MORAL Y LUCES

MORAL Y LUCES

lunes, 25 de junio de 2012

EL EQUIPAJE DE LOS RECUERDOS


No puedo evitar que los rastros de un viaje aventurero hace ya tiempo por el Asia Central se materialicen en la memoria cuando a menudo escucho, leo y veo las noticias sobre un país distante, Afganistán, convertido en el escenario bélico donde se hace realidad la tesis aquella del choque de las civilizaciones.
Treinta y cinco años atrás, esas tierras agrestes eran meras menciones en los libros de historia, la frontera de la Europa imperial tanto por el oriente como por el occidente. En su recorrido conquistador hacia el este, Alejandro Magno y sus ejércitos de griegos y de cuantas nacionalidades había avasallado retornaron desde allí al Mediterráneo. El empuje colonizador británico, que como una tromba avanzaba desde la península malaya y el subcontinente indio, perdió brío apenas traspuso el Paso Khyber, en la frontera afgana-paquistaní. Acomodado en la vastedad asiática, Afganistán dormitaba en su independencia ancestral en medio de la Guerra Fría hasta la invasión soviética en 1979.
Derrotado otro ejército invasor esta vez con la ayuda norteamericana, los talibanes implantaron un régimen teocrático. Al abrigo del islamismo más radical se enraizó allí Al Qaeda y se fraguó el atentado a las torres gemelas de Nueva York. Los antiguos aliados se convirtieron en enemigos y los enemigos en amigos. Curiosamente, el conflicto soterrado entre las dos grandes ideologías cedió el paso a otro con ramificaciones tanto o más complejas y profundas: el Occidente versus el fundamentalismo islámico. Rusia y Estados Unidos son aliados en una guerra que se libra en Afganistán, pero en la que todo el mundo es campo de batalla como ha quedado evidenciado tras atentados terroristas en Moscú, Nueva York, París, Londres, Madrid, Bali, Yemén y tantos otros puntos repartidos por el globo.
Cuando traspuse la frontera en autobús público desde Meshad, en el nordeste de Irán, hasta Herat, estaba lejos de sospechar que poco tiempo después la violencia se abatiría con furor por todo el territorio afgano hasta estos días. Había obtenido el visado de rigor en Teherán y recuerdo que el puesto fronterizo no era más que una caseta desvencijada. Al llegar poco después del mediodía, todos los pasajeros hubimos de esperar que los agentes de migración terminaran de zamparse unos trocitos de cordero que como islotes flotantes se asomaban en un caldo incoloro. A media tarde estábamos en la principal ciudad del occidente afgano, desprovista casi por completo de automotores. Las calles eran ocupadas mayormente por carromatos tirados por caballos enjaezados con cordeles de colores subidos. Era pleno verano y el calor se combatía con las sandías jugosas y de rojo encendido que eran vendidas por todos lados. El mejor hotel del pueblo no pasaba de un dormitorio común y corriente, pero en sintonía con la estrechez financiera de estudiante trotamundos, a merced de cualquier medio de transporte colectivo y albergue en la ruta terrestre de Londres a Delhi, desde la metrópolis hasta la otrora capital colonial.
Mi primer choque frontal con una realidad cultural diferente ocurrió cuando fui a un banco a cambiar dólares por moneda local. No me sorprendió la sencillez de la casa del capitalismo sino la cajera, enfundada en un burka que la cubría por completo salvo por una rejilla al nivel de los ojos y por donde escapaban las miradas y las pocas palabras del inglés indispensable. Sería la mujer quien sufriría toda la severidad de los talibanes, condenada a las cuatro paredes de la casa como único lugar aceptable para el sexo femenino. El burka se convirtió en traje obligatorio en los lugares públicos y se excluyó a las mujeres de la escuela, universidad y del ejercicio de casi todas las profesiones.
Afganistán era y es una sociedad tribal, con la mayoría pastún en el tope de la escala social. El pastoreo constituía entonces una de las principales actividades económicas. En mi viaje, los rebaños de cabras y ovejas guardados por pastores solitarios o varios jóvenes y hasta niños eran parte del paisaje, un cuadro de arena, vegetación escasa, colinas de piedra y un sol que se negaba a dar sombra porque parecía que desde el amanecer estaba en el cénit. Las comidas eran un ejercicio de sobriedad, casi siempre limitadas a un shish kebab montado sobre arroz amarillo y acompañado de pan ázimo, delgado y marcado por las piedras sobre las cuales lo cocían. Uno de estos hornos operaba en una acera, e iluminaba con su fuego cautivo el pedazo de noche a su alrededor.
Los afganos que veía eran taciturnos, como si estuviesen siempre cansados. Se diferenciaban poco, o por lo menos eso pensaba, enfundados en un chaleco sobre un camisón que caía sobre unos pantalones bombachas. El turbante ancho remataba el atuendo y empequeñecía la barba infaltable. En mis apuntes de ese viaje leo que la costumbre era comprar la esposa y que para reunir la suma requerida se precisaba trabajar y ahorrar por lo menos 15 años, dado lo bajo del salario. Que a la larga jornada de trabajo en el campo seguía, como descanso, una pipa cargada de hachís.
Los 1050 kilómetros de Herat a Kabul, la capital, fueron toda una experiencia, desde la compra del boleto hasta el autobús en sí, una máquina que nunca vio tiempos buenos, calurosa y con asientos solo aptos para traseros bien provistos. La hora de partida estaba prevista para que la mayor parte del trayecto se recorriese de noche y no bajo el sol inclemente. La carretera, aún la única que podría llamarse como tal, forma un semicírculo, con Kandahar a mitad de camino, y así evita el corazón del desierto y las escarpadas montañas del centro. Me intrigó que el autobús se detuviese al borde de la vía de doble sentido sin una razón aparente. Habíamos solo dos extranjeros, los únicos que al caer la tarde y durante aquella parada del autobús en el medio de la nada no nos postramos en la arena con el rostro hacia Meca para cumplir con el ritual musulmán de oraciones. Casi todos llevaban una pequeña alfombra, algo común en los musulmanes cuando viajan como ya había comprobado en un tren en Turquía.
Excepto por señas, no había manera de entenderse con el resto de los pasajeros. No que hicieran falta palabras para saber el uso de una especie de bacín que se pasaba de mano en mano para depositar la saliva en exceso generada por un vegetal que la mayoría masticaba. Posteriormente supe que se llamaba "nasuar" y que servía como estimulante. Debió el chofer haber hecho un uso intenso del mismo porque solo él estuvo al frente del volante durante todo el trayecto.
Originalmente y gracias al ingenio de los afganos, la importante vía de comunicación fue construida en partes iguales por los soviéticos y los norteamericanos, empeñados en ganar influencia en un país cuya importancia geopolítica data desde la época en que era paso obligado en la ruta de la seda. He visto innúmeras veces esa misma carretera en las noticias, transitada por equipo bélico pesado, blindados y transportes. Parte de la misma estuvo vedada a las tropas foráneas por el peligro de ataques enemigos. Aún hoy en día hay secciones especialmente peligrosas por los explosivos detonados por control remoto al paso de los vehículos militares. Con frecuencia son atacados los tanqueros cargados de combustible para suplir las tropas y la población civil.
A Kandahar llegamos ya entrada la noche. Cabecera de la provincia del mismo nombre, es junto a Helmand uno de los territorios más hostiles para las tropas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que mayormente se nutre de efectivos norteamericanos. Las bombas terroristas abundan y a pesar de las continuas ofensivas, los talibanes regresan y recuperan el terreno perdido sin presentar batallas abiertas en las que indiscutiblemente serían arrollados por el poderío bélico y superioridad en armamentos de los soldados extranjeros, que cada vez se apoyan más en el ejército regular afgano al que han formado a imagen y semejanza.
Era otro Kandahar el de entonces y la escasa vida nocturna se desarrollaba alrededor de donde se detuvo el autobús para darnos tiempo a cenar. Había allí varias casas de té y lugares donde podía comprarse el ubicuo shish kebab. También un mercado, ya cerrado pero aún con algunos locales iluminados. Caminé por los alredores cuidando de no extraviarme y perder el automotor donde estaba mi reducido equipaje.
Al amanecer llegamos a Kabul. Kilómetros antes me había despertado la animación que se vivía en los alrededores y el ruido del tránsito. Con el cuerpo molido me decidí a buscar el alojamiento que aconsejaba mi guía estudiantil de viaje, que resultó ser una especie de comuna compartida por unos cuantos jipis norteamericanos y unos pocos europeos aventureros. Los huéspedes estábamos repartidos en una casona antigua y un par de bungalós con un patio en el centro como lugar de reunión. El comedor, sin sillas ni mesas, consistía en un salón que daba también a ese patio, cubierto el suelo con una alfombra y almohadones sobre los que nos echábamos. El menú consistía siempre en té, una pizza vegetal y, ¿cómo podía faltar?, shish kebab de cordero. En las noches refrescaba, y si alguien quería bañarse debía avisar previamente al camarero, cocinero, conserje y todólogo, un afgano siempre dispuesto, quien encendía entonces unos leños para calentar el tanque de agua que alimentaba la ducha.
El atractivo de Kabul para la horda de jipis y aventureros estaba en las drogas, sobre todo el hachís cuyo consumo formaba parte de la cultura local. Ejemplo era una pareja con la que compartía el hotel y que había venido desde Alemania en una destartalada furgoneta Volkswagen. A prima noche lucían como dos zombis, con los ojos vidriosos, la mirada perdida e incapaces de articular palabras. Y así durante los cinco días que permanecí en la capital afgana, uno para recoger la visa india y el resto porque era la fiesta nacional y la frontera cerraba por las celebraciones.
Desde mi visita hasta el presente, Afganistán no ha conocido la paz. Cruzar el país de este a oeste como lo hice, es ahora un imposible, sobre todo para un extranjero. La embajada norteamericana, a cuyo centro de información iba a diario a leer los periódicos, la veo en las fílmicas convertida en un objetivo militar e imagino que las medidas de seguridad contrastan con las facilidades de aquella época, sin patrullas militares en las calles, jipis en sandalias merodeando por el mercado y la posibilidad de tomar el té en cualquier lado. Mis recuerdos serán parte de un equipaje que probablemente nunca más viajará en un Afganistán libre de violencia.
Por Anibal de Castro,DL-

