MORAL Y LUCES

MORAL Y LUCES

martes, 4 de agosto de 2015

GREGORIO LUPERON Y LA GUERRA DE LA RESTAURACIÓN...



Una vez proclamada la Anexión de Santo Domingo a España por el general Santana, de nuevo se vio el país inmerso en una antigua condición de colonia española, cercenadora de los ideales nacionales por los que habían luchado Duarte y los Trinitarios. En el plano de la economía la anexión no constituyó un progreso sino que fue, por el contrario, un franco retraso; la crisis nacional se desarrolló progresivamente, el problema monetario se intentó resolver con emisiones desmesuradas del papel moneda que, al existir una producción sostenida, agravaba la crisis económica y se tornaba en un elemento entorpecedor de la circulación mercantil, afectando todo el comercio del país; la deuda pública y los gastos gubernamentales excesivos, y se trataba de solucionar con una política de impuestos económicos dedicados a este tipo de actividad. No obstante, eran los productores de café, tabaco, cacao, etc., los más afectados por la crisis monetaria, y naturalmente el pueblo en general.


Esa era, de manera muy general, la situación económica del país producida por la Anexión, y junto a ella surgía la supresión de los derechos individuales, las libertades, el prejucio racial y el militarismo ahora extranjerizante. Todos esos factores provocaron a pocos días de producirse la anexión enormes protestas populares en San Francisco de Macorís, Baní, Santiago, Moca y otras provincias de la República. Sin embargo esas protestas e invocaciones al nacionalismo eran reprimidas por el gobierno con fuscilamientos, expatriaciones y otras medidas coercitivas. El pueblo desde el principio repudió con vigor la Anexión.


Primeras Gestas Restauradoras


Innegablemente, la primera protesta armada contra la anexión corresponde en el orden cronológico a San Francisco de Macorís.




En el mismo acto del cambio de bandera el pueblo se amotinó tratando de impedirlo. Algunos patriotas armados de fusiles lanzaron voces de: "abajo España" y lanzaron los primeros disparos, aunque al aire, de las protestas de la infame esclavitud que había mantenido la patria. Esta viril protesta fue un acto espontáneo y sin la necesaria combinación.


A los 45 días de la anexión, se produjo la primera protesta armada organizada en la villa de Moca que fue asaltada y tomada por el coronel José Contreras. Esto ocurrió el 2 de marzo de 1861.


Por otra parte, Francisco del Rosario Sánchez (héroe nacional) intentó buscar apoyo en los haitianos y producir un levantamiento armado. Los haitiano no pudieron darle el apoyo porque los españoles habían hecho gestiones diplomáticas que se lo impidieron. Sánchez fue capturado y fusilado.


Creciendo el descontento general surgió el movimiento de Neyba en la madrugada del 3 de febrero de 1863. Un grupo de 50 hombres, con el comandante Cayetano Velázques a la Cabeza, pronunció a Neyba e hizo preso al comandante de armas gral. Domingo Lozada.


Un movimiento más extenso, mejor planeado, pero también abortado por obra de la precipitación, se verificaría al comenzar la última decena del mes de febrero en la línea Noroeste o frontera Norte, inspirado por el prestigioso hacendado Santiago Rodriguez, quien a la sazón era alcalde del pueblo de Sabaneta, virtualmente fundado por él mismo.



"Los inmortales prohombres de la memorable Restauración dominicana han sido maltratados, ultrajados, vilipendiados, y perseguidos por los tiranos ...


El Plan Inicial
El plan inicial tenía como objetivo proclamar la revolución Restauradora el 27 de febrero de 1863. En este colaboraron Lucas Evangelista de Peña, Norberto Torres, Juan Antonio Polanco, Benito Monción, José de la Cruz Alvarez, José R. Luciano y otros. Desde Puerto Plata llegó a prestar una gran colaboración un joven patriota desconocido hasta entonces cuyo nombre era Gregorio Luperón.


Poco después el movimiento restaurador obtendría ayuda haitiana debido a las humillaciones efectuadas contra el presidente Geffrard de parte del ejército español, la exigencia de una indemnización de $200,000 y la reclamación hecha por España de que se restituyera los límites fijados en el Tratado de Aranjuez.


Relato de los Hechos
De esta manera Santiago Rodriguez, Benito Monción y todos los dominicanos que luchaban por organizar la revolución desde territorio haitiano, encontraron la más franca ayuda, al extremo de que según crónicas de la época, para el mes de agosto de 1863 había obtenido varios centenares de fusiles nuevos en los pueblos aledaños de la frontera Norte.


En la Revolución Restauradora el 27 de Febrero de 1863 colaboraron Lucas Evangelista de Peña, Norberto Torres, Juan Antonio Polanco, Benito Monción, José se la Cruz Álvarez, José Ramón Luciano y otros futuros Restauradores

Para el 15 de agosto de ese mismo año se reunieron en un lugar de Haití llamado La Viste, los revolucionarios restauradores Santiago Rodriguez, José Cabrera, Benito Monción y otros. Juan A. Polanco y Pedro A. Pimentel ayudaban en territorio dominicano. En acción decidida de restaurar la independencia, el contingente de revolucionarios se internó en Santo Domingo y la primera acción fue la toma del cerro del Capotillo español; allí se enarboló la bandera dominicana, que había sido confeccionada por Humberto Marsan, antiguo residente en Haití y fervoroso partidario de acciones unidas entre haitianos y dominicanos.
Así quedó formalmente procalmada la segunda independencia, un 16 de agosto de 1863, con el grito de Capotillo. Casi inmediatamente empezaron los enfrentamientos armados. En Macabón una patrulla española fue despedazada por los revolucionarios.


Fueron muchos los enfrentamientos entre las fuerzas restuaradoras y las anexionistas, las cuales terminaron en 1865. Cabe señalar que un factor que incidió en la duración de las batallas era la lucha interna entre los restauradores, por aspiraciones políticas.


Es la partida de las tropas españolas comandadas por el Mariscal La Gándara, quien viniese a sustituir a Pedro Santana del mando de las tropas españolas, lo que marca el fin de la revolución restauradora y el inicio de la Segunda República.


En resumen, la restauración fue un movimiento popular y nacionalista que mediante la Guerra Revolucionaria, devolvió a la República Dominicana su independencia cercenada por la Anexión a España en 1861 llevada a cabo por Pedro Santana. La base social de ese movimiento estaba constituida, fundamentalmente, por el campesinado, la burguesía agraria y la urbana. Estas clases enarbolaron la bandera del republicanismo democrático, como representantes del progreso económico, social y político en esa época histórica. La Restauración fue, además el mayor movimiento armado que conoció el país en toda su existencia, a partir incluso de los tiempos coloniales.

