MORAL Y LUCES

MORAL Y LUCES

lunes, 6 de octubre de 2014

Frases y pensamientos de Juan Bosch

“Si no puedo ver por mí mismo la liberación de este pueblo, la veré a través de mis ideas”. 

“Nuestra aspiración es que un día, cuando los niños que están empezando hoy a hablar sean hombres viejos y de nosotros no quede si no una cruz sobre una tumba, esos viejos les digan a sus hijos que el compañero Juan vivió y murió pensando cada hora de cada día en servir a su pueblo”.

“Si mi vida llegara a ser tan importante que se justificara algún día escribir sobre ella, habría que empezar diciendo: “Nació en la Vega, República Dominicana. El 30 de junio de 1909, y volvió a nacer en San Juan de Puerto Rico a principios de 1938, cuando la lectura de los originales de Eugenio María de Hostos le permitió conocer qué fuerzas mueven el alma de un hombre consagrado al servicio de los demás”.

“Nadie se muere de verdad si queda en el mundo quien respete su memoria”. 

 La historia y el futuro de los pueblos 

“El porvenir de los pueblos es obra de sus hijos más que de sus padres, de los que viven y de los que van a vivir, más que de aquellos que rindieron sus tareas y se marcharon con los siglos. La obra buena de los muertos, como su obra mala, es propiedad de la historia; pero la obra buena del porvenir es el fruto de las buenas intenciones y de la capacidad para convertirlas en hechos”.

“Hay personas que creen que los hechos históricos son producidos por los grandes hombres, y resulta que es al revés; son los hechos históricos los que producen a los grandes hombres”.

“Ningún hombre es superior a su pueblo”.

La verdad, el valor y la lucha

“No hay arma más potente que la verdad en mano de los buenos”.

“La verdad no es un artículo que se compra y se vende con beneficios”.

“Toda obra digna para a menudo bajo las sombras de la infamia; el que combate, sin embargo, no puede detenerse ante la infamia”.

“El valor por sí sólo sirve para matar y morir, no para dirigir y triunfar”.

“La lucha de los pueblos es constante; nacen mártires donde muere uno: florecen las ideas allí donde las persiguen; un pasado heroico, cuajado de nobles hombres, estimula a los jóvenes e ilumina el porvenir”.

“Los hombres no saben vivir aplastados por el terror, y allí donde sufren, allí alimentan la esperanza de vencer al infortunio”.

La virtud, el deber y los hechos

“Los pueblos dignos, como los hombres con estatura moral, buscan dar, no recibir; buscan ayudar, no pedir ayuda”.

“No basta tener ideas; hay que hacerlas realidad en lo grande y en lo minúsculo”.

“El hombre no puede cumplir su destino en la sociedad sino convierte sus ideas y sus deseos en hechos, porque sólo los hechos tienen verdadero valor en la vida social”.

“Sólo quien reconoce la grandeza ajena puede ser grande, y que los que discuten la gloria de otros carecen del derecho a disfrutar la propia”.

“Lo perfecto es enemigo de lo bueno, y el hombre no debe aspirar a ser perfecto sino bueno nada más. Cuando se pasa de los límites de lo bueno y se entra en el afán de la perfección, lo que se hace es cultivar la vanidad, la vanidad individual; cultivar un sentimiento realmente mezquino, porque es un sentimiento que se limita a la persona que lo tiene. Por tanto no se debe ser perfeccionista, pero se debe tratar de hacer las cosas bien”.

La educación y la formación de la consciencia

“El destino de cada uno está en la educación que se le haya dado. Para que su conducta sea buena, el hombre tiene que ser mejor educado”.

“Hay que educar al hombre para que respete las leyes. Sin leyes no hay sociedad humana, y las leyes sólo tienen valor si cada persona las acepta y las respeta y las hace respetar”.

“La creación de la consciencia moral es el fin último de la evolución social. Lo que persigue el hombre es lo bueno. Lo bello, lo útil, lo justo y lo verdadero están dirigidos al establecimiento de una sociedad en que la consciencia social esté tan educada y evolucionada, que la bondad sea un principio naturalmente ejercido por todos”

“La libertad es un bien que no puede ponerse en peligro por debilidades, y el aire de la libertad se contamina de sutiles venenos allí donde en su nombre se permite que florezca la villanía

“No es ciudadano el que ignora cuáles son sus deberes y cuáles son sus derechos (…). No puede haber paz donde no hay consciencia cívica y no hay consciencia cívica donde no hay cultura”.

El trabajo, la disciplina y la mística

“Los jóvenes que aspiran a ejecutar su obra de un día para otro se exponen a desencantos dolorosos, pues nada que no tenga sus raíces en el tiempo puede perdurar. Y la única manera conocida de enraizar algo en el tiempo es trabajando”.

“Cuando se está ante una tarea larga y complicada, es mejor madrugar lo más que se pueda y acostarse sólo cuando ya no queden fuerzas para seguir en pie”.

“Toda obra de la creación – del hombre o de la naturaleza- se realiza en el seno del tiempo, y hay una sola manera de llevarla a cabo, que es trabajando. El creador, pues, está obligado, por la misma fuerza que lo lleva a crear, a sumergirse en el tiempo para trabajar.”

“No podría haber disciplina donde faltara la mística, pero tampoco podría haber mística donde faltara la disciplina, y nadie puede imponer la disciplina allí donde trabajando en una misma tarea cada quien la lleva a cabo como le parece, no como debe hacerse”.

El amor como fuerza creadora

“Sin amor es imposible hacer algo creador. La gallina, que es considerado el más cobarde de los animales domésticos, se lanza como pequeña fiera emplumada sobre el que se acerque demasiado a sus polluelos. El amor hace fuerte a los débiles y valientes a los cobardes. El amor obra milagros”.

