MORAL Y LUCES

MORAL Y LUCES

jueves, 30 de junio de 2016

PASAJES DE LA VIDA DE JUAN BOSCH

Juan Bosch en su 107 aniversario

PASAJES DE LA VIDA DE JUAN BOSCH

Por Domingo Nuñez Polanco
Por Domingo Núñez Polanco
Juan Emilio Bosch Gaviño (30 de junio de 1909 – 1 de noviembre de 2001) fue un político dominicano, historiador, ensayista, novelista, cuentista y educador.
 Bosch fue el primer presidente de la República Dominicana elegido democráticamente después de la dictadura de Trujillo en 1963. Previamente, había sido el líder de la oposición dominicana en el exilio contra el régimen dictatorial de Rafael Leónidas Trujillo durante más de 25 años. A día de hoy se le recuerda como un político honesto y como uno de los escritores más prominentes de la literatura dominicana. Bosch es el fundador tanto del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) en 1939, como de la Liberación Dominicana (PLD) en 1973.
A Bosch se le considera uno de los escritores más preclaros de Latinoamérica destacándose en el cuento.
Juan Bosch nació en la ciudad de La Vega el 30 de junio de 1909. Hijo de José Bosch Subirats, español de ascendencia catalana y la puertorriqueña de ascendencia española Ángela Gaviño Costales. Vivió los primeros años de su infancia en una pequeña comunidad rural llamada Río Verde, donde comenzó sus estudios de primaria; los estudios secundarios los hizo en el colegio San Sebastián de La Vega, llegando sólo hasta el tercer nivel de bachillerato. En 1924 se trasladó a Santo Domingo, donde trabajó en varias tiendas comerciales. Más tarde en 1929 viajó a España, Venezuela y algunas islas del Caribe.
Regresa a República Dominicana en 1931. Para 1933 publicó su primer libro de cuentos, “Camino Real”, y más adelante “La mujer”. Bosch creaba y editaba la sección literaria del periódico Listín Diario, convirtiéndose en crítico y ensayista.
Juan Bosch junto a los dirigentes Leonel Fernandez, Lidio Cadet y el Lic. Danilo Medina
En 1933, Bosch junto a varios escritores destacados de la época forman el grupo conocido como La Cueva.
Durante los primeros meses de 1935 es nombrado en la Dirección General de Estadísticas. Organiza, bajo la dirección de Mario Fermín Cabral el Censo Nacional de la República Dominicana de ese año. En 1936 publica la novela “La Mañosa”, sobre las guerras civiles del siglo XIX, la cual fue muy bien valorada por los críticos.
Domingo Nuñez Polanco junto al Profesor Juan Bosch
Vida en el exilio
Bosch fue encarcelado por sus ideas políticas, siendo liberado después de varios meses. En 1938, a sabiendas de que el tirano lo quería comprar con un puesto en el Congreso, Bosch logró salir del país, estableciéndose en Puerto Rico.
Para esos años a su llegada a Puerto Rico, Bosch refiere “ El Dr. Enrique Cotubanamá Henríquez, no olvidaba que había nacido en la República Dominicana, donde su padre y sus hermanos mayores eran figuras de gran prestigio intelectual y político, y en Cuba leía la revista Carteles en la cual se publicaron cuentos míos en 1936 y 1937.  El Dr. Henríquez bajó cierto día del año 1938 a los muelles de la capital dominicana adonde había llegado en uno de los barcos cubanos que hacían la ruta Habana-Santiago de Cuba-Santo Domingo y se dirigió a la casa de un familiar al que le preguntó mi dirección. La respuesta que le dieron fue que yo estaba viviendo en San Juan de Puerto Rico, y unos meses después el Dr. Henríquez se presentó en la Biblioteca Carnegie, donde yo trabajaba en la transcripción de todo lo que había escrito Eugenio María de Hostos. Lo que el Dr. Henríquez fue a tratarme, o mejor sería decir, a proponerme, fue que yo debía dedicarme a la creación de un partido político cuya finalidad sería liberar a la República Dominicana de la dictadura trujillista. Ese partido, explicó, se llamaría Revolucionario Dominicano…  (…) Yo no quería ser político. Para mí la política era lo que me había llevado a abandonar mi país, pues tal como lo dije en una carta dirigida a Trujillo, fechada en San Juan de Puerto Rico el 27 de febrero de 1938, cuatro o cinco meses antes de recibir la visita del Dr. Henríquez, de seguir viviendo en la República Dominicana, “además de no poder seguir siendo escritor, tenía forzosamente que ser político”, y aclaraba: “…yo no estoy dispuesto a tolerar que la política desvíe mis propósitos o ahogue mis convicciones y principios. 
Juan Bosch en su cumpleaño 70 junto a Nicolas Guillen, Grabriel Garcia Marquez, Miguel Otero Silva y otros acompañantes de renombre y prestigio de nuestra América.
 (…) Yo, que repudiaba y repudio tal proceder, vivía perennemente expuesto a ser carne de chisme, de ambiciones y de intrigas. Yo no concibo la política al servicio del estómago, sino al de un alto ideal de humanidad”.
“Tan fuerte era mi repudio a la actividad política que se ejercía en la República Dominicana, que en otro párrafo de esa carta le decía al dictador: “Yo sé que he salido de mi tierra para no volver en muchos años, porque considero que la actual situación será de término largo y porque sé que fuera de un cargo público yo no tendría ahora medios de vida en mi país, y no podría estar en un cargo público absteniéndome de hacer política”.  “(…) la mayor parte del tiempo que usamos en hablar de ese tema la consumió él explicándome la diferencia que había entre la política que se ejercía en Cuba y la que se llevaba a cabo en la República Dominicana. Precisamente, decía el Dr. Henríquez, para que el pueblo dominicano pudiera aprender en la práctica diaria qué es la política y cómo debe ejercerse, era absolutamente necesario librar al país de la tiranía trujillista. Esa entrevista con el hijo del Dr. Francisco Henríquez y Carvajal me dejó tan impresionado que pocos días después empecé a buscar información acerca de cómo había organizado José Martí su Partido Revolucionario Cubano, y lo que llegué a saber fue poco, o mejor sería decir muy poco. Lo que me interesaba era tener una idea precisa de lo que había que hacer para formar hombres que al mismo tiempo que tuvieran una idea clara de lo que debía ser la política dominicana…


