MORAL Y LUCES

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domingo, 16 de agosto de 2015

El Profesor en cocina Cubana: Recetas para un buen plato de yuca

Cocina de Cuba

por Cocina de Cuba
Cinco recetas para comer yuca sin aburrirte


Cinco recetas para comer yuca sin aburrirte






“Cocina de Cuba” publica -por raciones semanales-, platos, entrevista a chefs, reseñas de restaurants y recetas nacionales. Muchos dicen que el amor entra por la cocina, en Cuba podemos asegurar que también se cocina con amor. ¡Buen Provecho!


Cinco recetas para comer yuca sin aburrirte

Aproveche esta variedad de recetas para hacer más amena la alimentación diaria…
11/08/2015
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Yuca con mojo.

La yuca ha reaparecido en los agromercados cubanos. Por estos días algunos la compramos y ponemos en práctica la típica receta de yuca con mojo, una de las maneras más gustadas de prepararla en Cuba. Pero existen formas muy variadas de comerla, que te permitirán incluirla como parte de tu dieta semanal, sin llegar a aburrirla. La Cocina de Cuba hoy ha recuperado varias de éstas y pone a tus disposición cinco recetas  que te permitirán disfrutar al máximo de ese tubérculo.

Yuca con mojo

Ingredientes:   

 —Cuatro yucas

—Media cebolla

—Cuatro dientes de ajo

—Una naranja

—Aceite

—Sal fina

Modo de elaboración:

—Limpiar bajo el agua las yucas

—Ir calentando una olla de presión a fuego intenso con abundante agua.

—En el momento que el agua esté bien caliente echamos los trozos de yuca para cocerlos. Dejamos que el agua se siga calentando.

—Cuando llegue al punto de ebullición le añadimos un par de vasos de agua fría. En ese momento echa un poco de sal al agua.

— Tapar la olla a presión y dejar que la yuca se cocine durante unos 40 minutos.

—Pelar los dientes de ajo y los partimos en finas láminas. Continúar pelando y cortando la cebolla en juliana.

—Calentar a fuego lento una sartén o cazuela de barro con un chorrito de aceite. Sofríe ligeramente los trocitos de ajo y las tiras finas de cebolla, sin llegar a dorarlos demasiado.

—Cuando observes que la cebolla y el ajo están ligeramente hechos, sácalos de la cazuela a un recipiente junto con el aceite. Exprime el zumo de una naranja y lo añades a la cebolla y el ajo.

—Sirve los trozos de yuca cocidos en un plato y riega los trozos con este mojo criollo por  encima.

Yuca con Queso

Ingredientes:

—Yuca, 1 kg

—Queso rallado, 1/4 kg

—Mantequilla

—Pimienta negra

—Sal fina

—Nuez moscada

Modo de elaboración:

—Limpiar los trozos de yuca, una vez limpios los partimos en trozos más bien pequeños y del mismo tamaño.

—Pon a calentar a fuego intenso en una olla el agua suficiente como para cubrir las yucas cuando las echemos, si no lo hacemos así puede pasarnos que las yucas no nos queden bien cocidas. Espera a que el agua esté caliente, en ese momento echamos los trozos de yuca y esperamos a que el agua comience a hervir.

—Dejamos la yuca cociéndose hasta que se vuelva tierna, en ese momento apartamos del fuego, la escurrimos y colocamos en un recipiente.

—Triturar la yuca por completo, con un tenedor.

—Una vez hayamos convertido la yuca en una masa tipo puré, la mezclamos con unas 4 o 5 cucharadas de mantequilla.

—Después se le añade el queso rallado. Se le echa una pizca de pimienta, sal y nuez moscada.

—Precalienta el horno a 190 grados, mientras el horno toma temperatura, pon esta masa en un molde apto para horno.

—Repartir de forma uniforme por encima de la mezcla unos trocitos de mantequilla repartidos por toda la superficie

 —Meter el recipiente con la masa en el horno, a los veinte minutos aproximadamente estará listo para sacar.

Yuca rellena con queso y ají

Ingredientes

—1/2 kg   yuca

—2 huevos

—Queso

—Ají

—Sal y pimienta

—Aceite para freír

Modo de elaboración:

—Cocinar la yuca en agua con sal y partirla en trozos de aprox. 3 dedos.

