MORAL Y LUCES

MORAL Y LUCES

jueves, 20 de septiembre de 2012


Estado de derecho y “el derecho del más fuerte”

La planificación económica por los Estados, que en los países donde dominaba el capitalismo industrial caracterizó todo el período del New Deal, la llamada “era del Estado benefactor” tuvo por objetivo aplicar una política de redistribución de la riqueza para reducir las enormes desigualdades en los ingresos que tipifican los períodos del liberalismo económico, como sucede en la actualidad y fue el caso en el primer tercio del siglo 20, y que inevitablemente conducen a graves crisis económicas y financieras, al desempleo y el empobrecimiento masivo, y a momentos políticos decisivos.

La planificación de la economía en manos de los Estados, tan combatida y denigrada por las voces cantantes del sector privado que defienden la “autorregulación” de los mercados, la libertad de la empresa y de la propiedad privada, no ha desaparecido del mapa, sino simplemente ha sido traspasada de los Estados al gran capital con el resurgimiento del liberalismo económico a partir de finales de los 60.

Ahora el gran capital, o sea las grandes empresas transnacionales que abarcan todos los sectores económicos, así como el dominante sector financiero, ha tomado el poder, el control de los Estados y de los partidos políticos de gobierno, como es claro en todos los países del llamado “capitalismo avanzado”.

Dicho de otra manera, gracias al control que ejercen en todos los niveles de los Estados y al acoplamiento con los “partidos políticos de gobierno”, desde los conservadores a los socialdemócratas, el gran capital puede actualmente planificar y ejecutar con rigor las políticas económicas y financieras que, a escala nacional y mundial, tienen por único objetivo volver a concentrar la riqueza social en unas pocas manos, en ese menos del uno por ciento de la población, como bien lo denuncian los ocupantes del Wall Street y los indignados de todo el mundo.

Excelente prueba de esta rigurosa planificación al servicio del gran capital es la destrucción sistemática de las políticas industriales, comerciales monetarias y fiscales que caracterizaron el período del New Deal, como actualmente puede constatarse con las políticas de austeridad aplicadas en la Unión Europea (UE), y con la creación de los mecanismos, instituciones y legislaciones para un Estado al servicio exclusivo del gran capital (1).

Lo que no pudo entrar por la puerta se infiltró por la ventana


La razón por la cual “hace agua” desde finales de 1999 la Organización Mundial del Comercio (OMC), el “navío almirante” de la liberalización del comercio, es simple y bien conocida por quienes se interesan.

La OMC reemplazó al sistema del Acuerdo General sobre Tarifas y Aranceles (GATT, en su sigla en inglés), que en realidad permitía a las grandes potencias tomar las decisiones a puertas cerradas e imponerlas a la mayoría, para liberalizar acorde a sus intereses los intercambios comerciales y desmontar poco a poco las políticas industriales y de sustitución de importaciones en las naciones subdesarrolladas o en vías de desarrollo.

Funcionando bajo las reglas de la ONU, en la OMC cada país tiene un voto y la mayoría decide. Esto, según nos decían entonces los directores de la OMC y los ministros de Comercio Internacional de países de la UE y Canadá, permitiría instaurar por decisión de la mayoría de países un nuevo “estado de derecho” a nivel mundial.

Un nuevo “estado de derecho” que permitiera que cada país, grande o pequeño, débil o poderoso, fuese tratado a pie de igualdad por el resto del mundo.

Como se vio en los sucesivos fracasos de las “rondas” de la OMC, el sistema de “un país un voto” en el proceso de toma de decisiones permitió que las voces de los países subdesarrollados y emergentes expusieran el doble rasero de las políticas de Estados Unidos (EE.UU.), la UE y Japón, como los subsidios a la producción de cereales y alimentos en sus países y las trabas a la importación de tales productos. El voto mayoritario de los países subdesarrollados y emergentes frenó temporalmente, y exclusivamente en esa instancia multilateral, algunos de los peores aspectos de la liberalización.

Decimos “temporalmente” porque lo que no pudo entrar por la puerta multilateral de la OMC fue introducido por la ventana de los acuerdos bilaterales o multilaterales de liberalización comercial o de integración económica, donde los países poderosos –aquellos donde el Estado está ya al servicio del gran capital- pueden imponer sus condiciones.

Una demostración en vivo es la actual negociación del Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica (ATP, en su abreviación), en la cual Washington busca desde febrero del 2008 ampliar el acuerdo de liberalización comercial firmado en 2005 por Brunei, Chile, Nueva Zelanda y Singapur, y puesto en marcha en 2006.

La presencia de EE.UU. en esta negociación a partir del 2008 atrajo a otros siete países: Australia (noviembre 2008), Canadá (junio 2012), Japón (noviembre 2011), Malasia (octubre 2010), México (junio 2012), Perú y Vietnam (ambos desde noviembre 2008), y según la agencia Reuters que cita a Ron Kirk, Representante Comercial de EE.UU., Washington quisiera mucho que China se incorporase al ATP (Reuters, 8 de mayo 2012), algo dudoso si no se cambian las reglas del ATP, que dan a sus nueve participantes originales –lo que excluye a los últimos llegados, como Canadá, Japón y México- un derecho de veto sobre la participación de nuevos países en las negociaciones.

Como analiza Peter Lee (Asia Times Online), la entrada de EE.UU. en este proceso de negociación significó, desde el 2008, que todos los países participantes tendrían acceso privilegiado al mercado estadounidense si dan plena satisfacción a Washington y eliminan las barreras tarifarias y subsidios que afectarán a más de 11 mil productos, y al mismo tiempo abren sus mercados (es decir los mercados públicos y privados a escala nacional y local) a todos los proveedores de bienes y servicios, incluyendo a los financieros, y aplican con el rigor exigido por Washington el respeto a los derechos de propiedad, entre ellos el de la propiedad intelectual (2).

Para incorporarse al ATP, que está ahora bajo la egida de Washington, las naciones del Pacifico deberán haber sacrificado la capacidad de defender sus soberanías frente a las “intensamente competitivas multinacionales” (y sus ejércitos de abogados que serán figuras ubicuitas en las cortes de las naciones del ATP si este pacto es llevado a cabo), y esto a cambio de “algo que no es abundantemente claro”, como enfatiza Lee.

Canadá, Japón y México no podrán reabrir las negociaciones en los capítulos del ATP en los cuales los nueve países participantes ya alcanzaron acuerdos, y tampoco tendrán derecho de veto en cualquier otro capítulo de las negociaciones, y tal será la situación de China si decide incorporarse al proceso, algo que probablemente no ocurrirá.

En el caso de la protección de la propiedad intelectual esto significa que a través del ATP, Washington introducirá a escala regional y con perspectiva global, una interpretación extremadamente restrictiva, como la existente ya en las leyes estadounidenses, y para aplicarla a gusto dispondrá de todos los mecanismos, abogados y palancas necesarias que las grandes transnacionales de varios sectores (desde el farmacéutico, las mineras y petroleras, hasta los fabricantes de productos electrónicos e informáticos, entre otros más) pondrán en acción.

La ley que se aplicará con rigor y extraterritorialmente, a través de las cortes nacionales o de los tribunales del ATP, será la estadounidense, que protege los derechos del gran capital.

Es así, a través del “derecho del más fuerte” como viene forjando el imperialismo y sus aliados el “estado de derecho” universal del liberalismo a ultranza.

Nada de nuevo en todo esto. En una crítica a las ideas del economista británico J. Stuart Mill sobre la apropiación de la distribución de las riquezas y la propiedad, Karl Marx escribió en 1857 que a los economistas burgueses les parece que con la policía moderna la producción funciona mejor que, por ejemplo, aplicando el derecho del más fuerte. Olvidan solamente que el derecho del más fuerte es también un derecho, y que este derecho del más fuerte se perpetúa bajo otra forma en su “estado de derecho” (3).

Alberto Rabilotta es periodista argentino - canadiense.

Notas:

1.- Karl Polanyi desarrolló de manera excelente este tema en su libro La Grande Transformation, que terminó de escribir en 1944, y particularmente en el último capítulo (La libertad en una sociedad compleja), donde señala que el liberalismo acusa a la planificación y el dirigismo económico “de ser la negación de la libertad. La libre empresa y la propiedad privada son declaradas partes esenciales de la libertad”, algo que es una “ficción por la dura realidad de los gigantescos fideicomisos y el poder principesco de los monopolios”. Y alertaba que fue a causa de este liberalismo que el gran capital “se instaló en varios países de Europa así como, por otra parte, diversas formas de fascismo”, y que la planificación, la reglamentación y el dirigismo que los neoliberales de la época querían ver “desterrados porque eran un peligro para la libertad”, fueron entonces utilizados por los enemigos jurados de la libertad, los fascistas, para “abolirla totalmente”. Es así, según Polanyi, que “la obstrucción hecha por los liberales a toda reforma comportando planificación, reglamentación y dirigismo hizo prácticamente inevitable la victoria del fascismo”. (página 330 de la edición francesa, Edition Gallimard)

2.- Sobre este particular ver en http://keionline.org/node/1516 una “fuga” del texto negociado en el ATP Limitaciones y Excepciones del derecho de propiedad intelectual. Y ver críticas enhttps://www.eff.org/deeplinks/2012/08/new-leaked-tpp-puts-fair-use-risk

3.- Karl Marx, Introducción de “Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (borrador) 1857-1858” (Grundisse), página 8 en la edición de Siglo XXI Editores SA, y página 10 del cuaderno original.


