MORAL Y LUCES

MORAL Y LUCES

martes, 20 de diciembre de 2016

Reflexiones sobre la implementación de los Lineamientos

Fidel Castro, uno de los más importantes políticos contemporáneos, fue un visionario que creyó en la construcción de una sociedad fraterna y justa y en una América Latina unida y fuerte. 
Dilma Rousseff
Ex-presidenta de Brasil


Dada la gran importancia que conllevaba la puesta en práctica a partir del 2011 de los Lineamientos en cuanto al desarrollo económico y social del país se fue generando una preocupación por la lenta implementación de los mismos. Para Enero del 2016 quedó confirmado que hasta esa fecha solo habían sido implementados el 27% de los 313 correspondientes al proyecto inicial. Este retraso parecía no corresponder a la buena acogida popular que se generó con la amplia discusión del discurso del Presidente Raúl Castro Ruz en Camagüey, sobre el cual se expusieron abiertamente las preocupaciones en relación a los problemas fundamentales del país. Ya la misma transformación de las opiniones de la población en 313 enunciados suscitó algunas preocupaciones en los que seguíamos el proceso. Claro que los Lineamientos en sí eran una síntesis de las tareas a cumplir y como tal tenían una expresión abreviada y que en algunos casos no siempre abarcaban todos los aspectos de los objetivos planteados.

Tampoco era lógico pensar que alcanzar las metas establecidas en los Lineamientos se iba a producir de forma acelerada. Era necesario estudiar la estructura particular y general de todo el contenido del proyecto para lograr el éxito de la tarea. Sobre esto alertó repetidamente el Presidente subrayando que el trabajo había que hacerlo “sin prisa pero sin pausa”.
Algunas experiencias sobre organización y sistemas[1]

El país había estado funcionando básicamente con el mismo modelo en cuanto a lo económico y lo social por espacio de más o menos 50 años. No era tarea fácil transformar dicho sistema de forma rápida aunque se proyectaran medidas técnicamente más actuales y eficientes. Cuando se estudia la opinión de los expertos en la materia encontramos que según su experiencia nunca dos sistemas serán iguales, y puede existir mucho espacio para la innovación al diseñar nuevos métodos para un mismo objetivo, pero se debe tener en cuenta que muy pocos problemas no han sido resueltos anteriormente de alguna forma. El sistematizador no actuará de forma inteligente si desecha enteramente la experiencia acumulada por otros, subrayan los expertos. Una regla importante para el trabajo es que el sistema a implantar debe estar basado en la experiencia y práctica de situaciones similares. La experiencia muestra que cuando se trata de actualizar un sistema existente, no es necesario cambiar enteramente el viejo. Seguramente algunas de sus partes serán satisfactorias y según sean menos los cambios, menor será la perturbación en cuanto al entrenamiento del personal, y para los registros será más fácil la comparación entre la vieja información y la nueva. La implantación de un nuevo sistema es una tarea sumamente complicada cuando se trata de mantener una dirección eficiente.

No se puede dar por terminado un nuevo sistema si no se ha diseñado la gráfica de sus componentes, con el título de cada uno en un orden establecido. Para asegurar el buen funcionamiento de la aplicación tienen que elaborarse instrucciones escritas sobre la función que le corresponde en el sistema; tener bien definida la trayectoria detallada y el procedimiento en cada una de las partes; y finalmente las tareas correspondientes a cada integrante del sistema así como los lugares y plazos para realizarlas, entre otros aspectos. Todo esto muestra la complejidad que puede representar un proyecto de un cambio a nivel del Estado.

Lo anterior es una tarea que demanda un esfuerzo intenso y cuidadoso cuando se trata de modificar un sistema de dirección y administración. Cada elemento del sistema debe estar basado en un estudio exhaustivo de cada uno de sus componentes. Casi no se pueden poner límites para dicho estudio a no ser aquellos impuestos por el tiempo. La naturaleza y número de operaciones, la urgencia que demanda la información con vista a los problemas de la dirección y finanzas, la amplitud de las características del control, y en particular la calidad y entrenamiento del personal involucrado son algunas de las cosas que no pueden ser dejadas a un lado. Otro aspecto fundamental del trabajo corresponde a los intereses de la dirección superior por tipos específicos de información, algo que tiene que ser una guía para el sistematizador en su trabajo. El no puede negarle aquello a que están acostumbrados a recibir o lo que consideran necesario. Por otra parte, la dirección no debe ser recargada con una masa de información en la que no está interesada. El sistematizador no puede imponer sus ideas.

Son muchos los requisitos para que la implantación de un nuevo sistema opere eficientemente. Lamentablemente, en el caso del proceso de los Lineamientos en nuestro país, la información sobre estos requisitos consideramos que no han sido suficientes en general, incluso para funcionarios o dirigentes que están directamente involucrados en llevar a la práctica las tareas. Según la implementación baja a los niveles inferiores de ejecución hay que tener en cuenta que se contará con personal menos preparado. Por lo que debe tratarse de usar modelos usuales en lugar de nuevos modelos y evitarse su multiplicidad. Debe ser evitado el peligro de sobresistematizar.

Pero en la instalación de un nuevo sistema no solo se trata de establecer procedimientos y nuevos modelos. Hay que tener muy en cuenta que el sistema no podrá funcionar bien si el personal no es entrenado previamente haciéndole entender la necesidad de cumplir las instrucciones al pie de la letra. Se necesita tacto y diplomacia para obtener la cooperación de los involucrados, especialmente en el caso de empleados de muchos años de trabajo que se han acostumbrado a otros métodos. Esto es particularmente importante en el caso de nuestro país. Cuando se trata de la instalación de sistemas administrativos muchos trabajadores pueden no simpatizar con la nueva forma que se les encomienda. Y el problema no se reduce a los empleados de más bajo rango, es posible que los propios ejecutivos sean más difíciles de tratar como muestra la experiencia.

Por todo lo anterior, cuando se trata de cambiar un sistema existente, no es necesario cambiar enteramente el viejo sistema, insisten los expertos. Seguramente algunas de sus partes serán utilizables y según sean menos los cambios menor será la perturbación en el entrenamiento del personal y será más fácil la comparación entre la vieja información y la nueva.

