MORAL Y LUCES

MORAL Y LUCES

sábado, 23 de mayo de 2015

“Nuestra América”, la “Segunda Declaración de La Habana” y la “Declaración del ALBA”

La gesta emancipadora hacia la integración de América Latina (2/2)



Al Mayadeen


Con ocasión del décimo aniversario de la fundación de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América en 2004 y a 120 años de la caída en combate de José Martí, conviene echar una mirada a tres textos fundadores de la integración latinoamericana.

Jose Marti

1. La unión necesaria
En “Nuestra América”, vibrante alegato a favor de la unión de los pueblos de América Latina, José Martí, con el tono persuasivo y pedagógico que lo caracteriza, llama a las conciencias iluminadas del continente a “despertar”. El Sur no puede ignorar la gravedad de la situación. Debe hacer uso de “las armas del juicio, que vencen a las otras” y apretar filas pues e l momento es grave y múltiples peligros acechan a los pueblos del continente, particularmente “los gigantes que llevan siete leguas en las botas”. Para llevar a cabo esta lucha por la supervivencia y la preservación de la identidad y la soberanía latinoamericanas, son necesarias “las armas del juicio” pues “trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra”. La federación de las fuerzas patrióticas es imprescindible pues la batalla se hará a escala continental y los pueblos “van a pelear juntos”. La unidad es la palabra clave del mensaje de Martí, que llama a dejar de lado los localismos, las divisiones y los conflictos fratricidas que pueden tener consecuencias funestas. Al revés, Martí llama al internacionalismo solidario, a la amistad entre los pueblos: “ ¡Los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas! Es la hora del recuento y de la marcha unida”. Frente a un poder dominador tan temible, no hay otra alternativa que “andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes”. Martí dedicaba entonces todos sus esfuerzos a la unión de todos los patriotas cubanos para librar contra el colonialismo español la “guerra necesaria” que comenzaría en 1895 y entendía que la gran batalla decisiva tras conquistar la independencia se libraría contra el imperialismo estadounidense. Y la unión de todos era la única posibilidad de conseguir la victoria.




“Ningún pueblo de América Latina es débil, porque forma parte de una familia de 200 millones de hermanos”. Quizás ésta sea la frase esencial de la Segunda Declaración de La Habana y podría haber sido escrita por José Martí. A la vergonzosa sumisión a los dictados de Washington en 1962 de todos los gobiernos del continente americano, que aceptaron dócilmente expulsar a Cuba de la Organización de los Estados Americanos –con las notables excepciones de México y Canadá- La Habana replicó con esta proclama llamando a las fuerzas patrióticas de América Latina a la unión y a la resistencia. Dado que las miserias, los sentimientos, el enemigo y el destino son comunes, la lucha sólo puede ser común. El texto se dirige “a la generación de latinoamericanos de hoy” que debe seguir el ejemplo de Bolívar y Martí, tomar las riendas de su propio destino y librar la batalla decisiva contra “la metrópoli imperial más poderosa del mundo”. Washington nunca renunciará a sus objetivos de someter el continente, como lo ilustra el estado de sitio que ha impuesto a la isla de Cuba. Los actores de esta gesta libertadora serán “las masas”, “los pueblos”, los de abajo, los humildes, tanto de la ciudad como del campo, quienes en un movimiento colectivo de insurrección librarán el combate por la emancipación. Fiel a la tradición martiana, la Segunda Declaración de La Habana enfatiza el hecho de que será también una batalla de ideas contra el imperialismo, y más precisamente contra “el capital monopolista yanqui” y sus lacayos, las elites políticas locales. El movimiento de “esta América de color”, que comparte “la misma tristeza y desengaño”, logrará edificar la sociedad de mañana.
La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América también se propone construir un porvenir más luminoso para todos y sienta las bases de la unión necesaria para ello. El establecimiento de relaciones estrechas, simbióticas entre Venezuela y Cuba, entre las patrias de Bolívar y Martí, entre quienes se reivindican hijos espirituales de ambos próceres, desde la llegada de Hugo Chávez al poder en 1999, más allá del aspecto simbólico, echó los fundamentos del proceso integrador latinoamericano. Dado que el proyecto del ALCA sólo llevará a “la desunión aún mayor de los países latinoamericanos”, la propuesta del ALBA abre una puerta de salvación. La palabra clave es la integración de las naciones de América Latina y el Caribe y conviene “luchar juntos” para alcanzar dicho objetivo. El ALBA considera como “principio cardinal” la solidaridad cabal entre los pueblos y reivindica los idearios y las aspiraciones de las grandes figuras de la emancipación de América Latina, empezando por Bolívar y Martí, rechazando los “nacionalismos egoístas” que pueden perjudicar el proyecto de la realización de la Patria Grande. El ALBA se basa en “una visión latinoamericanista” y en la cooperación que abarca a todas las categorías de las sociedades del Sur, lo que le permitirá resistir al expansionismo y a “los apetitos imperiales” de la otra América, y sobre todo edificar la Patria de todos, con la implicación de “todas las naciones”.
La unión de las fuerzas vivas y progresistas del continente permitirá edificar la Patria Grande de todos y ubicar al ser humano en el centro de sociedad, realizando así los anhelos de Bolívar y Martí.