—Preparar el relleno, la cantidad es de acuerdo a la cantidad de yucas que se van a rellenar, aplastando el queso junto con el ají, pimienta al gusto y sal con cuidado porque el queso es salado.

1Abrir las yucas por la mitad, quitar la raíz y colocar un poco del relleno y cerrar apretando bien para que se una bien.

—Calentar bien el aceite, pasar las yucas por el huevo y poner a freír, cuando están doradas por todos lados, retirar y colocar en papel.

Buñuelos de yuca y queso

Ingredientes

—1 Kg       yuca

—500 g   queso blanco rallado

—250 g   miel de abejas

—3    huevos

—2  clavitos de olor

  —sal y aceite vegetal

Modo de elaboración

—Pelar la yuca y ponerla en olla de presión.

—La miel: colocamos la miel en trozos a hervir en una olla con poca agua y los dos clavitos de olor, una vez hervido apagar y reservar.

—Una vez que la yuca haya enfriado un poco, preparamos un puré, para ello agregamos los tres huevos y el queso rallado, amasamos hasta que consigamos una masa compacta con la que vamos a hacer los buñuelos.

—Colocar aceite suficiente a calentar, y agregar los buñuelos hasta que queden dorados, luego sacarlos y colocarlos en papel absorbente,

—Servir y bañarlos con la miel. Si los comes calientes podrás apreciarlos al máximo ya que estarán crocantes por fuera y suaves por dentro.

Crema de yuca

Ingredientes

—1  yuca de 300 grs

—2  zanahorias medianas

—2 patatas pequeñas

—½  cebolla

—   Sal

—3 cdas   aceite de oliva

—1             plátano

   —Aceite para freír el plátano

Modo de elaboración:

—Pelar la yuca, las patatas y la zanahoria, cortar en dados.

—Añadir las verduras a la cazuela, sazonar a gusto y echar el agua hasta que cubra los alimentos.

—Dejar cocer hasta que todo este tierno, sobre unos 20 minutos más o menos.

—Una vez cocido, triturar bien hasta que quede una crema fina.

—Pelar y cortar el plátano en rodajas finas y freír por los dos lados.

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16 de Agosto del 1863 la toma del Cerro de Capotillo










16 De Agosto Del 1863 la toma del Cerro de Capotillo comienza la Guerra de la Restauración de la República Dominicana


CAPOTILLO, el 16 de agosto de 1863, comenzó en el Cerro de Capotillo, la Guerra contra el Gobierno español de la Anexión, la cual culminó con la Restauración de la independencia de la República Dominicana.


Un informe militar da cuenta de que el 16 de Agosto los dominicanos aprovecharon que el Gobierno Español de la Anexión dispuso el desplazamiento de las guarniciones fronterizas, y el Batallón La Corona, con una sección de artillería y otra de cazadores, hacia Puerto Plata y Santiago.


Precisa que el 16 de agosto de 1863, 14 patriotas dominicanos cruzaron la frontera desde Haití, y proclamaron el “Grito de Capotillo”, en el cerro de Capotillo Español y de inmediato izaron la bandera dominicana que había sido cosida por Huberto Marsán.


Los 14 próceres del “Grito de Capotillo” fueron el coronel Santiago Rodríguez, capitán Eugenio Belliard, Segundo Rivas, Alejandro Bueno, Pablo Reyes, y Juan de la Mata Monción (abanderado). El español José Angulo (corneta), San Mézquita, Tomás de Aquilino Rodríguez, José Cabrera, Sotero Blan, Benito Monción, Juan de la Cruz Alvarez y un soldado desconocido.


A partir del día 16 de agosto de 1863, los españoles lucharon con más de 40 mil hombres para tratar de frustrar la Restauración de la República, pero al final tuvieron que reconocer la victoria de los dominicanos.


La guerra terminó el 10 de julio de 1865, cuando comenzaron a salir las últimas fuerzas militares españolas que se mantenían en la República Dominicana.


Al referirse a los hechos, el General Gregorio Luperón, en sus “Notas Autobiográficas y Apuntes Históricos”, afirma que “En la mayor parte de las peleas que se dieron a la bayoneta por los españoles y al sable por los dominicanos”, la victoria quedaba casi siempre a favor de los criollos.


En opinión del prócer de la Restauración, el general Luperón, “El soldado español era valiente, arrojado y sufrido” y “el dominicano era audaz, intrépido y persistente”.