Tomado de la Enciclopedia Dominicana
José Flores.-
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"...Las naciones son siempre lo que quieren ser, y no lo que algunos quieren que ellas sean"...-
asì escribiò el autor de "Notas Autobriogràficas y Apuntes Històricos, General Gregorio Luperon", un verdadero hijo de su època, casi increìble, que con la escasez de medios que contò en su infancia llegara a encarnar la conciencia màs pura, en lo civil y en lo militar de la Repùblica Dominicana que habìa surgido tan sòlo cinco años despuès que èl, naciò el 8 de septiembre de 1839.
Su familia?...Pobrìsima, sin ventosos abalorios de abolengo, naciò en una comunera secciòn de Puerto Plata.

Don Manuel Rodrìguez Objio en su obra "Gregorio Luperòn e Historia de la Restauraciòn" (Tomo I), dice textualmente:...."La residencia en el campo debiò familiarizarle con los hàbitos de quellos lugares y hacer de el un hombre completo por lo que respecta a la educaciòn fìsica. Sobrio por naturaleza, osado hasta la temeridad, hàbil en el manejo de las armas diestrìsimo jinete y peòn infatigable; parece pues que la Providencia le amoldaba para las rudas tareas que iba a imponerle un día"..... 

Al hacer historia, escribirìa por mejor decir, Pedro Ma. Archabault cuenta..." que a los 12 años trabajaba en el corte de madera propiedad del señor Duboc en Puerto Plata, pocos años despuès a los 18, abraza para siempre lo que serà su gloria, las armas y la polìtica, atrincheràndose en la fortaleza San Luis de Santiago en julio de 1857 en un movimiento contra el gobierno de Baez."

....Se entrega en cuerpo y alma a la guerra restauradora que habrìa de ser su corona en vida y su gloria en la muerte. Hombre cabal en el campo de batalla y en el seno del hogar patrio, sirvièndole de muchas maneras: Consejero polìtico, Asesor del Estado, Ideòlogo Republicano, Presidente de la Repùblica, orientador de juventudes, luchador indomable contra los entuertos de los tiranos, defensor incansable de la soberanìa nacional frente a Haitì y España.

Gregorio Luperòn supo ser el mejor, como diplomàtico , el màs acabado y completo relacionadorpùblico de la Española apenas conocida y nunca mencionada como repùblica soberana, pues se entendìa que la isla era una y era Haitì, ante la monumental reina Victoria de Inglaterra, Otto Von Bismark de Alemania, Grevy y Cambetta de Francia este ùltimo, pràcticamente fundador de la tercera Repùblica francesa concluìda la guerra franco-prusiana (1870-71). 




Pintura de Alberto Bass sobre la toma de la fortaleza San Luis en Santiago durante la guerra de la Restauración.

Obras son amores y no buenas razones, asì, quien supo decir y escribir bonituras sobre la patria cuando fue presidente de ella en 1880 durante el gobierno provisional con sede en Puerto Plata, demostrò, con hechos palpables lo que escribià y decía.

Sus ejecutorias de estadista nos lo muestran un hombre pràctico. Honrado a màs no poder. Recto de intenciòn e inconmobible en sus principios democràticos. Mejora el servicio militar obligatorio que rigiò en la Repùblica, pràcticamente hasta la caìda de la dictadura trujillista. Creò el Cuerpo de Bomberos. Garantizò la libertad de prensa, no sòlo de palabras hueras sino subvencionando con $40.00 pesos, suma astronòmica en la època, al mes toda publicaciòn peridìstica que se editara progubernamental o no; la publicaciòn de libros fue subvencionada con $25. Alimentò, vistiò y pagò el ejèrcito como debìa ser, y por sobre todas las cosas posibles defendiò tesoneramente la libertad de todos los dominicanos.

El paìs, como por arte de magia se tranquilizò. La histeria polìtica tumbadora de gobiernos, que como un millòn de demonios se habìa abatido sobre la Repùblica desde la caìda del eximio Presidente Espaillat, que entre los años 1876/79, tan sòlo tres años pusò y tumbò siete presidentes, un record....(¡¡??)...se calmò. 

Pero èl no quiso seguir siendo presidente. Por màs que se le pidiò. Hablò, y nos lo cuenta en su obra, Notas Autobiogràficas y Apuntes Històricos, de Bonò, de Billini, de Meriño, de Casimiro de Mora, incluso del mismo Lilìs, a quien no conocìa en verdad y de quien luego serìa valiente opositor; èl dijo..." que no, que no, que no eran indispensables para el paìs los hombres sino la reciedumbre de las instituciones...el problema es, entiendo, que las instituciones republicanas no caen del cielo como los aguaceros, sino que son los ciudadanos confiables y serios"...como lo fue èl, quienes tienen que sembrarlas y cultivarlas, pero misteriosamente no quiso involucrarse en la regencia del paìs màs de lo que habìa hecho. 

¿Razones?...volvemos a decir, un misterio de su sòlo corazòn...Es muy probable que si a un gobierno de Cuatro años de LUPERON, siguiera otro, de cuatro tambièn, de MERIÑO, y otro de BONÒ, y otro de MOYA, y otro de BILLINI.....otra fuera nuestra historia patria hoy dia...muy otra, pero tanta belleza no cabe en la realidad!....

Gregorio Luperòn tuvo un sueño que sòlo se limitò a esbozar no fuera a ser que se convirtiera en pesadilla al despertar, como efectivamente sucederìa si volviera a vivir, si fuera posible que volviera a vivir..

