MORAL Y LUCES

MORAL Y LUCES

martes, 2 de octubre de 2012

Las sagradas riquezas del Vaticano


Las sagradas riquezas del Vaticano


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El Vaticano es un Estado rico. Sus negocios empero son misteriosos y mantenidos en secreto. ¡Con razón! Tampoco en casa de San Pedro las riquezas son distribuidas equitativamente.
El Papa parece un hombre pobre: no recibe salario y ni siquiera tiene un portamonedas. En términos terrenales, el Papa actúa como un monarca absolutista que no hace cuenta en monedas. Aún así, recibe todo lo que necesita. Desde zapatos nuevos hasta un buen vino.

¿Más pobre que rico?

El historiador Hartmut Benz se ha ocupado de las finanzas del Vaticano. Benz relativiza las dimensiones de sus riquezas. El Vaticano es más pobre que rico, si se tiene en cuenta la monumental tarea que desempeña, dice Benz quien asegura que con las bajas sumas que el presupuesto fiscal pone a disposición, es difícil cubrir los gastos.
"Desde hace muchos años el Vaticano depende de la solidaridad de la iglesia mundial. Más de 100 comunidades eclesiásticas nacionales nutren con sus donaciones las arcas del Vaticano".

Riquezas sí tiene

Aún así, el Vaticano sí es un Estado rico. El caso es que sus riquezas son invendibles. Ni la catedral de San Pedro ni las piezas artísticas de sus museos pueden ser comerciadas. Estas propiedades aparecen en los balances con valores simbólicos. El hecho de que el mismo Vaticano no publique cifras sobre su capital, obliga a los especialistas a trabajar con estimaciones. Los cálculos oscilan entre uno y 12 mil millones de euros.

Entradas y salidas

La balanza corriente de entradas y gastos es, de otro lado, modesta. Benz explica que la dirección eclesiástica, la llamada Santa Sede y el Estado soberano de la Ciudad del Vaticano llevan presupuestos separados. Sus montos anuales se calculan en unos 210 millones de euros. A pesar del crecimiento continuo de las entradas ambos presupuestos registran un déficit del 5% desde 2000, correspondiente a unos 10 millones de euros.
Una suma irrisoria comparada con la que dispone Colonia (Alemania), la arquidiócesis más rica del mundo: 680 millones anuales. La de Chicago (EEUU) tiene un presupuesto anual similar. Las diócesis más pudientes subvencionan la dirección romana de acuerdo a sus posibilidades.
Alrededor de las ganancias percibidas por los dineros del Vaticano puestos a intereses o provenientes de transacciones bursátiles rodean toda suerte de misterios. La Santa Sede posee valores en inmuebles, acciones, obligaciones y oro. A ello se suman entradas por arriendos, divisas y especulación monetaria. Estas sumas son administradas por la tercera entidad financiera Istituto per le Opere di Religione (IOR), considerada el banco del Vaticano. No estando supeditado al control monetario del Estado italiano, el IOR no publica balances.

Moral y ganancias

Algo de lógica si hay en los negocios del Vaticano. Pablo VI habría ordenado no invertir en consorcios químicos que produzcan anticonceptivos o condones o en la industria metalúrgica vinculada a la producción de armas. La regulación se ordenó hace 30 años después de publicarse que el Vaticano participaba en negocios contrarios a los sermones de sus pastores. No se sabe con certeza si el Vaticano vendió sus acciones de Chrysler tras la fusión de esta con la Mercedes. Si no es así, el Papa estaría, por lo menos, indirectamente, involucrado en la industria armamentista europea.
DEUTSCHE WELLE

El cardenal López ejercer un liderazgo como exige la Iglesia en estos tiempos


                                                ¡Duos habet et bene pendentes...! 

Oleo del Cardenal  pintado por Miguel Nuñez 

César Medina 
lobarnechea1@hotmail.com
La frase en latín parece mandada a hacer para describir al cardenal López Rodríguez: ¡Tiene dos y cuelgan bien...!
La expresión nació en el seno de la Curia Romana en el año 885, luego de la falsa historia de la “Papisa Juana”, que habría calzado las sandalias de Pedro haciéndose pasar por hombre.
Desde entonces, cuenta la leyenda, el Vaticano confirma con tan pintoresca frase la hombría de cada nuevo papa antes de su coronación.
Aquí, en esta pequeña isla caribeña, el cardenal López ha tenido que volver a demostrar que posee valor y calidad moral para ejercer un liderazgo como exige la Iglesia en estos tiempos.
Es decir, que se requiere del material necesario ñ¿es preciso decir cuál?ñ para encarar esta vocinglería mediática...
Aunque necesariamente no sea la posición de la Iglesia ñAgripino pide que el proyecto se mande a vistas públicasñ, las palabras de López Rodríguez recordando que “el crimen no tiene edad”, es un valladar ante la embestida de los grupos que se oponen al endurecimiento de las penas a los menores de edad que reinciden en el crimen.
Es una aspiración legítima de la sociedad dominicana que se ponga fin a la puerta giratoria en que devino la lucha contra la criminalidad viciosa ejercida por menores al amparo de un estatuto que en diez años de vigencia no ha hecho ninguna otra cosa que demostrar su ineficacia. Y en el aspecto regenerativo, ni se diga...
Es un estímulo
El Código del Menor fue un engendro de las llamadas ONG que dicen luchar a nivel internacional por los derechos de los niños, pero se le impuso como traje a la medida sólo a algunos países de marcada debilidad institucional donde la canalla mediática tiene gran influencia a través de la sociedad civil.

Cuando ejercí de embajador en Chile ñuno de los primeros países en adoptar este trasplante de protección al crimenñ, la sociedad chilena luchaba a brazos partidos para quitarse de encima un mecanismo que sólo había contribuido al incremento de la criminalidad entre los menores de 18 años.
Los delincuentes en muchos casos se escudan en la permisividad de ese estatuto para reclutar a menores que en poco tiempo están curtidos en el crimen.
Con frecuencia se ve hasta a padres que ponen a sus hijos como escudos en operaciones del microtráfico y en la comisión de asesinatos horrendos.
Muchas veces esos muchachos suelen convertirse en los principales infractores de la ley. Muchos de ellos han llegado a cometer crueles asesinatos y luego son tratados como menores de edad.
Algunos hasta han llegado a confesar sus crímenes como si se tratara de un chiste o como quien cuenta una película de vaqueros...
Con el agravante de que en cuestión de meses están de vuelta en la calle, delinquiendo otra vez y con potencialidad para repetir sus crímenes viciosos.
Un deber ineludible
El presidente del Senado, Reinaldo Pared Pérez, tiene ahora el deber de poner en agenda y aprobar el proyecto de modificación del Código del Menor sancionado ya por los diputados, gracias a la diligente actitud de su presidente, Abel Martínez.

