MORAL Y LUCES

MORAL Y LUCES

domingo, 1 de diciembre de 2019

¿POR QUÉ DEL PTD A FUERZA DEL PUEBLO?

Esteban Díaz Jáquez

Ex Presidente del PTD.
Santo Domingo, República Dominicana,
21 de Noviembre, 2019.

Como resultado de hechos y circunstancias que se produjeron y suscitaron al interior del PLD en el curso de los últimos meses, el Dr. Leonel Fernández al frente de un grupo de experimentados dirigentes decidieron abandonar esa organización y propiciar el surgimiento de una nueva entidad política.



Valorando las condiciones históricas del PTD y particularmente examinando las resoluciones de nuestro Noveno Congreso Nacional, desarrollado en diciembre pasado, y tomando como referencia el reconocimiento electoral de nuestro partido ante la Junta Central Electoral, el Dr. Fernández y su equipo propusieron a la dirección del PTD un pacto de carácter estratégico cuyos resultados se expresarían en los términos siguientes:



La conformación de un Comité Central integrado por 500 personas, 102 de las cuales provendrían de nuestras filas;
Un comité Político de 35 dirigentes:
La presidencia sería ostentada por el Dr. Fernández y la Secretaria General por el compañero Antonio Florián;
En la nueva estructura se respetaría la cuota de la mujer.



La nueva organización llevaría el nombre de Fuerza Del Pueblo; mantendría los colores y el lema del PTD y el Himno seria también el de nuestro partido, es decir, el del 14 de junio.



Se adaptarían los nuevos estatutos y las líneas programática y organizativa estarían sujetas a las que han correspondido al PTD.



Finalmente se emprendería un proceso de tipo asambleario conducente a la integración de las dos estructuras.



Tomando en cuenta el proceso electoral en marcha, las candidaturas se definirían en el marco de la coalición Juntos Podemos. La candidatura presidencial seria desempeñada por el Dr. Leonel Fernández.



Para llevar a feliz término tales acuerdos, los equipos dirigentes del PTD y el correspondiente al saliente del PLD emprendieron un intenso y continuado ciclo de discusiones, que si bien estaba animado de un consciente y fuerte espíritu unitario, no estaba exento de las dificultades propias que se derivan de la naturaleza compleja y diversa del proceso, habida cuenta en particular a que los interlocutores corresponden, unos a un sector, el del ex presidente Leonel, con vasta experiencia en el ejercicio de funciones públicas y otros, el correspondiente al PTD, que en sus casi 39 años de vida legal ha permanecido casi siempre, marginado de los espacios de poder.



En el equipo dirigente petedeísta, desde el inicio, se apreció el que la decisión del Dr. Fernández y su vasto entorno de acercarse a las filas de nuestro partido con el propósito de establecer las bases de una nueva fuerza política de carácter progresista, tiene un significado y alcance estratégico que en el liderazgo del PTD tenía y tiene que asumirse como una elocuente oportunidad para avanzar hacia la potenciación de la causa democrática y revolucionaria en el seno del pueblo dominicano.
Y es con ese criterio transformador que hemos considerado que no debíamos vacilar un instante en dar un paso al frente para avanzar hacia la meta de convertir al PTD en un partido de amplia base social, con objetiva aspiración a transformarse en un partido de mayorías.



En este contexto, el cambio de nombre de PTD a Fuerza del Pueblo tiene que ser entendido y asumido como un recurso político que de ninguna manera borra en el imaginario popular la importancia histórica del nombre anterior, como nunca ha sido extinguida en la memoria de nuestro pueblo los nombres de la Trinitaria ni del Movimiento Revolucionario 14 de Junio.



La emergencia en el firmamento político dominicano de la Fuerza del Pueblo es un acontecimiento social llamado a alcanzar significación histórica en beneficio de los intereses superiores del pueblo dominicano.
En el seno de quienes hemos integrado y luchado por el acercamiento, el diálogo y la unidad de las fuerzas progresistas, siempre con el propósito de materializar los anhelos de las mayorías perjudicadas por los eternos enemigos de nuestro pueblo, la posibilidad de vertebrar una fuerza que impulse los cambios y transformaciones económicas y sociales, representa una feliz aspiración.
Seguros estamos que la Fuerza del Pueblo nos acerca a ese momento estelar de nuestra historia.



Esteban Díaz Jáquez
Ex Presidente del PTD.
Santo Domingo, República Dominicana,
21 de Noviembre, 2019.



EDJ/GCMP

jueves, 26 de septiembre de 2019

Juan Bosch: la actitud histórica de un político


ENFOQUE
Juan Bosch: la actitud histórica de un político y la actividad del historiador
El autor es rector de la Universidad
Católica de Santo
Domingo y obispo auxiliar del
Arzobispado


  • Juan Bosch: la actitud histórica de un político y la actividad del historiadorMonseñor Jesús Castro
Santo Domingo, RD
Antes de comenzar su andadura política, es bien sabido que Juan Bosch ya había dado sus primeros pasos como escritor, en particular de cuentos, pero también de novelas, entre las cuales cabe mencionar títulos como La mujer, escrito cuando Bosch iniciaba su carrera de cuentista, o Camino Real, publicado por vez primera en 1933 y, sobre todo, La Mañosa, cuya primera edición data de 1936. Pese a las diferencias de estructura, extensión, argumento e incluso, hasta cierto punto, de estilo literario, encontramos en todas ellas lo que podría denominarse un contenido de carácter social, es decir, una preocupación por los problemas y la suerte de los grupos más desfavorecidos, como mujeres, niños y campesinos, por citar solo algunos ejemplos de especial importancia en el pensamiento político posterior de Juan Bosch.

Resulta altamente significativo el hecho de que, cuando escribió esas obras, y según afirmó expresamente su propio autor, treinta años más tarde, las mismas carecían de una intencionalidad política propiamente dicha, lo cual no deja de sorprender. En efecto, Bosch es claro cuando reconoce que en sus primeros escritos, aparte de pequeños rasgos autobiográficos, hay tan solo una narración que, en términos más o menos actuales, calificaríamos de ‘relato histórico’, lo cual en su estricta acepción literaria viene a ser una ficción de ambientación histórica, pero cuya finalidad sería más bien la de entretener enseñando, de igual modo que muchas otras novelas de un cariz similar, al menos desde la explosión de dicho género literario, sobre todo a partir del siglo XIX.

Este preámbulo, quizás un poco extenso, pretende contextualizar el paso de Juan Bosch de una etapa histórica que no solo estaba vigente en sus páginas escritas en la década de 1930, sino que como él mismo admitió, se prolongó hasta bien entrados los años 1960, en el sentido de que tanto en la primera fecha como en la última, separadas entre sí por un lapso de treinta años, Bosch ignoraba la causa de las guerras civiles, cuyas consecuencias había descrito magistralmente en La Mañosa. De hecho, en su presentación de la tercera edición de esa obra, publicada en 1966, el autor señala que ésta solo era política por cuanto ponía de relieve la circunstancia de que las contínuas revueltas armadas habían causado tantos males al país, que habían contribuido a impedir su desarrollo. Para remachar su idea, Bosch añade que de una forma u otra todos los dominicanos sufrieron las consecuencias de esas luchas personalistas, que se planteaban y resolvían, literalmente, a balazos.