El escritor, la cultura y la humanidad

“El escritor es un hombre de su tiempo, y siendo un hombre de su tiempo tienen que afectarle las condiciones en que vive el pueblo, la situación general del mundo, y éstas preocupaciones se van a reflejar en su obra”.

“Prefiero al escritor comprometido, pero comprometido son la causa buena, y la causa buena es la lucha por la liberación de los pueblos, por la liberación de los hombres. La causa buena es la que señala un rumbo, un camino hacia el futuro, un camino hacia el mayor bienestar de la humanidad, no de una minoría que viva a expensas el resto de la humanidad, sino de la humanidad completa. El escritor debe tener una conciencia bien clara de que el mundo mejor sería el mundo donde todos pudieran ser escritores y pintores y músicos y bailarines y cantantes. Es decir, el mundo donde las facultades humanas, las mejores facultades humanas, se expresaran son mayor intensidad y mayor brillo”.

“No creo que literatura puede cambiar el mundo, pero creo que la literatura como toda actividad humana, contribuye a iluminar la mente de los hombres, y que puede embellecer, enriquecer mucho la vida del hombre. La literatura no puede escapar de ninguna manera a la realidad social, económica, política, cultural, de los seres humanos”.

“En su significación más amplia y profunda, la palabra cultura significa la acumulación de todos los conocimientos y de todas las artes que la humanidad ha venido creando en su larga lucha en dominar la naturaleza que lo rodea, de la cual saca su sustento, su techo, lo que la viste y cura, y en suma, todo lo que ha necesitado para mantenerse con vida y constante evolución”.

La patria y los patriotas

“A la patria no se le usa, se le sirve”.

“Nosotros somos una tierra pequeña, que sólo podemos engrandecernos por el amor, por la virtud, por la cultura, por la bondad”.

“Si para nosotros no hay nada tan admirable, hermoso y grande como el hombre, nada puede ser más admirable, hermoso y grande que el pueblo dominicano”.

JUAN BOSCH: POLITICA Y PODER




OLEO DE JUAN BOSCH , PINTADO POR MIGUEL NUÑEZ PINTOR DE LA PATRIA

En el ejercicio de la política nos damos con toda clase de gente, y más en un país como el nuestro, donde la política es un potrero sin puertas en el cual puede entrar todo el que quiera y muy especialmente todo el que tenga hambre de figureo, de dinero o de poder.
Normalmente, el comportamiento de una persona está determinado por la clase o la capa social a que pertenece. Los que han nacido en hogares donde había dinero en abundancia, y sigue habiéndolo en los suyos, no se inquietan fácilmente ante problemas que sacan de quicio a quienes viven en medio de estrecheces o de ciertas limitaciones; y no porque aquéllos tengan un control de sus nervios que los convierte automáticamente en superiores a los demás seres humanos, sino porque pueden resolver muchos problemas de alguna importancia con sólo poner su firma en un cheque. ¿Qué la señora tuvo un accidente y el automóvil quedó destruido? Ahí va una orden para que se compre otro sin tener que esperar que la compañía de seguros pague la póliza del chocado. ¿Qué un incendio le destruyó la casa o que la hija quiere darle la vuelta al mundo para consolarse de la mala conducta de su marido o el hijo quiere pasar las vacaciones en la India? Todo eso lo resuelve la secretaria haciendo cheques; a él sólo le tocará firmarlos.
La posición que ocupa en las relaciones de producción le permite al capitalista sentirse seguro a tal punto que un problema de 25 mi o de 30 mil pesos no le perturba en lo más mínimo; en cambio, un pequeño burgués que tenga que pasarse el año trabajando para ganar 25 mil pesos (esto es para 1977) se sentirá preocupado, y hasta muy preocupado, si se le presentara una novedad que le costará 25 mil pesos, o 20 mil o 15 mil; y para un bajo pequeño burgués cuyas entradas son de 10 ó 12 mil ( por igual 1977), la pérdida de 10 mil le provocará un estado de nerviosismo que le quitará muchas horas de sueño.
El bajo pequeño burgués, y con más razón los bajos pequeños burgueses pobres y muy pobres, que son las capas sociales de donde salen los chiriperos, viven con un margen de maniobrabilidad económica muy estrecho, y eso se refleja en un alto grado de susceptibilidad. Es en esas capas sociales y no en las que se hallan por encima de ellas, donde se dan los episodios de Fulano que mató a Zutano porque éste le debía 5 pesos o por motivos parecidos. Cuanto más insegura sea la situación económica de una persona, más se inclinará a enfrentar los problemas mediante reacciones emocionales incontrolables, y así mismo actuará en la política si adquirió durante los primeros años de su vida el hábito de dejarse llevar por las emociones a la hora de tomar decisiones importantes. Eso es lo que explica la sorprendente escasez de líderes políticos en una sociedad como la dominicana donde la gran mayoría de la población es de origen bajo pequeño burgués pobre y muy pobre así como la reserva de líderes con que cuentan los países altamente desarrollados donde las capas superiores de la burguesía están compuestas por mucha gente o los países socialistas donde la casi totalidad de la población es trabajadora y disfruta de una fuerte estabilidad económica y social.
Pero la emocionalidad o el emocionalismo a que es tan propensa la baja pequeña burguesía pobre y muy pobre no se manifiesta sólo en forma agresiva; se manifiesta también en forma de ilusiones, especialmente en relación con la conquista del poder. La historia dominicana está llena de episodios en que aparecen representantes de esas capas sociales lanzándose a la conquista del poder con tan escazas posibilidades de conquistarlo que las páginas de la historia en que figuran esos episodios no parecen, vistas a la luz de la razón invenciones de locos. En algunos casos recientes hallamos la influencia que tuvo la Revolución Cubana en los sueños de poder de nuestra baja pequeña burguesía en todas sus capas, y a veces hasta en miembros de la mediana y de la alta, pero en episodios anteriores, especialmente en los últimos treinta y cinco años del siglo pasado, la influencia venía de Haití, lo que se explica por el ejemplo que daban los haitianos de hombres que habían sido esclavos o hijos de esclavos y llegaron, sin embargo, a posiciones de poder, algunos de ellos hasta alcanzar títulos de emperadores, como sucedió con Henri Christopher y Souluque, y después de ellos, de hombres del pueblo que fueron presidentes de la República haitiana porque en las guerras civiles de su país habían conquistado a la fuerza grados de generales. Puestos en ese camino por el impulso del ejemplo, los dominicanos actuaron por sí mismos y en el siglo pasado llegaron a la presidencia de la República Luperón, Meriño y Heureaux, los tres nacidos y formados en las capas pobres y muy pobres de la baja pequeña burguesía.
Pero Luperón, Meriño y Heureaux fueron realistas y por tanto no cometieron el error político de apoyar sus deseos de alcanzar el poder en fuerzas que ellos no podían controlar.