Publicado por Mechy

domingo, 2 de agosto de 2015

La Visión de Gregorio Luperón sobre Duarte

Alfonso Torres Ulloa
Hurgar en las páginas de la historia nacional y del pensamiento social dominicano es llenarse de fervor hacia Juan Pablo Duarte, pues los grandes, los honorables, los liberales, los democráticos, los éticos de la política criolla tienen el debido respeto al Patricio Mayor. E igual los hombres de espada y cinco estrellas: Luperón, Gómez, Manolo y Caamaño.
Es preciso buscar la referencia de Duarte en estos grandes hombres de nuestra historia.
Y esto resulta de más entusiasmo cuando nos encontramos en las “Notas autobiográficas y apuntes históricos” de Gregorio Luperón los siguientes párrafos:
Hoy, un noble grupo de patriotas solicita el concurso de todos los buenos dominicanos para levantar una estatua a la imperecedera memoria del ínclito fundador de la segunda República, General Don Juan Pablo Duarte. Ese acto de gratitud nacional y de valeroso patriotismo en medio de una tiranía espantosa, nos llena de aliento porque se ve que hay algunos que honran la patria todavía, cuando hay tantos que la deshonran, y nos deja creer que la llama del patriotismo arde siempre vigorosa en el heroico espíritu de una parte del pueblo, y su habilidad y valor le harán seguir infatigable luchando por la libertad e independencia de la nación”.
En medio de tantas desventuras nos consuela la idea de que un país que tiene todavía patriotas como los que forman la junta para la erección de la estatua a Duarte, no puede estar perdido”.
Gregorio Luperón, el 11 de diciembre del año 1875, en una sesión de la Sociedad Liga de la Paz en Puerto Plata, según el historiador Santiago Castro Ventura, en su libro Duarte en la proa de la Historia, Pág. 250, dijo:
“…ayudándonos en lo que puedan contribuyan a hacernos menos difícil la muy importante y meritoria empresa de poder volver al seno de su querida Patria, al general Juan Pablo Duarte, benemeritísimo patriota, Padre de la Patria y Mártir de todas nuestras contiendas; hombre en fin, que después de haber dado vida a nuestra nacionalidad, recibió por premio a sus nobles afanes la expulsión del suelo nativo…”.
Cuando el General Gregorio Luperón dice de Duarte que es “Padre de la Patria” no hay nada más que buscar ni argumentar, pues está señalando el camino cierto del patriotismo, la abnegación y la entrega más absoluta a la causa de su pueblo.
Y el Goteo Duartiano tiene que inundar los corazones de la juventud para asumir ese compromiso sagrado con la patria, último consuelo del patricio de llevarse a la tumba la seguridad de que su obra tendría siempre continuadores.
Y como anoté en una entrega anterior:
“Si no hay jóvenes con vocación de patria, entonces ésta languidece hasta morir, sin más gloria que la historia del parto. Los padres tienen el deber moral de educar a sus hijos en el amor patrio”.
Tomado del periódico patria 

EFEMÉRIDES HECHOS HISTÓRICOS CAMBIARON DESTINO DE LA PATRIA





2 De Septiembre Del 1844Traen preso de Puerto Plata a Juan Pablo Duarte y a varios trinitarios


Por:  
SANTO DOMINGO, el 2 de septiembre de 1844, el prócer Juan Pablo Duarte y varios de sus compañeros trinitarios fueron traídos detenidos a la ciudad de Santo Domingo. El grupo que formaban además de Juan Pablo Duarte, Juan Isidro Pérez, Juan Evangelista Jiménez y el español Gregorio del Valle, fue transportado desde Puerto Plata, en…

2 De Diciembre Del 1562

Por: Héctor TineoRecursos 

SANTO DOMINGO, el 2 de diciembre de 1562, un terremoto destruyó la ciudad de Santiago de los Caballeros. La ciudad había sido fundada en Jacagua, pero por los daños que ocasionó el terremoto fue establecida en el lugar que le sirve de asiento en la Actualidad. Una versión da cuenta de que la tragedia fue…
2 De Noviembre Del 1928Termina la alianza de Horacio Vásquez y Federico Velásquez
SANTO DOMINGO, el 2 de noviembre de 1928, se conoció la información del rompimiento definitivo entre el Presidente de la República, Horacio Vásquez, y el vicepresidente Federico Velásquez, quien renunció al cargo. Federico Velásquez dejó las funciones de Vicepresidente en protesta por el proyecto reeleccionista que promovía el Presidente Horacio Vásquez, quien asumió el poder
2 De Octubre Del 1857Gobierno provisional de Santiago aprueba sueldo de 60 pesos para los diputados
Por: 
SANTIAGO DE LOS CABALLEROS, el 2 de octubre de 1857, el Gobierno Provisional de Santiago, asignó un sueldo de 60 pesos para los diputados. En virtud de su decreto, el Presidente José Desiderio Valverde dispuso un pago para transporte de un peso por cada legua de ida y vuelta que fuera recorrida por los legisladores….
2 De Octubre Del 1937Trujillo ordena matanza de haitianos
Por: 
MONTECRISTI, el 2 de octubre de 1937, el dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina ordenó la matanza de los haitianos que se encontraban en el territorio de la República Dominicana. La medida fue precedida de varios incidentes por la presencia de haitianos en las poblaciones de la línea fronteriza. Los haitianos eran acusados de invadir en…
2 De Septiembre Del 1844Traen preso de Puerto Plata a Juan Pablo Duarte y a varios trinitarios
Por:  
SANTO DOMINGO, el 2 de septiembre de 1844, el prócer Juan Pablo Duarte y varios de sus compañeros trinitarios fueron traídos detenidos a la ciudad de Santo Domingo. El grupo que formaban además de Juan Pablo Duarte, Juan Isidro Pérez, Juan Evangelista Jiménez y el español Gregorio del Valle, fue transportado desde Puerto Plata, en…
2 De Septiembre Del 1878Jacinto de Castro es juramentado presidente de la República
Por:  
SANTO DOMINGO, el 2 de septiembre de 1878, fue juramentado como Presidente de la República, el Ministro de Justicia Jacinto de Castro. El acontecimiento se produjo por la renuncia del Presidente Ignacio María González, el 2 de septiembre de 1878. Jacinto de Castro asumió la Presidencia de manera interina, porque era el Presidente de la…
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OTRAS EN EFEMÉRIDES



sábado, 1 de agosto de 2015

Reportaje de BBC de Londres favorece la posición de la República Dominicana

POR NOTIMUNDO 


SANTO DOMINGO.- La famosa empresa periodística BBC de Londres ha publicado en su portal de internet (BBCMundo,com) un reportaje en video que retrata la verdadera situación de miles de inmigrantes ilegales haitianos que corren el riesgo de ser deportados de la República Dominicana porque no se acogieron a un Plan de Regularización de Extranjeros iniciado por este país.

A pesar de que contiene pocas palabras, el trabajo, titulado “Inmigrantes haitianos en República Dominicana entre la espada y la pared”, es uno de los más explícitos sobre el tema. Sin pretenderlo, se ha convertido en la mejor defensa internacional que ha recibido la iniciativa dominicana de imponer una política migratoria en su territorio. Su autora es la periodista Lorena Arroyo, quien vino al país y conversó con algunos de los inmigrantes.

“Lo que sucede, en verdad, el Plan es muy bueno, pero la persona que no tiene dinero para aplicar tiene que salir huyendo”, dijo Jackson Lorrain, un líder sindical de origen haitiano que fue entrevistado por Arroyo.


Ante la pregunta de si tiene miedo de que lo repatrien, Lance Neville, otro entrevistado dijo sonriente: “Yo no puedo tener miedo de que me deporten; me pueden deportar, porque yo vine de Haití a durar un mes, dos meses, tres meses.. a ver si uno levanta dos o tres mil pesos, y (he durado) dos años, tres años, cuatro o cinco años. Yo no he nacido aquí, yo vine a buscar la vida para volver (a Haití)”

Las conclusiones de BBC Mundo son las siguientes:

“República Dominicana puso en marcha este año un plan que pretende regularizar la situación de decenas de miles de personas, la mayoría haitianos.