Sin embargo, en las palabras que escribió para la edición especial de la obra ya mencionada, que apareció en 1974, el profesor se refiere a un cambio trascendental, ocurrido en 1968, mientras se encontraba en España, donde escribió su trabajo titulado Composición Social Dominicana, en el cual sostiene sin ambages que, la causa de las guerras intestinas dominicanas es la lucha de clases. De acuerdo con el planteamiento de Bosch, esta lucha carecía de orientación ideológica y tenía lugar entre capas diferentes de una numerosa pequeña burguesía que se enfrentaban, porque la guerra civil constituyó durante mucho tiempo, el canal de ascenso político más seguro que había en el país. Como conclusión de sus palabras preliminares, don Juan insiste en que hasta 1968, él desconocía lo que era la lucha de clases, al menos en cuanto a su verdadera realidad histórica, pues sin duda mucho antes de ese año, ya conocería la existencia de dicho concepto teórico, introducido por Karl Marx, como elemento clave de su corriente de pensamiento filosófico-político y económico, a mediados del siglo XIX. Aunque Bosch nunca se declaró marxista, y mucho menos comunista, no es aventurado establecer que esta teoría, que reviste una enorme importancia desde el punto de vista historiográfico, al margen de cualquier otra connotación de tipo ideológico, debió influir en su manera de interpretar el pasado dominicano, dada su condición de historiador, pero también en su análisis de la realidad que le tocó vivir, desde sus responsabilidades como dirigente político.

Estos avances en la comprensión de la historia dominicana por parte de Bosch, que lo llevaron a caracterizar la Guerra de la Restauración como una guerra social, entre otros factores, también lo condujeron a concebir que la principal causa de la esterilidad de las mal llamadas revoluciones dominicanas consiste en que las mismas solo permitieron el ascenso social de muy contadas personas, lo cual impidió la configuración de una burguesía criolla que dirigiera el país, sin la cual éste carecía de salida histórica. De ahí se deriva el contínuo sentimiento de frustración que dejaban las guerras civiles en las capas superiores de la pequeña burguesía, cuyas aspiraciones de pasar a la clase social inmediatamente superior se vieron cercenadas una y otra vez. Podría relacionarse esta explicación histórica con la evolución del pensamiento político del propio Bosch hacia perspectivas más radicales, como condición ‘sine quae non’ de una verdadera revolución democrática, quizás incluso socialista, en línea con su conocida Tesis de la Dictadura con Respaldo Popular, pero sin necesidad de caer en los excesos del marxismo revolucionario. Dentro de esa transición ideológica cabría situar su abierta sintonía con ciertos aspectos de algunos movimientos de liberación nacional, como por ejemplo el Vietnamita.

Para concluir estas líneas, y retomando el título que las encabeza, la actitud histórica de un político y la actividad política de un historiador se manifiestan, casi a partes iguales, en la trayectoria vital de Juan Bosch, adoptando la forma de una simbiosis casi perfecta entre la visión intelectual y la praxis política de un hombre capaz de abandonar, si bien temporalmente, sus altas responsabilidades partidarias como presidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), desde 1966 hasta 1970. Este alejamiento de la primera fila no fue con ánimo de evadirse de la compleja coyuntura de aquellos años, sino que por el contrario, le permitió regresar al país con un impulso de renovación estratégica, ideológica y ética frente a los desafíos que planteaba la necesidad de superar los vicios de la política tradicional, enquistados en los principales partidos del sistema democrático dominicano. Su exigente mensaje de moralidad en la administración de la cosa pública, así como sus casi insalvables diferencias personales y doctrinales con muchos dirigentes de uno y otro signo dentro del PRD, llevaron a Bosch en 1973 a fundar el Partido de la Liberación Dominicana, en aras de conformar una nueva organización política, capaz de responder a los lineamientos que imponían las circunstancias históricas de la sociedad dominicana.

Este repaso de algunos puntos particularmente interesantes para ahondar en la figura de Juan Bosch es solo una breve aproximación a la misma, por lo que no constituye una defensa de su pensamiento ni tampoco una crítica, sino que más bien pretende poner de relieve la genuina búsqueda del rigor intelectual y la ejemplar actuación política de Bosch, quien fungió siempre ese doble papel con un sentido histórico de servicio a las mejores causas del pueblo dominicano en su conjunto.

El autor es rector de la Universidad
Católica de Santo
Domingo y obispo auxiliar del
Arzobispado