En el año 2011 publicamos en el número 34 de la Revista Bimestre Cubana el trabajo “Algunas experiencias de Vietnam en relación a la reforma económica” que recoge muchas experiencias interesantes de aquel proceso tras 20 años de su inicio.

Por todo lo anterior muchos expertos recomiendan como deseable o necesario introducir un nuevo sistema gradualmente y no todo de una vez. Esto es particularmente decisivo para el caso de organizaciones grandes – como el Estado- donde el entrenamiento de todos los participantes no se puede hacer simultáneamente. Algunas veces es deseable mantener algunos viejos métodos que continúen hasta que sean eliminados en el curso natural de las operaciones.
La coordinación, un requisito fundamental

No somos especialistas en una tarea tan compleja como la implementación a nivel nacional de los Lineamientos. Hemos seguido con mucho interés el proceso desde que se inició en el año 2011 y durante los años transcurridos hemos consultado los trabajos de reconocidos estudiosos en diferentes países, tanto socialistas[2] como capitalistas. Personalmente estimamos que en esta nueva etapa que se inicia ahora con el VII Congreso de nuestro Partido era oportuno expresar algunas reflexiones resultantes de las opiniones de los especialistas a que habíamos tenido acceso. No tenemos dudas sobre el alto nivel en cuanto al domino de las Ciencias Económicas de la Comisión de Implementación, pero por la mencionada lentitud del proceso y las no pocas modificaciones que han tenido lugar, hemos llegado a la conclusión de que el aspecto más débil del proceso es el relativo a la organización o implementación de los resultados, tarea que corresponde al establecimiento de la coordinación en cuanto a los principios básicos de la administración. Cuando se considera el aspecto organizativo se utiliza usualmente el término de gestión o management que se puede definir como “la manipulación del capital humano de una entidad u organismo para contribuir a su éxito“. Esto implica una comunicación efectiva entre los participantes, un ambiente favorable y la presencia de una motivación humana. Como tal, el management no es la manipulación de un mecanismo ni el manejo de un rebaño, ya que constituye una función esencial cuyo objetivo está dirigido a mejorar la vida propia y las relaciones. Otros aspectos de la dirección administrativa como los planes, los controles y los resultados económicos no son necesariamente los componentes correspondientes al management, cuyo objetivo esencial es que el funcionamiento de la entidad se desarrolle de la forma más eficiente posible.

Henry Fayol[3] ha sido uno de los mayores contribuyentes al concepto moderno de management que pudiera definirse como “El arte de hacer las cosas a través de las personas”, si se describe filosóficamente esa tarea. El enfoque teórico del management comprende identificar la misión, el objetivo, los procesos, reglas y particularmente la manipulación del capital humano de una entidad –bien sea una empresa o el Estado- para contribuir a su éxito y no necesita que se vea desde el punto de vista empresarial solamente.

Todos los especialistas desde Fayol hasta Drucker[4] en general están de acuerdo que los cinco elementos fundamentales de que consta la dirección administrativa son previsión, planificación, organización, coordinación y control. Al reflexionar sobre el proceso de implementación, tomando en cuenta las opiniones que hemos conocido de los expertos, un aspecto esencial está basado especialmente en la conducción de los esfuerzos de un grupo de individuos hacia un objetivo común. En este aspecto, la coordinación es una de las misiones priorizadas para todo sistematizador. En el caso de la implementación de los Lineamientos, no dudamos que los fundamentos económicos han sido bien proyectados pero la coordinación ha tenido problemas. La coordinación es una condición que tiene que estar en el centro del trabajo, en lugar de ser un recurso para ayudar a realizarlo. A medida que una entidad –una empresa o el Estado– aumentan de tamaño, la tarea de sincronizar sus actividades se hace cada vez más difícil. El grado de especialización en los diferentes departamentos o componentes del sistema general y de sus tareas, necesitan un buen ensamble de esfuerzos para asegurar resultados unificados. Aunque la coordinación es solamente uno de los factores que contribuye a la eficiencia del sistema, es sin embargo uno de los más importantes. Esto, a nuestro juicio ha sido un punto débil en la implementación de los Lineamientos. Las actividades coordinadas no solo deben tener correspondencia unas con otras, sino que también deben ser realizadas en tiempo oportuno. Muchos ejemplos se pueden citar. El clásico es el de una fábrica de automóviles. Las numerosas piezas deben llegar a la línea de montaje justamente en el momento oportuno. No se pueden poner las piezas para un modelo de auto en otro. También hay que ajustar la velocidad de la misma línea de montaje y la asignación del trabajo de forma que un grupo de empleados no estén ociosos por falta de algún suministro mientras otros se ven en dificultades para acabar una tarea antes que se acerque la siguiente. Esto se puede aplicar también a la emisión de leyes o regulaciones del Estado[5].

Los expertos subrayan que la clave para la coordinación de actividades se basa en la existencia de una buena comunicación. Al inicio de las tareas de la implementación de los Lineamientos en el 2011 se creó una etapa que fue calificada por muchos de secretismo. Sin embargo, era necesario saber si las medidas a aplicar se sucedían de acuerdo con el plan, de forma que fuera posible aplicar ajustes en caso necesario. Una regla fundamental a tener en cuenta es que la coordinación se logra solamente cuando el personal involucrado que ejecuta las tareas tiene la información del trabajo de que se trata. Esto es vital en la preparación de un programa para el futuro. Así, a menudo, cuando algo va mal se producen los comentarios: «¿Por qué no me lo dijo nadie?», «¿Cómo iba a saberlo?». Los sistemas de comunicación deben proporcionar el flujo de toda la información necesaria para la coordinación. A cada paso de un trabajo complejo usualmente se necesita la acción coordinada de varios departamentos diferentes.

También el objetivo final, tiene que ser bien conocido por las personas cuyas actividades necesitan coordinarse, lo que ejerce una influencia poderosa sobre la coordinación voluntaria. Esto está bien claro en tiempos de guerra, cuando todos los participantes en las actividades de la defensa, están preocupados por ayudar a otras personas si haciéndolo así hay una mayor contribución para la victoria. Si este objetivo se ignora, serán más comunes las querellas sin importancia y la indiferencia general por los problemas de los demás.