20 septiembre, 1977.

Cocina Vegetariana y Receta semanal

Cocina Vegetariana y Receta semanal
Receta de esta semana: Tarta de las mil verduras
Preparación
Ingredientes
Es bueno poder aprovechar las verduras que tengamos en el refrigerador. Esta receta es un ejemplo de ello y dio como resultado una comida abundante en fibras y con todos los aportes que una alimentación saludable necesita.
Masa. Poner en un recipiente la harina, la sal, el orégano, el adobo y el polvo de hornear.
Mezclar bien todos los ingredientes.
Aparte mezclar el agua caliente con el aceite y volcárselo a los ingredientes secos.
Revolver todo hasta formar una masa.
Formar un bollo y dejarlo descansar mientras realizamos el relleno.
Relleno. Poner en una cacerola el aceite. Llevarlo a calentar y agregarle la cebolla picada.
Dejar que se rehogue un poco y añadirle los pimientos.
Cocinar solo 2 o 3 minutos y agregarle los tomates picados, el repollo cortado fino y el vinagre.
El vinagre le da un gusto particular al repollo que lo deja muy bien.
Luego añadir los zapallitos y la berenjena.
Revolver todo y dejar cocinar hasta que las verduras estén apenas a punto.
Agregar la papa rallada y condimentar con sal, pimienta recién molida, ajo y perejil picado, adobo, orégano, tomillo, pimentón dulce y queso rallado.
Mezclar todo y retirar del fuego.
Dejar enfriar un poco y añadirle la taza de arroz, el almidón de maíz disuelto en la taza de leche.
Luego los huevos previamente mezclados.
Armado de la tarta. Se emplea una placa de horno de 40x40cm, o se dividen los ingredientes en dos placas más pequeñas.
Se estira la masa con el palote hasta que quede bien fina.
Se forra el molde y se vuelca el relleno.
Se cubre toda la superficie con hojas de albahaca cortada a mano y rodajas finas de tomate.
Se espolvorea los tomates con algo de sal.
Se cubren los bordes de la tarta con tiras de masa y se lleva a un horno precalentado a 180º durante 45 minutos o hasta que el relleno esté firme y algo dorada la masa.
Se retira y se deja enfriar un poco antes de servir
Porciones: 9
Masa
4 tazas de harina (480gramos)
2 cucharaditas de sal
1 cucharadita de polvo de hornear (levadura química, leudante)
½ taza de aceite
1 cucharada de adobo
2 cucharadas de orégano
1 y ½ taza de agua caliente
Relleno
¼ taza de aceite (si es de oliva mejor)
1 cebolla grande picada
5 tomates chicos picados (aproximadamente ½ kg)
3 pimientos verdes (morrón, ají dulce) cortados en juliana
3 zucchini cortados en cubos chicos.
1 berenjena grande pelada y cortada en cubos chicos
1 papa grande rallada
¼ de repollo blanco cortado bien fino
4 cucharadas de vinagre
1 taza de arroz cocido
1 cucharada de pimentón dulce
2 cucharadas de ajo y perejil picado
Sal, pimienta negra recién molida
3 huevos
50gramos de queso rallado
10 aceitunas fileteadas
2 cucharadas de almidón de maíz (espesante, fécula)
1 taza de leche (250cc)
Orégano, tomillo, adobo
2 tomates chicos cortados en rodajas finas
8 hojas de albahaca

Provista por 

 
Alimento Estrella:"Lentejas de Puy"