GOLPE DE ESTADO A LA PARAGUAYA


Lugo y las alianzas

El golpe de Estado a la paraguaya, que derribó al ex obispo convertido en Presidente, Fernando Lugo, no es motivo de asombro para los que conocen cómo juegan a la política las oligarquías terratenientes en nuestro continente.

Lugo ganó las elecciones con el 41 por ciento de los votos y una ventaja de diez puntos sobre la candidata del Partido Colorado, la tradicional fuente de poder en ese país sudamericano. Pero esos votos no eran de Lugo, Él era la cabeza de una coalición, la Alianza Patriótica para el Cambio, formada por casi treinta organizaciones y partidos, encabezada por el rival de los colorados, el Partido Radical Liberal Auténtico, que aportó más del 60 por ciento de los votos de Lugo, y que en virtud de esa alianza se alzó con la vicepresidencia, en el ahora presidente Federico Franco.

Es decir, que Lugo se encontraba en una situación parecida a la de Juan Isidro Jimenes en 1915 en nuestro país: era Presidente pero sin Congreso.

Por eso, cada vez que intentó imponer una medida, tenía que negociar con los partidos, principalmente con los colorados, que representan los intereses de la oligarquía terrateniente. Sólo el dos por ciento de los propietarios es dueño del 80 por ciento de la tierra en Paraguay.

Por esa debilidad, no es de extrañar que el Congreso le diera la espalda, y tras un juicio sumario lo destituyera de la Presidencia.


El golpe no es justificable, pero se entiende en la realidad oligárquica paraguaya.

Ese es un espejo en que cada país tiene que mirarse. Nosotros también.

atejada@diariolibre.com

Fuente:Diario Libre

domingo, 24 de junio de 2012

GALEANO CUENTA LA INVASIÓN YANQUI A SANTO DOMINGO


EDUARDO GALEANO CUENTA LA INVASIÓN A REPÚBLICA DOMINICANA



1965

San Juan de Puerto Rico
Bosch
La gente se lanza a las calles de Santo Domingo, armada con lo que tenga, con lo que venga, y embiste contra los tanques. Que se vayan los usurpadores, quiere la gente. Que vuelva Juan Bosch, el presidente legal.

Los Estados Unidos tienen preso a Bosch en Puerto Rico y le impiden volver a su país en llamas. Bosch se muerde los puños, a solas en el rabiadero, y sus ojos azules perforan las paredes.
Algún periodista le pregunta, por teléfono, si él es enemigo de los estados Unidos. No; él es enemigo del imperialismo de los Estados Unidos.
- Nadie que haya leído a Mark Twain -dice, comprueba Bosch- puede ser enemigo de los Estados Unidos.

Caamaño

1965

Santo Domingo

  A la tremolina acuden estudiantes y soldados y mujeres con ruleros. Barricadas de toneles y camiones volcados impiden el paso de los tanques. Vuelan piedras y botellas. De las alas de los aviones, que bajan en picada, llueve metralla sobre el puente del río Ozama y las calles repletas de multitud.
  Sube la marea popular, y subiendo hace el aparte entre los militares que habían servido a Trujillo: a un lado deja a los que están baleando pueblo, dirigidos por Imbert y Wessin y Wessin, y al otro lado a los dirigidos por Francisco Caamaño, que abren los arsenales y reparten fusiles.

  El coronel Caamaño, que en la mañana desencadenó el alzamiento por el regreso del presidente Juan Bosch, había creído que sería cosa de minutos. Al mediodía comprendió que iba para largo, y supo que tendría que enfrentar a sus compañeros en armas. Vio que corría la sangre y presintió, espantado, una tragedia nacional. Al anochecer, pidió asilo en la embajada de El Salvador.

  Tumbado en un sillón de la embajada, Caamaño quiere dormir. Toma sedantes, las píldoras de costumbre y más, pero no hay caso. El insomnio, la crujidera de dientes y el hambre de uñas le vienen de los tiempos de Trujillo, cuando él era oficial del ejército de la dictadura y cumplía o veía cumplir tareas sombrías, a veces atroces. Pero esta noche está peor que nunca. En la duermevela, no bien consigue pegar los ojos, sueña. Cuando sueña, es sincero: despierta temblando, llorando, rabiando por la vergüenza de su pavor.

  Acaba la noche y acaba el exilio, que una noche ha durado. El coronel Caamaño se moja la cara y sale de la embajada. Camina mirando al suelo. Atraviesa el humo de los incendios, humo espeso, que hace sombra, y se mete en el aire alegre del día y vuelve a su puesto al frente de la rebelión.
 1965
 Santo Domingo

 La invasión

  Ni por aire, ni por tierra, ni por mar. Ni los aviones del general Wessin y Wessin, ni los tanques del general Imbert son capaces de apagar la bronca de la ciudad que arde. Tampoco los barcos: disparan cañonazos contra el Palacio de Gobierno, ocupado por Caamaño, pero matan amas de casa.

  La Embajada de los Estados Unidos, que llama a los rebeldes “escoria comunista y pandilla de hampones”, informa que no hay modo de parar el alboroto y pide ayuda urgente a Washington. Desembarcan, entonces, los marines.

  Al día siguiente muere el primer invasor. Es un muchacho de las montañas del norte de Nueva York. Cae tiroteado desde alguna azotea, en una callecita de esta ciudad que nunca en su vida había oído nombrar. La primera víctima dominicana es un niño de cinco años. Muere de granada, en un balcón. Los invasores lo confunden con un francotirador.

  El presidente Lyndon Jhonson advierte que no tolerará otra Cuba en el Caribe. Y más soldados desembarcan. Y más. Veinte mil, treinta y cinco mil, cuarenta y dos mil. Mientras los soldados norteamericanos destripan dominicanos, los voluntarios norteamericanos remiendan en los hospitales. Jhonson exhorta a sus aliados a que acompañen esta Cruzada de Occidente. La dictadura militar del Brasil, la dictadura militar del Paraguay, la dictadura militar de Honduras, y la dictadura milita de Nicaragua envían tropas a la República Dominicana para salvar la Democracia amenazada por el pueblo.

