MORAL Y LUCES

MORAL Y LUCES

sábado, 15 de febrero de 2014

CHAVEZ HABLA DEL COMANDO MAISANTA





13 Jun 2004 Hugo Chávez en Aló Presidente Nº 193 (resumen Aló Comandante...



A continuación un breve bosquejo de lo que fue el “Comando
Maisanta” dirigido por el Comandante Chávez.
El comando Maisanta




El 9 de junio de 2004, en el Teatro Municipal de
Caracas, el Presidente Chávez juramenta al Comando Nacional y los Comandos
Estadales "Maisanta", quienes se ocuparían de conducir la Campaña
electoral de cara al referéndum revocatorio, la cual sería conocida entre los
afectos al proceso bolivariano como batalla de Santa Inés. Integrarían el
Comando Nacional Maisanta: Hugo Chávez Frías, Jorge Giordani, Haiman El
Troudi, entre otros.

 Hasta la fecha en que se activó el
referéndum nacional, el equipo político que se ocupaba de los temas
electorales era el Comando Ayacucho. Dicho Comando fue el responsable del
proceso de recolección de firmas necesarias para convocar el referéndum
revocatorio presidencial y desenmascarar el fraude cometido por la oposición,
sin embargo, al conocerse los resultados adversos
producto de una gestión poco efectiva y diligente, numerosos organizaciones
bolivarianas exigían su disolución. El Comando Ayacucho se convirtió en el
principal objetivo de las críticas de las organizaciones obreras y populares
(…)
 
El presidente Chávez decide la
creación de un nuevo comando, estructurado de forma diferente al anterior, el
cual fundamentalmente se ocuparía de lo atinente al referéndum y en
consecuencia su lapso de operaciones se ceñiría estrictamente al
correspondiente cronograma electoral.
El propio Presidente
Chávez se colocó al frente del Comando Maisanta lo cual le otorgó un carácter
extraordinario.

A fin de que el lector se haga una idea de las
dimensiones de la modalidad organizativa adoptada por el Comando Maisanta, se
detalla grosso modo su estructuración.

Definición: El
Comando Maisanta se definió como la expresión organizativa en todos los
ámbitos de la geografía nacional
(Aquí en el PCR seria “Comando
General Gregorio Luperón)  de las fuerzas bolivarianas (fuerzas
Renovadoras), para la actuación estratégica –
operativa de la Misión Florentino. Misión que guía los cursos de acción
revolucionarios orientados a asegurar el triunfo electoral en el referéndum
nacional del 15 de agosto de 2004
, fecha en que se reeditará (de
acuerdo al imaginario popular del pueblo venezolano) la Batalla de Santa
Inés, en la que la oligarquía nacional y extranjera es derrotada por el
pueblo soberano heredero del general Ezequiel Zamora.

El Comando Maisanta poseía dos ejes de
articulación, uno vertical y otro horizontal. En el eje vertical se vinculan
jerárquicamente el Comando Nacional Maisanta (Secretaria
Nacional Electoral PCR),
los Comandos Estadales (Coordinación Provincial), Municipales “Dirección Municipal y distrital) y Parroquiales (El sector o barrio); adicionalmente se contaba
con varios grupos de apoyo. El eje horizontal lo conformaban las Unidades de
Batalla Electoral (Recintos electorales)  y las Patrullas (colegio
de votación: Comando o comité electoral).

El eje vertical era responsable del
aprovisionamiento logístico, tecnológico, comunicacional, internacional, etc.
(Organización territorial o espacial: Presidencia,
Secretariado, Coordinación Provincial, municipal, distrital, bloques y CR9)
La
campaña fue diseñada como campaña no convencional,

Los integrantes del Comando
Nacional Maisanta fueron designados por el Presidente Chávez y entre sus
funciones destacan:
1.     
Establecer la pauta política de la campaña,
2.     
fijar la orientación organizativa de la Misión en
todos los ámbitos geográficos,
3.     
Dirigir, dar seguimiento a las actividades y
tareas asignadas a todas las instancias de la organización,
4.     
definir la política comunicacional, publicitaria
y propagandística,
5.     
 orientar
la disposición de la logística de la campaña, asegurar la operatividad
efectiva y eficiente de la plataforma tecnológica del comando,
6.     
evaluar permanente de la dinámica electoral en
cuanto a cumplimiento del cronograma de metas e identificación y
procesamiento de nudos problemáticos.

 El eje horizontal (Circunscripciones,
Recintos y Comando electorales por mesa)
garantizaría el contacto
persona a persona y la organización primaria de las fuerzas revolucionarias
de base. Ese basamento se supeditó en la estructuración de las UBEs (Recintos electorales) y Patrullas (Comandos electorales). En consecuencia,
la UBE fue
concebida como la organización de base de todas las fuerzas bolivarianas para
implementar la estrategia electoral en la comunidad, que operaría en una Zona
de Batalla Electoral (El bloque) entendida
como un área geográfica variable delimitada en torno al centro de votación.