2. La Patria Grande de todos
El anhelo de José Martí se refleja en el título de su obra más transcendente: “Nuestra América”, que sintetiza sus aspiraciones unificadoras. Gran admirador del Libertador Simón Bolívar, el Maestro intentó continuar su misión de edificar la Patria Grande, o sea una unión de las naciones latinoamericanas que basarían sus relaciones en el respeto mutuo, la solidaridad y la reciprocidad, tomando en cuenta las especificidades, tradiciones y costumbres de cada pueblo. Para eso hay que proscribir los conflictos fratricidas que desangran al continente y son fuente de desgracia, muertes y miseria y juntarse como hermanos que comparten un destino común. “Devuélvanle sus tierras al hermano”, exhorta el revolucionario cubano, aludiendo quizás a la guerra entre Chile y Bolivia. América Latina, a pesar de su historia y procesos distintos, “es, una en alma e intento” y es el deber de todos construir esa unión y establecer una sociedad mejor en la que la primera ley de la República sea “el culto a la plena dignidad del hombre”. Martí tiene fe en las virtudes del ser humano y en la generosidad de las mujeres honradas y los hombres decorosos de América Latina. La Patria Grande de todos debe ubicar en el centro de su proyecto futuro a los sectores más frágiles de la familia latinoamericana, al huérfano, a la viuda, al anciano. Sólo así se podrá alcanzar la libertad plena, la igualdad soberana y la justicia social entre los pueblos del Nuevo Mundo.

Coronel Tomas Fernandez Dominguez, soldado de la pattria
La Segunda Declaración de La Habana tiene la vocación de construir “un mismo mejor destino” para todos los pueblos de América Latina. La Revolución Cubana, “de los humildes, por los humildes y para los humildes”, ha engendrado la transformación social más radical de la historia del continente, con resultados excepcionales en los campos de la salud, la educación y la lucha contra la extrema pobreza. El texto afirma que los pueblos no se encuentran condenados al hambre, a la miseria, a la sumisión, ni a la humillación perpetua. Otro mundo es posible en el cual todos tendrán pan, salud, educación y cultura. Todo el continente se librará del “imperialismo yanqui”, conquistará sus derechos “casi 500 años burlados por unos y por otros”, y escribirá su propia historia. La Revolución Cubana se presenta como la vanguardia de los movimientos progresistas del continente e indica con su ejemplo la vía a seguir para conquistar la independencia total, la soberanía plena y la emancipación definitiva. No hay ninguna fatalidad y es factible el sueño de Bolívar y Martí de construir una sociedad distinta de la del Norte que oprime a los más vulnerables, explota a los más necesitados y saquea los recursos de las naciones más pequeñas para satisfacer sus intereses personales y egoístas. La resignación no puede ser una opción para los descendientes de quienes lucharon contra el colonialismo español y existe una alternativa bolivariana y martiana para los pueblos del Sur.

General Gregorio Luperon abogo y lucho por la integración Antillana 
La Alternativa Bolivariana para las Américas –ahora Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América– se presenta como el inicio de la consagración de los sueños de Bolívar y Martí. Ambiciona realizar una “integración basada en la cooperación, la solidaridad y la voluntad común” para “satisfacer las necesidades y los anhelos de los países latinoamericanos y caribeños y, a la par, preservar su independencia, soberanía e identidad”. La edificación de la Patria Grande es la única puerta de salvación para América Latina. La justicia social y la solidaridad deben cimentar esta alianza entre los pueblos del Sur y las leyes del mercado no pueden prevalecer sobre el bienestar de las poblaciones. La visión deber ser latinoamericanista y no nacionalista. Basándose en la filosofía de Rousseau, el ALBA enfatiza que para alcanzar la democracia plena conviene eliminar las desigualdades sociales que afectan de modo dramático la vida de los sectores más frágiles. Sin igualdad no hay libertad posible. Los doce principios rectores del ALBA echan las bases del modelo integrador. El Estado tiene un papel participativo y planifica la economía y se toman en cuenta las especificidades de cada país para que el progreso sea provechoso para todos los pueblos. El modelo integrador rechaza la competencia para privilegiar la cooperación y la reciprocidad con el objetivo de reducir la pobreza sin atentar contra la identidad peculiar de cada nación. Reivindicando el adagio martiano “ser culto para ser libre”, el ALBA preconiza una campaña continental de alfabetización que se ha llevado a cabo desde 2004 gracias el programa cubano de vocación internacionalista “Yo, sí puedo”, que ha permitido alfabetizar a ocho millones de personas en el mundo. La salud también resulta es una prioridad y la Operación Milagro lanzada el 2005, que consiste en operar a las poblaciones del continente víctimas de cataratas y otras enfermedades oculares, se enmarca en este proceso integrador y los resultados son espectaculares, con 5 millones de personas que han recobrado la vista sin pagar un centavo. El Fondo de Emergencia social permitirá hacer frente a las necesidades en caso de catástrofe natural o humanitaria. También se prevé desarrollar las tecnologías de comunicación para permitir a los ciudadanos salir del subdesarrollo y el cable de fibra óptica construido entre Venezuela y Cuba es un ejemplo de esta voluntad. La Patria Grande sólo puede existir con la protección de la Madre Tierra y el ALBA propicia el desarrollo sostenible que preserva la naturaleza. La creación de Petrocaribe en 2005, que permite a 13 países de la región recibir suministros energéticos subvencionados, es ilustrativa de ese nuevo modelo solidario. Del mismo modo, la creación del Banco del Sur reduce la dependencia financiera de América Latina respecto a las grandes instituciones bancarias del Primer Mundo. Telesur, el canal hispanoamericano más importante, que se presenta como alternativa al poder informativo hegemónico de CNN, el canal del vecino del Norte, es también revelador de la nueva época que vive América Latina que ya no acepta la sombra tutelar de Estados Unidos.