El Ejército español perdió 18 mil hombres


En sus notas Luperón apunta que el Ejército español perdió 18 mil hombres, sin contar los hombres de las reservas dominicanas ni los voluntarios de Cuba y de Puerto Rico, que no se contaban en el número de los muertos españoles.


De acuerdo con la versión del prócer de la Restauración: “Los dominicanos perdieron más de cuatro mil hombres, sin contar tampoco los que murieron en las filas de los españoles, porque en aquella circunstancia aquellos desgraciados, no eran ni dominicanos ni españoles. Eran los ilotas de la fatalidad y del destino”.


Del acontecimiento, el historiador José Gabriel García destaca el apoyo que recibieron los restauradores en la región Norte.


“Todo el Cibao, en fin, estaba en armas, y la bandera del 27 de febrero de 1844, desplegada en Capotillo el 16 de agosto de 1863, por los merodeadores de las fronteras, que como por encanto se habían convertido en Ejército Revolucionario, iba recuperando, una a una, en marcha triunfal, las astas gloriosas de donde había sido arriada violentamente el 18 de marzo de 1861″.


Al declarar el inicio de la guerra de la Restauración los próceres de Capotillo, lanzaron el manifiesto siguiente:


“Compatriotas:


“!La situación actual de los dominicanos puede definirse brevemente diciendo que un puñado de hombres ambiciosos y una multitud de hombres sufridos han dado lugar a que el Gobierno sacrifique nuestra cara y tierna patria, una patria tan costosa! Los actuales gobernantes no se obstinan más que en desarrollar un pensamiento político y no se ocupan más que en establecer contribuciones que arruinan a los infelices mientras pagan cuantiosos sueldos a empleados inútiles recreándose otros en ver adornados sus nombres con pomposos títulos, habiendo en esto algo de vanidad y nada de la grandeza varonil.


“El país sufre a estos hombres, no porque no vea sus desaciertos, sino porque obedece constantemente a las circunstancias, porque somos esclavos de nuestra suerte. Se sostiene este gobierno porque nuestra raza es la más obediente, que no contenta con llevar atada la coyunda del principio de la paz, por esto la unión vive, por eso el actual gobierno ha durado hasta hoy; pero su mando está produciendo males incalculables al país por el escepticismo que siembra, siendo por esta razón mucho más perjudicial que los gobiernos más crueles, porque cuando un gobierno causa a la sociedad pérdidas que brotan sangre, es fácil hacer desaparecer en poco tiempo hasta la cicatriz; pero cuando la envenenan con la tea de la discordia, introduciendo en las venas la ponzoña del egoísmo más ignorante !qué porvenir reserva a la sociedad!.


“Es, pues, necesario que todos contribuyamos a hacer desaparecer este gobierno, sin salir de los límites de la legalidad, porque los malos medios no dan buen resultado, como la mala simiente no da buen fruto; pero trabajando sin levantar manos, y buscando sin descanso el medio de que reemplace en el más breve término posible una política que se ocupe de los intereses de la nación, a la política actual que sólo se ocupa de los intereses de algunas personas.


“¿Y qué medios creen ustedes el más a propósito para conseguir ese resultado? Ante todo, la unión y la propaganda de ideas; acerquémonos unos a otros; sea cada partido un hombre, fundiéndose toda nuestra voluntad en una sola voluntad y de acuerdo en lo que queremos para el presente y para el porvenir, en los medios y en los resultados, mientras el gobierno se atrae a ciertos hombres, atacándolos por el lado de sus debilidades, a otros por el lado de la inteligencia, seamos la fuerza de la idea en oposición al actual gobierno, que sólo representa la idea de la fuerza por más que sea excesivamente débil; y el día que todos los hombres de nuestro partido, que ahora, sólo en momentos dados nos reunimos, trabajemos sin descanso, presentando una solución completa a todas las cuestiones políticas que se presenten, esta situación sin base, cuya política consiste en no tenerla, cuya habilidad se reduce a la de Proteo, desaparecerá ante nuestro sistema como la sombra ante la luz.


“No se interpreten mal nuestras palabras; no proponemos una conspiración ni cosa semejante; no queremos nada ilícito, sólo que las filas de nuestro partido se estrechen y los que quedemos trabajemos por nosotros y por los que se van; que tengamos más presente que nunca, que un partido no es sino la consecuencia de una escuela, y que por lo tanto más aunque a los triunfos duraderos de la teoría, que nuestro partido es de porvenir, y que no debemos por lo tanto perdonar ningún trabajo para asegurar nuestra cosecha, y en medio de nuestros trabajos, de nuestra proscripción, de nuestros martirios, debe alentarnos siempre la persuasión que tenemos de que no trabajamos para nosotros personalmente sino para el bien de nuestra patria.


