Diez días que estremecieron a Panamá
Olmedo Beluche
Argentina: Declaración del Movimiento Socialista de los Trabajadores sobre el paro del 20N
Prensa MST
Hemos roto la barrera del miedo
Hind Abd-al-Gawad*
El pueblo resiste frente a sus opresores
A l´encontre/La Bréche
Diez grandes mitos sobre los ataques israelíes a Gaza
Juan Cole*
¿Qué es diferente esta vez en Gaza?
Olga Rodriguez
El ghetto de Gaza
Emilio Cafassi*
Palestina: “¡No basta rezar!”
Oliver Reina
El grito…
Carlos Carcione
Horror en Palestina
Albano A. Zambrano
¿Hasta cuándo se tolerará la agresión de Israel al pueblo palestino?
Andrés Martínez Lorca
Informe de Federico Engels sobre España
Manuel Taibo
Desgraciada acción de gracias
Carola Chávez
No todo es fútbol y dinero en Europa
Freddy Yépez
La DEA asiste a los narcotraficantes en América del Sur
Nil Nikandrov
Temor de ejército sionista a guerrilla de Hamas, deja los crímenes en manos de la fuerza aérea (II)
Alfredo Naime
Estamos viviendo el comienzo de la tercera guerra mundial
Oscar Heck
Gaza
Roberto Malaver
De Playa Girón a Gaza: el Imperialismo Contraataca
Manuel José Montañez
Las élites harán que todos seamos Gaza
Chris Hedges
Gaza, asesinatos y desinformación
Alain Gresh
Gaza, prisión no, campo de exterminio(I)
Angel Guerra Cabrera
En Gaza, el problema es la ocupación
Amy Goodman
Gaza
Eduardo Galeano
Israel se prepara con Gaza
Raul Crespo
Castración Nuclear
Guillermo Moreno
¿Qué hacer?: ante el exterminio sionista contra Palestina
El Pueblo Avanza (EPA)
Egipto: "Hemos roto la barrera del miedo"
Hind Abd-al-Gawad
Lecciones económicas a España y Portugal
Hedelberto López Blanch
¿Por qué seguimos guardando silencio ante tanta crueldad de Israel?
Braulio Martínez Zerpa
Palestina: los imperialistas necesitan la victoria de Israel
Julián Bravo
Palestina
Juan Barreto
Una mortaja de fuego sobre el cadáver de Gaza
Carlos de Urabá
Temor de ejército sionista a guerrilla de Hamas, deja los crímenes en manos de la fuerza aérea (I)
Alfredo Naime
El heroico pueblo palestino y la historia de un estado impuesto
Cesar Romero (Juventud Marea Socialista)
Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo
Vladimir Lenin
El Progresista: "Moral y luces", es un espacio para el estudio, análisis, refexion y propuestas en el ámbito político, económico, social y cultural desde una perspectiva histórica tomando como referente el pensamiento ético, humanista y patriótico de Duarte, Luperon y Bosch, las tres raíces del árbol de la patria
MORAL Y LUCES
jueves, 29 de noviembre de 2012
Sociedad fragmentada
Escrito por: Federico Henríquez Gratereaux (henriquezcaolo@hotmail.com)
Nuestro país está hoy más dividido que nunca. En el mundo de los partidos políticos son bien conocidas las diferencias que existen entre dirigentes del PRD; esas divergencias han tenido carácter dramático y amplísima difusión.
El enfrentamiento del expresidente Hipólito Mejía con el ingeniero Miguel Vargas Maldonado es del dominio público. También otros dirigentes mantienen pugnas internas que impiden la acción concertada de un partido que obtuvo dos millones de votos en las pasadas elecciones. Por tanto, el sistema político en conjunto no es capaz de articular una oposición constructiva, eficaz, que afiance nuestra vapuleada democracia llena de agujeros institucionales.
En el Partido Reformista son evidentes varias fracturas. Algunos dirigentes expulsados luchan por volver al partido; otros se han sumado a las directrices del partido en el poder. El PRSC, un partido substancialmente menguado tras la muerte de su líder histórico, fue decisivo para el triunfo electoral del PLD; pero la institución ha dejado de ser un actor principal; funciona como un complemento o auxiliar de cualquiera de los dos partidos organizados por Juan Bosch. Además, no se sabe con certeza cuan firme es la cohesión interna del PLD. Danilistas y leonelistas permanecen unidos por necesidades comunes. No obstante, asoman con frecuencia soterrados disgustos.
Quiere decir que los tres partidos confrontan problemas parecidos, aunque de diferentes magnitudes. No parece haber entusiasmo en la juventud por inscribirse en ninguno de esos partidos tradicionales. Pero esta situación penosa de los partidos, a pesar de ser importante, no es más grave que los apuros que agitan a la sociedad civil. Cada ciudadano debe confiar en sus propias previsiones; no puede esperar ayuda de la Policía; sabe que los delincuentes son poderosos y que difícilmente podrían ser reprimidos. Debe contar con inversor, cisterna, bomba, tinaco o planta eléctrica. Estas instalaciones no lo librarán, en todos los casos, de falta de energía o escasez de agua.
Obviamente, estas circunstancias no favorecen la solidaridad social, el surgimiento de empresas comunes en las que se involucren ciudadanos de diversas clases y oficios. Los políticos, de cualquier tintura ideológica, están convencidos de que nunca habrá suficiente presión pública para contener sus desmanes. Las quejas, desoídas hasta ahora, han sido sermones de índole moral.
Álvaro Arvelo se solidariza con expresidente Fernández
El expresidente Leonel Fernández y el periodista Álvaro Arvelo observan un libro en la librería de Funglode.
Santo Domingo
El destacado comunicador Álvaro Arvelo visitó este miércoles la biblioteca Juan Bosch, de la Fundación Democracia y Desarrollo (Funglode), a la que definió como uno de los mayores y más completos centros de esa naturaleza que existen en el mundo.
“Una biblioteca maravillosa. No he visto otra así en el mundo. Y he recorrido algunos países”, sostuvo Arvelo.