  Acorralado entre el río y el mar, en el barrio viejo de Santo Domingo, el pueblo resiste.
José Mora Otero, Secretario General de la OEA, se reúne, a solas, con el coronel Caamaño. Le ofrece seis millones de dólares si abandona el país. Es enviado a la mierda.
1965

Santo Domingo
132 noches

  Ha durado esta guerra de palos y cuchillos y carabinas contra morteros y ametralladoras. La ciudad huele a pólvora y a basura y a muerto.

  Incapaces de arrancar la rendición, los invasores, los del todo poder, no tienen más remedio que aceptar un acuerdo. Los ningunos, los ninguneados, no se han dejado atropellar. No han aceptado traición ni consuelo. Pelearon de noche, cada noche, toda la noche, feroces batallas casa por casa, cuerpo a cuerpo, metro a metro, hasta que desde el fondo de la mar alzaba el sol sus flameantes banderas y entonces se agazapaban hasta la noche siguiente. Y al cabo de tanta noche de horror y de gloria, las tropas invasoras no consiguen instalar en el poder al general Imbert, ni al general Wessin y Wessin, ni a ningún otro general
Eduardo Galeano – Memoria del fuego (3)

82 AÑOS DESPUÉS,VOLVEMOS CON LAS MISMAS RECETAS KEYNESIANAS VERSUS RECESIÓN


Para volver a leer a Keynes, una entrevista a Robert Skidelsky 


“insensatez” de los países dominantes, criticada por la Unasur el pasado viernes, se da en el marco de un “gran experimento” en política económica del mundo desarrollado. Si la primera reacción al estallido financiero de 2008 fue un acuerdo “keynesiano” del G-20 para evitar una recesión como la del ’30, una vez neutralizado el pánico, los gobiernos centrales se inclinaron con alguna que otra excepción por atacar el déficit con la tradicional receta de recorte del gasto público y aumentos impositivos para aplacar a los mercados financieros (a los que acaban de rescatar). Eminente autoridad en John Maynard Keynes, Lord Robert Skidelsky, profesor enemérito de la Universidad de Warwick y autor de Keynes: The return of the master, cree que los países centrales han hecho un gran laboratorio de ensayo con sus propias economías. “Están poniendo a prueba la teoría keynesiana que sirvió para salir de la debacle de los años ’30. Si la consolidación fiscal es la ruta de la recuperación, deberíamos enterrar a Keynes. 
Si por el contrario, los mercados financieros y los políticos que los obedecen son los “asnos” de los que hablaba Keynes, tendremos que pensar qué hacemos con los mercados para poder volver a gobernar”, señaló Lord Skidelsky a Página/12. –El experimento del que usted habla ya lleva más de un año. ¿Cuál es a su juicio el veredicto hasta el momento? –La apuesta es que el ajuste producirá una recuperación de la producción y del empleo. Esta apuesta se basa en la idea de que la inversión pública y el endeudamiento estatal están limitando la inversión privada. Es decir, si se limita la inversión del sector público se liberarán las fuerzas del sector privado. Esto puede ser cierto cuando hay empleo pleno. No lo es cuando hay una reducción de la demanda como la actual. Si uno basa una política en una teoría tan floja, es muy difícil que funcione. Y por el momento lo que pasa en el Reino Unido, en la mayoría de los países de la Eurozona con un par de excepciones y en EE.UU. ahora que se está agotando el estímulo fiscal, parece confirmar las tesis de Keynes. –El contraargumento es que hoy la teoría keynesiana no funciona igual debido a la globalización de los mercados financieros. –Es cierto que uno tiene que tomar mucho más en cuenta el tema de la confianza porque hoy los gobiernos se endeudan con bancos y entidades financieras extranjeras. Esto impone un condicionamiento. Pero no invalida la teoría keynesiana. Lo que puede suceder es que requiere reacomodarla. Por ejemplo, hoy se necesita mucha más coordinación. Uno de los grandes aciertos que siguieron al estallido financiero de 2008 fue la coordinación entre los gobiernos que llevó a un programa de estímulo conjunto en la reunión del G-20 en 2009. Esto sirvió para estabilizar la actividad económica, pero no para restaurarla a su nivel previo. Ahora que el efecto de este estímulo se está agotando, uno puede ver que, por ejemplo, en la Eurozona, el crecimiento es un 4 por ciento menor de lo que debería ser. –Es paradójico que la respuesta del G-20 haya sido keynesiana y que una vez sorteado lo peor se haya regresado a la austeridad. –Creo que la primera reacción fue una especie de keynesianismo instintivo de políticos que no querían ver una repetición de los años ’30. Pero fue más un salvataje que un programa de recuperación. –En la mayoría de los casos la experiencia de la austeridad es negativa: es evidente en Reino Unido y los países periféricos de la Eurozona. Pero hay excepciones como Alemania y Holanda.... –El secreto de Alemania es que tiene mercados para sus exportaciones en países que están creciendo como China. Uno puede tener la peor política fiscal, pero si sus mercados de exportación están florecientes, la economía puede crecer. –Si efectivamente se prueba que la teoría keynesiana sigue tan vigente como antes, ¿qué se hace con los mercados financieros que para prestar exigen ajustes? –La teoría keynesiana se refiere a la necesidad de mantener el nivel de la demanda agregada consistente con el de la utilización de la capacidad económica. Keynes no dijo nada específico sobre los problemas estructurales macroeconómicos, excepto que no debían perjudicar la demanda agregada. Solo en un capítulo Keynes habla de los mercados financieros diciendo que eran inherentemente volátiles debido a la incertidumbre que tienen. Para Keynes la inversión financiera tiene las leyes del mundo de las apuestas: puede salir bien o no. Hay nuevas teorías que parten de estos conceptos. Por ejemplo, el requisito de incrementar los encajes de los bancos para evitar que se excedan en sus préstamos. Esto se está aplicando lentamente. También la idea de reintroducir la ley Glass Steagall que separa a los bancos comerciales y los de inversión para que los bancos no corran apuestas con el dinero de los ahorristas. Son intentos de estabilizar el sistema. Pero estas medidas son un programa de reforma para evitar una nueva crisis, no para salir de la actual. –En algunos países emergentes, después de las crisis vividas en el pasado, se ha reivindicado la idea del superávit fiscal siempre y cuando no afecte el crecimiento. ¿Es esta la mejor manera de independizarse de los mercados? –Es una póliza de seguro, no cabe duda. Pero no me parece muy eficiente. Lo importante no es tanto tener un superávit fiscal continuo sino tener un presupuesto equilibrado dentro de un ciclo económico. La idea de los Fondos Soberanos es ésa. Acumular fondos durante la época de bonanza económica para poder financiar el crecimiento durante épocas más difíciles. Esto es lo que deberían hacer las economías que basan su riqueza en las materias primas. No tanto tener un superávit fiscal para acumular reservas sino usar la ventaja que puede dar un “commodity” para diversificar la economía.

Fuente:Jaque al Neoliberalismo

Marcelo Justo

RELACIÓN DIALÉCTICA ENTRE DESARROLLO TECNOLÓGICO Y DESEMPLEO

El paraíso perdido de la mano de obra
Debido a que las personas en el mundo desarrollado se preguntan cómo sus países volverán al pleno empleo después de la Gran Recesión, podría resultarnos beneficioso echar un vistazo a un ensayo visionario que John Maynard Keynes escribió en el año 1930, titulado “Posibilidades económicas para nuestros nietos”.


La obra de Keynes Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero, publicada en el año 1936, equipó a los gobiernos con herramientas intelectuales para luchar contra el desempleo provocado por las depresiones. Sin embargo, en el ensayo citado al principio, Keynes distinguió entre desempleo causado por crisis económicas de carácter temporal y lo que él denominó “desempleo tecnológico”, es decir, “el desempleo debido al descubrimiento de medios para economizar el uso de mano de obra a un ritmo que supera el ritmo con el cual podemos encontrar nuevos usos para dicha mano de obra”.


Keynes creía que íbamos a escuchar mucho más sobre este tipo de desempleo en el futuro. Pero su aparición, él vislumbraba, sería un motivo de esperanza y no de desesperación. Por que dicho desempleo mostraría que por lo menos el mundo desarrollado estaba en camino de resolver el “problema económico”, es decir el problema de la escasez que mantuvo a la humanidad encadenada a una agobiante vida de trabajos que requerían grandes esfuerzos.