Por otra parte, para el buen desarrollo de la coordinación también hay que aprovechar las costumbres y condiciones existentes. La coordinación voluntaria es más probable que ocurra cuando las personas encuentran fácil el trabajar unas con otras. Esto pudiera conseguirse en parte alentando el desarrollo de costumbres de trabajo y métodos ampliamente empleados. En general, cada entidad –organismo o departamento– tiene cierta forma o costumbre particular de trabajo. El organizador del sistema debe tener en cuenta que la existencia de esas costumbres afectan la facilidad con que el personal trabaja unos con otros. Si esto existe la coordinación es más fácil de conseguir.

Igualmente, los contactos informales son una oportunidad adicional para reforzar las comunicaciones formales. Al hablar informalmente después de una taza de café es posible que un ejecutivo señale que las ineficiencias de otro departamento le están causando dificultades, sin necesidad de una queja que aparezca en sus informes. Esta información, que es comunicada a través de dichos contactos informales, proporciona una base y entendimiento esencial necesario para la coordinación. En toda empresa o departamento, los ejecutivos y otros empleados forman naturalmente grupos sociales, lo que los sociólogos llaman “organización informal”. Es en gran parte a través de estas vías que se puede realizar también la comunicación que hemos descrito. Para el sistematizador que busca la coordinación es valioso el conocimiento de estos grupos informales, debido a que pueden indicar donde serán fáciles los ajustes voluntarios y donde serán difíciles. Adicionalmente, a través de conferencias, de los comedores de la empresa o proyectos conjuntos y otros medios, es posible promover relaciones entre las personas cuyos trabajos deben coordinarse. Tal atención a las relaciones informales debe considerarse, por tanto, como una de las ayudas positivas para la coordinación voluntaria. Los aspectos mencionados aportan un efecto importante. Los ajustes voluntarios son más fáciles de efectuar con personas que se tratan cara a cara. Es más fácil resolver dificultades cuando se trata un problema sobre una base amistosa que cuando se escribe una queja a la oficina central. También es más fácil hacer ajustes cuando los planes están aun en estado de formación y antes de que se inicie el funcionamiento del sistema.

La coordinación simplificada, los programas armonizados, las políticas y los métodos de comunicación bien diseñados y las ayudas en la coordinación voluntaria irán muy lejos en la consecución de la acción unificada, aunque siempre quedaran, sin embargo, un grupo residual de problemas de coordinación que deben ser tratados por los encargados de supervisar el trabajo.

Las diferentes formas de coordinación entre organismos, e incluso entre departamentos, es algo a lo que se debe dar la mayor importancia en la compleja tarea de la implementación de los Lineamientos, y que obviamente no corresponde al secretismo dado inicialmente a la tarea. Hay que tener presente que el proceso de organización es la definición y la creación de la estructura general de una entidad –en nuestro caso el Estado– y por consiguiente la necesidad de dar una forma a toda esa estructura y de determinar el lugar y las funciones de cada una de sus componentes a lo que Fayol precisa a estos efectos que es sobre todo que se trata de un organismo social. En el mismo engranaje administrativo y entre los participantes existe su propia «fuerza de iniciativa», que bien empleada puede ampliar considerablemente la capacidad de acción del sistematizador. Como afirma Fayol, gestionar significa conducir la entidad hacia su meta, procurando sacar el mejor provecho posible de todos los recursos de que dispone.

Precisando los conceptos, Fayol y otros expertos establecen una diferencia entre management y administración, considerando el contenido de administración mucho más estrecho ya que no son solo los factores materiales, sino principalmente, los sicológicos y sociológicos los que influyen más en la productividad, coincidiendo en esto con Drucker. La necesidad de una investigación científica de los aspectos sicológicos de la gestión ha ido ganando en importancia en los nuevos enfoques del proceso de management. Si la dirección se orienta más hacia los hombres que hacia la producción, las perspectivas de estabilidad social y progreso del individuo crecerán en medida considerable. Para todos los componentes humanos del sistema las exigencias puramente técnicas que se le presentan tienen una importancia relativamente menor que su situación social y sicológica. Por esa razón, actualmente se considera que los problemas del trabajo deben examinarse desde el ángulo de las relaciones humanas. Esto significa en cuanto a los aspectos que comentamos en este trabajo sobre la implementación de los Lineamientos, que no basta crear en el sistema de organización condiciones capaces de estimular – material o técnicamente– los esfuerzos individuales sino que también se necesitan medidas llamadas a ejercer efecto en los grupos sociales, considerando todas las peculiaridades sicológicas y sociales de los mismos.

Nos hemos extendido un poco en esta disgresión sobre los aspectos sociales y sicológicos de una tarea como la implementación ya que consideramos que en el trabajo que se ha realizado hasta la fecha en cuanto a los Lineamientos estos aspectos no han tenido la atención necesaria dada la envergadura y alcance de la tarea. El management es una función única dentro de la tarea de organizar un sistema. En algunas publicaciones especializadas actuales se subraya que depende de modo decisivo de la comunicación entendida en el sentido más amplio, algo que hemos tratado de destacar en este trabajo ya que la problemática de la implementación no puede reducirse solo a problemas económicos y técnicos, es preciso tomar en consideración igualmente los problemas sicológicos y sociológicos del personal involucrado, sobre todo si se trata de componentes de gran envergadura como son los del Estado.

La idea fundamental que se debe tener en cuenta es que ser un buen administrador, como señalaba Lenin, significa, en primer lugar, poseer hábitos y conocimientos especiales y, en segundo lugar, saber trabajar con la gente.
Notas bibliográficas

[1] Ver W.A. Paton SYSTEMS en Accountants’ Handbook y COORDINACIÓN EN PROMAGRAMACIÓN, ORGANIZACIÓN Y CONTROL DE W. H. Newman

[2] En la Unión Soviética a fines de los años 60 del pasado siglo se le dio una atención especial a los estudios sobre los problemas de la organización y gestión en cuanto a los problemas de la economía.

[3] Henry Fayol (1841-1925). Ingeniero francés, considerado por sus eminentes aportes al movimiento proadministración científica.

[4] Peter Drucker (1909-2005). Fue un consultor sobre management. Educador y autor cuyos escritos contribuyeron a las bases filosóficas y prácticas del mundo actual de los negocios y ha sido calificado como el fundador del management moderno.

