Cuando se les menciona el nombre del líder fundador del Partido de la Liberación Dominicana, los jóvenes de hoy no saben, o piensan y se imaginan que Juan Bosch gozó siempre de popularidad.
No fue así.
Bosch era un desconocido del pueblo dominicano hasta que retornó al país el 20 de octubre de 1961, después de un exilio que empezó en enero de 1938.
Permaneció 23 años fuera del territorio de la República Dominicana, donde nació el 30 de junio de 1909.
Es verdad que mientras residió en Cuba y otros países su nombre se hizo conocido por sus artículos y escritos literarios, así como por sus trabajos políticos contra la dictadura trujillista.
Sin embargo, es su presencia en Santo Domingo, todavía Ciudad Trujillo a su retorno del exilio, lo que favorece que el pueblo dominicano sea cautivado por este personaje nuevo.
Su presencia física, sus palabras, discursos y enseñanzas, con ejemplos, fueron siendo captados poco a poco por las masas de la población dominicana.
Este nuevo tipo de político en un país que acababa de salir de una dictadura de 31 años, como candidato del Partido Revolucionario Dominicano, PRD, se abre camino y gana las elecciones presidenciales del 20 de diciembre de 1962.
Obtiene el 59 por ciento de los votos libremente depositados, hazaña que no han podido lograr ninguno de los políticos que han ganado la Presidencia de la República desde entonces.
Su gobierno, juramentado el 27 de febrero de 1963, termina el 25 de septiembre del mismo año derrocado por órdenes de los asesores militares y policiales de los Estados Unidos de América.
La libertad de que disfrutó el pueblo dominicano durante el gobierno de Juan Bosch fue la primera base o sustentación de la popularidad del líder histórico del PLD.
El segundo elemento que sustentó la simpatía de las masas hacia el Profesor Bosch fue su sensibilidad social a favor de los pobres.
El tercero fue su honradez y honestidad personal, sumados a su capacidad y producción intelectual.
Por su conducta política Juan Bosch pudo concitar apoyo de diferentes capas sociales y de un sector de las Fuerzas Armadas que el 24 de abril de 1965 iniciaron una insurrección militar y popular para reponer el Gobierno y la Constitución de la República de 1963.
Pero el Gobierno de los Estados Unidos reaccionó violentamente.
De nuevo se valió de la fuerza ilegítima para impedir el desarrollo democrático y pacífico del pueblo dominicano y a partir del 28 de abril de 1965 ocupó el territorio nacional con miles de sus soldados.
Y de inmediato inició una campaña de publicidad y propaganda para desacreditar a Juan Bosch, líder de esta acción patriótica del 24 de abril de 1965.
Desde entonces, por las campañas de descrédito auspiciadas por el Gobierno norteamericano, con la complicidad a veces de políticos dominicanos, la popularidad de Juan Bosch no fue siempre la misma.
Su prestigio político gozó a partir de entonces de auges y bajas, si bien las nuevas generaciones comienzan a valorar a Juan Bosch por sus hechos y obras intelectuales al margen de las pasiones políticas de la época tormentosa en la cual nos tocó vivir.
Cuando se les menciona el nombre del lider fundador del Partido de la Liberacion Dominicana, los jovenes de hoy no saben, o piensan y se imaginan que Juan
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