Las máquinas fueron sustituyendo rápidamente al trabajo humano, ofreciendo la perspectiva de una producción mucho mayor con una fracción del esfuerzo humano existente. De hecho, Keynes creía que hasta aproximadamente la época actual (es decir, hasta principios del siglo XXI) la mayoría de las personas tendrían que trabajar tan sólo 15 horas a la semana para producir todo lo que necesitaban para su subsistencia y comodidad.


Los países desarrollados en la actualidad son casi tan ricos como Keynes pensó que serían, pero la mayoría de nosotros trabajamos mucho más de 15 horas a la semana, aunque sí es cierto que tomamos vacaciones más largas, y que el trabajo se ha tornado menos exigente en lo físico, por lo que nuestras vidas son más longevas. Pero, en términos generales, la profecía de un gran incremento en el tiempo libre para todos no se ha cumplido. La automatización se ha llevado a cabo a un buen ritmo, pero la mayoría de los que trabajamos todavía trabajamos un promedio de 40 horas a la semana. De hecho, la cantidad de horas de trabajo no han disminuido desde principios de la década de 1980.


Al mismo tiempo, el “desempleo tecnológico” ha ido en aumento. Desde la década de 1980, nunca nos hemos recuperado los niveles de pleno empleo de las décadas de 1950 y 1960. Si bien la mayoría de las personas todavía tiene una semana laboral de 40 horas, una minoría sustancial y en aumento ha tenido tiempo libre no deseado, que le fue impuesto en la forma de desempleo, subempleo, y retiro forzado del mercado laboral. Es más, durante el periodo en el que nos recuperemos de la recesión actual, la mayoría de los expertos espera que dicho grupo minoritario y sustancial crezca y se haga aún más grande.


Lo que esto significa es que hemos fracasado en gran medida en lo referente a convertir el creciente desempleo tecnológico en creciente tiempo libre voluntario. La razón principal para esto es que la mayor parte de las ganancias productivas logradas durante el transcurso de los últimos 30 años ha ido a parar a manos de los ricos.


Particularmente en los Estados Unidos y Gran Bretaña desde la década de 1980, hemos sido testigos del retorno “despiadado y cruel” del capitalismo, que fue vívidamente descrito por Carlos Marx. Los ricos y los muy ricos se han tornado en mucho más ricos, mientras que se han estancado los ingresos de todo el resto. Por esto, la mayoría de las personas no están, en los hechos, cuatro o cinco veces mejor de lo que estaban en el año 1930. No es de extrañar que dichas personas se encuentren trabajando más horas de las que Keynes pensó que trabajarían.


Pero hay algo más. El capitalismo exacerba, a través de todos los poros y de todos los sentidos, el hambre por el consumo. La satisfacción de dicha hambre se ha convertido en el gran paliativo de la sociedad moderna, nuestra falsa recompensa por trabajar cantidades irracionales de horas. Los avisos publicitarios proclaman un único mensaje: usted encontrará su alma en lo que compre.


Aristóteles conocía de la insaciabilidad, pero solamente como un vicio individual, él no vislumbró la insaciabilidad colectiva, esa insaciabilidad políticamente orquestada que llamamos crecimiento económico. La civilización de “siempre más” le hubiese impresionado por ser una locura moral y política.


Además, dicha civilización, luego de superar un punto determinado, también se convierte en locura económica. Esto no es sólo o principalmente porque, más pronto que tarde, nos habremos topado con los límites naturales del crecimiento. Esto es debido a que no podemos continuar por mucho tiempo más economizando el uso de la mano de obra a un ritmo mayor del que podemos encontrar nuevos usos para la misma. Ese camino conduce a una división de la sociedad: a un lado una minoría de productores, profesionales, supervisores, y especuladores financieros, y al otro lado una mayoría de zánganos y personas que no pueden trabajar.


Aparte de enfrentar implicaciones morales, una sociedad se enfrentan ante un dilema clásico: ¿cómo conciliar la incesante presión consumista con ingresos estancados? Hasta ahora, la respuesta ha sido pedir prestado, lo que condujo a la masiva deuda que en la actualidad atormenta a las economías avanzadas. Obviamente, esto es insostenible, y por lo tanto no existe absolutamente ninguna respuesta, ya que ello implica colapsos periódicos de la maquinaria de producción de riqueza.


La verdad es que no podemos continuar automatizando nuestra producción de manera exitosa sin repensar nuestras actitudes hacia el consumo, el trabajo, el tiempo libre y la distribución del ingreso. Sin dichos esfuerzos de pensamiento social creativo, la recuperación de la crisis actual será simplemente un preludio de más calamidades devastadoras en el futuro.

Robert Skidelsky
FUENTE:

LA CRISIS FINANCIERA Y SU REPERCUSIONES AL COMERCIO


 Un cambio de época

Otros conceptos de economía

“Las campanas que doblan hoy por los que mueren de hambre cada día, doblarán mañana por la humanidad entera si no quiso, no supo o no pudo ser suficientemente sabia para salvarse a si misma.” Fidel Castro, 1996

Resumen:
El Banco Mundial observa que la crisis financiera ha perjudicado el comercio mundial por la contracción del crédito. La liquidez es escasa en tiempos de crisis, la gente protege su dinero, deja de invertir y consumir porque prefiere ahorrar para los tiempos malos que predicen avecinarse, y eso es como un efecto multiplicador entre las personas; toda esa riqueza deja de circular causando una gran parálisis en el mercado, lo que a su vez acentúa el círculo vicioso que lleva a que la crisis se profundice.
Esta crisis ha desafiado la validez en tiempos actuales, de los pensamientos y teorías económicas con las cuales se había venido fundamentando las políticas y sistemas económicos.
¿Acaso nos encontramos frente a una época de cambios o un cambio de época?