Los países desarrollados están estableciendo jurisprudencias para penalizar el crimen sin importar la edad.
Y se han visto casos en que menores de 13 años han sido condenados como si fueran mayores de edad por la comisión de crímenes horrendos después de comprobarse científicamente sus capacidades para discernir entre el bien y el mal.
Los senadores dominicanos tienen que escuchar la voz del cardenal López Rodríguez, que es como decir la voz de la Iglesia: “¡No veo por qué hay que andar con paños tibios... Mi posición es clara y radical...!”.
¡Duos habet et bene pendentes...!
Hay que traducirlo otra vez: ¡Tiene dos y cuelgan bien...!

lunes, 1 de octubre de 2012

El Ultimo Concierto de Victor Jara


Videos Videos Cultura

A contrapelo de lo que pretendieron sus asesinos, Vícto Jara es hoy un ícono universal, lo que no quita el hecho de que existen muy pocos registros audiovisuales de sus conciertos. De esa guisa, es un verdadero privilegio haber encontrado el video del último concierto dado en vida por Víctor Jara, en Lima, agosto de 1973, y ponerlo a disposición de nuestros lectores. Particularmente entrañables son sus palabras de introducción, en las que se refiere al más universal de los conceptos, el amor, que muestran esa sensibilidad que derrochaba a raudales. 

“Nosotros somos porque existe el amor, y queremos ser mejores, porque existe el amor. Y el mundo gira, crea, se multiplica porque existe el amor. Nosotros a los que nos dicen cantantes de protesta, creemos que el amor es fundamental. El amor y la relación del amor, de hombre con una mujer, de una mujer con un hombre, o del hombre con sus semejantes, con sus hijos, con su hogar, con la patria, con el instrumento que trabaja, es vital, es la esencia de la razón de ser del hombre. Por eso es que no puede estar ausente de la temática de un cantor popular, dice Vícto Jara.

Este video, rescatado por Sentidos Comunes,  representa un documento audiovisual fundamental para mantener la memoria cultural de un país como el nuestro.

Las canciones que incluyen este concierto alternan con las palabras de Víctor Jara, quien ilustra con un exquisito relato las complejidades sociales de aquella época cargada de reivindicaciones.


01. Intro

02. Cuando voy al trabajo

03. Habla de Ho-Chi-Minh y El derecho de vivir en paz

04. El derecho de vivir en paz

05. Habla de Luchín

06. Luchín

07. Habla de Violeta Parra y la Nueva Canción

08. Habla de Plegaria a un labrador

09. Plegaria a un labrador

10. Habla de Ni chicha ni limonaá

11. Ni chicha ni limonaá

12. Habla del surgimiento de la canción rebelde

13. Aquí me quedo

14. Habla de Te recuerdo Amanda

15. Te recuerdo Amanda

16. Habla de Chile

17. Ojitos verdes


 

Marxistas pero no comunistas



El problema de los inteligentes en el mundo de las ciencias sociales
Marxistas pero no comunistas



