MORAL Y LUCES

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martes, 6 de diciembre de 2016

Leonel : “Fidel le dio un sentido de dignidad al pueblo cubano”

"Veo a Fidel con respeto, con admiración, con el sentimiento de orgullo de haber tenido a un compatriota latinoamericano de estatura universal. Por eso la noticia de su fallecimiento me entristeció. A mí y a todo el pueblo dominicano. Porque, aunque uno veía que ya iba avanzando en edad, uno nunca creía que Fidel iba a morir."
Servicios de Acento.com.do - 5 de diciembre de 2016 - 8:45 am - 17
Foto: Ex presidente dominicano Leonel Fernández. Foto: Diario Granma
Cortesía de la página de Radio Habana Cuba/Editado por Julio Pérez
Santiago de Cuba, 5 dic (RHC) Dice Leonel Fernández, el expresidente dominicano, que su presencia en Santiago de Cuba es un testimonio de amistad, por parte del pueblo dominicano, y por parte del Partido de la Liberación Dominicana, para con Cuba.
Dice que Martí y Gómez son la mejor demostración del vínculo entre estos dos países.
Y que su pueblo tiene ese deseo de que la sociedad cubana siga progresando; de que todo cubano siga teniendo un tremendo orgullo de su patriotismo, destaca el periódico Granma.
Entonces, pregunto por Fidel.
—Lo conocí hace 20 años, en el contexto de la celebración de la Sexta Cumbre Iberoamericana. En esa ocasión, nos trasladaron en un autobús desde Santiago de Chile hasta Viña del Mar. Y a mí me tocó sentarme al lado de Fidel. Fue una travesía de tres horas donde tuve el privilegio de conversar ampliamente con él.
«Lo que descubrí en primer término fue una persona con una curiosidad insaciable. Quería saberlo todo. Hablaba interrogando. Y hacía preguntas con las cosas que uno jamás había pensado; cosas como: cuál es el volumen de producción de cerdos en tu país, o unidades de producción de pollo. Y yo: mire, presidente, no sé, no tengo idea. Porque uno no ha re­flexio­nado nunca sobre esos temas, ¿verdad? Él era un desafío intelectual para cualquier persona.
«Obviamente, estudiando su trayectoria, uno descubre una singularidad en su liderazgo: que para él no existía la palabra adversidad. La adversidad la convertía en victoria. Y eso tiene mucho que ver con la fuerza de las convicciones. Las suyas eran convicciones muy enraizadas, muy profundas; esas creen­cias parecían llevarlo hasta el límite de temeridad. Porque el ataque al cuartel Moncada es un acto de audacia y de temeridad. El desembarco del Granma es otro acto de audacia; fue algo que puso su vida en riesgo. Y él era alguien que no temía al peligro en aras de un ideal.
«Por otra parte, destaca su talento, su inteligencia, su preparación, su cultura. Era un magnífico orador, un maestro de la palabra, un pedagogo.
«Todas esas cualidades se resumieron en una persona que se convirtió no solo en un líder, sino en el conductor hasta emocional de su país. Y eso era Fidel. Y por tanto es un referente para todos los que hemos desarrollado en el tiempo alguna responsabilidad en nuestros respectivos pueblos. Nunca en su dimensión; nunca con su estatura. Siempre modestamente.
El expresidente de Haití, René García Préval, el expresidente de República Dominicana, Leonel Fernández, y el presidente interino haitiano Jocelerme Privert, en La Habana, Cuba.
El expresidente de Haití, René García Préval, el expresidente de República Dominicana, Leonel Fernández, y el presidente interino haitiano Jocelerme Privert, en La Habana, Cuba.
«Pero sus atributos hay que desarrollarlos: usted tiene que tener pasión por el saber; tiene que tener pasión por las ideas; tiene que desarrollar convicciones respecto a sus creencias; tiene que sentir un compromiso con las personas. Y tener sentido de la historia. Y Fidel, obviamente, se apoyaba en la historia para todas sus acciones. Pero también tenía visión de futuro. Y hay que saber hacia dónde se va.
«Por lo tanto, para mi generación, y para mí personalmente, Fidel es un marco de referencia acerca de cómo se ejerce un liderazgo con sentido de la responsabilidad».
—¿Cuánto hay de Fidel en Leonel Fernández?
—Está siempre el modelo referencial, aunque correspondemos a momentos históricos distintos. En mi época ya la lucha por la democracia se había ido consolidando. Yo vengo de una familia humilde, y ser presidente de la república en tres ocasiones significa que en mi país hay un sistema que permite que eso sea posible. Y ese sistema estuvo antecedido por muchas luchas y derramamiento de sangre…