Gentileza de

Estas lentejas gourmet, irisadas y diminutas, crecen en unas tierras volcánicas y en un clima que les otorgan un sabor único y una gran riqueza mineral y antioxidante. Por eso están protegidas por una denominación de origen.
La planta de esta legumbre fue bautizada en 1930 por la botánica rusa Helena Barulina como Lens culinaris puyensis. Posteriormente se la ha llamado Lens esculenta puyensis. El clima de Le Puy-en-Velay, una ciudad del departamento del Alto Loira de la región de la Auvernia, en el centro de Francia, es frío en invierno, y ventoso y seco en verano. La tierra, volcánica, resulta muy fértil. La fama de estas lentejas firmes, de piel fina, y que no precisan de remojo previo, provocó que a principios del siglo XX los comerciantes avispados importaran legumbres de Alemania y Rusia para envasarlas como si fueran de la región. Para evitar el engaño, en 1935 los tribunales reconocieron la denominación de origen «Lenteja Verde de Puy». Hoy la autenticidad está garantizada y se venden en nuestro país por unos seis euros el kilo.
Antioxidantes y proteínas
Los frutos son vainas, que normalmente contienen dos semillas de color verde oscuro y jaspeadas de azul, debido a la presencia de antocianinas. Estos pigmentos son compuestos con un potente efecto antioxidante que protege frente al cáncer, las enfermedades cardiovasculares o el declive de las facultades intelectuales.
Además, la lenteja de Puy es un gran alimento, rico en aminoácidos fáciles de asimilar, sobre todo si se combina con arroz, pan, frutos secos o semillas. La elevada proporción de aminoácidos hace que 100 gramos de lentejas cocidas (50 en seco) se consideren una ración de proteínas, equivalente a unos 60 gramos de carne.
Piel fina y ricas en fibra
El contenido de fibra, aunque menor que en las lentejas ordinarias, favorece la digestión y el buen estado de la flora intestinal, y como la piel es mucho más fina, apenas causa flatulencias. Los hidratos de carbono de absorción lenta aportan energía de manera gradual, sin provocar altibajos en la producción de insulina ni en la glucosa sanguínea.
En una dieta equilibrada, sobre todo si es vegetariana, convendría comer lentejas, de de 50 a 80 gramos en seco, como mínimo una vez a la semana. Se recomiendan especialmente a los niños, ya que contribuyen a su correcto desarrollo, y a personas que realizan esfuerzos intelectuales o físicos. Tampoco conviene abusar, pues consumidas con frecuencia excesiva, pueden contribuir a la acidificación del organismo, lo que puede inducir cansancio, falta de concentración, facilidad para contraer infecciones, dolores articulares, acidez de estómago o mal aliento.
Una legumbre muy versátil
Entre las cualidades que han dado fama a la lenteja de Puy se encuentran su textura fina y su sabor suave, algo dulzón, que combina bien con las especias picantes y las plantas aromáticas mediterráneas. Además, al tener poco almidón, no resulta nada harinosa. Es una lenteja que estalla en la boca al comerla, pero que mantiene la consistencia cuando se cocina.
Es mejor no ponerla en remojo, ya que así tardará algo más en cocerse y le daremos tiempo para que absorba los sabores. Como es poco porosa, le cuesta más impregnarse de los aromas.
Una vez cocida, esta legumbre es ideal en para preparar ensaladas. También se pueden germinar, y si se hace en casa, conviene consumirlas en una semana para que no pierdan su frescura.
A la hora de comprarlas y conservarlas es importante comprobar que desprendan un olor fresco y que no estén partidas ni arrugadas, lo que significaría que son demasiado viejas.
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Vegetarianismo
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domingo, 5 de octubre de 2014

Julio Anguita "No me da miedo el ruido del poder, me da miedo el silencio del pueblo"

Recomendamos ver este
video donde el dirigente progresista Español habla de dignidad, el trabajo de concientizar a la ciudadanía para que hagan de  protagonistas de los procesos de cambios y transformación... 







¿Quién es?: Vladimir Putin (Presidente de Rusia) (2014)

Breve reseña de la vida del actual presidente de Rusia, Vladimir Putin.




Elogio del sentido común

(Palabras dichas el 12 de mayo, en la apertura de los Diálogos del Fórum de Barcelona



Elogio del sentido común
Eduardo Galeano
Rebelión

Nos reúne, en la mañana de hoy, la búsqueda de áreas de cooperación y de encuentro en este mundo enfermo de desvínculos. ¿Dónde podremos encontrar un gran espacio todavía abierto al diálogo y al trabajo compartido? ¿No podríamos empezar por buscarlo en el sentido común? ¿El cada vez más raro sentido común?

Los gastos militares, pongamos por caso. El mundo está destinando 2.200 millones de dólares por día a la producción de muerte. O sea: el mundo consagra esa astronómica fortuna a promover cacerías donde el cazador y la presa son de la misma especie, y donde más éxito tiene quien más prójimos mata. Nueve días de gastos militares alcanzarían para dar comida, escuela y remedios a todos los niños que no tienen. A primera vista, esto traiciona el sentido común. ¿Y a segunda vista? La versión oficial justifica este derroche por la guerra contra el terrorismo. Pero el sentido común nos dice que el terrorismo está de lo más agradecido. Y a la vista está que las guerras en Afganistán y en Irak le han regalado sus más poderosas vitaminas. Las guerras son actos de terrorismo de Estado, y el terrorismo de Estado y el terrorismo privado se alimentan mutuamente.

***

En estos días se han difundido las cifras: la economía de Estados Unidos está repuntando y ha vuelto a crecer a buen ritmo. Sin los gastos de guerra, según los expertos, crecería mucho menos. O sea: la guerra de Irak sigue siendo una buena noticia para la economía. ¿Y para los muertos? ¿Habla el sentido común por boca de las estadísticas económicas? ¿O habla por la boca de ese padre dolido, Julio Anguita, cuando dice: "Maldita sea esta guerra y todas las guerras"?

***

Los cinco países que más armas fabrican y venden son los que gozan del derecho de veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. ¿No contradice el sentido común que los custodios de la paz mundial sean los que hacen el negocio de la guerra?

A la hora de la verdad, esos cinco países mandan. También son cinco los países que mandan en el Fondo Monetario Internacional. Ocho toman las decisiones en el Banco Mundial. En la Organización Mundial del Comercio está previsto el derecho de voto, pero jamás se usa.

La lucha por la democracia en el mundo, ¿no tendría que empezar por la democratización de los organismos que se llaman internacionales? ¿Qué opina el sentido común? No está previsto que opine. El sentido común no tiene voto, y tampoco tiene voz.

***

Muchas de las más feroces extorsiones y de los más atroces crímenes que el mundo padece se llevan a la práctica a través de esos organismos que dicen ser internacionales. Sus víctimas son los otros desaparecidos: no los que se perdieron en la niebla de horror de las dictaduras militares, sino los desaparecidos de la democracia. En estos años recientes, en Uruguay, mi país, y en América Latina y otras regiones del mundo han desaparecido los empleos, los salarios, las jubilaciones, las fábricas, las tierras, los ríos, y hasta han desaparecido nuestros hijos, que desandan el camino de sus abuelos, obligados a emigrar en busca de lo que desapareció.

¿Obliga el sentido común a aceptar estos dolores evitables? ¿Aceptarlos, cruzados de brazos, como si fueran la inevitable obra del tiempo o de la muerte?