Una cosa piensa el burro… Como desde mi niñez había leído en la casa de mi abuelo materno la historia del Cid Campeador y en la mía el Don Quijote, y como mi padre destacaba siempre que se hablaba de episodios históricos de algún país, sobre todo si se trataba de uno europeo, la importancia de los jefes militares no sólo en las guerras sino también en actividades civiles, yo crecí con una idea fija, aunque no sabía por qué, acerca del papel que juega en cualquier país la persona que ahora llamamos líder, y en la conversación que mantuve con él, o sería más apropiado decir que él mantuvo conmigo, le pregunté al Dr. Henríquez quién, a su juicio, debía o podía ser el líder de ese partido que él me proponía fundar, y su respuesta fue que debía ser yo, a lo que respondí diciendo que yo no tenía las condiciones que se requerían para dirigir un partido político; que a mi juicio el líder debía ser el Dr. Juan Isidro Jiménez Grullón…
El Dr. Henríquez volvió a Puerto Rico y en esa segunda ocasión le presenté al Dr. Jiménez Grullón. Con la presentación quedaba yo libre de seguir ocupándome en tareas políticas, al menos, así lo creía, pero el campesino dominicano de esos años repetía con frecuencia un refrán: “Una cosa piensa el burro y otra el que lo está aparejando”, y el que aparejaba al burro de la historia dominicana tenía planes diferentes a los míos; tan diferentes que de buenas a primeras Adolfo de Hostos, hijo de Eugenio María de Hostos, entró en el salón de la Biblioteca Carnegie, donde bajo mi dirección dos mecanógrafas copiaban los trabajos de Hostos, y me dijo: “Prepárese para ir a Cuba a dirigir la edición de las obras completas”.   (Juan Bosch)


En 1939, Bosch se trasladó a Cuba, donde dirigió una edición de las obras completas de Eugenio María de Hostos, algo que define sus ideales patrióticos y humanistas.
A su llegada a la patria de José Martí, Juan Bosch dice: ”En la vida de algunos seres humanos se dan hechos que parecen fortuitos y no lo son, pero es al cabo de algún tiempo cuando los protagonistas de esos hechos advierten que no fueron casuales. Por ejemplo, un año antes de mí llegada a La Habana rodeado de varios bultos en los que iban las copias mecanográficas de todo lo que Eugenio María de Hostos había escrito —al menos, todo lo que se había reunido hasta el año 1937— yo no conocía al Dr. Enrique Cotubanamá Henríquez y ni siquiera tenía noticias de su existencia; y sin embargo cuando descendí la escalera del vapor Iroquois para llegar al muelle junto al cual había atracado el buque de ese nombre, allí estaba él esperándome, y mientras aguardábamos la bajada del equipaje el Dr. Henríquez me dijo que había contratado para mi uso, en una pensión, una habitación con baño y servicio sanitario, que en el alquiler estaba incluida la comida y que la casa donde se hallaba la pensión estaba cerca de la suya; que él me acompañaría en el viaje del muelle a esa casa y me visitaría al día siguiente para llevarme al lugar donde él vivía, al cual iríamos a pie porque la distancia entre las dos casas era corta, y en efecto, así era, y por ser así al segundo día de mi llegada a La Habana estaba yo en los altos de una casa de piedra situada frente al mar, en el paseo llamado Malecón. Delante de mí, separado de él por un escritorio, el Dr. Enrique Cotubanamá Henríquez leía unos papeles en los cuales se describía lo que sería el Partido Revolucionario Dominicano, incluyendo un esbozo de sus futuros estatutos, y con esa lectura comenzaba una etapa nueva en mi vida, la del aprendiz de la teoría y la actividad política” (Juan Bosch) 

Para  julio de 1939, Juan Bosch con otros exiliados políticos, fundó el Partido Revolucionario Dominicano, el cual se destacó por ser el organismo más activo contra Trujillo fuera de la República Dominicana.
Bosch simpatizaba fuertemente con las ideas de izquierda… Colaboró con el Partido Revolucionario Cubano y tuvo un papel importante en la elaboración de la Constitución que fue promulgada en 1940.
Juan Bosch en su tiempo libre lo dedicaba  principalmente a buscar dominicanos anti trujillistas. “Los dominicanos residentes en Cuba a quienes yo me proponía ver para invitarlos a organizar el partido eran Lucas Pichardo, Pipí Hernández y los hermanos Mainardi, de todos los cuales supe que vivían en La Habana por informaciones de las personas que visitaban la casa del Dr. Henríquez. A Lucas Pichardo lo conocía y antes de salir del país sabía que él estaba en Cuba, pero no lograba localizarlo en La Habana; Ni Lucas Pichardo ni Pipí Hernández quisieron participar en la organización del Partido Revolucionario Dominicano, el primero porque alegó que carecía de las condiciones que a su juicio debía tener un militante político y el segundo porque era trotskista. Ambos iban a morir muchos años después de 1939 a causa de su oposición a la tiranía trujillista. A Pipí Hernández lo asesinó en La Habana un agente cubano de Trujillo y Lucas Pichardo y su hijo fueron fusilados en el año 1959 cuando llegaron al país con los expedicionarios del 14 de junio” (Juan Bosch)

Domingo Nuñez Polanco posando frente a Oleo de Juan Bosch con su pueblo pintado por el pintor de la patria Miguel Nuñez
El Dr. Henríquez estaba casado con la hermana de uno de los líderes más importantes del Partido Revolucionario Cubano y su casa era punto de reunión de miembros y dirigentes de ese partido con la mayor parte de los cuales Juan Bosch estableció relaciones de amistad, de manera que en pocas semanas acabo  siendo, en el orden político, tan conocedor de la política cubana como cualquiera de ellos, “pero eso no significa que había relegado a un segundo plano los problemas dominicanos; al contrario, dediqué mis ratos libres a averiguar dónde vivían algunos dominicanos con los cuales pensaba que debía iniciarse la organización de ese Partido Revolucionario Dominicano que proponía el Dr. Henríquez” (Juan Bosch)
En los años transcurridos entre 1940 y 1945, Juan Bosch se destacó como uno de los más notables escritores de cuentos de la región y laboró activamente en la formación de un frente antitrujillista encabezado por el Partido Revolucionario Dominicano.