Se debían integrar a la UBE todos los factores
bolivarianos (Misiones, Partidos Políticos y Movimientos Sociales, Frentes
Estudiantiles y Juveniles, Organizaciones Comunitarias, Campesinas, Mujeres,
Profesionales y Técnicos, Trabajadores, Organizaciones Religiosas, etc.) que
hagan vida dentro de la Zona de Batalla Electoral. (En
el área de responsabilidad de un bloque PCR)

 Dentro de las funciones de las UBEs (recintos electorales) se tiene:
1.      coordinar la labor de las
patrullas electorales (comandos electorales por
mesa),
2.      levantar el inventario de
recursos y potencialidades disponibles del área de influencia de cada centro
electoral,
3.      atender políticamente a la base
electoral organizada en las patrullas (Comando
electoral PCR),
4.      movilizar los electores
particularmente el día del referéndum,
5.       implementar redes de inteligencia social a
fin de detectar ilícitos por parte de la oposición,
6.      aplicar los instrumentos de
sondeos de opinión, implementar dispositivos de estimación de la intención
del voto el día de las elecciones,
7.      identificar el potencial
electoral bolivariano en el entorno del centro de votación, establecer el
mapa electoral de todos los electores, conformado a partir de un censo en la
comunidad y de las informaciones que se reciban a través de la estructura del
Comando Maisanta,
8.      identificar los electores que
no tienen cédula, los no inscritos en el Registro Electoral Permanente o los
que requieren cambio de residencia y los movilizarlos a las unidades de
cedulación de la Misión Identidad más cercana antes del 10 de julio,
9.      organizar las patrullas
electorales y orientar su trabajo de forma flexible a partir del potencial
electoral del centro de votación,
10.  desarrollar el trabajo de
capacitación de la población para el proceso electoral en la comunidad,
orientar a la población sobre el proceso electoral,
11.  garantizar la organización en
el día de las elecciones (logística, información, comunicaciones), establecer
comunicación permanente con el nivel municipal, garantizar la asistencia e
instrucción del personal bolivariano designado en los centros electorales
para ejercer como funcionarios electorales el día del evento (jefes de
colegio, testigos, operadores, etc.)., tener listo personal sustituto para
ocupar las responsabilidades en el centro de votación,
12.  realizar los ejercicios de
prueba de votación orientados por el Comando Maisanta,
13.  establecer el número de
Patrullas Electorales necesarias en la comunidad en función del potencial
electoral,
14.  coordinar y apoyarse en los
factores de la comunidad (por ejemplo con el Comité de Salud, las
organizaciones locales y con la representación de las misiones sociales en el
barrio),

Las Patrullas Electorales debían ser integradas
por los núcleos de patriotas asociados a una localidad particular (Zona de
Batalla Electoral), en un grupo no mayor de 10 personas. Asociada a cada UBE
debía existir tantas patrullas como fuese necesarias para cubrir el padrón de
electores inscritos y habilitados para votar en el centro de votación
correspondiente.

Se debía elegir un Jefe Patrullero por cada
Patrulla Electoral entre los integrantes de la misma (Colegio
electoral: comando electoral por mesa).
Dentro de las funciones de las
patrullas se tenía:
1.      identificar en el entorno de la
Zona de Batalla Electoral (Recinto electoral)
a los patriotas, opositores y los denominados ni – ni y proporcionar la
información recabada a la UBE, trabajar con una lista de electores
suministrada por la UBE, captar 100 electores bolivarianos por cada Patrulla
Electoral.
2.      visitar casa por casa a los
electores empadronados en la lista de electores suministrada por la UBE,
proporcionándole a cada compatriota toda la información asociada al proceso
refrendario.
3.       garantizar la movilización y el voto
efectivo a favor de la ratificación del mandato del Señor Presidente el día
del referéndum.
4.       De todas las personas de la lista de
electores suministrada por la UBE, reportar todas las incidencias que puedan
alterar el buen desempeño de las elecciones, entregar a los coordinadores de
información, logística, etc. de la UBE la información solicitada.
5.       identificar y movilizar hacia las unidades
de cedulación los no inscritos en el REP, las personas sin cédulas o que
requieren un Cambio de Residencia, inventariar los problemas de los electores
que puedan impedirle su asistencia en el día de la votación e implementar su
solución, realizar encuestas orientadas por la UBE en su radio de acción.

 La activación del referéndum revocatorio
evidenció la necesidad de una organización partidaria fuerte y eficiente,
déficit asociativo que había permanecido hasta ese entonces.

El referéndum permitió constituir una experiencia
organizativa de éste tipo. A partir de ese momento se dio inicio a una
dinámica de estructuración orgánica de las distintas fuerzas que hacen vida
en el Chavismo como camino previo a la unidad de los revolucionarios
venezolanos.

Evaluados
los aspectos positivos del modelo leninista y adaptado a las formas de pensamiento
de los más simples, se diseñó la estructura organizativa partidaria que
permitió utilizar las aparentes desventajas en que se encontraba la
revolución para producir el salto cualitativo de construcción de una
organización altamente imbricada en el pueblo y eficiente para las distintas
modalidades del combate social.
El Comando Maisanta con sus dos ejes de
actuación (vertical y horizontal).