“Solo un hombre de la mentalidad moderna; un intelectual con la condición académica y de la erudición de Leonel Fernández es capaz de crear esta institución que tanto beneficia a la República Dominicana”, agregó.
Dijo que la biblioteca Juan Bosch es importante no solo para los jóvenes, sino para el desarrollo intelectual, académico y político de la República Dominicana.
Tras recorrer las diferentes áreas de la biblioteca, el comunicador conversó con el presidente de Funglode y ex mandatario de la nación, a quien expresó su solidaridad ante los ataques de que ha venido siendo objeto por parte de sus opositores políticos.
“Me siento halagado no solo de haber venido a conocer la biblioteca, sino también a saludar, con mucho cariño a mi amigo Leonel Fernández”, dijo.
Consideró los ataques contra Fernández como una acción “muy lamentable, muy injusta, muy desproporcionada y muy irrespetuosa”.
El comunicador destacó que Fernández es el único político en los 168 años de vida republicana del país, que ha ganado tres elecciones de manera abrumadora legítimamente.
Recordó que el fenecido líder del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Juan Bosch, llegó a definir a Fernández como “una mina de oro”.
“En este mundo de inversión de valores, de tanta mediocridad, los dominicanos deben sentirse orgullosos de tener a un estadista, a un intelectual como Leonel Fernández”, recalcó.
lunes, 26 de noviembre de 2012
Los resultados de la Penn & Schoen
Vinicio A. Castillo Semán
viniciocastilloseman@gmail.com
Los resultados de la firma encuestadora norteamericana Penn & Schoen dados a conocer esta semana arrojan datos muy importantes que han pasado desapercibidos para la opinión pública y que merecen ser analizados en el actual contexto nacional que vive el país.
La caída estrepitosa de Hipólito Mejía y el principal partido de oposición en los últimos seis meses debió ser sin duda, desde el punto de vista noticioso, uno de los issues fundamentales en las publicaciones que hicieran los medios que patrocinan esta prestigiosa firma encuestadora que, junto con la Greenberg y la Hamilton, fueron las que más acertaron en los resultados finales de las votaciones del 20 de mayo.
La Penn & Schoen establece que Hipólito Mejía y el PRD cayeron del 46.9% que sacaron el 20 de mayo a sólo un 31% de la simpatía del pueblo dominicano en la actualidad, lo que indica una pérdida constante de alrededor de 2.5% de promedio mensual, para un total de 15% desde su última votación presidencial. En el ámbito perredeista, sin embargo, llamó poderosamente la atención la omisión que se hiciera de la publicación de la encuesta del porcentaje obtenido por el presidente del PRD, Miguel Vargas Maldonado, quien según fuentes de entero crédito habría obtenido una amplia ventaja sobre Hipólito Mejía.
En contraste con la situación descrita anteriormente, la otra gran sorpresa que arrojan los datos de la Penn & Schoen es que a pesar de una bestial y gigantesca campaña de descrédito, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) obtuvo un 48% de la preferencia de los dominicanos, reafirmando esa organización como la principal fuerza política del país y con una erosión prácticamente nula en los 100 primeros días de gobierno de Danilo Medina.
La encuesta Penn & Schoen también arroja el dato de que el 54% de los dominicanos apoya y ve favorablemente al Presidente Danilo Medina y un 60% lo hace en favor de la vicepresidenta Margarita Cedeño de Fernández, lo que resulta un duro revés al cuadro mediático que ha tenido que enfrentar en sus primeros 100 días, que se ha empeñado en vender la falsa imagen de que el pueblo dominicano está rebelado contra el PLD y sus gobernantes y que aquí se está produciendo un fenómeno parecido a la famosa “primavera árabe” y a las revueltas populares en Egipto, que dieron como resultado la caída de Hosni Mubarak.
Contrario a lo que malintencionadamente quiso venderse, Penn & Schoen revela que sólo un 17% de los dominicanos ve mal o desaprueba la corta gestión de Danilo Medina en el Palacio Nacional. Se le quiso “vender” al país, a través de titulares manipulados, que el 47% que respondió “regular” es sinónimo de desaprobación, cuando objetivamente es más una valoración de aceptación que de desaprobación. Si sumamos el 47% “regular” más el 38% “bueno”, no hay que ser un avezado analista para concluir que, dentro de la difícil circunstancia que le ha tocado empezar a gobernar, Danilo ha pasado la prueba del juicio popular con mucha fortaleza, conforme a la encuesta de Penn & Schoen.
El otro dato digno de analizar es la fortaleza del liderazgo de Leonel Fernández en el país. A pesar de estar siendo objeto en la actualidad de una despiadada campaña de denuestos e improperios sin precedentes en la historia de la República Dominicana, Leonel Fernández obtuvo en la encuesta de Penn & Schoen 30% de aprobación y un 18% de votos neutrales que no manifestaron rechazo a su figura. El exPresidente Fernández debe sentirse muy contento y orgulloso de estos resultados, contrario a lo que de forma artera sus enemigos de hoy (amigos y beneficiados de ayer) han querido vender. Que su partido PLD, después de 12 años de gobierno suyo, tenga 48%; que su esposa tenga un 60%; que su compañero Presidente tenga un 54% y que la campaña mediática contra él sólo haya influido para situar el rechazo a su figura en 52% en las actuales circunstancias, son datos que deben de llenarle de orgullo y satisfacción. Cuando vemos que el rechazo a Leonel según Penn & Schoen es de 52%, tenemos que recordar que la votación en contra de su primera presidencia en 1996 fue de 49% y números más, números menos, se mantuvo invariable en las tres ocasiones en que ganó en primera vuelta la banda presidencial. Como todos los grandes líderes, Leonel ha sido y es en la actualidad un líder querido y venerado por sus seguidores y odiado por la otra parte del país que lo ha adversado desde que Joaquín Balaguer y Juan Bosch le alzaron las manos aquella tarde histórica de junio en el Palacio de los Deportes.