Fidel y Bosch
Bosch fue uno de los principales organizadores de la conspiración militar de 1947 que aterrizó en Cayo Confites, en la costa norte de la República Dominicana, para derrocar la dictadura de Trujillo. Sin embargo, la expedición fracasó, y Bosch huyó a Venezuela, continuando su campaña contra Trujillo. En Cuba, a donde regresó por exigencia de sus amigos en el Partido Revolucionario Auténtico, desempeñó un papel notorio en la vida política de La Habana, siendo reconocido como promotor de la legislación social y autor del discurso pronunciado por el presidente Carlos Prío Socarrás, cuando el cuerpo de José Martí fue trasladado a Santiago de Cuba.
Al mismo tiempo, su carrera literaria fue ascendente, obteniendo importantes reconocimientos como el Premio Hernández Catá en La Habana, el cual se le otorgaba a los cuentos escritos por autores de América Latina. Sus obras tenían un hondo contenido social, entre ellas “La Noche Buena de Encarnación Mendoza”, “Luis Pie”, “Los Maestros” y “El indio Manuel Sicuri”, todas ellas descritas por la crítica como obras maestras del género.
Cuando Fulgencio Batista dirigió un golpe de Estado contra Prío Socarrás y asumió la presidencia en 1952, Bosch fue encarcelado por las fuerzas de Batista. Después de ser liberado, se fue de Cuba y se dirigió a Costa Rica, donde dedicó su tiempo a tareas pedagógicas y a sus actividades como líder del PRD.
En 1959, se llevó a cabo la Revolución Cubana, dirigida por Fidel Castro que motorizó un reordenamiento político, económico, y social en los países del Caribe. Bosch, con instinto certero, percibió el proceso histórico que se había iniciado, y escribió una carta a Trujillo, el 27 de febrero 1961. Le dijo a Trujillo que su papel político, en términos históricos, había concluido en la República Dominicana.
El Puño de la dignidad