Todos sabemos que el marxismo paso de moda en los 80's, fueron momentos difíciles, muchos compañeros murieron asesinados por la dictadura, otros se fueron al exilio y se volvieron europeos, otros tantos se dieron rápidamente vuelta la chaqueta, muchos de esos últimos terminaron, paradójicamente, trabajando en altos cargos del Estado, incluso algunos, con tiempo y esfuerzo, llegaron a ser Secretarios Generales de Gobierno. Otros, los menos, siguieron siendo marxistas, en la clandestinidad de los años más duros primero, y en el silencio frío de la indiferencia después. Las universidades, otrora centros de ebullición social, donde daban clases profesores comprometidos y se formaban miles de estudiantes con vocación social y espíritu combativo, caían ahora estrepitosamente en el silencio adormecedor que les imponía la censura fascista. Se cerraron las carreras más problemáticas, en donde más profundamente había calado la “infiltración marxista”, las direcciones militarizadas se deshicieron de bibliotecas completas de facultades, escuelas y departamentos, se prohibió cualquier literatura sospechosa y los estudiantes fueron obligados a leer fotocopias con paginas corcheteadas, ahí donde se hiciera la mínima alusión al marxismo.
En las universidades, con el tiempo, los ex marxistas desilusionados, caían ruidosamente en el pos-estructuralismo y en posmodernismo, las universidades se llenaban de derrideanos, foucaultianos y nietzcheanos.
Pero es hoy en Chile, en este caos de ebullición social, impulsado por miles y miles de estudiantes, en que la izquierda a crecido (para todos lados), en las universidades, los estudiantes más críticos optan por ser marxistas, los partidos políticos y los colectivos y organizaciones marxistas han crecido abundantemente y cada día su actividad política es cada vez más visible. Es por eso mismo que creo necesario hoy, más que nunca, revisar la idea de marxismo, y de su profunda concordancia con un horizonte comunista.
La opinión general sobre este hecho es que el abandono de la idea de comunismo se debe en primer lugar, a la gran desilusión que provocaron los “socialismo reales”, con sus glorias y atrocidades, pareciera ser que el compromiso político, lo que se pone en riesgo al decirse comunista, es demasiado grande. Pero ese es el problema de los inteligentes que solo piensan en términos de lo real, para los revolucionarios en cambio, lo real nunca debe estar por sobre lo posible, lo posible es siempre más importante que lo que de hecho ocurre u ocurrió, pensar en términos de lo posible es propio de los revolucionarios. Y lo posible es que el comunismo, una sociedad en que no hay luchas de clases, en que la opresión, la explotación y el sufrimiento no están contenidas en instituciones cosificadas, es absolutamente posible, por sobre, e incluso por fuera de los fracasos pasados. Pero en segundo lugar, la dificultad de los marxistas para decirse comunistas, radica que se asume una idea profundamente ilustrada de marxismo, se asume al marxismo como una suerte de método o de ciencia, se asume la diferencia weberiana entre ciencia y política.
Pero creo, por otro, que la tendencia a renegar de un horizonte político como lo es el comunismo, responde a la existencia de una profunda desconfianza en los órganos partidarios clásicos, y de una consecuente confusión entre estos y la idea general de comunismo. Los saltos tecnológicos en la producción, por otro lado, tuvieron un correlato en todos los momentos de la vida social, en un mundo pos-fordista, en que ya no es necesaria la homogeneidad generalizada para ejercer el poder y el dominio, han ido apareciendo diversas formas de heterogeneidad cultural, una heterogeneidad controlada y estimulada por el control, ahora en red, de los grandes bloques hegemónicos. Cualquier otredad que amenace con operar política, cultural o económicamente por fuera de los margenes establecidos, es rápidamente oprimido.
Estos hechos han permitido que la intelectualidad, en particular la que se dedica a las ciencias sociales, se refugie en una idea profundamente ilustrada de marxismo, en la que el marxismo aparece como una suerte de ciencia verdadera, marco teórico o como mero método. Esta idea ilustrada ve al marxismo como mera opción teórica de la cual se sigue un cierto activismo político radical, lleva a imaginar a los marxistas solo como científicos (como Gramsci, Lukacs o Mariategui) o como vanguardia que dirige las masas populares. Al intelectual marxista le cuesta imaginar que el obrero italiano o el campesino nicaragüense también era marxista. Para los intelectuales, para los ilustrados, es necesario haber leído “El Capital” para ser marxista, una cuestión bastante difícil si consideramos que la mayor parte de los marxistas del siglo XIX y XX apenas sabia leer y escribir.
Esta postura ilustrada en los cientistas sociales lleva a evitar los espacios más problemáticos en los que por ejemplo, Stalin o el Mariscal Tito aparecen como meros políticos, “no eran verdaderos marxistas”, “eran burócratas que deformaron el marxismo”. Lleva a pesar un “marxismo verdadero” frente a “desviaciones” o “deformaciones” de todo tipo.
¿Es el marxismo una ciencia?
El marxismo no es de suyo una ciencia, ni menos una disciplina social, a pesar de la existencia de una profunda matriz ilustrada en el marxismo del siglo XX, impulsada por la dogmatización que el propio marxismo necesitó para extenderse de manera masiva y homogénea en un mundo industrializado. Hay, en la historia del marxismo, un discurso cientificista, en el que se dice que el marxismo es científico, que hay comunismo científico, que hay socialismo científico. Sin embargo, tanto las características conceptuales como históricas difieren en un sentido muy profundo con el concepto y la historia de la ciencia, y en particular, de las disciplinas sociales.
No es posible asimilar al marxismo a la ciencia en general, pero tampoco a las ciencias sociales como disciplinas, hay en la obra de Marx una serie de elementos que muestran su honda trascendencia sobre la racionalidad científica moderna, una forma ejemplar de entender esto es comparar la economía marxista con la economía burguesa. En la economía burguesa (en buenas cuentas científica) se asume como principio una estabilidad, una quietud permanente (competencia de agentes económicos en un contexto de igualdad de condiciones) frente a la cual aparecen elementos externos que luego son incorporados, como tales, a la teoría, las crisis económicas son entendidas como efectos de situaciones externas, como catástrofes naturales (inundaciones, sequías, terremotos), o simplemente como efectos de la subjetividad humana (temor de los inversionistas, conflictos militares, errores administrativos, etc.). En la economía marxista, en cambio, las crisis son un elemento inicial, el capitalismo es inestable de suyo y sus crisis no son coyunturales, son sistemáticas.
Mientras la economía científica se articula en torno a la idea de precio, y se desarrolla teóricamente en función de la necesidad de resultados técnicos y administrativos, el marxismo se articula en torno a la idea de valor de cambio, a diferencia del precio, que es un concepto local, que depende de un momento particular y que gira en torno a agentes individuales y particulares, valor de cambio es un concepto profundamente histórico en el que hay sujetos históricos, en que la historia misma no es un dato secundario, optativo y exterior, entendido como mero transcurso de tiempo. Al contrario de la economía científica que depende de la contingencia de un momento y un lugar empíricamente constatables, en el análisis marxista, las clases sociales y la lucha de clases son visualizables de manera plena solo a lo largo de un periodo histórico y solo en virtud del modo de apropiación que diferentes sujetos sociales tienen respecto del producto social.
Pero la economía científica opera dentro de la racionalidad científica moderna, que al igual que las ciencias duras o las ciencias sociales, entienden al todo como una colección de cosas que existe en un estado de permanente quietud, cosas anteriores y exteriores a las relaciones que en realidad las fundan como tales, cosas anteriores y exteriores a los sujetos.
Pero además, nunca hay consecuencias epistemológicas que no se sigan de actitudes o necesidades políticas, es perfectamente razonable que un científico opte por hacer ciencia en virtud de las necesidades técnicas de las empresas o del gran capital1, es perfectamente razonable que efectos epistemológicos, por muy mediocres que sean, se sigan de necesidades políticas efectivas. El marxismo como método de análisis contiene dos cuestiones que pueden ser diferenciables en determinado plano plano; que en su concepto no solo trasciende la racionalidad científica moderna, si no que su contenido teórico se sigue de una voluntad política radical, el marxismo es ante todo, una voluntad revolucionaria, no una mera teoría de la que se siguen consecuencias políticas, al contrario, es una voluntad política que se ha dado, a si misma, una teoría para operar ante la realidad. El marxismo no es una herramienta para “ver” el mundo, es una herramienta para “hacer” el mundo, para operar sobre el.
Sobre la idea de comunismo
Alguna vez, hace mucho tiempo, los cristianos predicaron la “buena nueva”, la “buena nueva” consistía en que el Dios cristiano, que había venido a la tierra en la forma de un carpintero y que había sido perseguido y crucificado por andar hablando cosas raras, había resucitado en la “Ecclesia”, es decir en la comunidad cristiana. Como todos saben, con el tiempo, el cristianismo se expandió por Europa y duró mucho tiempo. Se llama comunismo, en su versión medieval, a la idea de propiedad comunal de los bienes, predicada por los cristianos primitivos, esta idea de comunismo recorrió toda la historia marginal europea durante la época medieval, sirviendo como fundamento religioso y político, por ejemplo, para grandes revoluciones campesinas hacia 1520 d.c.2 La idea medieval de comunismo tuvo un fuerte impacto entre la intelectualidad europea, en particular, en la alemana. Moses Hess fue uno de los últimos intelectuales predicadores de la propiedad comunal de los bienes en -el sentido medieval-, Marx, amigo cercano de Hess, pensó que la idea de la propiedad comunal de Hess calzaba muy bien en el mapa de sus propias formulaciones teóricas, la idea moderna de comunismo, la idea que ha primado durante los últimos 200 años, no solo estuvo profundamente impregnada del laicismo humanista de Marx, si no, por sobre todo, por que se especificaba la propiedad común de los medios de producción. Con el tiempo, la idea de propiedad comunal de los medios de producción fue apropiada por el movimiento obrero y por el marxismo, y usada como consigna político-teórica fundamental.
La idea de comunismo, en principio, no tiene por que corresponder a un tipo de administración política en que un Estado de derecho centralizado posee la propiedad y el control de las empresas industriales, al estilo de la Unión Soviética, o en general, al estilo de los “socialismos reales”, en primer lugar, por que esa idea es muy posterior, fue promulgada por un economista italiano llamado Enrico Barone en 1908 y solo comenzó a ser aplicada a comienzos de la primera guerra mundial, y en segundo lugar, por que no hay razones para pensar que los medios de producción y la división social del trabajo tengan que estar obligatoriamente bajo el control social cristalizado en un Estado de derecho clásico. La lucha por el control de Estado no es el fin de una revolución socialista, es solo el comienzo.
Ese hacer el mundo, contenido en la voluntad comunista, es precisamente el contenido que anima al marxismo que, ante todo, es ante todo una voluntad revolucionaria, una voluntad que tiene como centro fundamental, la idea de que solo un cambio radical en la realidad establecida puede alejarnos de la violencia estructural, de la infelicidad cosificada, de la explotación histórica, del dominio de clase, de la mediocridad permanente, y acercarnos a un horizonte en que la vida humana no sea sino abundancia de humanidad, un horizonte en el que la injusticia y la desigualdad no estén cosificadas en la historia, un horizonte en que la felicidad sea trazable en términos puramente íntersubjetivos y que no dependa de instituciones cosificadas y alienantes, un horizonte en que el producto social este administrado de manera absoluta por los que lo producen, no por burgueses o burócratas, un horizonte en que cada uno pueda desarrollar su humanidad en virtud de la sociedad que lo produce, una sociedad de entes libres, que se han enterado que hacen toda la historia. Esa sociedad es el comunismo, alejados ya de las derrotas pasadas, enterradas como mera nota pie de pagina en una la historia y un pasado que no necesitamos, el comunismo es puro futuro, contenido puro que debe ser llenado por nuestra voluntad. Por sobre la realidad mínima del pasado, por sobre las derrotas insignificantes, comunismo es la sociedad en que no hay explotación, en que la valorización de un sujeto no depende de la desvalorización cosificada de otro sujeto, en que la cosificación esta situada en la historia, y depende plenamente de la voluntad humana.