miércoles, 25 de septiembre de 2019

Grimaldi dice: EEUU ordenó apresar a Juan Bosch


Grimaldi dice agente de EEUU ordenó apresar a Juan Bosch
  • Grimaldi dice agente de EEUU ordenó apresar a Juan Bosch
    Víctor Grimaldi CéspedesSanto Domingo, RD Un golpe de Estado es el derrocamiento de un Gobierno mediante el uso de las Fuerzas Armadas de un país. En el caso del golpe de Estado a Juan Bosch, el mismo Bosch dijo o lo escribió varias veces que el golpe del 25 de septiembre de 1963 NO fue programado ni planificado.El 25 de septiembre de 1985, y la nota de este acto apareció en Listín Diario al día siguiente, Bosch estuvo conmigo en el acto de la puesta en circulación de mi libro El Misterio del Golpe de 1963 celebrado en el Museo Nacional de Historia y Geografía.
Durante años me dediqué a estudiar rigurosamente los hechos históricos que ocurrieron después de la eliminación de Rafael Trujillo el 30 de mayo de 1961. Muy especialmente he revisado muchos documentos de los sucesos de 1963 y 1965.
Si se lee la Historia de América Latina de aquellos años, se podrá notar que el Gobierno de Bosch fue derrocado en una época en que hubo otros golpes de Estado en los años del decenio 1960-1970 de la América Latina. En Argentina, en Honduras, en Ecuador, en Brasil, por ejemplo, entre tantos. Luego en 1970 en Uruguay, en Chile en 1973 y de nuevo en Argentina en 1976. Todo esto sin contar los casos de Panamá, Guatemala, El Salvador y Honduras de nuevo.
El caso del golpe dominicano de 1963 fue muy característico: Las órdenes de arrestar y deponer al presidente Bosch les fueron dadas a los jefes militares dominicanos después de una discusión que sostuvieron con él en el Palacio Nacional en la madrugada del 25 de septiembre de 1963.
Las órdenes de arrestar a Bosch fueron dadas por Anthony Ruiz (que NO era Dan Mitrione, agente de la CIA (1) ejecutado en Uruguay por los Tupamaros. Mitrione estuvo en la República Dominicana después de 1965).
Ruiz, de origen hispanoamericano, era el Consejero de la AID (2) en materia de seguridad pública en 1963.
Estos detalles me los reveló el General de la Policía Nacional Benito Monción Leonardo, fallecido hace pocos años.
En el momento que fue arrestado Bosch en el Palacio Nacional también estaba allí con Ruiz el Coronel militar norteamericano Fritz Long, asesor de Defensa de la Embajada de los Estados Unidos, y esa presencia de Long ya había sido indicada por Bosch tiempo después en sus escritos que señalan al Gobierno de Estados Unidos como el responsable de haber ordenado su derrocamiento.
Lo nuevo es este dato del papel que jugó el Funcionario de la AID en el golpe de Estado de 1963.
Un conjunto de factores provocaron el malestar que condujo al madrugonazo del 25 de septiembre, pero lo cierto es que poco tiempo después, el 24 de Abril de 1965, un importante sector de las Fuerzas Armadas Dominicanas inició la más bella gesta librada por el Pueblo Dominicano para restablecer las libertades democráticas que puso en práctica Bosch con su ejemplar Gobierno elegido por voto libre popular el 20 de Diciembre de 1962 y juramentado el 27 de febrero de 1963.
Los Estados Unidos en 1963 no toleraban el ejercicio independiente y soberano del Poder. Con esta premisa los asesores policiales y militares norteamericanos dieron instrucciones a los Jefes Militares de la República Dominicana de derrocar a Bosch.
A Bosch se le cuestionaba su posición de neutralidad frente a los conflictos que sostenía el Gobierno Norteamericano frente a Cuba y los Paises aliados de la Rusia Soviética.
Al dictador presidente haitiano Francois Duvalier desde 1962 los Estados Unidos también intentaban sacarlo del Poder debido a que había establecido relaciones diplomáticas con Polonia, que entonces era un país aliado de la Rusia Soviética o comunista. Para derrocar a Duvalier en la República Dominicana se instalaron campamentos de guerrilleros haitianos, quienes atacaban puestos militares en Haití desde nuestro territorio. El presidente Bosch nunca autorizó estos campamentos y al enterarse le ordenó al Ministro de las Fuerzas Armadas Víctor Elby Vinas Román que los desmantelara. Bosch explicó esto en detalle posteriormente.
De mi parte, investigando en los Archivos Nacionales de los Estados Unidos, obtuve documentos en los cuales se menciona que en la madrugada del 25 de septiembre de 1963 el tema del apoyo de los jefes militares dominicanos a la guerrilla anti Duvalier (sin el consentimiento del presidente Bosch) fue uno de los puntos de discusión.
Una revelación importante la hace el que fuera entonces Embajador de los Estados Unidos en Puerto Príncipe, Ciudad capital de Haití. Este Embajador, Raymond Thurston, dice que la Agencia Central de Inteligencia (CIA), apoyada en estas acciones con el conocimiento expreso del presidente John F. Kennedy, daba los recursos al General haitiano exilado Leon Cantave para liderar las guerrillas que atacaban a Haití desde territorio dominicano con el fin de derrocar a Duvalier.
Todo eso se hizo sin el apoyo ni el conocimiento del presidente dominicano Juan Bosch. La última incursión de Cantave ocurre el 22 de septiembre, y es curioso que ese día fracasa en nuestro país una “huelga” contra Bosch. La huelga era el tipo de jugada de distracción promovida por la CIA.
Se dijo durante cierto tiempo que el tema de discusión con los militares el 25 de septiembre era la remoción del Coronel Elías Wessin y Wessin. No fue el único asunto. Claro, al llegar este punto de discusión cerrada Bosch intentó de realizar una maniobra.
Juan Bosch me lo contó a mí de esta manera: ‘Victor Les dije a los jefes militares que si yo como Presidente no podía remover al Coronel Wessin de la dirección del Centro de Enseñanza de las Fuerzas Armadas (CEFA), entonces mejor presentaba renuncia como Presidente de la República. Cuando dije que haría lo que establecía la Constitución, presentar la renuncia personalmente ante las Cámaras Legislativas reunidas en Asamblea Nacional, fui hecho preso”.
Bosch me explicó que en realidad su propósito era que al ser convocados los legisladores para conocer de su renuncia, se produjera un movimiento de masas a favor del Gobierno en las calles del país. Precisamente por eso se ejecutó la orden del golpe de Estado del 25 de septiembre de 1963. La Embajada, de Ruiz y Long, temió el escándalo internacional que podría haberse producido si Bosch descubría y denunciaba que era objeto de un plan siniestro para ponerlo en ridículo.
En octubre de 2007, cuando el General Monción Leonardo me reveló el nombre de quien fue que dio la orden final de hacer preso a Juan Bosch: el asesor de la AID de la Embajada Norteamericana Señor Ruiz, pude terminar de componer la historia de la trama que se llevó el Gobierno más honesto que ha tenido el Pueblo Dominicano en toda su historia.
Santo Domingo, sábado 21 de septiembre 2019
* Autor del libro “Golpe y Revolución, el Derrocamiento de Juan Bosch y la Intervención Norteamericana”, cuya Quinta Edición ha hecho pública recientemente la Comisión Nacional de Efemérides Patrias. Se trata del XV Volumen de una colección de obras reeditadas al conmemorarse 50 años de la Revolución Constitucionalista de 1965.
(1) CIA: Agencia Central de lnteligencia de los Estados Unidos.
(2) AID: USAID. Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos.

sábado, 14 de septiembre de 2019

DOMINGO LA REVISTA: LOS OCHO AÑOS DE LEONEL

DOMINGO LA REVISTA: LOS OCHO AÑOS DE LEONEL: EDITORIAL DE DIARIO LIBRE 

El gobierno que durante dos períodos constitucionales ha presidido el doctor Leonel Fernández tiene más luces que sombras.
Se dirá que no ha podido resolver los problemas fundamentales del país, pero deja encaminadas soluciones de orden práctico que, si se persiste en ellas, permitirán al país avanzar hacia nuevos estadios de desarrollo.
Fernández ha producido una revolución legal en el país con una Constitución modelo y un conjunto de leyes que organizan al Estado de manera moderna y eficiente. Sólo necesitan tiempo para afianzarse en la cultura política del país.

Leonel ha llenado el país de obras de infraestructura y ha presidido un período de crecimiento en todos los órdenes sin precedentes. Eso se puede ver con los ojos de la cara y con los del espíritu.

En el campo de lo fundamental, ha respetado como nadie las libertades públicas. Es más, si de algo se le puede acusar en este campo es de haber sido demasiado permisivo. 

Ha puesto al país en los ojos del mundo con su brillante participación en Cumbres y reuniones internacionales. El país no siente vergüenza cuando el Presidente alterna con otros jefes de Estado y de Gobierno.

Su manejo de la economía en medio de sucesivas crisis ha sido brillante y ha logrado mantener la estabilidad macroeconómica, la suficiencia alimentaria, junto a importantes programas de ayuda social.

El presidente Fernández se puede retirar tranquilo (aunque no se retira), en la seguridad de que cuenta con el aprecio agradecido del pueblo.

atejada@diariolibre.com

domingo, 1 de septiembre de 2019

EL HOMBRE LIGTH

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EL HOMBRE LIGTH 

Este es un libro de denuncia.  Desde hace ya unos años me preocupan los derroteros por los que se dirige la sociedad opulenta del bienestar en Occidente, y también porque su influencia en el resto de los continentes abre camino, crea opinión y propone argumentos. Es una sociedad, en cierta medida, que está enferma, de la cual emerge el hombre light, un sujeto que lleva por bandera una tetralogía nihilista: hedonismo, consumismo, permisividad y relatividad. Todos los enhebrados por el materialismo. Un individuo así se parece mucho a los denominados productos light de nuestros días: comidas sin calorías y sin grasas, cerveza sin alcohol, azúcar sin glucosa, mantequilla sin grasa, tabaco sin nicotina, Coca-Cola sin cafeína y sin azúcar… y un hombre sin sustancia, sin contenido, entregado al dinero, al poder, al éxito y al gozo ilimitado y sin restricciones. 

EL HOMBRE LIGHT 

Prologo

Este es un libro de denuncia. 

El hombre light carece de referentes, tiene un gran vacío moral y no es feliz, aun teniendo materialmente casi todo. 

Esto es lo grave. Este es mi diagnóstico, y a lo largo de estas páginas describo sus principales características, a la vez que hago sugerencias de como escapar y salirse de ese camino errado que tiene una final triste y pesimista.
Frente a la cultura del instante esta la solidez de un pensamiento humanista; frente a la ausencia de vínculos, el compromiso con los ideales. 