«Pero Fidel nació en una época en la que no había democracia posible. Por eso tomó el camino de la Revolución.
«Veo a Fidel con respeto, con admiración, con el sentimiento de orgullo de haber tenido a un compatriota latinoamericano de estatura universal. Por eso la noticia de su fallecimiento me entristeció. A mí y a todo el pueblo dominicano. Porque, aunque uno veía que ya iba avanzando en edad, uno nunca creía que Fidel iba a morir.
«También es un capítulo de la historia que se cierra; porque nosotros vivíamos toda esa metodología construida en torno al Moncada, en torno a Girón…; y vivíamos todos sus discursos, que eran una cosa fabulosa. Entonces aprendimos mucho de su método, de su forma de entender, de su forma de interpretar, de colocar en contexto.
«Fidel era un maestro de la política. Y un gran estratega militar. Y un visionario que entendía la geopolítica mundial y sabía manejarse en ese contexto. Además, hizo aportes valiosísimos a la comprensión de la realidad de nuestros pueblos de América Latina.
«Fidel le dio un sentido de dignidad al pueblo cubano. Y de respeto. No es una sociedad rica; es una sociedad que tiene sus limitaciones. Pero, a pesar de eso, tiene un sentido de dignidad que la coloca por encima de los temas materiales.
«Fidel también llevó la solidaridad a un nivel insospechado.
«Fidel es una figura iconográfica.
«Fidel es alguien nuestro.
«Hay que estudiarlo».

domingo, 4 de diciembre de 2016

Fidel en Santa Ifigenia, su morada eterna


Un adiós a Fidel en Santa Ifigenia



El General de Ejército Raúl Castro rindió honores a Fidel al pie del mausoleo que guarda los restos del Comandante en Jefe, en el Cementerio de Santa Ifigenia. Foto: Marcelino Vázquez Hernández/ ACN

A las 6:50 de la mañana entran por el portón del Cementerio de Santa Ifigenia las cenizas de Fidel Castro. Hace una mañana espléndida de domingo, inusitadamente fresca en esta ciudad caribe, como si se hubieran confabulado los vientos para recibir al Comandante en Jefe sobre la tierra de Cuba.

Cuando frente al edificio administrativo de Santa Ifigenia se detiene el armón militar que ha peregrinado con la urna de cedro por casi toda la Isla, ya están alineados los miembros del Buró Político, con el General de Ejército Raúl Castro Ruz a la cabeza, en la explanada contigua frente al austero monumento donde reposarán las cenizas. El mausoleo es una piedra pulida, igual que las que abundan en los márgenes del Río Cauto, solo que esta es de granito y proviene del yacimiento de Las Guásimas, al este de Santiago de Cuba. En el corazón de la roca, hay un tajo cuadrado donde va la urna, protegida por una placa que lleva grabado una sola palabra: Fidel.

Hay otros detalles que conmueven de este lugar, delimitado por helechos, palmas y las califas moradas de la Sierra Maestra, que también acompañan el Mausoleo de los Combatientes del Segundo Frente, donde yace Vilma Espín. A la derecha, una pared de hormigón donde se puede leer, en letras doradas, el concepto de Revolución que expresó Fidel el 1 de mayo de 2000 y que los cubanos han refrendado en estos días de luto.

Fidel no está solo en Santa Ifigenia. Lo acompañan cubanos que él adoró en vida, comenzando por José Martí, los mártires del ataque al Cuartel Moncada y los caídos en misiones internacionalistas. En el horizonte, las montañas de la Sierra Maestra. A unos pasos de su tumba, Carlos Manuel de Céspedes, Mariana Grajales, 32 generales de las guerras de Independencia contra el colonialismo español, los hermanos Frank y Josué País….