* Referencias: La mayor parte del contenido de este articulo corresponden a las ideas del profesor Carlos Pérez Soto, que se pueden encontrar en sus libros, todos disponibles en internet, en particular en “Para una crítica del poder burocrático. Comunistas otra vez”. LOM Ediciones, Santiago, 2001; “Sobre un concepto histórico de Ciencia. De la epistemología actual a la Dialéctica”. LOM Ediciones, Santiago, 2008; “Desde Hegel. Para una critica radical de las ciencias sociales”, Mexico, 2001; y “Proposición de un marxismo hegeliano”. Editorial ARCIS, Santiago. Y de manera más especifica, en otros artículos publicados bajo Ediciones Clinamen, que ha publicado textos del profesor bajo la iniciativa de Copyleft y de Creative Commos. Es posible además encontrar muchas otras de las ideas expuestas aquí en las cátedras que realiza en distintas universidades.
Notas:
1 Si, la elección que un individuo hace respecto de la totalidad que es el capitalismo es perfectamente racional, los marxistas no necesitamos argumentos éticos para criticar al capitalismo, se puede hacer política con criticas morales, pero no se puede fundamentar la política a partir de una ética, eso se lo podemos al Hogar de Cristo.
2Ver, por ejemplo, las revueltas campesinas en la Alemania medieval, impulsadas por Thomas Muntzer.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

El destino y el honor, el poder y la muerte


A propósito de la reedición de "Hay que matar"