El Frente Cívico llama a los movimientos sociales a cooperar y dialogar


Julio Anguita presenta el Frente Cívico entre un público multitudinario y llama a los movimientos sociales a cooperar y dialogar 

Julio Anguita ha vuelto. El ex coordinador general de Izquierda Unida ha dejado su carnet de militante sobre la mesa (pero sin renunciar a su formación) para alumbrar el Frente Cívico Somos Mayoría. En una abarrotada Facultad de Ciencias del Trabajo de Córdoba, con gente en los pasillos, desbordada la sala principal, habilitadas pantallas en un patio y en directo a través de un canal en streaming, Anguita ha presentado un colectivo que se ha construido a la imagen y semejanza de las conferencias que ha ido impartiendo por toda España en los últimos años, desde que abandonó la primera línea de fuego de la política.
“Las fuerzas políticas han envejecido, los partidos actuales son máquinas electorales y todo el andamiaje de la Transición se ha venido abajo”. Por eso y porque “nunca en la historia reciente España ha estado en una situación de emergencia como ésta”, Anguita crea el Frente Cívico, una especie de casa común de lo que el político andaluz calificó como una mayoría “que es en sí pero no para sí”. Es decir, una mayoría en la que forman parte “parados, jubilados, desahuciados, las clases medias y los pequeños empresarios que ahora están sufriendo lo que antes sufrieron los trabajadores” pero que “no está unida” y que persigue aglutinar. Anguita lo resumió “en un eslógan del 15M que me influyó: Los de abajo contra los de arriba”.
Anguita ha vuelto casi por donde se fue. Ha regresado con el 'programa, programa, programa' como principal arma de su Frente Cívico. “A un poder se le combate con otro poder, a un ejército se le combate con otro ejército”, proclamó. Y esa especie de contrapoder necesita argumentos, un programa, una hoja de ruta. Y eso es lo que se pondrá a hacer a partir de ahora, durante su constitución, el Frente Cívico. Pero antes, Anguita ha esgrimido un decálogo que ya publicó en la web del Colectivo Prometeo y que exige, entre otras cosas, salarios y pensiones mínimas de 1.000 euros, una lucha a destajo contra el fraude fiscal y la evasión de capitales, nacionalizaciones bancarias y de sectores económicos estratégicos, y una defensa de los derechos humanos y el medio ambiente, entre otros.
Anguita citó unos versos de Vicente Aleixandre para proclamar que “somos hijos de la sociedad” y que abre al diálogo el Frente Cívico. “Somos de los vuestros, aquí no venimos a competir ni a vivir aislados” sino a cooperar, insistió Anguita en un guiño a todos los movimientos sociales al margen de los partidos políticos y contra los recortes que están naciendo en España. De hecho, en un gesto simbólico dejó su carnet de militante de Izquierda Unida sobre la mesa pero sin renunciar a la formación por si “mi militancia” es un “problema” para favorecer el diálogo con otros movimientos.
Este Frente Cívico, que de momento no cuajará como una opción política a las elecciones, está creciendo. El propio Anguita ha asegurado que ya han conseguido 20.000 adhesiones en todas las provincias de España. Además, se han creado 15 asambleas constituyentes en otras tantas provincias y se ha comenzado a diseñar una pequeña estructura que florecerá “dentro de unos meses en el primer congreso”. Ese día, anunció Anguita, “me habré ganado un descanso”. “A mi edad, esto es lo último que yo puedo hacer ya por mi país”, concluyó.
El ex alcalde de Córdoba también se despachó con una buena ración de titulares sobre la situación actual que atraviesa el país. Denunció que Europa es el único lugar del mundo “donde a un secuestro lo llaman rescate” y aseguró que “si viviéramos en el siglo XIX cualquier político podría haber acusado a los dos gobiernos anteriores de alta traición a la patria” por haber dejado España en una dependencia tan salvaje del exterior.

Eldiario.es



Fuente: http://www.eldiario.es/politica/Anguita-Frente-Civico-partidos-envejecido_0_49345612.html

Pensar a Marx ante nuestros horizontes de lucha política y social



“Nada va a cambiar si no estamos preparados para actuar” Crass  

Marx es un nombre cargado de historia y de vitalidad, y no por casualidad. Marx es uno de los pilares centrales de crítica radical a la civilización capitalista. Después de todo, habría que hablar de él como deslizándonos a través de imágenes múltiples, la imagen de un enjambre de abejas o de un hormiguero, un Marx para la acción y no sólo para los conceptos, un Marx irreductible a una sola interpretación. Y es que la obra de un autor revolucionario sortea no sólo las disputas interpretativas en el terreno de la teoría sino también, y con éstas, las experiencias prácticas que dan luz sobre las tareas, las orientaciones y los retos en la construcción de una sociedad alterna a la actual. Por eso, en cada ocasión la labor de los revolucionarios es confrontar sus proyectos de sociedad y las estrategias revolucionarias con la situación concreta, como haciendo cruzar dos mares que nos permitirían abrir un pasaje oculto por las turbulencias políticas propias de cada coyuntura histórica (como las que ahora vivimos l@s miembros del movimiento #yosoy132). Haciendo emerger una relación dialéctica entre luchas concretas, locales o coyunturales y una perspectiva de transformación revolucionaria, una visión-fuerza- capaz de afirmar la posibilidad y la viabilidad de un cambio radical mediante la acción colectiva: el verdadero sentido de la praxis revolucionaria formulada seminalmente por la obra de Karl Marx.

La pregunta entonces es qué podría decirnos Marx ante la crisis de civilización actual y ante los horizontes de cambio y las estrategias de acción social en México y en el mundo. Es decir, qué podría decirnos ante la explotación inhumana, la opresión, la falta de igualdad social y de democracia, razones por las que durante los últimos años miles de jóvenes hemos decidido cuestionar el orden de la sociedad, saliendo a las calles para problematizar el sentido y la dinámica de nuestras sociedades. En el fondo, el movimiento #yosoy132, dando continuidad a la estela abierta por las revoluciones árabes, se encargó de abrir la posibilidad de pensarnos y actuar colectivamente para guiar el destino de nuestra sociedad. Este es precisamente nuestro punto de encuentro con Marx, nuestra cita secreta; por un lado la crisis de civilización (Crisis ambiental, crisis económica y política pero también social, cultural, espacial y ética a nivel internacional), y al mismo tiempo el auge de distintas luchas a nivel internacional que cuestionan el orden imperante. -¿Por qué rescatar a los bancos y no a las personas ante la crisis económica internacional?- Una situación que nos coloca en la necesidad de plantearnos un cambio de raíz, de cuestionar desde sus bases el modelo civilizatorio de nuestras sociedades. Pero esto no sucederá si no somos capaces de articular una reflexión general sobre el tipo de cambio por el que luchamos, es decir, el tipo de sociedad que pretendemos construir con nuestros actos y pensamientos más cotidianos.

Hasta hoy, Marx constituye una maquinaria infernal y espléndida de crítica a las sociedades capitalistas. Su labor abre paso a la estrategia de desbordar el orden imperante; duda sobre lo Legitimo, incertidumbre sobre lo Verdadero. Marx nos muestra el reflejo ulterior u oculto de la realidad de las sociedades capitalistas, atadas a una lógica cuya articulación requiere la conjunción de la explotación humana y de la devastación ecológica. La cuestión es letal: porqué existen las desigualdades actuales en contra posición al igualitarismo inscrito en numerosas constituciones como la nuestra; las constituciones “democráticas” se vanaglorian de declarar igualdad frente a millones de personas que mueren de hambre. Ningún tipo de lastima, no se trata de eso. Se trata de que el discurso formal de nuestra sociedad no corresponde con lo existente, la inconsistencia ontológica que produce la lógica del valor (esa equiparación perversa entre ser y tener), ese devenir-esclavoque termina por confundir lo grande con lo grandote-como refiere Galeano-, la vida con las cosas y con el dinero. La mercancía sobre la vida, la lógica de la ganancia sobre la colectividad, la autonomía y la creatividad. Marx confronta el discurso formal de las sociedades capitalistas con la lógica estructural del capital sustentada sobre la explotación, haciendo caer las verdades comunesque cercan la hegemonía de las sociedades capitalistas.

