Honran
a Lenin
Bertolt
Brecht
I
Muchas veces – y con generosidad- ha
sido honrado
el camarada Lenin. Le fueron
levantados bustos
y estatuas también.
Ciudades y niños llevan su nombre.
Se pronuncian discursos en todos los
idiomas
alabándole.
Desde Shanghai hasta Chicago se
organizan en su honor
mítines y manifestaciones,
pero veamos de qué forma
los tejedores de alfombras de
Kujan-Bulak,
una pequeña aldea al sur del
Turquestán,
honraron a Lenin.
Allí, cada noche, se alzan temblando
veinte tejedores
del mísero telar. Ronda la fiebre.
Zumban los mosquitos en la estación
ferroviaria
que en espesa nube sube de la ciénaga
que está detrás del cementerio de
camellos.
Mas el ferrocarril, que cada dos
semanas
trae el agua y el humo,
un día trajo también la noticia de
que dentro de poco
va a celebrarse la fiesta en honor
del camarada Lenin.
Y todo el pueblo de Kujan-Bulak,
los tejedores, los pobres,
decide que el camarada Lenin debe
tener también
allí su pequeño busto.
Tiritando por la fiebre todos acuden
el día de la colecta,
y con temblorosa mano dan
los kopecs ahorrados con tanto
esfuerzo.
Y Stepa Gamalev, un soldado
del Ejército Rojo, sistemático
contador y hombre espabilado,
se alegra de ese unánime deseo de
celebrar a Lenin.
Pero sus ojos vivos han visto también
las temblorosas manos,
y de pronto lanza una propuesta:
El dinero destinado al busto se
gastará en petróleo
que se derramará sobre la ciénaga
que está detrás del cementerio de
camellos,
de donde vienen los mosquitos que
causan la fiebre.
Así, combatiendo la fiebre en
Kujan-Bulak
será honrado el desaparecido,
pero siempre presente, camarada
Lenin.
Fue aceptada la propuesta, y el día
del homenaje, llevando uno tras otro
sus destartalados baldes
llenos de negro líquido, todos se
encaminaron a la ciénaga
y allí lo derramaron.
Honrando a Lenin se beneficiaron a sí
mismos
Y le honraron cuando a sí mismos se
beneficiaron.
Aquellos hombres le habían entendido.
II
Hemos visto ya cómo el pueblo de
Kujan-Bulak
honró la memoria de Lenin. Derramando
petróleo sobre la ciénaga. Aquella
misma noche,
se celebró una asamblea y en ella
alguien hizo la propuesta de colocar
en la estación
una placa donde contar
el suceso con la referencia clara al
cambio de plan
y la mudanza del busto de Lenin por
el petróleo salvador:
y todo en homenaje a Lenin.
Así se decidió
y así fue hecho.
Bertolt Brecht
Sin líderes revolucionarios no ha
habido ni habrá revolución
En el
aniversario del nacimiento de V.I. Lenin
Gracias a su especial sensibilidad,
capacidad de análisis, constancia, estudio y aplicación de la teoría marxista,
los camaradas de los que se rodeó, circunstancias históricas que vivió,
espíritu de sacrificio y un largo etcétera, consiguió un liderazgo político que
muy pocos discutieron en vida y mucho menos después de que muriera por las
secuelas de los tiros que recibió traicioneramente en agosto de 1918. Su
liderazgo no solo era natural entre l@s comunistas rusos y de otros países de
la III Internacional, sino que era aclamado por las masas de obreros, soldados
y campesinos de su tierra.
A la claridad de ideas y complejidad
intelectual se le sumaba su capacidad para transmitir la verdad revolucionaria
de forma que lo entendiera todo el mundo. Orador profundo y encendido pero a la
altura de su auditorio. Político y pedagogo, solo él pudo acuñar la frase “La
verdad es siempre revolucionaria" y sin andarse con rodeos
practicó hasta su muerte que “La revolución empieza por casa”.
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