A lo largo de los siglos, desde la publicación de “Nuestra América”, se ha ido edificando el sueño de un continente unido e integrado. La Segunda Declaración de La Habana demostró que era posible crear una sociedad distinta al modelo neoliberal “ante las propias narices de Estados Unidos”. La creación del ALBA se reivindica como la consagración del sueño emancipador de Bolívar y Martí.
Conclusión
Estos tres textos, “Nuestra América”, la “Segunda Declaración de La Habana” y la “Declaración del ALBA” sintetizan la evolución del proyecto emancipador elaborado por Simón Bolívar y José Martí en el siglo XIX. Para resistir a los apetitos imperiales del poder hegemónico estadounidense, decidido a apoderarse del continente, los pueblos latinoamericanos han de cimentar su unión en torno a valores e intereses comunes para poder preservar la independencia, la soberanía y la identidad de América Latina. Sólo la federación de todas las fuerzas progresistas permitirá establecer un plan de integración regional basado en la solidaridad, la reciprocidad, la justicia social y la preservación de la cultura.
Desde finales del siglo XIX hasta principios del siglo XXI, el anhelo bolivariano y martiano ha sobrevivido, a pesar de las vicisitudes de la historia, de los sueños frustrados por el intervencionismo de Washington en los asuntos internos de los pueblos de Nuestra América, de las derrotas momentáneas del progresismo durante la Guerra Fría. La emergencia de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América en 2004 ilustra la vigencia del pensamiento martiano y bolivariano y la resistencia de los pueblos del Sur a la invasión y la subyugación.
No obstante, la lucha por la independencia, la soberanía, la justicia social y la diversidad cultural sigue vigente ya que el “Coloso del Norte”, para decirlo con palabras del revolucionario Martí, nunca se resignará a su decadencia y persistirá en socavar los procesos progresistas latinoamericanos como lo ilustran las maniobras que orquesta Washington en el continente. Desde el intento de golpe de Estado contra Hugo Chávez en 2002, pilar fundamental de la gesta integradora del siglo XXI, hasta el golpe consumado en Honduras en 2009 contra el Presidente democrático Manuel Zelaya, por haberse integrado en el ALBA, Washington ha demostrado que no renunciaría fácilmente a perder lo que algún día fue su patio trasero.
Primera parte: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=199036
Salim Lamrani. Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, profesor titular de la Universidad de La Reunión y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula The Economic War Against Cuba. A Historical and Legal Perspective on the U.S. Blockade, New York, Monthly Review Press, 2013, con un prólogo de Wayne S. Smith y un prefacio de Paul Estrade. http://monthlyreview.org/press/books/pb3409/ Contacto: [email protected][email protected] Página Facebook: https://www.facebook.com/SalimLamraniOfficiel
Fuente: http://espanol.almayadeen.net/Study/KTkbMbRrd0efM6SfAJd8Mg/la-gesta-emancipadora-para-la-integraci%C3%B3n-de-america-latina



Oleo del Gral. Gregorio Luperon pintado por Miguel Nuñez pintor de la patria

Nicolás Guillén, Poesta Nacional de Cuba

Oleo del Che pintado por Miguel Nuñez, pintor de la patria

NICOLÁS GUILLÉN
¡Salud Guevara!
O mejor todavía desde el hondón americano:
Espéranos. Partiremos contigo. Queremos
morir para vivir como tú has muerto,
para vivir como tú vives,
Che Comandante, amigo.
Hermosos versos finales del Poeta Nacional.
Fidel Castro Ruz
Junio 16 de 2012
3 y 5 p.m.

Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.
  • ernestoglez dijo:
    Es difícil incluso pensar en como murió. Ud. debe haber sufrido mucho esa pérdida. Saludos Comandante.
  • jose raul belen acosta dijo:
    Mi Comandante siempre tan genial, sí muy hermoso y profundo los versos de nuestro Poeta Nacional, anoche me conmoví mucho con el abrazo del Che con su madre, muy emotivo, me hizo estremecer. Mis saludos Fidel.
  • fernando,a morasky.b dijo:
    Los que han luchado toda su vida motivados por AMOR al ser humano y NO por amor a si mismos,son los llamados IMPRESCINDIBLES.Muchos fueron abatidos en su lucha humanista,altruista para darnos o ayudarnos a construir un mundo y una sociedad mejor y mas perfecta.Han sido pocos lamentablemente los imprescindibles de la historia universal que han dado su vida por sus ideales,principios y fundamentos.Y han sido muchos los que han intentado infructuosamente de detener el inexorable futuro perfecto para mantener su preterito imperfecto de privilegios,regalias,libertinajes,injusticias, y un sinfin de aberraciones sociales,consideradas ya como partes normales de la sociedad consumista, como son el crimen,trafico y consumo de drogas,armas,actos terroristas,agresividad y violencia,etc.Para los creyentes cristianos fue el Cristo Jesus,abatido por la ignorancia-odio irracional que hasat hoy siguen siendo una dupla perniciosa que ha causado tanto mal a nuestra especie.Para otros que compartimos ideales socialistas internacionalistas humanistas,ha sido EL CHE GUEVARA,nuestro EJEMPLO de sacrificio insigne, sublime,infinito por AMOR a la humanidad,(“a riesgo de parecer ridiculo…como el mismo lo expreso). Hay muchos mas EJEMPLOS como Salvador Allende,Lumumba,Mafrtin Luther King,Ghandi, por nombrar solo algunos.Para este modesto ser,FIDEL ALEJANDRO CASTRO RUZ Y SU HERMANO RAUL,fueron son y seran SIEMPRE IMPRESCINDIBLES GUERRILLEROS HEROICOS,que nos han dado un EJEMPLO , no solo a CUBA, sino a toda la humanidad.
  • Carlos Alberto... dijo:
    No mueren los hombres cuando piensan así, se multiplican en cada hombre y se convierten en símbolos…
  • Guillermo Perry Mojica dijo:
    Coincido con Ud Comandante, por siempre el Guerrillero Heroico vivirá en los corazones y las mentes de los Verdaderos Revolucionarios, hoy hacen falta miles como El y Ud para salir adelante con los cambios en Nuestra Hermosa Patria.
  • Hayuey dijo:
    Che merece este poema de Nicolas Guillén y el cariño, el recuerdo y el respeto del pueblo cubano por todo cuanto hizo por nosotros. Su pérdida fue una gran pérdida para América y el mundo, pero para nosotros fue una pérdida irreparable porque era el más honesto, el más inteligente, el más laborioso, el más capaz y el más valiente de los dirigentes de la Revolución cubana.
  • Un cubano dijo:
    Comandante
    Feliz día de los padres
    Un cubano abrazo.
  • ROSA dijo:
    EL CHE VIVIRÁ POR SIEMPRE,.FIDEL TÚ LE ENSEÑASTE A SER ETERNO.
    LARGA VIDA PARA TÍ COMANDANTE.TE NECESITAMOS.EL PLANETA TE NECESITA.
  • marlene tovarblanco dijo:
    CHÉ siempre entre nosotros !!!!!!

Martí visto por algunos revolucionarios cubanos del siglo XX



Por Rolando López del Amo

El pasado mes de enero se cumplieron ciento sesenta y un años del nacimiento de José Martí y realizamos las celebraciones tradicionales de tan importante fecha para nuestro pueblo. Ya en su tiempo, Máximo Gómez le escribió a Antonio Maceo una carta en la que le decía: “Esta guerra, General, la haremos usted y yo, pero será la guerra de Martí.” (1) Tal afirmación era el reconocimiento justo al esfuerzo incansable de Martí por unir a todos los cubanos patriotas en la aceptación de una inevitable guerra necesaria para lograr la independencia plena, de España y de los Estados Unidos, dirigida por el Partido Revolucionario Cubano, para dar paso a una república democrática con todos y para el bien de todos.

No es casual que el pensamiento martiano influyera de manera decisiva en las distintas generaciones de revolucionarios cubanos en el siglo XX desde fechas relativamente cercanas a su muerte en combate el 19 de mayo de 1895.

Comencemos a ilustrar lo antes mencionado con la figura de un joven excepcional a quien se deben obras fundacionales como el primer Partido Comunista de Cuba, la Federación Estudiantil Universitaria, la Liga Antiimperialista y la Universidad Popular José Martí. Se comprende que nos referimos a Julio Antonio Mella.