Marx nos muestra cómo la riqueza de los burgueses es producto de la explotación, es decir, cómo la riqueza es producida por todos pero sólo poseída por algunos. En México, por ejemplo, un obrero del vidrio trabaja por menos 8 horas al día, las ganancias que reporta su trabajo son tan altas que tan sólo con diez minutos de su trabajo el dueño de la empresa puede pagar su salario. He aquí el secreto de la ganancia: la explotación. La inversión de Marx, revelar que aquello que la mirada nos ofrece como verdadero es un velo teñido por estructuras ideológicas encargadas de recubrir el sufrimiento y la desigualdad. (Es importante hacer notar que la sensibilidad humana constituye en Marx una actividad práctica.) Pero él nos muestra, además, algo diferente, una vía para la desmitificación del mundo. Marx niega el capital para afirmar la vida comunitaria y la creatividad. Su sospecha, y la intención de su teoría, estuvieron siempre relacionadas con la idea de que la acción colectiva de los trabajadores sería la única vía para transformar el mundo de raíz. Desde un cierto punto de vista es posible concluir que ambas visiones, la de la dominación y la de la emancipación, hacen parte de un mismo proyecto revolucionario.

Marx descubre un mundo dividido, fragmentado de origen por la desigualdad en la reproducción de nuestras sociedades. (El sujeto no podría existir en abstracto o como ideal regulativo sino que tendría que ver con una determinada forma-histórica-de organizar el mundo, una historicidad materialista contrapuesta al idealismo hegeliano.) Marx piensa las clases sociales como categorías teóricas pero también como realidades actuantes, como realidades dinámicas que operan sobre sí mismas y sobre el curso de la historia; la clase es clase cuando actúa y es capaz de ver el mundo por cuenta propia, con voluntad de vida e intereses propios definidos por su posición en la organización del mundo que no es sólo material. Por eso la clase en Marx también representa un mecanismo de lucha para identificar al enemigo y planear las estrategias de cambio social, clase como apropiación y producción colectiva de la sociedad y la historia. Un cielo abierto bajo el cual afirmamos, en la práctica, la viabilidad de otro mundo.(Por ello, la lectura de E.P Thompson acierta en dejar atrás el esquema clase en sí-clase para sí) Habría que repensar en este caso la idea de negación y preguntarnos si, en la idea, y sobre todo en las experiencias de clase y de explotación opera ya la idea y el anhelo de otro mundo, el reverso afirmativo bajo el cual necesariamente tendría que acontecer toda negación consecuente del orden existente. La base necesaria para negar la dominación y para impulsar una revolución social.

Una orientación revolucionaria basada en las obras de Marx y en las experiencias revolucionarias de los últimos siglos, tendería a ser un pequeño candelabro instruido en el instinto de la acción colectiva, una maquinaría viva encargada de intuir el devenir social-el acto de la adivinación y la fe por la revolución en Benjamin- su misión es precisa: calcula el nivel de fuga y busca la posibilidad de una ruptura, en el fondo, busca instaurar un momento de fuerza e irrupción por donde colar las pistas de otra realidad, otro mundo posible al cual es posible acceder a través de la acción de las mayorías, el terror que abrió tenazmente la modernidad para la burguesía: mientras tomaban el control del mundo, despojando a la aristocracia, emergían fuerzas capaces de formular otra realidad que negaba el orden de la propiedad privada y el Estado, pero no sólo, pues el mundo del capital es el mundo de la envidia y la competencia feroz, el mundo en donde nuestras capacidades de autonomía, sensibilidad y creatividad se ven cercenadas por un mundo en donde la ganancia se antepone a la vida de las personas. Por eso el comunismo sería más una ontología radical en vez de una mera epistemología que puede reducirse a un método para conocer el mundo o para alcanzar la Verdad. (Desde este punto es posible vislumbrar un momento de tensión y de discusión con Marx, quien en muchas ocasiones se ve confrontado entre aquello que anhela y aquello que piensa como verdadero).

Marx busca instaurar el instante en que la realidad parece quebradiza y se antoja frágil y enferma, el momento en que la acción política y social de las mayorías desbordan el control de las clases dominantes y los límites de lo real tiemblan y evocan la imagen del mundo puesto de cabeza, un punto desde el cual proyectar la posibilidad de plantearnos un cambio radical, es decir, un cambio de raíz. El sueño de Marx, su presagio. Marx no es concepto ni ciencia visto desde una perspectiva político-revolucionaria, es esencialmente teoría para la acción, una manera de plantear un cambio, una forma de construir el cambio, una orientación para la acción y no un sistema estático y muerto. Por eso Marx no cabe en las academias ni en los salones, mucho menos en actitudes doctrinarias. Marx es necesario en los salones, cierto, pero también fuera de ellos, en contacto con la acción colectiva, operando como una herramienta viva de orientación estratégica, como un legado vivo cuya vida requiere ser reactivada en la relación entre teoría y acción. Teoría y acción revolucionaria, reversos de un mismo proceso. Una revolución consiste en ser capaces de comprender la necesidad de un cambio, pero sobre todo en la capacidad de producir ese cambio.

El legado de Marx sólo puede adquirir sentido si somos capaces de confrontarlo con nuestra realidad y con las experiencias de transformación de la sociedad, lo que implica tomar su obra de manera crítica, anteponiendo la idea de que ningún autor o corriente teórica o política puede por sí misma orientar la construcción de otro tipo de sociedad. Marx no es un manual para analizar y cambiar el mundo. Marx es una herencia en la lucha por otra sociedad. Por eso, Marx es mucho más que un nombre o una persona y su legado es irreductible al termino marxismo, por el contrario, se inscribe en los sueños y en las acciones de emancipación radical. Sería, después de todo, la sombra, o mejor dicho la sonrisa sin sombra que se agita debajo de las manifestaciones y de esa sensibilidad radical que se agita bajo la piel de nuestros cuerpos que evocan otra realidad. Marx sirve para pensar una revolución, sin embargo, conocer a Marx no nos hace revolucionarios. Antes bien, podemos serlo sin conocer su teoría.

Marx sigue siendo el viejo profeta de una revolución intempestiva que aun soñamos. No hay nada de malo en lo sueños: echar el mundo por la borda, desplegar las alas tras esas espaldas acostumbradas a cargar el peso muerto de la historia. Este es el llamado de Marx, esta es nuestra cita secreta con él, Marx nos invita a dinamitar aquellas verdades que cercan el orden imperante en nuestras sociedades, nos invita a volar, a tomar nuestras vidas en nuestras manos. Y aunque podemos observar ciertos elementos cientificistas o progresistas en sus obras, existe un campo completamente genuino que tiene por principio desarrollar la vida social en la afirmación de cada uno de nosotros, esta ruta en Marx muestra un universo compuesto por la libertad, la autonomía, la socialidad, la creatividad y la sensibilidad. El presagio fugaz: el salto bajo el cielo abierto de la historia. Actuar con Marx implica repetir su espíritu y no sus palabras. La actitud doctrinal no tiene nada que ver con el legado revolucionario de Marx, por el contrario, sólo una actitud crítica nos asegura continuar la lucha por una sociedad sin opresión, explotación y devastación ecológica; lo que en el fondo representa el espíritu de Marx. Una pieza central de esa brújula móvil y abierta que los revolucionarios requerimos para pensar y actuar ante la situación actual y ante el futuro de nuestros movimientos.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.



La fascinante arrogancia del poder


¿Mereció realmente la pena la Primavera Árabe?