I. Introducción
En un principio fueron los tulipanes. Ya habían maravillado a los persas y seducido al Imperio Otomano pero fueron al ser introducidos en Europa a mediados del siglo XVI que desataron la primera gran histeria financiera. Un bulbo de Semper Augusto (la variante más codiciada con sus pinceladas rojas y blancas) podía valer tanto como una mansión en el canal más exclusivo de la próspera Amsterdam de esos días. Se dice que un retoño llegó a venderse por 5.500 florines, cuando poco después se pagarían 1.600 a Rembrandt por el encargo de unos de sus cuadros más famosos. Devenidos en el artículo de lujo por excelencia, los tulipanes terminaron llevando a muchos a la ruina. Fue del frenesí por una delicada flor a la que le lleva siete años crecer desde la semilla donde nació la primera gran burbuja de la historia.
La buena noticia para todos en medio de la famosa crisis financiera de este nuevo siglo, es que ésta se ha producido, para bien y para mal pensaría, considerando que esperar aun más tiempo para una muerte anunciada no nos hubiera ayudado en nada, no hubiera podido sostenerse más tratando de esconder a la humanidad entera, la falta de medidas que no se tomaron a tiempo y de acciones que perjudicaron y cuyas afectaciones las habíamos venido sintiendo; hubiera sido un golpe mayor si hubiera esperado unos años más en explotar aunque ahora no son tulipanes los cuales demoraban siete años en crecer, ahora son activos financieros que se los negocia en los mercados segundo a segundo. No solo la diferencia del tiempo invertido es abismal sino las consecuencias actuales no se han visto en tal magnitud.
Es por esto que durante los tres últimos años se ha venido escribiendo y analizando sobre temas relacionados a la crisis y estas reflexiones nos han llevado a mirarla desde varios puntos, financiero, comercial, geopolítico, social, etc. Sin embargo, con toda la inyección de dinero inorgánico que se realizó a los mercados y a los bancos, para el presente 2010 se suponía estar mostrando signos de recuperación. Esto no ha sucedido así, sólo fue el inicio de una serie de afectaciones en las economías y por ende al comercio de los países. Todo esto nos llama a considerar por qué no han existido soluciones efectivas, ¿acaso con todos los avances científicos y de la evolución del pensamiento, no debió alguien haber planteado una salida efectiva a estos problemas?
Esta crisis ha desafiado a políticos y economistas, y las respuestas han variado entre regiones y profesionales vinculados a diferentes escuelas de pensamiento económico, sin tener aun una medida o un planteamiento efectivo. ¿Estaremos entonces frente a un cambio de época, donde el capitalismo financiero necesita un cambio fundamental? Me atrevería a decir que si, pero aun no hay quien tenga una propuesta valedera, pareciera que estamos atónitos frente a los que está sucediendo, nuestras proyecciones están fallando y hay factores que no estamos controlando.
En el presente artículo abordaré una pequeña reseña sobre la crisis financiera, causas y efectos principalmente hacia el comercio, el cual se ve afectado por la escasez de inversión, financiación, precios y el cambio de medio de pago a sistema de pagos.
II. La crisis financiera y el pensamiento económico
Hace mucho tiempo que los países empezamos a hacer dinero del dinero, es decir, consumidores ganaban dinero con los precios inmobiliarios, y usaban sus ganancias para comprar televisores de pantalla plana de China con sus tarjetas de crédito. Los banqueros hacían dinero creando valores complejos y apalancamientos para que cada vez más consumidores pudieran ingresar al juego crediticio. Cuando esta enorme burbuja explotó, creó un cráter tan profundo que no se alcanza a ver el fondo, porque ese agujero es producto de falta del reglas claras y de falta de sustento de los activos financieros.
Es por esto que se sostiene que la primera crisis financiera global del siglo XXI, conocida por todos como “crisis subprime” , no es solo originada por el sector inmobiliario estadounidense, hay que mirar trasfondo y ver cómo hemos pasado a una “economía financiera inflada” en relación a la economía real; éstas son como dos caras de una misma moneda en juego pero el mundo le apostó sobre lo financiero que da “más dinero” al ser especulativos.
Obviamente la economía financiera se encuentra mayoritariamente en juego en los países desarrollados, y si estamos hablando de que la crisis se produjo justo allí, es sencillo concluir de que muy difícilmente admitirán el problema que se ha suscitado en los mercados mediante cambios trascendentales, pues en sencillas palabras, nunca se atreverán a perder el control del mundo, y sumado a la época donde la “globalización” es un factor a seguir en todo el mundo, los países nos hemos visto afectados por problemas que se originaron en otra parte.
El sistema capitalista necesita de la financiación para existir, sin embargo el poder de 10 a 1 sobre la economía real, incentiva una serie de temores que nos hablan de empresas multinacionales, de fondos de inversión, etc. que son mucho más poderosos que países enteros y que disponen de las herramientas para someter a la justicia y otras leyes fundamentales.
Claramente esta crisis se ha expandido por todo el mundo como un virus. Todo apunta a que la humanidad se encuentra en un punto de quiebre de donde saldrá una humanidad distinta, el pensamiento económico está en un punto de prueba intensiva donde se requieren medidas audaces. Todavía tenemos mucho qué aprender, pero tendremos que aprender rápido en esta ocasión o ir aprendiendo en el camino, pues se encuentra en juego el bienestar de la humanidad.
Pese a que los errores del sector financiero-bancario dieron impulso a esta crisis, el papel que jugaron los Estados con la Banca y la idea de que la rentabilidad del sector financiero podía ser lo único y más importante, nos ha puesto en la entrada de la recesión de las economías más industrializadas y la desaceleración de la gran mayoría de las economías emergentes afectando al comercio no solo de esos países sino de todos aquellos que dependemos de los grandes para exportar.
Por otro lado esta crisis nos ha vuelto a cuestionar sobre el papel que deben desempeñar los Estados en la economía. Realizando una analogía de las respuestas surgidas durante la Gran Depresión en 1930; la calidad intelectual de entonces supera a las hipótesis planteadas en la actualidad, pareciendo que el tiempo se hubiese detenido y la Ciencia Económica no hubiese avanzado desde entonces.
Friedrich Hayek sostuvo que los procesos de inflación artificial del dinero y del crédito llevado a cabo por las autoridades monetarias, eran el principal desencadenante de los ciclos expansivo-recesivos (fiscales y monetarios), para los periodos recesivos solo pospondría los ajustes económicos necesarios: es decir las fases de “sana recesión” que permitirían depurar los procesos de inversión insostenibles acometidos en el pasado (durante las fases de exuberancia irracional), y devolver los precios sobrevaluados de los activos a su valores reales previos a la creación de la burbuja monetaria.
En cambio Keynes defendía que en los episodios recesivos el gobierno debía intervenir para sostener la demanda agregada y recuperar el pleno empleo. No obstante, desconfiando del impacto real de los impulsos monetarios sobre la liquidez, se mostraba partidario de las expansiones fiscales. La simple idea de que el gasto público movía el consumo y la inversión, a través de los conocidos efectos multiplicadores de muy dudosa relevancia, echó por la ventana la posición que habían mantenido los autores clásicos de que las políticas de austeridad, debían ser un elemento clave y saludable que caracterizase la ejecución de la política fiscal.
Las ideas propuestas por Keynes rompieron con la economía neoclásica que predominó hasta ese momento. De una lógica de largo plazo, de un estado de mínima intervención, del equilibrio general con pleno empleo, de una creencia de precios y salarios flexible; se pasó a una lógica de corto plazo, de intervención estatal y de un equilibrio con desempleo. La evolución de las ideas macroeconómicas siguió su curso. Pero con la crisis económica actual, muchas críticas se han recibido acerca de la macroeconomía, indicando que esta adolece de grandes fallas y defectos que le impiden anticipar, analizar y solucionar la actual situación económica internacional, por lo que se aboga por una reconstrucción y un cambio de paradigma de la misma; en segundo lugar, es que esta cada vez más se apoya en modelos de una excesiva matematización y tecnificación que se alejan del mundo real.
Para los tiempos actuales no se ha vislumbrado una teoría propuesta que pueda dar frente a estos problemas en las economías y en las finanzas, lo único que se ha hecho hasta ahora es criticar el pensamiento económico con el que nos habíamos venido sosteniendo; y es que casi todos esos conceptos macroeconómicos están desapareciendo por su incapacidad de dar respuestas en el contexto actual del mundo dado que las finanzas internacionales han ido cobrando una mayor importancia y trayendo consigo fenómenos desconocidos aun para la humanidad. El economista Paul Krugman, premio nobel de economía en el 2008, piensa que los supuestos de “racionalidad” en los agentes económicos y de los “mercados perfectos” que subyacen en los modelos económicos actuales deben ser abandonados, ya que en el mundo real los agentes y los mercados no tienen toda la información disponible.
Posiciones contrarias y que no ven fallas estructurales en la macroeconomía dominante en su capacidad de pronóstico y solución a la crisis económica actual es la del economista John Cochrane, de la Universidad de Chicago, que plantea que una crisis como la actual es por naturaleza imprevisible y que esta situación constituye una prueba de que los mercados son eficientes, ya que la teoría afirma que nadie puede predecir hacia dónde van los mercados ni cuál es el valor fundamental de un activo: ni los reguladores, ni los analistas financieros ni los economistas académicos.
En medio de esta polémica, considero que la actual crisis es más profunda y compleja de lo que inicialmente se pensó. Los problemas seguirán apareciendo y estando presentes dado que nos encontramos en un punto de quiebre para la humanidad donde se vive no una época de cambios sino un cambio de época que sin duda marcará el curso de la historia.