Es necesario superar el pensamiento débil con argumentos e ilusiones lo suficiente mente atractivos para el hombre como para que eleven su dignidad y sus pretensiones. 

Se atraviesa así el itinerario que va de la inutilidad de la existencia a la búsqueda de un sentido a través de la coherencia y del compromiso con los demás, escapando así de la grave sentencia de Thomas Hobbes: “El hombre es un lobo para el hombre”

Hay que conseguir un ser humano que quiere saberlo que es bueno y lo que es malo; que se apoya en el progreso humano y científico, pero que no se entrega a la cultura de la vida fácil, en la que cualquier motivación tiene como fin el bienestar, un determinado nivel de vida o placer sin más. 

Sabiendo que no hay verdadero progreso humano si este no se desarrolla con un fondo moral.

I. EL HOMBRE LIGHT

Perfil psicológico.

Estamos asistiendo al final de una civilización, y podemos decir que esta se cierra con la caída en bloque de los sistemas totalitarios en los países del Este de Europa. 

Aún quedan reductos sin desmantelar, en una misma línea política e ideológica, aunque por otra parte se anuncie nuevas prisiones para el hombre, con otro ropaje y semblantes bien diversos.

Así como en los últimos años se ha puesto de moda ciertos productos light –el tabaco, algunas bebidas o ciertos alimentos-, también se ha ido gestando un tipo de hombre que podría ser calificado como hombre light.

¿Cuál es su perfil psicológico? ¿Cómo podría quedar definido? Se trata de un hombre relativamente bien informado, pero con escasa educación humana, muy entregado al pragmatismo, por una parte, y a bastantes tópicos, por otra. 

Todo lo interesa, pero a nivel superficial; no es capaz de hacer la síntesis de aquello que percibe, y, en consecuencia, se ha ido convirtiendo en un sujeto trivial, ligero, frívolo, que lo acepta todo, pero que carece de unos criterios sólidos en su conducta. Todo se torna en el etéreo, leve, volátil, banal, permisivo. 

Ha visto tantos cambios, tan rápidos y en un tiempo tan corto, que empieza no saber a qué atenerse o, lo que es lo mismo, hace suyas las afirmaciones como “Todo vale”, “Que más da” o “Las cosas han cambiado”. 

Y así, nos encontramos con un buen profesional en su tema, que conoce bien la tarea que tiene entre manos, pero que fuera de ese contexto va a la deriva, sin ideas claras, atrapado –como esta- en un mundo lleno de información, que le distrae, pero que poco a poco le convierte en hombre superficial, indiferente, permisivo, en el que anida un gran vacío moral.

Las conquistas técnicas y científicas –impensables hace tan solo unos años –nos han traído unos logros evidentes:
la revolución informática, los avances de la ciencia en sus diversos aspectos, un orden social más justo y perfecto, la preocupación operativa sobre los derechos humanos, la democratización de tantos países y, ahora, la caída en bloque del comunismo. Pero frente a todo ello hay que poner sobre el tapete aspectos de la realidad que funcionan mal y que muestran la otra cara de la moneda:
a. Materialismo: hace que un individuo tenga cierto reconocimiento social por el único hecho de ganar mucho dinero.

b. Hedonismo: pasarlo bien a costa de lo que sea es el nuevo código de comportamiento, lo que apunta hacia la muerte de los ideales, el vacío de sentido y la búsqueda de una serie de sensaciones cada vez más nuevas y excitantes.

c. Permisividad: arrasa los mejores propósitos e ideales.

d. Revolución sin finalidad y sin programa: la ética permisiva sustituye a la moral, lo cual engendra un desconcierto generalizado.

e. Relativismo: todo es relativo, con lo que se cae en la absolutización de lo relativo; brotan así unas reglas presididas por la subjetividad.

f. Consumismo: representa la formula posmoderna de la libertad.

Así, las grandes transformaciones sufridas por la sociedad en los últimos años son, al principio, contempladas con sorpresa, luego con una progresiva indiferencia o, en otros casos, como la necesidad de aceptar lo inevitable.

La nueva epidemia de crisis y rupturas conyugales, el drama de las drogas, la marginación de tantos jóvenes, el paro laboral y otros hechos de la vida cotidiana se admiten sin más, como algo que está ahí y contra lo que no se puede hacer nada.

De los entresijos de esta realidad sociocultural va surgiendo el nuevo hombre light, producto de su tiempo. Si aplicamos la pupila observadora nos encontramos con que en él se dan los siguientes ingredientes: pensamiento débil, convicciones sin firmeza, asepsia en sus compromisos, indiferencia sui generis hecha de curiosidad y relativismo a la vez…; su ideología es el pragmatismo, su norma de conducta, la vigencia social, lo que se lleva, lo que está de moda; su ética se fundamenta en la estadística, sustituta de la conciencia; su moral, repleta de neutralidad, falta de compromiso y subjetividad, queda relegada a la intimidad, sin atreverse a salir en público. 

EL IDEAL ASEPTICO 

No hay en el hombre ligth entusiasmos desmedidos ni heroísmos. La cultura ligth es una síntesis insulsa que transita por la banda media de la sociedad: comidas sin calorías, sin grasas, sin excitantes… todo suave, ligero, sin riesgo, con la seguridad por delante. Un hombre así no dejara huella. En su vida ya no hay rebeliones, puesto que su moral se ha convertido en una ética de reglas de urbanidad o en una mera actitud estética. El ideal aséptico es la nueva utopía, porque, como dice Lipovestski, estamos en la era del vacío. De esas rendijas surge el nuevo hombre cool, representando por el telespectador que con el mando a distancia pasa de un canal a otro buscando no se sabe bien que o por sujeto que dedica el fin de semana a la lectura de periódicos y revistas, sin tiempo casi –o sin capacidad- para otras ocupaciones mas interesantes.

El hombre light es frió, no cree en casi nada, sus opiniones cambian rápidamente y ha desertado de los valores trascendentes. Por eso se ha ido volviendo cada vez más vulnerable; por eso ha ido cayendo en una cierta indefensión. De este modo, resulta más fácil manipularlo, llevarlo de acá para allá, pero todo sin demasiada pasión. Se han hecho muchas concesiones sobre cuestiones esenciales, y los retos y esfuerzos ya no apuntan hacia la formación de un individuo más humano, culto y espiritual, sino hacia la búsqueda del placer y el bienestar a toda costa, además del dinero.

Podemos decir que estamos en la era del plástico. De él se deriva un cierto pragmatismo de usar y tirar, lo que conduce a que cada día impere con más fuerza un nuevo modelo de héroe: el del triunfador, que aspira –como muchos hombres ligth de este tramo final de este siglo XX—al poder, la fama, un buen nivel de vida…; por encima de todo, caiga quien caiga. Es el héroe de la series de TV americanas, y sus motivaciones primordiales son el éxito, el triunfo, la relevancia social y, especialmente, ese poderoso caballero que es el dinero.

Es un hombre que antes o después se ira quedando huérfano de humanidad. Del mayo de 68 frances no queda ni rastro, las protestas se han extinguido; no prospera fácilmente ni la solidaridad ni la colaboración, sino más bien la rivalidad teñida de hostilidad. Se trata de un hombre sin vínculos, descomprometido, en que la indiferencia estética se alía con la desvinculación de casi todo lo que le rodea. Un ser humano rebajado a la categoría de objeto, repleto de consumo y bienestar, cuyo fin es despertar admiración o envidia. 

El hombre ligth no tiene referente, ha perdido su punto de mira y está cada vez más desorientado ante los grandes interrogantes de la existencia. 