***

¿Aceptación, resignación? Reconozcamos que poquito a poco, el mundo va siendo menos injusto. Por poner un ejemplo, ya no es tan abismal la diferencia entre el salario femenino y el salario masculino. Poquito a poco, digo: al ritmo actual, habrá igualdad de salarios entre los hombres y las mujeres dentro de 475 años. ¿Qué aconseja el sentido común? ¿Esperar? No conozco a ninguna mujer que viva tanto.

***

La verdadera educación, la que proviene del sentido común y al sentido común conduce, nos enseña a luchar por la recuperación de todo lo que nos ha sido usurpado. El obispo catalán Pedro Casaldáliga lleva largos años de experiencia en la selva brasileña. Y él dice que es verdad que más vale enseñar a pescar que regalar pescado, pero advierte que de nada sirve enseñar a pescar si los ríos han sido envenenados o vendidos.

***

Para que los osos bailen en los circos, el domador los amaestra: al ritmo de la música, les golpea las ancas con un palo erizado de púas. Si bailan como deben, el domador deja de golpearlos y les da comida. Si no, continúa el tormento, y en las noches los devuelve a las jaulas sin nada que comer. Por miedo, miedo al castigo, miedo al hambre, los osos bailan. Desde el punto de vista del domador, esto es puro sentido común. Pero, ¿y desde el punto de vista del domado?

***

Setiembre de 2001, Nueva York. Cuando el avión embistió la segunda torre, y la torre crujió, la gente huyó volando escaleras abajo. Entonces los altavoces mandaron que los empleados volvieran a sus puestos de trabajo. ¿Quiénes actuaron con sentido común? Se salvaron los que no obedecieron.
***

Para salvarnos, juntarnos. Como los dedos en la mano. Como los patos en el vuelo.

Tecnología del vuelo compartido: el primer pato que se alza abre paso al segundo, que despeja el camino al tercero, y la energía del tercero levanta vuelo al cuarto, que ayuda al quinto, y el impulso del quinto empuja al sexto, que presta fuerza al séptimo.

Cuando se cansa el pato que hace punta, baja a la cola de la bandada y deja su lugar a otro, que sube al vértice de esa uve invertida que los patos dibujan en el aire. Todos se van turnando, atrás y adelante. Según mi amigo Juan Díaz Bordenave, que no es patólogo pero sabe de patos, ningún pato se cree superpato por volar adelante, ni subpato por marchar atrás. Los patos no han perdido el sentido común.

Manual de la Alegría (XXV)

Manual de la Alegría (XXV)




Hay quienes vagan por su existencia


en un adormilamiento perpetuo,


ocupados en hacer tolerable una vida absurda,


cada uno soportando naufragios


para los que no es consuelo la sabiduría,


ni las gotas de felicidad consumidas


en caricias fugitivas a las que jamás volveremos.


Sin embargo, en los próximos cinco mil millones de años


el sol seguirá saliendo cada mañana.


Todo acaba, pero todo empieza,



y los niños siguen jugando en las calles.



sábado, 4 de octubre de 2014

MI PEDRO DE SALOME A SU HIJO PEDRO HENRIQUEZ UREÑA

MI PEDRO

SALOME UREÑA
Mi Pedro no es soldado; no ambiciona
de César ni Alejandro los laureles;
si a sus sienes aguarda una corona,
la hallará del estudio en los vergeles.
¡Si lo vierais jugar! Tienen sus juegos
algo de serio que a pesar inclina.
Nunca la guerra le inspiró sus juegos:
la fuerza del progreso lo domina.
Hijo del siglo, para el bien creado,
la fiebre de la vida lo sacude;
busca la luz, como el insecto alado,
y en sus fulgores a inundarse acude.
Amante de la Patria, y entusiasta,
el escudo conoce, en él se huelga,
y de una caña, que transforma en asta,
el cruzado pendón trémulo cuelga.
Así es mi Pedro, generoso y bueno,
todo lo grande le merece culto;
entre el ruido del mundo irá sereno,
que lleva de virtud germen oculto.
Cuando sacude su infantil cabeza
el pensamiento que le infunde brío,
estalla en bendiciones mi terneza
y digo al porvenir: ¡Te lo confío!
Domingo Nuñez  Polanco  posando frente pintura al oleo de Pedro Henriquez  Ureña del pintor Miguel Nuñez, el pintor de la patria

La ética y la política



“No debemos crear asalariados dóciles al pensamiento oficial

ni “becarios” que vivan al amparo del presupuesto,

ejerciendo una libertad entre comillas”

