguen a un hombre para que ese hombre, si llega a la 
presidencia, les dé puestos; y como ese candidato no tiene programa, no 
tiene ideas, se pasa el tiempo hablando mal de los otros partidos. En 
nuestro programa de Gobierno tenemos tres puntos dedicados a 
cooperativas: la Central de Cooperativas Ganaderas, la Central de 
Cooperativas Pesqueras y las cooperativas de los ingenios del Gobierno. 
Estos últimos, según dijimos hace mucho tiempo, desde diciembre del año 
pasado, irán a manos de los trabajadores y los colonos agricultores, con
 participación del Gobierno, en forma de cooperativas”.
El problema del ganado es muy grave. 
Actualmente, nosotros los dominicanos no tenemos carne de ganado ni 
siquiera para nuestras necesidades, mucho menos para vender en el 
extranjero, y como en el futuro el pueblo tendrá más dinero para comprar
 carne, si no aumentamos nuestro ganado veremos la carne peor, la de 
hueso y telas, a peso la libra; y lo mismo sucederá con la leche. Ahora 
mismo el país está necesitando (* El Caribe, Santo Domingo, 13 de 
noviembre de 1962, p.2.) por lo menos cien mil vacas más de cría, y en 
el momento no las podemos comprar en ninguna parte porque no hay país 
que pueda vendernos esa cantidad de vacas de cría de un golpe ni 
nosotros tenemos dinero para comprarlas. Pero si pudieran vendernos y 
tuviéramos el dinero, necesitaríamos tierra sembrada de pasto para 
darles comida a esas cien mil vacas en una extensión tan grande que no 
sería posible disponer de ella en un año, porque no tenemos medios 
mecánicos ni técnicos ni capital para disponer de setecientas u 
ochocientas mil tareas sembradas de pasto en el término de un año. La 
leche sirve no sólo para alimento tal como ella es, sino además, para 
fabricar quesos, mantequilla, dulce, leche condensada y en polvo. Aun la
 leche que se bebe puede ser de diversos grados y pasteurizada y 
homogenizada; de manera que la leche da origen a muchas industrias, lo 
cual significa trabajo para la gente. Pero toda industria tiene que 
establecerse sobre la base de materia prima segura y en cantidad 
constante. Por ejemplo, una planta de embotellar leche o de fabricar 
quesos no podría sostenerse si hoy contara con mil botellas de leche y 
mañana sólo con trescientas y pasado mañana con cien; porque las 
industrias necesitan obreros y empleados fijos, que sepan hacer su 
trabajo, y los empleados y obreros no pueden trabajar hoy y mañana no; y
 además toda industria tiene una clientela fija a la que debe servir sus
 productos, y no pueda decirle a su clientela de buenas a primeras que 
hoy no puede entregarle el producto pero que se lo entregará mañana.
Las cooperativas de producción de leche y
 sus derivados son de las que más provecho han probado dar en nuestros 
países; y con ellas es posible disponer de los grandes capitales que 
hacen falta en esa industria; porque 50 vacas aquí, 50 allí, 30 en otro 
sitio, hacen entre todas cuando uno viene a ver mil vacas lecheras; y si
 una persona o una compañía de cuatro o cinco personas tuviera que 
levantar capital para mil vacas de leche, necesitaría un capital fuerte;
 porque no se trata sólo de esas mil vacas, sino de las jorras que hay 
que mantener, de los potreros que hay que sembrar y cercar, de los 
establos que deben fabricarse, de los ordeñadores y camioneros y 
veterinarios que se necesitan. Es más fácil reunir 200 ganaderos de 50 
cabezas cada uno que levantar una lechería de mil vacas. Y para el 
Gobierno es mucho más fácil y más barato ayudar a 200 ganaderos de diez o
 doce cabezas cada uno a que levanten su ganado hasta 50 cabezas, que 
dar créditos y privilegios a una sola persona para que funde una 
lechería de mil cabezas. Lo que sí hará el Gobierno será establecer la 
Central de Cooperativas ganaderas para que ayude a organizar las 
cooperativas de secciones, mun icipios y provincias, para que las dirija
 y encamine dándoles servicios y para que asesore al Gobierno en todo lo
 concerniente a esa rama de la riqueza nacional.