La torpeza y miopía de quienes han promovido la campaña de odio contra Leonel, no les ha dejado ver que lejos que destruirlo lo que han hecho es crear las condiciones para que mucha gente se solidarice con él como un factor aglutinante de las fuerzas políticas que ha dirigido después de la muerte de Bosch y Balaguer. Me consta, tal y como lo ha expresado públicamente, que no era el propósito de Leonel estar en primer plano en esta etapa, post salida del poder. Son paradójicamente sus enemigos quienes, sin proponérselo, han empujado la coyuntura del factor político polarizante de nuestra sociedad.
Los números de Penn & Schoen han demostrado que ni la claque callejera, ni la manipulación mediática, ni la envidia, ni el resentimiento de algunos, han cambiado el cuadro de opinión y preferencias políticas del pueblo dominicano. Una mala noticia, sin dudas, para aquellos que se han creído en condiciones de fabricar en términos mediáticos una realidad distinta.
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El Estado-nación; lengua, historia
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sábado, 24 de noviembre de 2012
¿Qué es diferente esta vez en Gaza?
1.- Hamás
Las revueltas árabes han trastocado el orden regional y han modificado algunas alianzas en Oriente Medio.
Prueba de ello es el giro de Hamás: hace un año optó por cambiar sus cartas. Se alejó del régimen sirio, castigado por las revueltas internas con el apoyo de actores extranjeros, abandonó su sede en Damasco y, aceptando una invitación del emir, se instaló temporalmente en Qatar, un país que mantiene buenas relaciones con Estados Unidos y que disfruta de peso político en la región gracias a su riqueza en gas y petróleo.
Fue todo un viraje, teniendo en cuenta que hasta entonces Hamás era fiel aliado del eje Teherán-Damasco-Hezbolá.
En febrero de este 2012 el líder de Hamás, Ismail Haniya, formalizó la ruptura con Siria en un discurso pronunciado en la mezquita Al Azhar de El Cairo:
“Desde la tierra de Egipto saludo a todos los pueblos de la primavera árabe, y en especial al pueblo sirio en sus aspiraciones de libertad, democracia y justicia”, sentenció.
El pasado octubre, solo unos días antes del inicio de la ofensiva israelí, el emir de Qatar visitó Gaza y anunció la entrega de una ayuda de 250 millones de dólares. Fue la primera visita oficial que un mandatario realizaba a Gaza desde el triunfo electoral de Hamás en 2006. Detrás de ella se escondía la intención de Qatar de alejar al movimiento de resistencia palestino de Irán, su tradicional aliado en la región.
2.-El nuevo papel de Egipto
Una de las grandes incógnitas que han preocupado a Israel y Estados Unidos es hasta qué punto el nuevo presidente egipcio, Mohamed Morsi, se atrevería a distanciarse de Israel.
En los meses de atrás Morsi ha intentado remarcar sus diferencias con la política de sumisión ante Israel practicada por su antencesor, Hosni Mubarak. No es ningún secreto que los Hermanos Musulmanes egipcios, de donde proviene el presidente egipcio, fueron la organización 'madre' de Hamás cuando éste fue fundado en 1987, al calor de la Primera Intifada palestina.
Pero al mismo tiempo Egipto ha procurado mantener sus buenas relaciones con Tel Aviv y con Estados Unidos, del que el Ejército egipcio recibe 1.300 millones de dólares al año, una ayuda que Washington activó tras la firma de los acuerdos de paz de Camp David entre Egipto e Israel en 1978.
En más de una ocasión Morsi ha criticado a Israel por incumplir los compromisos adquiridos en los pactos de paz de Camp David; ha calificado los ataques israelíes a Gaza como “agresiones contra la humanidad” y su primer ministro visitó la Franja en plena ofensiva militar para mostrar su solidaridad con los palestinos.El presidente egipcio ha jugado un papel clave como mediador en la negociación del alto el fuego. Fue el anfitrión de la reunión mantenida el pasado sábado en El Cairo entre los líderes de Turquía, Qatar y Hamás para buscar una salida a la situación en Gaza, recibió a Hillary Clinton en El Cairo y ha permanecido en contacto directo con Barack Obama, quien le ha telefoneado en varias ocasiones.
Sin embargo, aunque las reglas del juego entre El Cairo y Tel Aviv hayan cambiado en las formas, no lo han hecho en el fondo. A pesar de los ataques a Gaza, Morsi no ha amenazado con romper los pactos de Camp David, que son, de hecho, su gran baza para negociar las ayudas económicas que necesita de sus aliados occidentales.
Lo que sí busca el presidente egipcio es revalorizar el precio de sus acuerdos de paz con Israel y de su fidelidad a Washington. Quizá no sea casual que, justo tras el alto el fuego en Gaza, haya anunciado que asume amplios poderes en Egipto y que anula la efectividad de cualquier decisión judicial contra él o contra el panel que redacta la nueva Constitución egipcia, integrado por sus aliados islamistas.
Esta nueva deriva autoritaria del presidente ya ha tenido respuesta en la calle. La pasada noche miles de egipcios que se manifestaban para conmemorar el aniversario de la matanza de la calle Mohamed Mahmoud corearon eslóganes contra Morsi y exigieron su dimisión. Está previsto que hoy viernes las protestas continúen y crezcan en número: Los movimientos sociales están despiertos y dispuestos a provocar nuevos sobresaltos.
3.-Unas fronteras más frágiles
Uno de esos sobresaltos se ha vivido recientemente en Jordania, el único país árabe que, junto con Egipto, firmó la paz con Israel. La estabilidad de Jordania no pasa por su mejores días y eso supone una preocupación más para Tel Aviv. La monarquía jordana ha sido cuestionada por multitudinarias protestas iniciadas hace unas semanas, en las que se exige un cambio de régimen.
Israel también comparte frontera con Siria, un país sumido en la violencia, con un régimen debilitado y con algunos grupos de la oposición que cuentan con el apoyo de actores como Qatar o Arabia Saudí. La situación de ‘inestabilidad’ siria podría afectar además al statu quo actual en los Altos del Golán sirios, ocupados por Israel.