Atentado en su contra
En 1947 estando Bosch en el exilio, específicamente en una visita a México, fue víctima de un atentado ordenado por Trujillo. El atentado fue malogrado por su potencial rival político Joaquín Balaguer, quien mientras se desempeñaba como embajador en México, advirtió a las autoridades de dicho país dándoles detalles del plan del tirano.3
Presidencia y oposición
Después de 23 años en el exilio, Juan Bosch regresó a su país cuando Trujillo fue asesinado el 30 de mayo de 1961. Su presencia en la vida política nacional, como el candidato presidencial del Partido Revolucionario Dominicano, fue un nuevo cambio para los dominicanos. Su manera de hablar, directa y sencilla, sobre todo al dirigirse a las capas más bajas de la población, tanto rurales como urbanas, le permitió desarrollar una profunda influencia y simpatías populares. Inmediatamente fue acusado por la Iglesia y los conservadores de ser comunista, pero en las elecciones del 20 de diciembre de 1962, Bosch obtuvo un triunfo total sobre su principal opositor Viriato Fiallo de la Unión Cívica Nacional, lo que se conoce como las primeras elecciones libres en la historia del país.
El 27 de febrero de 1963, Bosch y Segundo Armando González Tamayo tomaron posesión como nuevo Presidente y Vicepresidente de la República Dominicana, en una ceremonia que contó con la participación de importantes líderes democráticos y personalidades, como Luis Muñoz Marín y José Figueres. Bosch hizo inmediatamente una profunda reestructuración del país. El 29 de abril, se promulgó una nueva constitución liberal. El nuevo documento concedía la libertad que los dominicanos nunca habían conocido. Entre otras cosas, declaró los derechos laborales, y mencionó los sindicatos, las mujeres embarazadas, las personas sin hogar, la familia, los derechos del niño y los jóvenes, los agricultores, y los hijos ilegítimos.
Sin embargo, Bosch se enfrentó a poderosos opositores. Se trasladó a romper latifundios, provocando la ira de los terratenientes. La Iglesia Católica Romana creyó que Bosch estaba tratando de secularizar el país. A los industriales no le gustaba los beneficios que la nueva Constitución le otorgaba la clase obrera. Los militares, que antes disfrutaban de la libertad de hacer lo que quisieran, sintieron que Bosch los sometía. Además, el gobierno de los Estados Unidos se mostró escéptico ante el menor indicio de la política de izquierda en el Caribe después de que Fidel Castro se declarara abiertamente comunista.
Golpe de Estado
El 25 de septiembre de 1963, después de sólo siete meses en el cargo, Bosch fue derrocado en un golpe de estado encabezado por el coronel Elías Wessin y Wessin con el apoyo de la Embajada de los Estados Unidos y de sectores del frente oligárquico que se oponían al nuevo rumbo de democracia y justicia social que trillaba la República Dominicana. Bosch volvió a exilio, en esta oportunidad en Puerto Rico.
A menos de dos años, un descontento creciente generó otra rebelión militar el 24 de abril de 1965, que exigía la restauración de Bosch. Los insurgentes, al mando del coronel Francisco Caamaño y la oficialidad joven de las distintas ramas de las fuerzas armadas comprometida por un mejor destino para la patria; exigiendo la vuelta a la constitucionalidad con Bosch sin elecciones. Pero el 28 de abril, cuando las fuerzas constitucionalistas tenían control de la situación, la victoria popular fue tronchada con la intervención de 42.000 tropas de la 82va.dvision de la infantería de la marina de los Estados Unidos a la isla; Con la  intervención militar americana, la segunda en 40 años (la primera 1916) al pueblo se le prohibía la oportunidad de elegir su propio destino en democracia. 
Se formó un gobierno interino, y nuevas elecciones fueron fijadas para el 1 de julio 1966. Bosch regresó al país y se lanzó como candidato presidencial de su partido. Sin embargo, hizo una campaña algo menos intensa, amenazado por el Departamento de Estado Americano de manera subliminal que de no ir a la farsa electoral, las tropas Norte-americanas se quedarían en el suelo patrio hasta tanto no se efectuaran las elecciones montada y supervisada por los propios invasores.
Juan Bosch propuso  al Coronel Caamaño que asumiera el la candidatura por el PRD y el Coronel respondió:” Profesor no es verdad que los Yanquis van a perder en votos lo que vinieron a perder en balas”. Definitivamente, Bosch fue el candidato por PRD. Fue como candidato presidencial a esas elecciones amañadas, aun sabiendo que era una farsa,  por razones patrióticas, con ello garantizaba las salidas de las tropas de ocupación. “La  decisión de Bosch de participar en las elecciones de 1966, no solo libero la presión generada a nivel continental por la intervención norteamericana en Santo Domingo, sino que cambio en cierto sentido la historia mundial, aunque no ha sido adecuadamente valorada por los estudiosos del periodo.(…)Como ya lo señale, confirmo el carácter de estadista de Bosch, no solo por su anterior gestión al frente del gobierno…de 1963,sino porque al aceptar la confrontación electoral a cambio de la salida de los norteamericanos, permitió la sobrevivencia de la nación independiente y reiniciar el proceso de democratización de la vida dominicana, aunque ya en la década de los setentas, después de reflexionar sobre esa experiencia y someter a un largo periodo de critica sus viejas concepciones sobre la democracia, elaboraría e intentaría implantar  esa particular visión del Estado democrático, soberano y socialmente justo que había visto frustrarse en 1963 y con la invasión norteamericana de 1965”. (Jesús Adolfo Becerril Valencia)
 Durante la última mitad de la década de 1960, Bosch se marchó al exterior radicándose en España, donde sigue siendo un escritor muy prolífico de ensayos, tanto políticos como históricos. Publicó algunas de sus obras más importantes durante este tiempo: “Composición social dominicana”, “Breve Historia de la Oligarquía en Santo Domingo”, “De Cristóbal Colón a Fidel Castro”, “El Caribe, “Frontera Imperial” y numerosos artículos de diferentes tipos. El periodo que va desde la llegada de Juan Bosch a Benidorm, España, y el regreso definitivo a la Dominicana en abril de 1970, constituiría el de mayor importancia creativa en su vida por haber escrito y dado a conocer las cuatro obras que determinarían el camino de su pensamiento sobre la historia dominicana y sobre la democracia, así como el de su futuro ejerció político. Las  ideas vertidas en esos libros, en la que quizás haya sido la polémica más importante de la historia intelectual y política dominicana del siglo veinte: la discusión en torno de la propuesta de Bosch sobre la instauración de un gobierno de dictadura con respaldo popular.
Aquí, los Términos, tales como: Lucha de clases, feudalismo, formas económicas y sociales, burguesía, constituían el armazón conceptual y categórica a partir de la cual Bosch realiza su estudio, pero en la búsqueda de un sentido eminentemente político de sus objetivos. Juan Bosch habría entrado, como el mismo lo dice, en contacto con la obra de Marx y Engels  “por el año 1969, después de haberme instalado en Paris, y fue de ese conocimiento, no muy amplio, por cierto, de donde salió mi afiliación al marxismo”  En estas últimas obras de Bosch, las que escribió en el viejo continente, se percibía una clara influencia del pensamiento marxista. Bosch, en relación de Marx y Engels decía: “leyéndolo directamente, no a través de interprete suyos, descubrió que la verdad era de ellos y era el equivocado”.
En 1970, Bosch tuvo la intención de reorganizar el Partido Revolucionario Dominicano, volviendo a sus miembros militantes activos, estudiosos de la realidad histórica y social del país. Su proyecto no fue aceptado por la mayoría de los perredistas, debido a que la mayoría de los miembros se inclinaban hacia una dirección más de corriente socialdemócrata. Además, dada la represión militar, y la falta de igualdad política entre el PRD y el Partido Reformista Social Cristiano, Bosch se abstuvo de las elecciones de 1970.
Las diferencias y contradicciones entre Bosch y un sector importante del PRD, así como la corrupción que había empezado a crecer dentro del partido, le hicieron abandonar la organización en 1973, y así se fundó el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) el 15 de diciembre de ese mismo año.
1934, Bosch se casó con Isabel García Aguiar, con quien procreó dos hijos, León y Carolina.
Durante su exilio volvió a contraer nupcias El 30 de junio de 1943 con la cubana Carmen Quidiello, con quien tuvo dos hijos, Patricio y Bárbara. 
Don Juan, como es cariñosamente recordado por muchos, murió el 1 de noviembre de 2001, en Santo Domingo. Como ex presidente, recibió los honores correspondientes en el Palacio Nacional, y fue enterrado en su ciudad natal de La Vega.
Hasta la fecha, se le recuerda como un hombre de principios. Él mismo se describió como Marxista y amigo de Fidel Castro.
Su legado en la política es más que relevante: sus ideales, todavía son valorados a la hora de referirse a la buena administración pública. Muchos creen que la República Dominicana habría prosperado tanto económica como políticamente, sin ayuda exterior (es decir, EE.UU.) el gobierno de Bosch había sido capaz de defenderse de las manifestaciones y presiones encubiertas de la administración de Johnson, de llevar a cabo todas las reformas que propuso.
Las contribuciones del profesor Bosch a la literatura a través de sus relatos, novelas, cuentos y ensayos lo convirtieron en un modelo a seguir para varias generaciones de escritores, periodistas e historiadores. En un momento dado, el Premio Nobel Gabriel García Márquez dijo una vez que Bosch había sido uno de sus mayores influencias.
 Obras
Cuentos
La mujer (1933)
Camino real (1933)
La bella alma de don Damián (1939)
Dos pesos de agua (1941)
Luis Pie (1942)
Maravilla (1946)
En un bohío (1947)
Callejón Pontón (1948)
La Muchacha de La Guaira (1955)
Cuentos de Navidad (1956)
Cuentos escritos en el exilio (1962)
Más cuentos escritos en el exilio (1962)
Cuentos escritos antes del exilio
Cuentos (1983)
Cuentos selectos (1992)
El algarrobo
Cuentos más que completos
Todo un hombre
Fragata
Dos amigos
Un niño
El río y su enemigo
Un hombre virtuoso
El difunto estaba vivo
Mal tiempo
El socio
Capitán
Los últimos monstruos
Rosa