Casi 300.000 indocumentados han decidido acogerse al plan pero, quienes se queden fuera del plan, serán deportados.

Por el momento no se sabe cuándo comenzarán las temidas deportaciones masivas de quienes, por costos u otros problemas, no puedan legalizar su situación.

No obstante, muchos prefieren irse por su propio pie antes de que los echen”.

BBC Mundo es un portal de Internet que ofrece noticias en español hispanoamericano para los hispanohablantes de todo el globo y pertenece a la BBC de Londres. Su sede principal se encuentra en el quinto piso del edificio Broadcasting House,1 2 en Londres, donde están ubicados los periodistas de todo el Servicio Mundial de la BBC.

Haití: una amenaza a la paz y la seguridad internacionales



A principios de los años 90s Steven R. Ratner y Gerald B. Helman introdujeron el concepto de Estado Fallido para referirse a aquellos países incapaces de ejercer el monopolio legítimo de la violencia y proveer a sus ciudadanos de los beneficios fundamentales del Estado.


Desde entonces intelectuales de diversas áreas, dirigentes políticos y comunicadores vienen hablando de Estado fallido, Estado colapsado o en riesgo de colapsar, Estado débil, desestructurado, fracasado, frágil, inviables o en crisis.

A pesar del tiempo transcurrido el concepto aún no está lo suficientemente trabajado, lo que se manifiesta no sólo en la gran variedad de términos utilizados para referirse al mismo fenómeno, sino también en que a veces se utilizan las mismas palabras para caracterizar realidades en esencia muy diferentes.

No obstante, la mayoría de los autores integran a la definición de Estado fallido, como Ratner y Helman, la pérdida del monopolio del uso legítimo de la fuerza por parte de las instituciones estatales, la ruptura de la ley y el orden, la incapacidad para proveer a la población los servicios públicos básicos y para conducir adecuadamente sus relaciones con los demás estados integrantes de la comunidad internacional.

Algunas entidades han elaborado parámetros o indicadores para determinar las falencias o “fallas” del Estado y su nivel de incompetencia para el ejercicio pleno y responsable de sus atribuciones soberanas.

Entre los rankings más conocidos figura el de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que define a un Estado frágil en función de cinco ejes: violencia, justicia, instituciones, base económica y resilencia o capacidad para superar circunstancias traumáticas. Desde hace algunos años esta organización internacional publica un informe anual que mide el nivel de fragilidad de los estados.


Lo mismo viene haciendo desde el año 2005 el Fondo por la Paz (Fund for Peace), que publica anualmente, en colaboración con la revista Foreing Policy, un “Índice de Estados Fallidos” elaborado tomando cuenta 12 indicadores, entre ellos: aumento de la población, los desplazados internos y los refugiados, emigración y fuga de cerebros, desigualdad social, descontento y luchas grupales, situación económica, legitimidad del Estado, situación de los servicios públicos, respeto a los derechos humanos e intervención extranjera.

Aunque el concepto de Estado fallido no ha sido incorporado al Derecho Internacional, en la práctica ha resultado de mucha utilidad para la orientación de la colaboración internacional al servir de referencia para la identificación de situaciones susceptibles de poner en peligro la paz y la seguridad internacionales y la dimensión y características de tales amenazas.

Pues bien, en todos los índices de estados fallidos que se han elaborado hasta ahora aparece nuestro vecino Haití ocupando posiciones señeras, siempre entre los 20 países con mayores niveles de fallos o fragilidad a nivel mundial.

Por ejemplo, desde el año 2005 Haití figura entre los diez países que encabezan el Índice de los Estados Fallidos elaborado todos los años por la Fundación por la Paz.


Para entender por qué, basta con echar una simple mirada al pasado reciente y a la realidad actual del país vecino:
Han pasado 29 años desde la salida del poder en Haití de Jean Claude Duvalier. Durante todo ese tiempo el país ha vivido de crisis en crisis, sin lograr alcanzar estabilidad política ni avanzar en forma significativa en la superación de las precariedades económicas y sociales ni en la creación de instituciones con algún nivel de eficiencia.

Las primeras elecciones se celebraron en 1987, un año después de finalizada la dictadura. Esas elecciones las ganó Leslie Manigat, quien fue derrocado poco después por el General Henri Mamphy, quien a su vez fue depuesto por el también general Prosper Avril en 1988.

En marzo de 1990, luego de ser conminado a abandonar el poder por el general Herard Abraham en medio de violentas manifestaciones, Avril se ve obligado a abandonar el país. Abrahan se hizo cargo de la situación por muy poco tiempo, cediendo el mando del país a la presidenta de la Suprema Corte de Justicia, Ertha Pascal-Trouillot.

En diciembre de 1990 se celebran elecciones y las gana Jean Bertrand Aristide. Antes de la investidura de Aristide, el general Gerard Lafontaine fracasa en un intento por hacerse con el poder. Pero siete meses después Aristide es derrocado por el general Raoul Cedras.

En septiembre de 1993 el Consejo de Seguridad de la ONU decide el inicio de la primera operación de mantenimiento de la paz en el país bajo el nombre de Misión de las Naciones Unidas en Haití (UNMIH). Sin embargo, las autoridades militares de entonces impidieron su despliegue.


Luego de intensas negociaciones Cedras convino en abandonar el país y establecerse en Panamá. Aristide retornó al poder acompañado de una fuerza multinacional de la ONU integrada por 20,000 hombres y dirigida por Estados Unidos.

Un año más tarde Aristide disolvió el ejército y formó un cuerpo de policía. Pero en marzo de 1995, por presiones internacionales, se transfiere la responsabilidad del mantenimiento del orden en el país a los soldados de paz de la ONU debido a numerosos hechos de violencia que se venían cometiendo con la participación de gente ligada al gobierno.

Aristide terminó su mandato y, no pudiendo optar por continuar en el poder, decidió postular a su amigo y colaborador René Preval para sucederle en el cargo. En noviembre de 1995 se celebraron elecciones. Preval las ganó con amplio margen.

El entonces pupilo de Aristide logró terminar su mandato, lo cual no significa que gobernara sin grandes dificultades. Por ejemplo, en 1997 el primer ministro Rosny Smarth se vio obligado a dimitir por el cambio en la correlación de fuerzas en el Parlamento, fruto de la división del partido Lavalas en varios grupos, entre estos el Partido del Pueblo en Lucha (OPL), encabezado el sociólogo Gerard Pierre Charles, y el Partido Lafanmi Lavalas, de Jean Bertrand Aristide. Esta crisis provocó una parálisis del legislativo que dejó al país sin jefe de gobierno durante 18 meses. Finalmente, Preval logró imponer a Jacques Edouard Alexis como nuevo primer ministro.