En Hay que matar , novela de 1982 y “obra bisagra” en la obra riveriana, recientemente reeditada [1] , la acción se desarrolla en “El Sur del Sur”: “una vastedad sin fronteras, que estuvo allí desde siempre, desde los inicios del tiempo, desde antes de que ningún hombre se echara a andar, y aceptase que hay preguntas para las que ni el infierno ni el cielo, ni las estrellas ni la escritura, tienen respuesta”. Allí, a comienzos del siglo XX, viven Milton y Byron Roberts, padre e hijo, en una modesta estancia. Según el narrador, el padre “nunca quiso tener hombres que dependieran de su dinero –salvo por unas pocas semanas, salvo por un par de meses–, o de sus órdenes o del potaje que les entregaría a la hora de alimentarlos, o de lo que reivindicaran esos que llamaban delegados sindicales, esos que pasaban en limpio las mudeces, los balbuceos, las tardías reflexiones de peones chilenos, españoles, criollos, polacos”. Una situación donde “Los peones, aquí, en El Sur del Sur, peticionaron un salario que supusieron retribuía sus crispados trabajos, un horario posible para sus crispados trabajos; unas horas para lavar sus pilchas; una cama y un colchón para el sueño, para el insomnio, para las masturbaciones; lámparas para mirarse las caras y la fatiga en las caras; trabajo bajo techo cuando el ventarrón o las lluvias atormentasen los campos; botiquines para aliviar las lastimaduras de la carne aún útil, aún en venta”.
Este sur es el de la Argentina, una (supuesta) república, donde allí, en El Sur del Sur, hay en verdad un imperio. Un país donde “Generales y almirantes, soldados y marinos, porteros, torturadores, giles, saludaban la bandera de la república en las fechas patrias”. Donde se asesina y mata por ambición (de dinero) y poder (político).
En este caso, se trata de una empresa dueña de tierras, ganado y petróleo.
En este contexto, se narra la acción de Byron Roberts ante el asesinato de su padre: portando el cargo de policía de una comisaría de la Patagonia, Byron se olvida de su “cargo” y sale en busca de venganza... ¿o justicia?
Andrés Rivera ha contado en numerosos reportajes cuánto demoró en leer a Borges, prohibido –tanto como Trotsky– por el Partido Comunista. (Como recuerda el periodista Isidoro Gilbert en La Fede , Rivera fue, en la década de 1950, redactor del periódico de la FJC Juventud , y luego participó de Plática , una revista cultural también impulsada por el stalinismo criollo, hasta que en 1964 fue expulsado del mismo.) Pese a la demora –a los 30 años, dijo el autor de Cría de asesinos , tuvo que hacer “casi una lectura clandestina”–, el acceso a la obra del genial y controvertido (especialmente en lo que respecta a sus ideas políticas) Borges dejó en Rivera una profunda huella, que puede apreciarse claramente en Hay que matar .
En efecto, se encuentran aquí varios “tópicos borgeanos”: el destino, la muerte, la conciencia de las paradojas en determinadas situaciones y el honor. Todo ello recreado con brevedad y laconismo; lo que consigue sin embargo crear esa concisa prosa “poética-narrativa”, tan característica y típica de Rivera desde entonces. Aunque Hay que matar aún no llega al “total despojamiento” que hay en obras posteriores –las de las décadas de 1980 y 90, y las del nuevo siglo-, ya contiene ese “realismo sucio” (en el que se encuentran las “marcas de la historia”, la lucha de los humillados y ofendidos ) que el escritor no tiene el menor problema en aceptar como adjetivo válido para su obra.
Rivera narra esta historia en el sur de un país que “es lento. Y sus ex presidentes, los militares y los civiles, envejecen, vestidos de frac o de smoking, en los palcos del Teatro Colón, en las playas de Niza, en las humedades untuosas del Paraguay, de Caracas, de Ibiza, o encerrados en sus casas, donde contemplan las falsas condecoraciones que recibieron de enviados polares”. Son los miembros de una clase dominante que “Envejecen, lentos”. Rivera habla de un país que “se compadece de los pobres”. Un país de poderosos (lentos, sí, pero despiadados), que se reproducen poco, al mismo tiempo que los pobres “Son tantos. Y se reproducen, ellos sí, velozmente, curioso fenómeno en el país lento, incambiable desde que, sin pruritos lentos, los lentos exterminaron la plaga jacobina”. Un país, entonces, donde se desarrolla la barbarie del poder (económico y político); donde “unos pocos”, estancieros y políticos criollos, y donde “unos pocos” franceses, estadounidenses e ingleses ejercen su dominio.
Como ha señalado la académica María Cristina Pons a propósito de algunas novelas de Rivera, “se trata de contar la historia ‘de abajo’, si se piensa en lo representado y ‘desde abajo’, si se piensa en el punto de vista desde donde se narra. Esta inflexión de la escritura supone una ética: implica la opción de no otorgarles un lugar de privilegio a los agentes artífices de los cambios y las acciones que ‘hicieron historia’, y de reivindicar, en cambio, a los que sufrieron sus consecuencias o a los que actuaron desde los márgenes” [2] .
La historia, para Rivera –en esta novela, y en general, en toda su obra–, es una monstruosa cadena de crímenes, abusos y miserias. Una historia donde los poderosos no tienen la menor moral ni escrúpulos, sino sed de (ilimitado) poder; y donde los que podrían ser llamados “héroes” –o “los buenos” o “rebeldes”– también son humanos : fallan, se desorientan, fracasan, cejan en el camino de su misión, son aplastados por una combinación de causas, se hunden ante rivales o enemigos, sucumben ante las contradicciones (propias y ajenas); y así y todo, la cosa (la vida) sigue...
¿Hay que matar? Sí, (nos) dice Rivera, mirando el barro de la historia .
Pero tal vez, también, haya que matar porque –tarde o temprano– hay que morir .

Notas:
[1] Andrés Rivera, Hay que matar , Buenos Aires, Seix Barral, 2012.
[2] “El secreto de la historia y el regreso de la novela histórica”, en Historia crítica de la literatura argentina , dirigida por Noé Jitrik, volumen 11, dirigido por Elsa Drucaroff, “La narración gana la partida”, Bs. As., Emecé, 2000, p. 108.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

"Fidel Castro Ruz: Guerrillero del tiempo"


Una lectura desde el siglo XXI

"Fidel Castro Ruz: Guerrillero del tiempo" en e-book


“Calzando otra vez sus botas de caminante” descubre la escritora y periodista cubana Katiuska Blanco al líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, en dos volúmenes que constituyen no solo el producto de seis horas de conversación intensa, sino todo un cortejo de fascinaciones y asombros que “se lee de un tirón” —aseguran sus múltiples lectores. Un testimonio de prosa urgente y amena que se aligera ahora del peso de sus más de mil páginas en dos tomos: luego de tres ediciones en papel, Fidel Castro Ruz: Guerrillero del tiempo llega a los lectores de la era digital.
La edición en formato e-book puede adquirirse en el sitio web de Ruth Tienda (www.ruthtienda.com y www.ruthservicios.com): un espacio que desde la mirada comprometida y atenta de Ruth Casa Editorial ha cobijado al pensamiento crítico, a las ideas de construcción poscapitalista y también a la escritura de ficción sugerente, nacidos en cualquier geografía.

“Prefiero el viejo reloj, los viejos espejuelos, las viejas botas... y en política, todo lo nuevo”, es una frase de Fidel Castro que impactó a Katiuska Blanco. Y cada idea de aquella sentencia ha sido definida en este texto, donde la autora de la primera biografía de Fidel y su familia, Todo el tiempo de los Cedros, complementa con su entrevista de dos tomos la gran familia de libros que ya constituyen Fidel y la ReligiónUn grano de MaízCien horas con Fidel (Ignacio Ramonet), y otros de la propia autoría del Comandante, como La Paz en ColombiaLa Victoria Estratégica La Contraofensiva Estratégica.

Fruto de un vínculo que nació “en medio del fragoroso teclear de las viejas máquinas de escribir alemanas” que por los años 80 “inundaban la redacción del diario” en que trabajaba Katiuska, ambos tejieron la idea de este libro: un viaje en primera persona por los veinticinco años iniciales en la vida de Fidel, que llega ahora, con su edición digital, a los lectores de todo el mundo. Especialmente, a los nativos digitales que apenas cargan consigo pesados volúmenes, pero que en tiempos de la revolución tecnológica diseñan su propia biblioteca personal en pequeños dispositivos electrónicos y comparten desde ahí fragmentos, comentarios, críticas y referencias con otros lectores.

Como les sucedió a Camila Vallejo y Karol Cariola, líderes del movimiento estudiantil en Chile, quienes recibieran el libro de manos del propio líder cubano e inspirador de la revolución en Latinoamérica,Guerrillero del tiempo podrá ser absorbido por la mirada urgente y pasional de los más jóvenes lectores del mundo: habitantes de un universo virtual donde se dirimen, también, los sueños de su siglo.

Fuente:
 http://www.lajiribilla.co.cu/noticias/noticia.asp?Id=20164

APLICACIÓN DE POLÍTICAS NEOLIBERALES EN EUROPA CREA AVISPERO


París tomó la calle para frenar el ajuste

Página 12

La Asamblea Nacional tiene que votar este martes el Tratado sobre la Estabilidad, Coordinación y Gobernanza de Europa firmado por Sarkozy y Merkel. La izquierda se volcó para evitar “que todos terminemos como Grecia”.