Ernesto Guevara

En 1927, encerrado en una mazmorra fascista por aquello de “debemos impedir que este cerebro funcione” –lo alegado por el fiscal en el juicio-, Antonio Gramsci, corso, intelectual comunista y revolucionario de tiempo completo, se pregunta las razones de la derrota y casi en la más rigurosa soledad elabora un conjunto de ideas que dejarían en ridículo la pretensión de acabar con su producción intelectual. Luego de varios intentos, decide articular sus reflexiones alrededor de un personaje muy popular en Italia, que había vivido cuatro siglos antes: Nicolás Maquiavelo. En “El Príncipe” había desplegado un conjunto de reglas y consejos para que el “populacho”, los que no nacieron para la política y desconocían casi todo de ella, pueda actuar con una “voluntad colectiva” y conquistar los objetivos anhelados. Para ello distingue entre la ética y la política. No descarta ni descalifica la ética, como la vulgata ha pretendido durante siglos y aún intenta, con aquella invención de que “el fin justifica los medios”, afirmación que el nunca suscribió y que por el contrario, es opuesta a su pensamiento. Lo que sí explicó Maquiavelo es que no alcanzaba con la ética, que hacía falta eficacia en la lucha política. Gramsci va a partir de allí; contextualiza el concepto diciendo que en 1527 solo había una ética que era la religiosa, dictada desde Roma por el Papa y que las acciones políticas no solo tenían que ser “éticas” (en el sentido religioso predominante) sino eficaces. La acción política debe alcanzar los objetivos proclamados y para ello propone constituir al pueblo en un “nuevo príncipe”, otro modo de nombrar (todo lo que escribía era revisado por la censura) a la fuerza organizada para la lucha política que en 1927 tenía como principal exponente al Partido Bolchevique, modelado por Lenin en la Rusia de principios del siglo XX. Y que la ética debía contextualizarse en las tareas históricas que marcaba la vigencia de la lucha por el triunfo de la revolución socialista iniciada en noviembre del 17; es decir, no pensar la ética en función del “plan divino” que supuestamente daría a cada hombre un lugar en la historia, su destino, sino desde la perspectiva que el hombre forja la historia con conciencia, organización y disciplina. Luchar por el cambio social desde proyectos colectivos inspirados en el bien común representaba para Gramsci la ética de su época y no el estricto cumplimiento de las bulas y encíclicas papales [1]. Algunos años más tarde, Julius Fucik, periodista checo antifascista, afirmaría que héroe era aquel que hacía lo que había que hacer en aras de la revolución, no importa las circunstancias. Desde entonces, para los revolucionarios y los humanistas en general, ético es hacer lo que hay que hacer en aras de defender y potenciar la humanidad de los seres. O sea, construir el hombre nuevo.

Pero la historia resultó mucho más contradictoria y paradójica de lo que todos imaginaban. En el camino de luchas por abrir paso a la revolución socialista mundial se fue reconfigurando la ética religiosa y para el tiempo de la muerte de Gramsci (lo mantuvieron en la cárcel hasta pocos días antes de su deceso en 1937), la ética comunista mutó en una ética referencial al supuesto centro de la Revolución, la Unión Soviética y los Partidos Comunistas. A ellos se adjudicó la propiedad de la infalibilidad y la invencibilidad; se reclamó subordinación de las conductas humanas a sus deseos, en aras de una supuesta “razón de estado revolucionaria” que recuperó de un modo trágico aquella versión deformada del Maquiavelo original. Era ético lo que era funcional a su mantenimiento y crecimiento, no importando otro razonamiento. Con la consolidación del stalinismo reapareció la pretensión instrumentalista de que la causa obliga al “sacrificio” de hacer lo que no corresponde; el fin justifica los medios, en el lenguaje popular. Y esa ética invadió todo, hasta las fuerzas supuestamente antagónicas del centro de la revolución mundial. El asesinato del poeta salvadoreño Roque Dalton por parte de un jefe del Ejercito Revolucionario del Pueblo de El Salvador (en castigo por su planteo de unidad de los revolucionarios) ilustra la magnitud de la deformación sufrida. La incidencia de tal concepción ética sobre el movimiento político que asumió la conducción de la mayor gesta humana: el intento de terminar con el capitalismo en el siglo XX, ha sido analizado al detalle y no es este el lugar de repasar aquella trayectoria -que terminó en el vaciado político del mundo socialista real facilitando su derrota-. Solo permítanme traer al debate al Comandante Guevara que en una carta al periódico uruguayo Marcha, de 1965, escribirá: “Se corre el peligro de que los árboles impidan ver el bosque. Persiguiendo la quimera de realizar el socialismo con la ayuda de las armas melladas que nos legara el capitalismo (la mercancía como célula económica, la rentabilidad, el interés material individual como palanca, etcétera), se puede llegar a un callejón sin salida. Y se arriba allí tras de recorrer una larga distancia en la que los caminos se entrecruzan muchas veces y donde es difícil percibir el momento en que se equivocó la ruta. Entre tanto, la base económica adaptada ha hecho su trabajo de zapa sobre el desarrollo de la conciencia. Para construir el comunismo, simultáneamente con la base material hay que hacer al hombre nuevo.” [2] La ética y la política revolucionaria no podían marchar por separado, y lo sostuvo con su ejemplo militante hasta el final. Los comunistas argentinos, en el XVI Congreso de 1986, aplicamos dicho razonamiento para entender nuestra propia historia. ¿En qué punto se había perdido el objetivo revolucionario que había convocado en 1918 a abandonar por reformista al Partido Socialista y fundar uno nuevo?. Dijimos entonces que la desviación oportunista de derecha que nos había transformado en furgón de cola de cuanto proyecto burgués reformista había asomado en el país –todos los gobiernos civiles desde el 30 hasta el de Alfonsín- se había impuesto “ tras de recorrer una larga distancia en la que los caminos se entrecruzan muchas veces y donde es difícil percibir el momento en que se equivocó la ruta”. En ese camino se fue consolidando una cultura política reformista, la llamamos de “frente democrático nacional” porque depositaba esperanzas de cambio en una supuesta burguesía nacional, sus representaciones políticas y el mismo Estado Nacional [3].