En diciembre de 1926, desde su exilio en México, Mella escribió un artículo titulado “Glosas al pensamiento de José Martí” en el que expresa su deseo de escribir un libro sobre el pensamiento revolucionario martiano que pudiera “desentrañar el misterio del programa ultra democrático del Partido Revolucionario, el milagro —así lo parece hoy— de la cooperación estrecha entre el elemento proletario de los talleres de la Florida y la burguesía nacional; la razón de la existencia de anarquistas y socialistas en las filas del Partido Revolucionario, etc., etc.” Y más adelante, escribe: “Él, orgánicamente revolucionario, fue el intérprete de una necesidad social de transformación en un momento dado”. Y agrega: “Martí comprendió bien el papel de la república cuando dijo a uno de sus camaradas de lucha —Baliño— que era entonces socialista y que murió militando magníficamente en el Partido Comunista: ¿La revolución? La revolución no es la que vamos a iniciar en las maniguas, sino la que vamos a desarrollar en la república.” (2)

A propósito de la cita que Mella hace de Baliño, recordemos que Martí consideraba que “el pueblo, la masa adolorida, es el verdadero jefe de las revoluciones.” (3) Y se refería a que esa revolución se hace para lograr una república definida así: “O la república tiene como base el carácter entero de cada uno de sus hijos, el hábito de trabajar con sus manos y pensar por sí propio, el ejercicio íntegro de sí, y el respeto, como de honor de familia, al ejercicio íntegro de los demás, la pasión, en fin, por el decoro del hombre, —o la república no vale una lágrima de nuestras mujeres ni una sola gota de sangre de nuestros bravos.” (4) “(…) Moriremos por la libertad verdadera; no por la libertad que sirve de pretexto para mantener a unos hombres en el goce excesivo, y a otros en el dolor innecesario. Se morirá por la república después, si es preciso, como se morirá por la independencia primero.” (5) “Ni la república es un nuevo modo de mantener sobre el pavés, a buena cama y mesa, a los perezosos y soberbios que, en la ruindad de su egoísmo, se creen carga natural y señores ineludibles de su pueblo inferior.” (6)

Estas citas confirman la validez de lo dicho por Baliño a Mella.

Mella destaca en sus glosas cómo se conjugan el patriotismo y el internacionalismo en Martí y su identificación con los trabajadores. Estas glosas son apenas un breve acercamiento que apunta al deseo de profundizar en el conocimiento del pensamiento revolucionario de nuestro Apóstol y destacarlo en su dimensión verdadera frente a la manipulación burguesa de su figura.

Once años después, en 1937, Raúl Roa García, con su estilo vibrante, enérgico y preciso, haría una síntesis admirable en una conferencia ofrecida el 15 de marzo de ese año en el Anfiteatro Municipal de La Habana y que tituló “Rescate y proyección de Martí”. “Por ser muy de su tiempo y de su medio —escribe Roa— es José Martí primogénito del mundo.” (7) “(…) Su pensamiento político tendrá mucho que hacer en América junto con la espada de Simón Bolívar y el rifle de Sandino.” Roa destaca la visión política martiana al “haber planteado la revolución de independencia nacional sobre bases que viabilizarían su ulterior desarrollo”, concepción que lo convierte en un pionero de la lucha antiimperialista. (8) Y emplea citas martianas definitorias que demuestran su posición contra el racismo y a favor de los trabajadores, la visión social de la república que Martí proponía: “ Martí quiere que la república cubana (…) satisfaga el anhelo y la necesidad de cada ciudadano, sin distinción de razas ni de clases, mediante la abolición de todas las desigualdades sociales y de una equitativa distribución de la riqueza (…) Martí encarna en América las esencias más puras y progresistas del pensamiento democrático.” (9)

Otra vez, once años después, Blas Roca escribiría su trabajo “José Martí: revolucionario radical de su tiempo.” Con su estilo razonado y didáctico, Blas Roca hace un resumen histórico de los procesos revolucionarios cubanos y sus fuerzas dirigentes y los problemas a resolver en cada etapa. Así, define a Martí como “el jefe, el personificador, el guía y el organizador del partido extremo de la revolución de 1895, el partido de la completa liberación nacional, el partido de la patria propia, de la república libre y democrática contra la colonia sometida y humillada (…) contra la amenaza del vasallaje económico y la dependencia disimulada.” (10) Martí es el gran forjador de la unidad nacional. Capaz de juntar en el Partido Revolucionario Cubano “al independentista sin más preocupaciones con el revolucionario radical que ve en la independencia la etapa necesaria para ulteriores conquistas, al rico y al obrero, al negro y al blanco, a las fuerzas nuevas de la revolución y a los representativos de la guerra del 68.” (11) También destaca Blas las posiciones martianas contra la expansión imperialista de los Estados Unidos y por la unidad latinoamericana.

En su exposición final, Blas explica que los comunistas cubanos asumen plenamente el ideario político martiano y luchan porque se cumpla. Son sus continuadores. Los dirigentes comunistas Juan Marinello y Carlos Rafael Rodríguez, sobre todo el primero, publicaron estudios importantes sobre el pensamiento y la obra de José Martí, lo que confirma lo dicho por Blas Roca.