Pero la OPL logró la anulación de las elecciones del 6 de abril de 1997 y la violencia política y el bandolerismo resurgieron en todo el país, lo cual perturbó el período de recuperación económica que gracias a la restauración de la ayuda internacional se venía registrando en el país desde el ascenso de Preval, quien en octubre de 2000 sufrió un fallido golpe de Estado protagonizado por Guy Philippe.

En el 2001 volvió al poder Aristide tras la celebración de unas elecciones presidenciales en las que solo participó el 10% de los electores y que la oposición denunció como fraudulentas, al igual que las parlamentarias de mediados del año 2000, en las que obtuvo mayoría Lafanmi Lavalas.

Quedó así cerrado todo tipo de diálogo entre gobierno y oposición, inaugurándose un período de grandes turbulencias políticas, violencia de todo tipo y serias precariedades económicas por la suspensión de la ayuda internacional y la incertidumbre. Hubo de todo, desde intentos de golpes de Estado hasta la comisión de asesinatos políticos. A la oposición se le acusó de constituir el grupo de choque conocido como 184 o Convergencia Nacional, mientras que a Aristide se le vinculó con las hordas dedicadas al saqueo y las decapitaciones en varias ciudades del país, conocidas como Ejército Caníbal, que terminó convirtiéndose en un grupo opositor por la creencia de sus miembros de que Aristide había ordenado el asesinato de su jefe.

Tanto la OEA como el Caricom fracasaron en sus esfuerzos por lograr un acuerdo para la conformación de un organismo electoral que se encargara de organizar las elecciones. El 13 de enero de 2014 expiró el mandato de los diputados y de dos tercios de la membrecía del Parlamento. Aristide fue acusado de antidemocrático y de pretender instaurar una dictadura. El 5 de febrero de 2004 una rebelión armada que tuvo lugar en Gonaives, en el oeste del país, abrió las puertas de su destitución, que se produjo el 29 de febrero. La comunidad internacional que lo reinstaló en el poder años antes se veía ahora en la necesidad de relevarlo de la jefatura del Estado y extrañarlo del país.


Una vez más asume el poder provisionalmente el presidente de la Suprema Corte de Justicia, que en esta ocasión lo era Boniface Alexandre, quien no tardó en solicitar la conformación de una fuerza multinacional responsable de garantizar la paz y la seguridad en el país.

El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó de inmediato una resolución autorizando el despliegue de una Fuerza Militar Provisional (FMP) con efectivos de Estados Unidos, Canadá, Francia y Chile. En esencia lo que se hizo fue fortalecer misión que ya existía, adecuando su mandato a las nuevas circunstancias.

Más tarde la FMP fue convertida, mediante otra resolución, la 1542, en la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH), compuesta por soldados de diversos países de la región y del resto del mundo. La MINUSTAH debió abandonar el territorio haitiano en el 2006, pero su mandato se ha ido extendiendo por las condiciones prevalecientes en el país.

Haití logró celebrar elecciones a principios de 2006 después de cuatro posposiciones por problemas de todo tipo, resultando vencedor nueva vez René Preval, quien se postuló por el Partido Esperanza (Lespwa).

Fueron elecciones muy controversiales. Incluso, el partido de Preval llegó a acusar al Consejo Electoral de maniobrar para escamotearle el triunfo en primera vuelta. Tras un período de incertidumbre con grandes presiones de los observadores internacionales de la ONU y la OEA se decidió declarar ganador a Preval, quien fue instalado en el puesto el 14 de mayo.


Preval heredó un país totalmente arruinado, con un sistema político fracturado y gravísimos problemas de seguridad. Sin embargo, con el apoyo de la MINUSTAH logró una cierta reactivación económica y avances importantes en la lucha contra las bandas de delincuentes que sembraban el terror en todo el país.

En estos esfuerzos y con puntos luminosos en su haber le sorprendió el terremoto de enero de 2010, que abonó con sangre el territorio haitiano e hizo retroceder enormemente a la nación en todos los órdenes. Lo ocurrido en la vecina nación desde entonces hasta la fecha está fresco aún en la memoria de las personas medianamente informadas.

A Preval le cabe el honor de haber culminado sus dos mandatos presidenciales y de entregar voluntariamente el poder. Aunque con retraso por el terremoto, se organizaron unas elecciones que si bien no estuvieron libres de serios traumas, resultaron más que aceptables para un estado fallido con su modesta infraestructura totalmente colapsada, desgracia a la que más tarde se sumó la devastadora epidemia de cólera. Esas elecciones las ganó en segunda vuelta y en forma dudosa el actual presidente Michel Martelly. Fueron unas elecciones en las que participó apenas el 23% del electorado.

Los haitianos intentan actualmente superar una nueva crisis política que ha impedido desde hace cuatro años la celebración de las elecciones para renovar el órgano legislativo. Dicha crisis se originó por desavenencias entre el Poder Ejecutivo y el Parlamento sobre la ley electoral y la composición del organismo responsable de organizar las elecciones. Las contradicciones desataron nuevamente la violencia en las principales ciudades del país.


En enero del presente año gobierno y oposición, presionados por la comunidad internacional, lograron un acuerdo que incluyó la designación de un nuevo primer ministro y de un nuevo Consejo Electoral que deberá organizar las elecciones para escoger dos tercios del Senado y la totalidad de la Cámara de Diputados el 25 de octubre del presente año, así como la primera vuelta de las elecciones presidenciales el 25 de octubre y una segunda vuelta el 27 de diciembre si fuese necesario.

Desde que Martelly subió al poder se han designado en Haití cinco consejos electorales, incluyendo al actual. Ninguno de los anteriores logró organizar elecciones, por lo que el parlamento tuvo que ser disuelto al vencerse el período de elección de todos sus miembros. El presidente Martelly se ha visto precisado a gobernar por decreto.

La comunidad internacional ha externado sus esperanzas de que el proceso permita la instalación del nuevo parlamento el 11 de enero de 2016 y la transferencia del poder al nuevo presidente el 7 de febrero. El nivel de tensión política es alto y la violencia muy preocupante.

Como puede apreciarse, la clase política haitiana ha sido incapaz de llenar el vacío de poder dejado por la salida de Duvalier en 1986. Más que el producto del colapso del Estado, que prácticamente nunca ha existido en Haití hablando en términos estrictos, lo que actualmente ocurre allí es la consecuencia del fracaso de un sistema de reparto del poder basado en el liderazgo sobre ciertos grupos cuya influencia depende del clientelismo, del ejercicio de la violencia en sus diferentes formas y del aprovechamiento de la ignorancia generalizada de la gente.


Los antiguos esclavos de la colonia francesa de Saint Domingue y sus descendientes nunca emprendieron el camino de organizarse como Estado moderno porque no pudieron aprender eso de los franceses, que no propiciaron la instalaron en su colonia más próspera de América de instituciones al estilo occidental.