P ara finales del siglo XX, consumada la debacle del llamado mundo socialista, aquello de las “melladas armas del capitalismo” trepó al más descarnado posibilismo que encontró en la llamada Tercera Vía [4] , un modo brutal de expresión. Ya no se trataba de buscar un camino intermedio entre el socialismo estatalista y el capitalismo (que para muchos era el Capitalismo de Bienestar, del cual el primer peronismo fue una de sus expresiones más acabadas), sino entre el capitalismo neoliberal en alza y el capitalismo de bienestar en declive. Un economistas británico le puso letra, Anthony Guiddens y tres estadistas: Tony Blair, laborista de Inglaterra, Massimo D Alema, ex comunista italiano y Bill Clinton, demócrata yanqui lo lanzaron al mundo. Entre nosotros, primero fue el dirigente peronista Eduardo Alberto Duhalde, quien lo hizo circular con la ayuda de Antonio Cafiero, en los primeros 90 y luego la posta la tomó el grupo hegemónico del Frente Grande con Chacho Álvarez y Eduardo Sigal a la cabeza. Pocos recuerdan que con el apoyo de buena parte de la dirigencia del P.T. de Brasil, el Partido Socialista de Chile y muchas otras fuerzas “progresistas” generaron en 1997 el llamado “Consenso de Buenos Aires”, verdadero catalogo de claudicaciones programáticas que sirvió de base a las plataformas electorales de lo que hoy se llama el “progresismo” [5] . La hipótesis de este articulo es que las huellas de aquel realismo de la razón de estadodel siglo XX y de este posibilismo de renunciar al cambio verdadero y buscar un lugar intermedio entre el fundamentalismo de mercado y la regulación estatal del capital, han modelado a toda una generación de luchadores democráticos. Muchos de ellos han accedido a cargos de gobierno y son cautivos de aquel cepo ideológico, que puede llegar a frustrar las intenciones más valiosas y osadas. El caso es que, una vez más, postergan la “ética” en aras de la “política” y las palabras las pongo entre comillas porque pretendo condensar en dos términos un campo de cuestiones conceptuales e históricas bastante amplio. Digamos, para entendernos, que por ética en este texto, entenderé los principios filosóficos e ideológicos, la coherencia entre lo proclamado y lo actuado y el respeto por las luchas libertarias que nos precedieron y prepararon nuestro presente; y por “política” entenderé el conjunto de acciones desplegadas desde el gobierno y desde las fuerzas políticas que se piensan desde la correlación de fuerzas y no desde el objetivo revolucionario; como diría Gramsci, desde el “ser” antes que desde “el deber ser” o al decir de Guevara, que al momento de calcular la correlación de fuerzas no incorporan en el cálculo la transformación que la voluntad humana, organizada colectivamente, puede producir en la realidad social.

Como se trata de inducir un debate y señalar algunos caminos de reflexión, no pretendo agotar todos los temas que hacen a la coyuntura latinoamericana; solo quisiera llamar la atención sobre la tolerancia de políticos y gobiernos considerados progresistas con la cuestión de la impunidad histórica (Lula en Brasil, Mujica en Uruguay) y con la violación de los derechos humanos en tiempo presente: gatillo fácil, tortura en sede policial y penitenciaria, represión a los campesinos pobres, los pueblos originarios y los que protestan por fuera de los límites imaginados por el gobierno argentino. Tanto en Brasil como en Uruguay siguen vigentes las leyes de impunidad, casualmente sancionadas en 1977, que han trazado un manto de ocultamiento sobre los crímenes del Terrorismo de Estado en aquellos países y han permitido el “reciclamiento” de muchos personales de las fuerzas armadas y del aparato político de las dictaduras militares, condicionando una convivencia con las fuerzas armadas y represivas que ha servido para dar “gobernabilidad” al ciclo de gobiernos del P.T. y del Frente Amplio; pero que también simboliza un límite nada simbólico para cualquier aspiración que vaya más allá de limar los bordes neoliberales del capitalismo. Para aquellos agrupamientos que nacieron con un horizonte socialista y revolucionario parece funcionar lo que acida e irónicamente decía Rosa Luxemburgo del Partido Socialdemocráta Alemán hace unos ciento diez años: “ Nuestro programa ya no es la realización del socialismo sino la reforma del capitalismo; no es la supresión del trabajo asalariado, sino la reducción de la explotación, es decir, la supresión de los abusos del capitalismo en lugar de la supresión del propio capitalismo”. Cierto es que nadie puede reclamarle a Cristina el abandono de la causa socialista, puesto que siempre se pronunció por un horizonte capitalista (a veces “serio”, a veces “nacional”, pero siempre burgués sin errores); pero sí se le puede reclamar por la distancia entre el discurso de respeto irrestricto a los derechos humanos y la realidad. En la reciente Cumbre Nacional de Pueblos y Naciones postergadas realizada en Formosa se estampó en el documento un aserto contundente: “Nunca habíamos tenido tantos derechos reconocidos en normas nacionales e internacionales. Sin embargo, vivimos una etapa de negación y exclusión. ‘Memoria, justicia y reparación’ son las banderas que caracterizan a nuestras organizaciones indígenas.” Alguna vez, uno de los Jueces Federales más comprometidos con la lucha contra la impunidad lo dijo de otra manera: la Argentina es la campeona mundial de firma de pactos y convenios de protección de los derechos humanos, pero también uno de los países donde su incumplimiento es más natural e inocuo. Un cierto modo de mirar el pasado de modo tan absorbente que no permite ver el presente se insinúa en la combinación de homenajes a las Madres y los desaparecidos de la década del 70 con la afirmación hecha el 21 de mayo de 2013: “Hoy afortunadamente nadie desaparece de ningún lado, estamos vivitos y coleando, aceptando incluso la injuria de los que dicen que nos tienen miedo’’ [6] La lista de desaparecidos y asesinados en estos años es suficiente respuesta y la desmiente: solo nombraremos a Julio López, Luciano Arruga, Silvia Suppo, Carlos Fuentealba pues como muestra basta un botón, pero que hay más, todos lo saben. En el caso de Formosa y Chaco, la lista de muertos por la represión o en circunstancias oscuras es larga y se ha acrecentado de manera muy alarmante desde 2010 a la fecha: Celestina Jara, Lila Coyipe, Juan Daniel Díaz Asijak, Justina López, Delina Díaz, Guillermo Díaz, Ilmer Flores, Pablo Sanagachi, Javier Chocobar, Sandra Juárez, Esperanza Nieva, Roberto López, Mario López, Mártires López, Cristian Ferreyra, Miguel Galván y Florentín Díaz tal como publica Miradas al Sur del 10/06/2013. El gobierno se defiende con dos “ideas fuerza”: la gobernabilidad y el federalismo. Se pretende que toda la culpa es de los gobiernos provinciales dado que la mayoría de los actos represivos ha tenido como sujeto a las policías provinciales o sicarios pagados por los oligarcas regionales; pero en la Argentina, el Federalismo es una ficción hace tiempo agotada y el gobierno nacional es el garante del cumplimiento de los pactos de respeto a los derechos humanos, por ejemplo, el que prohíbe la tortura. Recientemente se realizó un Congreso Internacional contra la Tortura en nuestro país, propiciado por la Defensoría General de la Nación. El Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Raúl Zaffaroni afirmó: “El agente principal de la tortura, en nuestra región, son nuestras policías, que no actúan solas: operan dentro de determinados marcos de poder contra personas que son estereotipadas a través de construcciones sociales de la realidad que hacen los medios de comunicación, fundamentalmente la TV. En nuestro país se fabrican los adolescentes de barrios precarios, que son las principales víctimas de maltratos.” Es de esperar, entonces, que la Corte Suprema promueva de un modo enérgico acciones articuladas con el Poder Ejecutivo Nacional para enfrentar la sucesión de asesinatos y actos de tortura que las policías realizan en el territorio nacional. El otro argumento es el de la imposibilidad de enfrentar estos poderes por el peligro de perder la gobernabilidad. En aras de dichos objetivos es que Julián Domínguez, presidente de la Cámara de Diputados de la Nación y uno de los referentes del kirchenerismo de izquierda viajó a Formosa a decir que Gildo Insfran es ”testimonio de coraje y decisión para defender este proyecto que marca el rumbo de la década por venir”, para luego agregar: “Cuidado compañeros. Están los lobos vestidos de oveja con las mentiras permanente, la descalificación constante”, enfatizando que “a los lobos hay que tratarlos como tal”. Dicho en Formosa y delante de Insfran no tiene otra lectura que la descalificación del reclamo de los pueblos originarios y una legitimación de la represión descargada. Es el mismo Julián Domínguez que el 24 de marzo del 2012 impulsó el homenaje a quienes bregaron por el Juicio y Castigo, haciendo una mención especial a nuestra Teresa Israel, abogada comunista de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, confirmando que hay un cierto modo de hacer memoria que impide ver la realidad cotidiana y rompe con la relación ética/política que reclamaba Maquiavelo en 1527, Gramsci en 1927, el Che en los sesenta y los treinta mil desaparecidos con su práctica política de entrega sin límites a la causa más noble y generosa que puede tener un ser humano que es la lucha por la liberación nacional y la redención de lo humano para todas y todos. Aunque se lo haga en nombre de la memoria.