Domingo
Núñez Polanco
Secretario
Nacional Electoral


martes, 4 de febrero de 2014

EL MILITANTE POLITICO

EL MILITANTE POLITICO

Domingo Nuñez Polanco
Algunos hermanos, amigos y compañeros no se han dado cuenta todavía de que el PCR no es el PRD ni el PLD. No puede serlo. En un partido populista, cabe todo el mundo sin hacer definiciones ideológicas, y el PCR no puede ser eso. El PCR tiene que ser un partido con definiciones claras de lo que es el militante y simpatizante. Lo primero que se requiere para ser militante de un partido es aceptar y defender su posición ideológica sin un titubeo; no todo el mundo está dispuesto, ni tiene las condiciones que se necesitan para sacrificar tiempo y energía en servicio del Partido, y el que no se sienta dispuesto a hacer eso no puede ser militante en el PCR, puede ser simpatizante, que de por si en nuestro partido adquiere categoría estatutaria, con deberes y derechos definidos.
 En el PRD, por ejemplo, no hay diferencia entre militante y simpatizantes, pero en el PCR debe haberla.
 Al formar un comités CR9  con la gente que dice que simpatiza con nosotros, esa gente tiene que demostrar que es verdad que simpatiza y quiere formar parte del PCR; y luego  en el  CR9 tiene que demostrar condiciones de interés partidario para pasar entonces a niveles de militante; incluso de líderes del partido  en su entorno, ya sea en el propio CR9, en el bloque o en la dirección municipal o provincial, incluso hasta llegar a la dirección nacional.
 Es bueno aclarar que no estamos poniéndole obstáculo a nadie; lo que estamos haciendo es estableciendo las condiciones indispensables y necesarias para mantener en el Partido una calidad determinada. Más que cantidad necesitamos calidad, y nos  referimos a calidad política. Los miembros del PCR deben tener la calidad política que hace falta para dirigir a este pueblo en la lucha por una sociedad donde los dominicanos podamos vivir y morir con dignidad.
 Decía el Profesor Juan Bosch con respecto a la calidad política: “(…) esa calidad no la tiene todo el mundo ni aquí ni en ninguna parte; la tiene siempre una minoría de hombres y mujeres que traen a la vida condiciones para dirigir y voluntad de servir al pueblo y después mejoran esas condiciones mediante el estudio y la práctica diaria”. Termina el Profesor diciendo:” Hay gente que se asombra cuando me oye decir esto que acabo de decirte porque sucede que para algunas personas  hablar de un partido minoritario es como hablar de una herejía, pero se trata de una confusión. Los partidos no tienen que ser mayoritarios. Lo que tiene que tener un partido político no es una mayoría de miembros sino una gran autoridad moral sobre el pueblo. El partido puede ser chiquito y sin embargo tener el respaldo del pueblo o de aquella parte del pueblo que tiene poder para hacer cosas. La importancia de un partido no está en el número de sus miembros.  (…) no necesitamos cientos de miles de miembros sino capacidad política y mucha capacidad de sacrificio”. (Juan Bosch)
 Nosotros en el PCR tenemos por delante una tarea muy difícil, que es la de acostumbrarnos a pensar de manera diferente a como pensábamos en el PRD, PLD, PRSC u otra organización política. Ahora  habrá  una disciplina, hay entusiasmo, espíritu militante, pero eso no basta. “La disciplina sola no forma la sustancia de un partido. Hay que tener disciplina, sin embargo esa disciplina debe ser el resultado de una conciencia política desarrollada, y para que haya verdadero desarrollo político debe haber, entre otras cosas, una comunicación franca y clara entre todos los miembros del Partido; que todos acepten los acuerdos por convicción, no por disciplina nada más, y para que todos queden convencidos se necesita que comprendan por qué se han tomado los acuerdos, y para que comprendan eso hay que mantener funcionando una buena comunicación entre todos”. (JB)
 A estas alturas del desarrollo de estas ideas se hace necesario definir la figura del militante político.
¿Qué es la militancia política?
La militancia o membresía  es la afiliación organizacional de un individuo hacia un partido político, ese individuo asume ciertas obligaciones y privilegios; expresa su voluntad de integrarse al partido, comprometiéndose con sus documentos básicos, sus lineamientos programáticos, estratégicos y doctrinarios.