El sistema de reparto del poder, típico de países africanos hoy igualmente en situación de colapso, se estableció desde el momento mismo en que Haití emergió a la vida independiente, con un reino en el norte y otro en el sur. Desde entonces el país se lo reparten a dentelladas los grupos de poder que de los franceses solo heredaron las ínfulas de emperadores que caracterizaron a los que detentaron el poder colonial.

A diferencia de lo que ocurrió en otros países, la ocupación militar de Haití por parte de Estados Unidos, que se prolongó por 19 largos años, no logró que ese país se enrumbara por los senderos del desarrollo institucional como vía para organizar la nación y garantizar el cumplimiento de las funciones propias de un Estado, lo cual se explica por razones de índole cultural.

Desde hace 22 años, como hemos visto, una misión internacional acompaña a los haitianos con el claro mandato de ayudar a establecer un entorno seguro y estable; prestar asistencia mediante programas integrales y a largo plazo de desarme, desmovilización y reinserción; prestar asistencia en el restablecimiento y mantenimiento del estado de derecho, la seguridad pública y el orden público; proteger a los civiles que se encuentren en riesgo inminente de violencia física; apoyar el proceso político y constitucional; ayudar en la tarea de organizar, supervisar y llevar a cabo elecciones municipales, parlamentarias y presidenciales libres y limpias, y promover y proteger los derechos humanos.

Sin embargo, los logros en el cumplimiento de las metas son muy modestos. Como acabamos de ver, los avances alcanzados en los períodos de cierta estabilidad terminan perdiéndose en épocas de turbulencias, que son recurrentes.


Haití sigue siendo hoy un país sin instituciones y en crisis política permanente, donde no se garantiza a la ciudadanía los servicios más elementales, como salud, agua potable, educación y saneamiento básico; donde la justicia es inoperante; donde la policía es corrupta y el ciudadano es víctima habitualmente de todo tipo de vejámenes; donde las bandas de delincuentes imponen su autoridad con absoluta impunidad en los amplios espacios donde el Estado brilla por su ausencia y el secuestro es una institución; donde las mujeres y las niñas son maltratadas, violadas y obligadas a prostituirse; donde el crecimiento demográfico y la poca productividad agrícola han impulsado un proceso de deforestación fuera de control que afecta al 97 % del territorio y amenaza con convertir al país en un desierto; donde las fuentes de agua, que es un bien cada vez más escaso, están contaminadas; donde las bandas de narcotraficantes operan sin restricciones. Haití es un país en donde no se conoce el imperio de la ley.

Pese a las calamidades que sufre el pueblo, los dirigentes haitianos han sido incapaces de ponerse de acuerdo para celebrar elecciones libres y transparentes, y garantizar un ambiente propicio para la superación de los gravísimos problemas que afectan a la nación.

La comunidad internacional ha intentado durante estas tres décadas organizar una democracia conforme a los valores occidentales en un país donde no existe un Estado real. En Haití nunca habrá estabilidad mientras esa responsabilidad se le confíe a la clase política haitiana. Porque el sistema de reparto del poder, que funciona al margen del Estado, y que solo produce estabilidad a sangre y fuego, como lo hizo la dictadura de los Duvalier, se encuentra colapsado y con dificultades para su recomposición por la presencia de la misión internacional que de alguna forma lo limita, pero no lo elimina. Más bien, convive con él, morigerando su capacidad destructiva.

Haití no solo es un Estado fallido, sino que también se ha comportado como un Estado canalla en la conducción de sus relaciones con la vecina República Dominicana, como ocurrió cuando el gobierno organizó una manifestación que culminó con la toma en Puerto Príncipe de la sede consular dominicana, donde se profanó su bandera y se izó el pabellón haitiano con la presencia y participación de oficiales de la policía. O como cuando el primer ministro calificó de torturador al gobierno y pueblo dominicanos, pese a mantener con el país relaciones diplomáticas formales, lo que obliga a observar ciertas normas protocolares y de elemental decencia.

En junio de 2013 el presidente Danilo Medina visitó Haití en ocasión de conmemorarse el Día Mundial del Medio Ambiente. En atmósfera de camaradería, según puede apreciarse en las fotos disponibles en la red de Internet, ambos mandatarios sembraron un árbol y el presidente Medina aprovechó la ocasión para poner a disposición del gobierno haitiano las plantas que fueran necesarias para apoyar un agresivo plan de reforestación del desolado territorio haitiano. Sin embargo, horas después el gobierno de Martelly anunciaba la suspensión de las importaciones de carne de pollo y huevos dominicanos debido a una enfermedad cuya existencia nunca se comprobó y de lo cual nada informó al presidente Medina durante su visita.


La comunidad internacional está plenamente consciente de los altísimos niveles de irresponsabilidad corrupción que prevalecen en las entelequias institucionales de Haití y los círculos políticos que se disputan a tiros su control. Aunque la reconoce formalmente como representante del pueblo, pese a la dudosa legitimidad de tal representación, las instituciones de la comunidad internacional desconfían de la dirigencia haitiana y por eso canalizan los recursos a través de organizaciones no gubernamentales.

Haití es actualmente el país donde más ONGs existen después de la India, la segunda nación más poblada del mundo. Es por eso que en el país vecino se habla actualmente de la existencia de un gobierno de las ONGs.

Este fenómeno explica en gran medida el escaso nivel de efectividad de la ayuda internacional, que sólo entre 2010 y 2012 alcanzó la nada despreciable suma de 6,000 millones de dólares, que en un 91% se canalizó a través de las ONGs, la mayoría de las cuales son incapaces de formular un proyecto. Esto, obviamente, contribuye a dispersar los recursos y los esfuerzos.


Peor aún, la proliferación de ONGs con semejante privilegio fomenta el desinterés de la sociedad civil en el desarrollo de la capacidad institucional que supuestamente se pretende fomentar.

La comunidad internacional teme que los políticos corruptos de los estados fallidos se roben el dinero, pero los acepta como interlocutores válidos y les garantiza puestos en los foros internacionales, aun siendo parte del problema y no de la solución, precisamente por la capacidad que generalmente tienen de complicar las cosas.

Somalia, un Estado que se desintegró hace tiempo, que no es capaz de impedir que su territorio sea utilizado como plataforma para la práctica de la piratería, conserva aún representación en todos los foros internacionales. Este país africano es señalado hoy por algunos estudiosos como ejemplo de lo que denominan “Estado fantasma”.

Haití es un “Estado fantasma” que ataca a la República Dominicana con la complicidad de la comunidad internacional, que no quiere asumir plenamente la responsabilidad que le asiste de proveer seguridad a todos los que se encuentran bajo la amenaza que representa este estado colapsado y a los que de hecho están siendo impactados por una emigración desbordada con tendencia a agravarse.