La izquierda de la izquierda recuperó ayer el mejor territorio de la protesta, la calle, para poner en tela de juicio el tratado presupuestario europeo que la socialdemocracia gobernante defiende con uñas y dientes. El ex candidato presidencial del Frente de Izquierda, Jean-Luc Mélenchon, y otras sesenta organizaciones reunieron en París cerca de 80 mil personas en un acto de repudio al tratado presupuestario europeo y las políticas de ajuste que acarrea. Este texto, que desde el principio desembocó en un punto de fractura profundo entre las izquierdas, será presentado el martes en la Asamblea Nacional para el examen de su ratificación. Impuesto por los países del norte de Europa, con Alemania a la cabeza, el documento, también conocido como Tratado sobre la Estabilidad, Coordinación y Gobernanza de Europa, es una hoja de ruta donde las palabras “social”, “reactivación económica”, “crecimiento” o “desempleo” son las grandes ausentes. Lo que abunda son términos como “rigor financiero” o “disciplina presupuestaria”. Rigor absoluto de las cuentas sin sueños.
El presidente socialista francés, François Hollande, fue electo en mayo pasado con la promesa clave de renegociar ese tratado firmado en marzo de este año por su predecesor, Nicolas Sarkozy. Sin embargo, la renegociación se quedó en promesa y quienes en mayo de este año festejaron la victoria socialista bailando hasta el amanecer ahora salen en contra del presidente que eligieron porque respalda un texto que la izquierda radical y los ecologistas juzgan nocivo. Apenas electo, Hollande dijo que el destino de Europa no podía ser “la austeridad”. Una vez en el poder, la austeridad se hizo la regla de oro y el tratado el manual de instrucciones.
Hollande vio desfilar ayer a todo lo que está a la izquierda del Partido Socialista y se opone a un texto cuyos términos fueron aprobados por éste. El tema es un cuchillo filoso en la unidad de la izquierda. Sin rodeos, Mélenchon lanzó una sería advertencia al jefe de Estado: “Para él, el tratado era una formalidad, ya estaba arreglado. Y ahora va a tomar conciencia de que no, de que en Francia como en el resto de Europa hay una oposición estructurada a ese tratado y a las políticas de austeridad”.
Festiva pero comprometida, la manifestación de ayer demostró que la izquierda histórica no se traga la píldora sin actuar. “No hemos elegido a Hollande para esto”, decía Martin, un manifestante que en la Place d’Italie arrojaba bombas de pintura contra la vitrina de una compañía de seguros, ante la mirada indiferente del sólido cordón policial establecido en las inmediaciones. Los afiches, los carteles y las consignas respondían a una misma voz: “En Europa, en Francia, combatamos la finanza”, “No a la austeridad en Europa”, “Más dimensión social y menos financiera”. Varios carteles hacían incluso mención a quienes promovieron el tratado, o sea, a la canciller alemana Angela Merkel y al ex presidente francés Sarkozy, una pareja apodada “Merkozy”. En muchas pancartas podía leerse: “No al tratado de Merkozy”. En otros afiches la figura de Hollande era objeto de toda la ira. Uno de ellos decía: “Se busca a François Hollande para que rinda cuentas ante la democracia”.
Mélenchon y su estilo de tribuno político en cuyos discursos se mezclan citas a Antonio Machado, a Evo Morales, al poeta Louis Aragon, a Víctor Hugo o al presidente venezolano Hugo Chávez volvió a ganar la apuesta de la movilización y a liderar la corriente insumisa a los dictados de la Europa liberal. Mélenchon canaliza como nadie la bronca contra los mercados y un tratado que consagra la supremacía de lo financiero sobre lo social. La “rebelión cívica contra Europa y los mercados” que Mélenchon propuso durante la campaña electoral para las presidenciales de mayo y junio tuvo el domingo su primer despliegue.
Los líderes del Frente de Izquierda, el Nuevo Partido Anticapitalista, la asociación Attac o los sindicatos quieren que se lleve a cabo una consulta popular sobre el tratado. Sin embargo, el jefe del Estado cerró la puerta a esta iniciativa y la gente tiene ahora la impresión de que, una vez más, le vendieron un cuento electoral. “Soñamos durante la campaña con la renegociación de un texto cuya única finalidad es el sacrificio de lo social. Ahora estamos bien despiertos. Los socialistas nos engañaron con sus cantos de sirena. Están todos de acuerdo con el gran capital”, explicaba Jean-Pierre, un manifestante de 36 años, profesor en la educación nacional. “Con ese tratado las deudas las vamos a pagar nosotros y los beneficios se los van a llevar los bancos”, decía otro manifestante.
La gente mostraba este domingo la certeza de que, una vez que el texto sea ratificado, lo poco de social que queda en Europa pasará al cajón de los recuerdos. “Con socialistas o sin socialistas, el mundo seguirá igual: los pobres serán más pobres y los ricos, súper millonarios”, gritaba enfurecido otro manifestante. “A los socialistas no les queda más que el nombre. El PS y Hollande juegan para el sistema y no a favor de los pueblos”, explicaba Véronique, militante de la asociación Attac. Toda el ala izquierda del socialismo francés hace un juicio severo de estos cinco meses de gestión socialista. “De hecho, ha quedado demostrado que Hollande es un Sarkozy Bis”, decía Etienne, de 27 años, oriundo del sur de Francia y que vino a París especialmente para la manifestación.
La ilusión socialista duró poco. Hollande había provocado un terremoto cuando en plena campaña se pronunció a favor de la renegociación del texto. El no cumplimiento de esa promesa tuvo el efecto de crear otro terremoto. Para la gran mayoría de los manifestantes de la izquierda radical, el tratado y las obligaciones que impone a los Estados firmantes –25 de los 27 de la Unión Europea– constituyen un horizonte clarísimo: “Francia terminará pareciéndose a Grecia, Portugal y España. Ese es el destino que nos depara el nuevo tratado”, decía Fabrice, un técnico informático militante del NPA.
El discurso que circula a favor del tratado es más o menos el mismo que se escuchaba en Atenas durante la campaña para las legislativas de junio: vida o muerte. O sea, si el tratado no pasa se muere el euro y con él toda la construcción europea. El PS tiene mayoría propia para ratificar un texto al que también se oponen los ecologistas, la extrema derecha y los partidarios de la intervención del Estado como motor de desarrollo y crecimiento. El Tratado sobre la Estabilidad, Coordinación y Gobernanza de Europa ha generado varias rupturas. Los “nonistas” de la izquierda radical lo repudian, los socialdemócratas intervencionistas cierran filas detrás del premio Nobel de Economía, Paul Krugman, para quien el endeudamiento es menos peligroso que la recesión, mientras que en el seno del PS sólo el silencio impuesto por el aparato calla las discordancias.
Hollande optó por seguir a la jefa de la orquesta liberal, la canciller alemana Angela Merkel, la gran patrona devota de la austeridad y los tijeretazos al gasto público.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-204627-2012-10-01.html

domingo, 30 de septiembre de 2012

10 tendencias de pensamiento que están cambiando el mundo.