[5] Entre los años 2011 y 2014 se organizaron en la SEAP 14 talleres y conferencias en apoyo a la implementación de los Lineamientos: sobre soberanía alimentaria, el comercio exterior, la industria azucarera, el medio ambiente y la agricultura, capital humano y desarrollo local, etc. Los participantes en los eventos hicieron repetidas referencia en cuanto a la necesidad de información sobre el procedimiento de la implantación para la coordinación en su implementación.

Resistencias

Resistencia cultural en la Universidad de Río Piedras, en Puerto Rico.

Resistencia cultural en la Universidad de Río Piedras, en Puerto Rico.
Resistir es decir NO. No al menosprecio. No a la arrogancia: No a la trituración económica. No a los nuevos dueños del mundo. No a los poderes financieros. No al G8. No al “Consenso de Washington”. No al mercado totalitario. No al libre intercambio integral. No al póker del mal (Banco Mundial, FMI, OCDE, OMC). No al hiperproductivismo. No a las privatizaciones permanentes. No la irresistible extensión del sector privado. No a la exclusión. No al sexismo. No a la regresión social. No al desmantelamiento de la seguridad social. No a la pobreza. No a las desigualdades. No al olvido del Sur. No a la muerte, cada día, de treinta mil niños pobres. No a la destrucción del ambiente. No a la hegemonía militar de una sola superpotencia. No a la guerra preventiva. No a las guerras de invasión. No al terrorismo. No a los atentados contra las poblaciones civiles. No a los racismos. No al antisemitismo. No a la islamofobia.. No a la vigilancia generalizada. No a la disminución cultural. No a las nuevas censuras. No a los medios que mienten. No a los medios que nos manipulan.
Resistir es también poder decir SÍ. Sí a la solidaridad entre los siete mil millones de habitantes de nuestro planeta. Sí al derecho de las mujeres. Sí a la existencia de una ONU renovada. Sí a un nuevo plan Marshall para ayudar al África. Sí a la erradicación definitiva del analfabetismo. Sí a una ofensiva internacional contra la fractura digital. Sí a una moratoria internacional para la preservación del agua potable. Sí a los medicamentos esenciales para todos. Sí a acciones decisivas contra el sida. Sí a la preservación de las culturas minoritarias. Sí al derecho de los índígenas. Sí a la justicia social y económica. Sí a una Europa más social y menos mercantilista. Sí a una tasa Tobin de ayuda a los ciudadanos. Sí a un impuesto a la venta de armas. Sí a la supresión de la deuda de los países pobres. Sí a la prohibición de los paraísos fiscales.
Resistir es soñar que otro mundo es posible y contribuir a construirlo.
(Tomado de Le Monde Diplomatique)

jueves, 15 de diciembre de 2016

Antonio Maceo,José Martí y Máximo Gómez

Pedro Antonio García
Fuente: Granma
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Para encontrarse con Antonio Maceo, José Martí y Máximo Gómez llegaron el 5 de mayo de 1895 al batey del ingenio La Mejorana, cerca del poblado de Dos Caminos de San Luis, a pocos kilómetros de Santiago de Cuba. El ambiente en la fábrica de azúcar era como de un día de fiesta. Martí describiría luego en su diario: “A criados y trabajadores se les ve el gozo y la admiración; el amo, anciano colorado y de patillas, de jipijapa y pie pequeño, trae vermouth, tabacos, ron, malvasía. ‘Maten tres, cinco, diez, catorce gallinas’. De seno abierto y chancleta viene una mujer a ofrecernos aguardiente verde, de yerbas”.
La entrevista entre los tres grandes despertaba expectativas. Todos sabían que el Generalísimo y el Titán no estaban en buenos términos desde la ruptura del plan Gómez-Maceo, una década atrás. En realidad la reconciliación sucedió meses más tarde, a finales de noviembre de 1895, en Lázaro López. El Héroe de Baraguá también evidenciaba disgusto por la forma en que el Apóstol había manejado lo de la expedición que de­sem­barcó en Duaba, encomendada a Flor Crombet.
Maceo se apartó primero del gentío para conversar con Gómez. Luego se les incorporó Martí y los tres se adentraron en la vivienda. Sobre lo que se conversó allí no tenemos evidencias históricas concretas, no se conservan actas de la reunión ni declaraciones oficiales de sus participantes, solo inferencias y especulaciones, algunas lamentablemente festinadas y delirantes.
Según el consenso que predomina en la historiografía nacional, los aspectos principales abor­dados en esta reunión giraron sobre la forma y organización del gobierno independentista y la estrategia para la conducción de la guerra.
Tal parece que durante esta cumbre entre los tres grandes del independentismo, hubo diferentes criterios sobre la forma de gobierno. Martí propugnaba la existencia de un gobierno civil, con un presidente y una cámara de representantes con amplias facultades, pero sin posibilidades de interferir en el mando militar. Maceo abogaba por una junta de generales con mando y una secretaría general. Como no se llegó a acuerdo alguno, se decidió aplazar el debate hasta la Asamblea Cons­tituyente de la República en Armas.
Según algunos autores, un tema candente de discusión resultó la supuesta proposición a Martí para que partiera al extranjero donde podría ser más útil a la Revolución. El Delegado no compartía ese criterio, aseguran esas fuentes, pues entendía que en Cuba estaba su puesto de combate. Según infieren estos investigadores, durante el encuentro Maceo conoció y aprobó el contenido del Manifiesto de Mon­tecristi.
Alrededor de las cuatro de la tarde el General Antonio se separó de Martí y Gómez, quienes se trasladaron a un rancho en Banabacoa, solo acompañados de una pequeña escolta mal ar­mada. El Apóstol escribiría en su diario: “Y así como echados, y con ideas tristes, dormimos”.
El Titán recapacitó, comprendió cuan incorrecto era dejar al Generalísimo y al Delegado en un sitio abierto al ataque y envió al romper el día a una avanzada para que los trajera al campamento. Allí personalmente los presentó a la tropa, que los vitoreó. Martí describiría la escena en carta a Carmen Miyares y sus hijas: “Venimos de Maceo. ¡Qué entusiasta revista la de los tres mil hombres a pie y a caballo que tenía a las puertas de Santiago! […] Les hubiera enternecido el arrebato del Campamento de Maceo y el rostro resplandeciente con que me seguían de cuerpo en cuerpo los hijos de Santiago de Cuba”.
Después los tres grandes de la Re­vo­lución se refugiaron en la sombra de unos tamarindos, que aún en 1995 se conservaban y los habitantes del lugar mostraban orgullosos a los visitantes. Esta vez el en­cuentro rezumaba cordialidad, pero como en La Mejorana nadie supo lo que dialogaron. Horas más tarde Gómez y Martí continuaron su marcha.
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Jose Marti escribe Antonio Maceo

“YO NO TRABAJO POR MI FAMA, PUESTO QUE TODA LA DEL MUNDO CABE EN UN GRANO DE MAÍZ”. JOSÉ MARTÍ
Antonio Maceo
Cuba
grano de maíz
José Martí
Patria



Carta de José Martí al General Antonio Maceo un día como hoy de 1893.