Novelas
La mañosa (1936)
El oro y la paz (1975)
Ensayos y artículos
Indios (1935)
Mujeres en la vida de Hostos (1938)
Hostos, el sembrador (1939)
Judas Iscariote, el calumniado (1955)
Póker de espanto en el Caribe (1955, publicada en 1988 tras habérsele perdido Bosch)
Cuba, la isla fascinante (1955)
Apuntes sobre el arte de escribir cuentos (1958)
Trujillo: causa de una tiranía sin ejemplo (1959)
Simón Bolívar, biografía para escolares (1960)
Apuntes para una interpretación de la historia costarricense (1962)
David, biografía de un rey (1963)
Bolívar y la guerra social (1964)
Crisis de la democracia de América en la República Dominicana (1964)
El pentagonismo, sustituto del imperialismo (1966)
Dictadura con respaldo popular(1969)
De Cristóbal Colón a Fidel Castro (1969)
Breve historia de la oligarquía (1970)
Composición social dominicana (1970)
El Caribe, frontera imperial (1970)
Tres conferencias sobre el feudalismo (1971)
La revolución haitiana (1971)
De México a Kampuchea (1975)
Guerrilleros y crisis eléctrica (1975)
De la concordia a la corrupción (1976)
EL Napoleón de las guerrillas (1976)
Viaje a los Antípodas (1978)
La revolución de abril (1980)
Juan Vicente Gómez: camino del poder (1982, en colaboración con Luis Cordero Velásquez)
La Guerra de la Restauración (1982)
Las clases sociales en República Dominicana (1982)
Perfil político de Pedro Santana (1982)
El partido: concepción, organización y desarrollo (1983)
Capitalismo, democracia y liberación nacional (1983)
La pequeña burguesía en la historia de la República Dominicana (1985)
La fortuna de Trujillo (1985)
El capitalismo tardío en la República Dominicana (1986)
Máximo Gómez: de Monte Cristi a la gloria, tres años de guerra en Cuba (1987)
El Estado: sus orígenes y desarrollo (1987)
Textos culturales y literarios (1988)
Las dictaduras dominicanas (1988)
33 artículos de temas políticos (1988)
La función del líder (1988)
Consideraciones acerca del político: la vocación y el oficio (1989)
La Revulución Rusa comenzó en 1905 (1989)
No todas las revoluciones han tenido programa
Obras completas I y II (1989)
El PLD, Un partido nuevo en América (1989)
Temas económicos I y II (1990)
El PLD: Colección de Estudios Sociales (1990)
Obras completas III y IV (1990)
Temas históricos I (1991)
Breve historia de los pueblos árabes (1991)
Obras completas V, VI y VII (1991)
Obras completas VIII (1992)
Obras completas IX (1993)
Ideología y táctica en la actividad política
Táctica y estrategia
Opiniones sobre cultura política
Algunos conceptos acerca del Estado: cómo funciona ese aparato de poder
Las luchas obreras en los Estados Unidos
En la República Dominicana la socialdemocracia es una estafa política
Simón Bolívar el de las luchas portentosas
La muerte de Trujillo: secreto develado
Haití a través de su historia
La crisis capitalista en la economía norteamericana
Los dólares que nos prestan valen cada vez menos
Conferencias
Tres conferencias sobre la inflación.
Món Cácerez, el tiranicida.
García Godoy y su obra.
El PRD y la lucha de clases.
Opinión sobre dos novelas de Gabriel García Márquez y una de Miguel Otero Silva.
Las Panteras Negras: un caso de sociología política.
Datos para la historia del azúcar en la República Dominicana.
Prólogo indispensable a una breve historia de la oligarquía.
En 1943, Obtiene el premio Hernández-Catá en Cuba por su cuento Luis Pie.
En 1944, Obtiene el Premio Extraordinario Hatuey, otorgado por la Sociedad Colombista Panamericana.
En 1982, fue condecorado por el gobierno cubano con la Orden Félix Varela.
En 1988, es condecorado por el presidente Fidel Castro con la Orden de José Martí. Ese mismo año obtiene el premio de mejor libro de cuentos extranjeros, de la Fundación FNAC de París, por su libro Vers le port d’Origine.
En 1989, el presidente Joaquín Balaguer le impone la condecoración de la Orden del Mérito de Duarte, Sánchez y Mella, en el grado de Gran Cruz Placa de Oro. Un año más tarde Bosch lo devolvió.
En 1990, obtiene el Premio Nacional de Literatura, el cual compartió con su rival político Joaquín Balaguer.
En 1993, es investido como Doctor Honoris Causa de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Ese mismo año es investido como Doctor Honoris Causa en Letras por el City College de la Universidad de Nueva York.
En 1994, es investido como Doctor Honoris Causa en Humanidades de la Universidad O&M de Santo Domingo. Ese mismo año es declarado por el Senado y la Cámara de Diputados de la República Dominicana Maestro de la Política y Gloria Nacional.
En 1995, recibe el premio El Guachupitazo de Oro. Ese mismo año es investido como Doctor Honoris Causa de la Universidad Tecnológica de Santiago.
En 1996, recibe una placa de reconocimiento por sus aportes a la cultura Dominicana y por su condición de ciudadano ejemplar, durante la ceremonia de entrega de los Premios Casandra de ese año. En marzo del mismo año el embajador de Francia en República Dominicana le impone a la Orden del Mérito en el grado de Comendador de Artes y Letras.
En 1997, Vanguardia del Pueblo, órgano del PLD, le hace entrega de una placa de reconocimiento por su obra política y literaria. Ese mismo año una nueva especie de palmera es bautizada con el nombre de Coccothrinax boschiana en su honor.
En 1998, es condecorado por el gobierno francés con la Legión de Honor, en el grado de Gran Oficial. En junio es investido como Doctor Honoris Causa en Humanidades por las universidades Católica Tecnológica del Cibao y Pedro Henríquez Ureña.
En 1999, el senado de la República Dominicana le otorga un pergamino que lo acredita como uno de los más grandes líderes dominicanos del siglo XX. La embajada dominicana en Quito, Ecuador inaugura una biblioteca especializada con su nombre. En octubre la Universidad, la Biblioteca Nacional y la Sociedad de Escritores de Chile le rinden un homenaje por su aporte a la literatura de lengua española. En diciambre la Federación Latinoamericana de Periodistas acoge la propuesta de la Asociación de Periodistas Profesionales de la República Dominicana para otorgar a Juan Bosch el Premio José Martí a la Excelencia del Periodismo Dominicano, en su mención Escritor Destacado del Siglo.
 En 2009, el cineasta dominicano René Fortunato hizo un documental basado en los siete meses de gobierno de Bosch el cual se titula Juan Bosch: Presidente en la Frontera Imperial.
En 2010, René Fortunato publica el libro “La Democracia Revolucionaria”, el cual también trata sobre el gobierno de Juan Bosch.