… Cuando se ha perdido la brújula, lo inmediato es navegar a la deriva, no saber a qué atenerse en temas clave de la vida, lo que conduce a la aceptación y canonización de todo. Es una nueva inmadurez…

Algunos intelectuales europeos han enunciado este tema. Jean Francois Revel, en El conocimiento inútil, resalta que nunca ha sido tan abundante y prolija la información y nunca, sin embargo, ha habido tanta ignorancia. El hombre es cada vez menos sabio, en el sentido clásico del término.

Es la cultura nihilista, el hombre no tiene vínculos, hace lo que quiere en todos los ámbitos de la existencia y únicamente vive para sí mismo y para el placer, sin restricciones. ¿Qué hacer ante este espectáculo? No es fácil dar una respuesta concreta cuando tantos aspectos importantes se han convertido en un juego trivial y divertido, en una apoteósica y entusiasta superficialidad. Por desgracia, muchos de estos hombres necesitaran un sufrimiento de cierta trascendencia para iniciar el cambio, pero no olvidemos que el sufrimiento es la forma suprema de aprendizaje, otros, que no estén en tan malas condiciones, necesitaran hacer balance personal e iniciar una andadura más digna, de más categoría humana.

conclusiones:
1. Generales: ayudan a interpretar mejor la realidad actual, en su rica complejidad.
2. Personales: conseguirán que surja un ser humano más consistente, vuelto hacia los valores y comprometido con ellos.

II HEDONISMO Y PERMISIVIDAD

EL FINAL DE UNA CIVILILIZACION.

Estamos ante el final de una civilización. Releyendo el libro de Indro Montanelli, Historia de Roma, pienso que nos encontramos en una situación parecida: posmodernismo para unos, era psicológica o posindustrial para otros. La década de los sesenta nos deparo la polémica del positivismo con la confrontación entre Karl Popper Theodor Adorno. La de los setenta, el debate sobre la hermenéutica de la historia entre Jurgen Habermas y Hans Gaderme, los ochenta, el significado del posmodernismo, y los noventa están presididos por la caída de los regímenes totalitarios. Se ha demostrado que una de las grandes promesas de libertad no era sino una tupida red en la cual el ser humano quedaba atrapado sin posible salida,

El panorama hoy es muy interesante: en la política hay una vuelta a posiciones moderadas y una economía conservadora; en la ciencia ha tenido lugar un despliegue monumental, ya que los avances en tantos campos han dado un giro copernicano brillante y con resultados muy prácticos; el arte se ha desarrollado también de forma exponencial, pero ya es imposible de establecer unas normas estéticas: hemos llegado a un eclecticismo evidente en que cualquier dirección es válida, todos los caminos contienen una cierta dosis artística; igualmente, en el mundo de las ideas y su reflejo en el comportamiento se ha producido un cambio sensible, que es lo que pretendo analizar a continuación. 

Las dos notas más peculiares son –desde mi punto de visa- el hedonismo y la permisividad, ambas enhebradas por el materialismo. Estos hace que las aspiraciones más profundas del hombre vayan siendo gradualmente materiales y se deslicen hacia una decadencia moral con precedentes muy remostos: el Imperio Romano o el periodo comprendido entre los siglos XVII y XVIII.

Como ya hemos avanzado, hedonismo significa la ley máxima de comportamiento es el placer por encima de todo, cueste lo que cueste, así como el ir alcanzando progresivamente cotas más alta de bienestar. Además, su código es la permisividad, la búsqueda ávida del placer y el refinamiento, sin ningún otro planteamiento. Así pues, hedonismo y permisividad son los dos nuevos pilares sobre los que se apoyan las vidas de aquellos hombres que quieren evadirse de sí mismos y sumergirse en un caleidoscopio de sensaciones cada vez más sofisticadas y narcisistas, es decir contemplar la vida como un goce ilimitado. Porque una cosa es disfrutar de la vida y saborearla, en tantas vertientes como esta tiene, y otra muy distinta ese maximalismo cuyo objetivo es el afán y el frenesí de diversión sin restricciones. Lo primero es psicológicamente sano y sacia una de las dimensiones de nuestra naturaleza; lo segundo, por el contrario, apunta a la muerte de los ideales.

Del hedonismo surge un vector que pide paso con fuerza: el consumismo. Todo puede escogerse a placer; comprar, gastar y poseer se vive como una nueva experiencia de libertad. El ideal de consumo de la sociedad capitalista no tiene otro horizonte que la multiplicación o la continua sustitución de objetos por otros cada vez mejores. Un ejemplo que me parece revelador es el de la persona que recorre el supermercado, llenando su carrito hasta arriba, tentada por todos los estímulos y sugerencias comerciales, incapaz de decir que no. 

Revolución sin finalidad y sin proyecto

El consumismo tiene una fuerte raíz en la publicidad masiva y en la oferta bombardeante que nos crea falsas necesidades. Objetos cada vez más refinados que invitan a la pendiente del deseo impulsivo de comprar. El hombre que ha entrado por esa vía se va volviendo cada vez más débil.
La otra nota central de esta pseudoidelogia actual es, como se ha dicho, la permisividad, que propugna la llegada a una etapa clave de la historia, sin prohibiciones ni territorios vedados, sin limitaciones. Hay que atreverse a todo, llegar cada día más lejos. Se impone así una revolución sin finalidad y sin programa, sin vencedores ni vencidos.

Si todo se va envolviendo en un paulatino escepticismo y, a la vez, en un individualismo a ultranza, ¿ Qué es lo que todavía puede sorprender o escandalizar?. Este derrumbamiento axiológico produce vidas vacías, pero sin grandes dramas, ni vértigos angustiosos ni tragedias… “Aquí no pasa nada”, parecen decirnos los que navegan por estas aguas. Es la metafísica de la nada, por muerte de los ideales y superabundancia de lo demás. Estas existencias sin aspiraciones ni denuncias conducena la idea de que todo es relativo.

El relativismo es hijo natural de la permisividad, un mecanismo de defensa de los que Freud estudio y diseño de forma casi geométrica. Así, los juicios quedan suspendidos y flotan sin consistencia: el relativismo es otro nuevo código ético. Todo depende, cualquier análisis puede ser negativo o positivo; no hay nada absoluto, nada totalmente bueno ni malo. De esta tolerancia interminable nace la indiferencia pura.

Estamos ante la ética de los fines o de la situación, pero también del consenso: si hay consenso, la cuestión es válida. El mundo y sus realidades más profundas se someten a plebiscito, para decir si constituye algo positivo o negativo para la sociedad, porque lo importante es lo que opine la mayoría.
Hablamos de libertad, de derechos humanos, de conseguir poco a poco una sociedad más justa, abierta y ordenada. Por una parte, defendemos esto, y, por otra, nos situamos en posiciones ambiguas que no hacen más humano al hombre ni lo conducen a grandes metas. Es la apoteosis de la incoherencia. Entonces, ¿Dónde puede el hombre hacer pie? ¿Dónde ir a buscar puntos de apoyos firmes y solidos? 