Key West, 15 de diciembre, 1893

Sr. General Antonio Maceo

General y amigo:

Mi silencio no le habrá extrañado. He vivido, desde que nos vimos, en una entrevista continua con Vd. De la visita que le hice me traje una de las más puras emociones de mi vida. “¡Por supuesto, me dije después de verlo, que Cuba puede ser libre,— y ser feliz después de ser libre!” Las manos las he tenido ocupadas desde entonces en una labor bestial y sin descanso,—en atender, de una tierra en otra, a lo grande y a lo pequeño,—en ir levantando, hombre por hombre, todo este edificio. A Vd., acá en mi corazón, escribirle era ofenderle. Vd. debe ver de allá mi agonía, mi responsabilidad, la imposibilidad absoluta de valerse de medianeros, la cura de almas incesante que permitió la acumulación de estas fuerzas.

Esto es lo que estoy escribiendo entre un mitin y otro. Vengo de tres días de esfuerzo angustioso en Tampa, para ponerle un poco más de harina al pan; y aquí estoy, como a la callada, haciendo lo mismo y confirmando detalles con Roloff y Serafín, pero de modo que nada de cuanto haga dé idea de la proximidad en que están nuestras cosas, si todos queremos que estén próximas. Cuba las espera, con el gobierno encima, y una agitación sorda y ya extrema. Yo de aquí puedo hacer lo que dijimos y lo tuve listo y anunciado para el caso de que, contra lo avisado a la Isla para evitar engaños y contra la orden local mía expresa, hubiese cundido—aunque nuestra tierra está ya muy astuta para eso—el alzamiento mandado hacer con una orden falsa mía, y la cual sólo supo engañar a Esquerra que anda por el campo, resuelto a no entregarse, con unos pocos hombres.

Pero esta trama, cuyo objeto era justificar en Cuba las persecuciones, provocar alzamiento incompleto y debilitar las emigraciones con un segundo aparente fracaso,—si bien no pudo tener ese éxito afuera ni adentro,—ha producido, por la sangre que ya corrió, las prisiones de primera hora, y la de Moncada y la disimulada de Carrillo, aún libres, un malestar que sería imperdonable mantener cuando tenemos allegados los medios, modestos y bastantes, de ponerle fin. El gobierno cree que vamos, y sólo aguarda a la evidencia más cercana para segarnos allá el país: y nosotros, con la rapidez que no se espera de nosotros, sin aparato de invasión, deslizándonos sencillamente de donde mismo estábamos, podemos ir antes de que el enemigo nos espere, y caiga sobre la buena gente revolucionaria. No tenemos más que ajustar los detalles, de modo de ahorrar tiempo. Ahora sólo estas líneas le puedo poner, y la seguridad de que, lo que yo haya de hacer, ni con ligereza ni con demora será hecho. Yo no trabajo por mi fama, puesto que toda la del mundo cabe en un grano de maíz, ni por bien alguno de esta vida triste, que no tiene ya para mí satisfacción mayor que el salir de ella: trabajo para poner en vías de felicidad a los hombres que hoy viven sin ella. No espere, pues, de mí,—harto lo sabe Vd.,—precipitación alguna, ni el crimen de azuzar y comprometer, por salvar la honrilla de la tentativa,—sobre que, con hombre del juicio de Vd., eso sería pueril e inútil. Este hombre, lo ama y lo conoce, y no faltaría así al respeto que merece su vida. Su María no se ha equivocado.

Y de su gran pena de ahora ¿no ve que no le he querido hablar? Su madre ha muerto. En Patria digo lo que me sacó del corazón la noticia de su muerte: lo escribí en el ferrocarril, viniendo de agenciar el modo de que le demos algún día libre sepultura, ya que no pudo morir en su tierra libre: ése, ese oficio continuo por la idea que ella amó, es el mejor homenaje a su memoria. Vi a la anciana dos veces, y me acarició y miró como a hijo, y la recordaré con amor toda mi vida.

Aquí tiene que cesar su

José Martí

viernes, 9 de diciembre de 2016

Diomedes: Eterna amistad: Bosch y Fidel




En ocasión de la lamentable partida física del Comandante Fidel Castro Ruz, hemos estado en sus funerales, tanto en La Habana como en Santiago. Viajamos en representación de la Fundación Juan Bosch, como su presidente, y formamos junto a Patricio Bosch, la delegación oficial de esa entidad. Patricio, hijo de don Juan y doña […]

Por:Diómedes Núñez Polanco

e-mail:diomedesnp@gmail.com


En ocasión de la lamentable partida física del Comandante Fidel Castro Ruz, hemos estado en sus funerales, tanto en La Habana como en Santiago. Viajamos en representación de la Fundación Juan Bosch, como su presidente, y formamos junto a Patricio Bosch, la delegación oficial de esa entidad. Patricio, hijo de don Juan y doña Carmen Quidiello, nació en Cuba, allá reside y trabaja. La muerte de Fidel Castro es un hecho histórico, dada su dimensión latinoamericana y universal. Así quedó claro por la admiración y el afecto de todos, expresados en estos días. En próximas entregas, trataremos más sobre Fidel y Cuba; ahora nos centramos en las relaciones de amistad y de lucha por un mundo mejor, entre Bosch y Fidel.

Esa relación creció con el tiempo. En sus investigaciones y estudios sobre la historia y política internacional, se destacan en Bosch los temas sobre Cuba y su líder histórico en la segunda mitad del siglo XX e inicios del XXI. Ha afirmado que Fidel figura entre los tres genios políticos y militares de América Latina; los otros dos: Tousassaint Louverture y Simón Bolívar. En 1970, publicó en España “De Cristóbal Colón a Fidel Castro, el Caribe, frontera imperial”, calificado como obra monumental por Gabriel García Márquez.