O para decirlo de un modo sencillo, como en algún momento lo hizo el entonces diputado Martín Sabatella: “el kirchnerismo representa un piso a defender; pero tiene un techo demasiado bajo” [7] ; o sea que nadie está dispuesto a regalar nada de lo conquistado, ni dejar de defenderlo si vienen por él; pero tampoco aceptaremos que este piso es el techo; que el “ser” se congele y renunciemos al “deber ser”. La década kirchnerista ha mostrado la vitalidad de las reformas y su superioridad sobre el ideario conservador y neoliberal, cierto; pero también que la Segunda y Definitiva Independencia no se alcanza con reformas tibias y parciales sino con un proceso de rupturas que produzcan una verdadera revolución. Hace cincuenta y un años, conmemorando un nuevo 25 de Mayo, el Che nos decía desde La Habana: “ Si la reacción sabe manejar sus cañones, sus armas de división, su arma de amedrentamiento, quizás durante muchos años podrá impedir que llegue el Socialismo a un país determinado, pero también si el pueblo sabe manejar su ideología correctamente, sabe tomar su estrategia revolucionaria adecuada, sabe elegir el momento para dar el golpe y lo da sin miedo y hasta el fondo, el advenimiento del poder revolucionario puede ser a muy corto plazo en cualquier país de América, y concretamente en la Argentina. Eso, compañeros, el que se repita la experiencia histórica del 25 de Mayo en estas nuevas condiciones, depende nada más que del pueblo argentino y de sus dirigentes, es decir, depende de ustedes en cuanto a pueblo y en cuanto a dirigentes; de tal manera que también una gran responsabilidad cae sobre ustedes, la responsabilidad de saber luchar y de saber dirigir a un pueblo que hace tiempo está expresando en todas las maneras concebibles, su decisión de destruir las viejas cadenas y de liberarse de las nuevas cadenas con que amenaza amarrarlo el imperialismo.” [8]

Notas:
[1] Gramsci y la formación política de los revolucionarios. Schulman. 2000. http://cronicasdelnuevosiglo.wordpress.com/2000/01/10/gramsci-y-la-formacion-politica-de-los-revolucionarios/

[2] El socialismo y el hombre nuevo. Ernesto Guevara. Obras Escogidas



[5] La responsabilidad del progresismo en la crisis argentina. Schulman. 2001. http://cronicasdelnuevosiglo.wordpress.com/2001/05/10/la-responsabilidad-del-progresismo-en-la-crisis-argentina/

[6] disc urso del 21 de mayo del 2013, consultar en la web de la Casa Rosada

[7] “ Para nosotros reconocer el piso de las cosas construidas no significa aceptar el techo. Hay que darse cuenta que le han puesto un techo muy bajo y que tiene muchos límites, pero que esto no significa negar lo construido. Por eso nuestra posición política con absoluta autonomía acompaña lo que cree que está bien y critica lo que creé que está mal; se siente parte de un rumbo que también era nuestro rumbo en términos de un universo de ideas, pero que marca esta diferencia y que plantea construir otra cosa. ” Sabatella. 2009. http://www.revista2010.com.ar/entrevistas/Martin-Sabbatella–Recuperando-el-valor-del-tiempo.php

[8] Mensaje a los argentinos. 1965. Che Guevara. Obras Escogidas

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