Un ser humano hedonista, permisivo, consumista y centrado en el relativismo tiene mal pronóstico. Padece una especie de “melancolía” new look: acordeón de experiencias apáticas. Vive rebajado a nivel de objeto, manipulado, dirigido y tiranizado por estímulos deslumbrantes, pero no acaban de llenarlo, de hacerlo feliz. Su paisaje interior esta transitado por una mezcla de frialdad impasible, de neutralidad sin compromiso y, a la vez, de curiosidad y tolerancia ilimitada. Este es el denominado hombre cool, a quien no le preocupa la justicia, ni los viejos temas de los existencialistas ( Martin Heidegger, Jean Paul Sartre, Albert Camus…), ni los problemas sociales ni los grandes temas del pensamiento( la libertad, la verdad, el sufrimiento…). Ya no lee a Ulises de James Joice, ni en busca del tiempo perdido de Marcel Proust, ni las novelas de Hermann Hesse.

Un hombre así es cada vez más vulnerable, no hace pie y se hunde; por eso, es necesario rectificar el rumbo, saber que el progreso material por sí mismo no colma las aspiraciones más profundas de aquel que se encuentra hoy hambriento de verdad y amor autentico. Este vacío moral puede ser superado con humanismo y trascendencia. “atravesar, cruzar, subir, es decir, “atravesar subiendo”, cruzar la vida elevando la dignidad del hombre sin perder de vista que no hay autentico progreso si no se desarrolla en clave moral.

jueves, 29 de agosto de 2019

Líder carismático



Cuando un ser humano descubre sus dones y talentos y los desarrolla, su vida se llena de energía, entusiasmo, pasión y fe. Es por ello que se suele describir al líder carismático como un ser con un alo de energía especial. El líder lleno de propósitos claros, logra que aquellas personas perdidas en su norte, hallen una luz que desean seguir. Esa luz es el líder que muestra una ruta (Visión).

Siempre que escuchamos hablar de los grandes líderes, asociamos su vida y sus actos a muchas características individuales que les hace ser y hacer diferentes.

Una de las características del líder exitoso es su carisma, pero el sentido real de la palabra carisma se ha apartado permanentemente de la verdad que guarda el significado del concepto y su verdadera aplicación.

La palabra carisma viene del griego Krisma y de su análogo Kharis que significa gracia o don; en su sentido etimológico e histórico es el conjunto de dones o talentos otorgados por la divinidad a una persona, que deben ser ejercidos para poder influir positivamente en el cumplimiento de un fin común que permita la evolución personal.

A comienzos del siglo XX, el carisma fue secularizado por el sociólogo alemán Max Weber, quien planteó que algunas figuras excepcionales habían revolucionado la política por la fuerza de su personalidad. El afirmaba que su carisma era un don que los apartaba de los hombres ordinarios.
Se ha malentendido el término carisma, al considerarlo como un halo de personalidad arrolladora de fuerza, belleza y hasta poder.

En realidad el líder carismático es aquel que centrado en las relaciones, ordena y utiliza comprometidamente sus talentos, dones y recursos, en beneficio de otras personas, permitiéndoles crecer y evolucionar.

La obligación carismática de todos los líderes no significa entonces la manipulación, coacción física o moral o condicionamiento para lograr un fin que sólo favorezca a un individuo -generalmente el que está arriba-

Es seguro que los grandes líderes han tenido una capacidad de oratoria capaz de mover mentes y corazones hacia el compromiso, sin embargo, es esta tan solo una cualidad (don) que el individuo ha recibido y que está poniendo al servicio de otros.

El carisma -escribe el antropólogo de Harvard, Charles Lindholm- es un lazo emocional inexplicable y compulsivo. Aun cuando se piensa que el carisma es intrínseco al individuo, sólo puede revelarse en la interacción con los demás. El carisma, afirma Lindholm, es sobre todo una relación o fusión entre el ser interior del líder y el seguidor.

¿Y al final para que sirve el carisma?

Cuando un ser humano descubre sus dones y talentos y los desarrolla, su vida se llena de energía, entusiasmo, pasión y fe. Es por ello que se suele describir al líder carismático como un ser con un alo de energía especial. El líder lleno de propósitos claros, logra que aquellas personas perdidas en su norte, hallen una luz que desean seguir. Esa luz es el líder que muestra una ruta (Visión).

Ese magnetismo personal que el líder posee, se manifiesta de diferentes maneras y en diversos individuos, pero se revela especialmente en los momentos en que otros son incapaces de actuar. El líder carismático se llena de energía y es quien actúa primero. El carisma o magnetismo personal no es
 algo que aparezca de la noche a la mañana o que no tenga nada que ver con el carácter, la posición o la experiencia. Si el líder espera realmente ser bueno, no es suficiente con poseer dones o habilidades especiales, si no los sabe usar. El conocimiento es fundamental para que el líder demuestre su capacidad de apoyar y despertar la credibilidad.

El líder no es sólo una persona que puede atraer e influir en otros; es aquel capaz de demostrar cómo se hacen las cosas. Esto llena de inmensa confianza a sus seguidores y de fuerza inspiradora al líder.

El carisma entonces está asociado enteramente con lo que llamamos el poder personal. Este es el estilo de poder que el líder real ejerce, mientras que el típico jefe aplica su poder por posición o poder asignado.

El líder carismático (desarrollando sus dones a favor de los demás) cuando mezcla su poder personal con su poder asignado o por posición, logra ejercer una poderosa influencia en los demás, llevándoles a los más fértiles terrenos del compromiso.William Ramos Pardo

miércoles, 28 de agosto de 2019

Putin revela algo qué es "más temible que una bomba nuclear"

El presidente de Rusia se ha dirigido a los jóvenes este sábado en el XIX Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, que se celebra en Rusia desde el 14 al 22 de octubre 2017



Vladímir Putin en el XIX Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, el 21 de octubre de 2017.
Grigory Sysoev / Sputnik

En cualquier asunto al que uno se dedique, nunca debe "olvidarse de los pilares morales y éticos", ha instado este sábado el mandatario ruso en su discurso en el XIX Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, en la ciudad rusa de Sochi.

Vladímir Putin sostuvo que en el futuro próximo la programación genética abrirá las puertas para avances en la farmacología y también para modificar el código genético de los humanos. Y esto puede resultar "más temible que una bomba nuclear".


"Prácticamente se puede imaginar cómo un ser humano puede crear a un ser humano con características determinadas", reflexionó el presidente de Rusia. "Puede ser un matemático genial, puede ser un músico genial, pero también puede ser un militar, una persona que puede combatir sin miedo, sin compasión ni conmiseración, sin dolor", continuó.

"Y esto, lo que he dicho ahora, puede ser más temible que una bomba nuclear", opinó Putin. Asimismo, subrayó que todo lo que hacemos "debe fortalecer a la persona, no destruirla".
Este año el XIX Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes se celebra en Rusia, que acoge el evento desde el 14 al 22 de octubre.
La apertura del festival tuvo lugar en Moscú, mientras que las actividades principales se desarrollan en Sochi a partir del día 15.




lunes, 26 de agosto de 2019

Un líder del conocimiento para el Siglo XXI

Gedeón Santos
Washington, DC



“La proliferación de la economía del conocimiento es, de hecho, la nueva fuerza explosiva que ha lanzado a las naciones avanzadas a una enconada competencia mundial, enfrentando a los países socialistas a su amarga obsolescencia, forzando a muchas naciones en vías de desarrollo a descartar sus tradicionales estrategias económicas, y que, en la actualidad, está desarticulando las relaciones de poder, tanto en la esfera personal como en la pública”.

Alvin Toffler, El cambio de Poder.

En la República Dominicana se presenta una nueva coyuntura para elegir al líder que conducirá el país en los próximos años. Este momento coincide con un profundo y disruptivo proceso de cambios económicos, sociales, políticos y tecnológicos a escala planetaria.