Estos grandes líderes se conocieron en los preparativos de la expedición de Cayo Confites, en Cuba, en el verano de 1947. Después de Juan Rodríguez, financiador y comandante del movimiento insurreccional, Bosch era segundo al mando. Contaba con 38 años, y había llegado a Cuba desde Puerto Rico, en enero de 1939, año en que, junto a otros exiliados de la tiranía trujillista, fundó allí el Partido Revolucionario Dominicano (PRD). Fidel contaba apenas con 20 años cuando llegó a Cayo Confites, y los 21 los cumplió allá, el 13 de agosto. Prácticamente un adolescente, incluso al enterarse de la decisión, su madre fue a convencerlo de que desistiera de su propósito. Imposible.

“Finalizado el curso del segundo año -cuenta Fidel- hice los exámenes de algunas asignaturas. Yo era presidente de la Escuela de Derecho y todos me conocían, además, como presidente del Comité Pro Democracia Dominicana. Tenía muchos amigos dominicanos que eran exiliados y cuando se habló de que se iba a organizar una expedición para derrocar a Trujillo, me sentí moralmente obligado a participar. Tan pronto empezaron a reclutar gente, dejé de hacer los exámenes que tenía pendientes y me enrolé en la expedición”.

“(…) cuando llegó el momento de la expedición, me marché hacia Oriente y no pasé ni por mi casa. Viajé en guagua hasta Holguín, donde se estaban reuniendo los reclutas, de allí partí para Antilla y de Antilla para Cayo Confites, al noroeste de Camagüey…”.
Luego pasa a referirse a la manera en que fue impresionado al conocer a Bosch:
“Durante aquel período se esperaba más personal procedente de Cuba, Miami y otros lugares. Estando en la isla, un día llegó un grupo de dominicanos y, entre ellos, Juan Bosch. Muy pronto hicimos amistad. Entre tanta gente en el cayo, a mi me gustaba conversar con él; de todos los dominicanos que conocí fue el que más me impresionó.

“Lo recuerdo como un hombre mayor. Cumplí 21 años en el cayo, y pienso que Bosch ya tendría unos 36 o 37 años. Su conversación realmente conmovía, la forma en que se expresaba; parecía un hombre muy sensible.
“Vivía muy modesto allí, igual que todos los demás, y creo que sufría lo mismo que la gente. Yo no lo conocía, no sabía que era el escritor, el historiador, el intelectual. Lo vi como un dominicano honorable, de conversación agradable, que decía cosas profundas y sensibles; transmitía todo eso. Se le veía como una persona que sentía los sufrimientos de los demás, estaba sufriendo por el trabajo duro de la gente. Además vivía la emoción, porque era el intelectual, al fin y al cabo, que se incorpora a la acción, llegada la hora de la lucha -un poco como hicieron Martí y otros muchos intelectuales de nuestra propia guerra-. Pudiéramos decir que era allí el hombre de mayor calibre, el más destacado.

“Muchas veces nos íbamos para un extremo de la isla y conversábamos; sus palabras me marcaron mucho. Así nos hicimos amigos. La amistad tiene un mérito por su parte, él ya era una personalidad y yo era un estudiante joven que no significaba nada entre tantos jefes, coroneles… Yo era un teniente y mandaba un pelotón. Sin embargo, Bosch me trató con mucha deferencia y consideración.”

jueves, 8 de diciembre de 2016

Una vision critica sobre Fidel desde el Islam


OPINIÓN
Fidel desde una mirada islámica

En estos días en que el gran líder cubano ha dejado este mundo se ha desatado un mar de tinta y comentarios acerca de su trascendente personalidad.

No he podido ni he querido sustraerme a pensar en este hombre extraordinario que conmueve a gran parte del mundo. Tiene cosas buenas que enseñar a la humanidad y tiene carencias a mi juicio importantes que es necesario no perder de vista a la hora de elogiar sus logros.

Desde un punto de vista islámico, para mí, el comandante cubano se halla en una posición intermedia entre los elogios desmesurados y las críticas extremas. Para aclarar mi punto de vista quiero decir que no puedo negar, sino que más bien me sumo a la admiración que despierta algunas de las proezas de Fidel Castro dignas de ser imitadas y constituirse en ejemplo para el mundo. Pero no ocurre eso con todas sus dimensiones. Yo creo que es una personalidad muy interesante y digna de destacarse por su sensibilidad social, su compromiso de lucha incansable contra la tiranía, su valiente lucha tan desigual, su resistencia, los campos en los que logró grandes avances su revolución y en los que los cubanos supieron destacarse a nivel regional y mundial. La educación, siendo el primer país latinoamericano que desterró el analfabetismo, la salud para toda la población, los desarrollos médicos y su exportación solidaria, el deporte que ubicó entre los diez primeros países del mundo en la obtención de medallas olímpicas, el adelanto científico, el tecnológico, el intento de desarrollo industrial dentro de las limitaciones que le imponía el injusto embargo norteamericano y europeo. Su solidaridad internacional con los oprimidos como el caso de Angola, el movimiento de liberación en Sudáfrica, la contribución agradecida por Nelson Mandela para vencer al apartheid, la ayuda a Vietnam, a Namibia y a tantos otros en los continentes de África, Latinoamérica y Asia. Aquí es importante destacar que la extrapolación apresurada sin un conocimiento profundo de las particularidades de algunos lugares que no tenían las condiciones de Cuba les hizo cometer muchos y serios errores.

Otros logros son el haber conservado con tantas dificultades su independencia después de la caída de la Unión Soviética, su principal comprador y sostenedor. El haber ayudado a sellar acuerdos de paz como los del gobierno colombiano con las FARC. No es poco para una isla tan pequeña. Habla de una grandeza muy elogiable. Nunca nada ni nadie pudieron amedrentar a Fidel, hasta el último de sus días. Ni las seiscientas veces que dicen que la CIA intentó acabar mafiosamente con su vida, ni las amenazas nucleares ni nada, ni la soledad en que se vio tras la caída de la Unión Soviética.