Nuevas tendencias están alterando la vida cotidiana y las costumbres a gran velocidad. Entérate de las oportunidades y los riesgos de estos cambios. Mira la lista completa 
1. El individualismo “Antes la tradición, la Iglesia, el Estado o la familia dictaban las ofertas de futuro personal. Hoy cada uno tiene derecho a elegir quién quiere ser. La paradoja es que se ve obligado a ello, lo que genera miedos”, dice en diálogo con Infobae América la doctora en psicología Pilar Medina Bravo, profesora de comunicación de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, España.

Probablemente sea el cambio más importante, porque influye sobre todos los demás y todavía no sabemos hasta dónde llegará. Lo que está claro es que la sociedad deja de imponerse sobre los individuos, a los que se les reconocen cada vez más libertades. 

2. El rechazo a la religiónLa función principal de la religión era darle un sentido a la vida, decirle a las personas qué estaba bien y qué mal. Si ahora eso los individuos lo tienen que resolver por su cuenta, ¿qué lugar le queda a las instituciones religiosas? 

“Ahora cada uno es responsable de trabajar para construir el sentido de su vida. Es fácil prever que surjan un montón de soledades, de inseguridades, de búsquedas, de mixturas de creencias y de prácticas. Se puede vestir hippie, escuchar hip-hop, creer en Dios y tener la cabeza rapada, por dar un ejemplo caricaturesco”, afirma el sociólogoAlexis Sossa Rojas, de la Universidad Arturo Prat de Iquique, Chile.

3. El estrés“El sistema económico favorece que los individuos depositen su interés de vida en eléxito profesional. Como puedes optar, tienes la responsabilidad de asumir lo que hayas elegido y también el posible fracaso. Y ahí navegarás solo”, cuenta Medina Bravo.

Que cada uno pueda elegir a qué dedicarse puede evitar las frustraciones de los que no pudieron ser lo que deseaban porque sus padres le impusieron lo que tenían que ser. Pero como el éxito profesional nunca es permanente, la presión por retenerlo puede ser devastadora.



4. Las redes sociales y las nuevas formas de comunicación“Las tecnologías seducen y a veces nos dejamos arrastrar por ellas. Son útiles. Por ejemplo, puedes hacer un vínculo a partir de un contacto de Facebook, o puedes mantenerlo si se fue a otra parte del mundo, pero un contacto no es un vínculo”, dice Medina Bravo. 

Por confundir amigos virtuales con amigos reales, muchas personas creyeron que podían compartir intimidades con personas que no conocían demasiado. Al ver las consecuencias negativas de eso, algunos empiezan a tomar precauciones para evitarse malos momentos.Por otro lado está el exceso de información, que se actualiza y se renueva sin parar, en algunos casos saturando a las personas. 

“Estamos obesos de consumo e hiperinformados, pero anoréxicos de crítica. No podemos parar a reflexionar sobre lo que hacemos por el exceso de información”, dice a Infobae América el filósofo Carlos Fajardo Fajardo, de la Universidad del Cauca, Colombia.

5. Lo privado hecho público“Hay mucha seducción por la exhibición de la intimidad. Es como un Gran Hermano brutal. Parece que ya no se puede hablar de recato o pudor, porque se lo considera como algo excesivamente tradicionalista”, asegura la especialista en comunicación. 

Pero como son nuevas formas de relacionarse, Medina Bravo considera que lo que hoy parece fuera de control se irá regulando con el tiempo. “No va a seguir siendo así porque hay gente que ya se está empezando a asustar un poco”. 

6. La televisión y la homogeneización culturalLa novedad de la televisión de fines del siglo pasado es que consiguió generar gustos similares en distintos sectores sociales. Así, personas de todos los estratos miran los mismos programas, escuchan la misma música y consumen productos del mismo tipo. 

“Los medios generan un despotismo de consumo en el que no tenemos ni siquiera capacidad de resistir, sino que lo aceptamos deliciosamente”, explica Fajardo Fajardo. 


7. El cuidado del cuerpo
Muchas personas entienden que llevar una vida sana es una forma de espiritualidad o de compromiso social. Son ejemplos el vegetarianismo y el veganismo. Pero otra cara del fenómeno es la obsesión por la estética, por estar delgados, como se ve en dos enfermedades muy contemporáneas: la bulimia y la anorexia.“Hay una cultura de maquillajes y pasarela. El rescate del cuidado del cuerpo es unaforma de no naufragar ante la ausencia de estabilidad. No pienses por ti mismo, sino en ti mismo. Pero eso se ha vuelto simulacro. Nos hemos vuelto empresarios de la apariencia: nuestro cuerpo es vendible, usable y reemplazable. Es un cuerpo para exhibir”, sostiene Fajardo Fajardo. 

8. La juventud eterna“Hay una exaltación de la juventud. Vivimos la tiranía de pasar la mayor parte de la vidaenvejeciendo, pero queriendo ser jóvenes. La sabiduría ya no vende, y si no eres joven al menos tienes que parecerlo. Pero esta preocupación también es posible por latecnología. Si no existiera el lifting y otras técnicas de rejuvenecimiento, nadie pensaría en hacer algo parecido”, explicó Medina Bravo. 


Lo mismo cree Sossa Rojas. “Existe un mercado que promueve discursos de juventud, belleza, delgadez, como sinónimos de éxito sexual, social, incluso familiar. Por ello, se da la tendencia que nadie quiere envejecer, tener grasa, y también, que existan grandes angustias personales si no se consigue calzar con estas ideas”. 




9. La conciencia ambientalA otra de las cosas que los ciudadanos de todo el mundo tuvieron que acostumbrarse es al temor a sufrir una catástrofe natural. Esto tiene mucho que ver con la difusión del daño que el hombre le provoca al planeta. Por eso cada vez más personas, individualmente, hacen pequeñas cosas en defensa del medio ambiente. 

“El individualismo -dice Sossa Rojas- es también un proceso moral, por ello, el principio es que más allá de pertenecer a un grupo, yo valgo porque soy persona, y por ello puedo participar de grupos ecologistas, o a nivel individual cooperar con el ambiente. Por ejemplo, reciclando”. 