Y uno se pregunta: ¿Qué tipo de líder necesita nuestro país para superar el subdesarrollo y alcanzar a las sociedades punteras en el siglo XXI?

La nueva sociedad del conocimiento

Un acontecimiento ha cambiado la naturaleza de los liderazgos, de la gestión pública y del Poder: la llegada de la Sociedad del Conocimiento y la Información.

En su popular obra: “El Cambio de Poder”, Alvin Toffler considera el conocimiento como “la esencia del poder”, puesto que éste ha pasado a convertirse, de un simple accesorio de los valores físicos (como la tierra, el dinero y la fuerza), en su ingrediente más importante.

Cree el respetado futurólogo, que el alcance del conocimiento emana de su flexibilidad, al ser infinitamente ampliable y debido a que, es abstracto, no tiene sentido que se atesore, puesto que su valor está en el intercambio. Sin embargo, para Toffler, la característica más revolucionaria del conocimiento es que, en el mundo de hoy, tanto el débil como el pobre pueden adquirirlo. Por lo que cualquier nación, a partir de este cambio, puede superar el subdesarrollo siempre que tenga la visión de lograrlo y que, además, tengan el acceso a las redes globales del conocimiento e información.

Esto quiere decir que, la nueva sociedad que se configura está demandando de un nuevo tipo de liderazgo que esté a tono con esta transformación del Poder, puesto que en el siglo XXI el líder exitoso y transformador será: 1) El más informado del grupo social, 2) El que haya demostrado mayor solidez y amplitud de conocimiento, 3) El que tenga mayor actitud y destreza para adquirir, procesar y asimilar complejos flujos de información; y 4) El que luego sea capaz de convertir ese conocimiento en efectivas políticas públicas y programas de gobierno.

En el siglo pasado, para manejarse como dirigente político o como jefe de Estado, sólo bastaba con tener instinto, tacto y olfato.

Pero hoy, en la sociedad de la información, estas cualidades no bastan para tener éxito en la actividad política ni para conducirse en el complejo mundo del Estado Moderno, de las Altas tecnologías y de la Globalización.

La velocidad de los cambios

Pero quizás, la característica más desafiante de la nueva realidad es la velocidad a la que se suceden los cambios; lo que obliga, no sólo a buscar nuevos mecanismos de aceleración, sino también nuevos combustibles, que nos permitan velocidades cercanas a las que transitan las naciones más adelantadas.

Esto implica la búsqueda de líderes con real visión de futuro y vocación transformadora. Ayer se decía que, los pueblos que no conocían su historia repetían sus errores, pero hoy se puede decir que “los pueblos que no intuyen el futuro, quedan anclados en el presente”, cuya única vocación es ser pasado.

¿Cómo puede un político instintivo y primario, de escasa formación académica y de fugaces lecturas, conocer la necesidad de transformaciones estructurales que nos acerquen a un siglo XXI dominado por las altas tecnologías, las comunicaciones instantáneas y la globalización?

El líder instintivo vs. La nueva sociedad 

¿Cómo puede, por ejemplo, un líder instintivo y primario, con escaso conocimiento del mundo de hoy afrontar con éxito problemas como la pérdida de importancia de las materias primas en la ecuación competitiva global? Hasta ahora, nuestro país no ha podido superar la economía intensiva en mano de obra y materias primas y pasar a una economía intensiva en tecnologías y capital. Ese proceso a su vez, nos ha retrasado en la capacidad para agregarle valor a nuestros recursos naturales y así hacerlos más competitivos en los mercados mundiales.

¿Puede un líder lograr estas complejas transformaciones sólo por instinto?

La escuela de pensamiento de Bosch

Felizmente, el profesor Juan Bosch, para que superáramos el instinto y la improvisación en la política y en la dirección del Estado, creó una escuela de pensamiento cuyo alumno más aventajado ha sido el Dr. Leonel Fernández.

Este extraordinario líder político ha llegado a escalar las posiciones más importantes de la vida política del país, y no lo ha hecho sobre la base de la herencia de su padre, porque su padre no era político; tampoco distribuyendo grandes cantidades de dinero, porque proviene de Villa Juana, un barrio pobre de la Capital; y mucho menos sobre la base de una revolución triunfante, pues a diferencia de Fidel Castro, ni bajó de las montañas ni tenía armas; pero tampoco ha llegado a la Presidencia de la República sobre la base de un apellido de abolengo, pues el compañero Leonel, no proviene de ninguna de las familias poderosas del país.

Entonces nos surge la pregunta: ¿Y cuál es la magia de este hombre que sin usar los métodos clásicos para ascender al Poder ha logrado calar tan alto y tan hondo en la vida política del país? No hay dudas que, además de las cualidades personales que lo adornan, se debe a la capacidad para adquirir información y conocimiento, y luego tener la inteligencia de traducirlos en propuestas políticas y en iniciativas de Estado para la transformación del país.

Desde muy joven, bajo la égida del profesor Juan Bosch, construyó una sólida base de conocimiento que le sirvió de plataforma para crearse una actualizada visión del mundo y de los más complejos problemas nacionales.

Un líder del conocimiento para el siglo XXI

Sin embargo, lo que resulta más fascinante cuando estudiamos a este extraordinario Estadista, es que a pesar del paso de los años y de haber ejercido el Poder, no ha abandonado ni por un minuto su profunda pasión por el conocimiento y por la búsqueda de la verdad. Por lo que podemos decir, que hoy por hoy, el doctor Leonel Fernández, no sólo es el más depurado líder del conocimiento con que cuenta el país, sino también el mayor activo global para conectarnos sin demora al intrincado mundo del siglo XXI.

Y como dice la frase: “En un mundo que va muy rápido hay que mirar más lejos”, el Dr. Leonel Fernández ha demostrado con sus hechos, que no sólo puede ser el líder que nos lleve más rápido a nuestras metas nacionales de desarrollo, sino que también es el líder que nos puede llevar más lejos en el sueño de alcanzar una sociedad ecológicamente sustentable, económicamente próspera y socialmente más justa.

CARACTERÍSTICAS

Leonel Fernández

“Hoy por hoy, el doctor Leonel Fernández, no sólo es el más depurado líder del conocimiento con que cuenta el país, sino también el mayor activo global para conectarnos sin demora al intrincado mundo del siglo XXI”.

Líder transformador

“En el siglo XXI el líder exitoso y transformador será el más informado del grupo social, el que haya demostrado mayor solidez y amplitud de conocimiento, el que tenga mayor actitud y destreza para adquirir, procesar y asimilar complejos flujos de información; y el que luego, sea capaz de convertir ese conocimiento en efectivas políticas públicas y programas de gobierno”. 

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Tomado Listin Diario

sábado, 17 de agosto de 2019

Matías Ramón Mella

Mella elabora el Manual de Guerra de Guerrillas, para la guerra de restauración.

Matías Ramón Mella

La noche del 27 de febrero de 1844, Mella disparó en la Puerta de la Misericordia el trabucazo que dejó proclamada la independencia nacional.
Matías Ramón Mella nació en Santo Domingo el 25 de febrero de 1816 y murió en Santiago el 4 de junio de 1864, fue militar, político y activista dominicano, hijo de Antonio Mella Álvarez y Francisca Castillo.

El Patricio se desarrolla política y profesionalmente de 1822 a 1843 durante los años que el presidente haitiano Jean Pierre Boyer dominaba el territorio de la parte española de la isla.

Hizo el servicio militar con el que adquirió notoriedad entre sus compañeros y superiores por su seriedad, carácter responsable y por su valor personal.