Cuando la banda de música interpreta las notas de la cantata “Eterno Fidel”, la pequeña urna que se guardaba dentro de la caja de cedro, llega hasta las manos de Dalia Soto del Valle, su esposa, que es la estampa de la dignidad y el dolor. Detrás de ella está la familia y justo frente, al otro lado del Mausoleo, más de 40 invitados internacionales, amigos del Comandante y personalidades que asistieron ayer al acto en la Plaza Antonio Maceo. Cuando el arca con las cenizas llega hasta Raúl, sus manos ya no tiemblan. La coloca contra su pecho, la alza hasta el orificio en el interior de esta gran piedra y se le escapa un largo suspiro. Este momento de la ceremonia no dura más de tres minutos, pero pesan como horas sobre los hombros de todos los presentes. Corren lágrimas en los rostros de los curtidos guerrilleros, de las mujeres y hombres que están aquí. Pero no hay lamentos, ni gritos, ni gestos que distraigan la solemnidad de estos instantes.

A lo lejos solo se escucha la marcha que viene desde la Plaza Antonio Maceo hasta las cercanías de la necrópolis: “Yo soy Fidel”, “Yo soy Fidel”, y ese es el único sonido que se alternará, como un eco allá a lo lejos, durante toda la ceremonia con el Himno Nacional, la música luctuosa, los pasos firmes de los soldados del Departamento de Ceremonias de las Fuerzas Armadas y las salvas de la artillería.

Después de colocar la tapa en el nicho, todo ocurre mucho más rápido. Toque de atención. Himno Nacional. 21 salvas de cañones. Una grabación con la voz de Fidel que nos devuelve el concepto de Revolución. Relevo de la guardia de honor, tanto la formada previamente ante el Mausoleo de Martí, como la que escolta el lugar de reposo de Fidel. Los presentes, incluidos las escoltas y los compañeros que cuidaron al líder de la Revolución en sus últimos años, depositan rosas blancas en la base del panteón. La fila comienza con Raúl y termina con el argentino Diego Armando Maradona, y entre uno y otro los presidentes Nicolás Maduro –Venezuela-, Daniel Ortega –Nicaragua-, Evo Morales –Bolivia-, Denis Sassou-Nguesso –Congo-, Malatu Teshome –Etiopía-, Alfred Marie-Jeanne –presidente del Consejo Regional de La Martinica- y los ex mandatarios, Luiz Inacio Lula da Silva y Dilma Rousseff, de Brasil.

Como se había anunciado previamente, ha sido una ceremonia solemne y privada. Y aunque no se dijo en la nota que anunció la despedida en Santa Ifigenia, no sorprende que también sea profundamente conmovedora, escoltada por sus seres y muertos queridos, sin más lujo que el que poseen las piedras y los helechos de las montañas. A las 7:40 de la mañana salieron los últimos dolientes del cementerio de Santiago de Cuba. Fidel descansa en paz. Hasta siempre, Comandante.

Raúl deposita en la piedra la pequeña urna donde están las cenizas de Fidel. Se escucha un suspiro hondo. Foto: Marcelino Vázquez Hernández/ ACN


Raúl deposita la pequeña urna con las cenizas de Fidel. Se escucha un suspiro hondo. Foto: Marcelino Vázquez Hernández/ ACN

El mausoleo es una piedra pulida, igual que las que abundan en los márgenes del Río Cauto, solo que esta es de granito, pesa más de 2 400 kilogramos por centímetro cuadrado y proviene del yacimiento de Las Guásimas, al este de Santiago de Cuba. Foto: Marcelino Vásquez Hernández/ ACN

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En Irán no juegan con los corruptos

Confirman la pena de muerte para uno de los hombres más ricos de Irán
El magnate Babak Zanjani fue acusado de defraudar al Estado por cerca de 3.000 millones de dólares.



La Corte Suprema de Irán ha confirmado la sentencia de muerte impuesta al magnate Babak Zanjani, uno de los empresarios más ricos del país, por corrupción y malversación de fondos, informa TASS.