Con el triunfo de la Revolución el 1ro de enero de 1959, Cuba cuenta con una figura nueva, no nacida en el país, que se convierte, por mérito propio, en uno de sus dirigentes principales: el Che. El 28 de enero de 1960, el Che les habla a jóvenes y niños cubanos en el aniversario del natalicio de nuestro Apóstol.

Al inicio de sus palabras dice que al llegar al acto oyó gritos que decían “¡Viva el Che Guevara!” Pero no escuchó a nadie decir “¡Viva José Martí!” Y a continuación añade que eso no está bien y explica por qué.

“Porque antes que nacieran el Che Guevara y todos los hombres que hoy lucharon, que dirigieron como él dirigió; antes que naciera todo este impulso libertador del pueblo cubano, Martí había nacido, había sufrido y había muerto en aras del ideal que hoy estamos realizando.” (12) El Che está confirmando lo que ya Fidel había dicho cuando el juicio por el asalto al cuartel Moncada, acerca de que Martí era su autor intelectual.

Se mantenía la tradición de los revolucionarios cubanos de proclamarse herederos de Martí.

Todos conocemos la frase martiana famosa de que hacer es la mejor manera de decir. Y en eso insistirá el Che: “Por eso nosotros tratamos de honrarlo haciendo lo que él quiso hacer.” (13) Para el Che hay un pensamiento martiano que le parece esencial y que explica su acción internacionalista que lo ha convertido en símbolo y paradigma mundial. La frase es: “Todo hombre verdadero debe sentir en la mejilla el golpe dado a cualquier mejilla de hombre.” (14) Y dice más el Che sobre Martí: “Nos enseñó que un revolucionario y un gobernante no puede tener ni goces ni vida privada, que debe destinarlo todo a su pueblo, al pueblo que lo eligió y lo manda a una posición de responsabilidad y de combate.” “Y también cuando nos dedicamos todas las horas posibles del día y de la noche a trabajar por nuestro pueblo, pensamos en Martí y sentimos que estamos haciendo vivo el recuerdo del Apóstol.” (15)

Y hacia el final de su charla el Che dice: “Las palabras de Martí de hoy no son de museo, están incorporadas a nuestra lucha y son nuestro emblema, son nuestra bandera de combate.” Y les hace esta recomendación a los niños y jóvenes: “Que se acerquen a Martí (…) sin pensar que se acercan a un dios, sino a un hombre más grande que los demás hombres, más sabio y más sacrificado que los demás hombres y pensar que lo reviven un poco cada vez que piensan en él y lo reviven mucho cada vez que actúan como él quería que actuaran.” (16)

Estas emotivas palabras que el Che improvisó en la ocasión, son el colofón de lo que el otro cubano no nacido en Cuba, el General en Jefe Máximo Gómez, le escribió a Maceo: de que ambos peleaban la guerra de Martí.

Desde este siglo XXI podemos repetir con Martí esta afirmación que caracteriza los objetivos internos y externos de la república que proponía: “Fundar en Cuba (…) una nación capaz de asegurar la dicha durable de sus hijos y de cumplir, en la vida histórica del continente, los deberes difíciles que su situación geográfica le señala.” (17)

TOMADO DE CUBADEBATE

Che: “A los héroes no se les puede convertir en estatuas”

Che Guevara en discurso por aniversario de Martí: “A los héroes no se les puede convertir en estatuas”

che guevara
En conmemoración del 107° aniversario del nacimiento del Héroe Nacional de Cuba, el Comandante Ernesto Che Guevara se dirige a la población reunida en el hemiciclo de la Cámara del Capitolio Nacional. Un año después de la victoria de la Revolución Cubana, el Che traza una línea de continuación histórica entre la gesta martiana de emancipación del colonialismo español y la lucha de liberación encabezada por Fidel Castro, contra la opresión del imperialismo norteamericano.
A 120 años de la caída en combate de nuestro Héroe Nacional José Martí recordamos, a través del homenaje que le rindiera Che Guevara en su natalicio, lo que su vida ha simbolizado para nuestro pueblo cubano.