4.- La capacidad militar de Gaza
La capacidad de las milicias palestinas de Gaza es ínfima, y más en comparación con el Ejército israelí, el más poderoso de la región. No hay más que ver las cifras de muertos: 177 palestinos, 6 israelíes.
Sin embargo, por primera vez desde que lanzara su primer cohete contra territorio israelí en 2001, Hamás ha logrado alcanzar las inmediaciones de Jerusalén y Tel Aviv. Nunca antes sus proyectiles habían llegado tan lejos.
Tras esos ataques, Israel desplegó (y, de paso, publicitó) su sistema de defensa antiaérea Iron Dome, fabricado por una empresa israelí, con ayuda económica estadounidense.
5.- Las redes sociales
La presencia de testigos directos extranjeros en Gaza es significativamente superior a la que había en 2008 durante la Operación Plomo Fundido. Este hecho, unido a la creciente fuerza de las redes sociales, con un mayor número de internautas palestinos, ha permitido denunciar la muerte de civiles con una mayor difusión de datos, imágenes y vídeos que han tenido impacto en la opinión pública internacional.
6.- Un statu quo regional en revisión
Estados Unidos se opone a que Palestina sea reconocida como Estado observador de la ONU, y no oculta su gran alianza con Israel. De hecho, Obama ha dicho públicamente estos días pasados, con la Operación Pilar Defensivo ya en marcha, que “Israel tiene derecho legítimo a defenderse”, obviando que Israel es potencia ocupante y que por tanto el derecho a la defensa residiría, si acaso, en el ocupado. La posición de Obama ha satisfecho incluso a los sectores más conservadores de Estados Unidos.
Pero una prolongación de la ofensiva israelí podría sacar a la calle a la población egipcia y jordana, tensar las relaciones de Israel con Egipto, poner en peligro los acuerdos de Camp David, aumentar las críticas contra Tel Aviv en la comunidad internacional, complicar la situación siria e incluso allanar el camino para que una potencia como China, que cada vez teje más relaciones políticas y económicas en la región -fue la primera nación que el presidente egipcio visitó fuera de Oriente Medio- gane influencia en la zona defendiendo, como ya ha hecho estos días, ‘la justa posición de los países árabes en la cuestión palestina’.
Por todo ello, esta vez el alto el fuego ha llegado antes. Aunque ya se sabe que el alto el fuego, en este asunto, siempre es provisional. (Actualizado: De hecho, este viernes un palestino ha muerto y siete han resultado heridos).
Algo se mueve en Oriente Medio. Lo que no cambia es el sufrimiento palestino. Israel continúa incumpliendo las resoluciones de la ONU, ocupando territorios, discriminando y apartando a los palestinos de Cisjordania, cercando Gaza, perpetuando el bloqueo, matando. Lo hace gracias al papel y la complicidad de la comunidad internacional occidental -España incluida- que sigue vendiéndole armas y manteniendo relaciones diplomáticas y comerciales preferentes con Tel Aviv.
Prueba de ello es el giro de Hamás: hace un año optó por cambiar sus cartas. Se alejó del régimen sirio, castigado por las revueltas internas con el apoyo de actores extranjeros, abandonó su sede en Damasco y, aceptando una invitación del emir, se instaló temporalmente en Qatar, un país que mantiene buenas relaciones con Estados Unidos y que disfruta de peso político en la región gracias a su riqueza en gas y petróleo.
Fue todo un viraje, teniendo en cuenta que hasta entonces Hamás era fiel aliado del eje Teherán-Damasco-Hezbolá.
En febrero de este 2012 el líder de Hamás, Ismail Haniya, formalizó la ruptura con Siria en un discurso pronunciado en la mezquita Al Azhar de El Cairo:
“Desde la tierra de Egipto saludo a todos los pueblos de la primavera árabe, y en especial al pueblo sirio en sus aspiraciones de libertad, democracia y justicia”, sentenció.
El pasado octubre, solo unos días antes del inicio de la ofensiva israelí, el emir de Qatar visitó Gaza y anunció la entrega de una ayuda de 250 millones de dólares. Fue la primera visita oficial que un mandatario realizaba a Gaza desde el triunfo electoral de Hamás en 2006. Detrás de ella se escondía la intención de Qatar de alejar al movimiento de resistencia palestino de Irán, su tradicional aliado en la región.
2.-El nuevo papel de Egipto
Una de las grandes incógnitas que han preocupado a Israel y Estados Unidos es hasta qué punto el nuevo presidente egipcio, Mohamed Morsi, se atrevería a distanciarse de Israel.
En los meses de atrás Morsi ha intentado remarcar sus diferencias con la política de sumisión ante Israel practicada por su antencesor, Hosni Mubarak. No es ningún secreto que los Hermanos Musulmanes egipcios, de donde proviene el presidente egipcio, fueron la organización 'madre' de Hamás cuando éste fue fundado en 1987, al calor de la Primera Intifada palestina.
Pero al mismo tiempo Egipto ha procurado mantener sus buenas relaciones con Tel Aviv y con Estados Unidos, del que el Ejército egipcio recibe 1.300 millones de dólares al año, una ayuda que Washington activó tras la firma de los acuerdos de paz de Camp David entre Egipto e Israel en 1978.
En más de una ocasión Morsi ha criticado a Israel por incumplir los compromisos adquiridos en los pactos de paz de Camp David; ha calificado los ataques israelíes a Gaza como “agresiones contra la humanidad” y su primer ministro visitó la Franja en plena ofensiva militar para mostrar su solidaridad con los palestinos.El presidente egipcio ha jugado un papel clave como mediador en la negociación del alto el fuego. Fue el anfitrión de la reunión mantenida el pasado sábado en El Cairo entre los líderes de Turquía, Qatar y Hamás para buscar una salida a la situación en Gaza, recibió a Hillary Clinton en El Cairo y ha permanecido en contacto directo con Barack Obama, quien le ha telefoneado en varias ocasiones.
