El pasado viernes 23 de
septiembre en el marco de la Feria del Libro, el INSTITUTO DE ESTUDIOS SOCIALES
Y POLÍTICOS "EUGENIO MARÍA DE HOSTOS" que preside el Dr. Diomedes
Núñez Polanco, celebró una Tertulia: "Golpe de Estado a Juan Bosch, 53
años después". Los contertulios, todos,
actores directos del hecho histórico en cuestión, le dio al magno evento una connotación de algo verdaderamente trascendental. Allí, los exponentes revelaron hechos y momentos históricos inéditos que tuvieron lugar en esa tragedia dominicana, el golpe de Estado al Gobierno de Juan Bosch.
actores directos del hecho histórico en cuestión, le dio al magno evento una connotación de algo verdaderamente trascendental. Allí, los exponentes revelaron hechos y momentos históricos inéditos que tuvieron lugar en esa tragedia dominicana, el golpe de Estado al Gobierno de Juan Bosch.
En el coloquio-tertulia, la
asistencia fue masiva. La mente y corazón de los más de 600 personas allí
presente siempre estuvo atenta a las exposiciones de cada uno de los
contertulios: Euclides, Arlette Fernández, Blanco Fernández,
Cnel Lorenzo Sanción Silverio, Franklin Domínguez, el intelectual cubano Eliades Acosta y Diomedes Núñez.
Cnel Lorenzo Sanción Silverio, Franklin Domínguez, el intelectual cubano Eliades Acosta y Diomedes Núñez.
El 20 de diciembre de 1962. Ese día, Juan Bosch fue electo
presidente de la República Dominicana, dando inició al gobierno más democrático
conocido por los dominicanos en el siglo xx. El 25 de septiembre de 1963, fue
derrocado, para desgracia de la nación, por una coalición de fuerzas: Un sector
derechizado y antidemocrático de los militares, la iglesia católica, la
oligarquía y embajadas extranjeras.
El "25 de septiembre de 1965 el día amaneció:
“Amaneció plomizo el día. Parecía
que alguien hubiese pasado por los cielos una gran brocha embadurnada en gris.
A ras de mar los encajes amarillentos de la niebla ponían su nota de
demacración. Se perseguían las olas, furiosa cada una por alcanzar la otra, con
una soberbia que aullaba. En la tierra, un poco adentradas, viejas barcas
cansadas ofrecían a los cielos sus vientres hinchados que la carcoma hoyó. Y
dormían de lado las embarcaciones jóvenes recibiendo caricias saladas.
Tendidas en la playa, como alas
tronchadas de algún ave gigantesca, dos velas se arrugaban con la misma brisa
que en días de calma las preñaba… No había luz de sol y era el vacío brumoso
como el agua sucia. Hablaban varios hombres, sentados algunos en la borda de un
viejo cascarón:
—¡Muy mal día¡ — Y van cuatro
así. Allá en el horizonte un cuchillo de sol rasgó las nubes y plateó las aguas.
Y los hombres de mar,
esperanzados, clavaron en el girón de cielo recién iluminado sus ojos que las
tempestades habían serenado.
El sol volvió a esconderse. El
grupo se fue deshaciendo, desparramándose los hombres, y el día seguía plomizo.
Cuando quedaron solos, dirigiéndose al hijo, lleno de mansedumbre dijo:
—Apareja muchacho porque
necesitamos trabajar— El rapaz le miro hondamente, casi con ternura, y él,
comprendiendo, inquirió:
—¿Tienes miedo? —No papá, eso no
-contesto- pero... es una imprudencia.
Tenía razón el hijo. Era una
locura tirarse al mar un día como éste, pero los demás tenían hambre… El
muchacho se alejó con paso tardo.”
Fragmento del cuento de Bosch ”el Sacrificio”
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