III. La crisis financiera y sus afectaciones al comercio
La globalización terminó siendo un arma de doble filo y lejos de proporcionar equilibrios maximizadores , niveló siempre hacia abajo, aumentando la desigualdad entre los países. La crisis hipotecaria, hasta el momento, se ha saldado con numerosas quiebras financieras, nacionalizaciones bancarias, constantes intervenciones de los bancos centrales de las principales economías desarrolladas, profundos descensos en las cotizaciones bursátiles y un deterioro de la economía global real. Los gobiernos se afanan en devolver la estabilidad al sistema financiero y combatir la recesión a corto plazo con programas monetarios y fiscales expansivos .
El Banco Mundial observa que la crisis financiera ha perjudicado el comercio mundial por la contracción del crédito. La liquidez es escasa en tiempos de crisis, la gente protege su dinero, deja de invertir y consumir porque prefiere ahorrar para los tiempos malos que predicen avecinarse, y eso es como un efecto multiplicador entre las personas; toda esa riqueza deja de circular causando una gran parálisis en el mercado, lo que a su vez acentúa el círculo vicioso que lleva a que la crisis se profundice.
Con la crisis financiera también se han presentado los índices más elevados de desempleo de los últimos tiempos, iniciando en Estados Unidos , hasta la reciente crisis en España , consideramos a este un factor que afecta el comercio dado que las industrias que se han visto afectadas por este fenómeno.
Como decía, esto es una cadena donde todo está en juego.
Pero iniciemos enfocándonos en la parte relacionada directamente al comercio, el crédito o financiamiento.
Alrededor del 80%-90% del comercio mundial depende de la financiación del comercio (en su mayor parte de corto plazo) y no cabe duda de que el mercado de la financiación del comercio atraviesa por dificultades.
Aunque la financiación del comercio suele ser una financiación sólida, que se basa en prácticas y procedimientos que los bancos y los comerciantes utilizan desde hace tiempo, con garantías firmes y operaciones de crédito documentadas, parecía haber “resistido” bastante bien durante 2007 y principios de 2008, a lo largo de estos dos últimos años se fue viendo que la falta general de liquidez afectaba al suministro de créditos comerciales. La refinanciación de estos créditos se hacía cada vez más difícil, y la concesión de préstamos se veía afectada por la revaluación general de los riesgos relacionados con el empeoramiento de la coyuntura económica mundial. Los márgenes de los créditos comerciales a corto plazo se dispararon hasta alcanzar de 300 a 600 puntos básicos por encima del LIBOR , frente a los 10-20 puntos básicos que se registran en períodos de normalidad. Ha surgido un déficit de mercado entre los principales proveedores de financiación del comercio, que los principales bancos privados de Wall Street calculaban que ascendía en noviembre de 2008 a aproximadamente 25.000 millones de dólares, en un mercado mundial de financiación del comercio con un valor estimado de unos 10 billones de dólares anuales. Algunos grandes bancos han comunicado en varias ocasiones que la falta de capacidad de financiación les ha impedido financiar operaciones comerciales.
El problema de la liquidez se ha propagado a los países en desarrollo, a los que corresponde un tercio del comercio mundial y que ahora se enfrentan a los mismos problemas para obtener cartas de crédito y otros instrumentos de financiación del comercio en el mercado local. Según una encuesta conjunta del FMI y la Asociación de Bancos para la Financiación y el Comercio.
Es muy probable que la escasez de financiación del comercio precipite la desaceleración del comercio y la producción mundial. Cada vez hay más pruebas de que el funcionamiento de las cadenas de suministro se ve perturbado por la falta de financiación para los proveedores de los países en desarrollo.
Sigamos puntualizando factores afectados para el comercio. En este caso el cierre de empresas, el despido de trabajadores acrecienta más la crisis. Nadie querrá invertir ni gastar más de lo necesario y muchas personas no podrán pagar sus créditos, nadie querrá tomar nuevos créditos por lo que el sector financiero que es uno de los elementos que mueve la economía, puede colapsar también.
Así mismo las empresas para poder salir de sus inventarios tendrán que ofrecerlos a bajos precios, trabajando a pérdida, lo que afecta indudablemente su capacidad de producción, y como la capacidad de producción de un país, es la sumatoria de todos los factores y elementos productivos, terminará el país entero en problemas.
Sin duda alguna el impacto de esta crisis recae en las afectaciones al comercio internacional: “exportaciones”, derivado del propio peso relativo de Estados Unidos, ocasionando caídas importantes en las exportaciones provenientes de muchos países en desarrollo o subdesarrollados como el nuestro que depende en casi el 50% de las exportaciones hacia este país.
La crisis afecta directamente al bolsillo de los consumidores americanos lo que obliga a cambiar la estructura y patrones de consumo afectando las exportaciones. Las exportaciones petroleras y algunas agrícolas se mantienen porque son bienes necesarios para la economía estadounidense pese a que el precio del petróleo no se ha recuperado por completo desde sus más bajos niveles cuando estalló la crisis.
Otro punto importante a destacar es que las empresas de bienes de capital han desaparecido como resultado de los errores empresariales inducidos por el crédito barato y porque los precios de los bienes de consumo han empezado a comportarse relativamente menos mal que los de los bienes de capital. A partir de este momento se inicia un inevitable reajuste que, sumado a los problemas de caída de la producción y aumento del desempleo, se está añadiendo un muy negativo aumento de los precios de los bienes de consumo (recesión inflacionaria o "estanflación").
En la historia ha ocurrido varias veces y es el hecho de que el dinero ha dejado de ser confiable como unidad de medida del valor fundamental para el intercambio. Pues, cuando ello ocurre, deja el dinero de servir para acumular riqueza y reservar valor; ya no sirve tampoco para la coordinación intertemporal de las decisiones (pues ahorristas y endeudados no pueden saber lo que vale lo que tienen hoy y lo que podrán tener mañana), y se entorpece seriamente incluso la función del dinero como medio de intercambio universal. Es por que a mi parecer la causa fundamental de esta crisis reside en la distorsión y el cambio que ha ocurrido a nivel de la “esencia” y las funciones del dinero. Y que, si es así, la crisis no se superará hasta que el dinero recupere su capacidad de cumplir correctamente sus funciones esenciales. Y es así como los rescates financieros que están implementando actualmente los gobiernos de muchos países no hacen sino agravar la crisis y postergar su superación, toda vez que contribuyen a acentuar la distorsión del dinero y dificultar que cumpla sus funciones esenciales.
Las monedas de los mercados emergentes, también en un contexto de alta volatilidad cambiaria, se fortalecen respecto del dólar, viéndose afectado nuestro país al depender de la moneda del país causante de esta crisis y cuyo respaldo ha quedado en nubes y meramente enfocada en lo estético.
Esta grande crisis será muy profunda, y durará hasta que no se cree un nuevo sistema monetario: un dinero de nuevo tipo, que valga, que esté respaldado, y que suscite la confianza. Ello requiere, a su vez, un nuevo orden político, institucional y jurídico. Es así como aparecen a la palestra de este cambio de época una propuesta de pasar de un medio de pago a un sistema de pagos, nos acercamos a la “moneda virtual”. Esto será un cambio que ineludiblemente tendrá que atravesar el comercio, por ahora se están planteando las iniciales propuestas para esta implementación; los más avanzados. Europa con el SEPA. Ecuador y la región latinoamericana con el SUCRE (SISTEMA UNICO DE COMPENSACIÓN REGIONAL)
IV. Últimas reflexiones: conclusiones y recomendaciones
El consumidor estadounidense ya no puede ser el motor de la economía mundial. Para evitar una depresión mundial, otros países deben también estimular su economía nacional. Sin embargo, los países de la periferia, sin gran superávit de exportaciones, no están en situación de aplicar políticas anticíclicas.
El sistema financiera internacional colapsó siguiendo la caída de expectativas del mercado de USA. Se presentó escasez internacional de liquidez. Caída de los niveles de inversión y generación de empleo, desaceleración de la economía mundial y la caída consigo del comercio internacional y la inversión.
Si bien la crisis comenzó en Estados Unidos, ahora es mundial. Llegó a ser mundial porque el régimen financiero es mundial
El comercio mundial está experimentando una caída significativa y el riesgo de proteccionismo está resurgiendo. Se debe evitar dicha tendencia y evaluar los efectos sobre los países más dependientes en su crecimiento de la exportación a terceros. Respecto a los países en vías de desarrollo, es la oportunidad para rehacer las normas que regulan la ayuda que les va dirigida y su papel en el concierto mundial. Estos países no tienen capacidad para inyectar paquetes de estímulo que sean efectivos en un corto plazo de tiempo por lo que la unión entre estos países se vuelve necesario.
Para América Latina la dependencia de la región en la economía global es muy grande. El impacto general es una caída en las tasas de crecimiento de estas naciones. Ante esto una de las propuestas siempre ha sido diversificar los mercados de exportación, aunque esto es visto como una medida que dará resultados a mediano y largo plazo, es necesaria para terminar con la dependencia de la que nos hemos visto beneficiados y pero mayoritariamente perjudicados a lo largo de la historia.
Nos queda aun un largo camino por recorrer, dado que todas las circunstancias del actual escenario en el que nos desenvolvemos, nos llama a estar preparados o a preparase en el camino, para un cambio de época que tendrá eco en la historia.