Sin embargo, aunque las reglas del juego entre El Cairo y Tel Aviv hayan cambiado en las formas, no lo han hecho en el fondo. A pesar de los ataques a Gaza, Morsi no ha amenazado con romper los pactos de Camp David, que son, de hecho, su gran baza para negociar las ayudas económicas que necesita de sus aliados occidentales.
Lo que sí busca el presidente egipcio es revalorizar el precio de sus acuerdos de paz con Israel y de su fidelidad a Washington. Quizá no sea casual que, justo tras el alto el fuego en Gaza, haya anunciado que asume amplios poderes en Egipto y que anula la efectividad de cualquier decisión judicial contra él o contra el panel que redacta la nueva Constitución egipcia, integrado por sus aliados islamistas.
Esta nueva deriva autoritaria del presidente ya ha tenido respuesta en la calle. La pasada noche miles de egipcios que se manifestaban para conmemorar el aniversario de la matanza de la calle Mohamed Mahmoud corearon eslóganes contra Morsi y exigieron su dimisión. Está previsto que hoy viernes las protestas continúen y crezcan en número: Los movimientos sociales están despiertos y dispuestos a provocar nuevos sobresaltos.
3.-Unas fronteras más frágiles
Uno de esos sobresaltos se ha vivido recientemente en Jordania, el único país árabe que, junto con Egipto, firmó la paz con Israel. La estabilidad de Jordania no pasa por su mejores días y eso supone una preocupación más para Tel Aviv. La monarquía jordana ha sido cuestionada por multitudinarias protestas iniciadas hace unas semanas, en las que se exige un cambio de régimen.
Israel también comparte frontera con Siria, un país sumido en la violencia, con un régimen debilitado y con algunos grupos de la oposición que cuentan con el apoyo de actores como Qatar o Arabia Saudí. La situación de ‘inestabilidad’ siria podría afectar además al statu quo actual en los Altos del Golán sirios, ocupados por Israel.
4.- La capacidad militar de Gaza
La capacidad de las milicias palestinas de Gaza es ínfima, y más en comparación con el Ejército israelí, el más poderoso de la región. No hay más que ver las cifras de muertos: 177 palestinos, 6 israelíes.
Sin embargo, por primera vez desde que lanzara su primer cohete contra territorio israelí en 2001, Hamás ha logrado alcanzar las inmediaciones de Jerusalén y Tel Aviv. Nunca antes sus proyectiles habían llegado tan lejos.
Tras esos ataques, Israel desplegó (y, de paso, publicitó) su sistema de defensa antiaérea Iron Dome, fabricado por una empresa israelí, con ayuda económica estadounidense.
5.- Las redes sociales
La presencia de testigos directos extranjeros en Gaza es significativamente superior a la que había en 2008 durante la Operación Plomo Fundido. Este hecho, unido a la creciente fuerza de las redes sociales, con un mayor número de internautas palestinos, ha permitido denunciar la muerte de civiles con una mayor difusión de datos, imágenes y vídeos que han tenido impacto en la opinión pública internacional.
6.- Un statu quo regional en revisión
Estados Unidos se opone a que Palestina sea reconocida como Estado observador de la ONU, y no oculta su gran alianza con Israel. De hecho, Obama ha dicho públicamente estos días pasados, con la Operación Pilar Defensivo ya en marcha, que “Israel tiene derecho legítimo a defenderse”, obviando que Israel es potencia ocupante y que por tanto el derecho a la defensa residiría, si acaso, en el ocupado. La posición de Obama ha satisfecho incluso a los sectores más conservadores de Estados Unidos.
Pero una prolongación de la ofensiva israelí podría sacar a la calle a la población egipcia y jordana, tensar las relaciones de Israel con Egipto, poner en peligro los acuerdos de Camp David, aumentar las críticas contra Tel Aviv en la comunidad internacional, complicar la situación siria e incluso allanar el camino para que una potencia como China, que cada vez teje más relaciones políticas y económicas en la región -fue la primera nación que el presidente egipcio visitó fuera de Oriente Medio- gane influencia en la zona defendiendo, como ya ha hecho estos días, ‘la justa posición de los países árabes en la cuestión palestina’.
Por todo ello, esta vez el alto el fuego ha llegado antes. Aunque ya se sabe que el alto el fuego, en este asunto, siempre es provisional. (Actualizado: De hecho, este viernes un palestino ha muerto y siete han resultado heridos).
Algo se mueve en Oriente Medio. Lo que no cambia es el sufrimiento palestino. Israel continúa incumpliendo las resoluciones de la ONU, ocupando territorios, discriminando y apartando a los palestinos de Cisjordania, cercando Gaza, perpetuando el bloqueo, matando. Lo hace gracias al papel y la complicidad de la comunidad internacional occidental -España incluida- que sigue vendiéndole armas y manteniendo relaciones diplomáticas y comerciales preferentes con Tel Aviv.
¿QUE HACER? LA IZQUIERDA Y EL VACIÓ POLÍTICO
¿Qué hacer?
La Izquierda y el vacío político
La masiva abstención en las elecciones municipales del 28 de octubre (60,8%: 8 millones de ciudadanos), constituye un rechazo contundente a la “clase política” y sus manejos, que han sumido en el desprestigio una actividad que ha perdido sus valores éticos fundamentales. No importa que dirigentes de partidos y parlamentarios se hagan los distraídos fingiendo que el 28 de octubre jamás existió. El lapidario veredicto ciudadano continúa allí, firme como un peñón en medio de la frivolidad del debate sobre primarias presidenciales, cupos parlamentarios y esbozos de programas que ni siquiera rasguñan los sagrados intereses de las clases dominantes. Pero si la “clase política” está dándose un festín con las sobras de una democracia liberal que pudo haber sido pero no fue, la abstención -que empieza a ser la sombra negra de las primarias- no sólo puso al descubierto la indigencia del sistema político chileno, también dejó en evidencia un vacío político que es urgente llenar con una alternativa popular. En política el vacío permanente no existe. Si el espacio no lo ocupan unos, lo harán otros. Si el pueblo trabajador no levanta su alternativa y asume un liderazgo capaz de movilizar millones, serán los explotadores de siempre quienes lo harán con disfraces y subterfugios.
