Mar Cano Mesa
La curiosidad fue uno de los principales motores que me impulsaron a realizar este viaje de investigación pedagógica. ¿Cuál era el secreto del sistema educativo finlandés que ha obtenido tan buenos resultados en las pruebas PISA de los últimos tiempos y que ha sido tan aclamado y valorado? ¿Qué podría ofrecernos el modelo de educación finlandés que nos permitiese mejorar nuestro sistema educativo? El programa “Aprendiendo de los mejores” en Finlandia, organizado por EIM, me daba la oportunidad de entrar no solo en las aulas de diversas escuelas finlandesas, tanto de primaria como de secundaria; sino también en el departamento de formación del profesorado en la Universidad de Helsinki.
Mis primeras intuiciones respecto a la educación finlandesa fueron bastante desalentadoras. La simple observación no me dejaba ver el secreto que yo pretendía desvelar. Cada visita era una oportunidad más para descubrir ese gran misterio. Y tras cada uno de esos momentos compartidos con alumnos, docentes y directores, diversos participantes del viaje de diferentes lugares del territorio español discutíamos sobre lo que veíamos e intuíamos, intentando sacar unas conclusiones claras. La sensación inicial fue que ese sistema educativo nórdico realmente no tenía ningún secreto específico, no parecía tener una fórmula mágica. Sin embargo, el contacto con directores, docentes y formadores finlandeses diversos, la observación diaria y las conversaciones enriquecedoras con los demás compañeros del programa a posteriori, nos llevaron a descubrir algunos elementos clave de contraste con nuestro sistema educativo: Sistema educativo y ley educativa: la ley de educación finlandesa está por encima de cualquier cuestión política, ya que se mantiene independientemente del Gobierno de cada momento. Además, está elaborada por muchas personalidades influyentes y reconocidas en el mundo de la educación, así como directores de centros. Este sistema educativo centrado en los alumnos se basa en una pedagogía positiva y se focaliza en la prevención sin dejar a un lado la mediación. Un claro ejemplo es el exitoso programa KiVa contra el bullying, que ya ha sido probado incluso en otros países europeos. Este programa se basa en la educación emocional trabajada desde el alumno, a nivel individual, y desde el grupo clase, según los diversos roles que se generan. Sin embargo, en nuestro caso, ¿cuántas veces se ha visto modificada nuestra ley educativa dependiendo del Gobierno central o local?
Valores sociales: el prestigio y el respeto hacia el profesorado, la conciliación familiar (para poder educar a los hijos e hijas dentro del núcleo familiar en los primeros años de vida), la aproximación natural a otras lenguas a través de los medios de comunicación en versión original (subtitulada en el idioma oficial del país) son muestras de una sociedad finlandesa que da un valor prioritario a la educación. En el seno de esta sociedad y en los centros educativos también se respiran ciertos valores –como la confianza, el respeto, la responsabilidad y el sentido de pertenencia– que contribuyen en la formación de una sociedad responsable y respetuosa. Por el contrario, ¿cuáles son los valores que promueve nuestra sociedad? A pesar de las trabas que ello nos pueda suponer, en el ámbito educativo están en auge programas sobre la educación en valores, la educación emocional y la educación para la solidaridad y el desarrollo en favor del cambio.
Formación del profesorado: en Finlandia son los mejores estudiantes aquellos que se convertirán en futuros docentes, tras superar unas pruebas de aptitudes y realizar los estudios superiores que los capaciten como docentes. En nuestro país, ¿cuántos estudiantes frustrados han acabado estudiando magisterio por tener una nota deficiente en las pruebas de acceso a la universidad? ¿O cuántos licenciados han realizado el CAP o el actual máster de profesorado para trabajar en un centro escolar y así resolver su situación laboral? ¿Cuántos profesionales han decidido entrar en el mundo de la docencia para tener dos o tres meses de vacaciones? ¿Realmente los docentes españoles sienten vocación y tienen la profesionalidad y las habilidades para realizar tan ardua profesión? A pesar de los tópicos de larga tradición, tenemos que pensar que somos muchos los docentes por vocación y que estamos en constante actualización para llegar a ser grandes profesionales de la educación frente a los retos del siglo XXI.