La forma en que los partidos políticos organizan y administran la militancia varia significativamente en función de la trayectoria política del partido en cuestión. (Partidos de Cuadros y de masas)
Los partidos políticos tradicionales privilegian el reclutamiento de militantes  ofertando incentivos materiales, en forma de prácticas clientelares, y dejando en segundo plano los incentivos solidarios, las ideas y valores como la ideología o los principios programáticos.
No todos los miembros asumen el mismo compromiso con el partido.
Diferentes tipos de activistas:
A). Miembros.
Hace vida partidaria en la estructura interna del partido; al afiliarse, adopta su vínculo activo, ideológico y programático, comprometiéndose a cumplir con los documentos básicos de la organización.
Los miembros del Partido Cívico Renovador  tienen los derechos siguientes:
I. Hacer de la carrera partidista un espacio para su desarrollo político, en base al registro de las  tareas partidarias, ya sea vía los CR9, Bloques, direcciones municipales y provinciales u otras instancias.
II. Acceder a puestos de elección popular, previo cumplimiento de las disposiciones legales y estatutarias.
III. Acceder a puestos de dirigencia del Partido, previo cumplimiento de las disposiciones legales y estatutarias.
IV. Votar y participar en procesos internos para elegir dirigentes y postular candidatos, de acuerdo al ámbito que les corresponda y a los procedimientos establecidos en los términos de los Estatutos y reglamentos de la convocatoria respectiva;
V. Recibir capacitación política y formación ideológica.
VI. Presentar iniciativas, proyectos, programas y propuestas sobre los fines y actividades del Partido.
VII. Interponer ante el órgano competente, como complemento al derecho de audiencia, los  recursos contra las sanciones que les sean impuestas.
VIII. Solicitar a las Comisiones de Justicia Partidaria investigar las presuntas violaciones a los Documentos Básicos.
B). El militante o  comprometido
El constructor y soporte del partido, quien tiende a ser más intenso en sus tareas asignadas y se avoca hacer vida y carrera partidaria en las estructuras internas creando un espacio para su desarrollo político, en base al registro de las tareas asignadas; asume responsabilidades y compromisos en sumo grado en  las actividades internas y externas del partido en cualquier circunstancia. En los partidos doctrinarios recibe capacitación política y formación ideológica; tienen por igual la prerrogativa de presentar iniciativas, proyectos, programas y propuestas sobre los fines y actividades del Partido  y participar en las deliberaciones de los órganos encargados de resolverlos como también llegar a ocupar posiciones dirigenciales en los distintos niveles dentro del partido.
Los militantes del Partido tienen las obligaciones siguientes:
I. Conocer, acatar y promover los Documentos Básicos del Partido.
II. Apoyar las labores políticas y electorales del Partido en la sección electoral que corresponda a su domicilio o  alguna demarcación asignada.
III. Mantener una conducta de honorabilidad y vocación de y contribuir a dignificar la imagen del Partido.
IV. Fungir como representantes o delegado de mesa u otra función similar cuando el Partido lo designe para esas funciones; y participar en los procesos internos para elección de dirigentes y postulación de  candidatos, en los términos y procedimientos establecidos en los  Estatutos y Reglamentos  respectivos.
Los militantes  del Partido tienen, además las obligaciones siguientes:
I. Mantener vínculos activos y permanentes con las estructuras partidarias, a fin de apoyar el desarrollo y cumplimiento de sus tareas y objetivos, aportar su experiencia y colaborar en las actividades de Partido cuando así se requiera.
II. Ratificar públicamente su militancia y compromiso partidista y mantener en sus acciones el beneficio general de la comunidad.
III. Promover la defensa de los intereses del Partido en el desarrollo de los procesos electorales en que participen.
IV. Promover y difundir los Documentos Básicos en sus comunidades.
V. En el caso de los servidores de la administración pública, mandos medios y superiores, y de elección popular, además de las anteriores obligaciones, tendrán la siguiente:
a)    Cubrir sus cuotas puntualmente en los términos que determine el Reglamento del “Sistema Nacional de Cuotas” (Aportar mensualmente  un % de sus sueldos)
C). Simpatizante:
El que se afilia por simpatía atraído por la ideología, líneas programáticas, por la visión de futuro  del partido y sus líderes. Pero no se involucra de ninguna forma en las actividades partidarias internas, salvo en situaciones muy especiales. El simpatizante  apoya al partido ocasionalmente, el cual, por lo regular es el tipo de activista  que defiende al partido tomando una postura a su favor frente a vecinos, amigos y compañeros de trabajo, particularmente en tiempos electorales; el simpatizante no significa que no esté empadronado, si estará empadronado y categorizado como “simpatizante” y además   el coordinador del comando electoral de la mesa que corresponde al referido simpatizante le dará seguimiento y coordinara las tareas electorales que pueda ir realizando en lo que llegan los momentos de mayor activismo proselitista.(en la reformulación de los estatutos, sus deberes y derechos  se ampliaran detalles)
De los Mecanismos de Afiliación.
 Podrán afiliarse al Partido cívico Renovador  los ciudadanos dominicanos, hombres y mujeres, que libre e individualmente, y en los términos de la Constitución Política del Estado Dominicano, la legislación electoral vigente y los Estatutos del partido, expresen su voluntad de integrarse al PCR, comprometiéndose con su línea programática, organizativa y doctrinaria.
La afiliación al Partido se hará ante la sección en cuya demarcación se encuentre el domicilio del solicitante o ante el comité municipal o instancia correspondientes, quienes notificarán al órgano partidista superior para que se incluya en el  Registro Partidario, refiriendo al muevo afiliado a la instancia partidista correspondiente a su  domicilio, como ámbito para el desarrollo de sus actividades políticas y electorales. Este mecanismo de afiliación y empadronamiento (registro por categoría) es válido, tanto para nuevos miembros, miembros especiales, simpatizantes, amigos y colaboradores. Una vez afiliado, el Partido otorgará al ciudadano la credencial y documento que acredite su  calidad de miembro u otra categoría. Para los fines de lugar  la dirigencia del Partido, en todos sus niveles, mantendrá programas permanentes de afiliación  y credencialización (Carnetización).
 El militante   en el marco de las ciencias políticas modernas.
La figura del militante político surge durante la Revolución Francesa, que inaugura la participación de las masas en la vida política y de estratos medios de la población hasta entonces excluidos. Las masas participan como tales en los acontecimientos políticos, pero como en toda revolución, son las minorías organizadas y disciplinadas las que las dirigen.  Es precisamente la existencia de esas minorías, no pertenecientes a las masas, la que define la ciencia política moderna como militante político.