El eje neoliberal que manipula la sociedad chilena está viendo cómo comienzan a ralear sus filas. Gobierno y Concertación -las dos derechas- sufrieron un duro revés en las municipales con votaciones que acentuaron la curva descendente de los últimos años. Sin duda que echarán mano a nuevas argucias para mantener el control de la situación: sobran los aventureros y mercenarios dispuestos a desempeñar el rol que les asignen sus amos. Por eso, demorar la tarea de llenar de contenido popular el vacío político constituye un grave delito contra los intereses vitales del pueblo. Los responsables por acción u omisión tendrán que pagar muy cara su desidia si eluden asumir su deber y postergan la construcción de una alternativa liberadora. El vacío político se hace evidente en la medida que se desmenuzan las cifras de la abstención. El Instituto de Sociología de la Universidad Católica -por encargo de la Cámara de Diputados- hizo un estudio que señala que el 22% de quienes se abstuvieron quisieron “manifestar un rechazo a la política y al sistema político”*. Por otra parte, el 23% se abstuvo porque no le interesan las elecciones municipales y el 21% lo hizo “porque no se sentía representado por ningún candidato”.
Aunque las encuestas salieron muy mal paradas el 28 de octubre -y ésta no es muy diferente en sus procedimientos-, podría tomarse como hipótesis. Es posible que una cuarta parte de los que se abstuvieron lo hicieron como un acto consciente de rechazo al sistema político. Podría sumarse ese 21% que no se sintió representado por ningún candidato (y/o partido). En ambas situaciones, la abstención fue una decisión madurada. De modo que el 43% de la abstención habría tenido un claro sentido político. Tres millones y medio de ciudadanos y ciudadanas mayores de 18 años en definitiva no votaron para manifestar su repudio a un sistema que no los representa, y que les es ajeno. Este es el sector ciudadano al que debería dirigirse una propuesta reactivadora de la pasión democrática, capaz de producir una amplia unidad política y social. ¿Qué hacer para ocupar el vacío político con una alternativa popular? Nadie tiene respuesta a un problema que es colectivo y que requiere un debate en que participen millones.
Los partidos que reducen la actividad política al quehacer electoral parecen creer que el mecanismo para superar la crisis política son las primarias presidenciales (las primarias parlamentarias parecen haber sido desechadas por la necesidad de negociar cupos, cuadrar los cuoteos con los pactos por omisión, etc.). Sin embargo, a quienes vuelven a entregarse en cuerpo y alma al Supremo Hacedor electoral les espera otra decepción. Si damos crédito al estudio antes mencionado, entre el 54 y el 58% de quienes se identifican con ambas coaliciones (Concertación y Alianza), no irán a votar en las primarias. Es una cifra que ronda el fatídico 60% de abstención de las municipales. En síntesis, la “oposición” -hegemonizada por las corrientes socialdemócrata y democratacristiana, enemigas juradas del proceso de liberación que se desarrolla en América Latina- no es un aliado a considerar en un proyecto emancipador, orientado a terminar con la desigualdad y los privilegios.
La tarea de levantar una alternativa popular, sin duda, se ha hecho más compleja a partir de la decisión del Partido Comunista de caminar junto con la Concertación en un proyecto de “gobierno de nuevo tipo”, que ya fue propuesto -y aceptado de inmediato- por la candidatura presidencial de Eduardo Frei-Ruiz Tagle, derrotado por Piñera en 2010. En esta oportunidad, la Concertación sin duda aceptará firmar cualquier compromiso a cambio de los votos del PC (6%). Pero una candidatura de “oposición” no resolverá el problema del vacío político que, justamente, se produce por rechazo al conjunto de los partidos y, sobre todo, a los de la Concertación + PC. Las fuerzas políticas reales en la Izquierda han quedado más reducidas por la ausencia del PC. Sin embargo -paradojas de la política- se está produciendo un fenómeno de fortalecimiento de los pequeños partidos, grupos y colectivos que conforman el mosaico de la Izquierda chilena. Esto ocurre sobre todo entre los estudiantes universitarios y secundarios, como lo muestran las elecciones en la FECH. El elemento fundante de este proceso, sin duda, es la percepción por esa vasta gama de colectivos del vacío político existente y de la necesidad de llenar ese espacio. A pesar de su fragmentación, la Izquierda extraparlamentaria posee capacidad de trabajo y de movilización, que puede contribuir al proceso de formación de la alternativa popular. Para eso se requieren pasos concretos que conduzcan a la unidad. Ese camino impone el realismo político: esto es poner a disposición de los movimientos sociales, en particular estudiantiles, todas las capacidades disponibles para la construcción de la alternativa popular.
Está claro que se trata de un proceso, pero ha llegado el tiempo de iniciativas más enérgicas. Las organizaciones sociales tienen una responsabilidad en la generación de los cambios que experimenta la política chilena. Eso les obliga a superar sus limitaciones y convocar a la unidad en la acción común. Si algo no falta, son motivos para luchar, y las organizaciones sociales deben marcar el rumbo. Un ejemplo es la lucha contra el lucro en la educación, que en los próximos meses puede reactivarse y alcanzar los niveles que tuvo en 2011. Las demandas de educación y salud son compartidas por millones de chilenos.
La mercantilización de servicios que son un derecho de los ciudadanos alcanza niveles que avergüenzan a los propios mercaderes del sistema, como ha sucedido con las Isapres -el odioso sistema de seguros de salud creado por la dictadura-. Han confesado 140 millones de dólares de utilidades en los primeros nueve meses de este año. Sesenta y siete mil millones de pesos robados a los trabajadores. Lo mismo -y aún a mayor escala- ocurre con las AFP. Este sistema, también creado por la dictadura, permite que grupos financieros nacionales y extranjeros administren los fondos de retiro de los trabajadores, utilizándolos como capital propio en inversiones en todo el mundo. Miles de personas de edad avanzada han sido víctimas de este sistema, que convierte sus pensiones en sal y agua. Las exigencias de una AFP estatal y la presencia dominante del Estado en el sector salud, constituyen una demanda ciudadana que genera amplio consenso.