Domingo Núñez Polanco

jueves, 9 de junio de 2016

Los progresistas de Brasil toman las calles

La izquierda se moviliza en Brasil para la primera protesta "unificada" contra Temer

INICIALMENTE ROUSSEFF NO PARTICIPARÁ DE LA MARCHA EN SAO PAULO, PERO CONCEDERÁ UNA RUEDA DE PRENSA EN LA CAPITAL PAULISTA POCO ANTES DE LA CONCENTRACIÓN

EFE
Sao Paulo

Sindicatos y movimientos sociales saldrán mañana a las calles de diferentes ciudades brasileñas en una jornada nacional de protestas contra el presidente interino de Brasil, Michel Temer, que estará encabezada por el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva.

La marcha convocada para el viernes supone el "primer acto unificado" de manifestaciones contra Temer, quien asumió las riendas del país el pasado 12 de mayo después de que la presidenta Dilma Rousseff fuera suspendida del cargo mientras el Senado la somete a un proceso de destitución.

Inicialmente Rousseff no participará de la marcha en Sao Paulo, pero concederá una rueda de prensa en la capital paulista poco antes de la concentración, según informó el movimiento Frente Popular Brasil, que promueve la jornada nacional de protestas junto con el Frente Pueblo Sin Miedo.

Además de Sao Paulo, donde está confirmada la presencia de Lula, las protestas han sido convocadas en los otros 26 estados brasileños, incluida la capital Brasilia, donde se encuentra la residencia oficial de Temer.

Desde que el presidente interino asumió el poder, hace casi un mes, han sido realizadas varias manifestaciones en diferentes puntos del país, pero ninguna de ellas ha sido de gran envergadura.

Por ello, la izquierda espera el viernes echar su primer gran pulso a Temer, cuya aprobación se encuentra en el 11,3 %, un porcentaje tímidamente superior al que tenía Rousseff cuando fue suspendida de su cargo, según un sondeo divulgado la víspera.

De acuerdo con la Central Única de los Trabajadores (CUT), la mayor unión sindical del país, las protestas del viernes serán el primer paso antes de la convocatoria de una huelga general, la cual "está siendo construida".

La CUT, que integra el Frente Popular Brasil, informó que la huelga será realizada cuando el presidente interino encamine al Congreso "las medidas de retirada de derechos", en referencia a un proyecto de reforma laboral y del sistema de jubilaciones previsto por Temer.

El Gobierno interino ha anunciado un severo plan de ajuste fiscal para reequilibrar las cuentas del país, el cual incluye una fuerte reducción de los gastos públicos, pero ha reiterado que no recortará el aporte destinado a los programas sociales.

Los movimientos sociales, sin embargo, son escépticos e insisten en que el objetivo de Temer a largo plazo es el de suspender algunos de los programas bandera del Partido de los Trabajadores (PT), como el "Minha Casa, Minha Vida" (Mi Casa, Mi Vida) y el Bolsa Familia, por los que se conceden subsidios a los más pobres.

Argumentan también, en la línea defendida por Rousseff, que la suspensión de la mandataria tuvo como objetivo frenar las investigaciones de la trama de corrupción de la petrolera estatal Petrobras.

El argumento se apoya en un pedido de prisión realizado por la Fiscalía contra cuatro altos dirigentes de la formación a la que pertenece Temer, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), entre los que se encuentran el presidente del Senado, Renan Claheiros, y el exministro de Temer Romero Jucá.

El fiscal general, Rodrigo Janot, sustentó esa solicitud en la sospecha de que los cuatro dirigentes del PMDB, todos muy cercanos a Temer, intentaron algunas maniobras para obstruir la acción de la Justicia en las investigaciones sobre las corruptelas en la estatal Petrobras. "Los jefes del golpe realizaron todos los movimientos para frenar la investigación de la Lava Jato, usurpar el poder y aplicar el proyecto más neoliberal de la historia de Brasil", afirman los movimientos en la convocatoria del acto

Santo Domingo visto por cuatro viajeros 1850-1889

Santo Domingo visto por cuatro viajeros 1850-1889 es una compilación editada por la Academia Dominicana de Historia con presentación de José Chez Checo, que reúne dos textos del célebre naturalista y cónsul de Inglaterra en el país Sir Robert H. Schomburgk. Uno del afamado abolicionista mulato Frederick Douglass, designado ministro de EEUU en Santo Domingo en 1889 y acompañante de la comisión del Senado que nos visitara en 1871 para explorar nuestra integración a la Unión Americana bajo los presidentes Grant y Báez. Otro de Wilhelm Sievers, resumen de las anotaciones de los recorridos de Richard Ludwig en 1888-89, con observaciones geológicas y mineras. Y un relato de Rodolphe E. Garczynski publicado en Appleton Journal en 1879, bajo el título “Life in Santo Domingo City”-cuyo contenido condensamos en versión libre para ilustración de los lectores.

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Nuestro viajero inicia su relato afirmando que “la vida en los trópicos es más o menos la misma en todas partes del mundo, pero la ciudad de Santo Domingo, gracias a la peculiar temperatura de la isla, puede difícilmente ser llamada tropical”. El calor no es demasiado fuerte y “el Sol no tiene prisa en ponerse. Al contrario, se rezaga bajo el horizonte y nos da esa deliciosa luminosidad que los alemanes llaman poéticamente resplandor crepuscular”.

“La vida en Santo Domingo comienza exactamente al amanecer, al menos para quienes viven en el Hôtel du Commerce, que es el caravasar del lugar. Porque, infortunadamente, contrario a las barracas que rodean la ciudadela, es una ciudad muy militar. Justo cinco minutos antes del amanecer, un cornetín emite una horrible nota, rompiendo el sueño de todos en la vecindad. A medida que el Sol hace su aparición, se anuncia desde la torre de la ciudad y cuatro cornetines y tres redoblantes terribles saludan a los durmientes con una diana, de origen español, la cual sin prejuicio nacionalista, puede compararse muy en desventaja con la música mañanera de West Point.

