Encuentro de fundadores del MPD
Reportaje
Máximo López Molina goza de perfecta salud en París, a sus 89 años, añora su tierra y extraña amigos y camaradas apreciados pero no viene al país por razones de seguridad y porque sufrió mucho en una ocasión que visitó la República y lo apresaron junto a la esposa en el aeropuerto, además, se angustia al enterarse de las divergencias y divisiones de la izquierda. Entiende que es el imperialismo el que provoca situaciones para crear discordias y desacreditar a los revolucionarios.
También, el legendario líder del MPD tenía información de organismos de inteligencia de que había un plan para asesinarlo, como pasó con otras figuras.
En el encuentro para conmemorar los 58 años del partido del que López Molina es un símbolo, maltratado, perseguido, deportado durante el trujillato y en los días inmediatos al ajusticiamiento, el dirigente estuvo representado por su sobrino Marino Elsevif Pineda, que le visita cada año, y su hermano menor Hernani, que siendo pequeño apoyó las actividades de su hermano mayor y padeció cárcel y destierros. Llegó a coincidir en la prisión con su madre Ángela Molina viuda López y con sus hermanas. A ellas las pasearon desnudas. Nacido el 5 de marzo de 1943, “Nani” fue deportado tres veces solo en el mes de noviembre de 1961. Pudo retornar y quedarse en Santo Domingo, luego estuvo en la guerra de 1965.
Elsevif llevó fotos recientes de su tío y narró las experiencias de sus reuniones en famosos restaurantes y hoteles parisinos. López Molina vino por última vez en 1988 cuando falleció su madre, por gestiones de Ramón Font Bernard ante el presidente Balaguer para que le quitaran el impedimento de entrada.
Algunos mandatarios han insistido invitándolo a viajar con fines de reconocer sus luchas, pero según ha dicho a Elsevif, “no tiene interés en que le hagan homenajes, dice que lo que hizo por el país fue para que cambiaran las estructuras, no para que le hicieran fiestas en el Palacio Nacional”.
El año pasado, Máximo pidió a Marino que le llamara por teléfono a Max Puig, Pin Montás, Cayetano Rodríguez del Prado, Hatuey Decamps, Tony Raful y a sus hermanos Hernani y Nilsa. Habló con todos, excepto con Rodríguez, al que no localizaron.
Elsevif declaró en el acto, celebrado en la residencia del exestratega militar emepedeísta Breno Brenes, que López Molina “quiso lograr un ideario de libertad basado en las ideas democráticas y aprovechar la riqueza del Estado dominicano que poseía Trujillo para que llegara a la mayoría de los pobres y analfabetos que el trujillismo había creado…”.
Además de López Molina, fueron recordados otros dos ausentes del MPD: Baldemiro Castro, luchador por la clase obrera desde 1946, condenado a 30 años de prisión. Fue de los primeros que se unieron al partido, del que fue secretario general hasta que murió en el intento de insurrección de San Francisco de Macorís en 1965.
El otro es José Ignacio Marte Polanco, cuyo nombre de guerra es “Luis Pina” quien no pudo asistir porque se encuentra enfermo. Los organizadores pasaron una entrevista reciente que le hizo el Archivo General de la Nación en su residencia.
Este aguerrido militante fue antitrujillista desde 1959. Viajó a Cuba en 1963 con Maximiliano Gómez, Otto Morales, Héctor Báez Tisol, Cayetano Rodríguez, Leonte Brea, Norge Botello, Jimmy Durán, Fafa Taveras y otros del 14 de Junio y del MPD. Se quedó en Cuba entrenándose militarmente, estudió electrónica y formó parte de la “Lucha contra Bandidos”, en El Escambray. Regresó y puso sus conocimientos al servicio del MPD. Instaló centros radiorreceptores en diferentes casas, incluida una al lado de la residencia del presidente Balaguer, que permitían a la agrupación comunicarse con Cuba y con todos los movimientos revolucionarios de América Latina, “aun durante la máxima represión balaguerista”. Este servicio hacía posible, además, que el MPD captara decisiones de la Policía para apresar y perseguir izquierdistas. René Sánchez Córdova narró que muchos salvaron sus vidas gracias a estos mecanismos de Luis Pina. “Nosotros les avisábamos a los demás, aunque no fueran del MPD. Se brindó una colaboración solidaria a otras organizaciones”.
René Sánchez Córdova y Cayetano Rodríguez del Prado.
Luis Pina o José Ignacio Marte Polanco fue apresado en el aeropuerto cuando iba a abordar un avión con destino a Cuba. Balaguer lo mencionó en un discurso al país y aseguró que mientras fuera presidente el revolucionario no saldría de la cárcel bajo ningún tecnicismo legal. Marte estuvo después entre los canjeados en el secuestro de Crowley y se fue a México, de ahí se marchó a Cuba donde tuvo grandes diferencias con Caamaño. Regresó en el Gobierno de Antonio Guzmán.
Se preguntó por qué no estaba presente el emblemático Jorge Puello Soriano (El Men) que tantos aportes ha hecho al MPD y que fue una de las más golpeadas víctimas de la represión balaguerista. “No fue invitado por diferencias ideológicas que se iniciaron con la lucha por la defensa de loma Miranda”, respondieron.
Otros cuadros. Tampoco asistió Eduardo Mundaray Báez, quizá por su actual condición de testigo de Jehová. Fue uno de los combatientes más activos en el comando Argentina durante la Guerra de Abril. Cayó preso y logró escapar de los estadounidenses en Sans Soucí. Cruzó el Ozama y llegó nadando, apareciendo de nuevo en el lugar de combate. Organizó los cuadros del MPD en Villa Duarte. Quien estuvo fue su hermano Tabaré, que perteneció a los comandos clandestinos. Se fue al exilio en México y fue miembro del Partido Comunista Mexicano. Allí se formó como geólogo. A su retorno se dedicó a una lucha ambiental contra la extracción de materiales de los ríos. Altos oficiales militares del Gobierno de Salvador Jorge Blanco, relataron, quisieron eliminarlo porque vieron afectados sus intereses con las denuncias de Mundaray y debió emigrar. Trabajó en la Organización del Pueblo Armado, en Guatemala.
Estaba, además, Rafael Aguirre, catalogado en 1961 como “del grupito de San Antón”. Escuchaba las arengas del partido desde la Duarte esquina Mella hasta llegar al local. Salía a colocar panfletos y pintar letreros en contra del régimen. En 1963 participó en los comienzos de un entrenamiento para futuros problemas que podrían presentarse con un posible golpe de Estado, que se comprobó tres meses después. El MPD llamó a la formación de un Frente Nacional.
¿Qué hace Germán Arias, dirigente y militante histórico del 14 de Junio en esta celebración del MPD?”. Contestó que “nos hemos quedado sin partido. El MPD fue nuestro aliado, simpatizamos con su lucha. Estoy con ellos por una identidad ideológica”.
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