Discurso en la conmemoración del natalicio de José Martí

28 de enero de 1960
Queridos compañeros: niños y adolescentes de hoy, hombres y mujeres de mañana; héroes de mañana, si es necesario, en los rigores de la lucha armada: héroes, sino, en la construcción pacífica de nuestra nación soberana:
Hoy es un día muy especial, un día que llama a la conversación íntima entre nosotros, los que de alguna manera hemos contribuido con un esfuerzo directo a la Revolución, y todos ustedes.
Hoy se cumple un nuevo aniversario del Natalicio de José Martí, y antes de entrar en el tema quiero prevenirles una cosa: he escuchado hace unos momentos: ¡Viva el Che Guevara!, pero a ninguno de ustedes se le ocurrió hoy gritar: ¡Viva Martí!… y eso no está bien…
Y no está bien por muchas razones. Porque antes que naciera el Che Guevara y todos los hombres que hoy lucharon, que dirigieron como él dirigió; antes que naciera todo este impulso libertador del pueblo cubano, Martí había nacido, había sufrido y había muerto en aras del ideal que hoy estamos realizando.
Más aún, Martí fue el mentor directo de nuestra Revolución, el hombre a cuya palabra había que recurrir siempre para dar la interpretación justa de los fenómenos históricos que estábamos viviendo y el hombre cuya palabra y cuyo ejemplo había que recordar cada vez que se quisiera decir o hacer algo trascendente en esta Patria… porque José Martí es mucho más que cubano: es americano; pertenece a todos los veinte países de nuestro continente y su voz se escucha y se respeta no sólo aquí en Cuba sino en toda América.
Cúmplenos a nosotros el haber tenido el honor de hacer vivas las palabras de José Martí en su Patria, en el lugar donde nació. Pero hay muchas formas de honrar a Martí. Se puede honrarlo cumpliendo religiosamente con las festividades que indican cada año la fecha de su nacimiento, o con el recordatorio del nefasto 19 de mayo de 1895. Se puede honrar a Martí citando sus frases, frases bonitas, frases perfectas, y además, y sobre todo, frases justas. Pero se puede y se debe honrar a Martí en la forma en que él querría que se le hiciera, cuando decía a pleno pulmón: «La mejor manera de decir, es hacer.»
Por eso nosotros tratamos de honrarlo haciendo lo que él quiso hacer y lo que las circunstancias políticas y las balas de la colonia se lo impidieron.
Y no todos, ni muchos -y quizás ninguno- pueda ser Martí, pero todos podemos tomar el ejemplo de Martí y tratar de seguir su camino en la medida de nuestros esfuerzos. Tratar de comprenderlo y de revivirlo por nuestra acción y nuestra conducta de hoy, porque aquella Guerra de Independencia, aquella larga guerra de liberación, ha tenido su réplica hoy y ha tenido cantidad de héroes modestos, escondidos, fuera de las páginas de la historia, y que, sin embargo, han cumplido con absoluta cabalidad los preceptos y los mandatos del Apóstol.
Yo quiero presentarles hoy a un muchacho que quizás muchos de ustedes conozcan ya, y hacer una pequeña historia de aquellos días difíciles de la Sierra.
¿Ustedes lo conocen o no lo conocen? Es el comandante Joel Iglesias, del Ejército Rebelde y el jefe de la Asociación de Jóvenes Rebeldes.
Ahora les voy a explicar por qué razones está en ese puesto y por qué lo presento con orgullo en un día como hoy.
El comandante Joel Iglesias tiene 17 años. Cuando llegó a la Sierra tenía 15 años. Y cuando me lo presentaron no lo quise admitir porque era muy niño. En aquel momento había un saco de peines de ametralladora -la ametralladora que usaba en aquella época- y nadie lo quería cargar. Se le puso como tarea y como prueba el que llevara ese saco por las empinadas lomas de la Sierra Maestra. El hecho de que esté hoy aquí indica que lo pudo llevar bien.
Pero hay mucho más que eso. Ustedes no habrán tenido tiempo, por el poco espacio que caminó, de ver que cojea de una pierna; ustedes no han podido ver, no han podido oír tampoco, porque no los ha saludado, que tiene la voz ronca y que no se le escucha bien. Ustedes no han podido ver que tiene en su cuerpo 10 cicatrices de balas enemigas y que esa ronquera que tiene, esa cojera gloriosa, son los recuerdos de las balas enemigas, pues siempre estuvo en primer lugar en el combate y en los puestos de mayor responsabilidad.
Yo recuerdo que había un soldado -que después también fue comandante- que murió hace poco por una equivocación trágica.
Ese comandante se llamaba Cristino Naranjo. Tenía cerca de cuarenta años, y el teniente que lo mandaba era el teniente Joel Iglesias, de quince años. Cristino le hablaba de tú a Joel, y Joel, que lo mandaba, le hablaba de usted, Sin embargo, Cristino Naranjo nunca dejó de obedecer una orden, porque en nuestro Ejército Rebelde, siguiendo las orientaciones de Martí, no nos importaban ni los años, ni el pasado, ni la trayectoria política, ni la religión, ni la ideología anterior de un combatiente. Nos importaban los hechos en ese momento y su devoción a la causa revolucionaria.
Nosotros sabíamos también, por Martí, que no importaba el número de armas en la mano, sino el número de estrellas en la frente. Y Joel Iglesias, ya en aquella época, era de los que tenían muchas estrellas en la frente, no esa sola que hoy tiene como comandante del Ejército.