10. La inseguridad“Hay personas que sienten que no pueden aferrarse a nada. Que nadie los va a salvary que no hay compromisos de los de arriba hacia los de abajo. Y eso crea un sentimiento fuerte de indefensión”, explica Medina Bravo. 

Esto aparece como una consecuencia de todos los cambios que se vienen produciendo, que hacen tambalear a muchas de nuestras anteriores certezas. Pero son procesos contradictorios. 

“No adoptaría una postura pesimista, de suponer que el pasado fue mejor. Es cierto que la tradición daba seguridad, pero a costa de reducir la libertad de elección”, concluye Medina Bravo. 



Elecciones en EEUU en los últimos 100 años


Turismo de la pobreza: ¿experiencia educativa o puro voyeurismo?

Dharavi
Algunos residentes de Dharavi -que alberga casi a un millón de personas- viven arriba de cloacas abiertas y no tienen acceso a agua potable.
Un creciente número de turistas están buscando algo que no pueden encontrar ni en la cima de la Torre Eiffel en París, ni a los pies de la Estatua de la Libertad en Nueva York.
Ese algo se encuentra en los barrios más pobres de las ciudades que visitan y tiene el sabor de la vida real, tal y como la experimentan los más desfavorecidos.
Esta controvertida forma de viajar se conoce como "turismo de la pobreza".
Hace seis años, Krishna Pujari y su amigo británico Chris Ray crearon una empresa que organiza visitas a Dharavi, uno de los sitios más pobres de Asia.
Emplazada en pleno centro de Bombay, en India, esta población es el punto débil de la ciudad donde la miseria se mezcla con la iniciativa comercial.
En esta zona se pueden ver pequeñas tiendas y centros de reciclaje en medio de las viviendas.
Allí se producen bienes por un valor de US$620 millones. Y, aunque muchos de estos productos se exportan, los habitantes de este barrio en el que se fabrican viven en condiciones infrahumanas.
Dharavi es una suerte de imán para los inmigrantes de las áreas pobres rurales de otras regiones del país, que viajan a Bombay para ganarse la vida y enviar dinero a sus familias que quedaron en el campo.
Casi todos trabajan en fábricas, recogen basura, manejan un taxi; son los hombres y mujeres sin rostro que mantienen a flote la ciudad.

Opiniones encontradas

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Vemos extranjeros varias veces a la semana. A veces se acercan y hablan con nosotros. Algunos nos ofrecen un poco de dinero, pero del tour no nos llega nada"
Prasad, comerciante de Dharavi
"Si piensas que esto es sólo pobreza, es lo único que verás", dice Pujari. "Pero en la pobreza hay mucho que aprender".
Pujari intenta mostrarle a los visitantes el lado positivo de Dharavi, enfatizando que no todo es pobreza, mendicidad o peligro.
Su negocio, explica, es una empresa social: el 80% de las ganancias son para una organización que cuenta con programas de asistencia social.
La mayoría de los turistas no cree que los tours organizados en estos barrios sean un ejemplo de explotación de la pobreza.
"Estas personas están luchando para superar la pobreza y participa activamente a fin de generar una actividad comercial", dice la turista francesa Florence Martina mientras pasea por Dharavi.
Dharavi
Aunque en Dharavi se producen y exportan muchos bienes, la gente vive en condiciones infrahumanas.
En opinión de Christian Hansen, turista estadounidense, "lo más interesante son las condiciones laborales que se dan en el lugar. No sabía que aquí había tanta industria".
Sin embargo, los locales aseguran que no se benefician de estas visitas guiadas.
"A mí no me ayudan en lo más mínimo", dice Prasad, un comerciante de Dharavi.
"Vemos extranjeros varias veces a la semana. A veces se acercan y hablan con nosotros. Algunos nos ofrecen un poco de dinero, pero del tour no nos llega nada", se lamenta.

Mensaje equivocado

No todos están contentos con la imagen que el mundo exterior se lleva gracias a estas visitas.
"La clase media india urbana educada es muy sensible a cómo se representa la historia, la cultura y la sociedad india en los medios occidentales", señala Hemanth Gopinath, residente de Bombay.
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La clase media india urbana, educada, es muy sensible a cómo se representa la historia, la cultura y la sociedad india en los medios occidentales"
Hemanth Gopinath, residente de Bombay
Tal es así que la película dirigida por el el británico Danny Boyle 'Slumdog Mllionaire', que narra la historia de un joven indio que sale de la miseria absoluta para convertirse en millonario y que se ganó un Oscar, no fue bien recibida por ciertos sectores de la prensa india.
Según Gopinhat, el problema es que las empresas de turismo que visitan los barrios pobres resaltan ante los extranjeros los aspectos negativos del país y, además, podrían estar beneficiándose a costa de los menos privilegiados.
"Si tuviesen un impacto positivo aunque sea sólo en una mínima sección de la población de Dharavi, los apoyaría".

Atracción fatal

¿Pero qué es lo que tienen estos barrios para atraer a cientos de turistas al año?
Para Maltae Steinbrink, de la Universidad de Osnabruck, en Alemania, "estamos experimentando un crecimiento enorme del turismo de la pobreza en todo el mundo, particularmente en el sur".
Esta tendencia, explica, comenzó en el Londres de la era victoriana hace más de 150 años, cuando la gente de las clases más altas comenzó a sentir curiosidad por ver qué pasaba en las zonas más pobres del este de la ciudad.
Dharavi
Es común encontrar en Dharavil barrio personas que reparan toda clase de aparatos domésticos.
En el sur del planeta es un fenómeno relativamente reciente: se inició a principios de los 90 en Sudáfrica tras el fin del Apartheid, cuando Nelson Mandela salió de la cárcel.
"Los turistas iban a Sudáfrica y querían ver los lugares donde tuvo lugar la represión del Apartheid o la casa de Mandela. Todo empezó como un tour especializado para aquellos viajeros que tenían un interés político particular", dice Steinbrink.
Las favelas de Río de Janeiro en Brasil también son un destino frecuente en el llamado turismo de la pobreza.
"Si nos preguntamos por qué el turismo de la pobreza está aumentando ahora, podemos asumir que es porque cada vez hay más barrios pobres y más gente que vive en ellos en todo el mundo", señala el académico.
De acuerdo a la Organización Mundial del Turismo, se espera que cerca de mil millones de turistas viajen en 2012, por esta razón es posible que aumente el número de personas que incluyen entre sus excursiones visitas a los barrios más pobres.
James Melik
BBC

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