Jadaliyya

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

Esto es solo el principio.Cuando me disponía a abordar un vuelo que iba de Washington a Estambul, en la pantalla situada encima de una puerta apareció una imagen con un titular de la CNN: “¿Mereció la pena la Primavera Árabe?”
Por lo general, uno suele ver y escuchar en los medios dominantes comentarios muy “especiales” sobre la región. Pero , de vez en cuando, brota de sus cabezas algo espectacular que nos deja pasmados. Ese titular –que capta el tenor de algunas de las informaciones dominantes más allá de la CNN tras las violentas respuestas a una película en la que se insultaba al profeta Mahoma- es uno de ellos.
Sin duda que la película era ofensiva y deplorable, y sin duda que las violentas respuestas y el asesinato que la siguió es cosa de locos e igualmente deplorable (cualquiera que sea la explicación alternativa acerca de los motivos). Esto es algo en lo que están de acuerdo la mayoría de los observadores razonables/experimentados. Pero luego van y se sacan de la manga, de forma abrupta y como quien no quiere la cosa, este brillante y brutal titular: “¿Mereció la pena la Primavera Árabe?”
Las razones por las que esa frase es tan problemática son demasiado numerosas como para hacer ahora un recuento completo de ellas. Y aunque podría haber unas buenas seis o siete mil razones, el vuelo me permite enumerar solo unas cuantas reacciones, a no ser que uno eche de menos titulares más zoológicos. Aquí van algunas de las posibles reacciones por orden de visceralidad:
¿En serio?
La primera gota y la gota que colma el vaso
Después de casi cien mil muertos desde enero de 2011, fecha en que empezaron los levantamientos, y después de décadas de brutal represión, firmemente apoyadas y parcialmente financiadas por las potencias occidentales (sobre todo por EEUU), no se nos ocurre nada mejor que cuestionarnos el valor y el mérito de romper esas cadenas como si se tratara de una mala inversión en las reservas de Facebook. “Quizá debimos seguir apoyando a aquellas encantadoras dictaduras”.
Todo sobre el poder
Sin embargo, para muchos se trata tan solo de una cuestión teórica. Lo que aquí importa es “quién” puede elaborar realmente esos pensamientos y hacer realmente algo en tal sentido. La arrogancia del poder desde el que puede dictarse ese tipo de pensamientos y palabras es, de hecho, el principal factor. Casualmente, la capacidad para desechar la historia, la culpabilidad y la racionalidad a favor de un modelo emocionalmente inmaduro, intelectualmente estrecho, históricamente amnésico y moralmente miope, solo puede proceder de un espacio de fuerza bruta. Y solo desde ese lugar pueden al parecer hacerse tales afirmaciones, como si fuera ese poder específico el que hubiera iniciado los levantamientos árabes (cuando en realidad, los levantamientos árabes van contra los regímenes clientelistas de EEUU, a pesar del poder de EEUU, con la excepción de Siria, lo cual confirma la regla).
La demanda del mercado
El corolario del punto anterior se me ocurrió cuando me dí cuenta de que justo en el área de espera cientos de pasajeros miraban (o echaban una ojeada) hacia la pantalla, y podrían estar considerando, con razón, la ligereza de la afirmación. Si en algo son buenos la CNN y otros medios dominantes es en entender a sus audiencias y la demanda del mercado.
Zoología
Tampoco deberíamos pasar por alto la perspectiva voyeurística. La “Primavera ” Árabe (para empezar, un término poco apropiado por razones que necesitarían de su propia lista) es como un espectáculo. Pero no un espectáculo cualquiera. Es un espectáculo en el que “nosotros” los demócratas y el mundo “desarrollado” observamos cómo los “otros” intentan ponerse al día a pesar de los muchos esfuerzos que hacemos en apoyo de sus opresores. Hasta la pasada semana, el voyeurismo era comprensible, aunque fuera patrimonial o patrocinado. Pero después de los recientes acontecimientos, el voyeurismo y las subsiguientes reacciones a la violencia que mató a un embajador estadounidense en Libia se han convertido en algo más. Redistribuye el reparto de todo el espectáculo respecto a las reglas e imaginería reminiscentes de lo que solíamos observar en la mirada del centro hacia la periferia: un sentimiento de asombro e intriga que, bajo determinadas circunstancias, puede convertirse rápidamente en algo asociado con la zoología. ¿Merecía realmente la pena permitir que esas criaturas salieran de sus jaulas? Después de todo, miren lo que están haciendo. Nos hemos enterado ahora de que puede que no merezca la pena luchar por la dignidad de uno porque un puñado de fanáticos hicieron lo que hicieron.
Colosales puntos ciegos
Esos enfoques nos recuerdan lo insignificantes que los pueblos de la región pueden parecernos con tan solo apretar un botón, y lo insignificante que es la historia para las mentes de tantos en los lugares poderosos. Por una parte, se reduce a los levantamientos árabes al proceso mismo, buscar la democracia. La democracia se convierte, así pues, en el acontecimiento. La gente es algo secundario. Si el proceso se ajusta a mis intereses, entonces puede que sea bueno. Si no, entonces quizá no sea tan buena idea, con indiferencia de cuántas decenas de millones de seres se vean afectados. A nivel retórico, el destino de todo un pueblo cuelga de un hilo. Estamos hablando aquí claramente sobre el nivel de percepciones y afirmaciones que, por suerte, no siempre son importantes. Pero eso nos dice mucho sobre cómo toda esa gente considera, estudia y se apropia de la región y sus pueblos. Debemos también señalar que la historia, y con ella la responsabilidad por los hechos cometidos, no aparecen casi nunca en la cobertura que sobre la región hace la prensa dominante ni tampoco en los recientes sucesos. Este incidente solo pone de relieve esa omisión, no la crea. La culpabilidad, no solo de la política exterior estadounidense al perpetuar y financiar la brutalidad en la región sino también de los medios de comunicación dedicados a reforzarla en vez de controlar al poder, está también muy clara. Gracias a Dios que a Anderson Cooper le golpearon* en El Cairo para que la CNN comprendiera que debía apoyar al pueblo egipcio y decantarse en contra de la dictadura egipcia que la administración de EEUU estuvo apoyando durante casi cuatro décadas y sobre la cual la CNN informaba como si se tratara de Suiza en esos aspectos. (*No hablo en serio, claro está, cuando digo “gracias a Dios”.)
Y ahora en serio…
¿Merecía realmente la pena el movimiento en defensa de los derechos civiles? ¿Merecía realmente la pena el movimiento por los derechos de la mujer? ¿Merecía realmente la pena poner fin a la esclavitud?
“El show televisivo de la Primavera Árabe”
Si acaba resultando que desmantelar un gobierno autoritario y todo lo relacionado con él no merece la pena, ¿qué deberíamos entonces hacer? La insensibilidad al considerar esas alternativas es más apropiada para decidir si merecería la pena que nos cambiáramos de AT&T a Verizon. Si algunas de las consecuencias resultan desagradables, ¿qué hacemos, anulamos todo el proceso? ¿Es que acaso estamos contemplando simplemente un show televisivo que se titula “La Primavera Árabe”? Ahora que el show se ha echado a perder porque nuestro actor favorito estaba comprometido, cambiamos de canal… hasta la próxima vez en que tengamos que lidiar con la región que alberga las fuentes de energía más importantes del mundo y nuestros socios dictadores y pro apartheid más valiosos. Otro show, otra crisis, otro punto ciego en ciernes que Vds. convertirán en una especie de teatro.
El valor de una vida árabe
Por tanto, todo lo que ha estado sucediendo durante los pasados veinte meses fue de algún modo positivo, pero después de los sucesos de la pasada semana, todo debe cuestionarse. Está claro que las muertes de esa semana son deplorables y sin sentido (cuando no estúpidas y cortas de miras), pero ¿qué hubiera pasado si los muertos fueran funcionarios árabes? ¿Habría alguien planteado esa pregunta? El valor asignado a una vida árabe, ya fuera en las dos guerras contra Iraq, en las devastadoras sanciones contra ese mismo país, o en las guerras de Israel contra el Líbano y contra Gaza, es siempre, comparativamente, muy bajo cuando no insignificante.
Afianzando el monolitismo
¿Cabe la posibilidad de que las cosas se pongan de tal forma que uno pudiera considerar el pensamiento: “¿realmente merece la pena?”? Primero, los sucesos de la pasada semana no alcanzan ese nivel de deterioro y están aún lejos de alcanzarlo. Segundo, en todo caso, las decenas de miles de personas que murieron durante el ataque de la OTAN, comparadas con la fracción de antes de la intervención, podrían haber alcanzado ese punto, aunque, desde luego, era la OTAN quien tenía las armas más potentes sobre el escenario. Esa métrica no está a la altura de las circunstancias.
Pero, de repente, esa afirmación no se hace solo frente a lo ocurrido en Libia, o donde las indignadas multitudes se dedicaron a saquear e incendiar. Va y se aplica a toda la serie de levantamientos, a la denominada “Primavera Árabe”. ¿Por qué contemplar una vuelta al statu quo anterior en solo un par de lugares? “Acabemos con todo”. En cualquier caso, todo es lo mismo y las circunstancias y trayectoria de los casos individuales importan poco (excepto, quizá, en Siria, porque, desde la perspectiva de EEUU, “Asad debe irse” por razones que van más allá de su gobierno autoritario).
La supuesta naturaleza inocua del liberalismo
Finalmente, no es un a priori que uno no deba siquiera plantearse el pensamiento de si realmente mereció la pena a causa de la nota anterior. Como muchos saben, este pensamiento lo plantearon tanto en Libia como en Siria quienes han perdido algún miembro o a sus seres queridos y quienes veían como su país se desbarataba. Por tanto, depende de quién haga el planteamiento, de qué es lo que sabe, qué es lo que ha experimentado, sobre qué base lo hace, y dónde y cómo realmente lo hace. Que sea casualmente la CNN quien lo haga, considerando todo lo que hemos referido aquí, responde al tipo de brutalidad liberal que históricamente ha dañado no solo una vida sino países enteros sin haber insultado, atacado y ni siquiera amenazado (Iraq es un buen ejemplo de ello). Pero esa guerra fue sancionada legalmente a nivel interno y votada en una habitación agradable con aire acondicionado por gente bien vestida que hablaba de valores liberales y puede que no les importara nada que alguien insultara a Dios o a su profeta.