La fortuna del multimillonario, que fue director de la corporación Sorinet Group, se estima en 13.500 millones de dólares. Zanjani fue arrestado en diciembre de 2013, acusado de malversar miles de millones de dólares en ingresos por la venta de petróleo realizada en nombre de las autoridades a través de sus empresas. En marzo de 2016 el empresario fue condenado a morir en la horca. 

El magnate fue acusado de un fraude que causó daños al Estado por cerca de 3.000 millones de dólares. En 2012 el multimillonario fue incluido en la 'lista negra' de EE.UU. y la UE por eludir las sanciones impuestas contra Teherán.

Se informa que los casos de otros dos acusados, condenados a pena de muerte en marzo de 2016, han sido enviados a reconsideración. 

Tomado de RT

jueves, 1 de diciembre de 2016

PABLO NERUDA A FIDEL CASTRO

A FIDEL CASTRO. POEMA DE PABLO NERUDA



Fidel, Fidel, los pueblos te agradecen
palabras en acción y hechos que cantan,
por eso desde lejos te he traído
una copa del vino de mi patria:
es la sangre de un pueblo subterráneo
que llega de la sombra a tu garganta,
son mineros que viven hace siglos
sacando fuego de la tierra helada.


Van debajo del mar por los carbones
Y cuando vuelven son como fantasmas:
se acostumbraron a la noche eterna,
les robaron la luz de la jornada
y sin embargo aquí tienes la copa
de tantos sufrimientos y distancias:
la alegría del hombre encarcelado,
poblado por tinieblas y esperanzas
que adentro de la mina sabe cuándo
llegó la primavera y su fragancia
porque sabe que el hombre está luchando
hasta alcanzar la claridad más ancha.
Y a Cuba ven los mineros australes,
los hijos solitarios de la pampa,
los pastores del frío en Patagonia,
los padres del estaño y de la plata,
los que casándose con la cordillera
sacan el cobre de Chuquicamata,
los hombres de autobuses escondidos
en poblaciones puras de nostalgia,
las mujeres de campos y talleres,
los niños que lloraron sus infancias:
ésta es la copa, tómala, Fidel.

Está llena de tantas esperanzas
que al beberla sabrás que tu victoria
es como el viejo vino de mi patria:
no lo hace un hombre sino muchos hombres
y no una uva sino muchas plantas:
no es una gota sino muchos ríos:
no un capitán sino muchas batallas.
Y están contigo porque representas
todo el honor de nuestra lucha larga
y si cayera Cuba caeríamos,
y vendríamos para levantarla,
y si florece con todas sus flores
florecerá con nuestra propia savia.
Y si se atreven a tocar la frente
de Cuba por tus manos libertada
encontrarán los puños de los pueblos,
sacaremos las armas enterradas:
la sangre y el orgullo acudirán
a defender a Cuba bienamada.
fidel-castro-1

lunes, 28 de noviembre de 2016

Fidel: Historia y leyenda

"Fidel Castro está a la altura de Marx, Lenin o el Che"

Fidel Castro en la URSS


27 de noviembre de 2016 EFE
Fidel Castro pasará a la historia a la misma altura que figuras como Marx, Lenin, Stalin o el Che Guevara, aseguró vicepresidente del Partido Comunista de Rusia
El fallecido líder cubano Fidel Castro pasará a la historia a la misma altura que figuras como Marx, Lenin, Stalin o el Che Guevara, aseguró hoy Iván Mélnikov, vicepresidente del Partido Comunista de Rusia.
"Fidel estará siempre al mismo nivel que figuras grandiosas como Marx, Lenin, Stalin, José Martí y el Che Guevara. Su legado será estudiado e inspirará a las próximas generaciones", dijo Mélnikov a medios locales.
Mélnikov subrayó que la muerte del líder cubano, que visitó por primera vez la Unión Soviética en 1963, "es una pérdida irreparable", ya que "era un ídolo en el mejor sentido de la palabra".
"Es un símbolo del siglo XX, un símbolo de la fidelidad a unas ideas, del estoicismo y de la lucha, que culminaron con éxito", apuntó.
Y destacó que, a pesar de los largos años que estuvo en el poder, "no perdió ni un segundo el contacto con su pueblo" y mantuvo hasta el final "la agudeza mental".
Las relaciones entre Moscú y La Habana entraron en crisis tras la caída de la Unión Soviética en 1991, pero en los últimos años el actual presidente ruso, Vladímir Putin, ha impulsado una nueva alianza estratégica entre el Kremlin y la isla.

domingo, 27 de noviembre de 2016

''Fidel Castro no es morible''.