El  militante político que está forjando el PCR.
La repuesta dialéctica a ese derrotero de los políticos y partidos tradicionales es el nuevo militante político con visión de patria y humanidad  que está formando el PCR como nuevos actores del activismo político nacional. Un militante en constante proceso de humanización,  transformándolo  en un mejor padre, mejor hombre de su mujer, mejor amigo de sus amigos y  que habita este mundo para luchar junto a los demás en procura de la  justicia social.
Un militante del PCR tiene que ser el vínculo entre las clases dirigentes y la sociedad, es la voz de los sin voz y como tal es el generador de una demanda social organizada.
Lectura al margen:
1.    La militancia y los incentivos. 
2.    Los sentimientos y la razón en las simpatías políticas
3.     “Dejar hacer, dejar pasar”

La militancia y los incentivos:
Los creyentes y los arribistas.
Los simpatizantes entran en la categoría de los creyentes, les importa la ideología, los principios, la línea programática, los estatutos, es decir, sigue los lineamientos del partido por convicción, pero no tienen mucho interés en involucrarse en las tareas internas partidarias del partido.
En cambio, los arribistas se integran a los partidos porque esperan una remuneración, un cargo, una oportunidad de ascenso social y en tal propósito harán lo posible por involucrarse en la vida partidista; en este caso se trata de (Interés personal)   Los arribistas se alejarán del partido si éste tiene retrocesos electorales o si son marginados de los cargos y candidaturas. Estos piden y nunca están conformes, desafían el liderazgo y la conducción.
Los partidos necesitan «creyentes» (miembros especiales o simpatizantes) para construir una base social que les dé sustento electoral. El problema de este grupo es que su lealtad al partido no implica un compromiso definido con las actividades y las estructuras  internas partidarias.
 2.    Los sentimientos y la razón en las simpatías políticas.
Los hemisferios cerebrales del ser humano son dos. En su evolución, en el transcurso del tiempo, el hombre en un hemisferio ha acumulado los sentimientos y en el otro lo razonable.
Una persona puede pertenecer o seguir en un partido político en base a factores que tienen que ver con lo razonable o con los sentimientos.
 Un niño que crezca viendo a su padre o a su madre exhibiendo los símbolos de un partido, de forma natural, puede terminar asumiendo ese partido, no en el plano de la razón, sino en el plano de los sentimientos. Pero a esto se agrega los símbolos de los partidos, desde el color hasta la bandera, que son asumidos sentimentalmente.
Cuando una persona asume un partido por sus principios, por sus planteamientos, por su actitud ante la sociedad, actúa  la razón.
Dentro de lo razonable, entran también los intereses. El que apoya un partido por que la ha dado una contrata  en el Estado o tiene grandes negocios con el gobierno, le sobran razones para apoyar un partido.
Es fácil identificar a una persona y darse cuenta si apoya o es de un partido a partir de los sentamientos  o la razón.
Ahora bien, como aspectos determinantes para el comportamiento político, el caso de los sentimientos es una especie de variable independiente.
 El que está en un partido político por intereses concretos, y esos  interese dejan de ser representados por ese partido, fácilmente pasa a otra parcela sin que tenga que mediar un proceso largo. Sin embargo, cuando una persona se encuentra adherida a un partido en base a los sentimientos, las cosas se tornan diferentes. Como por ejemplo, tenemos por cientos de miles los casos: el de una gran parte de dominicanos que se encuentran dependiendo de un partido, que no representa sus interés.
3.    “Dejar hacer, dejar pasar”
Los partidos políticos se encuentran en franca transformación y acomodamiento a las exigencias del mercado. Esto produce en el liderazgo de los partidos tradicionales una especie de “dejar hacer, dejar pasar”. Pero hay algo cierto, el show  mediático entretiene pero no convence a las exigencias sociales. Todo esto se traduce en el buen sentido de la palabra, que la parte humana, solidaria de la función política, el bien común y otros valores van perdiendo significado ante la práctica del “sálvese quien pueda”.