Pero si la CNN decide que los levantamientos, todos ellos, no merecían la pena, sigamos adelante como si nunca hubieran sucedido.
Bassam Haddad es Director del Programa de Estudios sobre Oriente Medio y profesor del Departamento de Asuntos Internacionales y Públicos de la Universidad George Mason. Es también profesor visitante de la Universidad Georgetown. Es autor, entre otros libros, de “Business Networks in Syria: The Political Economy of Authoritarian Resilience” (Stanford University Press). Es co-fundador y editor de Jadaliyya; co-productor y director del film “About Bagdad”; ha dirigido recientemente una película sobre los emigrantes árabes/musulmanes en Europa titulada “The ‘other’ thread”, etc.
Fuente original: http://www.jadaliyya.com/pages/index/7365/was-the-arab-spring-really-worth-it_the-fascinatin

Modernizar al PLD


Modernizar al PLD
En el PLD el debate de las ideas ha brillado por su ausencia
Escrito por: ANTONIO PEÑA MIRABAL
Tras concluir su mandato presidencial de 8 años, el ex presidente de la República Dr. Leonel Fernández Reyna, y presidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) reveló que ahora que deja la Presidencia de la República tendría el tiempo necesario para embarcarse en la tarea de modernizar la organización que preside. Es un anhelo de muchos en el PLD que alguien con la calidad política del Dr. Fernández muestre decisión y preocupación por discutir asuntos inconclusos y para revisar las bases del accionar futuro de su organización.
Si se habla de modernizar al PLD es porque se da por entendido que se ha quedado rezagado en el atraso, porque de lo contrario no se hablaría de su modernización. ¿Es atrasado un partido político que lleva cinco victorias electorales consecutivas? ¿Es posible que algo atrasado sea exitoso? ¿No es esto contradictorio? ¿Qué sintió el Dr. Leonel Fernández en el último triunfo electoral del PLD para expresar que dedicaría parte de su tiempo a su modernización?
Lo cierto es que el Dr. Fernández en sus declaraciones a la prensa sobre el tema, no abundó lo suficiente como para dejar claro si la modernización referida tiene que ver con la parte administrativa del PLD, o si el planteamiento se refería al rol que el PLD debe desempeñar en la sociedad dominicana del siglo XXI. ¿Son las estructuras actuales de dirección del PLD las adecuadas para enfrentar los retos políticos que se ciernen sobre el país en el futuro cercano? ¿Hay que revisar los fundamentos que sirven de base al accionar político del PLD para adaptarlos a las nuevas realidades?
Sea lo que sea, la tarea de modernizar al PLD implica una gran disposición y voluntad política tanto de Leonel como de Danilo Medina, ya que ambos son los mayores responsables de la conducción de dicha organización, uno porque es su presidente y líder, y el otro porque es el presidente de la nación, y es conocido por todos lo que esto representa en nuestro país. Si ambos se ponen de acuerdo en hacer las transformaciones necesarias para renovar la obra del profesor Juan Bosch, no hay dudas de que se logrará tal objetivo. Que uno de los dos no esté de acuerdo con emprender dicha tarea, no habrá tal modernización.
Dick Morris, estratega político norteamericano, autor de varios libros sobre la política norteamericana, asesor por más de 20 años de Bill Clinton, creador de la estrategia conocida como “la triangulación”, la cual utilizó con eficacia contra George W. Bush, en su libro El Nuevo Príncipe establece lo siguiente: “la política no es un proceso mecánico, está dominado por ideas. El dinero no habla. Por cierto, sin un mensaje, no tiene nada que decir”. En los últimos años, en el PLD el debate de las ideas, que es lo que domina 1a actividad política de acuerdo a Morris, ha brillado por su ausencia, y se ha convertido en una entidad cuyo centro ha sido ganar elecciones y nada más. Y si de aportar ideas se trata para modernizar al PLD, en próximas entregas las estaremos exponiendo.

El síndrome trujillista


Aristófanes Urbáez
“Lo que pasa es que yo te veo (y a otras personas) denunciando
las cosas por el Listín Diario y la TV, y nadie hace
caso”. (Dr. Estrada, médico español).

Pese a que don Américo Lugo afirmó que las figuras históricas deberían comenzar a juzgarse a partir de los 50 años de haber cumplido sus funciones públicas, por la eterna arritmia histórica que descubrió “mi caudillo” don Juan, el síndrome trujillista (hechos, comportamientos y acciones) permanece a en la sociedad dominicana. Parece que nos falta más o menos un tiempo similar al transcurrido para zafarnos de la influencia y el aura del Generalísimo de San Cristóbal.
Porque cuando uno oye (o cuenta el anecdotario popular), que Trujillo le daba 24 horas a ingenieros de la talla de Félix Benítez Rexach para que saliera del país por cualquier falla en la construcción de un puente o una obra de infraestructura (y eso es tanto así, que después de 1961 han pasado mas de 50 ciclones y los puentes de la “Era”, ahora es que Obras Públicas y los roba hierros los están desmantelando, mientras que los construidos después en su lugar cualquier onda tropical arrasa con los aproches), entonces los viejos que vivieron la “Era” se acuerdan de los crímenes de Trujillo, pero cuentan, también que todas las obras que se hicieron durante sus gobiernos, están ahí, como los edificios de La Feria, el Bagrícola, Molinos Dominicanos; El Puente Duarte o el Politécnico de Loyola, para sólo citar unos cuantos botones.
Muerto Trujillo la sociedad dominicana ha sido objeto del más grande pillaje que se recuerde en las Américas. El período democrático, de apertura de libertades públicas y Derechos Humanos mediatizados hasta “el despotismo ilustrado” de Joaquín Balaguer, se caracterizó también por la construcción de obras, el ahorro y la inversión keynesiana (obras públicas), así como el rasgo característico de una economía cerrada cuyo mercado en el 99% era exclusivamente con los Estados Unidos. Balaguer inició, con más escrúpulos que los que vimos posteriormente, los contratos concesionarios a compañías extranjeras para la explotación de materias primas (commodities), como fueron bauxita, ferro níquel, oro, bancos extranjeros y dio inicio al turismo.
2.- La democracia neoliberal Con miedo y con negativas, los gobiernos del PRD y del PLD, desde el mismo don Antonio Guzmán y sus préstamos de 185 millones de dólares para “rehabilitar” las empresas de Corde y los 70 millones para “nacionalizar” la mina de oro de pueblo viejo, las políticas aplicadas han sido francamente neoliberales, los partidos fundados por Bosch, y es lamentable decirlo; el PRD y PLD, a la luz de un análisis objetivo y desapasionado han sido mas sumisos a las políticas de los países ricos y sus organismos financieros internacionales y de control. Un somero análisis de la ejecución presupuestaria, la política fiscal, financiera y monetaria arroja un balance de un déficit permanente en la balanza comercial, la balanza de pagos y el desequilibrio macroeconómico.
Ventajas invalorables como los dos mil millones de dólares que Venezuela, en un gesto de solidaridad, le ha cedido a nuestro país en la bolsa de Petrocaribe, cobrando el 60% en efectivo de nuestro gasto, pero dejando a crédito el 40%, a 40 años a un interés del 1%; los gobiernos PRDPLD, con sus acuerdos leoninos de Madrid y de los generadores de electricidad, han permitido que no solo hayan sido saqueados, sino que el pueblo dominicano haya pagado mas de 10 mil millones de dólares cuando no hemos tenido ni un solo año de los 22 gobernados por los partidos blanco y morado con estabilidad en el servicio eléctrico. Esta realidad, y es sólo un ejemplo, debe tener la cabeza del nuevo Presidente Medina en una pesadilla permanente.
3.- Desorden y chantaje Tal como me decía el Dr. Estrada (leer arriba), extranjeros que no son grandes inversionistas viven en sorpresa permanente por las denuncias documentadas hechas por individuos como el que escribe y que nunca mueven la acción pública y ni siquiera una “aclaración” de las autoridades, que si lo son, se debe precisamente a los votos que depositamos para que ellos dirijan la cosa pública. El brillante director del periódico Diario Libre, se atrevió a editorializar para el mes de mayo que la confrontación electoral era una simple lucha entre “la oligarquía blanca vs. la oligarquía morada”, lo que nos causó hilaridad porque según “mi caudillo” Juan Bosch, un hombre que tenía un ojo zahorí para auscultar la realidad dominicana, la sociedad dominicana, esta organizada como “toda una pirámide de explotación” y una oligarquía no es mas que un pequeño grupo que se apropia de las riquezas de un país en perjuicio de los mas pobres.
El Presidente Fernández y su administración hicieron un ingente esfuerzo por dotarnos de un nuevo aparato jurídico que enderece muchas distorsiones. Pero, ¿qué es lo que tenemos? Monopolios, subsidios, exacciones, tráfico de influencias, una Justicia que apenas se levanta, los cancerberos de los organismos internacionales dando “órdenes”, autoridades irresolutas, despojo en general de: playas, terrenos, propiedades del Estado, fincas, torres, banca medieval, carencias en los servicios públicos. Esa es la herencia de Danilo y su corrección es la que dará la tónica diferente.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