Fidel Castro Ruz: Los inmoribles


Fidel el último gran líder del siglo XX

Frei Betto: Con Fidel muere el último gran líder del siglo XX



"El regreso del Amigo",

Tema musical que Fidel castro le dedica a su eterno amigo Hugo R. Chavez Frias


Comandante! Comandante de Comandante, gigante protector de pueblos, el 25 de noviembre segundos antes de tu partida a la inmortalidad sin explicación alguna, mi pensamiento voló hacia ti cuando revisaba algunos videos de YouTube de repente pasó frente a mis ojos el video donde presentaste a un grupo  musical apenas ido físicamente el otro guerrero, el heredero de Bolívar, para que cantaran la canción "el regreso del amigo" la escuche y te vi llorar la partida del amigo, la partida del guerreo de Barina, cuán lejos estaba que precisamente en ese momento emprendía tu  viaje a la inmortalidad. Comandante, querido comandante al enterarme de tu partida, claro física, no pude evitar las lágrimas y tristeza que al igual sentiste cuando escuchabas la Canción "el regreso del amigo"  cuando se la dedicaste a Chávez apenas dos días de su partida.

Adios Fidel  hasta la eternidad siempre

Tu fiel admirador y seguidor 
Domingo Nuñez Polanco


Adiós Fidel!!!