Autor: Tania Katherine Tenesaca Salazar

19-09-2011


V. Bibliografía
Libros de consulta
Crisis, poscrisis y cambio de época: entre los límites del desarrollo y el desarrollo que nos planteamos (Capítulo 1), CEPAL 2009
El Imperialismo, fase superior del capitalismo, Lenin (edición 1964)
Crisis Financiera: guía para entenderla y explicarla. Juan Torres López (Editorial ATTAC España, 2009)
Artículos y publicaciones de consulta
Robert Brenner: Una crisis devastadora en ciernes, Enero 2008.
El fin de un ciclo: ALCANCE Y RUMBO DE LA CRISIS FINANCIERA, François Chesnais.
Un paseo por la crisis económica mundial, Lilia Beatriz Sánchez Salamanca
http://www.eumed.net/rev/ea/03/lbss.pdf
Algunas reflexiones sobre la actual crisis financiera en vísperas de la Cumbre de Londres del G20. Dr. Miguel Alonso, Universidad Rey Juan Carlos en Madrid. http://www.institutoacton.com.ar/articulos/malonso/artalonso1.pdf
El sistema Financiero Mundial. Departamento de Estado de Estados Unidos, E-Journal USA, mayo 2009.
Páginas Web
www.wto.org
www.worldbank.org
www.zonaeconómica.com

VENEZUELA RETIRA A SU EMBAJADOR DE PARAGUAY Y LE CIERRA EL GRIFO DE SU PETROLEO


Caracas se suma así a los países que se oponen a la destitución del presidente Lugo con medidas concretas.  
Siguiendo los pasos de Argentina y Brasil, Venezuela retira a su embajador de Paraguay. Además, el presidente Hugo Chávez anunció que su país interrumpe la ventas de petróleo a este país. “He ordenado retirar a nuestro embajador de Asunción (...). Y también vamos a retirar el envío de petróleo. Lo sentimos mucho, pero nosotros no vamos a apoyar para nada ese golpe de Estado”, dijo el presidente venezolano Hugo Chávez durante una intervención en Caracas. "Para nosotros el presidente del Paraguay sigue siendo Fernando Lugo”, dijo el presidente, que tachó lo ocurrido en Paraguay de “golpe de estado ilegal e inconstitucional”, ya que -dijo- "siempre que gobiernan la burguesía y la derecha ocurren estas cosas". Ningún país de la región de América Latina reconoce el gobierno del ex vicepresidente Federico Franco. No en vano, una gran mayoría de los gobernantes de los estados vecinos de Paraguay calificaron los sucesos de “golpe de estado”. Previamente, Argentina y Brasil también la retiraron a sus embajadores de Paraguay. Artículo completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/47810-Venezuela-retira-a-su-embajador-de-Paraguay-y-le-cierra-grifo-de-su-petr%C3%B3leo

LATINOAMERICA : ¿VIENE UNA "PRIMAVERA ÁRABE" PARA ACÁ


Los dueños del poder global profundamente enquistados dentro de las estructuras de poder públicas y privadas de Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Europea, han desatado un nuevo tipo de guerra: instigan y controlan a su favor violentas insurrecciones populares dentro de países víctima. A la primera ola la bautizaron la “primavera árabe”. ¿Se viene ahora una según ola a la que llamarán “primavera latinoamericana”? Aunque pareciera que la insurgencia violenta aún no está en los planes inmediatos de esa venidera “primavera latinoamericana”, existen sin embargo indicios de crecientes actividades de guerra psicológica disfrazada de “pro-democracia”, “pro-derechos humanos” por parte de agencias y ONG que dicen brindar “asistencia”, y que operan a través de entes locales alineados con los intereses de EEUU, Reino Unido y la Unión Europea en nuestra región. Encendiendo la cerilla… 

¿Será ello un prolegómeno de cosas peores por venir? Quienes encienden las “cerillas” que enardecen las protestas y disturbios populares, han aprendido mucho de su experiencia con la “primavera árabe” acerca de cómo avivar esas llamas hasta transformarlas en catastróficos incendios sociales… Algunas señales de alarma ya comienzan a sonar en países como Venezuela, Ecuador y Bolivia, cuyos presidentes - Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales, respectivamente – no bailan al ritmo que Estados Unidos y sus aliados pretenden como parte de su dominio centenario económico y político sobre Latinoamérica. Por ejemplo, Venezuela, Bolivia y Ecuador insisten en mantener estrechas relaciones con países que EEUU y sus aliados han marcado como “Estados trasgresores”; notablemente Irán, Siria y la Libia de Gadafi. ¿Se los habrá elegido entonces como cabeceras de playa para iniciar una vasta “primavera latinoamericana” insurreccional? Recordemos que la mal-llamada “primavera árabe” también comenzó cuando las llamaradas de un amplio abanico de quejas sociales fueron avivadas hasta transformarse en masivas manifestaciones de protesta que luego fueron intensificadas hasta explotar en descontrolada violencia social de todos contra todos. Un indicio de que se están encendiendo estas “cerillas” lo desvela el diario ecuatoriano “El Telégrafo”, al informar sobre un supuesto “Proyecto Ciudadanía Activa” que estaría entrenando a periodistas opositores al gobierno del presidente Correa, y que recibió financiamiento por u$s 4.300.000 de USAID - Agencia de Desarrollo Internacional de EEUU - que canaliza fondos a grupos opositores locales como Faro, Esquel y Fundamedios con la excusa de “fortalecer la democracia” a través de talleres, foros y proyectos de supervisión de los medios. Redes de Poder Para poder mejor comprender cómo funciona este complejo sistema de dominio, debemos también observar las actividades del sector privado que son instrumentales para lograr el control sobre los países de nuestra Región. Por ejemplo, una entidad privada como la “Americas Society” – estrechamente vinculada al poderoso Consejo de Relaciones Exteriores (Council on Foreign Relations) ubicado justo enfrente de sus oficinas en la elegante Park Avenue de la Ciudad de Nueva York – recientemente logró catapultar a uno de sus miembros, Juan Manuel Santos, al cargo de presidente de Colombia, aliado tradicional de EEUU en la Región. Otros miembros de la Americas Society incluyen a poderosos líderes políticos y empresariales, regionales y globales, como el presidente del Congreso Mundial Judío, el argentino Eduardo Elsztain (socio comercial de George Soros), y Gustavo y Patricia Cisneros, dueños de un poderoso conglomerado multimediático venezolano opositor del gobierno del presidente Chávez. Junto al fundador y co-presidente de la Americas Society, David Rockefeller, hallamos a John Negroponte quien fuera embajador ante la ONU y luego ante la invadida Iraq de George W. Bush, a quién también sirvió en el poderoso cargo de Asesor de Seguridad Nacional. A menudo, son datos poco conocidos como éstos los que nos permiten armar el rompe cabezas de cómo funciona realmente el mundo actual, pero que los multimedios occidentales sistemáticamente soslayan e ignoran. Igual que omitieron informar sobre el hecho de que los Dueños del Poder Global lograron imponerle a la pobre Italia a Mario Monti como presidente, quien “casualmente” es también presidente para toda Europa de la poderosa Comisión Trilateral de Rockefeller-Rothschild, con su gran cantidad de miembros que son máximos directivos de los megabancos globales. Por suerte, un creciente sector de la población mundial va tomando conciencia del hecho de que la mal-llamada “primavera árabe” no es más que un vehículo para imponer la infausta “democracia” de estilo occidental al mundo musulmán, al tiempo que se debilitan todos sus Estados soberanos. Innegablemente, esto está siendo ingenierizado, financiado y promovido por los Dueños del Poder, quienes astutamente se aprovechan de las divisiones internas en esos países, y de los genuinos reclamos sociales de las poblaciones locales. Para ello utilizan todas las armas a su disposición – a menudo a través de operativos de la CIA, el MI6 y el Mossad. Esto incluye en lugar destacado, a las operaciones de Guerra Psicológica desarrolladas por sus multimedios globales y locales, que diseminan información distorsionada - sino falsa - acerca de lo que realmente está ocurriendo dentro de cada país y por qué… Guía de Siete Pasos para destruir países Escribiendo en RT el año pasado sobre la “primavera árabe”, describimos una suerte de “proceso” de siete pasos que las potencias occidentales utilizan para intensificar los disturbios sociales en países víctima para debilitarlos o incluso destruirlos como hicieron con Iraq, Libia y Afganistán y hoy hacen con Siria. Dado que ya se avizoran similares oscuros nubarrones en el horizonte latinoamericano y en otras regiones del mundo, es que creemos conveniente remarcar ese proceso: 1. Comienzan apuntándole al país víctima que les molesta y que decidieron está listo para un “cambio de régimen”, descalificándolo como “Estado trasgresor o gobierno dictatorial”; entonces… 2. Diseminan mentiras flagrantes a través de sus multimedios globales y periodistas pagos, a lo que llaman “la preocupación de la comunidad internacional”, entonces… 3. Financian y promueven disturbios y caos interno, a menudo llegando a armar, financiar y entrenar a los peores grupos terroristas locales - tarea encomendada a la CIA, el MI6, el Mossad y sus socios en Al-Qaeda y los carteles de la droga - a los que llaman “Luchadores por la Libertad”; entonces… 4. Procuran imponer resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que les permitan hacer que “legalmente” la OTAN lance una lluvia de muerte y destrucción sobre millones de personas, a lo que llaman “Sanciones para protege a la población civil”; entonces... 5. Invaden y comienzan a controlar al país víctima, a lo que llaman “Liberación”; entonces… 6. Cuando el país víctima cae íntegramente bajo su control, imponen fraudulentos gobiernos locales gerenciadores, a lo que llaman "Democracia”, hasta que finalmente… 7. Le roban al país víctima todo su petróleo, minerales y riquezas agropecuarias entregándolas a sus corporaciones y megabancos, imponiéndole un endeudamiento público imposible de pagar, a lo que llaman “inversiones globales y reconstrucción”. De manera que, Ecuador, Venezuela, Bolivia – incluso Argentina: ¡¡abran bien sus ojos!! No se dejen engañar por el uso violento de la fuerza en privado y de la hipocresía en público por estos facinerosos globales y sus socios locales en los multimedios, las empresas – incluso en algunos de los gobiernos gerenciadores – de los países de nuestra región. Porque el día en que los Dueños del Poder Global decidan venir por todos nosotros, lo van a hacer todo en nombre de la “libertad de expresión”, la “democracia”, la “paz”, los “derechos humanos”, la “no-discriminación” y otras vacuas frases caza-bobos por el estilo. ¡¡No se dejen atrapar!! 