Al aprobar la resolución 1542 que estableció la MINUSTAH, el Consejo de Seguridad previamente estableció que “existen obstáculos para la estabilidad política, social y económica de Haití” y determinó que “la situación de Haití sigue constituyendo una amenaza a la paz y la seguridad internacionales de la región”, lo que sirvió de fundamento jurídico para acogerse al Capítulo VII de la Carta, que prevé las medidas a adoptar en situación como esta, incluyendo el uso de la fuerza.

Como bien establece el Fondo para la Paz, una de las características de los Estados fallidos es la capacidad de provocar flujos migratorios masivos desde su territorio, justamente como los ha estado provocando Haití, algo que llegó a asumir su clase dirigencial como política de Estado, convencida de que la gente carece de alternativa en su propia tierra y de no está en condiciones de cambiar esta situación.

La comunidad internacional ha terminado haciendo causa común con el Estado fallido de Haití convirtiendo en victimaria a la República Dominicana, que en realidad es la víctima de la incapacidad del vecino de cumplir con sus obligaciones.

Para el Secretario General de la OEA es la República Dominicana quien amenaza al Estado fallido de Haití, lo que contrasta con la justificación jurídica de la presencia en ese país de una misión internacional de estabilización de la ONU, como ya vimos.


De nada ha valido el esfuerzo hecho por la República Dominicana para la implementación del más amplio plan de regularización de extranjeros en situación migratoria irregular jamás ejecutado en la región, que ha beneficiado a miles y miles de ciudadanos haitianos.

Desde hace 29 años Haití pende sobre República Dominicana y toda la región cual espada de Damocles por su inestabilidad política, la violencia casi generalizada y su calamitosa situación social y económica.

El esquema de cooperación con Haití ha fracasado. Los mecanismos que hasta ahora ha empleado la comunidad internacional para hacerle frente a esta amenaza, como lo atestigua la situación que actualmente prevalece en este país después de tres décadas de esfuerzos, han sido ineficaces.

De ahí la necesidad de que República Dominicana demande un cambio de rumbo que implique la adopción de una modalidad de administración territorial que provea a Haití de órganos de administración que generen confianza y faciliten la canalización eficiente de la ayuda internacional y estimulen la inversión extranjera.

De no hacerse así seguiremos perdiendo tiempo y cuantiosos recursos. Y lo que es peor, la región seguirá expuesta al grave peligro que representa un Estado fallido densamente poblado próximo a sus fronteras.



Confirma Foro de Sao Paulo avance de fuerzas de izquierda




México, (Servicios especiales de Vanguardia del Pueblo) Un avance incuestionable de las fuerzas de izquierda se ha registrado en América Latina y el Caribe según la Declaración Final del XXI Encuentro del Foro de Sao Paulo (FSP) que durante cuatro días sesionó en la capital mexicana.

Asimismo, recordó el XXV aniversario de la creación del FSP, fruto de la iniciativa del expresidente brasileño Luis Inacio Lula da Silva y el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro.

Subrayó en otro de sus 54 puntos que el Foro “ha contribuido en medida importante al logro de estos avances”.

Acotó que el imperialismo y las oligarquías nacionales profundizan su contraofensiva para restaurar en el poder a las fuerzas conservadoras de la derecha y el que “la izquierda latinoamericana y caribeña se mantenga unida en torno a este proyecto adquiere particular vigencia”.

La Declaración Final resaltó la necesidad de la unidad y el antimperialismo, así como reconoce la lucha de los pueblos indígenas, la participación de las mujeres en los diferentes sectores de la sociedad y el cuidado del medio ambiente.

Además, apoyó la independencia plena de Puerto Rico y condenó todas las formas de colonialismo, mientras respaldó a los gobiernos de América Latina que impulsan procesos revolucionarios.

Otro de los puntos expresó “el apoyo y confianza en el liderazgo histórico de la Revolución Cubana y en el Partido Comunista de Cuba, que conducen el proceso de actualización del modelo económico y social hacia la consolidación de un socialismo próspero y sostenible”.

Agregó regocijo por la libertad de los cinco antiterroristas cubanos, conocidos internacionalmente como los Cinco, que estuvieron presos injustamente en cárceles estadounidenses y la retirada de Cuba de la lista de países que promueven el terrorismo.

Reconoció “la decisión soberana de Cuba de restablecer relaciones diplomáticas con los Estados Unidos”, al mismo tiempo que la necesidad de eliminar el bloqueo económico contra la isla y devolverle el territorio que ocupa la ilegal base naval de Guantánamo, en el extremo oriental cubano.

Agradeció al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) de El Salvador su ofrecimiento a auspiciar el XXII Encuentro del Foro de Sao Paulo en 2016, lo cual se aprobó.
Antes de darse a conocer la Declaración Final se realizó este sábado una Plenaria donde intervinieron representantes de países asistentes al evento.

Durante este XXI Encuentro del FSP se reunieron en la capital mexicana más de 100 partidos de izquierda.

El evento, que inició el pasado día 29 de julio, fue organizado por los partidos de la Revolución Democrática (PRD) y del Trabajo (PT) de México, país que por cuarta ocasión se convirtió en su anfitrión.