EL FIDEL QUE CONOCÍ




Por: IGNACIO RAMONET
Fidel ha muerto, pero es inmortal. Pocos hombres conocieron la gloria de entrar vivos en la leyenda y en la historia. Fidel es uno de ellos. Perteneció a esa generación de insurgentes míticos – Nelson Mandela, Patrice Lumumba, Amilcar Cabral, Che Guevara, Camilo Torres, Turcios Lima, Ahmed Ben Barka – que, persiguiendo un ideal de justicia, se lanzaron, en los años 1950, a la acción política con la ambición y la esperanza de cambiar un mundo de desigualdades y de discriminaciones, marcado por el comienzo de la guerra fría entre la Unión Soviética y Estados Unidos.
En aquella época, en mas de la mitad del planeta, en Vietnam, en Argelia, en Guinea-Bissau, los pueblos oprimidos se sublevaban. La humanidad aún estaba entonces, en gran parte, sometida a la infamia de la colonización. Casi toda África y buena porción de Asia se encontraban todavía dominadas, avasalladas por los viejos imperios occidentales. Mientras las naciones de América latina, independientes en teoría desde hacia siglo y medio, seguían explotadas por privilegiadas minorías, sometidas a la discriminación social y étnica, y a menudo marcadas por dictaduras cruentas, amparadas por Washington.
Fidel soportó la embestida de nada menos que diez presidentes estadounidenses (Eisenhower, Kennedy, Johnson, Nixon, Ford, Carter, Reagan, Bush padre, Clinton y Bush hijo). Tuvo relaciones con los principales lideres que marcaron el mundo después de la Segunda Guerra mundial (Nehru, Nasser, Tito, Jrushov, Olaf Palme, Ben Bella, Boumedienne, Arafat, Indira Gandhi, Salvador Allende, Brezhnev, Gorbachov, François Mitterrand, Juan Pablo II, el rey Juan Carlos, etc.). Y conoció a algunos de los principales intelectuales y artistas de su tiempo (Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Arthur Miller, Pablo Neruda, Jorge Amado, Rafael Alberti, Guayasamin, Cartier-Bresson, José Saramago, Gabriel García Márquez, Eduardo Galeano, Noam Chomsky, etc.).
Bajo su dirección, su pequeño país (100 000 km2, 11 millones de habitantes) pudo conducir una política de gran potencia a escala mundial, echando hasta un pulso con Estados Unidos cuyos dirigentes no consiguieron derribarlo, ni eliminarlo, ni siquiera modificar el rumbo de la Revolución cubana. Y finalmente, en diciembre de 2014, tuvieron que admitir el fracaso de sus políticas anticubanas, su derrota diplomática e iniciar un proceso de normalización que implicaba el respeto del sistema político cubano.
En octubre de 1962, la Tercera Guerra Mundial estuvo a punto de estallar a causa de la actitud del gobierno de Estados Unidos que protestaba contra la instalación de misiles nucleares soviéticos en Cuba. Cuya función era, sobre todo, impedir otro desembarco militar como el de Playa Girón (bahía de Cochinos) u otro directamente realizado por las fuerzas armadas estadounidenses para derrocar a la revolución cubana.
Desde hace mas de 50 años, Washington (a pesar del restablecimiento de relaciones diplomáticas) le impone a Cuba un devastador embargo comercial -reforzado en los años 1990 por las leyes Helms-Burton y Torricelli- que obstaculiza su desarrollo económico normal. Con consecuencias trágicas para sus habitantes. Washington sigue conduciendo además una guerra ideológica y mediática permanente contra La Habana a través de las potentes Radio “Martí” y TV “Martí”, instaladas en La Florida para inundar a Cuba de propaganda como en los peores tiempos de la guerra fría.
Por otra parte, varias organizaciones terroristas – Alpha 66 y Omega 7 – hostiles al régimen cubano, tienen su sede en La Florida donde poseen campos de entrenamiento, y desde donde enviaron regularmente, con la complicidad pasiva de las autoridades estadounidenses, comandos armados para cometer atentados. Cuba es uno de los países que mas víctimas ha tenido (unos 3 500 muertos) y que más ha sufrido del terrorismo en los últimos 60 años.
Ante tanto y tan permanente ataque, las autoridades cubanas han preconizado, en el ámbito interior, la unión a ultranza. Y han aplicado a su manera el viejo lema de San Ignacio de Loyola: “En una fortaleza asediada, toda disidencia es traición.” Pero nunca hubo, hasta la muerte de Fidel, ningún culto de la personalidad. Ni retrato oficial, ni estatua, ni sello, ni moneda, ni calle, ni edificio, ni monumento con el nombre o la figura de Fidel, ni de ninguno de los líderes vivos de la Revolución.
Cuba, pequeño país apegado a su soberanía, obtuvo bajo la dirección de Fidel Castro, a pesar del hostigamiento exterior permanente, resultados excepcionales en materia de desarrollo humano: abolición del racismo, emancipación de la mujer, erradicación del analfabetismo, reducción drástica de la mortalidad infantil, elevación del nivel cultural general… En cuestión de educación, de salud, de investigación médica y de deporte, Cuba ha obtenido niveles que la sitúan en el grupo de naciones mas eficientes.
Su diplomacia sigue siendo una de las mas activas del mundo. La Habana, en los años 1960 y 1970, apoyó el combate de las guerrillas en muchos países de América Central (El Salvador, Guatemala, Nicaragua) y del Sur (Colombia, Venezuela, Bolivia, Argentina). Las fuerzas armadas cubanas han participado en campañas militares de gran envergadura, en particular en las guerras de Etiopia y de Angola. Su intervención en este ultimo país se tradujo por la derrota de las divisiones de élite de la República de África del Sur, lo cual acelero de manera indiscutible la caída del régimen racista del apartheid.
La Revolución cubana, de la cual Fidel Castro era el inspirador, el teórico y el líder, sigue siendo hoy, gracias a sus éxitos y a pesar de sus carencias, una referencia importante para millones de desheredados del planeta. Aquí o allá, en América latina y en otras partes del mundo, mujeres y hombres protestan, luchan y a veces mueren para intentar establecer regímenes inspirados por el modelo cubano.
La caída del muro de Berlín en 1989, la desaparición de la Unión soviética en 1991 y el fracaso histórico del socialismo de Estado no modificaron el sueño de Fidel Castro de instaurar en Cuba una sociedad de nuevo tipo, mas justa, mas sana, mejor educada, sin privatizaciones ni discriminaciones de ningún tipo, y con una cultura global total.
Hasta la víspera de su fallecimiento a los 90 años, seguía movilizado en defensa de la ecología y del medio ambiente, y contra la globalización neoliberal, seguía en la trinchera, en primera línea, conduciendo la batalla por las ideas en las que creía y a las cuales nada ni nadie le hizo renunciar.
En el panteón mundial consagrado a aquellos que con más empeño lucharon por la justica social y que más solidaridad derrocharon en favor de los oprimidos de la Tierra, Fidel Castro - le guste o no a sus detractores - tiene un lugar reservado.
Lo conocí en 1975 y conversé con él en múltiples ocasiones, pero, durante mucho tiempo, en circunstancias siempre muy profesionales y muy precisas, con ocasión de reportajes en la isla o la participación en algún congreso o algún evento. Cuando decidimos hacer el libro “Fidel Castro. Biografía a dos voces” (o “Cien horas con Fidel”), me invitó a acompañarlo durante días en diversos recorridos. Tanto por Cuba (Santiago, Holguín, La Habana) como por el extranjero (Ecuador). En coche, en avión, caminando, almorzando o cenando, conversamos largo. Sin grabadora. De todos los temas posibles, de las noticias del día, de sus experiencias pasadas y de sus preocupaciones presentes. Que yo reconstruía luego, de memoria, en mis cuadernos. Luego, durante tres años, nos vimos muy frecuentemente, al menos varios días, una vez por trimestre.
Descubrí así un Fidel intimo. Casi tímido. Muy educado. Escuchando con atención a cada interlocutor. Siempre atento a los demás, y en particular a sus colaboradores. Nunca le oí una palabra mas alta que la otra. Nunca una orden. Con modales y gestos de una cortesía de antaño. Todo un caballero. Con un alto sentido del pundonor. Que vive, por lo que pude apreciar, de manera espartana. Mobiliario austero, comida sana y frugal. Modo de vida de monje-soldado.
Su jornada de trabajo se solía terminar a las seis o las siete de la madrugada, cuando despuntaba el día. Más de una vez interrumpió nuestra conversación a las dos o las tres de la madrugada porque aún debía participar en unas “reuniones importantes”… Dormía sólo cuatro horas, más, de vez en cuando, una o dos horas en cualquier momento del día.