Es cierto también, que fue la política norteamericana, totalmente injusta la que desplazó a Fidel de su nacionalismo radical, de su condición de demócrata al estilo pre revolucionario, aunque en la Cuba socialista hubo cinco presidentes y elecciones periódicas (que no haya partidos políticos no significa que no haya diputados elegidos por fuera del partido comunista. La mayoría de los cubanos apoya su sistema político) y de un buscador de la justicia social dentro de esos dos marcos mencionados, el del nacionalismo y el de la democracia participativa. Fue esa política agresiva yanqui la que arrastró a Fidel y a los cubanos al comunismo más de corte dogmático y cerrado, del que se fueron abriendo con el paso del tiempo ante las limitaciones del mismo. Pero si no hubiese sido por los abusos de Estados Unidos, primero apoyando a Batista con toda la logística y con armas, luego imponiendo tantas sanciones y castigos a la isla, Fidel no se hubiera volcado tanto a la Unión Soviética y a su ideología. Democratizar el poder de una forma más radical como lo hiciera en un principio no significaba ser comunista, aunque para la miopía yanqui todo hombre o país que quisiese ser independiente o poner en práctica una mayor justicia social era visto, en el marco de la guerra fría como comunista a ser eliminado en esos días. Así lo dijo Nixon cuando tiempo después de recibirlo, siendo vicepresidente en Estados Unidos tras el triunfo de la revolución (Eisenhower no quiso hacerlo) dijo que era comunista y debía ser eliminado.

Pero era de esperar que un hombre de formación cristiana jesuita, rindiese una consideración más profunda a las cuestiones espirituales. Esta fue una de sus limitaciones y deudas de la revolución cubana. Su pueblo fuertemente creyente como fue reconocido por el mismo Fidel no supo encontrar la vía para desarrollar esta espiritualidad y la negación marxista del espíritu religioso no caló nunca en el pueblo cubano. Fidel estuvo pobre para comprender esa necesidad de su pueblo, como sí supo entender las necesidades materiales del mismo y se preocupó siempre por ver cómo las podía satisfacer. Para Fidel, tal como lo dice en el libro "Fidel y la Religión" del dominico Frei Betto, "Jesús fue un gran revolucionario" por su lucha social y política contra el imperio en defensa de los desposeídos, pero de la dimensión espiritual de Jesús no dijo nada. Jesús tenía como apoyo de su lucha a la oración, el ayuno, la unidad con Dios, los milagros, esos poderes dados por Dios, la trascendencia, la responsabilidad de los seres humanos para un juicio más allá de la muerte donde comparecerá y la fuerte influencia ética que ejercen estas creencias. Esta conciencia espiritual libera al hombre no solo en términos materiales, lo libera de la finitud y el sin sentido de una realidad que se agote en lo material.

No es que el tema espiritual sea algo menor como para que alguno pueda desestimarlo. Hace a la verdadera libertad y justicia humana y social, además de la política y económica. Fortalece la determinación de un pueblo y lo libera de los grilletes de los límites materiales que asfixian al alma.

La pobreza espiritual afecta a la capacidad moral de un pueblo y mina su resistencia frente a las tentaciones del poder materialista. El orgullo cubano bien ganado no debe extralimitarse y terminar siendo una valla que le impida tener la humildad suficiente como pueblo para encontrar y seguir una vía revolucionaria espiritual. Esta es la que puede procurar a Latinoamérica la unidad necesaria que pregonara Fidel junto a Perón y a otros líderes del continente. Una unidad no alcanzada porque el impulso independentista ha sucumbido actualmente y momentáneamente, por una carencia espiritual, moral y de humildad para llegar al corazón de las masas. Los pueblos desengañados y confundidos terminan depositando su confianza a los cantos de sirena que le venden los medios liberales. No ha de desestimarse que uno de los talones de Aquiles del intento de independizarse de Norteamérica ha sido la corrupción. Si bien esta corrupción ha sido y es exagerada por los medios hegemónicos, no se puede negar que existe desgraciadamente y ha provocado un cierto enfriamiento en muchos.

No se trata de negar lo bueno de las posturas revolucionarias de Latinoamérica, se trata de señalar de una buena vez, lo que les falta para consumar la verdadera independencia y soberanía. La figura de Fidel es una buena excusa para esta reflexión necesaria y un buen homenaje a quien amó la independencia y vivió para procurarla permanentemente.

No negamos para nada, menos con la falta que hace hoy en día y siempre, la práctica tan sana de algunos valores morales muy destacables de Fidel cuando se opuso férreamente a que la lucha guerrillera realice atentados, magnicidios, torturas, robos a los campesinos o violaciones a las mujeres. Incluso extremaron los cuidados de no matar soldados innecesariamente y muchas veces en las sierras dieron sus medicinas a soldados heridos de Batista. También Fidel se opuso tajantemente y quedó como una tradición de los rebeldes el no robar bancos u otros recursos de esta naturaleza. Así fue como pudimos obtener el noventa por ciento de la aprobación popular y vencer a la dictadura con el apoyo norteamericano dijo Fidel. No es justo decir que las expropiaciones o las nacionalizaciones de las empresas norteamericanas hayan sido un robo porque fueron reacciones a las medidas norteamericanas de intromisión en sus políticas internas y las sanciones económicas contra la isla. En un primer momento, ante las medidas norteamericanas que había apoyado con entrenamiento a las fuerzas del dictador Batista, además de procurarle armas de artillería, tanques y aviones con las que se bombardeó aeropuertos y a civiles y ante la política de boicot de parte de los norteamericanos, el gobierno revolucionario obligó a las empresas norteamericanas de petróleo a refinar el petróleo soviético en la isla, y, si bien la empresa Esso aceptó hacerlo, luego, por orden del Consejo de Seguridad norteamericano no lo hizo. Algo que contraría la libertad de empresa que tanto declama el imperio, así como el supuesto respeto a la soberanía ajena. Ante esa medida de desobediencia ante el gobierno soberano de Cuba, la empresa fue expropiada.

Esos valores morales que condicionan y humanizan la lucha, a diferencia del terrorismo practicado abierta y clandestinamente por el imperio a diario en todo el mundo, son más que elogiables y encomiables. Pero, desgraciadamente la revolución no pudo o no supo ahondar en la libertad de tipo espiritual. Como decía el sacerdote argentino asesinado, Mujica, "qué importa la revolución socialista cuando estoy en Terapia intensiva", o si se me muere un hijo. Las grandes necesidades humanas quedaron sin respuesta por ahora, en la revolución cubana. Fidel se refirió valorativamente al carácter revolucionario de Jesús, pero desgraciadamente no ahondó en ello y Fidel a pesar de haber visitado a Irán y expresar su admiración por la lucha del pueblo iraní al que señaló como un ejemplo épico para el mundo, no pudo percibir la profundidad espiritual que hizo y hace posible esta fuerza extraordinaria de la revolución islámica de Irán.