Por supuesto es en el cobre -y en la minería en general- donde la alternativa popular debería buscar una incidencia relevante. El concepto de “renacionalización” corresponde a lo que es necesario impulsar para revertir el proceso de reducción de Codelco en beneficio de un puñado de empresas nacionales y extranjeras. En estas páginas hemos analizado el desmesurado aumento de las ganancias remesadas al exterior por las empresas extranjeras. Bajo el gobierno de Ricardo Lagos aumentaron de 4.438 millones de dólares a más de 13 mil millones, y bajo el de Michelle Bachelet crecieron a más de 25 mil millones de dólares. Una reforma tributaria que establezca el pago de regalías e impuestos a las utilidades debería iniciar un proceso de recuperación de las riquezas naturales para financiar las necesidades del país. Otros sectores con enormes ganancias, como el bancario, deberían contribuir en forma decisiva a un programa de desarrollo nacional que garantice educación, salud y trabajo.
No obstante, no nos engañemos. Nada de esto será posible sin una Constitución que permita abrir los cerrojos que impiden tocar los centros neurálgicos del poder. De modo que el eje político de una alternativa popular y democrática es la convocatoria a una Asamblea Constituyente -“una tradición revolucionaria habitual desde 1789”, como diría el sarcástico Eric Hobsbawm-**. Hace unos meses, cuando las movilizaciones estudiantiles hicieron evidente que se entraba en una crisis institucional, hasta el ex presidente Lagos y el senador Ignacio Walker, presidente de la DC, jugaron con la idea de una Asamblea Constituyente. Pero bastó un bufido de El Mercurio para que ambos echaran pie atrás y licuaran sus palabras. En declaraciones a ese periódico, Lagos planteó que si la Concertación y la Coalición por el Cambio se ponían de acuerdo para eliminar el sistema electoral binominal “¡se acabó la discusión de la Asamblea Constituyente!”***. Pareció acertar, porque el tema del binominal, -que tampoco se modificará en lo previsible- desplazó a la necesidad de nueva Constitución en el debate político.
Pero Lagos -que reivindica como democrática la actual Constitución gracias a los parches que le puso su gobierno en 2005- se equivoca. Por cierto es necesario eliminar el binominal, pero eso no bastaría para democratizar el país. También es necesario aprobar en plebiscito una nueva Constitución elaborada en una Asamblea Constituyente para levantar la nueva institucionalidad democrática. No es una meta inalcanzable, si la alternativa popular acumula la fuerza suficiente para obligar a las dos derechas a convocar a la Asamblea de los diputados del pueblo.
La certeza de que es tiempo de iniciar este camino de lucha social y política la señala el vacío político que puso al descubierto la abstención. Depende de nosotros -del pueblo en general, pero sobre todo de los jóvenes-, impedir que ese vacío lo ocupen los de siempre.
El eje neoliberal que manipula la sociedad chilena está viendo cómo comienzan a ralear sus filas. Gobierno y Concertación -las dos derechas- sufrieron un duro revés en las municipales con votaciones que acentuaron la curva descendente de los últimos años. Sin duda que echarán mano a nuevas argucias para mantener el control de la situación: sobran los aventureros y mercenarios dispuestos a desempeñar el rol que les asignen sus amos. Por eso, demorar la tarea de llenar de contenido popular el vacío político constituye un grave delito contra los intereses vitales del pueblo. Los responsables por acción u omisión tendrán que pagar muy cara su desidia si eluden asumir su deber y postergan la construcción de una alternativa liberadora. El vacío político se hace evidente en la medida que se desmenuzan las cifras de la abstención. El Instituto de Sociología de la Universidad Católica -por encargo de la Cámara de Diputados- hizo un estudio que señala que el 22% de quienes se abstuvieron quisieron “manifestar un rechazo a la política y al sistema político”*. Por otra parte, el 23% se abstuvo porque no le interesan las elecciones municipales y el 21% lo hizo “porque no se sentía representado por ningún candidato”.
Aunque las encuestas salieron muy mal paradas el 28 de octubre -y ésta no es muy diferente en sus procedimientos-, podría tomarse como hipótesis. Es posible que una cuarta parte de los que se abstuvieron lo hicieron como un acto consciente de rechazo al sistema político. Podría sumarse ese 21% que no se sintió representado por ningún candidato (y/o partido). En ambas situaciones, la abstención fue una decisión madurada. De modo que el 43% de la abstención habría tenido un claro sentido político. Tres millones y medio de ciudadanos y ciudadanas mayores de 18 años en definitiva no votaron para manifestar su repudio a un sistema que no los representa, y que les es ajeno. Este es el sector ciudadano al que debería dirigirse una propuesta reactivadora de la pasión democrática, capaz de producir una amplia unidad política y social. ¿Qué hacer para ocupar el vacío político con una alternativa popular? Nadie tiene respuesta a un problema que es colectivo y que requiere un debate en que participen millones.
Los partidos que reducen la actividad política al quehacer electoral parecen creer que el mecanismo para superar la crisis política son las primarias presidenciales (las primarias parlamentarias parecen haber sido desechadas por la necesidad de negociar cupos, cuadrar los cuoteos con los pactos por omisión, etc.). Sin embargo, a quienes vuelven a entregarse en cuerpo y alma al Supremo Hacedor electoral les espera otra decepción. Si damos crédito al estudio antes mencionado, entre el 54 y el 58% de quienes se identifican con ambas coaliciones (Concertación y Alianza), no irán a votar en las primarias. Es una cifra que ronda el fatídico 60% de abstención de las municipales. En síntesis, la “oposición” -hegemonizada por las corrientes socialdemócrata y democratacristiana, enemigas juradas del proceso de liberación que se desarrolla en América Latina- no es un aliado a considerar en un proyecto emancipador, orientado a terminar con la desigualdad y los privilegios.