Los compañeros del hotel, que logran resistir al primer cornetín, se muestran indefensos ante la diana; y, en unos pocos minutos, los ruidos de ajetreo se escuchan a lo largo de la fila de dormitorios, de regio tamaño. En el Hôtel du Commerce, mantenido por un francés, Monsieur Auguste, el mobiliario de los cuartos es de la belle France. La vajilla es de Limoges, los calentadores de agua de Marsella... Ya vestido, uno se apura a bajar al comedor, también sala de estar, donde aguardan un panecillo y una taza de café dominicano. No hay leche ni mantequilla, a menos que sea solicitada por algún americano prejuiciado contra el pan seco. Los que tienen la intención de bañarse en el mar, usualmente posponen el café matutino hasta su regreso.

El lugar de baño es Güibia, a dos millas, ya que más cerca uno no puede bañarse por la certeza de que será atacado por tiburones, que no sólo enjambran el mar sino que ascienden por los ríos treinta y cuarenta millas. Bañarse es una institución para los dominicanos y en el camino a Güibia el viandante sobrepasa a un desvencijado coche tirado por un respetable poni blanco, con seis o siete mujeres de todas las edades que van a darse una zambullida en el mar. También se hallan caballeros montados que van a matar dos pájaros de un tiro –bañarse y dar a sus caballos una sobada con sal marina para prevenir llagas en el lomo, que las malas sillas y el peor cabalgar infaliblemente producen en los animales más recios.

El baño es una laguna formada por un semicírculo de arrecifes donde el agua es demasiado baja para los temidos tiburones. Las señoras tienen una parte y los caballeros otra. Es un sitio placentero porque el fondo es de arena y el baño es bueno, pero para los nadadores el agua es apenas lo suficientemente profunda y cerca de los arrecifes se hace honda tan rápido, que uno puede estar seguro que se cortará con el afilado coral cuyos bordes son tan cortantes como hojas de afeitar.

El camino corre a lo largo del mar, en el trayecto del ferry que desde Haina lleva a San Cristóbal, y en su recorrido existen recuerdos de los primeros días de España: viejos fuertes, antiguos pozos y ruinas de casas fortificadas. Sin embargo, entre la entrada a la ciudad y el lugar del baño hay pocos puntos de interés, salvo las puertas de una o dos residencias campestres que pertenecen a los ricos de Santo Domingo. No es necesario decir que fueron construidas tiempo atrás por los españoles, ya que las puertas, bellas muestras de trabajo en fierro, constituyen la prueba. Sin duda los dominicanos no construyen mucho y de seguro cualquier estructura que no sea de barro y palma puede ser atribuida a los primeros españoles o a algún comerciante extranjero establecido en el lugar.

Estos no son pocos y entre ellos hay muchos catalanes, excluidos del odio general hacia los españoles que por aquí se siente. Una de las residencias mencionadas pertenece a un catalán, que la ha llamado San Francisco del Carmelo. Los forasteros la toman por un convento y preguntan si pueden verla, y esta broma suscita el más intenso placer en el rico catalán, que está en el negocio de destilación. Ubicado en la calle del Comercio –que va desde la plaza frente a la Catedral a la Plaza del Mercado– está adornado con un portentoso letrero que luce una locomotora, con una destilería al lado y un hombre que corre delante de ella agitando su sombrero. El lema sobre esta obra de arte es: “A la industria catalana”, “Aguardiente y ron, venta al por mayor y al detalle”.

De regreso a casa, por el baño y la caminata, el apetito se agudiza y el café matinal sabe especialmente bueno. En particular cuando Monsieur Auguste permite a los americanos, considerados interlocutores privilegiados, tener uno o dos huevos en adición. Después de esta comida temprana, que finaliza, incluso para los bañistas, a las siete y media en punto, resta un montón de tiempo hasta la hora del desayuno que es a las once. Para los aficionados a la ciencia, aquellos que tienen algunos conocimientos de mineralogía, geología o botánica, siempre hay algo que ver o algún lugar adonde ir. Pero para el viajero común, el tiempo es, de hecho, un tirano.

No hay visión más lamentable que la de un hombre en un sitio extraño sin ocupación, sin poder hacer algo para sí. Deambula desganado de calle en calle, llama al sufrido cónsul para consejos sobre el correo, hace alarde de escribir cartas, que en el fondo sabe que no terminará; pero su gran recurso es fumar los cigarros dominicanos –un centavo la pieza– y frecuentar los lugares donde el letrero dice “Café y billar”. Bendecido quien inventó los billares, porque ciertamente ha salvado a muchos viajeros americanos de morir de puro ocio. Para los andariegos que pueden hablar una o dos lenguas extranjeras, lo normal es bajar la calle del Comercio y sentarse en las tiendas de conocidos y conversar por cerca de una hora. Esta es mi forma de matar el tiempo cuando he agotado mis helechos y fósiles. Tengo numerosos conocidos en esa calle y en general paso media hora con cada uno de ellos. La botica es el cuartel general, donde se llevan a cabo las grandes reuniones y se conciertan los negocios.

No es muy grande, pero de lejos es la tienda más atractiva de la ciudad y los campesinos que vienen, machete en mano, a vender cera y miel y tamarindo no parecen tan convencidos cuando observan con mirada asombrada la curva semicircular de los estantes llenos de botellas misteriosas. Creo que tienen la vaga idea de que si el dueño realizó tal hazaña, podría con esas botellas volar toda isla, tal vez toda la ciudad. Nunca he visto comprar algo en esta tienda. Si he visto a la gente del campo vender cosas. Aunque recuerdo a un americano que compró una onza de quinina y vi cómo se le caía la mandíbula cuando escuchó al precio. Todo es desagradablemente caro en esta ciudad, no sólo los bienes importados sino las provisiones –todo–. La mesa de billar al Hotel du Commerce le costó setecientos dólares a su genial dueño y los pianos, manufacturados expresamente para Santo Domingo por Pleyel, de París, promedian cuatrocientos cincuenta dólares –en París se vende por doscientos dólares o menos. La posesión de un piano entre los dominicanos es uno de los signos de aristocracia y dudo si las damas de cualquier hogar blanco permitirían al paterfamilias fumar un solo cigarro en paz, si la mejor sala no contara con un piano.