“Dominicanos: abrid los ojos para que os desengañéis y comprendáis que esto no es una conspiración; sólo es una causa legítima que todos unidos debemos abrazar, pues no reclamamos más que nuestro derecho y nuestra libertad, que es la voz que resuena en todo el suelo dominicano, como lo deberéis haber presenciado cada uno en particular, que ha sido vendida nuestra patria, que nos han engañado, que han sacrificado nuestra libertad, por lo que todos unidos y de acuerdo debemos decir: !Viva la Libertad! !Viva la Unión! !Viva la Religión! !Viva la República Dominicana!”. Expresa el Manifiesto puesto a circular por los restauradores el día 16 de Agosto de 1863, al producirse el “Grito de Capotillo”.


La Anexión de la República


La anexión de República Dominicana a España había sido proclamada por el Presidente Pedro Santana, en un acto celebrado en la plaza de la Catedral de Santo Domingo, el día 18 de marzo de 1861.


Antes, el día 4 de marzo de 1861, el Presidente Pedro Santana, puso a circular un documento en el que a través de todos los generales y comandantes de armas que apoyaban sus ejecutorias, les informaba a las demás autoridades y a “las personas notables” , las iniciativas que se dieron para anexar el país a España.


Desde el primer momento una parte importante del pueblo dominicano rechazó los propósitos de Santana y de inmediato comenzaron la resistencia para tratar de impedirlo.


El Gobierno de la Anexión reprimió a los patriotas que eran descubiertos en planes para restaurar la soberanía nacional.


El 2 de mayo de 1861, el general José Contreras, Cayetano Germosén, y un grupo de patriotas tomaron el cuartel español de Moca, pero al poco tiempo el movimiento fue aplastado. Como medida de escarmiento fueron fusilados.


El 4 de julio de 1861, fueron fusilados en El Cercado, San Juan de la Maguana, el prócer Francisco del Rosario Sánchez y un grupo de sus compañeros que habían entrado por Haití en Junio para combatir el régimen anexionista.


Cuando ocurrió el hecho, el general Pedro Santana se desempeñaba como Capitán General de la Provincia de Santo Domingo, y estaba trabajando en la organización del Gobierno con los recursos que le había enviado España para mantener el control del Gobierno en su nuevo territorio.


De esa manera, el gobernador de Santo Domingo, quedó bajo la jurisdicción del Capitán General de Cuba, don Francisco Serrano, lo que convirtió al territorio dominicano en otro punto del conjunto de intereses de España en las Antillas del Caribe.


Los dominicanos proclamaron la Restauración de la República el día 16 de agosto de 1863, pero los españoles se resistían a salir del país y se concentraron en varios puntos del territorio nacional. En un proceso de negociaciones se llegó al acuerdo que permitió su salida de República Dominicana, a partir del día 10 de julio de 1865, con lo que terminó de manera definitiva la Guerra de la Restauración. Ese día España y República Dominicana declararon el fin de la Guerra de la Restauración.


El 10 de julio los militares y el personal del Gobierno español de la Anexión comenzaron a salir del país en embarcaciones que tenían como destinos a Cuba, Puerto Rico y España.


El proceso de salida de los militares españoles terminó en 15 días, con lo que el país restauró la soberanía en todo el territorio nacional.


Lograr la salida de los españoles fue una tarea muy difícil para el Gobierno Restaurador del Presidente Pedro Antonio Pimentel Chamorro, quien defendió la soberanía nacional durante las discusiones con España, para lograr que aceptara la restauración de la Independencia de la República Dominicana y sacara del país los militares del Gobierno de la Anexión que permanecían en algunos puntos del país.


El día 3 de marzo de 1865, la Reina de España había firmado el decreto derogando la Anexión, pero su último jefe militar en el país, general José de la Gándara, trató de inducir el Gobierno dominicano a firmar un acuerdo que limitaba la soberanía dominicana, lo que fue rechazado por el Presidente Pimentel.