20 % POBLACIÓN MUNDIAL CON EL 82% DE LA RIQUEZA


El 82 por ciento de la riqueza mundial está en manos de un 20 por ciento de la población

Según Naciones Unidas, un 20 por ciento de la población mundial, el equivalente a 1.320 millones de personas, concentra en sus manos el 82 por ciento de la riqueza en el mundo. Mientras, los más pobres, unos mil millones de personas, sobreviven con apenas el 1,4 por ciento de la riqueza mundial.
Los economistas neoliberales toman el PIB (Producto Interior Bruto) como indicador de la riqueza de una economía. Bajo su lógica, cuanto mayor sea el PIB, mayor es el crecimiento de un país.
Pero un país crece cuando su economía total se engrosa con más cifras. Lo que no significa que cumplió su cometido, o sea que imprimió más calidad de vida y de felicidad a su población. El crecimiento tiene que ver con la producción agropecuaria, industrial y la expansión de la red de servicios. Desarrollo implica escolaridad, salud, saneamiento, vivienda, cultura y preservación del medio ambiente.
Alegrarnos por el crecimiento del PIB no significa que el país vaya en la dirección correcta. Vea por ejemplo la China, cuyo PIB es el que más crece en el mundo. Ni por eso nos causa envidia la calidad de vida de su población. Si el despalamiento de la Amazonía —pelada ahora en un 17 por ciento de su área total— aumenta, más se introducirán allí el agronegocio y rebaños inmensos, lo que haría crecer el PIB, así como reducir el equilibrio ambiental y nuestra calidad de vida.
El problema número uno del mundo no es económico, es ético. Perdimos la visión del bien común, de pueblo, de nación, de civilización. El capitalismo nos ha infundido la noción perversa de que la acumulación de riqueza es un derecho y que el consumo de lo superfluo es una necesidad.
Compare estos datos: según la ONU, para facilitar la educación básica a todos los niños del mundo sería preciso invertir, hoy, 6.000 millones de dólares. Y solo en los EEUU gastan cada año en cosméticos 8.000 millones.
El agua y el alcantarillado básico de toda la población mundial quedarían garantizados con una inversión de 9.000 millones de dólares. El consumo de helados por año en Europa representa el desembolso de 11.000 millones de dólares.
Habría salud elemental y buena nutrición de los niños de los países en desarrollo si se invirtieran 13.000 millones de dólares. Pero en EEUU y Europa se gastan cada año en alimentos para perros y gatos 17.000 millones; 50.000 millones en tabaco en Europa; 105.000 millones en bebidas alcohólicas en Europa; 400.000 millones en estupefacientes en todo el mundo; y más de un millón de millones en armas y equipamientos bélicos en el mundo.
El mundo y la crisis que le afecta sí tienen solución. Siempre que los países fueran gobernados por políticos centrados en otros paradigmas que huyan del casino global de la acumulación privada y de la incontenible espiral del lucro. Paradigmas altruistas, centrados en la distribución de la riqueza, en la preservación ambiental y en el compartimiento de los bienes de la Tierra y de los frutos del trabajo humano.
Ponga mucha atención a los candidatos que este año merecerán su voto para alcaldes y concejales. Investigue su pasado para saber con quién se va a comprometer de hecho.
Ah, ¿que a usted no le gusta la política? No sea ingenuo: quien se aparta de la política será gobernado por aquellos a quienes sí les gusta. Precisamente lo que los políticos corruptos desean es que la omisión de usted asegure la perpetuación de ellos en el poder.
http://www.librered.net

Moscú explica ruptura con la USAID


La presidente del Grupo Helsinki de Moscú, Ludmila Alexéieva, negó que la defensa de derechos humanos pueda interpretarse como una actividad política.

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El Ministerio ruso de Asuntos Exteriores atribuyó hoy a la injerencia en procesos políticos la decisión de poner cese a las actividades de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) en territorio de Rusia.

El trabajo de la USAID en Rusia “no siempre se correspondía con el objetivo proclamado de la asistencia al desarrollo de la cooperación humanitaria”, señaló el portavoz de la cancillería rusa, Alexandr Lukashévich, en un comentario publicado este lunes en la web de Exteriores.
El diplomático mencionó en particular los “intentos de influir a través del reparto de becas en las instituciones de la sociedad civil y en los procesos políticos, incluidas las elecciones de distinto nivel”.
En la actualidad, Rusia es un donante al desarrollo, por lo que renuncia a la recepción de ayuda por parte de organismos internacionales. Además, la sociedad civil rusa ya es lo suficientemente madura como para prescindir de “tutores externos”, según él.
Al mismo tiempo, Lukashévich declaró que Moscú está dispuesto a colaborar con la USAID en terceros países, siempre y cuanto se acaten estrictamente “los principios de igualdad, respeto a los intereses recíprocos y la no injerencia en los asuntos internos”.
La portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Victoria Nuland, señaló la víspera que su país se siente “muy orgulloso de lo que la USAID ha logrado en Rusia en las últimas dos décadas” y seguirá “comprometido con el apoyo a la democracia, los derechos humanos y el fomento de una sociedad civil más vigorosa en Rusia”.
La USAID cesará sus operaciones en Rusia a partir del próximo 1 de octubre pero su retirada no significa que el “reinicio” de relaciones entre Washington y Moscú haya tocado fondo, según Nuland.
“Continuamos el diálogo sobre cuestiones de política global y regional (…) El reinicio no solo nos permitió colaborar en asignaturas en que mantenemos posturas idénticas sino también manifestar sinceramente nuestra preocupación cuando no estamos de acuerdo”, dijo.
Establecida en 1961 y presente en más de 100 países, la USAID gastó en Rusia unos 2.700 millones de dólares en las últimas dos décadas. Un tercio de esta suma, según el Departamento de Estado de Estados Unidos, se invirtió en el desarrollo de la democracia pero también se llevaron a cabo programas conjuntos contra la tuberculosis y el sida, la ayuda a huérfanos y minusválidos, la lucha contra el tráfico de personas e iniciativas de protección medioambiental.
Mientras, los defensores de derechos humanos en Rusia se sienten preocupados por la retirada de la USAID.
“Es una señal muy negativa”, afirmó Lilia Shibánova, líder de la ONG Golos que colaboraba con la agencia estadounidense desde 2002. La USAID, según ella, “ha hecho muchísimo para apoyar la defensa de los derechos humanos y el periodismo libre en Rusia”. También señaló que Golos se dedicaba al monitoreo electoral principalmente gracias a los fondos de la USAID.
El líder del Movimiento Pro Derechos Humanos, Lev Ponomariov, teme que todas las fundaciones extranjeras acaben “expulsadas” de Rusia. “Los defensores de derechos humanos no podrán entonces desempeñar su labor para miles de ciudadanos cuyos derechos son vulnerados”, advirtió.
La presidente del Grupo Helsinki de Moscú, Ludmila Alexéieva, negó que la defensa de derechos humanos pueda interpretarse como una actividad política. “Cualquier Estado tiene la obligación de respetar los derechos de sus ciudadanos”, enfatizó.
Recordó asimismo que una ley aprobada en verano obliga a todas las ONGs rusas financiadas desde el exterior a registrarse en calidad de “agentes extranjeros”. “Se cierre aquí la USAID o no, igual no podremos tener financiación desde fuera”, concluyó.
(Con información de Ria Novosti)





Venezuela: “Son muchas las emociones”


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Nuestras oligarquías están acostumbradas a desmoralizar el rol de la emoción en la actividad política. Les gusta descalificar a los líderes con fuerza popular. Fidel habla demasiado. Hugo Chávez apela a la jocosidad, al baile, etc. Correa es más comportado pero también es muy emocional. Lula juega con su pasado popular y se hace burlesco. Evo Morales usa ropas indígenas que no caen bien en recepciones formales. Mujica, además de usar zapatos barreados, se hace pasar por hacendado pobre. Cristina Kirchner busca imitar las ropas “exageradas” de Evita Perón.