TIERRA RICA Y HERMOSA
 El domingo estuvimos haciendo un 
recorrido por la parte Norte de la provincia Espaillat y la parte Este 
de la provincia de Puerto Plata. Al cruzar la Cordillera se entra en una
 región sorprendentemente rica y hermosa, una región de hombres de 
trabajo, que han talado los montes de las lomas sin aniquilar la 
arboleda, de manera que por aquí y por allá se ven las manchas de guamas
 que cubren los arbolitos de café y los grupos de palmas reales en medio
 de los potreros y los samanes de ancho follaje que ofrecen sombra al 
ganado.
La República no sabe lo que tiene en esa 
región; no se imagina cuánto pueden sacar los dominicanos de esas lomas,
 de los valles como el de Yásica, de los ríos como el Jamao y el propio 
Yásica, cuyas aguas se pierden sin provecho. En medio de esa riqueza 
natural y en uso, hay miseria, como en todas partes del país; y hay 
miseria provocada. En Veragua, por ejemplo, en un pedacito de tierra que
 tendrá cuatro varas de ancho, situado entre el camino y una zanja que 
fue lecho de un arroyo, algunos campesinos se pusieron a fabricar 
ranchos, y el tutumpote cívico de ese lugar, dueño de ese pedacito de 
tierra que no puede valer más de cinco pesos, los obligó a parar el 
trabajo; y así, Santos García anda descalzo porque lo poco de que podía 
disponer lo gastó en (* El Caribe, Santo Domingo, 28 de noviembre de 
1962, p.22. )levantar un rancho que no puede usar.
 En el gran latifundio de Plácido Brugal 
entraron campesinos desesperados por el hambre a trabajar; y se les dejó
 hacer las tumbas y la tala y el habite, y ahora, cuando van a coger los
 cosechitos, los obligan a salir y los dueños del enorme latifundio se 
quedan con el provecho del trabajo de esos hombres y mujeres, que suman 
centenares de familias. No hay justicia para el pobre, y tiene que 
haberla. Y si la hay, en pocos años nuestro país será otro, porque todo 
país prospera cuando la mayoría de sus hijos trabajan, producen y pueden
 disponer del fruto de su trabajo para vivir mejor, para educarse, para 
tener buena salud.
Esos hombres, esas mujeres de origen 
humilde, esas personas pobres, van a trabajar por el país, por el 
bienestar de todos los dominicanos. Van a luchar con todos nosotros, con
 el nuevo gobierno como obreros de la Patria; van a sudar la gota gorda 
junto con nosotros en la lucha por la mejoría de todos. No van a usar 
automovilotes de pescuezo largo para asustar a los campesinos, ni a 
hacer negocios sucios, porque ellos saben que el pueblo los ha elegido 
como nos eligió a nosotros, paraacabar con los abusos, con los 
privilegios y con los robos a los dineros del pueblo y para no pegar los
 ojos mientras no hagamos lo que entre todos tenemos que hacer para 
sacar adelante a nuestro país. Hemos dicho entre todos y queremos decir 
que entre ellos, nosotros y ustedes, pues en los cuatro años que tienen 
todos tendremos que trabajar, todos tendremos que luchar para la mejoría
 de todos. En nuestro país va a acabarse para siempre con la época en 
que unos nacían con derechos y sin obligaciones, y los más nacían con 
obligaciones, sin derecho y con la única seguridad de pasar hambre un 
día sí y otro también. O pasamos hambre toda, o comemos todos, y para 
comer todos, todos tenemos que luchar y cada uno tendrá que cumplir sus 
responsabilidades.
Nosotros empezamos a cumplir las nuestras
 inmediatamente después de las elecciones, sin esperar el resultado 
oficial de esas elecciones, porque no queríamos perder tiempo. La 
situación dominicana es como la de una guerra en la que hay que atacar 
al enemigo día y noche sin compasión, sin perder un minuto. El enemigo 
nuestro es el atraso del país, es la falta de medios para mejorar la 
situación general y tenemos que derrotar a ese enemigo lo antes posible.