Los españoles no tuvieron otro camino que salir de República Dominicana. El día 10 de julio del año 1865, iniciaron el embarque de sus tropas, con lo que se puso fin a la Guerra de la Restauración.




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sábado, 15 de agosto de 2015

HURGANDO EN LA PROFUNDIDAD DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL


¿Hay vida real y razón política más allá de la inteligencia emocional?





Las emociones parecen referirse a un ser humano inmaculado y natural, puro en sus esencias constitutivas, mientras que la inteligencia a secas o razón nos remiten a análisis fríos y pragmáticos que no toman en consideración los componentes de origen de cada individuo concreto. Más allá de las variadas interpretaciones psicológicas al uso, estas categorías convencionales, la inteligenciaemocional y la fría razón, inciden en dos aspectos primordiales de la vida en sociedad: la ideología política y la manipulación informativa y publicitaria. Y, además, son artefactos creados a propósito, producciones académicas que pretenden marcar territorios científicos inapelables. Emocional y frío son adjetivos modifican respectivamente las sustancias inherentes a inteligencia y razón. A la primera de forma positiva y a la segunda de manera sesgada en favor del concepto emocional. En el mundo actual prevalece la idea popular de que el único modo de realizarse en la vida pasa por sentir plenamente las emociones que salen a nuestro encuentro. Racionalizar el conflicto buscando las relaciones entre las cosas, los determinantes y condicionantes históricos y las causas y los efectos de las situaciones sociales, económicas y políticas tiene mala prensa: es cosa diabólica de materialistas sin alma ni corazón.
Se viene hablando repetidamente de inteligencia emocional desde las postrimerías del siglo XX, siendo su uso casi general desde entonces. Incluso, de utilización coloquial, aunque es la herramienta favorita en los departamentos de recursos humanos y en el medio publicitario.
Definir las emociones resulta harto complejo. Muchas veces pasiones, sentimientos y emociones se confunden en una mezcolanza indistinguible tanto para profanos como para expertos en la materia. Da igual, lo importante es contar con una maquinaria física y mental que pueda ser susceptible de emocionarse con arreglo a las pautas invisibles de la cultura dominante y los estímulos inducidos por la sociedad de consumo. Ahí radica el éxito fulgurante de la inteligencia emocional.
Es sabido que el miedo, la ira, la alegría, la tristeza, el entusiasmo, el aburrimiento y la angustia (no se agota aquí el baúl de las emociones) son respuestas casi automáticas que nos visitan a todos sin excepción en momentos de especial relevancia de nuestro acontecer cotidiano. Se dice que cuando una emoción es racionalizada, si aprueba conforme al análisis concienzudo de la razón, se transforma en sentimiento, una segunda piel psicológica que da sentido a nuestra personalidad única o carácter específico.
Puede colegirse de lo dicho que la emoción es inconsciente, al tiempo que el sentimiento entra dentro de los dominios de la plena razón que digiere y otorga sentido propio a las tensiones y conflictos del ser humano histórico y social. Todo ello es perfectamente conocido por las industrias capitalistas de la producción, el consumo, el ocio y el entretenimiento y de la elaboración cultural de iconos y símbolos mediáticos.
La realidad es lo que ofrece resistencia al viaje de los seres humanos por la vida. El trabajo es la realidad sustantiva del asalariado y la masa trabajadora del empresario capitalista, siendo la emoción el medio intangible que procura dulcificar y esconder ese conflicto clásico de los sistemas capitalistas trastocando con sutileza la realidad del trabajador para hacerla aceptable y asumible por él, a la vez que de ese cambio ideológico extrae un rendimiento extraordinario el empresario de turno. Esto es, la clase trabajadora se conforma como un sujeto-objeto desde perspectivas antagónicas.
Por ende, la realidad modificada a través de las emociones opera en dos ámbitos complementarios que se necesitan imperiosamente: sobre el objeto de lo real y sobre el sujeto trabajador, obligando a una relación más sublimada, o mágica, y tolerable para el régimen capitalista.
En el terreno laboral, la aplicación sistemática de la inteligencia emocional pretende un aumento de la productividad laboral, que los trabajadores crean en uno mismo, relanzar una autoestima narcisista y motivar una competitividad salvaje edulcorada con el subterfugio de las capacidades simpáticas que emanan de la emoción prístina, virgen y pura. La magnificación del yo hasta extremos insospechados permite solapar las relaciones sociales y los condicionantes y determinantes que prevalecen en el trabajo capitalista.