Pero era también un gran madrugador. E incansable. Viajes, desplazamientos, reuniones se encadenaban sin tregua. A un ritmo insólito. Sus asistentes – todos jóvenes y brillantes de unos 30 años – estaban, al final del día, exhaustos. Se dormían de pie. Agotados. Incapaces de seguir el ritmo de ese infatigable gigante.
Fidel reclamaba notas, informes, cables, noticias, estadísticas, resúmenes de emisiones de televisión o de radio, llamadas telefónicas... No paraba de pensar, de cavilar. Siempre alerta, siempre en acción, siempre a la cabeza de un pequeño Estado mayor – el que constituían sus asistentes y ayudantes – librando una batalla nueva. Siempre con ideas. Pensando lo impensable. Imaginando lo inimaginable. Con un atrevimiento mental espectacular.

Una vez definido un proyecto. Ningún obstáculo lo detenía. Su realización iba de si. “La intendencia seguirá” decía Napoleón. Fidel igual. Su entusiasmo arrastraba la adhesión. Levantaba las voluntades. Como un fenómeno casi de magia, se veían las ideas materializarse, hacerse hechos palpables, cosas, acontecimientos.
Su capacidad retorica, tantas veces descrita, era prodigiosa. Fenomenal. No hablo de sus discursos públicos, bien conocidos. Sino de una simple conversación de sobremesa. Fidel era un torrente de palabras. Una avalancha. Que acompañaba la prodigiosa gestualidad de sus finas manos.
La gustaba la precisión, la exactitud, la puntualidad. Con él, nada de aproximaciones. Una memoria portentosa, de una precisión insólita. Apabullante. Tan rica que hasta parecía a veces impedirle pensar de manera sintética. Su pensamiento era arborescente. Todo se encadenaba. Todo tenía que ver con todo. Digresiones constantes. Paréntesis permanentes. El desarrollo de un tema le conducía, por asociación, por recuerdo de tal detalle, de tal situación o de tal personaje, a evocar un tema paralelo, y otro, y otro, y otro. Alejándose así del tema central. A tal punto que el interlocutor temía, un instante, que hubiese perdido el hilo. Pero desandaba luego lo andado, y volvía a retomar, con sorprendente soltura, la idea principal.
En ningún momento, a lo largo de mas de cien horas de conversaciones, Fidel puso un limite cualquiera a las cuestiones a abordar. Como intelectual que era, y de un calibre considerable, no le temía al debate. Al contrario, lo requería, lo estimulaba. Siempre dispuesto a litigar con quien sea. Con mucho respeto hacia el otro. Con mucho cuidado. Y era un discutidor y un polemista temible. Con argumentos a espuertas. A quien solo repugnaban la mala fe y el odio.


