Este texto es enviado por Napoleón a Fouché, para comunicarle su despido del Ministerio de Policía, donde Fouché era el ministro, luego de que Fouché se pusiera a negociar la paz con los ingleses a escondidas de Napoleón, cuando este se encontraba fuera Francia.
Señor Duque de Otranto:
Sé qué servicios me ha prestado y confío en su lealtad a mi persona y creo en el celo que ha puesto en servirme. Sin embargo, me es imposible conservarle en el cargo de ministro; me expondría con ello demasiado. El cargo de ministro de Policía requiere confianza plena e ilimitada, y esta confianza no puede persistir desde el momento que expuso, en una cuestión importante, mi tranquilidad y la del Estado, lo que a mis ojos no se puede excusar ni con motivos loables.
Su opinión extraña de los deberes de un ministro de Policía no está de acuerdo con el bien del Estado. Sin dudar de su lealtad y fidelidad, tendría que someterle, a pesar de ello, a una vigilancia constante y molesta que no se me puede exigir.
Sería necesario vigilarle por las muchas cosas que usted hace por su propia cuenta, sin saber si corresponden a mi voluntad e intención… No puedo esperar que ha de cambiar usted de actitud, ya que desde hace años mis observaciones ostensibles de descontento no consiguieron en usted cambio alguno.
Basado en la pureza de sus propósitos, no ha querido usted comprender cuanto mal se puede originar con la intención de hacer el bien. Mi confianza en su talento y en su fidelidad es inquebrantable. Espero tener pronto ocasión para demostrar lo primero y utilizar lo segundo en mi servicio.
Atentamente,
Su opinión extraña de los deberes de un ministro de Policía no está de acuerdo con el bien del Estado. Sin dudar de su lealtad y fidelidad, tendría que someterle, a pesar de ello, a una vigilancia constante y molesta que no se me puede exigir.
Sería necesario vigilarle por las muchas cosas que usted hace por su propia cuenta, sin saber si corresponden a mi voluntad e intención… No puedo esperar que ha de cambiar usted de actitud, ya que desde hace años mis observaciones ostensibles de descontento no consiguieron en usted cambio alguno.
Basado en la pureza de sus propósitos, no ha querido usted comprender cuanto mal se puede originar con la intención de hacer el bien. Mi confianza en su talento y en su fidelidad es inquebrantable. Espero tener pronto ocasión para demostrar lo primero y utilizar lo segundo en mi servicio.
Atentamente,
Napoleón Bonaparte.
FUENTE:Elgeniotenebroso/Stefen Sweig
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