A pesar de la diversidad existente en los países latinoamericanos y caribeños, este 24 encuentro del foro de Sao Paulo tiene como objetivo construir los consensos y la integración, conceptos que no pueden verse representados meramente desde el ámbito político.
En esa construcción de la unidad, relevante es el papel de las artes y la cultura. En el actual contexto regional los movimientos sociales, así como los gobiernos y procesos de izquierda están sometidos a una constante guerra cultural. Al respecto Razones de Cuba conversó con Florencia Lagos Neumann, quien es miembro de la Comisión Internacional del Partido Comunista de Chile y participante del taller de Arte y Cultura que sesionó, este lunes, en el Palacio de Convenciones de La Habana.
“Es necesario que la cultura cree una alianza con las Ciencias Políticas, con los medios de comunicación y con la política en sí, porque para poder transformar la realidad es preciso buscar estrategias no para descalificar al enemigo, sino para proponer otra alternativa.
“Cada país, cada pueblo tiene su propia cultura pero tenemos que percatarnos de que la cultura del neoliberalismo, que es en el fondo la dominante, qué hace: trata de robarnos la identidad de los pueblos, idiotizarnos, farandulizar nuestra manera de pensar, individualizarnos”.
¿Cómo aprecia ese fenómeno en su país?
La cultura se ha transformado en un bien de consumo. En Chile, por ejemplo, solo una lid muy pequeña puede acceder a ese beneficio, ya no es un derecho, la cultura es como un privilegio, un privilegio de una minoría.
Entonces esa gran mayoría, que es la más afectada por las políticas al final, tampoco tiene acceso y es que la cultura puede ser su exorcismo, su liberación. El acceso a la cultura contribuye a la transformación.
Uno de los temas generales tratados en el Foro, y específicamente en el taller de Arte y Cultura, está relacionado con la estrategia neoliberal que trata de imponer la derecha ante el avance de la izquierda.
Sí, la estrategia es evidente. Entonces, si la estrategia que se aplica para cada país es única, ¿por qué nuestra defensa no puede ser única?; de hecho, una de las maneras que tienen para atacarnos es dividirnos.
Entonces una de las principales áreas en que hay que trabajar es la unidad, por eso la importancia de este foro. Hay muchos partidos de mi propio país que hace rato no venían al foro y no sabían en realidad, no constataban con sus propias manos qué era lo que estaba pasando en otros países. Ni Telesur se ve en Chile, es así de grave, así de complejo.
La derecha tiene sus reglas del juego bien planteadas para frenar cualquier progresismo, entonces nosotros como izquierda y espacio de resistencia cultural tenemos el deber de reaccionar, porque si nos dividen, nos aniquilan.
Entonces estos espacios, la CELAC, UNASUR, el ALBA, el Foro de Sao Paulo y esta nueva iniciativa del foro de darle más importancia al arte, la cultura y a los medios de comunicación es fundamental porque hoy ya las batallas no son con armas, la batalla hoy es una guerra cultural.
Y a su juicio, ¿cuáles son los principales retos de la región en torno a la búsqueda de la unidad cultural en medio de tanta diversidad?
Ese es un concepto buenísimo. Lo ideal sería poder replicar un modelo a otro, pero cada país en el fondo tiene que ser capaz de elaborar su propia forma de hacer llegar a las masas la cultura. Cada país y pueblo tiene su propia historia; sus particularidades; su estructura de clases; su formación de partidos y movimientos sociales.
El primer desafío de la izquierda latinoamericana es ejercer una verdadera influencia, las izquierdas de Latinoamérica estamos dispersas en lo que vamos a hacer y cómo lo vamos a hacer. Tenemos que dilucidar los caminos que permitan resistir en conjunto la agresión de Estados Unidos.
Yo creo que lo primero es que tenemos que hacer es esto: vernos las caras, escucharnos, tratar de comprendernos y trabajar por lo que nos une, y tratar de lograr el consenso de Nuestra América, porque los problemas de América Latina son problemas comunes.
Por tanto yo creo que lo que tenemos que hacer es repensar nuestros contenidos y resignificarlos. El contenido seguirá siendo ese atávico de emancipar, el que nos enseñaron Fidel, Chávez, pero debemos tener en cuenta cómo proyectarlo, cómo vamos a representarlo para llegar a la gente.
Comentó en su ponencia sobre la palabra resistencia…
Yo provengo del arte. Fui bailarina clásica del Ballet Nacional de Cuba. Me formé en Chile con maestras cubanas, pero trabajé aquí, luego dejé el ballet, estudié teatro en Chile y regresé a Cuba a trabajar en teatro.
Yo siempre he dicho que Cuba va a ser siempre la vanguardia de América Latina y un modelo a seguir. Yo considero que el arte es política. De hecho… ¿por qué el capitalismo lo primero que hace es cortar el acceso del pueblo a las manifestaciones artísticas? Porque el arte es liberador, el arte genera la reflexión, genera pensamiento, genera una revolución del espíritu del ser humano. Es un arma muy potente: entonces sí, es una resistencia.
Ya lo dijo Fidel: “resistir y hacer todo lo necesario con tanta firmeza como inteligencia, para salvar la patria, la revolución y las conquistas alcanzadas… Si resistimos, tendremos solidaridad”.
Yo siempre digo que el arte y la cultura deben ser espacios que sean contraparte del estado en el buen sentido, porque muestra fallas, errores. Yo creo que son las representaciones artísticas el lugar donde mejor tú puedes ver, conocer a una sociedad y al mismo tiempo generar modificaciones
Si uno masifica una obra de teatro pueden ir dos mil personas, y eso tiene un discurso, y eso genera emociones, qué es lo único que tenemos tú y yo, los seres humanos en común: las emociones, los sentimientos. Eso es lo que nos va a unir, por eso es tan importante el papel de la cultura.