Mella no fue uno de los fundadores de la Sociedad Secreta La Trinitaria pero entre los años 1838 y 1843 se convirtió en uno de los adeptos más eficaces de esta célula política que buscaba la separación de las comunidades dominicana y haitiana para luego crear un Estado independiente de toda influencia extranjera bajo el nombre de República Dominicana. Esto le mereció la plena confianza de Juan Pablo Duarte.

En enero de 1843 fue comisionado por Duarte para trasladarse a la villa haitiana de Los Cayos de San Luis, al sur de Haití, para hacer contactos con Charles Hérard y los revolucionarios reformistas adversarios del presidente Boyer.

La táctica de Duarte de aliarse con los enemigos de Boyer, encontró en Mella una persona capaz de sumar a los militares y civiles que encabezados por Charles Hérard, querían el derrocamiento del presidente de la República que tenía más de veinte años gobernando.

Cuando regresó de Los Cayos, luego del derrocamiento de Boyer, Mella se trasladó al Cibao Central como agente propagador del ideal republicano. 

Luego de su triunfo Charles Hérard, ordenó la prisión de Mella, Rafael Servando Rodríguez y el sacerdote Juan Puigbert, acusándolos de querer destruir el ejército y los remitió a Puerto Príncipe donde permanecieron dos meses detenidos, regresando en septiembre a la parte oriental. 

En enero de 1844 Mella ayudó a Sánchez, jefe del Movimiento independentista por la ausencia de Duarte, a redactar el Acta de Independencia y, a sugerencia suya, se le llevó a Tomás Bobadilla para su revisión. 

La noche del 27 de febrero de 1844 es de los primeros en llegar a la Puerta de la Misericordia, exhortando en el lugar a unos pocos temerosos a no abandonar el lugar y, audaz e impulsivo, luego de proclamada la República, Mella forma parte de su primera Junta Central Gubernativa. 

Para los primeros días de marzo de 1844 parte hacia el Cibao como Gobernador del Distrito de Santiago y Delegado de la Junta Central Gubernativa, pero en realidad era el jefe político y militar de la región más importante del país. Ostenta el rango de Coronel del naciente Ejército Nacional. 

Mella no estaba en Santiago cuando se iniciaron los combates del 30 de Marzo, pues la batalla lo sorprendió cuando recorría la región del Cibao reclutando hombres y tomando posiciones que revelan su gran capacidad militar organizativa. Mella había dado las primeras instrucciones y escogió a José María Imbert como lugarteniente en Santiago. En estas iniciativas están sus méritos en esta batalla. 

Los acontecimientos tomaron un giro diferente después de la victoria de Azua el 19 de marzo. Duarte se presentó en el Cibao y Mella, entusiasmado e impulsivo, lo proclamó Presidente de la República. 

Cuando Faustin Soulouque invadió el país, Mella se incorporó al Ejército, destacándose en la famosa Batalla de Las Carreras y termina siendo secretario de Pedro Santana. En septiembre de 1849, es nombrado Secretario de Estado de Hacienda y Comercio. Hasta la anexión a España se sintió más cerca de Santana que de Báez. 

De 1849 a 1861 ocupó importantes cargos civiles y militares entre los que se encuentran comandante de Armas, Ministro de la Guerra, Gobernador, Ministro Plenipotenciario y Enviado Extraordinario en Misión Especial frente al Gobierno español, para gestionar el reconocimiento de la República o del Protectorado. 

En julio de 1856 se le encomendó preparar un proyecto de ley para organizar el Ejército. Ya se le tenía y respetaba como un entendido en asuntos militares. 

Demostró que realmente era conocer de los asuntos militares cuando se inicia la Guerra Restauradora. A este movimiento se incorporó, en agosto de 1863, confiándosele importantes misiones. 

Viajó al sur atravesando la Cordillera Central por Constanza, con el encargo de organizar las tropas restauradoras dirigidas por Pedro Florentino. 

Es designado Ministro de la Guerra y elabora el Manual de Guerra de Guerrillas que dirige por medio de una circular de fecha 26 de enero de 1864 y que recoge toda la experiencia del pueblo dominicano en esta forma singular de lucha. 

Mientras servía a la causa restauradora, el general Mella, enfermó de disentería y murió en la extrema pobreza el 4 de junio de 1864. Murió con la distinción de ser dos veces prócer de la República, pidiendo que lo enterraran envuelto en la Bandera Nacional y, así se hizo. 

Además de los indiscutibles aportes que hizo Matías Ramón Mella a la causa de la independentista nacional, realizó otro que lo llenó de gloria y lo enarboló con un hombre conocedor y manejador de los asuntos militares sin precedentes en la República Dominicana, este fue el Manual de Guerra de Guerrillas empleados por los héroes criollos en la Guerra Restauradora. 

A continuación Educando te presenta por su importancia y transcendencia de forma íntegra, dicho manual: 

“1.- En la lucha actual y en las operaciones militares emprendidas, se necesita usar de la mayor prudencia, observando siempre con la mayor precaución y astucia para no dejarse sorprender, igualando así la superioridad del enemigo en número, disciplina y recursos. 

2.- Nuestras operaciones deberán limitarse a no arriesgar jamás un encuentro general, ni exponer tampoco a la fortuna caprichosa de un combate la suerte de la República; tirar pronto, mucho y bien, hostilizar al enemigo día y noche, y cortarles el agua cada vez que se pueda, son puntos cardinales, que deben tenerse presentes como el Credo. 

3.- Agobiarlo con guerrillas ambulantes, racionadas por dos, tres o más días, que tengan unidad de acción a su frente, por su flanco y a retaguardia, no dejándoles descansar ni de día ni de noche, para que no sean dueños más que del terreno que pisan, no dejándolos jamás sorprender ni envolver por mangas, y sorprendiéndolos siempre que se pueda, son reglas de las que jamás deberá Ud. apartarse. 

4.- Nuestra tropa deberá, siempre que pueda, pelear abrigada por los montes y por el terreno y hacer uso del arma blanca, toda vez que vea la seguridad de abrirle al enemigo un boquete para meterse dentro y acabar con él; no deberemos por ningún concepto presentarle un frente por pequeño que sea, en razón de que, siendo las tropas españolas disciplinadas y generalmente superiores en número, cada vez que se trate de que la victoria dependa de evoluciones militares, nos llevarían la ventaja y seríamos derrotados. 

5.- No debemos nunca dejarnos sorprender y sorprenderlos siempre que se pueda y aunque sea a un solo hombre. 

6.- No dejarlo dormir ni de día ni de noche, para que las enfermedades hagan en ellos más estragos que nuestras armas; este servicio lo deben hacer sólo los pequeños grupos de los nuestros, y que el resto descanse y duerma. 

7.- Si el enemigo repliega, averígüese bien, si es una retirada falsa, que es una estratagema muy común en la guerra; si no lo es, sígasele en la retirada y destaquen en guerrillas ambulantes que le hostilicen por todos lados; si avanzan hágaseles caer en emboscadas y acribíllese a todo trance con guerrillas, como se ha dicho arriba, en una palabra, hágasele a todo trance y en toda extensión de la palabra, la guerra de manigua y de un enemigo invisible. 

8.- Cumplidas estas reglas con escrupulosidad, mientras más se separe el enemigo de su base de operaciones, peor será para él; y si intentase internarse en el país, más perdido estará.

EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

DANIEL BALCÁCER: EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

De  Juan Pablo Duarte  solo se conoce una fotografía hecha en  Caracas  en 1873 cuando el patricio contaba con 60 años de edad.  A...