Éxito o fracaso, maniqueísmo capitalista
Ese yo pletórico de individualismo esencialista solo cuenta con capacidades o habilidades para sentir la fugacidad del éxito o el fracaso puntual, pero mientras está imbuido de ese sentimiento tan volcánico todos nos vivimos como los ases indestructibles del mejor de los mundos posibles. La contrapartida es caer en el fracaso, el despido fulminante, la soledad existencial, la precariedad vital. Ese yo fruto del emocionalismo se ha olvidado del otro a conciencia; su territorio social es inexistente.
Las emociones, no obstante, jamás vienen dadas o se manifiestan como un automatismo inocente al que no podemos plantar cara o hacer frente de modo efectivo, salvo en casos excepcionales. El vasto campo de lo emocionante es manipulable para conseguir metas políticas mediante su control y también por medio de su desbordamiento calculado previamente.
La publicidad y la propaganda liman psicológicamente las resistencias que se opone al vivir, dirigiendo las acciones concretas de los consumidores e incitando a la acción o a la pasividad en función de intereses políticos no declarados expresamente.
Así, las erupciones de entusiasmo nacionalista o étnico, el miedo existencial provocado por la precariedad laboral y las crisis recurrentes, las alegrías pasajeras suscitadas por eventos deportivos o culturales de masas, la ira que surge ante el relato o visiones macabras de asesinatos o catástrofes, la tristeza o sentimentalismo que nos invade por empatía meliflua con personajes públicos de cierta resonancia o ante minorías especialmente sensibles (ancianos, niños, inmigrantes, marginados, pobres) …
También el aburrimiento y la angustia tienen domicilio en este rosario de manipulaciones psicológicas de las emociones. Todos los mencionados son estados de ánimo elaborados con métodos publicitarios y complejos mecanismos ideológicos que propician con premeditación y cálculo estadístico respuestas estereotipadas con el fin de extraer resultados óptimos para el orden establecido. Cuando acaece o brota de las profundidades telúricas el instante de la emoción parece que nos movemos con el mundo, sin embargo no es más que un sucedáneo de vitalismo superfluo que nos tapa la auténtica realidad en que nos hallamos inmersos.
El prestigio de las emociones es formidable en el mundo actual, casi sinónimo de libertad sustancial. A pesar de ello, sentir emociones no es más que asistir a accidentes etéreos de la vida real. Decía el existencialismo que primero es existir y que luego venía la esencia, que el ser humano, cada cual a su manera, debía ineluctablemente que hacerse construirse a sí mismo, estando obligado a elegir paso a paso, ininterrumpidamente, dejando en un segundo plano la teoría marxista que señalaba que todo ser humano se planta en el mundo con unos determinantes y condicionantes históricos que eligen por él su punto de partida y su anclaje en la realidad vital.
Esa lectura superficial del existencialismo fue cogida por los pelos por el neoliberalismo rampante de las últimas décadas en su propio beneficio, con la ayuda inestimable de las naturalesemociones humanas. En el fondo de todo ello subyacía la idea de vaciar de contenido al materialismo y a la razón, sustituyendo la realidad por fenómenos encarcelados en los espurios sentimientos de la inocencia y en las equívocas pasiones edénicas.
El psicoanálisis inventado por Freud, por su parte, más allá de sus discutibles terapias que nunca llegan a la tierra prometida, descubrió la base materialista del ser humano dando forma a la ruptura entre significantes y significados, entre lo que permanece en la trastienda del subconsciente y las conductas, tensiones y conflictos que vivimos en primera persona. Hallar ese nexo entre la realidad oculta y las emociones que percibimos es el quid de la cuestión, alcanzar, o al menos intentarlo, la compleja realidad social e individual que nos produce tal y como nos ven y nos vemos.
Ese nexo es de naturaleza material (lo real es racional y viceversa, según Hegel), puede medirse y puede ofrecernos las claves de por qué la realidad nos ofrece tan colosal resistencia. Hacernos libremente como seres humanos, tanto en el plano personal como social, exige tratar las emociones como velos ideológicos que no permiten atisbar las causas y los efectos que permanecen en la zona oscura de toda realidad histórica.
Inteligencia emocional es una convención donde caemos como moscas sin advertir que sin razón no somos más que marionetas al albur del destino. Inefable e incomprensible destino capitalista, por supuesto.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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