Entornos y ambientes de aprendizaje: los espacios se entienden como entornos de aprendizaje, por lo cual han de ser adecuados, accesibles y cómodos, así como también se disponen y se articulan de manera que están al servicio del aprendizaje, y no al revés. Asimismo, el mundo exterior y real más allá de las paredes de los centros escolares se considera un espacio natural de aprendizaje. Quizá no podamos derribar los edificios antiguos de muchos centros escolares pensados para estar entre cuatro paredes, pero sí que podemos hacerlos más cálidos y dejar que el mundo real entre el aula, que sean los alumnos que lo diseñen y lo ambienten de tal manera que los haga sentir cómodos y predispuestos al aprendizaje. Los presupuestos no nos favorecen; pero el color de las paredes, la vida de una planta, el confort de un sofá o una butaca, la caída de unas cortinas, las obras de arte de nuestros alumnos y alumnas, etc. son válidos para hacer de los espacios un lugar más óptimo que favorezca el aprendizaje. Asimismo, démonos la oportunidad para salir al parque o a la playa, e ir al zoo o al supermercado… Cualquier lugar puede ser un gran lugar para aprender.
Life skills (habilidades para la vida): el hecho de incluir otras materias prácticas basadas en las habilidades del día a día y de dar un enfoque realmente competencial a las demás asignaturas, que esté conectado de un modo directo con la realidad, favorecen una educación integral del alumnado más allá de lo puramente académico. En consecuencia, se favorece la disminución del abandono escolar en la etapa secundaria. ¿Y no son las competencias básicas una oportunidad de nuestra ley educativa para una enseñanza–aprendizaje competencial que contribuya a resolver situaciones reales de la vida cotidiana? Aprovechemos estas oportunidades y pensemos en cómo la oferta de materias que ofrecen los centros escolares pueden ayudar a reducir esas cifras del llamado “fracaso escolar”.
Atención a la diversidad: en Finlandia el aula es un lugar de encuentro de todo tipo de alumnado acompañado por el docente y por otros asistentes, que conforman una buena plantilla de recursos humanos, con la finalidad de atender la diversidad del aula de una manera inclusiva. Cada vez son más las necesidades y más variopintas que se nos presentan en las instituciones educativas; sin embargo, estamos sufriendo unos recortes que implican una reducción de los recursos humanos. Por consiguiente, ¿cómo podemos resolver esta cuestión dentro del aula sin contar la ayuda de nuestro Gobierno? Seamos creativos y generemos nosotros mismos soluciones prácticas dentro del aula, en el que los alumnos y alumnas pueden convertirse en unos grandes docentes.
Coeducación: existen asignaturas (como “home domestics” o “woodcrafting”) en las que todos los alumnos y alumnas aprenden a resolver las tareas más cotidianas como cocinar, coser, planchar, lavar, tallar la madera, etc. independientemente de su sexo. ¿Estamos preparados los docentes para realizar este tipo de tareas que, aunque puedan resultar alternativas, son de lo más cotidiano? No existen libros de texto que nos indiquen cómo realizarlas, pero no son necesarios, ya que contamos con nuestra propia experiencia.
En conclusión, el secreto del éxito del sistema educativo en Finlandia no es único. Imaginemos una cookie, una de esas galletas con tropezones de chocolate bañados de diferentes colores. El secreto no se halla en la masa uniforme de la galleta, sino en el conjunto de cada uno de los ingredientes de la galleta y en esos botones de colores rellenos de cacao. Así pues, son estos diversos aspectos los que componen la amalgama de un producto de calidad con una imagen, un sabor, una textura y un olor propios. La cuestión que se nos plantea es ¿cuáles de estos aspectos podemos implementar y son válidos para potenciar una educación de la calidad que lleve al éxito dentro de la sociedad que nos rodea? Y lo que es más, ¿cómo podemos conseguirlo tanto desde la cumbre del sistema educativo, estimados políticos y equipos directivos, como desde la base del aula, estimados docentes? (Tomado del portal Educaweb)
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