Por eso quería presentárselo en un día como hoy, para que supieran que el Ejército Rebelde se preocupa de la juventud, y de darle a esa juventud que hoy asoma a la vida, lo mejor de sus hombres, lo mejor de sus ejemplos combatientes y de sus ejemplos de trabajo. Porque creemos que así se honra a Martí.
Quisiera decirles a ustedes muchas cosas como esta hoy. Quisiera explicarles, para que me entiendan, para que lo sientan en lo más hondo de sus corazones, el porqué de esta lucha, de la que pasamos con las armas en la mano, de la que hoy sostenemos contra los poderes imperiales, y de la que quizás tengamos todavía que sostener mañana en el campo económico, o aún en el campo armado.
De todas las frases de Martí, hay una que creo que define como ninguna ese espíritu de Apóstol. Es aquella que dice: «Todo hombre verdadero debe sentir en la mejilla el golpe dado a cualquier mejilla de hombre.»
Eso era, y es, el Ejército Rebelde y la Revolución cubana. Un Ejército y una Revolución que sienten en conjunto y en cada uno de sus miembros, la afrenta que significa el bofetón dado a cualquier mejilla de hombre en cualquier lugar de la tierra.
Es una Revolución hecha para el pueblo y mediante el esfuerzo del pueblo, que nació de abajo, que se nutrió de obreros y de campesinos, que exigió el sacrificio de obreros y de campesinos en todos los campos y en todas las ciudades de la Isla. Pero que ha sabido también recordarlos en el momento del triunfo.
“CON LOS POBRES DE LA TIERRA QUIERO YO MI SUERTE ECHAR”, decía Martí,… y así mismo, interpretando sus palabras, lo hicimos nosotros.
Hemos venido puestos por el pueblo y dispuestos a seguir aquí hasta que el pueblo lo quiera, a destruir todas las injusticias y a implantar un nuevo orden social.
No le tenemos miedo a palabras, ni a acusaciones, como no tuvo miedo Martí. Aquella vez que en un primero de Mayo, creo que de 1872, en que varios héroes de la clase obrera norteamericana rendían su vida por defenderla y por defender los derechos del pueblo, Martí señalaba con valentía y emoción esa fecha, y marcaba el rostro de quien había vulnerado los derechos humanos, llevando al patíbulo a los defensores de la clase obrera. Y ese primero de Mayo que Martí apuntó en aquella época, es el mismo que la clase obrera del mundo entero, salvo los Estados Unidos, que tienen miedo de recordar esa fecha, recuerdan todos los años en todos los pueblos, y en todas las capitales del mundo, y Martí fue el primero en señalarlo, como siempre era el primero en señalar las injusticias. Como se levantó junto con los primeros patriotas y como sufrió la cárcel a los quince años; y como toda su vida no fue nada más que una vida destinada al sacrificio, pensando en el sacrificio y sabiendo que el sacrificio de él era necesario para la realidad futura, para esta realidad revolucionaria que todos ustedes viven hoy.
Martí nos enseñó esto a nosotros también. Nos enseñó que un revolucionario y un gobernante no pueden tener ni goces ni vida privada, que debe destinarlo todo a su pueblo, al pueblo que lo eligió, y lo manda a una posición de responsabilidad y de combate.
Y también cuando nos dedicamos todas las horas posibles del día y de la noche a trabajar por nuestro pueblo, pensamos en Martí y sentimos que estamos haciendo vivo el recuerdo del Apóstol…
Si de esta conversación entre ustedes y nosotros quedara algo, si no se esfumara, como se van las palabras, me gustaría que todos ustedes en el día de hoy… pensaran en Martí. Pensaran como en un ser vivo, no como un dios ni como una cosa muerta; como algo que está presente en cada manifestación de la vida cubana, como está presente en cada manifestación de la vida cubana la voz, el aire, los gestos de nuestro gran y nunca bien llorado compañero Camilo Cienfuegos. Porque a los héroes, compañeros, a los héroes del pueblo, no se les puede separar del pueblo, no se les puede convertir en estatuas, en algo que está fuera de la vida de ese pueblo para el cual la dieron, El héroe popular debe ser una cosa viva y presente en cada momento de la historia de un pueblo.
Así como ustedes recuerdan a nuestro Camilo, así deben recordar a Martí, al Martí que habla y que piensa hoy, con el lenguaje de hoy, porque eso tienen de grande los grandes pensadores y revolucionarios: su lenguaje no envejece. Las palabras de Martí de hoy no son de museo, están incorporadas a nuestra lucha y son nuestro emblema, son nuestra bandera de combate.
Esa es mi recomendación final, que se acerquen a Martí sin pena, sin pensar que se acercan a un dios, sino a un hombre más grande que los demás hombres, más sabio y más sacrificado que los demás hombres, y pensar que lo reviven un poco cada vez que piensan en él y lo reviven mucho cada vez que actúan como él quería que actuaran.
Recuerden ustedes que de todos los amores de Martí, su amor más grande estaba en la niñez y en la juventud, que a ellas dedicó sus páginas más tiernas y más sentidas y muchos años de su vida combatiendo.
Para acabar, les pido que me despidan como empezaron, pero al revés: con un Viva Martí, ¡que está vivo!

EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

DANIEL BALCÁCER: EL DUARTE DE MIGUEL NÚÑEZ

De  Juan Pablo Duarte  solo se conoce una fotografía hecha en  Caracas  en 1873 cuando el patricio contaba con 60 años de edad.  A...