Los males sociales tienen nombre: desocupación, alto costo de la vida e inseguridad entre  otros problemas. Frente a estas frustraciones la gente ya no ve los partidos políticos como útiles y necesarios. La principal responsabilidad recae en una clase política desprestigiada. Son pocos y puntuales los políticos que pueden ofrecer la imagen que requiere el pueblo. Estos terminan en la generalización como auténticos farsantes, no por sus dichos sino, por sus hechos.

miércoles, 29 de enero de 2014

Recibió Fidel a Daniel, Evo y Correa

El líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz, recibió en la tarde de este miércoles a Daniel Ortega, Evo Morales y Rafael Correa, presidentes de la República de Nicaragua, el Estado Plurinacional de Bolivia y la República del Ecuador, respectivamente, quienes participan en la II Cumbre de la CELAC.
En el encuentro fraternal y ameno, al que también asistió Rosario Murillo, se produjo un amplio intercambio, en un clima de amistad y comprensión acerca de los diversos temas tratados. Hubo plena coincidencia en la necesidad de trabajar sostenidamente por reducir al máximo la pobreza extrema, el hambre, al analfabetismo, la insalubridad y la desigualdad, únicamente alcanzables con la aplicación de programas de desarrollo económico y social en beneficio de nuestros pueblos, y subrayaron la responsabilidad histórica que corresponde a los dirigentes políticos para la consecución de esos importantes objetivos.
Con particular emoción fue recordado Hugo Rafael Chávez Frías y sus esfuerzos extraordinarios para la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, cuyos resultados y avances constituyen el mejor tributo a su memoria y ejemplo inolvidables.
Los presidentes Daniel, Evo y Correa expresaron el agradecimiento por la hospitalidad recibida, la organización, los fructíferos debates, los resultados de la Cumbre y el invariable apoyo de nuestro país.
Ellos habían solicitado visitarlo juntos, dadas las relaciones tradicionales de amistad que existieron siempre entre nuestros pueblos y recordaron experiencias vividas en los años más duros.




TOMADO DEL GRANMA

sábado, 25 de enero de 2014

En la hora memorable de Danilo

Por DIÓMEDES NÚÑEZ POLANCO 

En Nueva  York, poco antes  de  partir  en  el  buque  italiano Leonardo Da Vinci  para  Europa, el  presidente  electo  dominicano Juan   Bosch fue  invitado  por  John  F.  Kennedy a  visitar la  Casa  Blanca. Ese  encuentro,  realizado el  jueves,  10  de  enero  de  1963, a las  12 del  mediodía, Bosch lo contaría en  sus   detalles, tiempo  después. Ahora sólo  citamos    una  parte,  especialmente la  referida  a  su decisión  de  rescindir  el contrato del  Estado  dominicano con la  Esso  Standard Oil,  por  considerarlo  lesivo  al   interés nacional, y  su  relación,  en la  distancia,  con la  actitud   presidencial  y  de nuestro   pueblo  en general,  que  desembocó en  el  acuerdo Barrick-Gobierno,  el  pasado  8  de  mayo. 
“Cuando me entrevisté con Kennedy en la Casa Blanca – cuenta don  Juan -, a principios de enero de 1963, observé cuidadosamente a ese hombre joven  – demasiado joven, quizá, para ser el Presidente de la nación más poderosa del mundo -; lo observaba mientras yo hablaba y mientras él me hablaba. Vestía con sencillez; no con sobriedad  sino con sencillez – zapatos marrón claro, traje gris a rayas perla, corbata de tonos azules, camisa blanca; todo usado, nada nuevo -, como si se hubiera propuesto no ofender la pobreza dominicana con la exhibición, en su persona, de la riqueza norteamericana. Se comportaba con la naturalidad de un viejo amigo. Pasamos revista a los problemas comunes a su país y al mío; y cuando le dije que los dominicanos pasaban hambre, se movió como si hubiera recibido una herida.
Ambos nos miramos a los ojos. Le expliqué que el Consejo de Estado había dado, en forma casi oculta, una concesión de refinería petrolera a una conocida firma norteamericana en condiciones que recordaban los tiempos más floridos del imperialismo de su país, y que yo iba a rescindir ese contrato. Al mencionarle la palabra imperialismo le vi el dolor en la cara. “Es un punto delicado, pero le ayudaremos”, me dijo. Meses después, la poderosa empresa renunció al contrato. (Crisis  de  la democracia de  América  en la  República   Dominicana, 3ra.  Edición dominicana,  Editora Alfa y Omega, Santo Domingo,   R. D., 1999,  pp. 160-61).
Era  tan importante   para  el Presidente   Bosch resolver  el  caso  de la  Esso  y  la  refinería  de  petróleo, que  de una  hora y  dos  minutos  de  conversación,  ese  tema  ocupó  la  tercera  parte.
En  gran  medida, el  Presidente  Danilo  Medina que  hablaba  en  la  Asamblea   Nacional, el  pasado  27  de  febrero, con  el  contenido y   el  tono  de    sus  palabras, rememoró   al  Presidente  Bosch  de 1963 y de  siempre. Advirtió: “El  oro que  subyace en  la patria de Duarte, Sánchez,  Mella  y Luperón es  del  pueblo dominicano. Y de  nadie más.”
Lo que  siguió después  es   historia  conocida.
Todo  responde al  tiempo  que  viven América   Latina y   toda   la   humanidad. Se  trata  de un  cambio  de  época, no  necesariamente  una  época  de   cambios. Esto  quedó  definido  en  las  conclusiones  de  la  V Conferencia General   del  Episcopado  Latinoamericano, celebrada en  Aparecida,  Brasil, con la presencia del Papa  Benedicto XVI,  en  mayo  de   2007. Al  tema  nos  hemos  referido en  artículos publicados en  el suplemento Areíto,  de este  periódico, en los meses de  febrero y  marzo  pasados, con  el  título de  “Imprenta  e   internet: las  grandes  eras  de la  historia”.
A pesar  de la  crisis  financiera  y económica  global,   avanza  la ola   de  gobiernos progresistas y  de  izquierda   en  América  Latina y   se  proyectan  con  fuerza  los  países  emergentes del  mundo  con el  crecimiento más   rápido  de sus  economías,  agrupados en  el   Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). También  a  principios  de la  década de  1960  se  vivía un  momento   especial, independientemente  de que  entonces  se  produjeran  las  contradicciones  más  sonadas  de la  etapa de la   Guerra  Fría,  como fue  la  crisis  de los  misiles entre  los  Estados  Unidos  y la  Unión   Soviética,  por los  cohetes  rusos  instalados en  Cuba,  en  octubre  de   1962.  A  ese   panorama se  refirió el profesor Bosch,  en  su  discurso de juramentación  como presidente, el  27 de  febrero  de 1963:
“Como  país  americano  nos  hallamos en el  centro de  la  gran  corriente  revolucionaria que  está  sacudiendo al  Nuevo  Mundo,  y   si tomamos en cuenta que  esa  fuerza  poderosa es más  potente en  países  que no  pudieron  desarrollarse  a tiempo debido  a que se lo impidieron las  tiranías   u  otras   fuerzas  sociales  negadas  al  progreso,  debemos  admitir  que en la  República   Dominicana  estamos  obligados a  avanzar de prisa, tan  de prisa  como   sea  posible  sin salirnos  en momento alguno  de las  formas  democráticas…”.
 El presidente  Danilo  Medina está  correspondiendo,  con  creces,  con la  cuota  que  le  toca en  este proceso,  como han  de hacerlo también  los  funcionarios  públicos  y   cada  ciudadano.
La  recuperación de la  dignidad  nacional  y  la capacidad de  soñar, con  gestos  y  acciones como  las del   histórico 8 de  mayo,   en un mundo  turbulento,  constituyen  el  mejor  homenaje  de los  dominicanos al Padre  Fundador  de la   República, Juan  Pablo  Duarte,   en su  bicentenario, en  esta  hora memorable  de  Medina.