El desayuno, a las once en punto, es aquí en verdad una cena sin la sopa. No hay mucha variedad en el Hôtel du Commerce y una comida se parece mucho a la otra. Una tortilla excelente es la entrada habitual, la cual es seguida por pescado, generalmente el pescado colorado, que se parece al pargo rojo (red snapper). En ocasiones se sirve lisa delicadamente sancochada en vino blanco y cuando no hay, Auguste escoge un pez muy áspero, de sabor fuerte que creemos es mantarraya, pero al cual él le da un nombre español. Algunos comen plátano frito con su pescado, pero no recomiendo tal práctica. El siguiente plato en orden es generalmente un ragout de gallina, o pichones o, a veces, riñones guisados o sesos de ternera con sauce picante. Estos entremets son siempre seguidos por arroz hervido y frijoles, el plato nacional de la América española. El último plato es guiso de res con una suave cobertura de ajo. Todo bañando con un vino sobre el cual me resisto a dar un juicio. Auguste afirma, con osadía, que es un verdadero Bordeaux, pero yo creo que es catalán, con una adición de azúcar no refinada y tal vez un poco de aguardiente. Puede beberse si se mezcla con bastante agua.

Sigue el queso Gruyêre, con varios tipos de frutas, y concluye el desayuno una taza de café dominicano. Después del desayuno los nativos toman una siesta por varias horas, pero esta es una costumbre ante la cual los americanos se echan para atrás, y no hay ninguna otra forma de pasar el tiempo que los eternos billares o una cabalgata en el campo.” Todo desde el Hotel du Commerce.
Conversando con el tiempo
José del Castillo Pichardo
Santo Domingo 
 
Tomado de Dirio Libre

domingo, 5 de junio de 2016

De Chavez para aca: La espada de Bolívar en la OEA

La espada de Bolívar en la OEA
Ataque de celos geopolítico es lo que ha padecido la Organización de los Estados Americanos (OEA) frente a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). Es en cierta medida comprensible si se considera que lleva demasiado tiempo sintiéndose como un segundo plato. La OEA estuvo siempre mal acostumbrada en el siglo pasado a hacer lo que quería en cualquier país del continente. Miraron siempre para otro lado cada vez que se produjo un golpe de estado a favor de sus propios intereses. Activaron Cartas (Anti) Democráticas para derrocar a gobiernos legítimos. Estaban habituados a ser los reyes del mambo en la región hasta que llegó el Comandante (Chávez) y mandó a parar.

Sí, definitivamente, Chávez obtuvo una gran victoria de época. De esas que perduran más allá de los años que transcurran. En estos momentos, en los muchos ya andan montados en el carro de los pronosticadores del fin de ciclo, la realidad nos volvió a resituar en clave geopolítica. Es verdad que la región ha cambiado mucho en estos últimos tiempos luego de las derrotas electorales de Venezuela (legislativa) y Bolivia (repostulación de Evo) y de la victoria de Macri en Argentina. Pero esto no significa que todo lo logrado se ha esfumado. Una demostración de esto es que la OEA sigue incapacitada en este ciclo histórico para imponer criterios del norte a la hora de solventar los problemas en el Sur. 

La OEA no pudo mas con su propia patología, sus celos frente a Unasur. Sigue sin saber cómo digerir que la hegemonía ha cambiado de bando en materia geopolítica en la región suramericana. No puede soportar el protagonismo decisivo de Unasur en el caso venezolano. Desde hace meses, la Unasur, con Samper a la cabeza, conjuntamente con 3 ex presidentes de otros países de afuera (Zapatero, Torrijos y Leonel Fernández), están jugando un rol importante en el dialogo entre gobierno y oposición. Basado en el respeto a la soberanía, han venido construyendo una hoja de ruta que ha comenzado a dar sus frutos. Esto no gusta casi nada a los que siempre dirigieron los conflictos con control remoto. Lo intentaron con una carta de su secretario general, Almagro, y quedó en ridículo porque ni sus propios aliados ideológicos lo apoyaron. Colombia y Argentina, por ejemplo, les dieron la espalda. 

El verdadero ganador en el pugilato entre OEA y Unasur ha sido indudablemente Chávez. O se podría decir de otra manera: el legado de Chávez ha vuelto a ordenar el tablero geopolítico en un escenario altamente complicado. Es la lectura de época que debemos hacer. Una vez más, ganó el sentido común bolivariano que parecía estar en riesgo luego del golpe de Estado en Brasil. Chávez siempre supo que no hay revoluciones puertas adentro si éstas no vienen de la mano de revoluciones afuera. La soberanía nacional solo es viable en el tiempo si está acompañada de construcciones supranacionales que lo garanticen. La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y precisamente la Unasur conforman una arquitectura de época que ha vuelto a demostrar su eficacia. 

Este consenso, el bolivariano, frente al viejo consenso de Washington, es el verdadero logro irreversible del siglo XXI. Se ha constatado una vez más que todavía tiene alta capacidad para afrontar cada avatar interno o cualquier intento de injerencia externa. La OEA se quedó sin trofeo. Aún peor: quedó grotescamente marginalizada. Es cierto que ganó la agenda por unos días, pero sufrió un tal traspiés en modo de boomerang que le hizo salir más débil de lo que ya venía. 

La Unasur sale fortalecida de este embate. Es una oportunidad de oro para que esto sirva para catapultarse nuevamente. El desafío lo tiene ahora en Brasil. Unasur ha de demandar activamente una Solución Democrática mientras la OEA no activa su Carta Democrática para este asunto. Unasur podría tener un papel decisivo en esa contienda si pisa el acelerador. Podría matricularse con cum laude ahora que muchos creían que estaba más muerta que viva. Luego de cierto repliegue relativo, siempre llega un buen momento para una ofensiva política. En este escenario de América latina en disputa, la región vuelve a necesitar pensarse a sí misma como región.

EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

DANIEL BALCÁCER: EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

De  Juan Pablo Duarte  solo se conoce una fotografía hecha en  Caracas  en 1873 cuando el patricio contaba con 60 años de edad.  A...