sábado, 26 de noviembre de 2016

Galeano: la Revolución cubana "es lo que pudo ser y no lo que quiso ser"



Martin Bernetti

Muere el líder de la Revolución cubana
Por las venas de Eduardo Galeano corría a borbotones sangre latinoamericana; su pecho se inflaba como los Andes al hablar de su país natal, Uruguay, pero no era menos a la hora de escribir sobre la Patagonia, Perú, Colombia, México, o cualquier otro rinconcito de la geografía de América Latina. 

No es de extrañar, entonces, que en su libro 'Espejos: una historia casi universal', Galeano haya dedicado palabras sencillas, profundas, únicas y sinceras al líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, un hombre que marcó la historia de América Latina… tal vez como muchos pocos lo hayan hecho. Compartimos con ustedes el texto íntegro del escritor uruguayo.

Fidel Sus enemigos dicen que fue rey sin corona y que confundía la unidad con la unanimidad. Y en eso sus enemigos tienen razón. Sus enemigos dicen que si Napoleón hubiera tenido un diario como el 'Granma', ningún francés se habría enterado del desastre de Waterloo. Y en eso sus enemigos tienen razón. 

Sus enemigos dicen que ejerció el poder hablando mucho y escuchando poco, porque estaba más acostumbrado a los ecos que a las voces. Y en eso sus enemigos tienen razón. Pero sus enemigos no dicen que no fue por posar para la Historia que puso el pecho a las balas cuando vino la invasión, que enfrentó a los huracanes de igual a igual, de huracán a huracán, que sobrevivió a seiscientos treinta y siete atentados, que su contagiosa energía fue decisiva para convertir una colonia en patria y que no fue por hechizo de Mandinga ni por milagro de Dios que esa nueva patria pudo sobrevivir a diez presidentes de los Estados Unidos, que tenían puesta la servilleta para almorzarla con cuchillo y tenedor. Y sus enemigos no dicen que Cuba es un raro país que no compite en la Copa Mundial del Felpudo.

 Y no dicen que esta revolución, crecida en el castigo, es lo que pudo ser y no lo que quiso ser. Ni dicen que en gran medida el muro entre el deseo y la realidad fue haciéndose más alto y más ancho gracias al bloqueo imperial, que ahogó el desarrollo de una democracia a la cubana, obligó a la militarización de la sociedad y otorgó a la burocracia, que para cada solución tiene un problema, las coartadas que necesita para justificarse y perpetuarse. Y no dicen que a pesar de todos los pesares, a pesar de las agresiones de afuera y de las arbitrariedades de adentro, esta isla sufrida pero porfiadamente alegre ha generado la sociedad latinoamericana menos injusta. Y sus enemigos no dicen que esa hazaña fue obra del sacrificio de su pueblo, pero también fue obra de la tozuda voluntad y el anticuado sentido del honor de este caballero que siempre se batió por los perdedores, como aquel famoso colega suyo de los campos de Castilla. ... 241 Tema: Muere el líder de la Revolución cubana (55) Además: Rusia llora la muerte de Fidel Castro Dan a conocer los detalles del funeral de Fidel Castro El mundo reacciona ante la muerte de Fidel Castro Etiquetas: Eduardo Galeano, Fidel Castro, América Latina, Cuba, Uruguay

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