Proyecto alternativo: Crear Fuerza Popular

Puntos básicos para un proyecto alternativo
Crear Fuerza Popular



Ante la crisis que atraviesa el sistema, y por ende el gobierno, se acentúa la lucha por las transformaciones políticas. Las propuestas y proyectos son bien disimiles y en su mayoría solo conllevan a reciclar el sistema a través de distintas reformas. No cambian lo esencial que acabaría de una vez por todas no solo con las crisis periódicas que tantos males traen a nuestros pueblos, sino también con el mismo capitalismo y nos conduciría a una sociedad superior.
Esta crisis iniciada el 2008 no ha sido “resuelta”. Mediante sistemas de rescates financieros y parches la han ralentizado prolongándola en el tiempo. De esta forma, sólo ha logrado expandirse a todos los continentes cuyos efectos son manifestaciones y conflictos sociales. La tónica de esta crisis se caracteriza por guerras, levantamientos populares, protestas sociales, represión, etc. Su tendencia es la confrontación entre las grandes potencias para la conquista de los mercados, única forma para salir de la crisis y mantenerse en el sistema capitalista. Los afectados son principalmente los países tercermundistas y los pobres de este planeta. Chile no está indemne ni ajeno a lo que ocurre en el mundo. Su economía dependiente lo torna extremadamente débil ante la hecatombe inevitable, cada vez más cercana de la economía mundial.
En este contexto surge nuestro proyecto. Nuestras propuestas básicas no rechazan el conjunto de proposiciones de gran parte de las organizaciones y colectivos anticapitalistas, sólo permiten ordenarlo a fin de lograr la unidad y un mejor desempeño.
El obstáculo principal (el gran capital)
Se considera transversalmente que el gran obstáculo para los cambios es la constitución pinochetista. Consideramos que la constitución política solo es la expresión normativa de las relaciones sociales y de producción, es la expresión jurídica que de ellas surge. El golpe de Estado de 1973 arrasó no solo con el sistema político sino también ocasionó profundos cambios al sistema capitalista adecuándolo a nuevas formas de producción y explotación de los trabajadores imponiendo el modelo neoliberal del cual Chile sería cuna de experimentación. La constitución impuesta en 1980 estaba destinada a darle legitimidad a la nueva cimentación económica y política.
La crisis por la que pasa Chile —y el mundo— es del sistema capitalista y su modelo. Su principal contradicción radica en el gran capital representado por la gran burguesía nacional y los sectores imperialistas dueños de las transnacionales, frente al pequeño y mediano capital de la clase pequeñoburguesa y el sector trabajador asalariado.
Por lo tanto, la tarea fundamental consiste en cambiar las relaciones de producción para pasar el control de la producción o su propiedad al conjunto de la sociedad chilena. El primer paso económico es socializar los medios de producción del gran capital.
Por otro lado cualquier Asamblea Constituyente convocada bajo la institucionalidad vigente solo lograría reciclar la existente que a su vez es la generada por Pinochet. Es necesario crear nuevas bases institucionales cuyo fundamento sea la participación de todo el pueblo. Hoy, el poder político está totalmente atrapado (cooptado) por la gran burguesía nacional y por el imperialismo.
Democracia Participativa
El sistema pinochetista, que la Concertación profundizó y perfeccionó, consiste que en todos las instituciones y organismos del Estado funcionen en interés del libre mercado, o sea, que sea controlado y orientado por el gran empresariado capitalista. Han tenido que pasar 25 años para que nuestro pueblo se dé cuenta de la gran estafa de esta democracia postdictatorial. Partidos, organizaciones o individuos que se han vinculado a las instituciones estatales se han transformado en empleados a sueldo del gran capital. El Parlamento se ha dedicado a legislar a favor de los intereses de este último, teniendo a los lobistas como intermediarios o vinculándose directamente con los empresarios cuando las circunstancias lo han ameritado. La escandalosa corrupción refleja el desparpajo con que se compra a cualquiera que se oponga a los intereses del gran capital. La opinión pública de la corrupción conoce apenas la punta de la madeja.
El nuevo poder político si no es constituido y representado por el conjunto del pueblo no resuelve la contradicción principal existente entre el gran capital y el pequeño empresario más el sector asalariado.
La democracia representativa es inviable para resolver los problemas porque se ha transformado en un sistema adormecedor de las inquietudes de nuestro pueblo, donde sus “representantes” y los medios de comunicación de masas son comprados o elegidos por sistemas espurios totalmente funcionales a los intereses del gran empresariado. Las transformaciones reales sólo son posibles dentro de una democracia participativa —estructurada en diferentes niveles: comunal, provincial, regional— que genera instancias de poder político en todo el país y desemboca en una Asamblea Nacional y Popular. De ser necesario a las zonas densamente pobladas se le incorporarían otras instancias intermedias.
Industrialización del país (El país que necesitamos)
Toda propuesta o proyecto debe considerar un plano económico cuyo objetivo es poner fin a los vaivenes cíclicos del capitalismo. Con 500 años de existencia, y casi 300 de dominación, no ha logrado acabar con la miseria, guerras, corrupción, injusticias y constante inestabilidad. Esto solo se puede lograr superando el sistema capitalista para pasar a uno constituido por nuevas formas de producción cuyas relaciones no sea supeditada a las leyes mercantiles.
La sociedad —cualquiera que fuere— debe partir con un plan de industrialización del país cuya meta sea la autosustentabilidad e independencia económica frente a los designios del imperialismo. Esto solo se puede realizar si el control de la gran producción pasa a manos del Estado mediante nacionalizaciones, estatizaciones u otros medios.
Reconstrucción de una Fuerza Popular (Unidad)
La reconstrucción de una fuerza popular capaz de ser alternativa política, no pasa por las formas de lucha sino por las propuestas ajustadas a la realidad en que vivimos y a los intereses de nuestro pueblo.
Las distintas formas de lucha política son impuestas por las clases dominantes y gobernantes, en la medida del fracaso de sus propios proyectos, al romper con la propia legalidad por ellos erigida. Lo acertado de nuestras propuestas se validará con el exitoso desarrollo de determinada forma de lucha que es difícil definir a priori, por lo cual es indispensable estar preparados para todas.
Los revolucionarios deben recurrir a todas las instancias de expresión política para denunciar y combatir a las fuerzas reaccionarias y dominantes, como también para combatir la demagogia y el oportunismo con que la casta política pretende engañar a nuestro pueblo. La lucha política debe pasar por una previa confrontación ideológica. Solo así iremos reconstruyendo una verdadera fuerza popular.
Elecciones municipales (táctica y unidad)
Se avecinan las elecciones municipales. Hoy, las municipalidades constituyen centros de corrupción y de enriquecimiento ilícito de sectores de la casta política. Desde este punto de vista, no podemos pretender que mediante el control de las alcaldías se puedan mejorar las condiciones de nuestro pueblo. Es necesaria tanto una reestructuración de fondo del sistema municipal como del Estado. No obstante, la participación en dichas elecciones puede ser muy provechosa para la construcción de nuestras fuerzas.
Es de vital importancia una campaña electoral para denunciar al gobierno y sus amos, para presentar nuestros proyectos de reconstrucción, para ir probando y curtiendo a los dirigentes populares honestos y, en definitiva, para ir creando un gran Frente Popular para las venideras batallas. Es la ocasión ideal para ir conformando asambleas populares, gérmenes de una nueva democracia participativa.
CONCLUSIONES (Estrategia y Táctica)
De todo lo anterior se desprende algunas propuestas o puntos básicos como tareas básicas.
1.—Convocar a un plebiscito para disolver el parlamento y convocar a un gobierno de transición que tenga como misión la estructuración de una nueva democracia participativa.
2.— Pasar al control del Estado las grandes empresas nacionales y transnacionales.
3.— Reestructurar el ejército sacando a todos los golpistas y violadores de DDHH; elaborar una doctrina de seguridad nacional basada en la amistad y solidaridad con los pueblos de la región. Históricamente el país ha sido amenazado e intervenido por países imperialistas, estos son el enemigo más probable para el cual deben prepararse nuestras FFAA.
4.— Traspasar la banca y el sistema financiero al control del gobierno de transición y del Estado.
5.— Una vez estructurado el nuevo sistema democrático, convocar a la Asamblea Constituyente.
6.— Utilizar la campaña electoral para transmitir y divulgar nuestras propuestas.
PORTAL RODRIGUISTA

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