Adrian Salbuchi para RT Español 

MATAR LA MUERTE


Le cortaron las manos y aún golpea con ellas.
Lo enterraron y hoy viene cantando con nosotros.
Neruda

El escritor argentino Abelardo Castillo publicó este artículo en noviembre de 1967, en la revista El escarabajo de Oro, en la que formaba parte de su equipo editorial. Por su enorme vigencia, Cubadebate lo reproduce hoy, en ocasión del aniversario del natalicio de Ernesto Che Guevara.
El 8 de octubre, en Vallegrande, mataron al Che. Los generales bolivianos lo dicen, y debe de ser cierto. La muerte, al fin de cuentas, es la menos inesperada anécdota de la vida: la cuestión es no morir de muerte ajena, y el guerrillero que murió, murió de la que había elegido. A eso, los que creen en Dios, por un malentendido lo llaman Salvación. Los que no creemos, también. Y yo hasta lo llamo no morirse, abolir la muerte: matarla. Hay un cadáver, es verdad. Todos los diarios del mundo mostraron un muerto que se le parece, que seguramente es el Che. Una fotografía, sobre todo, impresiona: está de perfil, el grabado repite fríamente unos superciliares que sin duda no son de otro hombre (le daban ese aire de fauno joven; los que lo vieron reírse no pueden haber dejado de pensar que esa frente se contradecía un poco con su risa, y de ahí la cara de estar tramando una incomunicable travesura, ese gesto que no le pudieron borrar los generales), tiene los ojos abiertos y la cabeza medio alzada, tiene los brazos en la actitud del que va a incorporarse, tiene un balazo en el corazón. Nadie, sin embargo, aceptó que ese cadáver fuera el suyo. Nadie, ni los que lo odiaban y diez veces antes fraguaron miserablemente su muerte, a manos de Fidel Castro, o en Santo Domingo, o por suicidio. Los mismos generales que lo mataron, estoy seguro, ya han comenzado a dudarlo. Y yo creo que hacen bien.
Voy a escribirlo, voy a tratar de escribirlo sin caer en la trampa de las palabras, de las frases que aluden a los muertos que pese a la muerte siguen vivos. Voy a decir que el guerrillero muerto de Vallegrande no era el Che. Ya no lo era. Balearon un cuerpo, lo enterraron en algún sitio o incineraron una corruptible arcilla. Y hasta ahí operó la muerte. Y a partir de ese momento, a partir de sus diseminadas cenizas, de un cadáver que nunca se hallará, el Che volvió a ser libre de ir y venir por América pero sin cambiar su nombre y sin ocultar su cara.
Ustedes no han matado a nadie: han resucitado a un hombre. Y a algo más. Hasta el 8 de octubre se podía dudar que haya seres capaces de pelear por los otros, hacer una revolución, alcanzar el poder, abandonarlo todo y comenzar de nuevo: renunciar a lo temporal, que es lo mismo que negar el tiempo. Elegir y acatar un destino. Quién, con qué argumentos y sobre todo con qué ejemplo, puede hoy destruir esa mística. Digo mística y quiero decir mística. Hasta el 8 de octubre cualquiera podía pensar: es mentira, es Cuba que necesita inventar un fantasma para sobrevivir. Ahora se sabe que el Che está. Y no precisamente enterrado en la selva. Está. Hermoso e invulnerable como un héroe de novela, y frío y lúcido como una inexorable máquina de hacer justicia.
No toda muerte mata. Los diarios, sin querer, lo sabían. “Encontró la muerte en Vallegrande”, dijeron. Y es así. Hay hombres que encuentran su muerte, la que los merece, como si debieran morir para quitarse la inquietud de ser mortales. Y el que mataron tenía una cuestión personal con la muerte (”si no vuelvo dentro de dos meses”, le escribió a sus padres la primera vez que salió a la aventura, “vayan a buscar mi cabeza reducida por los jíbaros al museo de Nueva York”, y el desafío se repite en todos sus escritos, en todas sus cartas hasta la última, ya en Bolivia: “de aquí no me salgo si no es con los pies para arriba”), le había perdido el respeto y se reía socarronamente de la muerte.
Un hombre, un poeta, se dejó morir de la muerte con que lo iba matando la espina de una rosa: él le había cantado a las rosas y a la muerte. Otro hombre se hizo crucificar porque ya era tiempo. El que crea que comparar a Rilke con Jesús es una herejía, el que imagine que esas muertes no son también la muerte de la que hablo, hará bien en preguntarse qué pobre cosa ha entendido, hasta hoy, de la vida.
Me olvidaba: la muerte del Che no me duele. No tengo ganas de conmover, ni de conmoverme, con retóricas de cementerio. No quiero que este editorial sea patético o solemne, ni tiene porqué. Rebajar la muerte de Guevara a la intimidad del dolor no está en su estilo. Las muchachas argentinas ya lloraron lo suyo ante los aparatos de televisión cuando los generales mostraron su cadáver, ya hemos pegado su foto en la pared -entre Beatles y banderines-, y a lo mejor está bien. Ya empezaron los poetas a mandar elegías alusivas a las revistas. Así que no hace falta lagrimear más. ¿Qué es lo que hice para que no lo mataran?, esa, en cambio, me parece una buena manera de encarar la cosa: una buena pregunta. Evita las emociones fáciles.

Y hecha esta aclaración, puedo terminar. Desde ese asesinato, desde esa inmolación, los generales tienen miedo. O deberían tenerlo. Porque una vez que un hombre así dio con su muerte, ya no hay balas, ni rangers, ni marines que valgan. No “se sale” más de la vida. No tiene más que vida. Es pura y múltiple y violenta vida que no se mata.

EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

DANIEL BALCÁCER: EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

De  Juan Pablo Duarte  solo se conoce una fotografía hecha en  Caracas  en 1873 cuando el patricio contaba con 60 años de edad.  A...