TOMADO DEL PERIODICO HOY

A propósito de La Trinitaria

Por DIÓMEDES NÚÑEZ POLANCO 

Era tan  profundo el compromiso que había contraído cada  uno de los trinitarios  con la  causa redentora  de su pueblo, que cuando se presentó  la coyuntura, la oportnidad de  proclamar   la fundación de la  República  Dominicana, su  acción resultó exitosa. Se realizó  en tiempo  récord: seis  años.
Sin  caer en la  ligereza de  entender que los  hombres  hacen  la historia, pues  figuro entre los que  creen que  ésta es la que en su conjunto de complejidades  produce a los  personajes que la  conducen, el  rol excepcional de  Juan  Pablo  Duarte en  ese  proceso está  bastante  definido  y  documentado.  Concibió el proyecto  y la  acción. Así lo explica Juan   Bosch:
“Lo  primero que  hizo Duarte fue  creer, como lo  creyó, que un país que   para   el año   de la fundación de La Trinitaria (1838) no debía  tener más  de  100  mil  habitantes, si es que  llegaba  a  tenerlos, pudiera  establecerse  una  república  independiente capaz de sostenerse durante  mucho tiempo. (…) Y  sin embargo  Juan  Pablo  Duarte tuvo el coraje de creer que en un territorio  pequeño,  deshabitado e  incomunicado interior y  exteriormente podía   establecerse (…).  Para  creer  eso   era  necesario tener una  fe inconmovible en la  capacidad   de lucha  del pueblo   dominicano, y Duarte  la tuvo”.
Y  pasaba  a precisar las condiciones de sus miembros:
“Una  cosa  es s tener  una creencia y poner en ella a toda  la fe de que es  capaz el alma  humana y otra  cosa es dedicarse a convertir  esa  creencia   en realidad, y  Duarte fue capaz de hacer  esto último.  Ahora bien, para  hacerlo tuvo que  escoger   un  método de organización de   los  dominicanos que  pudiera  dar  resultados,  y lo que debe  sorprendernos  es que  el método  escogido fuera el  de  fundar  una asociación  secreta  formada por  doce hombres, todos  jóvenes, que  el propio   Duarte  escogió tomando  en cuenta sus  condiciones  intelectuales, morales y  hasta físicas;  es decir,  tomando en cuenta  su calidad.  Para  Duarte, la  lucha que  debía  llevarse  a  cabo tenía que   ser  organizada partiendo  de la  calidad  política y  humana de los que  iban  a  dirigirla.”
Tal como  explicamos en el  artículo anterior, a los  primeros nueve  integrantes  de La  Trinitaria,   fueron  agregados   otros  tres, poco después: Francisco  del  Rosario  Sánchez,  Ramón  Matías  Mella  y Vicente  Celestino  Duarte.
El  sentido de  secretismo y/ o  la  mayor  discreción sobre  los proyectos   patrióticos que  se organizan, como  La  Trinitaria, han  sido  tomados  muy   en  cuenta  por los líderes  a  lo  largo  de la  historia.  Así,  José Martí,  el  Apóstol de la Independencia  de  Cuba, en  su  famosa  carta  a  Manuel  Mercado,  en  vísperas   de su  caída  en Dos  Ríos,  expresa:  “ En  silencio  ha  tenido que  ser, porque  hay  cosas que para realizarlas  han de andar  ocultas.” (19  de  mayo,  1895). Y   el  Partido  Revolucionario Cubano,  fundado  en  abril de  1892  en   los  Estados  Unidos,   contaba  con  unos  “estatutos  secretos”. Fidel  Castro, al  comentar su  experiencia  de  la  expedición anti trujillista  de  Cayo  Confites, de  1947, en la que él participó, criticó  la  falta de  discreción  y de  cuidado  en  la  selección de   sus  integrantes.
Las luchas  independentistas  han requerido de instancias  organizativas  que   conduzcan los procesos. Antes  de que  Duarte  concibiera  el  instrumento dominicano,   Francisco de  Miranda y Simón  Bolívar fundaron en Venezuela,  el 19  de  abril  de  1810,  la  Sociedad  Patriótica. Originalmente  se  creó como   sociedad de  Agricultura  y Economía, y  muy  pronto se  convirtió  en  la  principal  promotora  de la  lucha  contra  el  colonialismo español. Contó con   el periódico Patriota  Revolucionario.
El Partido Revolucionario  Cubano,  la  organización que  dirigió  la última  etapa  de la  guerra de independencia   de  Cuba,  tuvo el  periódico Patria   como  difusor  de  sus ideas sobre  el país y   la  guerra, así como  para dar a  conocer las  actividades  del  exilio  cubano.
En  1898,  Eugenio  María de Hostos fundó  en   Nueva  York  la  Liga de  Patriotas   puertorriqueños, al  convocar  a  los  miembros del   disuelto  Partido  Revolucionario  Cubano (Sección Puerto Rico),  luego del  Tratado de  París, que  puso  fin  a  la guerra  hispano-cubano-norteamericana.
El  pensamiento de Juan  Pablo  Duarte  ha  tenido  tanta  trascendencia en la  historia  nacional,  que  cuando Bosch  renunció  del  Partido  Revolucionario  Dominicano  para  fundar el de  la Liberación Dominicana, anunció  que la nueva  organización tenía como  misión  concluir la  obra  iniciada,  en 1844, por Duarte y los  trinitarios. En  ocasión del bicentenario del nacimiento del   Fundador  de la  República, la  celebración del VIII Congreso peledeísta Comandante Norge Botello  y del  40 aniversario del  PLD,  la entidad creada  el  15  de diciembre de  1973  se  sitúa ante  trascendentales  desafíos.
TOMADO PERIODICO HOY