Cuantos más líderes aparezcan se les descubrirá este aire popular y romántico que, según ellos, pertenece al mundo de la demagogia y no de los “jefes de Estado”. Los Jefes de Estado usan ropas sobrias, hablan moderadamente y no cumplen sus compromisos electorales, pues no son demagogos que hacen lo que el pueblo exige. A las oligarquías les duele así el mundo democrático, las victorias electorales de los “demagogos” y sus diálogos con las fuerzas populares organizadas, aún después de electos. No lo confiesan, pero les duele incluso el juego democrático norteamericano, pero frente a ésto se quedan tranquilos, porque sus líderes no pretenden cumplir sus promesas electorales.
Por esto me siento obligado a establecer un marco romántico y emocional para describir mi último viaje a Venezuela. No puedo dejar de consignar el sentimiento de victoria popular y el placer de contar con su líder otra vez. ¿Por qué no apelar entonces a la música de Roberto Carlos?: “Son tantas las emociones”?
Me emociono al ver frente al Hotel Alba, el antiguo Hilton, en una de las zonas más nobles de Caracas, desde la vista de mi cuarto, la construcción casi terminada de un edificio de varios pisos, con departamentos de 70 a 90 metros cuadrados destinados a las víctimas de las últimas lluvias que destruyeron barrios populares de Caracas. Soy informado de que el gobierno venezolano abrigó los damnificados en algunos de los mejores hoteles de Caracas, en los ministerios y hasta en el Palacio de Miraflores. ¿Y que veo frente al edificio, oculto en parte por la piscina del hotel? Una gran y bien plantada huerta, que refleja otro programa del gobierno.
Me muestran aún en los principales barrios de Caracas las construcciones masivas de viviendas populares que pretenden abrigar en los próximos años TODA la población de Venezuela. Y lo creo porque quien se encarga de este programa es mi amigo Farruco Sesto que lanzó y viabilizó un programa cultural de vanguardia cuando ministro de la cultura. Me acuerdo entonces de los barrios populares que visité, en los cuales la organización comunitaria actúa con fervor definiendo nuevas líneas de acción, escuchando las conferencias de los congresos anuales de filosofía que se realizan hace varios años en estas comunidades, visitando sus bibliotecas adonde están mis libros también, cuidando de las clínicas médicas en que los médicos cubanos no solo atienden a gente con cariño y esmero sino que también forman personal médico y paramédico “especializado” en clínica general, capaz de cumplir la función que le cabe a las más de 5.000 clínicas que se crearon en el país en los últimos 10 años.
Confieso que me emociono con el entusiasmo de estos comuneros urbanos que me vienen a explicar cada una de sus actividades, cada una de las victorias de la revolución. Ellos me hacen recordar a mis acompañantes al museo de la alfabetización en Cuba, que van a los archivos del museo para buscar sus fichas de alfabetizadores de cuando eran aún niños o adolescentes. Recuerdo cuando Fidel Castro estableció, en los albores de la revolución, que cada cubano debía apenas alfabetizar a dos cubanos para que todos participen de la alfabetización de sus conciudadanos. Y hoy estos millares de alfabetizadores liquidan esta plaga de nuestros pueblos en todo los rincones: en Venezuela, declarada por la UNESCO “territorio libre del analfabetismo”, o Bolivia que recién lo alcanza también, o Ecuador, o Nicaragua, o El Salvador, o todos los países miembros del ALBA, que entiende por integración la solución de este tipo de problemas.
Pero, como intelectual, no puedo ocultar mi emoción cuando voy a realizar mi primera conferencia de este viaje en la Universidad Bolivariana que ya cuenta con más de 150.000 estudiantes que, mezclados con sus profesores, colocan cuestiones ultra procedentes sobre la particularidad del proceso de transición socialista en Venezuela.
Me emociona también saber que Venezuela cuenta hoy en día con una población universitaria de más de un millón y medio de estudiantes. Me asusta saber que ya existen instituciones universitarias en todas las ciudades del país. Me entusiasma también discutir los problemas graves que tiene esta aventura intelectual de la cual participa todo un pueblo. Qué placer discutir en la televisión en un programa nocturno, con una periodista tan bien informada y tan inteligente como Vanesa Davies, que dirige el programa “Contragolpe”. Qué bueno ver que en vez de impedirme expresarme como lo hacen en las tierras donde hay “prensa libre”, me piden más análisis, más información, más polémica y discusión. Y todo esto al vivo… Qué bueno que ya puedo hacer esto en una decena de televisoras en América Latina…
Pero el día siguiente me reservaba aún más emociones. Debía hablar sobre mi libro “Imperialismo y Dependencia” recién editado por la prestigiosa editorial Ayacucho, en el Auditorio de la sede del Banco Central en Maracaibo. Y encuentro en el auditorio, además de profesores universitarios, economistas y profesionales, una vasta población de dirigentes comunales y de extracción popular. Qué gusto estar en un Banco Central abierto a las comunidades, realmente “independiente” de los banqueros y otros especuladores con dinero ajeno que mandan y desmandan en nuestros bancos centrales, disfrazados de una burla llamada “mercado”, cuya opinión aún determina las políticas financieras y monetarias de nuestros países.
Es con mucho gusto que participo de la inauguración de la Feria del Libro de Maracaibo cuando puedo mirar la investigación que muestra Venezuela en el tercer lugar de América Latina en frecuencia de lectura con el porcentaje de más del 50% de la población que son lectores contumaces de libros. Me da gusto saber también que todos mis libros editados en Venezuela ya están agotados con programación de nuevas ediciones en marcha. Qué fantástico participar en la tarde del mitin de lanzamiento, en el estado de Zulia, de la candidatura de Hugo Chávez a la presidencia de la República Bolivariana de Venezuela. Con 40 grados centígrados de calor veo una masa de unos 300 mil ciudadanos que estaban a la espera del candidato desde las 10 horas de la mañana y que aguantaron hasta el fin de la tarde, apretados en un espacio mínimo por persona, con sus hijos y parientes, algunos desmayándose para desesperación de los responsables de la seguridad, que los tenía que cargar para las clínicas dispuestas cerca de la concentración.
Pero lo emocionante es sentir la alegría y el calor humano que emanaba de esta gente y que llegaba al delirio en la medida en que Chávez llegaba en un camión que recorrió el gigantesco espacio ocupado por esta masa. El camión de Chávez traía con él un joven grupo de rock que había compuesto una nueva canción para su campaña. No satisfecho de abrazar a los millares de ciudadanos que lograron agarrarlo y besarlo en el camino entre el carro y el palco, Chávez tuvo fuerza para tocar la guitarra y acompañar el grupo de rock.
No pudo dejar de recordar los artículos de periodistas brasileños que (uno de ellos es inclusive miembro de la Academia de Letras de Brasil, para escándalo de los verdaderos escritores del país) afirmaban que Hugo Chávez estaba próximo a morir y no podría enfrentar una elección. Podían hacer estas “revelaciones” porque ellos tenían informaciones de médicos brasileños “democráticos” que no ocultan informaciones como los pobres y censurados periodistas venezolanos, impedidos (por quién?) de informar correctamente a su población. Estos mismos periodistas “democráticos” habían matado varias veces a Fidel Castro durante su enfermedad y no dijeron nada cuando se restableció hace varios años ya, ni notician como él discutía durante 9 horas con intelectuales miembros de la Red en Defensa de la Humanidad en La Habana, hace ya algunos meses. Cuánta mentira, cuánta “copucha” orientada que se distribuye impunemente en esta “prensa libre”…
¿Pero qué decir del discurso de Chávez? Una pieza de profundo análisis histórico discutido con esta masa que acostumbra a ser despreciada por nuestros políticos, quienes en general no sabrían cómo ni se preocuparían en explicar tan profundamente las razones de su candidatura en una ciudad que el Libertador Simón Bolívar escogiera para ser vecina de la capital de la Gran Colombia, que le habría tocado gobernar si no fuera asesinado, según la tésis de Chávez, expuesta en detalle para esta población que ya aguantaba más de 10 horas de sol a 40 grados de temperatura y que continuaba firme escuchándolo y comentando con gritos y aplausos sus planteamientos.
Razón y emoción se encuentran en este desborde de cariño por el líder que superó la enfermedad, que conmovió a su pueblo feliz de verlo hablar durante 2 horas bajo el sol, sin ninguna manifestación de debilidad. Verlo discutir en detalles los planes de cambio del estado de Zulia, que se encuentra gobernado por la oposición. Verlo afirmar que el camino socialista para Venezuela solamente es posible si el pueblo es capaz de garantizarlo.
Emociones y más emociones cuando lo escucho y lo veo dirigirse a mí tantas veces, en homenaje a mi condición de intelectual brasileño (que tanto discutió con los venezolanos sobre nuestro destino común) y por amor al Brasil. que lo hace referirse a Lula y a Dilma con extremo cariño, para gozo del pueblo allí presente y en todo el país a través de la televisión. Líder y pueblo se complementan en sus gustos musicales, en sus estudios (pues Chávez lleva algún libro a cada una de sus manifestaciones públicas para compartir con su pueblo sus últimas lecturas, sus preocupaciones, sus críticas y autocríticas, sus concepciones políticas).
Jamás la derecha podrá tener un líder así. Lo único que les cabe es intentar desmoralizarlo, lo que los aparta aún más de las grandes mayorías que piensan y sienten exactamente lo contrario. Me cabe referirme más a las emociones de este viaje. Al placer de hablar a los directores de los varios Ministerios en el Instituto de Altos Estudios de Defensa Nacional, a los Rectores de las Universidades Bolivarianas, a los colaboradores del Centro Rómulo Gallego, y particularmente en la sede nacional del Banco Central, con la presencia de varios de sus directores y dirigentes pero también de líderes populares que tienen las puertas del banco abiertas a su participación. Banco Central que se interesa por “la actualidad de la teoría de la dependencia” ( ignorada por la mayor parte de los bancos centrales).
Casi todo esto lo viví en la compañía de Mónica Bruckmann, cuya obra de investigación sobre “la geopolítica de los recursos naturales” despierta un interés extremo del Banco Central de Venezuela y de los intelectuales, profesionales y políticos así como en los liderazgos populares no solo de Venezuela sino que en toda la región.
“Son tantas las emociones”. Tan poderosas no solo cuando constatamos el avance de la curiosidad intelectual de este pueblo mas también cuando sentimos este amor entre el pueblo y sus líderes. Pero tan tristes cuando pensamos cuán lejos estamos de alcanzar este ambiente de participación racional y romántica de un pueblo con sus líderes. Lula quebró en parte estas rigideces impuestas por nuestras clases dominantes. Dilma está conquistando nuestro pueblo con su dedicación y amor sincero por él. En toda la región sentimos este clima de participación activa del pueblo en nuestro ambiente político. Sin embargo, falta un poco más de confianza en este pueblo que seguramente recompensará con su cariño y dedicación a los que quieran jugar junto con él la suerte de nuestra gran nación latinoamericana.
(Tomado del blog del autor)