El líder Ayatullah Jamenei, cuando Fidel elogió la épica iraní, le respondió que todo lo que tenemos proviene del Islam. Es decir, no somos fuera de la guía de Dios, una raza o una nación especial que tengamos algo que los demás no tengan, nuestras virtudes vienen de Dios y del Islam. No somos superiores como raza o pueblo por causas raciales o étnicas especiales que los demás no posean.

Cuando algunos teólogos iraníes hablaron en la Habana con Fidel sobre la importancia de la dimensión espiritual, Fidel contestaba que era el filósofo Lenin quien debía contestar y atender esos asuntos. Hubiera sido muy importante que Fidel preste más atención a la carta del Imam Jomeini a Gorbachov, el líder soviético cuando colapsaba la Unión Soviética previniéndole de no caer en brazos de Occidente y Estados Unidos que también atravesaban una crisis terminal por su falta de espiritualidad y conocimiento correcto de Dios. El Imam Jomeini invitaba a Gorbachov a enviar a sus filósofos a dialogar con los filósofos y teólogos musulmanes, pero la invitación quedó sin respuesta. El líder soviético se limitó a responder acerca del incremento de las relaciones económicas y políticas y el Imam le dijo al canciller Shevardnaze que yo pretendí abrir otro horizonte (el espiritual, no el meramente mundanal de la economía y política desprovista del espíritu y la dimensión más plenamente humana).

Trump amenaza con interrumpir el proceso de acercamiento a Cuba iniciado por Obama a instancias de la Iglesia Católica. La política de Obama era a largo plazo, pretendía ser una revolución blanda. Este era un desafío peligroso para la revolución cubana. La falta de espiritualidad podría sucumbir en el largo plazo ante las tentaciones libertinas y consumistas de la cultura materialista norteamericana. Podía minar a la unidad de la juventud cubana y allanar el camino para un cambio de "régimen" como lo pregonaba el mismo Obama. La postura rígida de Trump, vieja fórmula de siempre, facilitará la resistencia cubana que ha dado ya suficientes muestras de su orgullo y dignidad como para rendirse a las prepotencias yanquis.

El ser humano posee necesidades de trascendencia en su naturaleza, siente una opresión en los límites del cuerpo, la enfermedad, la vejez y la muerte. Una revolución que no le abre al ser humano el horizonte espiritual no le confiere una verdadera liberación, por más pan que reparta en forma igualitaria. La visión internacionalista de la justicia social ha de complementarse con la visión universal del espíritu humano y su vínculo para combatir a la pobreza y a la amenaza ambiental que provoca el consumismo materialista.

No toda la culpa ha sido de Fidel y los suyos. Los cristianos revolucionarios no han sabido ayudar a Cuba en la guía para una mirada más auténtica de la espiritualidad cristiana. La Iglesia oficial estuvo mucho tiempo en Cuba y en el resto del Continente americano al servicio del status quo, de la elite del poder oligárquico y anti democrático. Los Sacerdotes del Tercer Mundo a los que Perón llamó "mi Iglesia" apenas si llegaron a un diez por ciento de todo el clero en Argentina y un abarcó a un número insignificante entre la encumbrada jerarquía eclesiástica. Algo parecido ocurrió con la Teología de la Liberación en el resto de Latinoamérica. El sacerdote argentino Carlos Mujica viajó a Cuba y dijo que a pesar de no profesar una religión, su sistema revolucionario socialista estaba más cerca de los Evangelios y el primer cristianismo que el sistema capitalista. Comparto esta visión, sin desmerecer algunos logros importantes del capitalismo como parte de un desarrollo relativamente libre en lo privado que si no se desentiende de los controles estatales y los límites éticos es necesario para el desarrollo económico, el estímulo a la creatividad e impulso emprendedor económico, cultural y social de los hombres. El Islam ve virtudes y vicios en el capitalismo y en el marxismo, en el liberalismo económico y en el estatismo. El Islam reivindica lo positivo de ambos sistemas pero los trasciende con una espiritualidad y una ética profunda de la que carecen ambos sistemas pretendidamente humanistas, manteniéndose equidistante de los extremos y del materialismo que les subyace.

Es cierto que criticar a los socialistas o comunistas de Cuba sin haber aportado una revolución para mejorar la condición de los pobres en el continente más desigual del planeta es un planteo un tanto abstracto e irreal. No así es hacerlo desde el Islam cuyo proceso revolucionario está en plena expansión. Pero en Latinoamérica aún no se ha hecho desde lo espiritual lo suficiente como para aliviar el dolor de la pobreza y la injusticia. También es cierto que Fidel reconocía que la solidaridad de los cristianos con los enfermos, los pobres, los desprotegidos, los abandonados por el sistema son cualidades que deseaba que los militantes comunistas posean. Cuidar enfermos y ancianos en los hospitales, orfanatos, villas y geriátricos que hacen algunas monjas, sacerdotes y laicos creyentes humildes es digno de elogio y reconocimiento.

Un esbozo de acercamiento entre cristianos y cubanos lo vimos con el Papa Francisco cuando visitó a Cuba y una vez más pidió por el levantamiento del embargo a la isla además de otras consideraciones que llevaron a Raúl a decir –medio en broma, medio en serio - que con un Papa así él pensaría seriamente en volver al cristianismo. Pero como muchos otros gestos quedaron en un amague de un lado y del otro.

La revolución islámica con centro en Irán, hoy ya de alcance regional y mundial, tiene el desafío de ofrecer a Cuba y a Latinoamérica su modelo revolucionario espiritual para que con el aporte de los latinos se enriquezca aún más. La resistencia multipolar contra el imperialismo tiene como actor principal a la revolución islámica que conjuga lo político con lo espiritual, el conocimiento de Dios y los profetas con la justicia social, el desarrollo científico, la perfección de la moral y la resistencia contra la opresión, ésa que fuera tan elogiada por Fidel.

Escrito por Sheij Abdul Karim Paz

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