viernes, 24 de enero de 2014

Domingo Nuñez: PCR es un amplio proyecto democrático, social y solidario

Domingo Núñez Polanco expone en el taller de Sistematización de líneas Organizativas, Doctrinarias y Programáticas del Partido Cívico Renovador.



Domingo Núñez en su exposición expreso:   
“El Partido Cívico Renovador se define como un amplio proyecto   democrático, de justicia social  y solidario inspirado en el  legado de amor a la Patria heredado  de nuestro padre fundador de la República Juan Pablo Duarte,  de nuestro General eterno, héroe de la guerra patria de la Restauración, General Gregorio Luperón, del maestro apóstol Juan Bosch y del líder de masas José Francisco Peña Gómez, entre otros altos referentes históricos que han llenado de gloria el camino hacia  las luchas libertarias en defensa de las mejores causas del Pueblo Dominicano.
El PCR en una concepción de progreso de la sociedad asume como principios irrenunciables los siguientes:
·        Ser un instrumento de promoción de los valores históricos, culturales, socioeconómicos y humanistas de la  República Dominicana.
·        Tiene como proceso de toma de decisiones el centralismo democrático y rechaza cualquier forma de dirección autoritaria o despótica.
·        Objeta el clientelismo político como respuesta a los males que afectan a nuestro país.
·        El PCR constituye un instrumento de Organización  que recoge las aspiraciones, intereses y demandas de la ciudadanía, y se  compromete   con las mejores causas de las grandes mayorías.
·        La participación política debe entenderse como una tarea de servicio público y representación de los diversos intereses y aspiraciones de la sociedad.
·        El Partido Cívico  Renovador  se propone promover  la construcción de una nueva cultura política fundada en  valores; y contribuir a la creación de la dimensión ética e igualitaria de la política sustentada en el humanismo, en el compromiso democrático y la vocación social.
·        El PCR se propone ser un espacios  para el  debate de las ideas, de propuestas, de autogestión ciudadana y de solidaridad  como alternativa   a las formas de hacer política clientelar y populista del liderazgo político tradicional.

 Esta forma de hacer política debe ser compromiso de cada uno de las y los miembros del Partido  no sólo de cara a la sociedad sino también en nuestra actividad  al  interior de la organización, donde debemos actuar con responsabilidad.”

EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

DANIEL BALCÁCER: EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

De  Juan Pablo Duarte  solo se conoce una fotografía hecha en  Caracas  en 1873 cuando el patricio contaba con 60 años de edad.  A...