La tarea de levantar una alternativa popular, sin duda, se ha hecho más compleja a partir de la decisión del Partido Comunista de caminar junto con la Concertación en un proyecto de “gobierno de nuevo tipo”, que ya fue propuesto -y aceptado de inmediato- por la candidatura presidencial de Eduardo Frei-Ruiz Tagle, derrotado por Piñera en 2010. En esta oportunidad, la Concertación sin duda aceptará firmar cualquier compromiso a cambio de los votos del PC (6%). Pero una candidatura de “oposición” no resolverá el problema del vacío político que, justamente, se produce por rechazo al conjunto de los partidos y, sobre todo, a los de la Concertación + PC. Las fuerzas políticas reales en la Izquierda han quedado más reducidas por la ausencia del PC. Sin embargo -paradojas de la política- se está produciendo un fenómeno de fortalecimiento de los pequeños partidos, grupos y colectivos que conforman el mosaico de la Izquierda chilena. Esto ocurre sobre todo entre los estudiantes universitarios y secundarios, como lo muestran las elecciones en la FECH. El elemento fundante de este proceso, sin duda, es la percepción por esa vasta gama de colectivos del vacío político existente y de la necesidad de llenar ese espacio. A pesar de su fragmentación, la Izquierda extraparlamentaria posee capacidad de trabajo y de movilización, que puede contribuir al proceso de formación de la alternativa popular. Para eso se requieren pasos concretos que conduzcan a la unidad. Ese camino impone el realismo político: esto es poner a disposición de los movimientos sociales, en particular estudiantiles, todas las capacidades disponibles para la construcción de la alternativa popular.
Está claro que se trata de un proceso, pero ha llegado el tiempo de iniciativas más enérgicas. Las organizaciones sociales tienen una responsabilidad en la generación de los cambios que experimenta la política chilena. Eso les obliga a superar sus limitaciones y convocar a la unidad en la acción común. Si algo no falta, son motivos para luchar, y las organizaciones sociales deben marcar el rumbo. Un ejemplo es la lucha contra el lucro en la educación, que en los próximos meses puede reactivarse y alcanzar los niveles que tuvo en 2011. Las demandas de educación y salud son compartidas por millones de chilenos.
La mercantilización de servicios que son un derecho de los ciudadanos alcanza niveles que avergüenzan a los propios mercaderes del sistema, como ha sucedido con las Isapres -el odioso sistema de seguros de salud creado por la dictadura-. Han confesado 140 millones de dólares de utilidades en los primeros nueve meses de este año. Sesenta y siete mil millones de pesos robados a los trabajadores. Lo mismo -y aún a mayor escala- ocurre con las AFP. Este sistema, también creado por la dictadura, permite que grupos financieros nacionales y extranjeros administren los fondos de retiro de los trabajadores, utilizándolos como capital propio en inversiones en todo el mundo. Miles de personas de edad avanzada han sido víctimas de este sistema, que convierte sus pensiones en sal y agua. Las exigencias de una AFP estatal y la presencia dominante del Estado en el sector salud, constituyen una demanda ciudadana que genera amplio consenso.
Por supuesto es en el cobre -y en la minería en general- donde la alternativa popular debería buscar una incidencia relevante. El concepto de “renacionalización” corresponde a lo que es necesario impulsar para revertir el proceso de reducción de Codelco en beneficio de un puñado de empresas nacionales y extranjeras. En estas páginas hemos analizado el desmesurado aumento de las ganancias remesadas al exterior por las empresas extranjeras. Bajo el gobierno de Ricardo Lagos aumentaron de 4.438 millones de dólares a más de 13 mil millones, y bajo el de Michelle Bachelet crecieron a más de 25 mil millones de dólares. Una reforma tributaria que establezca el pago de regalías e impuestos a las utilidades debería iniciar un proceso de recuperación de las riquezas naturales para financiar las necesidades del país. Otros sectores con enormes ganancias, como el bancario, deberían contribuir en forma decisiva a un programa de desarrollo nacional que garantice educación, salud y trabajo.
No obstante, no nos engañemos. Nada de esto será posible sin una Constitución que permita abrir los cerrojos que impiden tocar los centros neurálgicos del poder. De modo que el eje político de una alternativa popular y democrática es la convocatoria a una Asamblea Constituyente -“una tradición revolucionaria habitual desde 1789”, como diría el sarcástico Eric Hobsbawm-**. Hace unos meses, cuando las movilizaciones estudiantiles hicieron evidente que se entraba en una crisis institucional, hasta el ex presidente Lagos y el senador Ignacio Walker, presidente de la DC, jugaron con la idea de una Asamblea Constituyente. Pero bastó un bufido de El Mercurio para que ambos echaran pie atrás y licuaran sus palabras. En declaraciones a ese periódico, Lagos planteó que si la Concertación y la Coalición por el Cambio se ponían de acuerdo para eliminar el sistema electoral binominal “¡se acabó la discusión de la Asamblea Constituyente!”***. Pareció acertar, porque el tema del binominal, -que tampoco se modificará en lo previsible- desplazó a la necesidad de nueva Constitución en el debate político.
Pero Lagos -que reivindica como democrática la actual Constitución gracias a los parches que le puso su gobierno en 2005- se equivoca. Por cierto es necesario eliminar el binominal, pero eso no bastaría para democratizar el país. También es necesario aprobar en plebiscito una nueva Constitución elaborada en una Asamblea Constituyente para levantar la nueva institucionalidad democrática. No es una meta inalcanzable, si la alternativa popular acumula la fuerza suficiente para obligar a las dos derechas a convocar a la Asamblea de los diputados del pueblo.
La certeza de que es tiempo de iniciar este camino de lucha social y política la señala el vacío político que puso al descubierto la abstención. Depende de nosotros -del pueblo en general, pero sobre todo de los jóvenes-, impedir que ese vacío lo ocupen los de siempre.
Punto Final
* El Mercurio, 18/11/ 2012, cuerpo D.
** Historia del siglo XX, pág. 75, Grijalbo, Barcelona.
*** El Mercurio, 28/8/2012.
Editorial de “Punto Final”, edición Nº 771, 23 de noviembre, 2012
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