Tal situación pone en peligro la integridad territorial de la República Dominicana, un derecho internacional inalienable que faculta a los Estados a preservar sus fronteras de influencias extranjeras.
Los ilegales haitianos llegan a República Dominicana de noche y de madrugada, por 12 lugares ubicados entre Montecristi y Dajabón y entre Dajabón y Restauración, según fuentes de inteligencia y moradores de esta ciudad.
Las familias haitianas llegan hasta con sus camas, muebles, prendas de vestir y hasta con gallos de peleas, por Sanché, La Vigía, Cañongo, Don Miguel, La Peñita, Santa María, La Piña, Colonia Libertadores, La Paloma, Vara de Vaca y por otros puntos de Sabana Larga y Villa de Los Almácigos.
Numerosos dominicanos expertos en guiar a los haitianos cobran desde dos hasta quince mil pesos para llevarlos en camiones a lugares seguros de Mao, Esperanza, Santiago, Licey Al Medio, Moca, Puerto Plata y en otros casos a Bonao, Villa Altagracia, y Santo Domingo.
Periodistas de El Nacional trataron de obtener información en el Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza Terrestre (Cesfront), pero allí dijeron que no daban informaciones por teléfono y cuando se acudió en forma personal dijeron que no tenían esos datos a mano.
El grito al cielo. La gobernadora provincial Ramona Rodríguez Quezada clamó porque se tomen medidas urgentemente para detener la oleada de inmigrantes extranjeros indocumentados que se ha desatado en los últimos meses.
“Si no hacemos nada, se van a adueñar de la plaza y todo”, manifestó la funcionaria, quien advirtió que no se trata de xenofobia, ni de racismo, como dicen algunos, sino, de preservar el país, donde no hay estructuras para darle a los haitianos servicios de salud, educación y de viviendas que demandan.
Aseguró que miles de haitianos llegan al mercado binacional los lunes y viernes, pero muchos se cuelan y se van a otras comunidades a trabajar, donde permanecen como habitantes de mucho tiempo.
“Mientras más hay más llegan, y uno viene y alquila un cuartico por la mañana, pero en la noche duermen ahí diez y quince”, dijo la gobernadora.
Dijo que a los haitianos les resulta fácil penetrar a República Dominicana, porque sólo tienen que cruzar el río. “Vienen con todo a quedarse, y si usted va a Restauración, ahí es que hay haitianos ilegales, sin ningún documento”, precisó.
Aclaró que a los dominicanos no les molestan los haitianos que vienen a trabajar en regla, con todos sus papeles, como Daniel, un haitiano que lleva más de 30 años en esta ciudad, y que es propietario de varios comercios.
“Aquí todo el mundo quiere y respeta a Daniel, porque llegó correctamente y ha trabajado para llegar donde está”, dijo.
Precisó que los dominicanos tienen derecho a preservar su territorio y a establecer las reglas que consideren necesarias.
Inversiones. La gobernadora provincial reveló que la presencia haitiana es tanta que tienen grandes sumas de dinero en los bancos locales, en moneda extranjera.
Agregó que igualmente tienen muchos negocios y comercios de todo tipo, que van desde almacenes, cafeterías, tiendas de productos de belleza y otros.
Residentes en Dajabón dijeron que muchos haitianos pudientes tienen casas de alquiler, almacenes de distintos productos, especialmente comestibles, materiales de construcción, artículos plásticos y otros.
Igualmente tienen grandes inversiones en restaurantes, flotillas de camiones y motocicletas.
Inercia. Residentes en Dajabón se quejan de la inercia de las autoridades gubernamentales, a las que consideran tolerantes frente al problema haitiano.
Muchos acusan a las autoridades de Migración de no ser complacientes con los indocumentados ilegales por temor a ser acusadas de violatorias de los derechos humanos de los inmigrantes.
Algunos opinan que luego de la salida del general Santo Domingo Guerrero Clase de la comandancia del Cesfront, las devoluciones de haitianos y la ocupación de cargamentos de productos impedidos de entrar al país, han bajado mucho.
Otros opinan que tales versiones no se corresponden con la verdad.
Complicidad. Moradores de esta ciudad que pidieron no ser identificados, dijeron que un grupo de abogados se ha dedicado a falsificar documentos para facilitar la regularización a muchos haitianos que llegan de su país.
Según versiones, esos abogados, muy conocidos en el pueblo cobran miles de pesos por los actos notariales falsos que venden a los haitianos.
Igualmente se supo que varios conductores de camiones que viajan a Santiago, transportan indocumentados haitianos por distintas sumas de dinero.
También se supo de propietarios de casas de alquiler, que sólo rentan habitaciones a indocumentados haitianos que pagan altas sumas y duran pocos días en el lugar.
Mientras eso ocurre residentes en Dajabón critican la inercia de las autoridades frente al problema migratorio que representa la llegada de miles de personas sin ningún documento de identidad y con la intención de quedarse como residentes permanentes de la República Dominicana.
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