Nuestra consigna es que las cosas deben 
hacerse ayer y no mañana. En Estados Unidos el trabajo ha sido muy duro,
 porque es mucha la gente a quien hay que ver para lograr algo. El 
trabajo ha sido tan duro, que sólo hemos podido disponer de quince 
minutos para ver un cuadro célebre de un gran pintor italiano que vivió 
hace más de 400 años. Todo el tiempo, día y noche, hemos tenido que 
dedicarlo a entrevistas. Como resultado inmediato de ese trabajo, 
podemos asegurar que este mismo mes de enero estará en nuestro país una 
comisión que irá a estudiar el establecimiento de un puerto libre en 
Puerto Plata, cosa de la que hablamos hace de ocho a nueve meses por 
radio, y que ya tenemos varias ofertas para establecer varias industrias
 en ese puerto libre de Puerto Plata.
Tendremos que hacer arreglos en los 
muelles, y asegurar electricidad suficiente para esas industrias, pues 
se tienen planes para asegurar trabajo a algunos millares de hombres y 
mujeres de toda la zona del Cibao, pero haremos los arreglos que hagan 
falta, aunque tengamos que remover cielo y tierra, porque para el país 
es muy importante que se establezca ese puerto libre y la única 
posibilidad de establecerlo, es haciéndolo en Puerto Plata, debido a que
 las industrias que se establezcan ahí van a vender sus productos no en 
nuestro país, sino en todos los del Caribe, y se necesita que estén en 
un puerto del Norte donde no haya tanto peligro de ciclones como en los 
puertos del Sur.
En este mes de enero sale también otra 
comisión a estudiar la mecanización de las oficinas centrales de los 
impuestos, en las aduanas, en Rentas Internas, en el impuesto sobre los 
beneficios y en el Seguro Social.
Como ustedes recordarán, este es un punto
 en el programa de Gobierno del PRD, un punto muy importante, porque 
estamos seguros de que si se mecaniza el cobro de los impuestos, 
podremos aumentar grandemente las entradas del Gobierno sin aumentar un 
solo impuesto, y con más entradas el Gobierno podrá hacer más cosas y 
dar más trabajo. Ninguna de esas dos comisiones le costará un centavo al
Gobierno dominicano. Así como casi seguro
 no le costará tampoco un centavo el estudio de la zona de Samaná, en la
 cual vamos a establecer la completa libertad para el turismo y para los
 negocios turísticos. Estamos haciendo todos los esfuerzos para 
conseguir lo más que podamos sin costo para el país, y todos los 
dominicanos pueden estar seguros de que estamos actuando con 
independencia, con dignidad, porque es verdad que nosotros necesitamos 
ayuda, pero también es verdad que el pueblo dominicano, nuestro gran 
pueblo, dio una gran ayuda moral al mundo democrático cuando demostró el
 20 de diciembre que cualquier pueblo puede organizarse democráticamente
 para hacer su revolución sin sangre. Y esa ayuda que el pueblo 
dominicano dio al mundo, tiene un valor, tiene un precio. Nosotros lo 
sabemos y cobramos ese precio para beneficio de nuestro país.
Podemos asegurar también que van a 
conseguirse los equipos para que nosotros los dominicanos busquemos 
nuestro petróleo; que van a conseguirse los 300 hospitales de campo, los
 hospitales de campaña que ofreció el PRD en su programa electoral, y 
que va a establecerse una fábrica de cemento en el Cibao, aunque no 
podemos decir todavía en qué parte del Cibao será. Tendrá que ser cerca 
de un puerto de mar para poder vender cemento en el extranjero a buen 
precio, pero al mismo tiempo tendrá que ser un sitio donde haya materia 
prima buena para el cemento, es decir tierra caliza adecuada para ese 
producto, y ojalá nosotros que eso pudiera ser en Montecristi o en sus 
cercanías, pues Montecristi necesita desarrollar algún tipo de industria
 que le ofrezca trabajo a su juventud. Ustedes saben que nosotros hemos 
tenido siempre preocupación por la situación del campesino de nuestro 
país. Esa preocupación viene de muy atrás, cuando éramos niños y veíamos
 en Río Verde y en El Pino las necesidades de los campesinos. En este 
viaje, como es lógico, teníamos que tratar de hacer algo para los 
campesinos. Y podemos asegurar que en este año, al comenzar el nuevo 
Gobierno, los pequeños productores del campo, los que tienen 30 ó 50 
tareítas que no pueden producir nada, porque no encuentran dinero para 
sembrar y para ir viviendo mientras cogen su cosecha, van a tener 
créditos para trabajar, para producir, para aumentar la riqueza del país
 con más plátanos, más batatas, más yuca, más pollos, más huevos, más 
tabaco, más maíz, más habichuelas
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