Especulación, causa de la volatilidad de precios del crudo y materias primas



Agentes financieros son los culpables, señala análisis de Unctad
Afp y Reuters 
Periódico La Jornada
Miércoles 19 de septiembre de 2012, p. 32
Ginebra, 18 de septiembre. La Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (Unctad) denunció los movimientos especulativos en torno a los mercados de materias primas, entre las que destacó el petróleo. Los volúmenes de derivados vinculados a las materias primas representan entre 20 y 30 veces la producción real; la influencia de los mercados financieros ha transformado esos mercados reales en mercados financieros, indica la organización en un documento publicado en Ginebra.
Agentes financieros como fondos de inversión y operadores que usan sofisticados algoritmos son los culpables de una mayor volatilidad de los precios de las materias primas, por lo que se deben tomar medidas urgentes para aumentar la transparencia e incrementar los poderes de los reguladores, dijo el informe.
Para Heiner Flassbeck, director general de la Unctad, estafinanciarización es la causa de la volatilidad de los precios del crudo y de las materias primas, por lo que la institución considera necesario que esos precios se sustenten en bases físicas y no en especulaciones financieras.
Es importante que haya acuerdos sobre precios máximos, un poco como Suiza, que fijó un tipo de cambio de 1.20 francos suizos por euro, añadió Flassbeck. Lo importante es enviar una señal clara a los mercados, que los precios no pueden superar un determinado umbral, afirmó.
Para luchar contra estas burbujas especulativas, la Unctad propone definir una autoridad de vigilancia de mercados, que podría intervenir en el mercado de derivados, comprando o vendiendo, para impedir que los precios se hundan o, al contrario, se disparen en una burbuja especulativa.
Los gobiernos deben permitir que los reguladores intervengan en los mercados de materias primas para desinflar las burbujas de precios y combatir a los poderosos inversionistas financieros, señaló el informe.

¿Qué es la integración económica?


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Últimamente se está cuestionando mucho la viabilidad a largo plazo de la Unión Europea por los numerosos problemas económicos que está atravesando sus países miembros, por lo que esta semana en nuestra sección de Conceptos de Economía vamos a tratar de definir qué es la integración económica. Para ello repasaremos las principales estructuras de integración económica y analizaremos cuáles son las razones que justifican un proceso de integración.

La integración económica es el proceso de unión de mercados que tienen como objetivo la formación de espacios económicos supranacionales más competitivos y eficientes que los de origen. La nueva estructura de colaboración resultante va más allá de una simple cooperación e implican la cesión de soberanía por parte de los Estados miembros.


Distintas estructuras de integración económica

De menor a mayor grado, las estructuras de integración económica son las siguientes:
1. Comercio preferencial. Constituye la forma de integración económica más básica que existe y consiste en un acuerdo entre dos o más países para reducir los aranceles entre sí.
2. Áreas de libre comercio. Consiste en la desaparición de los derechos arancelarios para los productos de los países integrados en el área establecida, pero manteniendo los aranceles propios respecto a los de fuera del área de libre comercio. Un ejemplo de esta integración económica sería laNAFTA, la Asociación Norteamericana de Libre Comercio entre México, los Estados Unidos de América y Canadá.
3. Unión aduanera. Es un área de libre comercio cuyos miembros adoptan un arancel común respecto de las importaciones procedentes de terceros países.
4. Mercado común. Consiste en una unión aduanera donde además existe libre circulación de los factores de producción. En un mercado común circulan libremente mercancías, trabajadores y capitales. Además, hay políticas comunes como, por ejemplo, la Política Agraria Común (PAC) de la Unión Europea. Este tipo de integración implica la cesión de soberanía, por lo que es preciso crear instituciones u organismos supranacionales que aseguren la viabilidad de esta estructura económica.
5. Unión económica. Es un mercado común donde además son comunes la moneda y las políticas económicas y monetarias. En este caso la cesión de soberanía es aún mayor que en el mercado común porque, al adoptarse una moneda única, cada país se somete a una disciplina monetaria común para mantener los tipos de cambio dentro de los márgenes autorizados.
6. Integración económica total. Sería el paso siguiente a la unión económica. Implica la unificación de las decisiones de política fiscal y política monetaria bajo una autoridad supranacional.

Razones que justifican un proceso de integración

Un proceso de integración económica es bastante complejo y acarrea muchas consecuencias para sus países miembros. Por ello, los distintos Estados deben asegurarse antes de si el proceso de integración beneficia a su país. En general, existen algunas razones de peso que lo justifican:
  • La aparición de las economías de escala. Al ser mayor el mercado, las empresas consiguen una mayor eficiencia, incurren en menos costes y abaratan su producción, ya que reparten los costes entre más unidades de producto.
  • El desarrollo de actividades conjuntas. Muchos proyectos, sobre todo los relacionados con la tecnología, existen grandes inversiones difíciles de abordar de forma individual, por lo que un proceso de integración facilita mucho esta tarea. Es el caso, por ejemplo, del programa espacial europeo.
  • Mayor especialización. Si no existen barreras proteccionistas resulta más fácil desarrollar o potenciar las ventajas comparativas de las que dispone un país en relación con los otros países con los que forma la integración económica, puesto que no hay que preocuparse de aranceles ni engorrosos trámites, que la encarecen y la dificultan respectivamente.
  • Mayor poder de negociación frente a otras potencias. Negociando en bloque se tiene más poder y por tanto las ventajas son mayores que si los países negocian individualmente.
  • Mayor eficiencia productiva. Al suprimirse las barreras arancelarias, hay más empresas que compiten en el mismo mercado, con lo cual se intensifica la competencia. En consecuencia, las empresas se vuelven más eficientes y mejoran la calidad de los productos al tiempo que reducen sus precios.
La Unión Europea (UE) es la única unión económica que existe en el mundo. Evolucionando desde un mercado común, los países de la UE han superado con éxito sus diferencias, y hoy son un claro reflejo de las consecuencias, tanto positivas como negativas, que proporciona la integración económica. Se constituyó en 1957 por seis países y actualmente tiene 27 miembros, pero el club no deja de crecer y están prevista nuevas incorporaciones en años venideros.
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